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Una cuestión de pelos por Orseth

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     Exhalando un profundo suspiro de resignación, Draco se quitó la túnica y procedió a desabrochar su pantalón para luego caminar hasta la manta.

     -Yo te recomiendo que te quites el pantalón.

     -¿Y por qué?

     -Para poder separar más las rodillas.

     -Ah claro –mascullo todo rojo de vergüenza.

     Sin atreverse a mirar a Harry, se despojó de su pantalón y ropa interior quedando solo con su camisa y calcetines, luego se inclinó y terminó por ponerse en cuatro sobre la manta.

     -Bien… -dijo Harry viendo fijo el redondo trasero que estaba frente a él- de todos modos voy a intentar prepararte ¿de acuerdo?... habrá molestias por lo de ayer pero te tendrás que aguantar.

     -Ajá –respondió mirando su mano apoyada en la manta, pues con la otra había sujetado su inquieta cola peluda y la retenía contra su pecho.

     -Separa las rodillas.

     Sin poder evitarlo, Harry sonrió al ver ese par de nalgas a su disposición y sin mucho esfuerzo su pene comenzó  a despertar; así que se bajó el pantalón hasta las rodillas y se hincó tras Draco, se untó lubricante en los dedos y dijo:

     -¿Listo?

     -No… pero ni modo.

     -De acuerdo –respondió tocando con ambas manos las nalgas de Draco haciéndolo respingar, luego con su dedo índice tanteó la entrada encontrándola trémula y suave, la acarició unos segundos y luego separó las nalgas viendo el tierno y fruncido ano.

     -Oh por Merlín… -gimió Draco creyendo morir de vergüenza al sentirse tan expuesto, que solo atinó a recargarse en sus codos para cubrirse la cara con las manos.

     -Levanta… -dijo Harry levantándole la cadera.

Draco volvió a apoyarse en sus manos agradeciendo que Harry no pudiera verle el rostro mientras este comenzaba a masajear su entrada… realmente no se sentía tan mal, de hecho pensó que iba a dolerle pero no había sido así… al menos hasta que Harry comenzó a hundir un dedo.

     -¡Ay!

     -Calma…

     -Pero me dolió.

     -Ya sabías que eso iba a pasar –respondió hundiendo un poco más su dedo índice.

     -¡Auch!

     -Malfoy deja de moverte, así no se puede.

     -Es que… bien, de acuerdo, ya no me moveré.

     Harry retomó su labor hundiendo por fin más de la mitad de su dedo ante los quejidos contenidos de Draco, pero cuando comenzó a girarlo, éste de nuevo se movió.

     -¡Ay!

     -Por Merlín Malfoy, apenas llevo un dedo y no paras de moverte.

     -¿Un dedo?... ¿significa que meterás más? –pregunto girando la cabeza.

     -Pues obvio.

     Draco solo hizo un gesto y volvió a agachar la cabeza; Harry lo miró y luego miró su dedo introducido en el recto de Draco, apenas iniciaba y el rubio parecía que no iba a aguantar, así que tuvo otra idea, por lo que sacó su dedo y dijo:

     -Malfoy, haré otra cosa y aunque el dolor al final será igual, esto te lo hará más llevadero.

     -Haz lo que sea  Potter, pero por Merlín no me metas tres dedos.

     Harry sonrió, separó las nalgas de Draco y…

     -¡¿Pero qué…?! –jadeó el rubio al sentir una suave y tibia humedad en su entrada quedándose tieso al no comprender que pasaba.

     El Griffindor en tanto lamía la rosada entrada abriéndola un poco con la punta de su lengua; Draco en tanto tragó saliva sin entender que pasaba, hasta que girando la cabeza alcanzó a ver a Harry empinado sobre su culo y lo demás lo intuyó.

     -Ay me muero… -gimió tan avergonzado que solo pudo volver la vista al suelo y apretar los puños.

     Harry en tanto estaba fascinado lamiendo una trémula entrada que estaba más que seguro que solo había penetrado él mientras sus manos apretaban esas carnosas y firmes nalgas.

     Solo se escuchaba uno que otro grillo nocturno y los chasquidos de la boca de Harry que ya estaba más que duro al saber que pronto se enterraría en ese apretado orificio.

