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Siempre Juntos por Shizuka Tenoh

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Notas del capitulo:

Disculpen la demora, por favor!!! tuve un par de problemillas con mi internet... y tambien estaba atrapada en un manga nuevo T.T

Creo que le fui infiel al Yaoi con un poco... bueno, con bastante Shojo.

Pero aqui esta el capi... espero lo disfruten ;)

Cariños

 

Shizu.

 

P.D.: Leajh... gracias por tu apoyo. Esta vez revisé tres veces, pero si se me escapó alguno, no dudes en decirlmelo por favor ;) Ojalá te guste ^^

 

Capítulo 7: Frustración

Cenaron casi en silencio, mirándose con frecuencia, ruborizándose por algún comentario del otro, hablando de sus respectivos días y de lo que se les avecinaba al tener una semana completa para aprovechar.

Atobe evitaba hablar de tenis, ni de los partidos que quedaban. Mucho menos de los nacionales. No había tenido el valor de entregarle él mismo los datos para una prestigiosa clínica de rehabilitación en Alemania, en cambio se los había hecho llegar a su entrenador para que éste se pusiera en contacto con la profesora Ryuzaki. Tampoco le había preguntado a Kunimitsu si ya había visitado a su doctor. No estaba preparado aun para oír lo que sabía que pasaría…

Tezuka estaba en el fregadero lavando lo ocupado, mientras Atobe a su lado iba secando lo que el pasaba. Era extraño de ver como se comunicaban sin tener que hablarse, incluso para las cosas más simples como las que estaban haciendo ahora.

Eran cerca de las diez de la noche cuando se acomodaron juntos en el sofá con la intención de ver una película. Las ventajas de tener un sofá grande, era que calzaban cómodamente dos personas adultas. No hacía falta preguntarle a Keigo si pasaría la noche ahí, pues Tezuka lo había oído hacia unos minutos hablando con su mayordomo. De seguro le habría pedido ropa para el día siguiente.

- Podrías traer un par de cosas mañana… - comentó con algo de nerviosismo.

Estaba sentado entre las piernas de Atobe, recargando la espalda contra su pecho. Sus brazos lo rodeaban por la cintura y sus manos estaban entrelazadas. En esa posición, pudo sentir con claridad como el corazón de su novio comenzaba a latir con más fuerza.

- Pero habíamos dicho… - comenzó confundido.

- Lo sé, que nos veríamos cada tarde – contesto jugueteando con sus dedos – pero no tiene caso que estés llamando a tu casa para que te manden ropa cada día, si puedes dejar tus cosas aquí. Al menos hasta el lunes.

- Kunimitsu, no quiero llegar a tu vida y comenzar a invadirlo todo, no sería justo que…

- ¿No quieres pasar estos días conmigo?- preguntó en un murmullo.

- ¡Claro que quiero! – respondió con incredulidad.

- Que bien, porque yo quiero pasar estas noches también contigo – le dijo girando el cuerpo para verlo.

- Kunimitsu… - alzó una mano y le acarició la mejilla con delicadeza – me pregunto si serás consiente de cómo rompes mi autocontrol cada vez que me hablas así.

- No quiero que te controles, Keigo – le dijo levantándose y sentándose ahora a horcajadas sobre él – No quiero tener que controlarme yo…

Paso las manos por su cuello hasta la nuca, acercándolo más hacia sí mismo. Atobe subió las manos desde sus piernas hasta la parte baja de su espalda sin dejar de mirarlo.

- ¿No hemos pasado ya suficiente tiempo reprimiendo lo que en verdad sentimos y queremos hacer? – Susurró contra su boca - ¿No crees que nos debemos esto al menos? ¿Dejar salir todo lo que ocultamos por más de un año? – continuó pasando levemente su lengua por los labios entreabiertos de Keigo.

Y así de sencillo, el riguroso dominio de Atobe se hizo añicos. Se abalanzó sobre su novio para besarlo con desesperación, dejándolo bajo su cuerpo en el sofá. Tezuka, respondiendo con la misma urgencia,  separo las piernas para acomodarse mejor a la presión que ejercía sobre él, bajó las manos por su espalda hasta encontrar el dobladillo de la camisa de Atobe, tirándola de a poco hacia arriba para sacarla. Éste libero sus labios y se alzó solo un poco para ayudarlo a quitarse la prenda y arrojarla al suelo. Volvió a buscar la boca del otro chico, saboreando, degustando cada rincón, mordiendo su labio inferior, gozando de los gemidos que comenzaban a nacer bajos en su garganta.

