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Besos de vainilla por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hoy les dejo un poco de Eder y Nath

 ¿Ya es tan tarde?  Pareciera que no han pasado más que unas pocas horas desde que llegue. Lindsay está sentada detrás de mí, escucho sus risitas. ¿Otra vez está en el teléfono? Creo que debería hacer algo con eso. Liir está a mi lado, mirando a la nada. Umm, que raro. Liir es igual que Lindsay, en cuanto tiene algo de tiempo está en su teléfono. Ese chico es tan rápido al momento de hacer algo con su teléfono.


—  Liir, no bosteces delante de la nevera.


—  está cerrada.


—  No lo hagas—  ahora que lo veo mejor, Liir parece cansado. ¿Están dejándole dormirse tarde? hablare con Michelle,  sé que Liir es joven y que les gusta dormir tarde y eso, pero no creo que sea bueno que lo haga seguido—  oye, Liir ¿has estado durmiendo tarde?


—  ¿Qué?


—  ¿te has desvelado?


—  no… un poco, pero tenía trabajos que entregar.


—  ¿ah, sí?


—  la escuela ha estado pesada estos días, lo que me dejan no es difícil, pero si tengo que hacer cuatro o cinco trabajos la misma semana, entonces es difícil—  ah, con que eso era.  No deja de ser raro que Liir haga todos sus trabajos. No sé cómo es que ellas lo crían, no supe ni que tenía un sobrino hasta que Liir tenía como siete años y era un niño tan extrovertido que corría por todos lados. Ya no corre, pero no ha cambiado mucho.


—  al menos no te castigaran por reprobar.


—  no puedo reprobar, no después de que me sacaran de la anterior escuela. Y ni quiera me han dicho cuando dejare de estar castigado.


—  ¿esto es un castigo para ti?


—  no, pero me gusta tener las cosas claras. Al inicio lo era, ¿sabes? ahora está bien, tengo dinero.


—  Stella me pidió que no te pagara—  le comento, recordando cuando las dos vinieron a pedirme que dejara trabajar a Liir porque necesitaba algo serio en que entretenerse.


—  esa bruja.


—   no puedo no pagarte, aunque seas mi sobrino.


—  Si no me pagaras, ya no estaría aquí—  me sonríe—  pero creo que me quedare un poco más cuando termine el castigo.


—  ¿ah, sí?


—  Nate, aquí está otra vez—  ¿Qué? volteo a tiempo para ver a Eder caminar hacia nosotros—   ¿estás acostándote con él?


—  Liir.


—  ¿Qué? tiene bonita cara, y está loco por ti.


—  Liir, eso no es…


—  te grito que salieras con él. Ahora viene a diario y se quedan hablando allá mucho rato. ¿Qué quieres que piense?


—  Ah…  


—  hola Nate, Liir.


—  hola. ¿Lo mismo de siempre?—  esto es malo, pensé que sería menos notorio esto. He fingido que no pasa nada con Eder,  que somos solo amigos. Ah, pero si es lo que somos. Él no ha vuelto a sacar el tema de una relación amorosa. Al comienzo de todo esto no sabía qué hacer, ¿gustarle a un chico como él?   No quiero que malentienda esto—  Nate ¿te irás con él?


—  ¿Cómo?


—  que si quieres que me quede aquí un rato mas—  Liir me sonríe, sé que no es una sonrisa normal y que tiene un significado… que no entiendo. Muchas cosas me pasan desapercibidas.


—   pero ¿no te van a regañar? ¿Y tus tareas?


—  Mañana no tengo que entregar nada, y si llamas a mi mamá y le dices que me quede no habrá problemas—  Eder se nos queda viendo.  Liir me sigue sonriendo.


—  pues si no tienes problemas está bien.


—   bien. ¿Qué te parece Lindsay?


—  sin problemas. Ah, Nate, se está terminando el jarabe de chocolate, y ya casi no nos quedan conos. Tampoco servilletas grandes.


—  ah, y también se está acabando el helado de queso.


—  ¿¡Porque no me dijeron antes!?


—  Acabo de recodarlo—  dicen al mismo tiempo.


—  ah, pero si acabo de ir hace unos días. Y ya es tarde para ir a comprar ahora.


—  puedo ayudarte otra vez. Le pediré el auto a mi amigo y podemos traer todas las cosas.


—  creo que nos estamos aprovechando mucho de tu amigo. Puedo ir más temprano por las cosas, aunque tenga que cerrar un rato—  Eder me hizo el favor el otro día de ir por algunas cosas en un auto que pidió prestado, solo porque comente que no tenía como ir aun—  además, solo serán unos días, mi auto estará reparado para el fin de semana.


—  ah, vamos, Nate—  Liir le pasa un helado a Eder—  ¿Por qué no vas por la tarde y nos dejas a mí y a Lindsay encargados?


