Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Algo más por Adid

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Regreso con esta historia. 

Advertencias: Aplican las generales del fic.

La primera escena está inspirada en ese video. Desde que lo vi no puedo dejar de imaginarme a Bill acosando a Stan por telefono XD Por cierto, amo la mini-serie completa >u<

 

Hacía un buen rato que había cerrado la tienda de regalos, no había un solo cliente más e incluso sus empleados se habían retirado ya, por lo que se encontraba completamente solo en el lugar. Stanley estaba contando las ganancias del día antes de cerrar caja, sostenía el teléfono con su hombro izquierdo tratando de seguir la conversación con su interlocutor mientras intentaba no perder la cuenta de los billetes. Bill había tomado la extraña costumbre de utilizar el teléfono para comunicarse con él desde hacía un tiempo. No tenía la más remota idea de cómo conseguía hacer eso y aunque sus encuentros no eran menos molestos (pues la mayoría de las veces el demonio se limitaba solo a hacer estúpidas bromas que lo hacían perder el tiempo y fastidiarse),  de esta forma al menos le daban cierto toque de normalidad.


-¿De verdad crees que serás capaz de cuidar de un par de mocosos?- Preguntaba en ese momento el triangulo con su usual tonito fastidioso- Piénsalo bien. Lo único que harán será distraerte de tu “preciosa” misión ¿o es que ya te diste por vencido definitivamente?


Stanley frunció el ceño con molestia regresando el fajo que terminaba de contar a la caja antes de tomar el siguiente.


-No serán ningún problema. Puedo seguir trabajando mientras se encuentren aquí- Aseguró- … además ¿Qué tan difícil puede ser hacerse cargo de dos niños de 12 años? Son lo suficientemente grandes para cuidarse solos ¿cierto?… solo hay que vigilar que no mueran…**


-Pfff… ¿sabes qué? Tengo la sospecha de que tu verano va a ser muuuuy aburrido. No creo tener ganas de estar cerca para verlo…


-¿Y? No es que seas de mucha ayuda de todos modos.


-…Sabes que eso podría cambiar…


-Y tú sabes que no pienso aceptar.


-Sí, ya sé. Costumbre, supongo… Lo que sea…Ya me aburrí. Hablemos de cosas más interesantes.


-¿Como qué?


- … … ¿qué traes puesto?...


Ese fue el momento en que colgó con molestia mientras escuchaba la conocida risita del otro. Ese estúpido triángulo  no cambiaba.


Todo a su rededor había ido evolucionando con el tiempo: las personas que fue conociendo, su negocio que prosperó, el pueblo mismo había crecido bastante desde que había llegado. Le costaba tanto creer que de eso hubieran pasado ya 30 largos años. Sin embargo la única constante (demasiado constante para su gusto) era ese ser molesto, eso y que en realidad en su encomienda de rescatar a su hermano seguía sintiéndose completamente estancado. En tantos años no había sido capaz de encontrar sus otros diarios y sin ellos era realmente poco lo que podía hacer, lo cual no dejaba de llenarlo de pesar y amargura pero al menos trataba de asegurarse que la máquina no se atrofiara más.


Cerró la caja registradora y acomodó algo de mercancía que había sobre la mesa. Miró su reloj, ya era algo tarde. Se preguntó si tendría ánimos de bajar al sótano a trabajar un rato pero no creyó que fuera capaz de concentrarse.  Sus sobrinos llegarían al día siguiente.


No había tenido mucho contacto con su familia en todos esos años, no tenía la cara para hacerlo mientras no fuera capaz sacar a Stanford del portal. Sin embargo hacía casi trece años su hermano Sherman lo había buscado para compartirle la feliz noticia de que se había convertido en abuelo, Stan ni siquiera sabía que su sobrino se había casado y fue de hecho un tanto sorpresivo darse cuenta de lo mayor que era ya. Esa había sido una de las pocas verdaderas alegrías que había recibido en casi toda su vida, lo reconfortaba saber que al menos su otro hermano sí había podido tener una vida tranquila, normal y feliz;  y desde entonces había mantenido un poco más contacto (aunque siguiera siendo escaso) con Sherman Pines y su hijo. Pero de pronto y de la nada su sobrino lo había contactado para decirle que quería mandar a sus hijos a un lugar tranquilo a pasar sus vacaciones de verano para que pudieran descansar del ajetreo de la ciudad (Stan sospechaba que lo que realmente quería era descansar él mismo de los niños) y que no se le ocurría mejor lugar que ahí con él, después de todo eran familia.


