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Besos de vainilla por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

 

Un capítulo mas del dulce amor de Blair y Liir. Espero que les guste.

Todavía faltan unos minutos para que sean las siete de la mañana, apenas y hay luz, pero ya estoy delante de la casa de Liir.  Puedo ver luz en las ventanas,  es buena señal, al menos sé que hay alguien despierto.  Dejó la maleta en el suelo y toco la puerta. No sé cómo se me ocurrió la idea de invitarlo, estoy muy feliz con Liir, no me gustaba la idea de no vernos en todas las vacaciones, pero  podía vivir con eso, como él dice, no es bueno estar tan pendientes del otro.

 

— ah, eres tú.

 

— buenos días, profesora…

 

— si, si… ¡Liir!— dice, entrando. Deja la puerta abierta y lo tomo como invitación para entrar. La otra mamá de Liir está en la cocina, bebiendo café. Es fácil saberlo por el olor que hay en la casa. Arriba escucho los pasos del que debe ser Liir, y adivino que está corriendo de un lado a otro de su habitación.

 

— ¡Ya voy!

 

— buenos días, Blair. ¿Quieres café? Creo que mi hijo tardara un poco.

 

— no gracias, acabo de terminarme uno— no es mentira, lo hice apenas me levante. Por suerte, no fue tan temprano porque anoche termine de guardar mis cosas.  Miro alrededor, no sé muy bien qué hacer, así que me siento en el sofá, me siento un poco incómodo a solas con las dos mujeres, aunque ellas no me están poniendo atención.

 

— no te preocupes por llegar tarde ¿bien? les llevaremos a la estación de autobús.

 

— oh, está bien. Aún tenemos tiempo, así que no estoy preocupado— me imagine que Liir tendría problemas para hacer esto a tiempo, así que preví todo para llegar más temprano aquí. Le escucho correr por las escaleras, y luego se asoma.

 

— ¿has visto mi camisa blanca? 

 

— en el armario.

 

— gracias. Ya vengo— vuelve a perderse por las escaleras, y unos momentos después, escuchamos el arrastre de la maleta.

 

— ¿estás listo?

 

— sí. ¿Aún estamos a tiempo?  No cambiaste los boletos ¿verdad?—  le sonrió, y me olvido de que no estamos solos, en parte, porque no le beso, pero si me siento más relajado.

 

— todo sigue igual.

 

— Bien, vayamos entonces— me quedo atrás para salir junto con Liir.

 

— lo siento, anoche estaba tan emocionado que no podía dormir, me costó despertar, aun con la alarma me quede dormido otra vez, hasta que mi mamá fue a despertarme.

 

— ah, lo supuse. ¿Qué haces cuando tienes clases temprano?—  él me sonríe, como si fuera algo gracioso.

 

— ¿clases temprano? Todas mis clases son después de las nueve, por eso casi no voy a la universidad con mi mamá, me verías más seguido por ahí si me pudiera levantar más temprano— no se me hace nada raro.

 

— Bueno, al menos llegas a las nueve— subimos las maletas al maletero, y luego nos acomodamos en la parte de atrás.

 

— solo tengo clases en la mañana porque tengo que ir a trabajar con Nate, si no hubiera tomado clases por la tarde— nunca me había puesto a pensar en la increíble cantidad de coincidencias que hubo para que nos conociéramos—  al menos puedo quedarme despierto cuando me levanto de la cama.

 

— si es que logras levantarte de la cama— Liir refunfuña algo que suena como “eso no es igual”. Me gusta la forma en que conviven, es una forma muy despreocupada y cariñosa, si bien yo nunca les contestaría a mis padres de la forma que Liir hace.

 

La estación de autobús está llena, y parece que es el único lugar que tiene movimiento a esta hora. La mamá de Liir se tiene que meter al estacionamiento de una tienda de autoservicio y luego tenemos que cargar las cosas hasta la estación y buscar la sala de donde saldremos. Eso último no es tan difícil, porque la sala es de las primeras que hay en el lugar.  Nos sentamos frente a un grupo de chicas envueltas en cobertores. 

 

—no olvides llamar cuando llegues.

 

— no lo olvidare.

 

— no hagas una tontería.

