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You Gave Me A Home por KuroAshi_ZxS

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Notas del capitulo:

Los personajes de Marvel y sus historias no me pertenecen.

¡Hola a todos! Es un gusto volver a verlos. Este capítulo será un poco más explicativo, pero lamentablemente, es algo que debo hacer.

Disculpen cualquier posible falta ortogrática

Pero esas palabras solo las había escuchado una vez, y en esa ocasión Mary había conocido a su abuela. Por lo que el temor que fuera alguien que intentara hacerle daño, no era infundado.

Cuando finalmente derrapó por la alfombra con algo de dificultad, acercando sutilmente a su sobrina contra él, con un brazo protector sobre sus hombros, la visión que le esperaba hizo que su corazón se detuviera por un instante.

“Hey, ha pasado un tiempo” comentó el hombre en el umbral con una sonrisa nerviosa, el mismo hombre que la noche anterior había bosquejado, tras despertar de uno de sus sueños recurrentes y no ser capaz de volver a dormir. El mismo hombre por el que había muerto una vez. Y si la exclamación poco varonil que escapó de su boca y la expresión de sorpresa en su rostro eran demasiado notorias, no podía cuidarse de ello: porque frente a él estaba Tony Stark, el hombre que nunca podría alcanzar en su vida, y que creyó perder para siempre.

xxxxx

Tenía una hija. Oh dios, Steve tenía una hija ¿Qué clase de universo era ese?

Seguro la palidez en su rostro era demasiado notoria, pues Steve suavemente apartó a la pequeña de su lado y colocó una firme mano bajo su codo, guiándolo hacia el único sofá de la habitación. Por su expresión, probablemente creía que podía desmayarse. Incluso un gato… ¿un gato que solo tenía un ojo? Se había acercado, curioso, como si esperara que cayera inconsciente en cualquier momento.

Con suavidad un vaso con agua fue empujado en sus manos, y Tony no pudo evitar sentirse brevemente orgulloso por evitar que el líquido se derramara. Bebió la mitad de un solo trago, pues sentía la mirada de quién un día había sido su líder, penetrándole, haciéndole saber sin necesidad de palabras que no le dejaría en paz hasta comprobar que se encontrara en perfectas condiciones.

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios. Tal madre gallina. No podía negar que lo había extrañado.

Alzó la cabeza al escuchar el tintineo de unas llaves, viendo como Steve se colocaba rápidamente un abrigo negro “Mary, iré por Roberta. Creo que hoy no podré ir contigo a tus clases” le dirigió una mirada de disculpa a la pequeña, ignorando olímpicamente el puchero en sus labios “y no, no puedes quedarte. Más tarde te contaré todo. Espérame aquí”

Aquello fue un golpe en el estómago, que le hizo imposible beber el agua que quedaba en el vaso.

Había sido difícil encontrar el paradero de Steve, rastrearlo con la ayuda de Stephen, cuando tuvieron la certeza que su Capitán estaba allí, en algún lugar del cosmos. De algún universo. Había sido una decisión por lo demás difícil, cuando el luto por el rubio se estaba asentando en todos ellos…la última persona que había esperado le había brindado una esperanza.

Bueno, persona no era la palabra correcta. Dios, el dios de las travesuras, era la razón por la que se encontraba en una pequeña casa de Florida. De otro mundo diferente en el que los superhéroes solo existían en historietas y el cine.

Loki era uno de los mayores conocedores de la Gema del Espacio, por lo que cuando finalmente Thor le había mencionado lo ocurrido durante su segunda batalla contra Thanos, prácticamente le había arrastrado a su nave y llamado a todos a una conferencia de último minuto, a las dos de la madrugada. Nunca olvidaría el rostro del dios del trueno cuando su hermano le había dicho que “sus planes brillantes se habían agotado con la caída de Asgard”. Sí, había escuchado esa historia de los labios de Bruce, y no había podido evitar reír hasta que Thor le fulminó con su mirada.

Teniendo en cuenta que aquello era posible y que no quería convertirse en un Tony asado, había hecho lo más inteligente y cerrado la boca.

