Mu esta en su casa del Santuario terminando de reparar la armadura de los niños de bronce después de su última batalla contra Hades. Es media tarde y el sol comienza a descender iluminando el fibroso cuerpo del tibetano con sus últimos rayos. En pocos minutos el taller queda en penumbra por lo que, con un profundo suspiro deja sus herramientas y contempla el trabajo que lleva hecho.
- Bueno - exclama para sí mismo en voz alta-, ya tengo reparada la de Yhoga. Solo me quedan las de Shiryu y Seiya para ponerme con las de mi compañeros dorados. Ojala Kiki estuviera aquí para ayudarme, iría mucho más deprisa.
Se quita el empapado delantal de cuero y cogiendo una gran toalla de su cuarto de baño se dirige a la piscina natural que se encuentra a las afueras del pueblo, en medio de un pequeño bosque. Una vez allí se descalza y se despoja de toda su ropa soltando su largo cabello. Se introduce en el agua y se sienta en el fondo acomodando la espalda en la pared de tierra alzando la cabeza para contemplar la luna y las primeras estrellas que asoman tímidas en el cielo cada vez más oscuro. Al cabo de unos minutos cierra los ojos y se relaja totalmente concentrándose únicamente en las ondulantes caricias del agua. De pronto siente como unas fuertes manos comienzan a masajear su cuello dulcemente arrancándole gemidos de placer.
- Estas muy tenso - susurra la voz del dueño de esas manos- No deberías trabajar tanto. No hay peleas a la vista, tomate más tiempo para arreglar las armaduras.
- No puedo, nunca se sabe que ocurrirá entre los dioses. Son celosos por naturaleza propia y no dudan en enzarzarnos en estúpidas y crueles guerras por cualquier capricho suyo.
- ¿En esa descripción incluyes a nuestra diosa? - pregunta irónicamente su improvisado masajista centrando la actividad de sus dedos en los hombros de Mu.
- Me gustaría poder decir que no, pero me temo que no es así. Ella es igual que todos, más prudente, más cercana a nosotros, pero es una diosa y tiene sus caprichos, y si no pregúntale al pobre Seiya.
- Me alegra oírte hablar así. Por fin alguien en el Santuario que reconoce la naturaleza de Atenea abiertamente.
- No tan abiertamente - responde Mu separándose de la pared terrosa para que pueda deslizar las manos por sus omoplatos libremente- Jamás hablaría así delante de nadie, y lo sabes.
- Entonces ¿por qué lo haces conmigo?
- Por que me has pillado con la guardia baja y porque se que tú piensas igual o peor que yo, después de todo eres el caballero renegado, el de más negro corazón de los doce.
- Hmmm ¿en verdad piensas así? Hieres mis sentimientos deliberadamente, ¿alguien tan cruel podría masajearte de esta forma? Además sabes que yo no pedí esa casa, me tocó en suerte o mejor dicho en desgracia.
- No parece que te disguste mucho, al contrario no pierdes oportunidad en mostrar tu "decoración" a todos cuantos llegan aquí por primera vez.
- Por supuesto que si, de esa forma saben a que atenerse y se comportan correctamente. Se asustan tanto que nos evitan voluntariamente un montón de quebraderos de cabeza.
- Eso es cierto, al final tendremos que darte la razón... baja un poco más, hacia las lumbares... deberías dedicarte a esto profesionalmente ahora que hemos dejado de pelear.
- Esto es solo para ti - le dice inclinándose sobre su cuello para pasar en un ligero roce sus labios por toda su extensión.
- Me gusta cuando dices esas cosas, me haces sentir importante.
- Eres importante para mí. No lo dudes nunca.
- Deberías decirme eso más a menudo, a veces pienso que es todo lo contrario.
- No digas eso, ya sabes que soy frío como el acero y que no me gusta expresar mis verdaderos sentimientos en público.
- Pues deberías empezar a hacerlo, me estoy cansando de estos encuentros a escondidas de los demás. Quiero mostrar nuestro amor, que conozcan al hombre dulce y atento que hay escondido en tu interior. Me duele ver como aún te desprecian y te evitan o te miran con recelo cada vez que se cruzan contigo.
- No me importa que lo hagan, siempre que sepa que tu amor es para mí solo.
- Sabes que si, pero quiero hacerlo público.
Mu alza el rostro hacia arriba y besa cálidamente a su amante albino para separarse con una picara sonrisa al sentir las manos de este en sus nalgas.
- Te dije las lumbares no los glúteos - susurra entornando los ojos.
- Son tan deliciosos que no puedo resistirme a ellos.... por cierto mira lo que te traje.