 

— ay, por favor. No soy un niño que va de excursión por primera vez. Estaré bien— fuera de qué habla mucho, Liir es muy tranquilo. Creo que les agradara a mis padres, Liir puede hablar de cualquier cosa, y no es tan raro como pensaba al inicio.

 

— no se preocupen, no hay nada peligroso que hacer en donde vivo—y aunque lo hubiera, si supiera que Liir es mas impudente, no lo acercaría a ese lugar. No sé si es mi imaginación o no, pero creo que aun no confían en que vamos a casa de mis padres ¿están pensando que iremos a pasar las vacaciones a solas? No es mala idea, pero si así fuera, no veo problema en ocultárselo. Liir confía en ellas ¿No?— y si quieren pueden hablar con mis padres también, cuando lleguemos.

 

— ya veremos.

 

— ah, les prepare algunos bocadillos, para el camino. Supongo que tampoco desayunaste— sonrió, no lo hice. A mi favor, era muy temprano y nunca me da hambre tan temprano— más les vale acabarse todo.

 

— sí, mamá. ¿Ese es nuestro autobús?— pregunta, cuando un autobús entra en la zona por donde debemos subir. Miro el número en los boletos.

 

— Sí— miramos como se hacen las maniobras para que quede en el pequeño andén y podamos subir cuando sea la hora, porque todavía quedan como veinte minutos— ¿estás seguro de que quieres ir?— le pregunto, muy bajito para que solo él me escuche. Liir me mira, curioso. Dirige una mirada a sus mamás.

 

— Claro, ¿ya te estás arrepintiendo?—habla bajito, inclinándose hacia mí, fingiendo que está observando cómo suben una aspiradora al autobús. Al menos iremos limpios.

 

— no, solo…

 

— ¿acaso me estas probando?— me pregunta, su sonrisa ahora burlona— no puedo creerlo. ¿Qué esperas? ¿Qué diga que mejor no voy?— está usando un tono muy falso de indignación.  Le miro, intentando ver que tan en serio está hablando, pero Liir se gira hacia las mujeres— ¿ya es todo?

 

— parece…

 

— ¿llamaron a mi padre?

 

— si… parece que no está sorprendido porque te vayas solo a quien sabe dónde— Liir pone los ojos en blanco. Es... raro para mí que hablen de su padre, alguien a quien no conozco, y que parece no faltar en la familia. Es como una pieza extra en una bonita estampa familiar. ¿Por qué ella insiste en mantener el contacto? A Liir no le gusta, y ya es grande como para que haga alguna diferencia.

 

— no importa.

 

— llámanos ¿sí?

 

— Sí, tu mándame fotos, sé que no iban a llevarme a su viaje de todos modos— su mamá sonríe, avergonzada— y cómprame un regalo.

 

— ya veremos. Ya están registrando el equipaje, lleven sus cosas—  le da un empujoncito a Liir. No hay muchos pasajeros en ese autobús, solo una pareja con un niño pequeño delante de nosotros, y creo que vi bajar como a cuatro personas cuando llego. Posiblemente sigan en el viaje, porque no les vi bajar con equipaje.  La pareja de adelante tiene varias  maletas, así que esperamos hasta que terminan y  luego dejamos que suban las nuestras.  Me quedo viendo como Liir regresa con sus mamás, hablan un rato y luego les da un abrazo y un beso a cada una.  Yo… debería agradecerles, ¿no? por traernos, y por dejar ir a Liir.

 

— eh…— no sé qué decirles. Un “gracias” me parece algo vacío.

 

— Solo cuida bien de Liir— me interrumpe su mamá, abrazándome. El abrazo me toma desprevenido, pero logro regresarle el abrazo. La profesora Stella solo me mira,  es como me ve cuando está decidiendo que calificación ponerme después de una presentación oral.   

 

— Claro— no se si no le han creído a Liir, pero ¿Qué esperan que hagamos? No vamos a hacer nada peligroso.

 

— y  recuerda que te hare responsable si algo le pasa.

 

— Ya mamá, deja de acosar a mi novio— Liir me aleja de ellas, sujetándome del brazo— Nos vamos subiendo, nos vemos en dos semanas.

 

— llámanos en cuanto llegues.