En un abrir y cerrar de ojos, Tezuka también estaba con el torso descubierto, disfrutando de las caricias que le entregaba el otro chico. Su pulso ya iba a mil por hora, sus manos no dejaban de acariciar, apretar y rasguñar la espalda de Keigo. Subiendo hasta enredar los dedos en su pelo y volviendo a bajar para pasar ahora los dedos por su abdomen con suavidad.

Atobe ahogo una exclamación en medio de los besos que iba dejando por su cuello y pecho cuando sintió los dedos de Kunimitsu pasar sobre el hueso de su cadera. La molestia en su creciente entrepierna comenzaba a hacerse difícil de controlar. Y podía asegurar, por los movimientos inconscientes  del otro, que estaban en igualdad de condiciones.

Se miraron, con la confianza absoluta de quienes se conocen desde siempre, y se volvieron a besar, esta vez con un poco más de calma, pero con mucha más necesidad. La mano de Atobe bajó entre ambos, buscando liberación, buscando entrega…  buscando más de lo que ya habían probado.

Desabrocho el botón del pantalón con una exasperante lentitud, la misma  lentitud que utilizó en bajar el cierre y en pasar la mano sobre su erección, pero sin tocarlo. Era una tortura. Una dulce tortura que Tezuka estaba dispuesto a aguantar solo porque sabía lo mucho que lo estaban disfrutando ambos. Sería un desafío de resistencia y estaba dispuesto a aceptarlo.

Mordiendo y tirando del lóbulo de su oreja, fue bajando sus manos por la espalda de Atobe, llegando a sus caderas donde esperaba ayudarlo con su problema de presión pero…

El timbre resonó fuerte en la casa sacándolos bruscamente de su burbuja.

- ¿Esperabas a alguien? – preguntó Atobe.

- No que yo sepa – contestó nervioso el otro.

Miraron al mismo tiempo en dirección a la puerta y luego a sí mismos… Estaban despeinados, sudorosos, con los labios hinchados y las mejillas ruborizadas. Tezuka con el pantalón abierto y…

En un intento de pararse deprisa, cayeron juntos al suelo, el timbre volvió a sonar. Se levantaron buscando sus ropas, ordenando el sillón e intentando calmarse.

- ¿Qué hago?- Preguntó Atobe deprisa

- Entra en la cocina y quédate ahí – le susurró rápidamente Tezuka caminando hacia la entrada

- ¡¡Kunimitsu!!

- ¿Qué ocurre? – se giró para verlo asomando la cabeza por la puerta de la cocina

- ¡Mis zapatos! – dicho esto cerró la puerta.

Se apresuró al recibidor y tomó los zapatos para meterlos en un mueble que había en la entrada. El timbre sonó una tercera vez. Se escuchaban voces al otro lado de la puerta.

Intento acomodarse el pelo, la ropa y relajar su respiración… Seriedad, se dijo, y abrió.

Fuji lo miro sorprendido de pies a cabeza y luego sonrió maliciosamente. Detrás de él se encontraban Kawamura y Kikumaru, y junto a la reja de entrada estaba Oishi.

- ¡Chicos!- Exclamó sorprendido sin poder evitarlo

- Hola – lo saludó Fuji y los otros sonrieron - ¿Estabas ocupado?

A Tezuka no se le escapó la nota insinuante que había puesto en la última palabra, pero no le daría la satisfacción de reconocer que estaba en lo cierto.

- No – Respondió con calma – me quedé dormido mientras veía una película.

- ¿Y en la película había sanguijuelas? – pregunto divertido Fuji

- ¿Sanguijuelas? ¿Era una película de terror? – hablo asustado Eiji y corrió a los brazos de Oishi

- ¡Eiji! Tezuka no ha dicho nada sobre películas de terror – lo calmó con una tierna sonrisa.

- Bueno, y ¿qué hacen aquí a esta hora de todos modos? – preguntó Tezuka intentando no pensar en el que chico que lo esperaba en la cocina y en lo que podrían haber estado haciendo juntos de no haberlos interrumpido.

- Fuimos a comer todos juntos, y como andábamos cerca se nos ocurrió que podíamos pasar a verte y jugar naipes un rato. Mañana no tenemos practica temprano… - Respondió Oishi

- Aunque por lo visto no estas de ánimos, ¿verdad? – Fuji seguía intentando derribar su frágil muro de serenidad

- Lo siento chicos, pero la verdad es que estoy un poco cansado – los miró con una sonrisa de disculpa – Pensaba darme una ducha y acostarme.

- Bueno, será para otra ocasión entonces – dijo comprensivo Kawamura y caminó hacia la salida pero se detuvo al ver que Fuji seguía ahí parado mirando curiosamente a Tezuka - ¿Syusuke?