—  eh…


—  si te preocupa la seguridad, puedo llamar a algunos amigos y que estén por aquí en lo que regresas.


—  sí, tampoco podemos hacer una fiesta o algo por aquí. 


—  ah, está bien—  ellos no son nada sutiles.  Cuando me voy a sentar con Eder, él está riendo.


—  tus empleados son buenos negociantes ¿sabes? Creo que entre los dos le venderían fuego a Satán.


—  ese sería Liir. Le enseñaron a hablar más de lo que debía.


—  ¿entonces te llevo?


—  no es necesario.


—  Me gusta ayudar—  si no supiera cuáles son sus intenciones, aceptaría con mucho gusto.  Conocer personas no es malo, me gusta y tengo un buen trabajo que me permite conocer muchas personas, desde niños hasta ancianas.  Pero con Eder las cosas son distintas. Le gusto, y eso cambia todo.


—  está bien… ¿te parece a las cuatro?


—  claro. Oye, ¿puedo tomar algunas fotografías de la heladería?


—  ¿fotografías?


—  sí, no hoy, no traje la cámara. Es para un proyecto que me pidieron para fin de semestre. Tengo que entregar solo una propuesta de mejora de algún lugar. Crear una nueva imagen.


—  ¿nueva imagen? ¿Esto se ve mal?


—  eh…  no te ofendas, pero está muy pasado de moda, y los colores no son tan llamativos como crees. Tampoco los uniformes están bien, pero no se mucho de diseño de modas.


—  vaya, eso sí es una novedad. Pensé que aquí todo estaba bien.


—  no esta tan mal, pero puede ser mejor. No  te preocupes—  me dice, mirando por encima de mi cabeza—  no tienes que hacerle nada si no quieres, solo es un trabajo, y ya que vengo seguido por aquí, puedo aprovecharlo. ¿Puedo?


—  con una condición.


—  ¿Cuál?


—  que me dejes ver ese trabajo. Quiero ver como dejarías este lugar—  ay, no… creo que no debí decir eso. Eder me mira como si le hubiera dicho la mejor noticia del mundo. Pff, no estoy haciendo esto bien, lo que menos quiero es que él piense que estoy interesado en él, y parece que todo lo que hago es darle más esperanzas cada vez.


—  claro. Cuando lo termine lo traeré—  no debo estar aquí, lo tengo muy claro, y aun así aquí estoy. Me quedo preguntándole como es que él hace estos trabajos, como piensa mejorar mi negocio.  Eso no me importa mucho, este lugar seguirá vendiendo tanto como lo hace ahora.


—  Eder, lo del auto ¿no estás molestando a tu compañero de piso por eso?


—  ¿mi compañero? Él no tiene auto, es de alguien más. No te preocupes, me deben favores—  me sonríe. Yo suspiro, no solo por lo que me está diciendo. Como siempre, Eder me ayuda a meter las cosas y cerrar. Luego, nos despedimos. Y como los últimos días, me quedo esperando hasta que dejo de verlo. Él parque está oscuro en algunas partes por la noche, y desde que sé que Eder es el mismo chico que salve de esa golpiza, me preocupo por él.  No quiero dejar que le pase algo.


Mi casa no está lejos, es una casa pequeña, de una sola planta y un jardín trasero en la parte media de la ciudad.  Siempre regreso  por el mismo camino,  solo hay seis cuadras de distancia entre mi casa y mi trabajo.   


—  Liir.


—  ¿Qué? ¿Pasa algo?


—  eh… bueno, quería preguntarte…  ¿Qué piensas sobre Eder?


—  ¿Por qué me preguntas eso?—   ah, no, no quiero preguntarle esto.


—  Liir, no quiero que me dejes de nuevo a solas con Eder.


—  ¿Cómo? Espera, Nate. ¿Por qué? no puedo hacer eso. Él me agrada, y parece que ustedes se llevan bien. ¿Paso algo entre ustedes?  


—  No, no ha pasado nada—  y no quiero que pase nada entre nosotros—  olvídalo, no importa. Hablaremos después en persona.


—  Bien—  no puedo depender de un adolecente para resolver esto. Vamos, ni siquiera es un problema, no es mi problema que  le guste a Eder, o que le lastime sin querer. ¿Por qué debo tener cuidado yo?  