     -Ah… -gimió asombrado de que la boca de Harry se sintiera de esa manera, asombrado de que una lengua ahí se sintiera… bien, aunque no solo bien… de hecho se estaba sintiendo muy bien, tanto así que esas manos que atenazaban sus nalgas y que las magullaban con energía no eran desagradables, incluso su respiración comenzó a acelerarse y su miembro comenzó a ponerse duro.

     Y Harry al notarlo siguió con lo que estaba haciendo con más entusiasmo hasta que dado el momento se enderezó para  ponerse el preservativo.

     -Levanta la cadera y arquea la espalda… eso es, levanta el culo, así… -dijo para después darle otras lamidas y finalmente apuntar su pene a su entrada después de ponerse el condón.

      -Oh cielos… -susurró soltando su cola y apoyándose con ambas manos en el suelo al intuir lo que iba a suceder.

     Harry se relamió al ver su pene justo en la entrada de Draco, recordó lo bien que se había sentido al ser apretado por ese estrecho canal, así que sujetando su miembro con una mano y la cadera de Draco con la otra comenzó a empujar.

     -¡Oh!

     -Calma Malfoy, todavía ni entro.

     Draco cerró los ojos con fuerza haciendo acopio de todo su valor Slytherin mientras sentía claramente como era abierto por el pene de Harry.

     -¡Ah!...

     Harry vio fascinado la cabeza de su miembro hacerse paso en ese anillo de músculos, por lo que se acomodó mejor y siguió empujando.

     -¡Espera Potter, espera!

     -¿Y ahora qué Malfoy? No llevo ni la mitad.

     Draco gimió y agachó la cabeza mientras Harry retomaba su labor con otro pequeño impedimento.

     -¡Malfoy, tu cola se está agitando en mi cara, tengo pelos hasta en la boca!

     Pero Draco no estaba como para andar de considerado con Harry y poco le importo si su apéndice felino incomodaba al Gryffindor, más incómodo estaba él con semejante trozo de carne en el culo y no podía ocuparse de ambas cosas a la vez.

     -Duele Potter… duele mucho.

     Harry escupió los pelos blancos que se  le habían pegado en los labios y molesto tomó con una mano la peluda cola sorprendiéndose al instante.

     -¡Que suavecita! –El suave pelaje blanco se deslizo entre sus dedos- parece seda.

     -Potter…

     -Tranquilo –respondió saliendo de su estupor- falta poco.

     Sujetando su pene con una mano y la cola blanca con la otra terminó por penetrar a Draco, quien solo se encogió en su lugar soltando un sollozo.

     -No te muevas Potter… siento que me partes en dos si te mueves solo un poco –mascullo con voz contenida.

     Harry no sabía a ciencia cierta qué hacer, Malfoy estaba resultando demasiado quejoso; era cierto que estaba lastimado y el dolor no era para menos, pero no podían quedarse así toda la eternidad, así que en un intento de relajarlo comenzó a acariciar la peluda y blanca cola con ambas manos.

     Draco en tanto permanecía empinado sintiendo que le partían el culo en dos, pero esas manos acariciando su cola increíblemente comenzaron a tranquilizarlo, de tal manera que el llanto comenzó a cesar y su mente a aclararse.

     -No podemos estar así toda la noche… -pensó limpiándose las lágrimas con una mano- debo dejar de quejarme tanto, mientras más pronto comience más pronto terminará.

     -¿Mejor Malfoy?

     -Aja.

     -¿Sigo?

     -Sí.

     Harry sacó lentamente su pene sintiendo como Draco se relajaba, pero con movimientos lentos se hundió de nuevo y volvió a salir para comenzar un lento ritmo de embestidas que tenían a Draco con los puños cerrados con fuerza.

     Pronto el moreno agarro su ritmo, algo lento por consideración al Slytherin pero no por eso menos delicioso, pues cada que su pene era tragado por ese culo sentía deseos de seguir y seguir al tiempo que acariciaba la cadera y sujetaba la cola con la otra mano.

     Paso así algunos minutos, aumentando el ritmo y la fuerza sin darse cuenta, hasta que Draco se lo hizo saber.