Death Mask le muestra una pequeña fuente llena de cerezas que pone al alcance de su mano. Coge un par de ellas y las pasa en un ligero roce por los labios del lemuriano.
- Cerezas - murmura este atrapando una al vuelo- Sabes que son mi debilidad...
DM se come la otra cereza y poniéndose en pie se quita muy lentamente los pantalones, única prenda que lleva puesta, para lanzarse al agua junto a Mu.
- Por eso las traje, me encanta ver como las comes... resultas muy sensual cuando lo haces...
- ¡No digas eso! - le regaña riendo y salpicándole agua- Eres malo, haces que me ruborice...
- Jajajaja, y cuando lo haces te pones mucho más hermoso.
DM coge otro par de cerezas y las pone en alto entre los dos de forma que ambos cogen la suya al mismo tiempo con los labios para intercambiarlas en un nuevo beso.
- Saben mejor de tu boca - murmura el albino deslizando los dedos por el pecho de Mu deteniéndose en sus pezones y lamiéndole el cuello.
Mu echa la cabeza hacia atrás gimiendo débilmente para al instante siguiente apartarle de un suave empujón.
- Has traído cerezas y cerezas voy a comer, únicamente cerezas.
- ¿Solo cerezas? ¿No merezco una compensación por habértelas traído?
- Ya veremos, te lo tienes que ganar. ¿No pensarías que las cerezas y un masaje eran suficiente para ganarte mis favores?
- ¿Y que quieres que haga, precioso Mu?
- Hmmmm... no se... piensa algo... después de todo sabes perfectamente que es lo que me gusta...
Sin decir una sola palabra más vuelve a recostarse en la pared de tierra y sin apartar la vista de DM comienza a comer cerezas. Las toma muy lentamente por el rabito de las mismas, de dos en dos, las arrima a sus labios y las lame girándolas con los dedos sobre su lengua que a su vez las recorre sensualmente. Toma la primera frunciendo los labios a su alrededor y tirando levemente la introduce en su boca para masticarla delicadamente y una vez tragada repetir la operación con la segunda.
Mientras el albino le contempla comer con una gran sonrisa en su rostro durante un rato al cabo del cual toma aire profundamente y se hunde en el agua para acercarse a él buceando. Una vez a su lado con dedos ágiles y expertos toma uno de sus pies y le da un delicado masaje en la planta hasta que necesita salir a respirar nuevamente. Al hacerlo no suelta el pie de Mu y elevando su pierna comienza a mordisquear los dedos del mismo, uno a uno, al tiempo que el lemuriamo come cerezas. Con una mano sujeta el pie y con la otra recorre su esbelta y fuerte pierna masajeando donde nota alguna tensión por leve que sea.
- Lo estas haciendo muy bien - susurra Mu cerrando los ojos y suspirando de placer.
DM no dice nada, se limita a seguir devorando el pie y ascender por la pierna hasta llegar a la ingle donde se detiene unos segundos. Sin mover la mano de la misma estira los dedos y acaricia con la yema su incipiente erección, retirándola inmediatamente en el momento en que le ve mover las caderas sinuosamente.
- Lo acabas de estropear - le dice con un mohín - Estabas a punto de llevarte el premio mayor.
- Aún no precioso mío... aún me queda la otra pierna... no queremos que sienta celos de su compañera ¿verdad amor?
- Jajaja, tienes razón... nada de celos.
Tras decir estas palabras le empuja riendo feliz de nuevo bajo el agua al tiempo que levanta el pie buscando sus manos.
DM repite el mismo ritual, solo que esta vez al llegar a la ingle no se limita a estirar los dedos sino que desliza la mano dando un rodeo por su abdomen hasta cerrarla sobre su ya completa erección. Devorando sus labios rojos por las cerezas comienza a estimularle rítmicamente. Le aferra por la cintura fuertemente atrayéndole hacia su cuerpo. Cuando se sacia de sus labios desliza los suyos por el cuello del ariano dejándole pequeñas marcas rojizas entre gruñidos de satisfacción pensando que serán visibles para todos los demás durante varios días. El movimiento de sus caderas le indica que esta próximo al orgasmo por lo que sin soltarle de la cintura le gira contra la orilla separándole las piernas con una de las suyas.
Mu protesta cuando deja de sentir la mano en su sexo pero enseguida sonríe al verse girado de ese modo. Sube los brazos a la orilla cerrando las manos sobre la hierba, apoya la mejilla en la tierra y eleva sus nalgas todo lo que puede para facilitarle la penetración. Un gemido sale de sus labios entreabiertos al sentir las fuertes manos de su amante en su cintura, gemido que se transforma en un momentáneo quejido al ser penetrado en un solo movimiento.