Aún era extraño pensar que el loco hermanastro del dios del trueno se había cambiado de bando, pero incluso Clint le tenía cierta lástima cuando se enteraron que este había sido controlado por Thanos en primer lugar. Las relaciones con los Vengadores originales no eran las mejores, pero cuernitos era un buen aliado. Y el puente para evitar que Thor se perdiera en medio de la desesperación.

Aún recordaba nítidamente esa reunión, todos expectantes, a la espera de saber que era lo que Loki tenía tantas ansias para comunicarles. Sabiendo que era un buen rastreador, muchos temían una nueva incursión del Titán en la Tierra, pero sus palabras desestabilizaron a todos “Ustedes nunca me dijeron, panda de tarados, que el Capitán Rogers murió a causa de las Gemas”.

“no era de tu incumbencia” había sido él la primera persona en discutirle al dios de las travesuras ese punto, pues solo recordar el momento en que la luz abandonó los ojos de Steve servía para hundirlo un poco más en la desesperación.

“Oh, por supuesto que puedes decir eso, Stark. Claro que no es mi asunto, nada relativo al hombre del pasado” una mueca cruel se había formado en el rostro del pelinegro, mirándolos a todos con la condescendencia habitual de su persona “pero gracias a ello, hemos perdido poco más de cuatro meses, cuando podríamos haberlo traído de regreso”

El silencio se había dejado sentir en la habitación, dejando a todos efectivamente mudos. Tras la derrota con Thanos, la muerte de la mitad del universo, una nueva lucha había iniciado. El propio Tony había regresado a la Tierra junto con Nébula, y se había unido a quienes seguían con vida. Pasaron semanas planeando un nuevo ataque, pues con los conocimientos de Thor, sabían que si le arrebatan la Gema del Alma al Titán serían capaces de revertir el terrible problema que este había causado.

Esta vez habían dejado a Rocket y Nébula buscar información sobre el paradero de su enemigo, mientras ellos se preparaban. Tony había vuelto a hablar con Steve, pero solo lo necesario: las heridas aún seguían abiertas y su Capitán, entendiendo rápidamente lo que necesitaba, se había limitado a interactuar con él solo como líderes tanto fuera como dentro del campo de batalla.

Quizás eso había acabado con Steve. Y era algo que Tony nunca se perdonaría.

A fin de cuentas, habían terminado en Titán, el viejo y acabado planeta natal de Thanos. No sabían cuánto tiempo tenían a su favor antes que las almas de sus amigos fueran irrecuperables, por lo que se enfocaron en una estrategia más extrema: intentar volar el lugar en millones de pedazos, sabiendo que su rival intentaría detenerlos. Ya fuera por la nostalgia o los recuerdos, les haría frente en un instante: creería que se trataba de una simple venganza, y Thanos no tendría miedo alguno en volver a combatir ¿Por qué habría de temerles? Después de todo, él tenía las Gemas del Infinito en su poder.

Y ese, señoras y señores, había sido su primer error.

Había sido una batalla desesperada, el último intento por salvar aquello que antes no habían podido proteger. Y todo gracias al idiota de Steve. A su sacrificio. A lograr lo que en Wakanda no había sido capaz, por el cansancio físico y las heridas.

Nuevamente, había frenado el puñetazo de Thanos, pero esta vez en pleno ataque.

Era obvio que su Capitán no pensaba salir vivo, que era un total y completo acto suicida. Cuando Thanos había abierto un portal hacia un agujero negro, cuando todos ellos estaban batallando por no caer hacia su perdición, Steve había desconcentrado al Titán del único modo posible: sujetando el guantelete, poniendo sus manos directamente sobre la Gema del Espacio.

Pero también en ese instante había ocurrido un milagro.

Thor les había dicho que la Gema del Alma es capaz de darle a su portador los poderes de quienes hubieran sido absorbidos, y Thanos sin duda los había ocupado un par de veces. Y seguro teniendo presente que era incapaz de utilizar dos Gemas al mismo tiempo, dado el estado en que se encontraba su guantelete, el Titán no había pensado mucho antes de contraatacar a la persona que había osado hacerle frente.

