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Simple Love por AlphaTK

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Stupid Love: Capítulo Único.

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El reloj despertador suena; pero da igual, él ya estaba despierto. ¿Qué más puede esperarse de un Uchiha?

Aún más, de Uchiha Sasuke.

Termina de atar su corbata y se echa una mirada en el espejo de cuerpo.

Perfecto.

Así debe ser, Sasuke ama la perfección, la puntualidad, el orden.

Baja a la cocina dejando su habitación en un estado ideal, sirve su desayuno, come y lava los que ha ensuciado.

Da una última mirada a su mochila; no ha olvidado nada, así que se la hecha al hombro.

Debe ir a por el dobe.

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Otra vez se le ha hecho tarde, escucha el grito de su madre desde la cocina. Responde y baja saltando de a dos en dos escalones las escaleras.

Su padre está sentado, tomando café y escuchando los regaños de su pareja: le culpa de sus malos hábitos, sonríe. Ama a su familia.

Come rápidamente, atragantándose un poco, recibiendo otro regaño del pelinegro. Le besa en la mejilla despidiéndose y sale apresurado.

Va tarde..., otra vez.

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Ve como el revoltoso rubio sale corriendo de su casa, probablemente cree que va tarde, de seguro no ha notado que ha adelantado su reloj sin que lo notara.

Se lo merece por usuratonkachi. Grita su nombre. Naruto para en seco y se gira hacía él. — ¿Sasuke? — Murmura extrañado — ¡Llegaremos tarde 'dattebayo!

— ¿De qué hablas? Aún es temprano — Muestra su reloj de muñeca y ríe con malicia al ver el rostro desencajado del rubio.

Naruto le mira a los ojos: ese brillo — ¡Has sido tú! — Le acusa. Sasuke ríe con más ganas.

— Do-be.

— ¡Maldito teme~!

El azabache se acerca al risueño chico, estira sus brazos para tomar la corbata y ajustarla correctamente; los botones también están mal. Se toma su tiempo para arreglarlos y, al final, intenta peinar un poco la indomable cabellera rubia: es un caso perdido.

Sasuke es una persona perfeccionista y, sin embargo, Naruto, alguien desordenado, impuntual, terco, torpe y tozudo con mayúscula, en medio de todo, es el ser a quien más ama. Es su pequeño error: lo que le da color y vida a sus días.

Porque es ese conjunto de imperfecciones lo que lo hace perfectos a los ojos del Uchiha.

Es la única imperfección que no le apetece eliminar.

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La campaña suena y la hora del receso da inicio. Naruto se levanta y saca de sus cosas dos pequeñas cajas. Ha preparado obento para Sasuke y sí mismo.

Aprieta los dedos contra la tela; se ha esforzado mucho, y realmente espera que sean del agrado de su novio, porque, sí, el gran Uchiha Sasuke: el genial, el más guapo, el más inteligente, su amigo de la infancia es su novio.

Tienen dos años de relación, aunque nadie lo sepa, y no por que el Uchiha no quiera. Si fuera por ese engreído azabache, Naruto llevaría en su cuello un collar con el gravado [Propiedad de Uchiha Sasuke] por qué él, es muy posesivo, es el de ojos azules quien no desea mostrar aún su relación. Es tonto, pero tiene miedo.

No se siente lo suficientemente bueno para él. Y eso le aterra, por eso se esfuerza por mejorar.

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Sasuke, quien está sentado en la mesa frente a los ventanales del comedor, mira a la nada mientras espera a su revoltosa adoración.

Se ha adelantado a petición de Naruto y empieza aburrirse de esperarlo. En ese momento un grupo de chicas lo rodean, tomando asiento sin su consentimiento.

Bufa molesto.

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Naruto camina hasta la Mesa donde siempre almuerza con su mejor amigo, allí está él con cara de mala hostia y rodeado de chicas.

Es lo normal, Sasuke llama mucho la atención, incluso con su actitud un tanto huraña y taciturna.

Una chica demasiado lanzada se abraza a su novio y él siente la sangre bullir.

Naruto no es alguien de mal carácter, cualquiera que lo conozca lo sabe, él es, por el contrario, alguien dulce y gentil, risueño, amable y amistoso.

