Capítulo 02: Without a words
“Ellos no te conocen como yo lo hago” [1]
Sabía que estaba mal seguir a Vi, después de todo ella no le había dado ninguna razón para desconfiar en sus palabras, en sus acciones, en su firme promesa de protegerla ante todo y en cada caso. Pero seguía pensando que aquello era demasiado extraño: ¿Qué razón podría tener para alejarse tanto de la seguridad de Piltover? Y más extraño aún, ¿qué hacía en los peñascos de Zaun? Su compañera había pasado algún tiempo dentro de ese lugar, aunque deseaba entrar y descubrir qué era lo que estaba pasando, prefirió esperarla fuera.
Tenía su rifle reposando a un lado de ella por cualquier situación que se presentara y se encontraba jugando con algunas piedras que había a su alrededor, pateándolas sin prestar mucha atención alrededor
− ¿Qué haces aquí?
Caitlyn se sobresaltó al escuchar aquella voz tomando su rifle y apuntando a donde se encontraba la dueña de la misma, encontrándose con los ojos azules de la persona que seguía
− ¡Eso debería preguntarte yo! – Apartó el arma y le miro seriamente, no pensaba tener esa conversación en ese lugar pero no había de otra, así se habían dado las cosas
− ¿Por qué me seguiste, Caitlyn? – Preguntó con un tono de seriedad en la voz provocando un sentimiento amargo en la Sheriff puesto que muy rara vez la llamaba de esa forma y no era buena señal
− Yo… Solo quería saber más de ti
− ¿Saber más de mí? – Preguntó alzando cruzando los brazos y alzando la ceja izquierda – ¿Qué significa eso exactamente?
− Desde que nos mudamos juntas siempre escapas una vez cada 2 semanas, ¿Es aquí a donde siempre vienes? – Recibió a cambio solo silencio por parte de la otra
− Agh, no es algo de lo que quiera hablar
− ¿No confías en mí? – Una punzada de dolor atravesó su pecho ante aquellas simples palabras
− Cait…
− ¡Cait nada! Tu sabes todo de mí, conoces a mis padres, mi pasado, mis antiguos y actuales compañeros y yo… − Se vio interrumpida cuando el sonido de un golpe se escuchó en aquel lugar, Vi había golpeado una de las paredes hechas de piedra que se encontraban cerca.
El silencio estaba comenzando a volverse incomodo entre ellas dos, hasta que con un suspiro Vi retiró la capa de su cuerpo y se dejó caer en al suelo sin mucho cuidado
− ¿Exactamente qué quieres saber? – Su voz sonaba un poco distante.
− Yo, realmente no es mi intención forzarte a decirme nada.
− Está bien, tienes razón, cupcake. Tú me has dicho de ti. Pregunta.
− ¿Qué es este lugar? – Preguntó cautelosa tomando un lugar a un lado de la vigilante.
− Es un orfanato. Aquí crecí
Los ojos de la sheriff se abrieron con sorpresa al escuchar eso.
− Si, yo nunca conocí a mis padres. Se cree que murieron en un incidente en una fábrica lo cual es bastante común por estos lugares. Vengo aquí porque el viejo que me cuido y cuidaba de este lugar murió.
Caitlyn volvió la vista a aquellos peñascos sin poder imaginarse cómo sería la vida de dura en un lugar como ese
− Mi vida antes de conocerte fue asquerosa. Empecé a usar los puños para sobrevivir y, créeme, que más de una vez acabe con los ojos morados y una cortada en el rostro que después cubrí con este tatuaje – Señaló hacía su mejilla – No creo que quieras escuchar mucho los detalles de eso, pero… ¿Hay algo más que quieras saber, cupcake?
− Solo… ¿Las quemaduras en tus manos? – Su voz se notaba más baja de lo normal, sabía que Vi había sido una delincuente pero siempre pensó que había escapado de casa a causa de su creciente rebeldía. En lo más recóndito de su mente pensaba que algún día la llevaría a conocer a sus padres de los cuales había escapado y sería testigo de un maravilloso reencuentro. Pero ahora no podía sacar la imagen de una niña pequeña de cabello rosa tratando de pelear continuamente por su vida.
− Mis primeros guantes – Una sonrisa de nostalgia se instaló en su rostro – Estos bebés no son los primeros que utilizo para dar palizas – Alzó un poco los brazos para hacer la referencia más clara a sus guanteletes Hextech − Aunque los anteriores no eran ni de broma tan sofisticados como estos, no, los tomé de un golem en un robo que no salió nada bien, las personas con las que trabajaba enterraron a los mineros así que los use para sacarlos de ahí [1] – Se encogió de hombros, como quitándole importancia al asunto – Uno de ellos atendió mis manos para que no quedaran tan marcadas.
