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Una cuestión de pelos por Orseth

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            -Ya pasó una semana desde nuestra conversación sobre tener una cita con Potter –dijo Draco a Blaise en voz baja mientras practicaban un pase de varita algo complicado en la clase de defensa contra las artes oscuras de Ojo Loco Moody hasta el fondo del salón.

            -Recuerden visualizar la soga que tienen en su pupitre para darle la forma de una horca y colocarla en el cogote de sus enemigos –dijo Ojo loco agitando su ojo falso como poseído- recuerden que para deshacerse de un enemigo yo utilizo  el método practico.

            -¿Y qué has pensado?

            -Bueno, que tienes razón y lo haré.

            -¿Tendrás una cita amorosa con Potter? –susurró Blaise sonriendo.

            -Cállate, no es así.

            -¿Besarán sus bocas?

            -¡No seas absurdo!

            -¿Algún problema señor Malfoy? –pregunto Ojo Loco mirándolo desde su escritorio mientras que con su otro ojo vigilaba que Neville no le volara los sesos a Seamus.

            -Ninguno profesor.

            -¿Y qué has planeado? –pregunto Blaise moviendo su varita viendo que la soga que estaba enrollada frente a él ni siquiera se movía.

            -Hoy es jueves, así que le diré que vaya en la noche a nuestra área.

            -¿Planeas meterlo a nuestra casa? –preguntó sorprendido mirándolo de reojo.

            -Obvio no, no seas absurdo ¿pero recuerdas que hay un saloncito a un lado de las habitaciones de mi padrino?

            -¿Planeas meter a Potter en el cuarto del profesor? –exclamo mas sorprendido aun.

            -¡Claro que no, no seas tarado!

            -¡Señor Malfoy! –Gritó Ojo loco haciéndolos respingar- ¿desea que le muestre cómo funciona la horca en su pescuezo?

            -¡No profesor! –respondio asustado al recordar como daba volteretas en el aire convertido en hurón.

            -¡Pues entonces trabaje!

            -Viejo estúpido, váyase a la mierda –masculló regresando su atención a la soga.

            -¿¡Qué dijo?!

            -Nada, que no se mueve la cuerda.

            Furibundo, Ojo loco dio un paso en su dirección dispuesto a darle otra lección al jovencito rubio pero no tuvo tiempo  pues unos gemidos y gritos a un lado suyo le hicieron detenerse para ayudar a Seamus mientras era estrangulado por la cuerda de Neville, quien aterrorizado había botado su varita e intentaba quitarle la soga del cuello a su compañero mientras los gritos de las chicas inundaban el salón.

            Todo quedó solucionado en un par de minutos pero fue suficiente para que el profesor se olvidara de Draco, así que después de diez minutos más por fin la clase concluyó y cuando Harry paso a un lado del pupitre de Malfoy sin siquiera verlo, éste solo sonrió.

 

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            A la hora de la comida mientras los chicos se dirigían al comedor, Harry metió su mano al bolsillo de su túnica encontrando una notita de papel; extrañado por no recordar haberla puesto ahí la desdobló guardándola de inmediato al leer apenas un par de palabras viendo que Ron y Hermione iban enfrascados en una conversación.

            Llegaron al comedor y ni bien  acabo de sentarse en su mesa buscó con la vista a Draco, quien muy quitado de la pena se servía jugo de calabaza sin siquiera mirarlo; después de que terminara la comida el grupo de Slytherin se levantó y salió del comedor sin mirar ni una sola vez la mesa Griffindor.

 

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            En una escapada al baño para estar a solas, Harry sacó la notita de su bolsillo y la desdobló para leerla.

            “Potter, tengo una propuesta para ti y no, no es darme por donde ya sabes, es algo más que sé con certeza que te gustará y no te hará ningún daño, así que te espero debajo de la escalera que da paso a las mazmorras después del toque de queda, ahí nadie te verá aun cuando pasen a nuestra sala común, a menos claro que tengas miedo de caer rendido ante mi natural encanto; si no vas entonces entenderé que temes enamorarte de mí y por eso has decido alejarte lo mas que puedas”

 

            Harry abrió la boca de la pura indignación y apretando después los labios sacó su varita y quemó la carta mientras salía del baño.

 

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            -¿Crees que vaya? –pregunto Blaise mientras cortaba la salchicha en su plato a la hora de la cena.

            -Eso espero Blaise, eso espero –respondio sin atreverse a mirar a Harry por temor a confirmar que el moreno no se presentaría.

            Cuando la cena terminó y todos estuvieron en sus respectivas casas, Draco intentaba disimular su nerviosismo jugando una partida de snap explosivo con Crabbe hasta que llegó la hora del encuentro.

            -Estoy cansado, vamos a dormir –dijo entonces Blaise mientras bostezaba.

            -Sí, creo que yo también ya tengo sueño –respondio Goyle levantándose.

            -Qué flojos –dijo Pansy tumbada en un sofá frente a la chimenea.

            -¿Qué no piensas subir a dormir? –Preguntó Draco- en la sala solo quedamos nosotros y además mañana hay clases.

            -No, aun no tengo sueño.

