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Besos de vainilla por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola,  esta semana regresamos con Blair y Liir, espero disfruten el capítulo.

Ah, esa es la voz de mi mamá… No quiero despertar… estoy tan feliz aquí, sin moverme. ¿Cuándo es un castigo no ir a la universidad? Ni siquiera cuando era niño fue un problema. ¿Los trabajos? bah, no es la secundaria como para preocuparme por eso.


— Liir, levántate ya. Que no tengas que ir a la escuela no quiere decir que te puedes quedar dormido hasta que quieras.


— ¿Por qué no? no tengo nada que hacer.


— Liir, no me hagas repetirlo— su voz se aleja.  Ah, que sueño. Anoche ni me pude dormir tarde, sin internet ni teléfono fue aburrido hasta que me dormí. No es la primera vez que me castigan así, y dios, como he discutido con ellas por eso. No soy un niño, técnicamente casi  soy un adulto y siguen castigándome como si fuera un niño. Esta vez supongo que se preocuparon más que otras veces, hace años que no peleaba con nadie, aunque cuando estaba en la primaria peleaba mucho, cada que se burlaban porque tenía dos mamás, o cuando decían algo que me gustaba sobre ellas. Uno pensaría que no pasa tan seguido, pero pasa.  Después aprendí a no ser tan tonto y golpearlos ahí mismo. Hay formas más sutiles de darles su merecido a esas personas.


— Liir ¿ya estas despierto?


— Sí, ya voy— son las seis de la mañana— son malas, ¿Por qué tengo que despertarme ahora si no iré a ningún lado?


— deje una lista de tareas en el refrigerador.  


— ¿y? ¿Tienen hora límite o qué?


— Liir…


— ah, tengo sueño— me siento en la mesa.  Stella me sonríe, pero no está siendo amable, mi mamá me deja un plato con huevos y tocino en mi lugar de la mesa— ¿Qué no hoy tienen esa cena de no sé qué cosa?


— tenemos. Tú también vas a ir.


— ¡Pero ya habíamos dicho que me iba a quedar!


— Sí, antes de que pelearas— ella deja su plato con más fuerza de la que requiere. Ah, ni hablar. ¿Cómo me defiendo se eso? si, pelee, por una buena causa, pero lo hice—  así que termina todo antes de que nos vayamos. A las ocho.


— A las ocho— repito.


— y más te vale terminar todo.


— sí, si— no tengo hambre, pero aun así me pongo a comer, despacio. Creo que lo que me pondrán a hacer será difícil, no veo otra razón para que me lo repitan más de una vez. También tengo que preguntarle a alguien sobre los trabajos que han hecho estos días. Uff, me salve de no quedar suspendido la semana pasada que estuve entregando trabajos. No tengo notas tan buenas, pero tampoco he repetido ninguna materia y no quiero hacerlo por culpa de un idiota como él…  y como yo que le golpee sin pensar. No me arrepiento de nada, incluso valdría la pena si pudiera verle con un ojo morado.


—  ah, Liir, espero que esa pelea no se repita.


— ya te dije porque fue. Pero no lo hare otra vez.


— me sorprende que fueras tan idiota como para golpearlo, habiendo tantas maneras de hacerle algo.


— Stella, ese no es el punto.


— ¡ah! Vieja bruja ¿crees que puedas molestarle un poco en tus clases?— rayos, ¿Cómo no se me ocurrió antes? Ella sigue bebiendo su café, ignorando la mirada molesta que nos dirige mi mamá— vamos, sé que le das clases a todos en esa carrera, y que estas molestando a Blair en las clases.


— eso sería abusar de mi autoridad con los estudiantes, Liir, yo no hago eso, es una falta grande profesionalismo.


— No inventes. Sé que te encanta hacer sufrir a todos.


—suficiente. Stella, se te hará tarde, Liir, deja de pensar tonterías, si vuelvo a enterarme de que has molestado a ese chico…


— Entendí— ah bueno, mientras no se entere... mi mamá sale de la cocina, creo que tiene alguna clase de fotografía al aire libre o algo así, a veces da ese tipo de clases, pero nunca muchas. 


