La Paz de Tus Ojos
Capítulo II – La cruda verdad
Naruto era magnifico, Sasuke no podía dejar de admirar la manera en que se desenvolvía en el escenario. Había hecho suyo el papel y lo interpretaba de manera magistral, aunque ciertamente el hecho de que dicho papel fuese inspirado precisamente en el rubio tenía mucho que ver.
Contrario a lo que llego a imaginar, lejos de mirarle con rencor u odio el rubio le había dirigido una cálida sonrisa, antes de acercarse a Kakashi para presentarse y hablar sobre el papel.
Él se había quedado mudo, tenía tanto por decir y sin embargo no había sido capaz ni de dirigirle el saludo, aunque tampoco se atormentaba mucho con eso, sabía que tendría oportunidad para hablar con él, porque Naruto se quedaría con el papel así tuviese que amenazar a Kakashi.
Por el momento se conformaría con deleitarse con su simple presencia, y al mismo tiempo no pudo evitar perderse en el pasado, transportarse a aquella mañana en los jardines de Konoha el colegio al que ambos asistían.
Sasuke Uchiha era el chico más atractivo y popular de Konogakure, por lo que el escenario que se presentaba ante él; con una chica completamente sonrojada y nerviosa declarándole sus sentimientos, era algo realmente a lo que ya estaba acostumbrado.
De peculiar cabello rosa, grandes y bonitos ojos verdes, Haruno Sakura; Conocía a la chica de lejos ya que era alguien sobresaliente en el colegio, siempre sabia los nombres de aquellos que eran sus rivales académicos, la chica era una de ellos.
Era bonita tenía que admitirlo, sin embargo él no estaba interesado ni en ella, ni en nadie más. En estos momentos lo único que le interesaba era seguir con sus estudios y poder aguantar las exigencias diarias que su apellido traía consigo. Su padre había puesto una enorme responsabilidad sobre sus hombros y no pensaba defraudarlo.
Cada quien tomaba el rechazo de manera distinta, algunas lloraban cual magdalenas perdidas y buscaban su consuelo, cosa que él no les daba. Otras tantas, se enfurecían y despotricaban, algunas otras lo tomaban con entereza y con la poca dignidad que les quedaban se iban sin decir más.
Sakura entraba dentro de ese grupo, porque a pesar de las inminentes ganas que tenia de echarse a llorar, tan solo le dio una ligera sonrisa musito un leve — "Entiendo" — y se fue.
Aquello hubiese quedado sin duda como una experiencia más, con lo que Sasuke jamás conto fue que la chica tenía un amigo con complejo de hermano mayor, que al ver la triste desolación que la aquejaba no dudo en actuar como todo buen hermano haría.
Rompiéndole la cara al imbécil que la había hecho llorar.
No lo vio venir, por ello su capacidad de reacción fue nula cuando aquel puño se estrelló contra su nariz, haciéndole trastabillar y caer hacia atrás.
Aun algo aturdido pero con la furia corriéndole por las venas, se levantado dando tremendo salto para enfrentarse al imbécil que había osado a tocarle, ¡Oh! Pero que se prepare ese idiota, porque iba a comprobar porque era el mejor estudiante en su clase karate.
Sus ónices se toparon con un furioso mar embravecido o al menos es lo que pensó al ver aquellos impetuosos zafiros que lo veían destilando tanta rabia — ¿¡Que te pasa imbécil!? ¿Por qué me pegas? — Le iba a romper la cara eso era seguro, pero tenía curiosidad quería saber el porqué de aquella absurda situación.
—Eso es para que aprendas a tratar a las mujeres.
— ¿¡De qué cojones hablas!?
— ¡De que te crees un puto dios!, y te divierte ir por la vida rompiendo los corazones de las mujeres como si no importara.
Una sonrisa prepotente se dibujó en su faz, con que de eso iba — ¡Je! Me importa una mierda si eres un pobre perdedor al que nadie toma en cuenta, pero te voy a enseñar que con un Uchiha nadie se mete — Sin decir más le asesto tremendo puñetazo.