            Draco y Blaise se miraron disimuladamente, pero ninguno dijo nada, solo se limitaron a despedirse de su amiga y a subir a su habitación en donde hicieron tiempo en lo que Crabbe y Goyle se preparaban a dormir hasta que finalmente se tumbaron a roncar.

            -¡Son las 11:00 pm y Pansy sigue ahí! –exclamó Draco caminando frenético de un lado a otro.

            -¿Qué tanto hará?

            -Pues no sé pero si Potter fue a la cita, de seguro se largará porque no llego… no sé Blaise, me arriesgaré –concluyó dirigiéndose a la puerta.

            -¿Y qué le dirás si te descubre escabulléndote?

            -No sé, que tengo ganas de masturbarme frente a la oficina de Dumbledore o que se yo -Blaise ya no dijo nada, solo lo vio abrir la puerta y salir silenciosamente.

            Fue bajando las escaleras con el mayor cuidado posible, viendo con alivio que aunque Pansy seguía ahí, estaba dormida; así que caminando de puntillas atravesó la sala y salió de ahí, ya afuera camino lo más rápido que pudo hasta el lugar del encuentro esperando que Harry aun siguiera ahí, pero grande fue su decepción al no ver a nadie debajo de las escaleras.

            -Mierda… -mascullo exhalando un suspiro de contrariedad- ¿se habrá ido o de plano no habrá venido?

            Se quedó ahí unos minutos decidiéndose que hacer, cuando entonces unos pasos ligeros lo hicieron replegarse a la pared y quedarse quieto; su corazón latió acelerado cuando Harry Potter se asomó a su escondite.

            -¡Potter!

            Harry miró a ambos lados antes de decir en voz contenida:

            -Solo estoy aquí para aclararte que si vine no fue por lo que decía tu nota.

            -Claro, claro… -exclamó sonriendo y tomándolo de la mano para caminar de prisa.

            -¡Hey! ¿A dónde me llevas? ¡Yo ya me voy! –exclamó soltándose pero sin dejar de caminar tras él.

            Pero Draco no respondió, solo caminó por un pasillo alumbrado solamente por un par de antorchas colocadas en las paredes.

            -Shhh –susurró el rubio pasando por varias puertas llegando hasta detenerse en una  sacando una llave de su bolsillo.

            -¿A dónde me llevas?

            -No hagas ruido.

            Sabiendo que ya tendría que haberse retirado de ahí, Harry siguió al Slytherin al interior de la habitación cuando éste la hubo abierto.

            -Malfoy, estas malinterpretando todo, yo ya me voy –exclamó cuando Draco cerró la puerta tras ellos.

            -Relájate Potter, aquí nadie nos oirá aunque las habitaciones del profesor Snape estén aquí al lado.

            -¿¡Qué?!

            -Qué…

            -¡Ya te oí!

            -¿Y entonces porqué vuelves a preguntar?

            -¿Dices que la puerta que acabamos de pasar es la del profesor Snape?

            -Sí.

            -Estás loco, ya me voy.

            -¡Espera! –respondio colocándose en la puerta.

            -Quítate Malfoy.

            -¿Por qué eres tan cerrado? Solo quiero hablar.

            -Tú y yo no tenemos nada  de qué hablar –respondió cruzándose de brazos.

            -Ven, siéntate –dijo caminando al interior de la habitación.

            Solo entonces Harry se tomó el tiempo de mirar con calma la habitación, en donde miró un par de sofás alrededor de una chimenea, con varios libreros en las paredes y un enorme ventanal en el cual solo se miraba oscuridad.

            -¿Qué es eso? –preguntó acercándose ahí.

            -Es el lago negro, estamos en las mazmorras ¿recuerdas?

            Si, ahora lo recordaba, aunque cuando entro con Ron a la sala común Slytherin en segundo año no tuvo el tiempo ni la calma para examinar bien ese lugar.

            -¿No te da miedo? –pregunto mirando la negrura del agua.

            -No… de hecho en el día el agua da un tono verdoso a la habitación, lo cual lo hace muy peculiar, a veces se puede ver al calamar gigante.

            -¿En serio?

            -Ajá… y a  alguno que otro bicho.

            -Vaya…

            -Y el sonido del agua en la noche es realmente relajante, yo  a veces vengo a estudiar aquí y termino durmiendo en el sofá, te pedí que habláramos aquí porque casi nunca nadie viene, en mas creo que solo yo lo uso pues todos prefieren estudiar en la sala común y el profesor Snape tiene su estudio en sus habitaciones, no necesita venir aquí.

            -Bueno, entonces volviendo al tema ¿Qué quieres hablar conmigo que no hallamos hablado ya? –pregunto volviéndose  mirarlo.

            -¿Quieres sentarte?

            -¿Y para qué?

            -Vamos Potter, no te voy a morder –replico sentándose en uno de los sofás que estaba frente a la chimenea, en donde había una mesita con varios platitos que Harry ni siquiera había notado- ¿Has probado las trufas de chocolate Hans Sloane?

            Harry miró el platito que Draco le ofrecía mirando ahí muchos chocolatitos de aspecto francamente tentador.