Claro, podría haber esperado unos segundos a que Steve se desintegrara, disfrutando los gritos de agonía por la cantidad de poder a la que se había puesto en contacto. Pero no contaba con la capacidad de curación otorgada por el suero que, milagrosamente, le había permitido mantenerse en pie. Si seguía en esa postura dejaría una brecha abierta, podría cualquiera del resto atacarle, así que decidió cancelar la Gema del Espacio y acabarlo con la del Alma.

Strange les había explicado, mucho después, que ese había sido un golpe de suerte. De haber sido otra piedra la elegida, la historia sería otra, pero todos ellos estaban al tanto de lo que estaba pasando. Se habían negado, en un esfuerzo máximo que casi había acabado sus almas, a que Thanos utilizara sus poderes por unos preciosos segundos. Y Steve, durante ellos, le había arrebatado la Gema del Alma.

Ese era el futuro que había visto, donde todos se salvaban. Pero lo que había permanecido incierto para él, era quién empuñaría la piedra en el momento final.

Stephen había creído que se trataba de Tony, razón por lo que le había protegido, aún a costa de la Gema del Tiempo. Pero ahora era claro que se trataba del Capitán, quién había sido lo suficientemente fuerte para soportar el peso de dos piedras a base de pura voluntad.

Y como si eso no bastara, antes que su energía vital escapase entre sus dedos, Steve había liberado todas las almas de quienes Thanos se había apoderado. Había caído al suelo, rodeado por personas confundidas, que poco a poco se restablecían a través de las cenizas. Era casi como si el planeta Titán se disculpara por el último de sus miembros, otorgando vida, no muerte.

Tony se encontraba cerca, ya con la armadura desgastada, arrodillándose frente a su Capitán. Sabía que seguro debía verse patético en esos momentos, jadeando, respirando pesadamente, mientras acunaba el cuerpo muerto de Steve entre sus brazos. A su lado se encontraba Sam, y al otro Bucky, ambos ahogados producto de las lágrimas, sin necesidad que nadie le dijera lo ocurrido como para darse cuenta de quién era su salvador.

Todo había terminado en medio de una bruma, mientras ellos tres sostenían a Steve. En algún momento, el dúo entre Strange y Thor había rescatado la Gema del Tiempo, pero Thanos se había dado a la fuga con la piedra del Espacio durante un descuido del gigante verde. Al parecer Hulk ya se había recuperado, y planeaba destrozar al Titán si tenía la oportunidad.

Solo tenían la satisfacción de haberle dañado, realmente en esta ocasión, pues casi todos los héroes habían estado presentes. Strange había vuelto a poseer el Ojo de Agamoto, y tras una breve explicación, les había asegurado que solo podría traer de regreso a quienes habían muerto durante el primer asedio de Thanos, a los asgardianos. Algún otro, y podría cambiar drásticamente su realidad.

Gracias a eso Loki estaba vivo, y les había brindado la explicación que tanto habían buscado: la razón por la que ni siquiera Stephen, había sido capaz de traer de regreso al soldado. Habían creído que su sacrificio era el precio que había tomado la Gema del Alma, por lo que habían intentado recuperar a Steve directamente de ella: resultaba que no, que esa piedra había tomado otra cosa, sus poderes. Era lo único que había sido capaz de conseguir, dado que su exposición con la Gema del Espacio, había catapultado la esencia de Steve Rogers a otro mundo completamente distinto.

Rastrearlo les había quitado casi un mes, mientras que un equipo planeaba y creaba nuevas defensas para el tercer y último ataque, un grupo mucho más reducido se encargaba de Steve Rogers. Y Loki tenía razón al apresurarlos, pues necesitaban a su Capitán: habían sido sus acciones las que le habían salvado, a fin de cuentas, y era alguien capaz de soportar una piedra sin morir instantáneamente. Sus estrategias eran solo un punto más a su favor, por la que todos estaban intentando dar con su paradero.