     -N-no tan… no tan fuerte…

     Con la frente húmeda y la respiración acelerada se contuvo mirando con deseo como las brillosas nalgas de Draco se tragaban su pene.

     -¿Falta… mucho?

     -No… solo un poco más.

     Y aunque hubiese querido seguir, dio un par de embestidas más y dejó ir su orgasmo con un largo gemido, después sacó su miembro despojándose enseguida del preservativo y se dejó caer de espaldas al piso en tanto Draco hacía lo mismo sobre la manta.

     Permanecieron en silencio algunos minutos, cada uno recuperándose a su modo hasta que el rubio se enderezó sacando un pañuelo de su bolsillo para limpiarse el rostro empapado de lágrimas; ese movimiento hizo a Harry levantar la cabeza y mirar a Draco sentado de costado, así que se enderezó y se levantó sacando también un pañuelo desechable para limpiarse y vestirse.

     -¿Estás bien?

     Draco asintió más por reflejo que por una sincera respuesta, pero casi al instante negó con la cabeza y se acostó en la manta haciéndose un ovillo mientras se cubría la cara con las manos.

     -¿Y… y dices que no son raros Potter?... ¿cómo puede gustarles esto?... además de raros son… son sadomasoquistas…

     Harry exhaló un suspiro mientras rodaba los ojos sentándose a su lado después de abrocharse el pantalón.

     -Las cosas no son así o al menos no en otras circunstancias, pero no creo que eso te interese ¿o sí? -Draco no respondió, se sentía tan desdichado que solo se encogió en su lugar sin de dejar de gimotear- Por Merlín Malfoy, me haces sentir como si te hubiera violado.

     -No… no es tu culpa…

     Pero Harry vio que el rubio no hacia el intento de levantarse, por lo que tomó la túnica Slytherin y se la puso sobre las piernas cubriéndole el trasero, ese amable gesto hizo sentir peor a Draco quien solo pudo quedarse quieto en su lugar; lo de menos era retirarse y dejarlo tirado pero el imposible espíritu Gryffindor de Harry hizo que se quedara en lugar sin poder irse y abandonarlo así como así, pero sin saber a ciencia cierta qué hacer se le ocurrió tomar de nuevo la blanca cola y comenzar a acariciarla.

     Aunque sorprendido por el contacto, Draco no hizo nada, estaba demasiado avergonzado para mostrarle la cara al Gryffindor, así que se quedó quieto dejándole agarrar su peludo apéndice dándose cuenta hasta ahora que tan sensible podía ser.

     Harry en tanto peinaba con los dedos el blanco pelaje disfrutando sin proponérselo de su suavidad, y en un gesto impulsivo la llevo a su nariz para saber a qué olía encontrando un fresco aroma a jabón.

     -¡Ah que rico huele! –pensó bajándola y acariciándola de nuevo, riendo internamente al ver que técnicamente estaba oliéndole la cola a Draco Malfoy- Cédric se va a reír mucho si le cuento lo que estoy haciendo.

     Pasaron así algunos minutos, con Draco quieto mientras Harry le peinaba la esponjada cola e increíblemente el llanto de Draco se comenzó a calmar, de hecho dejo de hacerlo y solo permanecía quieto con los ojos cerrados y por un instante Harry pensó que se había dormido, hasta que de pronto comenzó a escuchar algo que le hizo agudizar el oído… un sonido tenue pero inconfundible que le hizo abrir tremendo ojos de sorpresa mientras se tapaba la boca con una mano para no soltar la risa.

     -¡No puede ser!... ¡Malfoy está ronroneando!... Si no fuera porque es Malfoy hasta diría que es lindo.

     Se quedó callado sin dejar de hacer lo que estaba haciendo hasta que la respiración acompasada del rubio le indicó que ya se había dormido, por lo que se levantó y salió de ahí sintiéndose más tranquilo de no dejarlo tan alterado.

 

_________________________

 

 

     Cuando llegó a su casa y dio la contraseña a la señora gorda, entró muy quitado de la pena encontrándose a Hermione haciendo tarea en la sala común.

     -¡Harry! ¿Dónde andabas? –pregunto cuando lo vio entrar.

     Harry oculto su contrariedad al ver a su amiga pescarlo llegando después del toque de queda y fue a sentarse a un sofá de una plaza que estaba junto a la chimenea y a un par de metros de la mesa en donde ella estaba.