No es la primera vez que tomo una mala decisión. A los diecisiete me fui de casa y deje los estudios. Eso sin duda fue una mala decisión. Deje de ver a mi familia por años, y también fue una mala decisión. Por eso fui el único que apoyo a Michelle cuando supe que tenía un bebé de mi hermano, y que estaba viviendo con una mujer. De todas las cosas que hice, esa es de la que me siento más orgulloso, aunque me hiciera distanciarme más de mi familia.  Mi hermano y Michelle tuvieron una relación corta, mi hermano ya estaba casado y tenía dos niños, aunque eso paso cuando tenía problemas en su matrimonio. Ni mi hermano ni Michelle son personas que engañarían a otros. Viví como pude por años,  trabajando en lo que podía. Cuando ahorre lo suficiente, decidí poner un negocio.  No me salió a la primera, encontrar un lugar y luego conseguir todo lo que ocupaba me costó más tiempo. Ah, era rebelde e idiota. Pensaba que todo lo podía y que era el único que tenía razón.  Herí a muchas personas en ese entonces, y no hablo de golpes.


 


 


— Nate, lo siento. No encontraba donde estacionarme.


—  está bien. Liir, Lindsay, quedan a cargo.


—  Si—  no hable con Liir hoy. Supongo que será después. Sigo a Eder por el parque hasta que llegamos al auto que pidió prestado—  Ah, esta vez no son tantas cosas.


—  ¿no? parecían muchas ayer.


—  no son cosas pesadas, yo podría ir sin problemas y traer todo en un taxi. No me gusta aprovecharme de los demás.


—  pero yo quería ayudar.


—  puedo ir solo la próxima vez.


—  Nate, si seremos amigos, al menos inténtalo un poco más. Si yo quiero pedir un auto para ayudarte, lo hago. Has estado siendo muy seco últimamente. ¿Tanto te incomodo?—  me sonríe, sin abrir las puertas del auto.


—  no es eso. Lo siento, no me di cuenta de que estaba haciendo eso. ¿Ya has pensando en que harás para el trabajo que mencionaste?


—  no mucho.  Hoy tuve un examen y estuve estudiando por la noche—  Eder conduce, yo podría hacerlo pero no estoy cómodo manejando el auto de alguien que no conozco.


—  si estás muy ocupado, no tienes por qué venir. Puedes venir otro día.


—  Lo sé—  ¿está molesto? No lo sé. Eder realmente tiene un rostro hermoso, rasgos afilados, nariz recta y pequeña, solo le faltaría tener los ojos grandes y  las pestañas largas para que pareciera actor o modelo. No es alto, pero a pesar de todo, no es afeminado. Fue raro al inicio, cuando me dijo que le gustaba y luego… bueno, él no parece como los chicos gay que conozco.  Si, su cabello siempre parece recién peinado, pero no es nada raro, solo un chico que es bien parecido.


—  Eder…


—  ¿Qué?


—  estaba pensando… con tu apariencia, debes ser muy popular con las chicas ¿no?


—  sí, lo soy.


—  bueno, supongo que es una pena para ellas que seas gay.


—  ¿Por qué? no salgo con nadie, y hay más chicos con los que ellas pueden salir. Además… no soy gay.


—  ¿Cómo?—  vaya… ahora si estoy muy perdido. ¿No es gay? ¿Entonces porque me dijo eso? ya tengo claro que no me estaba mintiendo. Sigue conduciendo, no puedo ver su cara muy bien.


—  yo no soy gay.  No salía con hombres, ni me sentía atraído por ellos.


—  ¿entonces? ¿Por qué me…? ¿Por qué estás haciendo todo esto?


—  ¿es en el mismo lugar?


—  Sí—  Eder no me responde. Bien,  solo porque está conduciendo y si se distrae… no quiero tener un accidente.  Hoy nos toca suerte, no hay mucho tráfico, y la mayoría de los semáforos nos tocan en verde.  No hablamos hasta que llegamos y hago todo el pedido—  Eder, ¿puedes ayudarme a llevar esta bolsa?


—  Claro—  pone las cosas en el asiento trasero—  Nate… no iba a decírtelo.


—  ¿Cómo?—  cierra la puerta, y ya no lo veo.


—  que no soy gay. Me gustas, pero no soy gay. Es la primera vez que me gusta otro hombre, es… raro, pero no me molesta la idea. Y bueno, si por esto van a decir que soy gay, entonces que lo digan. No importa. No quieres oír de esto.


—  eh…


—  no importa dije. Sube y ya vámonos—  esto será incómodo. Pensaba pedirle, con mucha vergüenza, algún consejo a Liir sobre cómo hacer que Eder se alejara. Ah, sé que se ese chico ha ahuyentado a muchas personas, debería ser un talento. Pero… parece que no es el único que lo tiene. Eder no me vuelve a hablar en lo que regresamos, me ayuda a bajar  las cosas y luego se despide con un seco movimiento de manos.


—  ¿no se quedara hoy?


—  parece que no.


—  umm.


—  ¿Cómo fueron las cosas por aquí?


—  normal. ¿Paso algo…?


—  Nada—  no pasó nada. Le dije que si estaba ocupado podía quedarse en su casa o en donde debiera estar—  ayúdame a ordenar las cosas, ya que amablemente te  ofreciste a quedarte más tiempo. Lindsay, puedes comenzar con los conos.