Además de Steve, tampoco habían podido recuperar a Visión. Su núcleo era la Gema de la Mente, sin ella…era casi imposible. Por ello Wanda peleaba tan férreamente; ayudando a Loki, Strange y Wong con aquella titánica pelea.

Hasta que habían dado con él.

Tenían cinco días para encontrarlo, buscar registros y convencerlo. Tony había temido la clase de mundo en la que el soldado podría acabar varado, pues nadie se merecía vivir la misma clase de penurias dos veces en dos vidas distintas. Strange había abierto un portal, por el que ellos habían pasado en uno de los Quinjet más pequeños, diseñados para pasar inadvertidos ante las redes de monitoreo.

Al final no había sido necesaria tanta precaución: en un mundo sin superhéroes, y por ende sin los últimos avances tecnológicos, manteniendo la invisibilidad era casi imposible que los detectaran. En el peor de los casos, pensaba Tony, los confundirían con un ovni.

Con FRIDAY pirateando los principales sistemas gubernamentales, solo había tomado cerca de un día dar con Steve. Al final no habían necesitado sus archivos, pues un reconocimiento facial le había dicho todo lo que necesitaba: una grabación obtenida por una cámara de seguridad en la entrada de la villa donde su Capitán vivía. Debía dar gracias a Natasha por la idea; quién pensaba que, si la Gema podía mantener algo además de su apariencia, era el lugar donde había nacido. A fin de cuentas había tenido razón, pues Steve seguía siendo estadounidense.

Al menos no había sido tan mala idea venir acompañado. Dado que no sabían a qué tipo de mundo se enfrentaban, habían formado un pequeño equipo: Natasha, Clint y Bucky. Si, incluso el ex Soldado del Invierno se había convertido en un buen amigo con el paso de las semanas. El dolor seguía allí, en lo más profundo de su corazón, pero había aprendido a aceptar que Barnes era tan víctima como sus padres a manos de HYDRA. El luto por Steve les había unido, y ahora entendía mejor la razón por la que el soldado había mencionado tantas veces que ambos eran parecidos, y que seguro podrían llevarse bien.

A primeras horas de la mañana, había recibido el informe de FRIDAY sobre el reconocimiento facial. Steve se veía casi tan joven como en sus tiempos, con el cabello castaño en vez de rubio, pero sus hermosos ojos azules seguían siendo los mismos, al igual que sus facciones. Su cuerpo, sorprendentemente musculo, destacaba en medio de la grabación. Aunque a juzgar por sus hombros hundidos y las ojeras claramente visibles, estaba pasando por un mal momento.

Había sido aquello lo que le había instado a actuar, a abandonar la seguridad del Quinjet para dirigirse al hogar de Steve. Temía por su vida, teniendo más que presente en su mente el historial de sus enfermedades antes del suero. Tenía que comprobar que este se encontrar bien con sus propios ojos.

Sin decirle al resto, quienes se encontraban dormidos cuando había escapado de la nave, había arrendado un auto y en media hora estaba allí. Golpeó la puerta antes que su escaso valor mermara por completo, pero al escuchar los pasos suaves y delicados de un infante, el corazón retumbó con fuerza en su pecho: allí, frente a él, se encontraba una niña de no más de ocho años mirándole con la boca abierta.

Realmente esperaba equivocarse, no quería creer que ella (Mary, su nombre es Mary) era hija de Steve. Pero todas las evidencias estaban frente a sus ojos: el parecido físico, el modo en que este le había abrazado, su profunda mirada.

Y ahora, solo ahora, empezaba a sentir el peso de la situación, de lo que había hecho.

Debió primero revisar esos papeles, pues ¿Qué derecho tenía él de arrebatarle a Steve la oportunidad de ser feliz?

 

Notas finales:

Espero les haya gustado, cualquier duda o consulta pueden dejarla en comentarios. Desde el siguiente cap empezará el drama...y un par de problemas. Pero también iniciará la relación entre estos dos.

Nos vemos en el siguiente ¡Hasta entonces!


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