Pero, también algo que cualquiera sabe es que, cuando se enoja, hay que correr.

Y esa molesta castaña sí que lo ha hecho enojar.

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Un obento se estrella en la mesa frente a él. Alza la mirada y sus ojos se conectan con unos hermosos orbes azules que destilar molestia.

Mira a la chica a un costado y sonríe de lado: celos.

No le gusta ser tocado, pero..., está bien de vez en cuando molestar a su pareja.

Toma el objeto en cuestión y lo abre, un agradable aroma se cuela en sus fosas nasales y todas las chicas miran curiosas del rubio, al obento, y a sí mismo.

— ¿Uzumaki-kun ha preparado esto? — Pregunta con voz de molestia mal disfrazada en amabilidad — Si que tienes suerte, Sasuke-kun, tienes un muy buen amigo que incluso te prepara la comida — Todas murmuran, tienen envidia. El bento se ve increíble y ya no se sienten con el valor de darle los suyos al azabache. Se verían reducidos a nada ante lo que ha traído ese maldito rubio.

Naruto afila la mirada ¿Quién coño se creen éstas para llamar a Sasuke por su nombre de pila?

Está ardiendo en celos. Naruto es alguien impulsivo y, casi siempre piensa luego de ya haber actuado. Esta no es la excepción.

Hala a Sasuke de la camisa, plantándole un beso en los labios. Toda la atención se vuelca en ellos. Sasuke nunca deja que se le acerque de más ¿Entonces, porqué...? Eso le molesta.

Afloja el agarre, pero esta vez es el azabache el que toma el control, ya no es un simple roce, el Uchiha le domina, besándole de forma apasionada, penetrando es su boca, y un jadeo se escapa de sus labios.

Sonrojado, con los labios hinchados y los ojos cristalizados, observa con cuidado su alrededor: todos les miran, cuchichean y murmuran.

Algunos parecen sorprendido, incómodos, e incluso indignados.

Y él siente vergüenza, pero entonces su mirada se cruza con las de las molestas muchachas. Y se le olvida todo, sonríe altivo y pronuncia un «mío» sin voz. Hala del brazo de su novio quien le sigue sin objeciones.

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Sasuke sabe cómo funciona Naruto, está seguro que la adrenalina en su sistema es la que actúa por él. Y cuando ésta se marche, en Uzumaki se sentirá avergonzado y no querrá mirar a nadie a la cara.

Pero justo ahora, todo le da igual, porque está, simplemente, siguiendo sus impulsos. Y eso era justamente lo que buscaba al provocarlo.

Ya estaba aburrido de aquella situación ¿Fingir ser sólo amigos? un cuerno. Y salió mejor de lo que creía, así que ahora, mientras para Naruto la palabra vergüenza no tuviera significado, aprovecharía.

Relame ansioso sus labios: están pasando frente al baño de hombres.

Es su oportunidad.

Hala de Naruto hacía el interior del baño, y de ahí a uno de los cubículos, estampándole contra la pared de metal.

La escena en el comedor le ha puesto duro. Y va matar su excitación a polvos.

O en todo caso, a Naruto.

Naruto jadea ante el golpe, y él no pierde un momento para arremeter contra su boca, la saliva y leguas, cálidas y húmedas, se entremezclan.

Cuela sus manos bajo la ropa, acariciando aquí y allá. Naruto es cálido. Lame, besa, muerde: marca lo que es suyo.

Se yergue frente a su novio, observándole. Es una buena vista, tan buena.

Naruto gimotea, su dulce voz se escapa agudamente de entre sus labios. Lo besa — shh — murmura causando un estremecimiento en el rubio — O acaso, ¿También quieres que vean esto? — Las pelvis chocan y los miembros duros se rozan, haciendo a Sasuke apretar la mandíbula. Naruto no se contiene y gime sonoramente — Supongo que tendré que callarte — Bufa divertido, contra el recobo en el cuello de su novio, antes de morder, dejando una marca que no se borrará en días, para luego lamer la zona afectada.

Así es el sexo con Sasuke, simplemente, por qué así es Sasuke.