De nueva cuenta hubo silencio, aunque esta vez más prolongado. Caitlyn trataba de asimilar toda la información que había recibido tan de golpe y Vi miraba al vacío, tenía mucho que no recordaba aquella parte de su pasado
− ¿Por qué nunca me lo dijiste?
− No es algo de lo que quiera hablar mucho. No soy mucho de hablar y lo sabes, a menos que sea con los puños – Giro a verla y le dedico una de sus más amplias sonrisas – Golpea primero, pregunta mientras golpeas [2]
Sin poder evitarlo ambas rieron un poco, eso era tan típico de ella.
− Desde que te uniste al cuerpo de Piltóver es más fácil obtener las confesiones de los criminales [3] – Respondió sonriendo de manera amplía
− Vamos a casa – Dijo de pronto, acariciando con delicadeza el rostro de Caitlyn, por más que quiso negarlo durante años adoraba esa sonrisa que tenía y que rara vez mostraba, esa hermosa Sheriff era lo más valioso que tenía en su vida y por ello había decidido que la protegería como vigilante escusada bajo la premisa de querer golpear criminales sin temor a represalias.
Ambas se pusieron en pie con la intención de partir a casa, puesto que parecía que iba a hacerse tarde.
− Ponte esto
− ¿La capa que traías puesta?
− Aunque sean los confines, esto sigue siendo Zaun… Deberías saber que aquí no son muy bien recibidas las personas de Piltóver
− Oh… − Respondió simplemente colocándose aquella capa, había tomado la decisión correcta al dejar el sombrero en casa.
[…]
− ¿Estás bien? – Preguntó Caitlyn, quien ya tenía puesta su pijama morada y limpiaba su rifle como todas las noches, mientras observaba a Vi colocar sus brazos en agua con hielo.
− Por supuesto, solo es la presión de los guantes
− ¿Nunca has pensado en cambiar de herramienta?
− No. Así que ni lo pienses
− Solo era una sugerencia – Se levantó y caminó hacia ella al tiempo que metía sus manos en el hielo para acariciar las manos de su compañera, las manos de Vi eran suaves aun a pesar de los rastros de su pasado.
Sin embargo, el sonido de él tuvo mecánico por el cual llegaban los mensajes de la comisaria hizo que ella se apartará y caminará hacía allá leyendo el contenido.
− ¿Pasa algo, cupcake? – Terminó de secar sus manos lo más rápido que pudo y caminó a paso apresurado al no escuchar respuesta − ¿Cait?
− Esto no es normal. – Dijo finalmente – Han habido incidentes en la capital, pero son demasiado extraños… ¿Jinx está atacando de nuevo?
− Déjame ver – Leyó el reporte detenidamente – No. Esto no tiene nada que ver con Jinx
− ¿Cómo estás tan segura?
− Demasiado simétrico para ella
Caitlyn volvió a ver el reporte de la escena y desplego la imagen de la misma sobre la mesa en la que ambas desayunaban día con día, analizándola con cuidado.
− Esto es aún más extraño – Murmuro después de varios minutos analizando la imagen
− ¿De qué hablas?
− Es un pequeño detalle, no creo que tenga mucha importancia pero… ¿Notas eso? – Aseguró señalando una parte de la fotografía – Solo 4 ventanas están rotas, solo hay 4 heridos, solo se detonaron 4 bombas y por si eso fuera poco, justo aquí – Señaló otra parte de la fotografía – Hay 4 marcas en el edificio atacado.
− Cielo, ¿no crees que estás viendo ese número específicamente en todos lados porque nuestro aniversario 4 es en unos días? – La abrazó por la espalda, después de tanto tiempo estando con ella, sabía entenderla y aunque no dijera nada, notaba lo tensa que se encontraba
− Quizá tienes razón – Recargó su cabeza en el hombro de Vi cerrando los ojos por un momento
− Iré a ducharme. Tu espérame en la cama – Besó de nueva cuenta su frente, causándole cosquillas con su flequillo. Se alejó lentamente y tomó sus cosas de baño, pero abrió la puerta de improvisto − ¡Y no se te ocurra dormir sin darme mi beso de buenas noches!
[…]
Caitlyn estaba acostada en la cama sobre su costado derecho y por alguna extraña razón no podía dejar de darle vueltas al asunto del nuevo caso, estaba preocupada.
− ¡He venido por mi beso, cupcake! – Exclamó dejándose caer en la cama abrazándola por la cintura
− Eres incorregible
− Eres demasiado correcta
− ¿Quejas?
− Ninguna – Estiro su mano, para apagar la luz al tiempo que depositaba un suave beso en aquellos labios que tanto adoraba proclamar suyos
By:
Sora y Sckorve