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Besos de vainilla por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola

Yo se que quiza quieran saber que paso con todos los demas, pero hoy les toca capítulo a Blair y a Liir, disfrutenlo.

La parada del autobús está a varias calles,  y por fin veo el nombre de la calle que busco.  Camino despacio, mirando los números. Desde ayer no puedo hablar con Liir, no contesta el teléfono ni le he visto conectado en alguna de sus redes sociales. Tampoco fue a la escuela. Me costó un  poco encontrar su dirección, y de hecho tuve que pedírsela a la chica que trabaja con él, quien se la pregunto al tío de Liir.


Cuatrocientos diez… once… ¡cuatrocientos doce!


La casa de Liir tiene un patio pequeño con arbustos bien recortados y un camino en el centro. La casa es dos pisos y de color azul claro. ¿Es aquí? Según el número que me dio ella este es el lugar, a menos que allá ido en dirección contraria.  Es un lugar bonito, parece tranquilo. Toco la puerta, y espero, unos segundos después escucho unos pasos apresurados y la puerta se abre.


— ¿Si? ah, Blair— casi me estrangula cuando se me echa encima y me abraza— lo siento, estoy castigado, no puedo usar mi teléfono ni la computadora, y también estoy suspendido unos días, no pude decirte nada.


— Lo imagine— Liir me hace entrar, aun abrazándome. Cuando la puerta se cierra, se separa de mí. Me mira unos momentos. Liir trae un suéter viejo, unos pantalones de mezclilla y no trae zapatos.


— ¿estás molesto conmigo?


— ¿Cómo?


— que si estas molesto. No iba a golpearlo, lo juro, pero arg… pero juro que no iba a golpearlo.


— no estoy molesto… ¿estás bien? no vi como fue la pelea, y no sé si te golpearon


— ah, no…— Liir sonríe, sentándose en el sofá— podrá hablar mucho, pero no es para nada bueno en los golpes— yo también sonrió. Ayer me encontré a Myles, un encuentro de lejos porque no tenemos las mismas clases ese día, pero pude ver que tenía el ojo morado, y una herida en la boca. Había esperado encontrar a Liir igual, pero Liir no tiene ni una sola herida o señal de que hubiera peleado.


— no estuvo bien que hicieras eso, te han castigado por algo que no vale la pena.


— ¿puedes creerlo? Estoy en la universidad y aun me castigan. Debo ser la única persona a la que le pasa— me dice, y me hace una seña para que me siente— Mi mamá no está porque salió a ver algo de su trabajo y regresa hoy, así que me espera otra larga charla de que la violencia no es buena y no soluciona nada.


— Fue… algo gracioso después— admito. Cuando la profesora Stella se llevo a Liir, la cara de Myles fue algo digno de recordar. Liir se reclina contra mí y enciende la televisión.


— no vuelvas nunca con él, o te iré a golpear. Y no porque me vayas a dejar, él es odioso, y no merece que te hayas puesto así por su culpa. Así que si vuelves con él, pensare que eres un completo imbécil e iré a acomodarte el cerebro a golpes.


— si tu mamá te escucha decir eso te irá peor.


— discúlpame con Sumiye ¿si? creo que la golpee cuando me solté, y no la veré hasta la siguiente semana.


— se lo diré.


— ¿Cómo sabias donde vivo?


— se lo pregunte a la otra chica que trabaja contigo, no me atreví a preguntarle a tu tío— y no estoy listo para ver de frente a sus mamás, pero también  por eso estoy aquí. Liir ríe,  recargándose más en mí.


— Nate ni se hubiera dado cuenta de que es lo que querías al preguntarle. Como sea, que bueno que estas aquí, estaba aburriéndome demasiado, ya he ordenado mi habitación dos veces.


— Que desgracia— me burlo.


— No deberías burlarte, todo esto pasó por estar defendiéndote— en la posición en la que estamos solo puedo jalarle el cabello.


— no necesito que me defiendan, tonto. No me afecta nada lo que digan de mí, y pensé que ibas a hacer algo así cuando comenzó a decirte esas cosas.


— ¿a mí? Pff, siempre han dicho cosas de mí, pero no me gusta que hablen de las personas que me importan. Así que este castigo vale la pena si él aprende a no hablar de más.


— creo que lo hizo.


— ah, maldición. Desearía poder verle la cara ahora.


— preferiría que dejaras las cosas así, no quiero que te metas en más problemas por esa tontería.