— Por cierto, Liir, no tienes que decirme que hacer— me dice Stella, limpiándose las manos con una servilleta. ¿Está diciendo lo que creo? Mi mamá ya no puede oírnos, sonrió cuando se levanta y me sonríe también. 


— sabes que por eso te quiero.


— que mocoso tan malagradecido. No nos des más problemas, ¿entendido?


— entendido.


— pero ni se te pase por la cabeza que voy a ayudar a ese chico Howland— ah ¿es mucho pedir que le llame Blair? Es más corto y menos difícil. Ni siquiera porque su nombre es mucho más parecido al de una bruja que el mío, ya que al parecer le gustan. ¿Si yo fuera una chica me hubieran llamado Blair?


No me acabo el desayuno, y tengo muchas ganas de volver a dormirme, pero esa maldita lista. De no ser por esa lista. Y apenas está amaneciendo…   ¿puedo dormir más?  Suspiro, viendo la nota en el refrigerador. Pues que más.  


 Lavar los platos.


Cambiar las cortinas


Revisar las hojas de las cañerías del techo


Limpiar el patio…


¿Para qué tengo que subir al techo?  ¡Nadie revisa ahí! ah, tan solo eso y limpiar el patio me tomara mucho tiempo.  Son casi las diez cuando me pongo a hacer las cosas de la lista. Inicio con sacar la ropa de la lavadora, dejare el patio para el final. Al menos se que no van a venir a comer y no tengo que hacer la comida también. Ah, sí tan solo tuviera mi teléfono. No he querido preguntar aun cuando volveré a tenerlo porque han estado aun muy alteradas con eso.  No me molesta que me traten como un niño, porque no lo hacen siempre. Además, es divertido hacerlas enojar un poco.


Después de las tres, estoy cansado, tengo hambre y solo quiero sentarme a ver televisión. Aun me falta mucho… ah, es lo malo de tener una mamá que ha dado clases por años, siempre sabe cómo poner castigos, esto es obra suya.  Mi consuelo es que hoy puedo comer cualquier cosa, sopa instantánea, por ejemplo. A ellas nunca les gusto esa comida, y siempre ha estado como prohibida. A mí me encanta…  en la casa no hay, pero hay una tienda no muy lejos de aquí. La lista puede esperar. Me pongo los zapatos y tomo el dinero que está encima del horno de microondas. Cuando salgo, choco de cara contra alguien.


— ¿¡Blair!?


— Dios ¿puedes recibir a alguien como los demás?— la voz de Blair se oye gangosa, su mano en la nariz.


— lo siento. No te esperaba.


— ¿A dónde ibas? No venias a abrir la puerta.


— iba a…  no importa— ¡Esta aquí! otra vez— Me alegra que estés aquí otra vez.


— Pensé que estarías aburrido sin tu teléfono... y Sumiye le pidió a su hermana que te consiguiera las cosas que tienen que entregar esta semana y la siguiente— arg, tenía que arruinar el momento. Blair ríe.


— estuve haciendo los pendientes de la casa, y tú me traes más. Eres el novio ejemplar, Blair. Vamos, iba a comprar la comida— creo que Blair piensa igual que mis mamás respecto a la comida, si le digo que voy a comprar, no me dejara. Suficiente tengo con ellas— ¿y qué tal todo?— pregunto, tomándole de la mano.


— es aburrido sin ti. Aunque no creerás lo tranquilo que me han dejado estos días. Todo el mundo se enteró de que golpeaste a Myles en clases, y que estamos saliendo, al parecer creen que harás lo mismo si me molestas— el tono que usa para decir eso último, me hace reír. Ah… como si no fuera suficiente con que piensen que debo defender a Blair.


— ¿Entonces soy más rudo que tú?— Blair parece alguien problemático, pero es un completo fiasco en eso. Es una buena persona a la que le gusta vestirse un poco rebelde. 


— todos se llevaran una fuerte desilusión cuando sepan que tú eres el que golpeo a Myles.


— oye…


— ¿tus mamás no están aquí?


— salieron, no sé qué iban a hacer—a lo mejor nada y solo querían dejarme a solas para que hiciera todo. Solo suelto a Blair cuando llegamos a la tienda, para tomar las cosas que quiero. Él hace muecas, pero no me dice nada cuando ve toda la comida chatarra que llevo— ¿quieres una?


— ¿Cómo puedes comer eso?