            -No.

            -Ya lo decía yo, es una de las marcas más exclusivas de Inglaterra, imposible que los hubieses probado.

            Harry lo miró tomar uno y echárselo a la boca como si nada y comprendió que curiosamente Draco había dicho eso sin afán de ofender aunque el comentario en si fuese despectivo, así que rodando los ojos se sentó en el sofá de enfrente mientras tomaba un chocolate.

            -Mmm… vaya…

            -Esta bueno ¿no? –pregunto Draco sonriendo al verlo degustar el chocolate- estos de chocolate con menta son mis favoritos –dijo tomando otro con envoltorio plateado- pruébalo.

            Harry tomó el chocolate y comenzó a desenvolverlo mientras Draco hacía lo mismo con otro.

            -Esta marca incluso hace chocolates personalizados.

            -¿Y para qué? de todos modos te los vas a comer.

            -Ay Potter, no seas tan simple, puede haber ocasiones especiales.

            Harry no contestó, el chocolate estaba realmente bueno y aunque estaba lleno por la buena cena que había engullido, la variedad de chocolates en varios platitos prácticamente le hacían guiños.

            -¿Solo me invitaste a comer chocolates?

            -No, claro que no.

            -En la nota dijiste que tampoco ibas a volver a insistir en el tema.

            -Y lo cumpliré… por ahora -Harry alzó una ceja mientras lo miraba, a lo que Draco se apresuró a añadir: -Fuiste muy claro la última vez y yo entiendo tu punto.

            -¿En serio?

            -Claro… sin embargo eso no quita que siga necesitando tu ayuda, por lo que quiero proponerte algo.

            -Qué cosa –pregunto tomando otro chocolatito con una cereza dibujada en el envoltorio.

            -La última vez me dijiste que no me conocías y que para tener sexo al menos deseabas hacerlo con quien tuvieras confianza aunque no necesariamente amor.

            -Así es ¿y?

            -Pues te propongo conocerme… aunque sea un poquito –añadió al verlo fijar sus ojos verdes en él haciendo que su estomago diera un vuelco- no pretendo que lleguemos a ser los grandes amigos como tú y la comadreja o yo con…

            -No le digas “comadreja” a Ron –interrumpió.

            -¡Oh vamos, el sigue llamándome hurón! ¿No es así? Y eso que ya me disculpé.

            -Bueno si, pero…

            -Además ya no los molesto, ni siquiera los miro, así que no seas tan quisquilloso Potter.

            -Bien ¿y entonces como pretendes que esto funcione?... es decir ¿Cómo es eso de conocerte? –pregunto con cierta ironía en la voz.

            -Pues no sé… pregúntame lo que quieras –respondió alzándose de hombros.

            -Mmm… pues… -mascullo pensando que podría preguntarle a un Draco Malfoy dispuesto a contestarle- en primera ¿ves bien con ese ojo amarillo?

            Draco alzó la cara al techo antes de responder:

            -Te habías tardado.

            -¿En qué?

            -En preguntar, muchos me han preguntado eso.

            -Es que es raro… nunca había visto a una persona con ojos de diferente color.

            -Pues no eran así.

            -Ya lo sé, por eso pregunto, no sé cómo vean los gatos con ojos así.

            -Pues yo veo normal.

            -De acuerdo, veamos ¿Qué más?... ¡ah sí! ¿Por qué sueltas tanto pelo?

            -¿Cómo?

            -Si Malfoy, cuando estoy contigo acabo con la ropa llena de pelos blancos ¿no te cepillas la cola?

            -Pues yo… pues no… -respondió sintiendo la cara caliente, incapaz de confesar que desde que se lo había dicho en la sala de astronomía, ya lo hacía- en las mañanas tardo mucho tiempo secándola o si no me humedece la ropa.

            -Pues deberías hacerlo en la noche, digo para evitar esas cosas.

            -Ya… -asintió sin dejar de sentir vergüenza por su tiradero de pelos- ¿solo piensas preguntarme de eso?

            -No, deja pienso que más podría preguntarte… ya se ¿Por qué eres tan odioso?

            -¿Odioso?

            -Sí, ya sabes… odioso, idiota, insufrible…

            -Ok, ok, ya entendí… bueno eso creo… ¿te refieres al porqué hago notar las cosas más que evidentes de todos?

            -¿Así entiendes mi pregunta? –pregunto incrédulo.

            -Pues sí.

            -Ok… entonces responde –exclamó sin más.

            -Pues solo menciono lo obvio creo.

            -¿Crees?... ¿Malfoy que no te das cuenta de que es molesto?

            -Yo creo que no aguantan unas simples bromas.

            -El insultar y ofender a alguien no es una simple broma.

            -Oh vamos Potter, yo creo que todo se lo toman muy en serio, además solo digo lo obvio… por ejemplo los Weasley, son pobres y aun así tuvieron muchos hijos como si pudieran mantenerlos a todos.

            -¿Y?... ¡ese es su problema! No te están pidiendo dinero para su manutención.

            -Pero…

            -¿Pero?

            -Pero es divertido hacerlos enojar.


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