 

— sí. Vamos— Liir me extiende la otra mano, no estoy muy seguro de lo que quiere, hasta que noto que están revisando los boletos para subir al autobús. Me cuesta sacar los boletos de mi abrigo, pero logro dárselos. No me suelta cuando llegamos delante de la puerta, y le extiende los dos boletos a la chica que esta revisándolos.

 

— Que tengan buen viaje— dice, después de leer y regresarnos los boletos. Estoy subiendo los escalones cuando me detienen, Liir no se ha subido.

 

— ¡Nos vemos!—   grita, agitando la mano para despedirse, luego sigue caminando. Nos soltamos porque el pasillo es corto y es difícil caminar como estábamos—doce… quince… dieciocho, es aquí. ¿Puedo ir en la ventana?

 

— Conozco el camino de memoria— me encojo de hombros, es un detalle sin importancia. Liir se quita la mochila que trae, y en donde metió lo que le dio su mamá— ¿Qué te dio tu mamá? Me está dando hambre.

 

— oh... deben ser sándwiches. Yo traje papas fritas, pero creo que es temprano para comerlas. Son dos horas de viaje ¿no?

 

— Casi—  Liir me pasa la mochila completa. Dentro solo esta su computadora y un montón de cables, además de la bolsa que le dieron. Si son sándwiches.  Tomo uno y le regreso la mochila— si hace muchas paradas, pueden ser hasta tres. Pero vale la pena. ¿Nunca has ido hacia esta zona?

 

— salgo mucho, pero casi siempre es a ciudades, playas o cosas así.  Creo que una vez rentamos una cabaña en un bosque, pero no me acuerdo muy bien. A Stella no le gusta mucho acampar, y mamá se enfoca en tomar fotografías de las personas. 

 

— Umm— le diría que no se aleje de mí en lo que estamos en casa de mis padres, pero el lugar no es tan grande como para que Liir se pierda. Vivo en una zona semi-urbanizada, es una ciudad pequeña rodeada de bosques. Al menos no es un pueblo en medio de la nada. Mientras a Liir no se le ocurra hacer senderismo…

 

— ¿le dijiste a tu familia que voy?

 

— sí, les dije, aunque…— no pude decirles que era mi novio.

 

— ¿aunque?

 

— les dije que iba a llevar a alguien. No podía decirle por teléfono a mi mamá que iba a llevar a mi novio. No es algo que se diga en una llamada.

 

— tienes razón. ¿Y piensas decírselo?—me pregunta, sacando otro sándwich. No está molesto, o no  parece molesto.

 

— claro que sí, pero no llegando. Eh… no creo que vayan a querer dejarnos dormir en la misma habitación si saben— Liir comienza a toser, atragantado con la comida. Le doy unas  palmaditas en la espalda— ¿Estás bien?— su cara esta roja, pero creo que es porque casi se ahoga.

 

— ¿¡Dormir juntos?! Santo cielo, Blair, aun ni salimos de la estación y ya estas pensando en dormir juntos.

 

— ¡Liir! No… ¡Yo no...! No estaba pensando en eso— bajo la voz al notar que estaba por gritar. Me siento acalorado— lo decía en el sentido de que no querrán que nos quedemos a dormir en la misma habitación, en diferentes camas y eso. Como personas normales— Liir se está aguantando ahora la risa.

 

— pues las personas normales también tienen sexo.

 

— fingiré que no escuche eso.

 

— tú iniciaste— me dice, sonriendo. Pero después de eso comienza a hablar sobre las últimas novedades que hay en sus amados videojuegos. Creo que es un tema más normal para un viaje en autobús, en el que cualquiera puede escuchar.  Un rato después de que salimos, la voz de Liir comienza a sonar cada vez menos,  luego solo va mirando por la ventana. Le tomo la mano, lo más discretamente que puedo.

 

— estoy feliz de que vengas.

 

— ¿ah, sí?

 

— No tienes idea de cuánto— no pensé que traería tan pronto a  mi novio a casa de mis padres. Había pensado que un día tal vez podría traer a Myles, que bueno que me di cuenta de que él no valía la pena.

 

— ¿Cómo es tu familia? Ya sé que los voy a conocer pronto, y no estoy nervioso, pero hace un tiempo fui a la casa de una amiga, su papá tenía problemas de ira y tenía un par de hermanos menores muy traviesos, además, su mamá tenía una severa alergia al chocolate, claro que era un mal momento para llevar una mochila llena de chocolates.