DM suspira placenteramente una vez esta en su interior. Inclina el rostro sobre la espalda de su amado aspirando profundamente el aroma que se desprende de su empapado cabello para echarlo hacia delante por uno de sus hombros y besar su nuca. Le besa y lame esa zona del cuello repetidas veces al tiempo que una de sus manos recorre su cuerpo totalmente. Le pellizca los pezones en el momento en que empieza a moverse en su interior arrancándole profundos gemidos de placer. Según acelera sus embestidas desciende la mano por su abdomen hasta la triangular mata de vello pubico en la que enreda los dedos durante unos instantes para seguir hasta su sexo y empezar a masturbarle al mismo ritmo de sus embestidas cada vez más rápidas y profundas. Los gritos y gemidos de Mu le excitan sobremanera y al cabo de un rato explota con un grito en el interior de este, sintiendo en sus manos los espasmos del sexo del lemuriano para a los pocos segundos percibir su explosión diluyéndose en el agua.
- ¿Te ha gustado? - le pregunta sin salir de su interior y con la mejilla apoyada en su espalda, abrazándole por la cintura cariñosamente.
- Sabes que si, siempre me gusta. ¿Cómo puedes dudarlo acaso? Realmente eres delicioso e irresistible, al menos para mí.
DM sale de su amado y le gira suavemente para mirarle a los ojos. Recoge en el hueco de su mano agua y la derrama por su mejilla para limpiarle la tierra que se ha quedado adherida a la piel. Acaricia la mejilla cuando esta limpia y le besa dulcemente.
- Eres tan hermoso y delicado... aún no entiendo como puedes amar a alguien como yo.
- Para ser sinceros yo tampoco lo se, pero es lo que mi corazón me dicta. Te ha elegido a ti.
Mu se abraza a DM y apoyando la mejilla en su pecho cierra los ojos para centrarse en los latidos de su corazón y dejar que el agua golpee suavemente contra su cuerpo. Ronronea cuando es abrazado por el albino y se pega todo lo que puede a él aspirando el aroma de su piel profundamente.
- DM, ¿no crees que es hora de hacer pública nuestra relación? - pregunta al cabo de un rato alzando la cabeza para mirarle a sus rojizos ojos.
- ¿Realmente lo deseas?
- Si, quiero que todos dejen de mirarte con miedo, que sepan que tienes un corazón capaz de amar plenamente y que es mío. Solo Kiki y yo conocemos tu lado amable, deja que los demás también le conozcan.
- ¿Y qué pasa con mi reputación de malvado sin piedad?
- Estoy harto de esa reputación, no es verdadera.
- Pregúntale a Shiryu que piensa de ella, si no es por ti en Rozan lo hubiera pasado mal, y luego la batalla que tuvimos en mi casa... no creo que le guste saber que su gran amigo Mu esta liado con alguien a quien odia.
- Eso no es cierto, Shiryu no te odia. Comprende perfectamente que solo cumplías con tu deber. Obedecías al Patriarca, no hacías más que cumplir con tu deber. No te guarda ningún rencor por ello.
- ¿Y tú como sabes eso? ¿Acaso le has contado lo que hay entre nosotros?
- Pues claro que se lo he contado, no hay secretos entre nosotros. El sabe lo mío como yo se lo suyo con Seiya.
- Eso no tiene ningún merito. Que ambos están liados es un secreto a voces, no pueden estar separados un segundo. Lo que me preocupa es que Seiya es un bocazas, habla demasiado y cuando no debe hacerlo, seguramente a estas horas todo el Santuario ya debe saber lo nuestro.
- ¿Entonces porque seguir guardando las apariencias?
- Por que aún no estoy seguro de cómo reaccionara Sahori cuando lo sepa... quizás no le guste que sus caballeros se líen entre si.
- Si eso fuera así ya habría hecho algo con Camus y Milo o con Ikki y Shaka.
- Tienes respuestas para todo, me estas acorralando contra las cuerdas y lo sabes, ¿verdad?
- Por supuesto que lo se, ¿qué te parece si damos la noticia esta noche durante la cena?
- Esta bien, esta bien, tú ganas, no puedo negarte nada cuando me miras con esos ojitos.
Mu alza sus brazos para abrazarle por el cuello y poniéndose en puntas le besa apasionadamente para a continuación salir del agua y vestirse rápidamente.
- ¿Por qué tanta prisa? Aún queda un par de horas para la cena...
- Cierto, pero tenemos que vestirnos para la ocasión y comunicarlo antes formalmente a Shion y a Shaori.
- De acuerdo. Vamos allá. Cuando lleguemos ante ambos déjame a mí hablar.
- ¿Serás diplomático? - pregunta mirándole con seriedad y algo de duda en sus ojos.