— Bien, no te comprare nada— mientras regresamos, le cuento de las cosas que tengo que hacer para antes de las ocho.  Blair me espera en la sala mientras pongo agua a hervir. Le encuentro mirándome, y nos sonreímos. Me gusta cómo me mira Blair, esa fue la razón por la que le bese esa vez, cuando jugábamos en la lluvia.  Siempre me pone atención, aunque esté diciendo cosas que no entiende, no finge escucharme, me escucha y se entretiene con lo que digo. Me ve como si fuera importante, y me gusta sentirme importarte.


— Sumiye se disculpa por no poder venir.


— ¿ah, sí? ¿Tiene más clases? No he podido hablar con ella, debería invitarla a comer un día.


— Quizá… ven— me voy a sentar a su lado. ¿Qué querrá decirme? Puede decirme lo que sea, no hay nadie, quizá se le olvido o… ¿un abrazo? el olor de su ropa me llena por completo. Un abrazo… Blair…— te extraño mucho en la universidad.


— ¿s—si?


— eres el único motivo porque podía estar allá sin volverme loco  o tener que dejar de hablarle a todos.


— estas… muy cursi hoy— pero eso me hace sentir bien. Siento que las orejas se me ponen rojas, y creo que estamos tan cerca que puede sentir mi corazón latiendo como si terminara de correr.


— quizá. Pero es verdad.


— Volveré el lunes— no puedo verle la cara, pero me pongo a tocar su cabello. No tengo nada con el cabello,  pero el suyo es suave, y se siente bien tocarlo— no es tanto tiempo, y siempre puedes venir a verme aquí, o a la heladería. Mañana voy a volver, Lindsay me cubrió ayer, hoy es mi día libre.


— ¿Te dejaran salir?— eso es una burla. Le jalo el cabello.


— ese es otro castigo ¿recuerdas?


— ah, cierto. Te invitaría a mi casa, para variar, pero no  te van a dejar— que gracioso. Intento soltarme, pero el solo me aplasta más contra él.


— ¿quieres matarme? Búrlate todo lo que quieras, pero al menos no soy el chico al que molestan en la universidad porque te dejaron.


— Ese fue un golpe bajo, Liir— sus brazos se tensan, y caemos hacia atrás, hacia atrás mío. Tenemos una lucha para evitar caer, hasta que siento cosquillas en el cuello. Dejo de pelear, y Blair también deja de moverse.


— ¿Blair?— algo húmedo me roza el cuello. Me intento levantar y alejarme, pero olvido que Blair no me ha soltado. ¿Qué está pasando?— o—oye… ¿Qué estas…?— ¡Me mordió! Él…


—  Mi venganza—  me suelta al fin, y me mira sonriéndome como si no hubiera hecho nada. No lo creo, ¿en serio lo hizo? Me llevo la mano a donde aún me punza la piel.


— ¿Qué? ¿Estás loco? ¿Quieres que me dejen encerrado aquí hasta que tenga treinta?  Con lo histéricas que son mis mamás, de seguro…— me besa— Blair, esto es serio… no me molesta, es decir, somos pareja y esto debería ser normal, pero…


— claro que lo sé. No fue tan fuerte, no dejara marca.


— ¿ah, no?


— No— pues yo lo sentí demasiado fuerte. Blair me sigue sonriendo. Somos pareja, es verdad. No me arrepiento de haberle dado ese helado en el parque, ni de haber chocado con él al otro día en la universidad.  Estamos saliendo, cosas como estas deberían ser más normales, yo quería que nuestra relación cambiara, no tengo porque sorprenderme tanto de que él también quiera lo mismo. Podemos hacer estas cosas— ¿Liir? ¿Estás bien? eh, si fue demasiado lo siento, yo no estaba pensando— le hago una seña para que se calle,  el me mira, juntando las cejas.


— Déjame pensar unos momentos— pone los ojos en blanco.  No me molesto que hiciera eso, fue… extraño. Menos torpe que las veces anteriores que estuve con alguien. Le sujeto de la cabeza y le beso. Me dan escalofríos.


— ¿Qué pensaste?— sus labios se mueven contra los míos.


