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Contando a mis ex por Aranel Poli

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Notas del capitulo:

Es hora de enfrentar nuevos demonios...

Sintió como la mano de DeathMask de pronto lo abrazaba comenzando a tocar uno de sus pezones. Se levantó mirando que su ex jefe tenía puesta la camisa, pero no tenía pantalones… ni ropa interior.

Se movió rápidamente tomando su celular, colocándose una playera y un short para ir a hablar al baño sin que DeathMask lo escuchase.

-Hola.

-Kiki, me acosté con mi ex jefe- susurró mientras el menor estaba de compras en el supermercado con Genbu.

-¿Ex jefe?

-Sí, el que acaba de despedirme.

-¿Te despidieron? Mu…

-Esto es tu culpa- rezongó mientras Kiki rodaba los ojos.

-Cuando quise convencerte de irnos del bar, me escupiste, pero felicidades, dijiste que el veinte sería tu esposo y ahí lo tienes.

-Cállate.

-Debo aceptar que no creí que fuese tan rápido, pero me emociona- se burló el menor para enseguida alejar la bocina- ¡Genbu, Mu se casará!- gritó mientras Mu chistaba- Dice que está feliz por ti.

-Sé que lo dices por molestar, pero quizá sií sea él el indicado. Tal vez sea el destino, así tendré algo que contar.

Se giró para mirar a DeathMask, quien ya había despertado y estaba vistiéndose.

Viéndolo bien, no era para nada feo, de hecho siempre pensó que era atractivo, algo imbécil, pero atractivo. Aunque todo eso se fue a la mierda en cuanto vio cómo el italiano se rascaba la entrepierna para después llevarse la mano a la nariz y olfatearla.

-No será mi esposo- finalizó cortando la llamada y saliendo del baño dispuesto a correr a ese ser despreciable y asqueroso.

-Buenos días.

-Buenos días- saludó Mu fingiendo una enorme sonrisa.

-¿Preparaste café?

-No, hay una cafetería a la vuelta- soltó frunciendo los labios.

-Oh, eso es genial ¿Trajiste el periódico?- hablaba DeathMask yendo hasta la cocina y abriendo el refrigerador mientras Mu lo miraba tan extrañado como confundido.

-No, no hay- en ese momento se escuchó la puerta. Mu rodó los ojos fastidiado abriéndola y encontrándose a su molesto vecino de enfrente.

-Buenos días, 6C- saludó Saga Diástasi con el periódico en la mano, el cual Mu tomó para arrojarlo por las escaleras.

-Eso no es mío.

-Bien, me quedé afuera de mi departamento, y mis llaves y mi cartera están adentro ¿Puedo usar tu teléfono?- pidió el hombre griego de largo cabello azul y ojos verdes entrando a la casa de Mu por primera vez, mirando a DeathMask, el cual estaba sentado en la mesa con una revista en las manos.

-Sí, claro, oye, Donato ¿Por qué no hablamos después? Creo que 6A necesita mi ayuda.

-Hola, soy Saga, mucho gusto- saludó el griego con una enorme sonrisa estrechando la mano del italiano. Mu en cuanto vio aquello se asqueó de sólo pensar donde habían estado esos dedos.

-Entonces ¿Te gustaría ir a cenar esta noche?- preguntó DeathMask acercándose a Mu tomando su mano dejando al menor descolocado.

-¿Ésta noche?- preguntó incómodo, algo que Saga notó al instante y decidió salvarlo.

-Ésta noche tenemos reunión de vecinos- soltó haciendo que Mu lo mirara extrañado para después comprender aquello.

-Oh… sí, junta de vecinos. Te llamo después y veremos qué hacer ¿De acuerdo?- dijo empujando a DeathMask fuera de su apartamento, aunque lo que no esperaba era que el italiano colocara sus manos en sus axilas y le diera un beso alzándolo hasta postrarlo en la pared, dejándolo suspendido por unos minutos. -Adiós- sonrió una vez en el suelo tomando el picaporte de la puerta mientras Saga miraba aquello con una divertida sonrisa.

Justo cuando estaba por cerrar, vio salir a un chico del apartamento del griego, y parecía que lo buscaba. Cerró la puerta con una interrogante en la cara.

-Oye, ¿No crees que el chico que salió de tu apartamento podría haberte ayudado con tu problema?- Saga sonrió dispuesto a darle una explicación a esa penosa situación.

-Bien, me atrapaste. Hubo un pequeño asunto del que tenía que alejarme, parecido al que tuviste aquí, así que…

-Le mentiste a él y después a mí- negó Mu indignado yendo a la cocina para tomar un poco de jugo.

-Yo lo veo como un intento de no herir sentimientos- dijo el griego alzándose de hombros y paseándose por el lugar, observando enseguida unas curiosas figuras hechas a mano. -Son increíbles, ¿Dónde las conseguiste?

-Yo las hice- musitó el pelilila con algo de vergüenza mientras le servía un poco de jugo a su vecino.

-¿En serio las haces? Son geniales.

-Solía hacerlo- enseguida resopló y lo señaló- Ahora, no quiero tener que ver con tu cruzada para dormir con todas las personas de Grecia, pero ¿Cuál es tu número?

-¿Qué?

-¿Con cuantas personas has dormido?- Saga lo miró sonriendo sin comprender aquello.

-No lo sé, bastantes- Mu pudo sentirse mejor con ello, pero estaba seguro que Saga Diástasi era el ser más activo y nada versátil del mundo.

-Sólo no haré esto, mejor ve a hablar con ese chico.

-Pensé que eras más genial. Vi tu video del brindis en internet, parecías alguien con sentido del humor.

-¿Esas gemelas idiotas subieron mi video? y ¿Cómo es que ya lo viste?- la cara de Mu era un monumento al odio, ira y una oda a la sorpresa... y vergüenza.

-Todo el edificio tiene alerta de notificaciones. Vengo de una familia de policías, es mi naturaleza- soltó con una sonrisa llena de satisfacción- Por ejemplo, el tipo del 4D trató de casarse con su perro.

-Qué asco- negó el pelilila dándole el jugo al griego, quien lo tomó de un solo trago.

-Bueno, creo que ya no hay moros en la costa, debo irme. Gracias, eres un amor- sonrió el peliazul yendo hasta la puerta y regresando a su departamento.

Notas finales:

No se olviden de comentar, mis amores.

Besos inmensos!


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