— si… lamento haber arruinado nuestra cita— ah, si… se supone que hoy iríamos a nuestra primera cita. El entusiasmo de Liir decae cuando lo menciona.


— no te preocupes… iremos después, cuando no estés castigado— Liir se endereza y me sonríe con tristeza. Ahora recuerdo que una vez me dijo que se la pasaba más tiempo castigado del que no. es gracioso en cierta manera que le castiguen como si fuera un niño pequeño.


— pero yo quería tener una cita hoy.


— umm… supongo que podemos tener una cita aquí— al menos hasta que llegue su mamá.  Ya estoy aquí, y yo también quería tener una cita con Liir— podemos…. ¿pedir pizza y hacer palomitas?


— ¿y unas películas?  ¿O buscamos algo en la televisión? tenemos buenos canales de paga.


— busquemos algo. Que no sea muy romántico, por favor.


— ¿Me crees capaz de elegir una película romántica?— me rio mientras me pasa el teléfono. No será capaz de elegir una así, pero no dudo que terminemos viendo capitán América o Superman— Blair, pide también sodas.


— sí.


— umm… esa es la segunda parte ¿has visto la primera?— ni siquiera sé qué película es. Niego porque tengo que hablar con la pizzería. Liir deja otro canal, una película sobre vampiros— está empezando, vamos.


— Espera…— casi me arrebata el teléfono.


— no tengo palomitas, y no debo salir. ¿Sabes que amo los vacíos en los castigos? Me dijeron que no saliera, pero no me dijeron que no podía tener una cita aquí— Liir se queda reclinado en mí.  Así no es como esperaría una primera cita, pero tiene cierto encanto también. La película me aburre, así que cuando llega la pizza, me levanto rápido. Por fin dejamos de ver la televisión, yo acomodo las cosas en la mesita, y Liir fue a la cocina por platos y vasos.


— ¿puedo cambiar el canal?


— Si—  Liir regresa con las cosas, y se sienta en el piso. ¿Comerá ahí?... pues ya que. Me siento a su lado— ¿Qué quieres ver?— Wow, esa película se ve genial… oh, rayos, es de terror. Miro a Liir, pero él está abriendo la botella de soda.


— no se… creo que esta está bien— es una película de acción. Supongo que es un punto medio— ¿te gusta?


— está bien. No la he visto— no esta tan mal,  aunque prefiero mirar las caras que hace Liir mientras la ve. Estoy tan concentrado mirándolo, que cuando voltea a verme y nuestros ojos se encuentran, no puedo moverme a tiempo. Ah, me descubrió. La cara se me pone roja. Liir sonríe, mira al suelo y luego me sonríe otra vez, se inclina un poco hacia mí. Joder.  Le beso. Liir retrocede despacio, hasta que ya no nos movemos, su espalda en el sofá.  Nos seguimos besando, Liir me pasa las manos por el cabello, y yo apoyo una en el suelo para no caer sobre él— Blair…


— ¿umm?


— Espera…— me detiene, empujándome.  ¿Qué está haciendo? yo quiero seguir besándolo. Y lo hago. El me da unos golpecitos en la espalda— creo que… es el auto de mi mamá.


— ah…— ok, entiendo. Eso es suficiente para hacer que me enderece de nuevo, y me ponga a escuchar. Oímos la puerta de un auto cerrarse, muy cerca. Liir toma otro pedazo de pizza,  yo no puedo evitar peinar mi cabello con las manos.  Unas llaves en la puerta. La miro aterrado dos segundos. No, mejor fingiré que sigo viendo la televisión. Liir hace lo mismo, poniendo una expresión aburrida mientras muerde la pizza. 


— ¡Liir!— es lo primero que se escucha, y no es un tono muy feliz. Liir hace una mueca— ¿¡Como se te ocurre  hacer eso!? Pelear de esa forma…— la mujer que entra a la sala es castaña, y parece joven.  No se parece mucho a Liir, y si tiene una expresión molesta, menos— más vale que tengas una muy buena razón para haberlo hecho.


— claro que tengo una buena razón. Es un idiota— ¿¡EN SERIO DIJO ESO!? Casi puedo ver como el enojo de su mamá aumenta, detrás de ella, la profesora Stella le dirige una mala mirada a Liir.