 

—  vaya, no, mi familia es… normal.

 

— ¿Normal como la mía?— está bromeando. Le miro, sonriendo.

 

— no veo nada malo con tu familia. Mi padre trabajaba en una fábrica en las afueras, mi madre da cursos de cocina algunas tardes, en vacaciones tiene también clases en las mañanas, por eso dije que sería aburrido estar aquí.

 

— ¿y tus hermanos?

 

— no vendrán hasta la siguiente semana. Por ellos no me preocupo.

 

—  Será interesante— dice. Hablamos un rato más, y luego poco a poco dejamos de hablar, Liir se queda dormido antes de la mitad del viaje. Se nota que no está nervioso, y le creo cuando me lo dice, porque él no es del tipo de persona que se pone nervioso por ningún motivo, en realidad. Yo si estoy un poco nervioso. No he hablado con mi familia sobre Liir, hable poco con ellos desde que termine con Myles,  de quien si hable mucho, así que no se me ocurre mucho para explicarles.

 

— oye, Liir.

 

— ¿umm?

 

— Ya casi llegamos— Liir abre los ojos de inmediato. Sonrió, porque yo nunca podría dormir como él en un autobús.

 

— ¿ya? ¿Cuánto me dormí?

 

— Casi todo el camino— hablamos un rato mas en lo que llegamos a la estación. Yo me levanto primero, salimos a la estación. Esta haciendo más frio del que  pensé.

 

— No me dijiste que vivías en medio del bosque— Liir está mirando el camino por el que llegamos, rodeado de arboles.

 

— No estamos en medio del bosque— tomo la maleta de Liir, que me están extendiendo, y luego se la paso. Nos quedamos en la estación, casi solos. No hay nadie esperándonos, Liir mira con atención a las personas que andan por ahí y luego se gira a verme— no le dije a mis padres que llegaba hoy. Solo les dije que iba a venir.

 

— ah. ¿Y entonces que vamos a hacer?— había pensado en ir a mi casa y darles la sorpresa cuando llegaran, pero ahora que traigo a Liir prefiero hacer otra cosa.

 

— Vamos a las clases de mi mamá—  lo ideal sería ir a casa primero para dejar las maletas, pero eso sería dar un rodeo grande y luego regresar— ¿puedes cargar la maleta?

 

— claro que puedo. Te sigo— cargo la maleta y salgo de la estación.  Liir me sigue, mirando todo alrededor como típico turista. Me hace reír— ¿Qué te divierte?

 

— en serio parece que nunca saliste de una ciudad.  Vamos, el centro comunitario no está lejos— llegar a casa desde aquí tomara más tiempo, pero el centro comunitario esta a unas calles, podremos usar el auto de mi mamá para ir, o pedir un taxi.

 

— mira, también hay taxis aquí.

 

— Si, Liir, solo es una ciudad pequeña— el centro comunitario está abierto, como esperaba. Paso los salones que están ahí, dirigiéndome al del fondo. Huele a comida, y se oye el ruido de los trastes. Le hago una seña a Liir para que se quede atrás, y me asomo a la puerta. Mi mamá está al fondo del salón, inclinada sobre la mesa de una de las chicas que está ahí.

 

— ¿Cuál de ellas es tu mamá?

 

— Liir…— suspiro— es la que está de pie, la del vestido verde.

 

— oh— no sé si mi mamá nos oye o nos ve en la puerta, levanta la mirada y nos ve, luego vuelve a ayudar a la chica. Segundos después me mira de nuevo. La veo disculparse, y empujo a Liir hacia atrás. Ella llega segundos después.

 

— Blair, ¿Cómo…?

 

— Sorpresa— digo. Mi mamá sonríe, y me abraza.

 

—  tú… deberías avisar que día vienes— le sonrió— ¿y... es tu amigo?

 

— él es Liir.

 

— hola… ¿están haciendo estofado? Mi mamá hace también, y huele igual. Ah, lo siento. Gracias por dejarme quedar en su casa, es muy amable— mi mamá ríe. Ella esta como la recuerdo, su cabello oscuro en una trenza, es más bajita que yo y más morena también.