     -Pues por ahí, dando un paseo, ya sabes que me gusta explorar el castillo.

     Crookshanks, el gato anaranjado de Hermione estaba echado en la mesa a un lado de una pila de libros acompañando a su dueña mientras hacía tarea y al ver a Harry sentarse en el sofá, se levantó, se bajó de la mesa y de un salto se encaramó en las piernas del chico para echar la siesta como solía hacerlo a veces, entonces Harry levantó la mano para acariciarlo pero al momento de tocarle la cabeza, Crookshanks se erizó y le lanzó la garra arañándole la mano para después saltar de inmediato y alejarse de ahí meneando la cola nervioso.

     -¡Ay!

     -¡Harry! ¿Estás bien? –preguntó ella levantándose de inmediato para mirarle la mano.

     -Si, solo fue un rasguño –respondió sobándose la pequeña herida sangrante.

     -¿Qué le hiciste? –dijo tomándole la mano para ver el daño.

     -¿Y porque asumes que yo le hice algo? Solo le toque la cabeza y se alocó, ese gato está loco… mejor me voy a dormir –concluyó levantándose- y tu deberías hacer lo mismo.

     -Siento lo de tu mano Harry, no lo había visto tan enojado.

     -No te preocupes, buenas noches.

     -Buenas noches Harry, que descanses.

     Cuando subió a su habitación encontró a sus compañeros de cuarto ya dormidos, entonces se quitó la túnica y se dirigió al baño a lavarse los dientes, a lavar su rasguño y a ponerse alguna bandita, y fue ahí, con la buena iluminación de la lámpara que reparó en su  ropa.

     -¡Mierda!...

     Comprendió al instante en porque Crookshanks había reaccionado así al ver su ropa negra llena de pelos blancos.

     -El jodido gato olfateó a otro gato.

     Sin saber ningún hechizo que quitara los pelos de la ropa, guardo esa muda en el cesto de la ropa sucia pensando en preguntarle a Hermione como hacerlo con el pretexto de quitarse los pelos anaranjados de Crookshanks.

 

____________________________

 

 

     Cuando despertó se sintió desorientado por unos instantes al mirar donde estaba, pero su culo adolorido le recordó al instante lo que había pasado, así que apresuradamente se tocó la cabeza para ver si sus orejas habían desaparecido comprobando con decepción que no era así.

-Seguro para mañana ya habrán desaparecido –pensó mientras se ponía de pie para vestirse- ¿Qué hora será?

     Cuando estuvo listo salió de ahí caminando con incomodidad hasta llegar a su casa en donde entró sigiloso a su cuarto para no despertar a nadie.

     -¿Dónde diablos estabas?

     La voz de Blaise casi lo hace pescarse del poste de su cama, por lo que volteo a verlo enojado.

     -¡Me asustaste Blaise, casi me cago del miedo!

     -Es media noche ¿Qué hacías tan tarde afuera?

     -Paseaba.

     -¿Paseabas?

     -Sí, para aclarar la mente… me siento muy estresado y siento que explotaré.

     -¡El profesor Snape ya vino a buscarte tres veces!

     -¿Qué?

     -Sí, la última vez fue hace una hora y está furioso, te lo advierto.

     -Ay no, lo que me faltaba… -masculló exhalando un suspiro mientras se abrazaba al poste de su cama- ¿y ahora que quiere?

     -¿Y yo que sé? Dijo que quiere hablar contigo.

     -Voy mañana.

     -No, dijo que fueras en cuanto llegaras.

     -Eso es para saber a qué hora llegué.

     -A lo mejor, pero mejor ve antes de que se haga más tarde.

     Sin más remedio y exhalando un suspiro de resignación y cansancio salió de ahí para dirigirse a la habitación de su jefe de casa.

     -¿Sabes qué hora es? –pregunto el profesor Snape en cuanto le abrió la puerta de su habitación.

     -Creo que media noche.

     -¿Crees?... ¿acaso estas burlándote de mí? –exclamó con un rostro serio, pero molesto al mismo tiempo, una combinación que hasta a Draco asustaba.

     -No, para nada.

 

 

 

 


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