- Claro, vamos – se acercó a él y le tomo la mano – podemos pasarnos por mi casa y ver una película.

- ¡¡Película, si!! – exclamó alegre Kikumaru dando pequeños saltitos

- Nos vemos mañana – se despidió Oishi

- Por supuesto. Hasta mañana – les hizo una seña con la mano.

Estaba a punto de regresar al interior de la casa cuando Fuji lo llamó:

- Tezuka – regresó y lo miro interrogante – Deberías intentar dormir. Te ves algo nervioso

Dicho esto, se volvió hacia sus amigos y se fueron hablando animadamente sobre qué tipo de películas podrían ver o si sería mejor jugar una partida de póker.

Tezuka regresó adentro y al cerrar la puerta afirmó la frente en la misma, suspirando con pesadez.

- Eres como un libro abierto – escuchó la voz de Keigo a su espalda.

- Un día de estos va a hacer que me acrimine con él – gruñó sin moverse apretando los puños.

- O podrías dejarlo ser y acriminarte conmigo – la voz de Atobe ahora estaba sobre su hombro y sus manos se habían metido bajo su camisa, subiendo hasta su pecho, erizando todo a su paso…

- Keigo – suspiró y cerró los ojos, disfrutando de las caricias.

- Vamos, Kunimitsu – una de sus manos había descendido hasta rozar la piel bajo su ombligo, haciendo reaccionar a su parte más sensible – Tenemos un asunto pendiente, ¿recuerdas?

- Con tanta interrupción, mi memoria se ha bloqueado – dijo riendo entre suspiros

- Eso tiene arreglo – respondió el otro, al tiempo que abría su pantalón y, metiendo su mano bajo la tela, envolvía con sus dedos el nuevamente duro miembro de Tezuka, provocando un temblor en su cuerpo que se desato en un fuerte gemido - ¿Lo recuerdas ahora?

- Kei… - apoyo los brazos en la puerta, su voz apenas audible por el éxtasis que sentía al tener la mano de Atobe masajeando lentamente su erección.

- ¿Si? – su voz… susurrando sobre su cuello, ¡no ayudaba nada!

- Mi… cuar… to… - estaba perdiendo el escaso control que le quedaba. Si se dejaba llevar, acabaría ahí mismo – Mi… cuarto… vamos a mi cuarto.

La mano de Atobe desapareció tan rápido como había llegado y sorprendido se giró a verlo, pero el chico ya iba en los primeros peldaños de la escalera, abriéndose la camisa y dejándola caer en el camino.

- ¿Vienes? – le habló desde arriba y Tezuka pudo ver que se había desabotonado el pantalón.

No lo dudó, subió de dos en dos los escalones hasta el segundo piso y al llegar, Atobe lo acorraló contra la pared, besándolo con frenesí, moviendo sus manos, chocando sus pelvis… apretándolo contra su cuerpo.

Lo empujó de apoco para guiarlo hasta la habitación, sin dejar de besarlo, dejando caer sus pantalones e intentando arrebatárselos a su novio también…

Los dos se quedaron quietos en mitad de un beso escuchando el extraño zumbido que llenaba el corredor. Un teléfono.

- El mío está apagado – dijo de inmediato Tezuka

- Es el mío – gruñó con fastidio y lo sacó del bolsillo de sus pantalones a medio bajar. - ¡Mierda! – exclamó enojado al ver la pantalla.

- ¿Quién es? – preguntó sorprendido por su reacción

- Mi padre. Lo siento, debo contestar – le dijo mientras se arreglaba rápidamente la ropa y le daba un beso en la mejilla – espérame en el cuarto, no tardaré.

Lo vio bajar las escaleras y ponerse el teléfono en la oreja para contestar. Su voz había pasado de la pasión y el cariño al respeto absoluto.

- Padre, dígame –

No quiso escuchar la conversación, si Keigo quería contarle luego, lo haría, así que se fue a su dormitorio con un torbellino de emociones en su cabeza. Miró la cama al entrar, pero desvió la vista de inmediato. Lo que necesitaba ahora no era descansar, era una ducha muy fría que se llevara toda la frustración que tenía acumulada en el cuerpo.

Entró en el baño, largó el agua y se metió debajo sin moverse.

“Dos veces en menos de una hora. Esto de seguro es un castigo” pensó con fastidio.

 

Notas finales:

Ah!! ya queda poco, no se preocupen... ya vendrá lo que todas están esperando jajajaja sean pacientes ;)

Apareció el padre de Atobe... que querrá?

No dejen de leer el proximo cap, que sin falta subiré mañana o a mas tardar el sábado.

Espero sus reviews!! :D

Cariños!!


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