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EL CISNE BLANCO por Big Rabbit

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Notas del capitulo:

Muy buenas queridos lectores, decidí alargar este fic. Pero aviso de antemano que me cuesta un poco escribir drama, lo mío es la comedia. Por eso, aunque el capítulo tiene tintes drmáticos, no pude evitar incluir esta canción: https://www.youtube.com/watch?v=9obV__MFMaY 

 

PRIMER ARCO: EL CISNE BLANCO

Actualmente... Estoy en la cima del mundo.

A la edad de 33 años, ascendí a presidente de Marukawa. Joven para esto, pero lo suficientemente capacitado según mi padre... Y yo mismo, claro.

Como editor y supervisor, había hecho algunas cosas buenas.

Cuando empecé a trabajar como editor, lo hacía sin ganas, lo que deseaba de verdad era ser escritor, pero sólo fue un sueño de juventud. Descubrí que tenía talento, diferenciaba los libros buenos de los malos y estos últimos los convertía en buenos.

En aquella época fui una tarde a la residencia Usami. Akihiko, el hijo menor, no había vuelto aún de la escuela, y yo lo esperé en la biblioteca mientras hojeaba algo que podía ser su diario, a ver si encontraba algo para poder molestarlo. Sí, siempre me gustó hacer enemigos y enfrentarlos con una sonrisita irónica.

Akihiko llegó mientras leía su diario, que resultó ser una gran historia. Tan buena, que sólo pude animarlo a presentarla a una editorial, preferiblemente a Marukawa. Y yo desistí de convertirme en escritor. No quiero entrar en detalles, ya que todos los recuerdos que tengo de esa época están relacionados con Asahina. Maldito Asahina. Maldito seas mil veces.

   

Cuando me rompieron el corazón, dejé de ser editor y empecé a trabajar al lado de mi padre. Mi padre era aún joven y se conservaba bien, pero en los últimos años parecía que tuviera prisa en cederme su cargo en la editorial. Le pregunté muchas veces y siempre me contestó con evasivas.

Hace pocos meses, tuve una visita inesperada. El hombre más temido en el mundo editorial y dueño de una de las principales editoriales de Japón, Onodera Tetsu, vino a hablarme personalmente. Aunque era amigo de la familia, no me esperaba lo que me dijo.

-Ryuichiro, tengo que hablar contigo. 
-Usted dirá, Onodera-san. 
-Mi hijo quiere renunciar a su puesto en Onodera. Mi esposa no está de acuerdo, pero yo lo acepto. Me gustaría echarle una mano y sé que si trabaja por una temporada aquí le hará bien... -Quería saber más. Sabía que tenía un hijo, pero hacía tantos años que estudiaba en el extranjero que apenas lo recordaba. 
-Cuénteme algo de su hijo. 
-Mi hijo Ritsu estuvo estudiando en el extranjero. Al volver, le ofrecí un puesto en mi compañía como editor de literatura. Estaba realizando un buen trabajo y parecía que se encontraba bien, pero de repente un día vino a mi despacho diciendo que quería irse. Mi esposa puso el grito en el cielo, pero yo decidí averiguar más cosas, y descubrí que sus propios compañeros de trabajo hablaban mal de él hasta el punto en que empezó a afectarle personalmente, y a su trabajo. -Vaya, a mí me ocurrió lo mismo. Yo enfrenté a los que hablaban a mis espaldas, pero todo el mundo no tiene el mismo carácter... 
-Bueno, hay vacantes en algunos departamentos... 
-Si no te importa, me gustaría que no lo pusieras en literatura. Le vendría bien un cambio de aires, y además, pienso que un buen presidente debe conocer todos los departamentos de una editorial. 
-Tiene usted razón. Ahora de repente, se me ocurre que hay plazas en el departamento de manga shojo. Le aseguro que allí aprenderá. -Un departamento temible, con una serie de leyendas negras a su alrededor, sería la mejor manera de espabilar al joven Onodera.
-Gracias por tu tiempo y tu ayuda, Ryuichiro. Saluda a tus padres. 
-De nada, Onodera-san.

A los pocos días llegó el nanahikari, como me gustaba llamarlo. El chico era inteligente, y de alguna manera me sentía identificado con él.

Pero volvamos al momento en que me convertí en presidente. Mi primera medida fue una mudanza a otro edificio, mis trabajadores debían organizarlo todo en una semana. Puedo sonar como un explotador, pero tengo plena confianza en ellos y sé que conseguirán hacer todo lo que les pida.

Cuando terminamos todos los preparativos, al terminar de trabajar, me encontré con el nanahikari, que se desmayó ante mis ojos. En ese momento sólo pude llevarle al hospital. Una vez allí, cogí su móvil para ver si podía llamar a algún familiar... Y me sorprendió que tuviese tantas llamadas perdidas de su jefe, Takano. Al fin y al cabo, sabía que eran cercanos, pero ¿tanto para llamarlo continuamente?

Lo llamé y acudió en tiempo récord. Se habría saltado varios semáforos... Y sospeché que entre ellos dos había una relación que iba mucho más allá que una simple amistad. Al ver cómo Takano se preocupaba por el nanahikari, me recordó a Asahina...

¿Cómo hubiera sido si aún estuviésemos juntos? ¿Aún me cuidaría? ¿Se preocuparía por mí? Ya llevaríamos más de 10 años de relación, ¿Sería lo mismo?

Al ver que Onodera estaba en buenas manos, me fui del hospital. Decidí quitarme todos los malos pensamientos de un plumazo, pero lo que antes hacía bebiendo y escuchando canciones tristes en la oscuridad de mi apartamento, ahora lo soluciono de otra forma.

Hace poco me hablaron de un club nocturno llamado El Cisne Blanco, con la apariencia de pub normal, pero con habitaciones reservadas destinadas al sexo casual en pareja o grupo. Suelo acudir, entro en un reservado, me vendo los ojos y dejo que distintos hombres entren y me hagan lo que quieran.

No quiero verlos, no me interesa conocerlos. Sólo quiero aliviar mis necesidades... Y de vez en cuando, fingir que estoy entre los brazos de Kaoru. Enfermizo, sí.

Hace tiempo que le dejé bien claro a mi familia que no pensaba aceptar ningún matrimonio concertado ni alguna cosa parecida. Al principio mis padres insistían, pero últimamente dejan que haga mi vida. Y es que con 33 añazos ya soy mayorcito para eso.

Hay algo que me tiene intrigado... Y es que mi padre hace tiempo que no acude a Marukawa, y apenas sale de casa. No tuve tiempo de visitarlos estos días, pero llamo a casa y mi madre se inventa excusas... Algo está pasando. Y lo confirmé cuando mi padre me llamó diciéndome en un tono extraño:
-Ryuichiro... Ven a casa este fin de semana. Necesito hablar contigo urgentemente...

**********

Notas finales:

¿Está Ryuichiro mal de la cabeza? 
¿Qué es eso tan urgente que tiene que decirle su padre? 
¿Asahina nos contará su versión de los hechos?

NO SE PIERDAN EL PRÓXIMO CAPÍTULO


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