—  eres malvado, Nate.


—  ¿oh, en serio?  Pensé que eso es lo que querían—  les digo con una sonrisa.  Los dos toman las bosas que acabamos de traer. ¿Qué fue lo que dije? Sé que Eder estaba molesto, pero no entiendo del todo porque, no dije nada aun.  


Liir y Lindsay tenía razón, ya casi no había cosas, es una buena noticia, estamos vendiendo mucho. Umm, aunque ya viene el invierno, vender helados en pleno invierno… no es la mejor idea. Tampoco puedo cerrar la heladería toda la temporada.  Debo pensar en algo para ese tiempo.


Eder no vuelve al día siguiente, ni al otro o al otro. No sé para por aquí en toda la semana.


—  oye, Nate.


—  ¿sí?


—  ¿seguro que no hiciste nada? tu amigo no ha venido en toda la semana. Es raro.


—  Me gustaría poder decir lo mismo de tus amigos—  los dos amigos nuevos de Liir se la pasan aquí casi todas las tardes, ya hasta es raro que no estén hoy. Liir me sonríe. Acabamos de cerrar la heladería, y como por fin tengo de nuevo mi auto,  le voy a llevar a casa.


—  pero si Blair ya no es mi amigo. Pero no estamos hablando de mis amigos. Se supone que tenían que hacerse más cercanos en esa salida. ¿Qué fue lo que hiciste? ¿Le dijiste algo?


—  aah, Liir… está bien que no venga. No estoy… interesado en él—  aunque si preocupado. Yo pienso que no viene por algo que hice, pero ¿y si le paso algo? quizá le golpearon otra vez, o le paso algo peor y yo estoy siendo egoísta la pensar en mí—  y si él sigue viniendo, puede pensar que estoy dándole esperanzas.


—  ¿Y? a lo mejor él quiere que te enamores de él—  eso es exactamente lo que Eder quiere.


—  no pasara.


— suenas seguro. ¿Por qué no lo intentas? Nunca he conocido a ninguna de tus parejas. ¿Te gustan los chicos o las chicas?


—  Liir.


—  Es solo curiosidad—  Liir siempre es así, los que lo conocen ya saben que basta con que no le respondan. No tengo problemas en con quien salgo, admiro mucho a las personas que pueden dejar todo por amor, como Michelle.  Yo… yo no soy una buena pareja para nadie—  ¿sabes? al menos deberías disculparte con él. Dejarle claro lo que piensas, no puede haber malentendidos.


—  eso ya lo sé, Liir—  por esto pensaba pedirle un consejo, aunque no parezca, Liir es bueno con las palabras.  No sé mucho de Eder realmente, aunque hablábamos mucho, la mayoría de las cosas eran sobre cosas superficiales. No sé su dirección, y no quise  su número de teléfono.  Me preocupa no verlo, o que pasara por lo menos un día a tomar las fotografías. Ni Liir ni Lindsay le han visto tampoco.   ¿De verdad solo se fue porque no estaba interesado? Ah, espero que sí y que no le haya pasado nada malo. 


 


—  hoy tampoco vino.


—   Bueno, no esperaba que viniera—  las mesas están vacías—  ¿ya te vas?


—  sí, ¿quieres que te ayude?


—  no, está bien así—  Liir se va, y me quedo unos momento más viendo a la nada.  Supongo que no se puede hacer nada, si él se cansó de esto está bien, debería salir con alguien más.  Que gracioso, ni siquiera hice nada para alejarlo. Supongo que ya he perdió la práctica para estar con alguien. ¿Cuándo fue la última vez que salí con alguien?  Umm…  creo que la última vez la chica con la que salí se intentó suicidar y me culpo.   No todo ha sido así, pero vamos...  la mayoría de las veces han sido así. Yo siempre tengo la culpa por algo. Porque no pongo atención, porque no estoy suficiente, siempre hay un porqué.


¿Ese es Liir? Creí que había dicho que se iba.  Espera… ¿Ese es Eder? Si, si es.  ¿Qué hace hablando con Liir?  Qué raro.  No hablan mucho,  cuando me detengo a verles, Liir sigue caminado.  ¿Eder ahora quiere salir con Liir?  


—  ¿Nate?—  ah, no me moví rápido. Eder se ha dado la vuelta y me ha visto.  Está bien, no tiene golpes ni yesos o algo que me diga que tuvo algún accidente—  hey… ¿Qué pasa?—  me pregunta. Él está bien, no le golpearon. Creo que eso me habría sentido muy culpable si le pasara algo.  Le abrazo. Está bien, está bien—  ¿Nate?


—  ¿ahora quieres salir con Liir?


—  ¡¿Qué!?


Ah, he hablado sin pensar.

Notas finales:

Nos leemos la próxima.


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