— Liir…


— es verdad. Y ni pienses que voy a disculparme con él— dice, poniendo sus ojos en la pantalla de la televisión.  Aunque llegué a ser un poco rebelde, solo un poco, nunca le respondí de este modo a mis padres, nunca.  No sé si reír o sentirme horrorizado por esto— habla mucho y no dice nada bueno de los demás.


— ¡Ese no es un motivo para golpear a nadie!— la mamá de Liir tiene el cabello largo, y sujeto a un lado, trae un overol de mezclilla manchado de pintura, y un maletín de viaje en una mano, aunque lo deja caer al suelo cuando dice eso. — ¿Por qué lo hiciste?


— ya te dije. Él estaba diciendo cosas— la profesora Stella me mira.


— señor Howland ¿Qué hace aquí?— uhg no creo soportar que me llame así fuera de la universidad.  La otra mamá de Liir me ve por primera vez.


— ah…yo…


— ¿Quién es?


— él es el culpable de todo esto.


— ¡¿Qué?! Claro que no— Liir se levanta— él no tiene nada que ver con eso— ah, bueno, no esperaba menos de esta visita. Se hace un silencio.


— por favor, llámeme Blair… quiero disculparme  por los inconvenientes que causo ese encuentro, y por no haber tenido más cuidado con eso— no es mi culpa que Liir decidera golpearle, pero no está de más disculparse. Aunque viendo las cajas de pizza aquí… no es tan convincente.


—no, no tienes porque disculparte por lo que haga mi hijo. Sé que no fue tu culpa.


— eh…


— alguien más debería estar asumiendo la responsabilidad.


— la asumo, no estoy diciendo que no lo hice, incluso deje que ella se llevara mi teléfono y no he usado el internet.


— claro, ¿y él porqué está aquí?


— no sé, vino a disculparse ¿no lo oyeron? Yo no le pedí que viniera.


— eso es verdad, yo conseguí la dirección por mi cuenta.  No sabía que Liir estaba castigado…— ¿debería irme? No sé si esto será una plática muy familiar o que. La mamá de Liir suspira.


— así que tu eres Blair. Entonces ¿Qué fue lo que paso, Liir?


— esa persona estaba diciendo cosas sobre Blair, se burlaba de lo  que había hecho. Como si eso no fuera suficiente— murmura eso último. Las dos se miran.


— aun así no puedes golpear a nadie por eso.  Seguirás con el castigo de Stella.


— Bien—  bueno, se nota que Liir sabe muy bien lo que hace.


— Y como sigues castigado, él tiene que irse a las ocho—  ¿yo? miro la hora, a penas son las dos. Bueno, creo que no esta tan mal, aunque esto ha dejado de ser una cita. Y por la cara que pone Liir, se que lo sabe también— Blair,  ¿te quedaras a comer?— no tengo hambre. Liir me mira, sonriendo y no ocupo leer la mente para saber que está pensando.


— sí, gracias.


— Que bien— si no fuera una situación incómoda, creo que Liir se pondría a brincar.


— y más vale que ese incidente no vuelva a ocurrir— dice, con un tono severo, aunque su expresión se ha vuelto más amable. ¿Ella sabrá lo que paso?— la comida estará en un rato, mas les vale comer bien, porque no aceptare que me digan que no tienen hambre por esa pizza.


— mamá…


— Es mi última palabra— nos dejan solos en la sala. Liir cierra la caja de pizza.


— espero que aun puedas comer algo más. Es genial que te quedes— claro, genial. Me siento de nuevo, intentando quedar algo lejos de Liir, pero él se sienta tan cerca, como cuando estábamos en el sofá.  No se reclina contra mí esta vez, pero su mano queda sobre la mía.


— ¿siempre le respondes así a ellas?


— sí. Cuando tengo la razón, o una buena causa. No soy idiota porque si.


— no lo hagas  otra vez, ¿sí? Me gustaría tener esa cita, y será imposible si te la pasas castigado por todo.


— ¡Ah! Es cierto. No hare nada para que me castiguen—  Liir me besa. No me puedo negar, aunque ahora si estoy muy consciente de que estamos en su casa y con compañía— además, no creo que me castiguen mucho por esto.


— que confiado. Debería darte otra semana por eso—  si estuviera de pie, hubiera empujado a Liir lejos de mi. Conozco muy bien el tono de la profesora Stella como para no hacerlo. 


— tú solo no quieres que salga con Blair.