- ¿Por quien me tomas? ¡Claro que seré diplomático!
Ambos se dirigen a sus respectivas casas para vestirse con sus mejores galas y van a ver al Patriarca juntos. Cuando llegan son llevados a su presencia desilusionándose al no ver a la diosa junto a él y algo sorprendidos al verle con la cabellera totalmente revuelta y cubierto solamente con un corto batín. DM respira profundamente y le suelta de golpe su relación con Mu para quedarse callado junto al lemuriano mirando fijamente el rostro de Shion y tratando de descifrar sus pensamientos por su mirada. En ese momento una despeinada Shaori aparece por la puerta del fondo descalza y llevando solo una ligera bata semitransparente quedándose totalmente paralizada al verlos allí. Una vez repuesta de la sorpresa se acerca a Shion y lo más dignamente que puede se sienta junto a este mirándole interrogadoramente.
- DM y Mu han venido para anunciar su intención de vivir juntos a partir de ahora. De hecho llevan saliendo a escondidas desde antes de la guerra con Hades.
- ¿Eso es cierto Mu? - pregunta la diosa mirándole directamente.
- Así es mi señora - responde el interpelado haciendo una leve reverencia- Queremos vuestro permiso para unir nuestras dos casas y ser uno solo.
- Permiso concedido.
- ¿No os oponéis a ello? - pregunta sorprendido DM
- ¿Por qué habría de hacerlo? Lo único que me preocupa es que mis caballeros sean felices, me es indiferente si para ello eligen a una mujer o un hombre. Lo que si te voy a decir DM es que le cuides bien, Mu es muy preciado para mí, y no me gustaría verle sufrir por tu culpa. Por que si eso ocurriera... entonces si conocerías mi furia. Y muchachos, antes de que os vayáis, quisiera pediros un favor a ambos: me gustaría que no divulgaran como me han encontrado. - se levanta y se acerca a ellos para rodearles con los brazos por los hombros con el rostro algo enrojecido- Además de diosa soy mujer y debo decir que me siento muy bien junto a Shion.
- ¿Y Seiya? - pregunta Mu totalmente asombrado por semejante confesión.
- ¿Seiya? Solo es un amigo muy querido para mi al que no le importa que de vez en cuando le persiga en público para encubrir mi verdadera relación. Como veis no sois los únicos que temen revelar su relación.
Les da una nalgada a cada uno seguida de un beso en la mejilla para desaparecer corriendo después de una caricia en el pecho de Shion por la misma puerta por la que apareció. DM totalmente sorprendido hace una profunda reverencia hacia el Patriarca y cogiendo a su amado de la mano salen de la sala.
- Nunca lo hubiera imaginado - dice Mu aún atónito por la confesión de su diosa- Nosotros temiendo por su reacción y resulta que no solo esta liada con Shion si no que no duda en mortificar al pobre Seiya delante de todos, especialmente de su dragón, para que no sospechemos la verdad.
- Así son los dioses amor, pero ahora nosotros tenemos que ocuparnos de decir la noticia a los demás y para ello nada mejor que hacerlo con un brindis del mejor champán francés.
Se dirigen a la cocina y después de dar las oportunas ordenes al cocinero y sirvientes se dirigen a la mesa donde están todos los demás sentados y reclamando su atención golpeando una copa con un tenedor les dicen la noticia. Después de unos momentos en los que todos guardan silencio mirándoles fijamente reciben una lluvia de aplausos y felicitaciones que les hace feliz.
- Parece que todo ha salido bien - dice un feliz DM en la cama abrazado a un no menos feliz Mu- A partir de ahora este será mi nuevo hogar, espero que Kiki no nos interrumpa cada vez que estemos "jugando" cuando vuelva por vacaciones, porque no pienso consentírselo.
- No temas no lo hará. Además no creo que pase muchas noches aquí. Tiene alguien mejor con quien pasarlas.
- ¿Kiki? ¡Pero si es un niño!
- ¿Por qué te sorprendes? Es un adolescente en plena efervescencia de hormonas y ha encontrado con quien calmarlas.
- ¿Y quien es ese afortunado?
- Si me prometes no decir nada te lo contare.
- Lo prometo, soy una tumba. Vamos Mu dime quien es el amante de Kiki.
- Aioros.
- ¿El caballero de sagitario con Kiki?
- Si, y parece que van a durar mucho tiempo juntos, así que ya no te preocupes por mi aprendiz, tiene con quien calentarse y pasar el rato.
DM rompe a reír divertido por escucharle hablar de ese modo y poniéndose sobre su cuerpo de un salto comienza a besarle y prepararle para otro asalto amoroso en lo que va de noche. Noche que para ellos es el principio de una larga vida en