—  que… está bien esto. Me gusta el cambio…— nos besamos otra vez, y otra. No importa cuántas veces, solo nos besamos. Nos recostamos en el sofá, es incómodo, pero quiero esto ahora, y eso no lo impedirá. Su mano acaricia mi caballeo y sigue hasta mi cuello, donde me mordió. Meto las manos en su camisa. Le oigo quejarse.


—  tus manos están frías.


— ¿De verdad?— sonrió y abro mis manos, tocando lo más que puedo. Él se queja más.


— ¿Quieres jugar?—  me detiene las manos, y gira. Le sonrió. Sí, quiero jugar. Blair termina casi encima de mí.


— depende de qué tipo de juego estés proponiendo.  


— claramente quisiera jugar videojuegos, pero creo que tu aún tienes un castigo pendiente por golpear a mi ex.


— Que descaro… ah, Blair…— le sonrió— tú vives solo ¿verdad?— aun no suelta mis manos, he estado intentando soltarme, sin muchas ganas diría porque tampoco me podría tener así con tan poca fuerza. Me  inclino hacia adelante, a su cuello. Cuando se da cuenta de que lo que estoy haciendo, me suelta y se aleja de mí.


—  ¡Hey!— me levanto, dejándome caer contra él, logro tirarle y sentarme sobre él.  Ahora soy yo el que le intenta detener.


— ¿Esto será un juego de castigos?— pregunto. Ah… si esto sigue aquí estaremos en problemas. No quiero terminar haciéndolo con él ahora, apenas y nos conocemos, y estamos en el piso de la sala de mi casa. Blair se suelta, pero no me mueve.  Me jala de la camisa para besarnos.  Apoya las manos en mis piernas.  Ah, demonios ¿Por qué tengo que respirar? Bueno, puedo hacer lo que quería al inicio de esto. Ahora que Blair no puede moverse, es más fácil morderle como hizo él, con la diferencia que  yo  sí quiero hacer una marca.


— Liir… esto… debemos detenernos. Yo…— se le escapa un jadeo cuando doy una lengüetada.


— ¿Por qué?


— joder, Liir, eso no se pregunta. Lo último que quiero es que la profesora Stella nos vea así— le siento temblar debajo de mí. No aguanto la risa. En serio es divertido que le tema a mi mamá así. Le beso, rosando nuestras narices— es injusto que tú puedas usar a tus mamás para evitar algunas situaciones.


— bueno, no quieren pagarme un departamento y no quería trabajar aun.  


— ¿Puedes bajarte?— ah, claro. Me siento frente a él— ¿a que huele?— ¿umm? Huele como si estuvieran quemando plástico…


— ¡La estufa!— me levanto. Deje el agua para la sopa instantánea en la estufa, encendida… por… ¿Cuánto tiempo fue?  Escucho a Blair seguirme, el agua literalmente se ha quemado. Cuando ve que no paso nada, le escucho reír— rayos…


— dios, Liir, sí que sabes cómo romper un momento romántico.


— Tengo muchos talentos— respondo. Ah, esto no tiene caso. Dejo el trasto en el fregadero, usare el horno de microondas. Estar enamorado comienza a ser un peligro físico para mí. Me rio de pensarlo— eres una gran distracción.


— ¿y eso es bueno o es malo?


— no lo sé.


— ¿Sabes que eso te hará más daño?— apoya su cabeza sobre mi hombro— ¿Cómo puedes comer eso?


— déjame, es el único momento que tengo para comerla. Y todavía tengo que limpiar el patio.


— Puedo ayudar con eso— me vuelve a abrazar. ¿Acaso no quiere que coma? ¿Cómo piensa que voy a comer así?  Uh es una lucha muy dura entre mi deseo de comer y el de que querer que Blair me siga abrazando. 


— Si quieres— ¿Qué le pasa a Blair hoy? ¿O acaso siempre es así?  Es extraño, eso de ser tan amigos antes y ahora ser pareja… ¡Y de ninguna manera le preguntare sobre su ex!  Me doy la vuelta, quedando de frente.


— Me gusta estar contigo… pero ¿puedo comer primero?— él se ríe otra vez y me besa.  Me acompaña a la sala, la sopa está caliente aun. Me siento en el suelo, apoyando mi espalda en las piernas de Blair, que se sienta en el  sofá.  Blair se sigue quejando de la sopa, pero como lo ignoro, me comienza a hablar de sus clases. Nos quedamos un rato más viendo un programa de concursos, y luego comenzamos a limpiar el patio.


