Ahí estaba yo, ligeramente algo... bueno algo más que ligeramente mareado, caminando a mi casa lentamente. Tengo poca resistencia al alcohol pero pensé que por esta noche estaba bien.
Cuando le dije a Lena que aceptaba la propuesta de la cita con Lala casi grita como fangirl y de inmediato le marcó a su amiga, creí que la conocería en la fiesta de Komui pero parece que Lena pensó que no debía esperar hasta entonces y nos agendó una fecha al instante.
No había sido un desastre del todo, pero aún así...
¿Por qué?...
- ¿La bufanda naranja no te parece demasiado? - Había preguntado parado frente al largo espejo mientras sostenía mi teléfono como si fuera a tomarme una selfie.
- Yo la usaría.
- Exacto Lavi. Estas ayudando a elegir ropa para mi, no para ti.
- Okay okay, quitatela... Hmmm... tienes razón, así ya te ves bastante guapo.
No pude evitar sonrojarme en ese momento. Me pregunto si lo habrá notado en mi reflejo.
Jeans negros, botas cortas a juego, camisa blanca, corbata de un rojo quemado, chaleco gris oscuro y rematando una chamarra de cuero negra también. Resaltaba bastante con mi blanca piel y cabello, junto con mi tattoo en la cara me daban un aire interesante. Pero el trabajo de Lavi había sido en vano.
Ahora estaba riendo tontamente porque no podía colocar bien la llave en la cerradura de mi apartamento y cuando por fin lo logre la risa paró también. Suspiré y entré a mi casa.
Escuché los maullidos de Tim y lo sentí restregarse contra mi pierna, por un segundo pensé que era el único recibimiento que iba a tener.
- ¿Cómo te fué? - Preguntó su alegre voz desde la TV.
Parece que ha estado jugando videojuegos desde que me fui. Él había dicho que quería darme privacidad así que se quedaría en los circuitos de mi departamento hasta que yo volviera.
- No me lo vas a creer pero estoy un poco borracho. - Dije riendo ligeramente jugando con Tim en mis brazos.
- Pero que irresponsable de su parte Sr. Walker si usted no tiene trabajo mañana. - Dijo con ese tono bromista que ya lo caracterizaba. Cierto, mañana era mi día de descanso.
- ...
Antes de que se pusiera arisco, bajé a mi gato en su rincón favorito y este se acurrucó en su cojín, "quizá deba hacer lo mismo que él, pensé dirigiéndome a la oscuridad de mi cuarto. Me acosté en mi cama y quedé mirando el techo.
- ugh. - Suspiré y cerré los ojos para que el mundo diera menos vueltas.
- ¿Allen? - Inquirió suavemente Lavi.
- ...Dime. - Dije apenas lo suficientemente audible.
- ... ¿Te encuentras bien? - Sentí que se había pensado si era correcto o no hacerme aquella pregunta.
- ... Si... - Respondí igualmente en un susurro. - ...Bueno, aparte de mi leve borrachera, no del todo. - agregué segundos después riendo con leve sarcasmo
¿En qué momento perdí la habilidad de ocultar cuando había cosas que me desanimaban o entristecían? Tal vez era que podía mentirme a mi mismo pero no quería mentirle a Lavi.
- Estoy aquí para escucharte si quieres hablar de ello. O puedo dejarte sólo si lo prefieres.
- ¡No!. - Respondí apresurado antes de que decidiera que la segunda opción fuera la mejor. - Quédate conmigo por favor. - Supliqué.
- 24/7 todo el año. Bueno, excepto en navidad y año nuevo,... y otras fiestas importantes.
- Tonto. - Reí, esta vez naturalmente. - Ahh. - Suspiré de nuevo poco después.
- ¿Es sobre tu cita? ¿Tan mal fue?
- Si y no... ...
El problema no era ella...
- Hola, tu debes ser Allen. - Saludó la mujer que se acababa de acercar a mi mesa en el pequeño bar dónde habíamos acordado, un lugar llamado "Mater's Ghost".
Sinceramente parecía una muñeca con esos ojos zafiro, su cabello rubio, largo y ondulado se veía muy suave.
- ¿Fue tan fácil encontrarme?. - Respondí a modo de pregunta retórica parándome para saludarla. - Mucho gusto Lala. - Agregué sonriendo y pude notar que sus mejillas se tiñeron rosa. Le moví la silla para que se sentara y luego me senté de nuevo.
- Bastante fácil a decir verdad. Tu cabello tuvo que ver. - Rió agraciadamente. - Lena me habló sobre ti pero eres mejor parecido en persona.
Le conté a Lavi como habíamos congeniado bastante bien. Teníamos gustos similares, ella era cantante y yo pianista, le gustaban los videojuegos, no los mismos que a mi pero claro que no podíamos coincidir en cada cosa y eso en realidad era bueno. Todo había fluido y los dos nos dejamos llevar bebiendo un poco demás.
Siendo el caballero que Mana me había enseñado a ser, le conté a Lavi que no podía dejarla regresar sola a casa. En el camino ella me tomó de la mano y después nos besamos.
Ahí se fue todo a pique.
- ¿Vas a llevarme a la cama y después olvidarás llamar como los otros? - Había preguntado ella.
- ¿Eh?... no, claro que no. - Respondí un poco confundido. - Claro que te llamaré, me la he pasado muy bien.
- Yo también, pero a mi edad preferiría que las personas dejaran de jugar conmigo y fueran claras desde el inicio. - Explicó tranquila con ojos vidriosos pero seguros.
- ... - No supe cómo responderle y ella interpretó mi silencio.
- Me divertí hoy, pero quizá debamos dejarlo aquí.
- Quizás, pero al menos déjame llevarte a casa. - Dije.
- No hace falta. - Dijo parando un taxi. - Gracias por hoy. Te escribiré cuando llegue a casa. - Se despidió con un beso en mi mejilla y abordó el auto que la esperaba. Yo me quedé parado sin hacer más.
...El problema era yo.
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