 

— no hay de qué. Blair, deben están cansados, vayan a casa, no puedo dejar la clase así, llevare algo de la comida— Ah, creo que no dejara pasar el que no le dijera que llegaba hoy. Ella vuelve a entrar a la clase, y me doy la vuelta, Liir me sigue mientras salgo de nuevo.

 

 

 

Mi casa esta como la recuerdo, siempre he tenido la llave, así que cuando bajamos del taxi, ya la tengo en la mano.

 

— ¿esta es tu casa? es muy grande.

 

— Te lo dije— estar en casa se siente bien.  Mamá regresa temprano, y tenemos que responder su largo interrogatorio sobre cómo nos va, que hacemos en la escuela y todas esas cosas. Mi padre llega casi a las siete, y aunque es menos   efusivo que mi mamá, también tenemos que responder algunas cuantas preguntas. Al inicio fue un poco molesto para mí, pero tengo la ventaja de tener a Liir a mi lado, él está encantando de hablar tanto. Responde todo y para todo tiene algo que decir, lo cual hace que la conversación sea larga. Justo ahora estoy esperándolo fuera del baño, para ir a la habitación.

 

— ah, aquí estas.

 

—  hay muchas habitaciones, mi mamá no quiere que te pierdas.

 

— es una casa, a menos que tengan un armario que lleve a otra tierra—suspiro.

 

— no tenemos un armario gigante. Vamos— le digo. Mi habitación aun tiene las dos camas que recuerdo, compartí habitación con mi hermano mucho tiempo.

 

Dormir con Liir la primera noche… bueno,  estaba  demasiado nervioso para intentar dormir, de no ser porque Liir actuó normal, creo que no hubiera podido dormir. De hecho, siempre me quedo dormido primero que Liir, que se la pasa despierto hasta muy tarde en su computadora. No me molesta,  porque es divertido intentar despertarle por la mañana. No me equivoque tampoco al decir que estaría aburrido aquí, porque mis padres siguen en sus cosas, los primeros días lleve a Liir a conocer todo el lugar. Liir se lleva  bien con mis padres, creo que se lleva mejor con personas adultas que con personas de su edad. Estamos recogiendo la mesa, cuando mi mamá entra a la cocina, muy molesta. Liir me mira, interrogándome con una mirada. No tengo idea de que paso, hasta hace unos momentos, todo estaba bien.

 

— Eh… ¿paso algo?— pregunto. Ella pone un vaso en el fregadero con mucha fuerza, de reojo veo que Liir pega un brinquito por el sonido.

 

— tu hermano perdió el autobús. Se quedo dormido en la estación y ahora tenemos que ir por él en donde se quedo.

 

— ¿y su dinero?

 

— En las cosas que llegaran aquí— está muy molesta.

 

— ¿y cuál es el problema?

 

— ¡Que tenemos que ir por él! quería hacer una cena especial para cuando llegaran todos. Y ahora,  alguien tiene que esperar las cosas mañana por la mañana— no entiendo porque esta tan molesta, estoy por decir que Liir y yo podemos ir por mi hermano, pero ella se adelanta— no voy a dejar que conduzcan toda la noche. 

 

— Entiendo…— se aleja murmurando cosas sobre perder el tiempo. 

 

— ¿Qué acaba de pasar?

 

— pues… no tengo idea.

 

— ¿sabes conducir?

 

— Sí, se conducir— mi madre sigue molesta cuando salgo a despedirle. Al parecer, no hay forma de enviarle dinero a mi hermano, no tiene dinero para moverse y no quiere pedir aventón hasta aquí. Pienso que eso también es algo que podría pasarle a Liir.  Me voy riendo solo de imaginar eso. Liir está en la habitación, con su computadora.

 

— ¿ya se fueron tus padres?

 

— sí— no dejo de sorprenderme de lo rápido que teclea, si yo fuera tan rápido, haría mis tareas en tiempo record— supongo que mi mamá quería ir para regañar a mi hermano— Liir sonríe, sin mirarme.

 

— Tu mamá me agrada— bosteza y cierra su computadora. Apago la luz, cuando me giro, Liir me está mirando— ¿Tu les dijiste que te gustan los chicos o te descubrieron? ¿Cómo lo tomaron?