Acaricia el pecho, hombro y cuellos, le gusta el juego previo: ama como Naruto gime, jadea y gimotea. Como tiembla y se retuerce bajo suyo.

Lo toma de las caderas y vira su cuerpo. Las palmas del Uzumaki quedan contra el frío metal sirviendo de apoyo, inclina la cabeza y lo mira con necesidad — Sasuke... — murmura.

— ¿Qué quieres, Naruto? Debes decírmelo — Naruto tiembla. Es cruel, siempre es así. Inclina su cuerpo hacia el del azabache, su cadera choca con la pelvis. Sasuke gruñe y él gime.

— Va-vamos, Sasuke, dámelo... — Suplica. Él sonríe.

— Debes decirlo claramente o no podré entenderlo. — Se está muriendo, quiere entrar de una jodida vez en Naruto. Pero también quiere jugar un poco más con él.

— ¡Entra en mí! Lo necesito, Sasuke. —Se impulsa, restregándose descaradamente contra el miembro erecto de su novio — Sa...suke.

Besa la sonrojada mejilla mientras cuela sus manos entre el pantalón, moviéndola de arriba abajo, frotando levemente la punta del pene, Naruto respira entrecortadamente, muerde sus labios para acallar los gemidos, mientras él le besa los hombros y baja a lo largo de la espalda, dejando marcas húmedas, para al final, bajar por completo la ropa y así poder hundir su rostro en la suave carne.

Naruto respinga — N-no, Sa...suke, a-allí, no — Se queja y revuelve, pero Sasuke lo tiene tomado de los muslos mientras lame entre los glúteos, a lo largo de su periné y la lengua se habré paso entre los esfínteres.

Gime, es tan sucio, tan impropio... y se siente tan bien.

Jadea, halando aire a sus pulmones al sentir como un primer dedo lo penetra, facilitando el acceso a una mayor cantidad de saliva y, por lo tanto, una mejor lubricación.

Otro dígito, y un chillido agudo se escapa de su boca, los dedos giran y se retuercen dentro suyo a la vez que el azabache le deja una marca en el muslo.

Tres dedos, moviéndose, girando y estirando su entrada: un hormigueo agradable se instala en su cuerpo y otra vez la legua de Sasuke pasea por sus glúteos hasta su esfínter.

Pero se aleja de repente, escucha el suave murmullo metálico del zipper al ser bajado y algo cálido y duro le rosa por detrás.

— Ya es hora — Un dedo juguetea alrededor de su entrada, haciéndolo gemir — ¿...Quieres...?

— ¡Sabes que sí, Sasuke! ¡Así que deja de jugar conmigo! — Maúlla, y al instante siente como una mano lo toma fuertemente de la cadera, mientras su boca es devorada y su cuerpo penetrado.

Una sola estocada y pierde por completo la respiración. Todo está adentro: ahora son de nuevo uno sólo.

Su pecho va a reventar.

Sasuke se mueve, con cuidado, receloso, no quiere herir a Naruto, es tan jodidamente estrecho, da un par de estocadas antes de empezar a moverse realmente, tocando fácilmente el punto del rubio.

Haciéndolo gemir sonoramente, muerde la espalda, hombros y cuello, aspira el aroma de la rubia cabellera y besa con hambre esa dulce boca, sus manos se hacen alrededor del delgado cuerpo, una en el pecho y la otra bajando por la pelvis.

Pellizca un pezón y siente como tiembla la persona bajo suyo. Empieza a masturbarlo y gruñe ante la estrechez que envuelve su pene.

Joder, que Naruto lo vuelve loco.

Sasuke le gruñe al oído, ya está en su límite, con el Uchiha golpeando en su punto exacto y las múltiples caricias, no durará mucho.

Gimotea levemente y contrae su entrega: no será el único en correrse.

Chilla algo inteligible y se corre en la mano de Sasuke, así mismo siente como este lo llena por completo.

Esta exhausto y, de no ser porque el azabache le tiene bien agarrado, de seguro ya habría caído al suelo

Así es el sexo con Sasuke, agotador, violento, pero le llena de paz y plenitud.

Porque él, ama a Sasuke.

Y ellos no solo están teniendo sexo. Ellos hacen el amor.