Stanley no había estado muy seguro. Él jamás se había hecho cargo de otra persona, especialmente no de niños. Además sabía de sobra que el pueblo y sus alrededores eran más que extraños y por lo tanto peligrosísimos.  Sin mencionar que no creyera que fuera muy seguro tenerlos merodeando tan cerca de una maquina apocalíptica sobre la que no estaba seguro que pudiera seguir trabajando tan arduamente durante el tiempo que estuvieran viviendo ahí. Y por supuesto, Bill no había perdido la oportunidad de dar su opinión sin que nadie se lo pidiera (como era su costumbre) sobre que eso no eral algo que Stan fuera capaz de hacer, además de que solo lo retrasaría más en su trabajo de reactivar el portal. El hombre sabía que tenía razón, sin embargo la perspectiva de tener compañía durante unas semanas había sido demasiado tentadora, así que había terminado aceptado.


A pesar de que le había asegurado a Bill que cuidar a unos niños no sería problema, la verdad es que estaba bastante nervioso, pero al mismo tiempo muy emocionado. Intentó convencerse de que solo había que dejar que las cosas siguieran su curso y todo estaría bien antes de finalmente decidirse a ir a la cama.


 


***~~~***


 


La llegada de Dipper y Mabel no había sido un evento precisamente explosivo, sin embargo Stan pudo notar que sin duda sería algo que cambiaría su vida. El lugar pareció llenarse automáticamente de luz y vida en el momento en que sus sobrinos atravesaron la puerta de su cabaña, a pesar de que ninguno de los niños se veía muy convencido de querer estar ahí.


La niña se adaptó muy fácilmente. Era entusiasta y optimista, y parecía vivir en su propio mundo (uno lleno de colores y sonrisas tal vez un poco demasiado intensos para considerarse cómodos por ninguna otra persona).   A pesar de su intensidad, era simpática  y totalmente adorable, algo con lo que Stan se encariñó casi al instante, considerando su propia amargura no le era difícil encontrar una personalidad tan peculiar tan incomprensible como maravillosa.


Al niño, en cambio, pareció costarle un poco más de trabajo. No era tan sociable como su hermana y la mayor parte del tiempo prefería enterrar su cabeza en algún libro que hablara sobre cosas sobrenaturales y absurdas. Le recordaba bastante a un cierto niño de lentes y seis dedos en cada mano que había conocido (lo cual algunas veces llegaba a ser doloroso). A pesar de su paranoia y problemas para socializar, el chico era noble además de muy divertido de molestar por lo que Stan se acostumbró también a él rápidamente.


Con el pasar de los días la convivencia se fue haciendo cada vez más fácil y encariñarse con ellos todavía más. Sin embargo, aún conseguía escabullirse por las noches hacia el sótano para seguir trabajando en el portal.


Bill, de acuerdo a su palabra, no había vuelto a aparecer para molestarlo. Lo cual agradecía, seguía sin confiar en ese ente triangular y no le hubiera gustado la idea de saberlo merodeando cerca de sus sobrinos. Aún así, no podía sacudirse la idea de que tanto él como su familia estaban siendo observados muy detenidamente desde cada rincón. Pero de cualquier forma, esa era una sensación a la que ya estaba más que acostumbrado.


 


***~~~***


 


-¡Bill Cipher!


Dijo su nombre en voz alta y al no recibir respuesta lo hizo de nuevo, no fue sino hasta la tercera repetición que el demonio apareció entre una pequeña explosión de humo y confeti.


-¡Stanley! ¿Me extrañaste? Yo sé que sí.


-No intentes hacerte el gracioso. Has estado merodeando en mis sueños.


No era una pregunta. No había sido muy difícil notarlo, después de todo Bill tenía esa costumbre desde hacía treinta años. Lo que le preocupaba era lo fácil que el demonio había logrado entrar en su subconsciente y merodear por él. No podía estar seguro de que la presencia de Dipper, Mabel y Soos  (y ese par de jovencitos coloridos) fuera real, pero eso solo hacía que su preocupación aumentara. No le gustaba nada la idea de que Bill se relacionara con nadie de su familia.