— claro que no quiero que salgas con él. Apenas y han salido y ya estuviste en una pelea. Si por mí fuera, estarías castigado todo el tiempo para que no pudieran salir— Auch, esa es una amenaza muy seria— de no ser porque vi que tú los separaste, ahora mismo no estarías aquí.


— Pff, no es para tanto. Solo le di tres golpes.  Que él se pusiera a chillar como niña no es mi culpa.


—Liir, no digas eso— solo vas a empeorar las cosas, por más que diga la verdad.  La profesora Stella solo suspira, y va a sentarse a un sillón, el más alejado de nosotros. Cuando veo que se queda mirando nuestras manos juntas, deseo que vea a cualquier otro lado. Liir no se da cuenta, o no quiere hacer nada por eso, sea así o no, no pienso besarlo  delante de su mamá. No me siento cómodo ahora.  Me quedo en silencio, viendo la televisión, de vez en cuando miro a Liir, y el solo me sonríe, como si supiera lo que pienso también. 


— Stella, ven a ayudarme— suspiro cuando ella se va a lo que creo es la cocina.


— no es tan mala.


— ¿Qué?


— no es tan mala como piensas. A ella no le gusta mucho que salga con nadie, aunque siempre pienso que lo hace para probar si vale la pena. Si te rindes ahora, solo le darás la razón a ella.


— no voy a rendirme.


— lo sé— ah, no sé cómo me siento ahora. ¿Liir confía tanto en mí?  Creo que pone mucho sobre mí, pero  no lo siento así, me emociona que Liir piense que soy tan confiable.  Y que este en su casa, a punto de comer con su familia me hace pensar que esto no es un juego nada más.


— ¿a qué se dedica tu mamá? No la profesora Stella.


— mi mamá se llama Michelle, ella es artista. Pinta cuadros y hace fotografías. Las vende en galerías y eventos de caridad.


— vaya. Es un trabajo interesante.


— sí, hemos viajado mucho por ella, nuestras vacaciones son interesantes. Deberías venir una vez con nosotros, nos divertimos mucho. Y no creo que a ellas les moleste— ¿unas vacaciones con la familia de Liir? No suena mal. La familia de Liir parece peculiar.


— ¿Nate es hermano de tu mamá?


— no,  pero se lleva muy bien con mi mamá y con Stella. Y siempre nos da regalos, creo que el postre de hoy es helado que mando ayer, ¿puedes creer que fueron a decirle que no dejara que me fuera con nadie?


— sí, lo creo.  ¿Puedo ir a verte ahí?— Liir me tapa la boca, y mira sobre el sofá, hasta donde se oye los ruidos de la cocina.


— Shh… si, puedes. Ellas no dijeron nada sobre visitas aquí o en el trabajo. No lo menciones o me lo van a prohibir— ah, claro.


— ¿eso no es trampa?


— no son específicas. Yo cumplo el castigo que me dan— me sonríe. Me dan ganas de besarlo.  Ah, él no tiene remedio, en serio— Blair, ¿si te beso te sentirás muy incómodo?


— no suelo besar a nadie delante de sus padres, mucho menos en la primera cita— ni teniendo tan poco tiempo de haber salido. Liir resopla, poniendo los ojos en blanco.


— esto no es una cita, aunque fue agradable hacer algo diferente, no será una cita hasta que salgamos ¿bien? y cuando terminemos de comer, vayamos a mi habitación— ¿a su habitación? Pff…— ¿Qué es tan gracioso?


— ah…— no puedo… creo que no hay nada menos romántico que ir a su habitación en estos momentos, dejando de lado que esa frase suena muy cliché y no tiene para nada el significado que tendría en otra ocasión— nada, solo… lo que dijiste— él me ve, sin entender— me estas invitando a tu habitación en la primera cita. Con tu mamá aquí.


— ah, sí lo vez así… aunque no te invitaría a mi habitación  si estuviéramos solos— de algún modo lo sé.  Nomos quedamos viendo la televisión un rato mas, sin estar tomados de la mano ni nada.


— ¿vamos a ayudar con la mesa?


— no, ya deben estar por terminar. Quizá para la próxima, por ahora creo que mi mamá quiere dar una mejor impresión después de cómo llego— o más bien Liir no quiere moverse ahora. Quiero ayudar, pero enfrentar solo a las dos… esta no deja de ser la primera cita, y la primera vez que estoy en su casa, y que conozco a su mamá.