 

—  sí, se los dije. Y lo tomaron bien— se gira, quedando boca arriba— ¿pasa algo?— niega con la cabeza. No sé qué pasa con eso, también es mucho más temprano de lo que normalmente se dormiría.  Dejo de pensar en eso cuando el colchón de mi cama se hunde— ¿Liir?

 

— ¿Cuándo fue la última vez que nos besamos?— me sonríe, y me besa. La verdad es que desde que llegamos, hemos mantenido una distancia prudente. Estaba tan contento por estar en casa, que no me había dado cuenta de lo mucho que quería besar a Liir. Muchas cosas pasan por mi cabeza mientras le beso. Liir está en mi cama, estamos solos, y no solo un rato— no vendrá nadie ¿o sí?

 

—No— está pensando lo mismo. Me quedo en blanco unos momentos. Esto… ¿es ir rápido? Llevamos tiempo saliendo y todo, pero… creo que estoy perdiendo el control

 

— ¿podemos hacerlo?

 

— ¿ha…? ¿Hacerlo?— balbuceo.  Liir sonríe, su cuerpo pegándose al mío.

 

— Seguridad, Blair— no entiendo. Liir suspira— protección— no sé qué es peor, entender de que está hablando o que de hecho, tenga eso en mi habitación. Le digo que si con la cabeza. Le muerdo el labio mientras le beso, es él el que se mueve, y empujándome para quedar sentando en mi cadera, inclinado sobre mí para seguir besándonos. La pijama de Liir me parece fea,  pasó mis manos por debajo de ella, él levanta sus manos para sacarla. No recuerdo haber visto tan desnudo a Liir. Le acaricio, concentrado en sentir su piel. Su mano me guía la mía hasta su rostro, acaricio su mejilla— ¿quieres seguir?

 

— ¿Qué pregunta es esa?— creo que está en una posición donde es muy notorio el problema que sus acciones me están generando. Le atraigo para besarle, y aprovecho para hacerle caer en la cama. Me parece que fue hace siglos que le hice aquella marca en el cuello. Hago otras más,  en lugares menos visibles.  Escucharle suspirar me pone loco… jugueteo con el borde de su pijama. Dejo que me quite la camisa que uso para dormir. Me froto  contra su pierna, sus dedos se clavan en mi espalda.

 

Los pantalones comienzan a estorbar. Necesito sentir a Liir, sentirle de verdad. Tengo calor, demasiado. Liir me observa, sus ojos demasiado fijos en mí, observando lo que hago. Liir me abraza, me muerde la oreja.

 

— Me gusta esto…— ronronea. Apenas siento que puedo respirar, Liir también jadea. Estoy completamente desnudo sobre él, y lo único que queda es quitarle esos pantalones. Me reclino para jalarlos.

 

Hace un buen rato que ya no siento el clima, ni nada que no sea placer. Más de una vez me he quedado perdido en el rostro de Liir.  Solo me muevo para estar más cerca de él. Tampoco somos discretos, no hay nadie en casa, y estamos haciendo mucho ruido. Empujo otra vez, y otro largo gemido llega a mis oídos.  Liir se arquea, se retuerce. Todo se vuelve más caliente, apretado… y termina. 

 

 

 

Me cuesta recuperar el aire, a mi lado, Liir también jadea. Ah, apenas puedo moverme.  Una risa me distrae. Miro a Liir, que ríe como puede. Me observa mirarle.

 

— ¿Esto... es lo que llamarían… hacer algo idiota?— ¿ah? Oh, debe estar pensando en lo que dijeron sus mamás. Sonrió.

 

— para nada. En algún momento tenía que pasar— el ríe, una risa bastante floja.  Los ojos se me cierran, y me quedo dormido un rato, porque es Liir el que me despierta. Su cabello esta mojado, y huele a jabón— ¿Liir?

 

— ¿umm?— ¿Qué está haciendo?— quiero dormir aquí, y no vas a moverme— me dice, creo verle sonreír, y yo también sonrió. Nunca dije que me molestaba. Paso mis brazos por su cuerpo, atrayéndolo a mí, y me vuelvo a dormir.

Notas finales:

 

Gracias por leer, nos leemos la próxima semana con las aventuras de Harvey  y Noah.

Nos leemos.


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