-Tranquilízate, pececillo. Solo estaba cumpliendo un encargo. Aunque al final resultara una pérdida de tiempo.  Ese pequeño de pelo blanco en serio tiene un mal carácter, sin duda es tu digno rival.


-¿Por qué te interesa ayudar a Guideon? – Preguntó con enojo. Ese niño estaba resultando ser un dolor de cabeza mucho mayor al que alguna vez hubiera podido  prever. No se había esperado que llegara a tales extremos ni que fuera capaz de arrebatarle la cabaña.


Bill levantó los brazos, tratando de tranquilizarlo.


-Hey,  ya te lo dije, solo era un trabajo. Guideon me lo pidió muy amablemente y yo soy un ser súper simpático que siempre está dispuesto a ayudar a quien lo solicite. Llevo años diciéndotelo.


Contestó componiendo un gesto de inocencia que no era convincente para nadie.  Stan entrecerró los ojos. Por supuesto que no le creía una sola palabra.


-Ahora por tu culpa, he perdido la cabaña.


-¿Y? Eso es muy fácil de arreglar. Yo puedo ayudarte ¿quieres hacer un trato?


-¡NO!


-Entonces por qué me llamas ¿de verdad me extrañas tanto? – Preguntó lo último con una sonrisa sugerente en la voz.


-No quiero que estés merodeando cuando mi familia está tan cerca. ¿No habías dicho que no te interesaban?


-Cambien de opinión, genio. La verdad son más entretenidos de lo que pensé, especialmente el niño ¿no te recuerda a alguien?


Stan volvió a entrecerrar los ojos, de nuevo llenándose de enojo. Iba a replicar pero Bill no se lo permitió.


-Como sea, si vas a seguir rechazando mi ayuda mejor te pones a pensar cómo recuperar tu tonta cabaña. No olvides que el tiempo se está acabando. Si me disculpas, tengo otras cosas que hacer…


Le lanzó un beso antes de desaparecer de nuevo, dejando a Stanley solo con sus pensamientos. Tenía razón, Stan tenía mucho qué hacer. Recuperar la cabaña era indispensable, si Guideon llegaba a descubrir lo que había en el sótano podría ser el fin de todo, y todo su esfuerzo y energía gastados en todos esos años serían tirados a la basura.


Pero primero, debía asegurar el bienestar de sus sobrinos. Por mucho que le doliera, seguramente lo mejor sería que regresaran a su casa en California,  a primera hora se pondría en contacto con los padres de los niños. Después pensaría una forma de arrebatar su cabaña a ese pequeño mequetrefe.


 


***~~~***


 


Al final todo había salido increíblemente bien. Incluso había quedado como una especie de héroe para el pueblo al descubrir y desvelar la verdadera cara del pequeño Guideon. Ahora su rival estaba en prisión. Había recuperado su cabaña que no había sufrido ningún daño significativo. Sus sobrinos podrían quedarse lo que quedara del verano.


Y lo mejor, había conseguido casi simultáneamente los otros dos diarios de su hermano (ni siquiera sabía que había un tercero). Había sido una tremenda sorpresa descubrir que Dipper había tenido uno de ellos todo el verano, y de hecho era demasiado increíble que ambos hubieran estado en manos de niños. Es decir ¡Él llevaba la mitad de su vida buscándolos! Había requerido toda su fuerza de voluntad para mostrarse tan indiferente ante la noticia y actuar como si nada cuando Dipper le confió el tomo 3. 


Pero lo que importaba es que por fin los tenía en sus manos. Pronto podría recuperar a Stanford. A pesar de que 30 años habían pasado, no quería perder la esperanza de que su hermano aún se encontrara vivo en algún lugar dentro del portal. Bill se lo había asegurado en incontables ocasiones. Y por alguna razón esa era la única cosa que dijera el triangulo que Stanley estaba dispuesto a creer.


 


***~~~***


 


Con la nueva y más que valiosa información, Stanley finalmente logró que la maquina encendiera.


-No necesitas más esos diarios ¿qué harás con ellos? ¿Quemarlos? ¿Romperlos? ¿Arrojarlos al pozo sin fondo?- Preguntó Bill con excitación como si estuviera planeando algo muy emocionante y divertido mientras los hacía flotar a su rededor.


Por supuesto, Stan no había podido evitar que volviera a aparecer para molestarlo. Especialmente ahora que había recuperado la cabaña y logrado reactivar el portal.