— chicos, está listo— ah, bien… el comedor está a un lado de la cocina, en un mismo espacio.  Las dos están trayendo los platos ya servidos. Ah, qué alivio que me gusta toda la comida. Los platos tienen una pasta que no es espagueti, con unos trozos de carne y queso. Huele bien, pero no sé si puedo comer todo lo que hay. Liir gime bajito a mi lado— ¿Qué pasa?— nos sonríe, y tengo la sensación de que esta retándonos a decir que no comeremos.


— nada. Blair, siéntate donde quieras— ¿Dónde quiera? Me siento a su lado, frente a las dos mujeres.  ¿Hablaran durante la comida? en mi casa la hora de la comida suele tener la televisión encendida, hablamos de todo. Esto está muy callado, solo piden la ensalada y el puré. Yo no toco el puré, porque estoy lleno.


— así que… ¿Cómo vas con tus estudios, Blair?— me pregunta la mamá de Liir, la profesora Stella suelta una risa.  Ah, esto será largo.


— bien,  no tengo problemas en las clases… o en la mayoría— no puedo evitar mirar a la profesora. Liir y su mamá se ríen, rayos ¿soné tan acusador?— pero en general tengo un promedio regular.


— Liir, ¿ves que no es tan difícil?


— Mi promedio no es malo.  También es regular, y un poco mejor que eso— reprocha.  Después de eso, la comida es más una sesión de preguntas. ¿Cuántos años tengo? ¿Cómo elegí mi carrera? ¿Qué pasatiempos tengo? Parece un interrogatorio disfrazado con hechos vergonzosos de Liir.


— ¡Mamá!— dice, cuando cuentan cómo se perdió una vez en una playa—  no fue gracioso, no las veía por ningún lado. Termine ¿Blair?


— ah, si…—  he acabado hace un rato. Liir se levanta y me hace una seña.


— llevare el postre a la habitación— dice, pasando a su lado. Murmuro un “Permiso”  y lo sigo. Liir lleva dos vasos de helado en las manos.   La habitación de Liir está en el segundo piso, la primera puerta en un pasillo. Para ser la habitación de Liir, es muy normal. No hay posters, ni está lleno de aparatos. Ah, según él acaba de limpiar.


— ¿te dejan comer aquí?


— Si— me pasa un helado— es de cereza, es muy bueno aunque a veces es un poco fuerte, además yo soy el que limpia. ¿Cómo se siente vivir solo?


—… es diferente. Al inicio es difícil acostumbrarse, pero ahora es más fácil.


— bueno… ahora que conociste a mis mamás, me gustaría conocer a tu familia— se deja caer en la cama, con el helado cuidadosamente en su mano— pero no te lo tomes muy intimo ¿quieres? No significa nada más.


— ¿Te refieres a formalizar la relación?— pregunto, sentándome en la alfombra a los pies de la cama. 


— algo así. Pero a mí solo me gusta conocer personas— no lo dudo. El helado es tan bueno como siempre— además es pronto para hablar de algo mas ¿no crees? Llevemos esto con calma— ¿con la esa misma calma para golpear a alguien por decir cosas?— creo que las cosas serian mejores así, y tendríamos tiempo para pensar en lo que es mejor para nosotros… 


— Liir…


— porque para ti debe ser confuso, pienso yo. Estas en el mismo edificio que tu ex, y creo que cosas así no se olvidan tan pronto. Por eso a veces que quiero besarte, o tomarte la mano, me pregunto si no es pronto— ah, creí que eso ya había quedado atrás.


— Liir— le jalo del cabello para que me mire, o no se callara si sigo esperando— ¿no te han dicho que hablas mucho?—le beso. Liir me empuja, y le veo sentarse en la cama y respirar agitado— eso ya lo habíamos hablado.


— entonces... ¿puedo besarte y tomarte la mano cuando quiera?— me está dando la espalda.


— nunca dije que no. no creí que ocupara repetirte otra vez eso— escucho su risa, y Liir da la vuelta, deja su rostro cerca del mío.


— no lo hare más. Solo era para estar seguro— ¿seguro de que? ¿Soy tan poco confiable?— estoy… muy feliz de que estés aquí. Creí que no te vería hasta que regrese a clases.


— Liir, en serio, hablas mucho— él me sonríe, y me besa.


 Arg, no es lo que planeas para una cita, pero quedarse así no esta tan mal, aunque el helado se derrita, ni que a las ocho tenga que volver a casa. 

Notas finales:

Nos leemos la próxima semana.

Gracias por leer.


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