_________

Sasuke está sentado sobre la tapa de wáter, a medio vestir, sin camisa y sus cosas tiradas a un lado.

Sobre su regazo Naruto duerme plácidamente, su ropa esta desparramada en el suelo del cubículo, y la única prensa que lleva le queda grande, porqué esa camisa no es de él, es suya.

Olisquea y aprieta el cuerpo entre sus brazos y éste se remueve lentamente.

Esos preciosos ojos azules se abren de a poco, observándole con pereza.

— ¿He dormido mucho?

Sasuke revisa el reloj de pulsera — Una media hora.

Naruto asiente, esta adormilado e intenta sentarse correctamente, pero da un leve respingo al percatarse de la situación: el sonrojo sube hasta sus orejas; Sasuke aprieta la mandíbula para no reír.

Intenta ponerse de pie, trastabillando un poco, sus caderas punzan levemente y al dar el primer paso, algo sale de dentro suyo. Jadea quedamente y vuelve a sonrojarse.

Gira con parsimonia el rostro; Sasuke lo observa de manera penetrante.

Se levanta y toma su ropa, tirándosela al pecho. Naruto la coge al aire e inclina la cabeza, curioso.

— Vístete rápido.

— Eh, claro...

Sasuke sale del cubículo, dejándole el espacio para asearse adecuadamente y poder vestirse. Hay un brillo terrorífico en sus ojos oscuros.

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Sasuke termina de arreglarse correctamente y lava su rostro. Aquello ha sido peligroso; al ver a Naruto en ese estado, causado por él mismo, ha sentido un jalón en su pantalón.

Si hubiese seguido, no podría parar hasta dentro de un par de horas. Pero las clases terminan en unos minutos y deben marcharse antes de que los demás estudiantes entren al baño. O algo peor.

Mira su pantalón, le está apretando. Pero sabe autocontrolarse. Naruto sale al fin, más decente y menos obvio de lo que han hecho.

Sus miradas se cruzan a través del cristal y no puede evitar comérselo de nuevo con los ojos.

¿Cómo alguien puede ser tan endemoniadamente sexy, y ni siquiera notarlo? Bueno, no tiene ni idea. Lo importante, al fin y al cabo, es que ese precioso espécimen es suyo.

Naruto se acerca al espejo y revisa que todo esté en orden cuando ve una serie de marcas rojas a lo largo de su cuello.

Baja levemente la camisa, encontrando una mucho más grande seguidas de otra más pequeñas, sus hombros y pecho están llenas de ellas, marcas de besos y mordidas.

Desabotonar un poco más la camisa; también hay en su vientre y costados, y siguen...

— ¡Sasuke! — Chilla indignado.

El nombrado se gira, haciéndose el desentendido; en el momento en el que Naruto había notado la primera marca y había empezado a quitar su camisa para revisar, se había tensado: sabía que el rubio se enojaría con él.

— ¡Eres un capullo 'ttebayo! ¿Cómo coño voy a cubrirlas todas? ¡Mamá y Papá las notarán! — Sasuke se tensa aún más. Él mejor que nadie lo sabe, que su tío, Obito, la madre de Naruto, aunque es la persona más dulce y amable, cuando se trata de su bebé, se vuelve un demonio «Cuidado con el Jūbi» Le había escuchado decir a su padre la primera vez que lo vio enojado porque un niño había arañado a su pequeño.

Y ni hablar de Kakashi. Lo iban a castrar. Seguro.

Traga — Igual ya era hora de que todos supieran sobre nuestra relación
— Naruto lo mira con el rostro desencajado.

— Te van a matar — Declara.

— Lo sé.

— Eres un idiota.

— Tú también.

Naruto ladea el rostro divertido — Pero soy tú idiota.

Sasuke ríe por lo bajo — Y yo el tuyo. Usuratonkachi.

— ¡Te-me~! — Le saca infantilmente la lengua.

Joder, que son unos tontos inmaduros de lo peor. Son unos cabezotas, pero se aman.

Un idiota enamorado de otro idiota.

En conclusión; el amor es una estupidez.

Fin.

Notas finales:

Con esto, finalizamos la triología de Simple love ¡Gracias por leer!


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