-¿Estás loco? Seguramente lo primero que hará Stanford al regresar será preguntarme por ellos. No pienso destruirlos.


Bill frunció el ceño, contrariado.


-Además Dipper querrá que le regrese el número 3.


-¿Y piensas regresárselo? – Preguntó con incredulidad.


-Sería muy sospechoso no hacerlo ¿no crees?


-Pero… ese niño podría terminar descubriendo todo lo que estás haciendo acá abajo.


-Puede ser. Pero no creo que lo haga antes de que consiga recuperar a Ford. – Contestó Stan, encogiéndose de hombros para restarle importancia. No creía que realmente fuera un problema, pero sí sabía que seguramente una vez que su hermano regresara iba a tener que dar muchas explicaciones a todo el mundo.


-¿Y si sí lo hace?- Insistió el triángulo.


-¿Por qué te importa tanto?


-Porque ese niño podría echar a perder todos mis planes… es decir TUS planes. He visto la influencia que tienen esos mocosos sobre ti. Si intentan detenerte no dudo que lo logren.


-¡Va!… eso no va a pasar…- entrecerró los ojos con sospecha ante las palabras de Bill. No le gustaba nada esta reacción.


-Eso no lo sabes…- su tono sonaba algo enojado, la luz que emanaba de él comenzó a parpadear  intermitentemente entre amarillo y rojo de forma amenazante-  y no pienso permitir que esos niños se atrevan a…-


Stan levantó su bastón firmemente justo hacia el ojo de Bill, amenazándolo con él como si la punta fuera alguna especie de objeto punzocortante y no una bola 8 de plástico barato.


-No te atrevas a meter a los niños en esto, Bill. O a siquiera pensar en hacerles daño. No sabes de lo que soy capaz.- Dijo con voz aún más firme.


Bill finalmente se había quedado callado, observando fijamente el objeto con el que el otro lo apuntaba, no parecía considerarlo realmente una amenaza pero sí  lo hizo recapacitar su reacción. Intentó que su tono sonara despreocupado  y tranquilizador al añadir:


-Bien, bien. No pienso tocar a esos niños. Mientras no se metan en mi camino.


Lo último lo añadió en voz más baja, sin embargo Stan alcanzó a escucharlo. Definitivamente no había forma de que confiara en la palabra de ese ser pero por el momento se conformó con eso. Después de todo, los niños no tenían porque estarse metiendo con Bill ¿cierto?


 


***~~~***


 


No podía dejar de mirar la intensa luz azulada que emanaba del portal que  final ¡finalmente! había logrado volver a encender. La cuenta regresiva indicaba las pocas horas que faltaban para que su hermano volviera. Jamás se había sentido tan orgulloso de sí mismo.


-Bien hecho, Stanley.


Sintió unas pequeñas manos posarse sobre sus hombros mientras escuchó la voz tan conocida susurrar justo en su oreja. No desvío la mirada en ningún momento pero no pudo evitar esbozar una sonrisa. Un estremecimiento lo asaltó cuando una de las manos se dirigió hacia su cabeza, acariciándola suavemente por encima de su fez. Finalmente dio la vuelta para observar a su compañero y se encontró con que Bill también miraba fijamente el portal con expectación y una emoción que le era imposible de disimular. Stan sintió un malestar en su pecho, a pesar de lo satisfecho que se sentía no logró sacudirse la idea de que  acababa de cometer un error enorme, especialmente al ver lo emocionado que se veía el otro.  


Bill no lo dejó concentrarse en esa sensación,  bajó la mirada y lo observó también, llevó su mano hacia la barbilla de Stan para levantarla y después acercarse buscando sus labios.


Stanley no lograba terminar  de acostumbrarse a ser besado por el triángulo, se seguía estremeciendo al observarlo transformar su ojo en una boca que después buscaba la suya. Pero tampoco era algo desagradable.  Por el contrario, se sintió especialmente electrizante a causa de la emoción de finalmente haber logrado su objetivo y sobre todo que hubiera alguien ahí para observarlo (y reconocérselo).


 


***~~~***

Notas finales:

**Literalmente, yo cuidando a mis sobrinos XD 

Ultimamente no me convence mucho lo que escribo ^^U De cualquier forma espero que les haya gustado. 

No olviden que siempre aprecio mucho su opinión.

Saludos!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).