— Wow, creí que era un patio pequeño.


— No es tan grande…—  bueno, sí, es grande. Y tiene tres árboles, y en esta época hay muchas hojas en el suelo— hay unas escobas en esa puerta, iré por las bolsas de plástico— al ver el patio, en serio agradezco la presencia de Blair.  Nos toma una hora dejar el patio sin hojas, casi ni me canse, lo que no hubiera pasado si él no estuviera aquí— ah, Blair, podría besarte.


— ¿Por qué dices podrías? Bésame.


— ¿ah?


— Estuve trabajando duro y ni siquiera es mi castigo— pongo los ojos en blanco, pero me acerco y le beso.


— Pero no le digas a nadie que me ayudaste, o me pondrán a hacer otra cosa— tampoco es que sean castigos severos, señal de que no piensan castigarme por mucho— ¿sabes? pienso que le agradas a mi mamá, a las dos— el suelta un “Ja” bastaste chistoso.


— ¿Qué le agrado a la profesora Stella?


— te diré un secreto, pero cuando lleguen— le arrastro conmigo hasta la sala. Ya casi son las siete, ¿a qué hora dijeron que vendrían?— oye… hay una cena aburrida a la que me tengo que ir. ¿Quieres venir? Será menos aburrido si vienes.


— ¿cena? No creo que este vestido para una cena, ¿y qué dirán tus mamás?


— No es una cena de gala— justo en ese momento, la puerta se abre y ellas entran— mamá, invite a Blair a la cena.


— pues si ya lo invitaste…


— Stella. No, claro que  no hay problema. Solo es una cena de demostración de los miembros de la clase que di hace un tiempo. Estaría bien que nos acompañaras.


— Gracias— si Blair esta incomodo, no lo demuestra.


— Liir ¿terminaste todo?


— ¡Claro! Blair, ven.  Nos llaman cuando nos tengamos que ir— aunque sea egoísta, me siento feliz de que Blair viva por su cuenta. Dejo a Blair esperando en mi habitación en lo que me doy un baño.


— tienes muchos de estos— me dice cuando regreso, ya cambiado. Blair sostiene uno de mis lentes de sol— ¿te gustan mucho?


— Son Cool— fueron el primer regalo que me hizo Nate, y desde entonces me gustan mucho.


La cena no es elegante, no le mentí a Blair, pero como mi mamá tiene que hacer el recorrido, saludar a mucha gente y un montón de cosas más, mejor me escapo con Blair al bonito jardín que tiene el salón. Todos están adentro, afuera hace frio.


— Liir, vamos a enfermarnos— me dice, yo me burlo de él extendiendo los brazos para mostrarle que no tengo frio— ven acá— me abraza.


— ¿Qué tal? ¿No es demasiado para ti?— le extiendo una bolita de chocolate que tome de la mesa antes de salir. Me muerde los dedos cuando se los doy.


— no. está bien,  es como tener una cita… con vigilancia— me rio, acurrucándome más en él.  El frota mis brazos.  Me gusta, en serio me gusta esto. Quiero pasar más tiempo con él tener una cita real, pasar un buen rato a solas, en un lugar que no sea mi casa— ¿ya puedes decirme porque lo agrado a tus mamás?— me giro, y me pongo a jugar con el cuello de su camisa.


— ah, bueno, a mi mamá le agradan todos. Y a Stella le gusta desafiar a los estudiantes que tienen potencial. Si te reta es porque vio que tienes futuro. No se molesta con nadie que no tenga futuro, lo sé muy bien.


— te enseño a hablar muy bien ¿eh?


— muchos opinan igual… ah, ahora que lo recuerdo… ella les hará un examen sorpresa. No sé qué día,  pero vi las copias en su escritorio esta mañana.


— ¿de verdad? Rayos. Gracias por decirme— me besa, nos besamos. Me gusta sentir sus manos, sus leves caricias en mi espalda y en mis brazos.  Siento que fuera  como esas bolitas de chocolate y  me derritiera en sus manos.

Notas finales:

Gracias por leer, hasta la próxima semana.


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