El otro chico no se amedrento y terminaron liándose a golpes, varios estudiantes se habían arremolinado alrededor, unos apoyando al Uchiha y otros a Uzumaki. La pelea estaba bastante pareja realmente no se podía apostar por un ganador.
Sasuke tenía que admitir que se estaba divirtiendo, hasta ahora nadie había sido capaz de darle batalla en ningún rubro, él siempre era el mejor.
Y Naruto, bueno el seguía enojado con el chico frente a él, sin embargo en estos momentos se sentía eufórico no lograba comprenderlo pero aquella pelea con el niño bonito le hacía sentir algo que hacía mucho necesitaba, libre.
En un gran movimiento el rubio logro desestabilizar al pelinegro sorprendido por dicho movimiento, el puño de Uzumaki estaba listo para estamparse contra la pálida piel pero fueron interrumpidos.
— ¡BASTA! — El grito proveniente de una voz femenina les hizo detenerse, ambos giraron su vista para posarla en la chica que les miraba con el ceño fruncido, bueno en realidad su mirada se centraba en el rubio.
El Uchiha la reconoció como la chica a la que había rechazado Haruno Sakura, así que era por ella.
Naruto paso saliva con dificultad Sakura estaba enojada, no, furiosa y sabía que aquello no presagiaba nada bueno para él. — Se puede saber, ¿¡QUE COÑO ESTAS HACIENDO!? — ante aquel grito el rubio se encogió sobre sí mismo
—Pero, Sakura-chan — Intento protestar el rubio, mas fue interrumpido por la furiosa mirada Jade que le decía que más le convenía quedarse calladito.
La chica de cabellos rosa suspiro, y se giró hacia el pelinegro. — Lamento lo sucedido Uchiha-kun, le prometo que no volverá a pasar — Hizo una pequeña reverencia, mas no se atrevió a mirarle, aun le dolía el reciente rechazo. El aludido tan solo soltó un bufido y un "Hn".
Estaba equivocada si pensaba que eso se quedaría así, aquel imbécil se atrevió a tocarle y es algo que no pensaba dejar pasar; ese rubio había firmado su sentencia.
La chica se giró hacia el rubio a quien le miro de nuevo de manera aterradora — En cuanto a ti, voy a darte una paliza que no olvidaras el resto de tu vida — Se tronó los nudillos y Naruto tembló, nada lo salvaría de la furia rosa, y es que Sakura pese a ser una mujer tenía tremenda fuerza bruta, y el rubio en más de una ocasión ya había comprobado lo demoledores que podrían llegar a ser sus golpes.
— No hace falta que lo castigue Haruno-san, para ello me encuentro yo.
La chica giro, ahora siendo ella la que dibujara una mueca de terror ante la voz, el mismo Uchiha se giró un tanto sorprendido aunque sin dejar traslucirlo.
De largo cabello negro, piel inusitadamente pálida, y aterradora e intimidante mirada ámbar, se hallaba frente a ellos Orochimaru el director del colegio.
—Yo me encargare, de ambos — Dijo y dirigió su mirada severa a uno y a otro.
¡Mierda!, fue sin saberlo, el pensamiento que ambos compartieron.
— ¡Corte! — El grito del director le hizo regresar al presente.
—Magnifico Naruto-kun, si no hay objeción — Dirigió su mirada de manera discreta al azabache, el cual asintió — El papel es tuyo.
— ¡Muchas gracias Kakashi-san! — Dijo el rubio emotivo, con una enorme sonrisa.
—Felicidades — Sai le envolvió en un abrazo.
—Gracias, Sai.
Sasuke quien hasta el momento se había mantenido al margen se acercó al rubio — Naruto necesito hablar contigo —
Por su puesto aquello atrajo la atención de los presentes, pero Sasuke lo ignoro en verdad necesitaba hablar con el rubio, aclarar algunas cosas ya que aquella podía ser su última oportunidad.
—De acuerdo — Acepto, Naruto también tenía muchas cosas que hablar con el Uchiha.
—Toma — Le extendió una tarjeta — Te invito a cenar, ven a esta dirección a las 9:00 pm.
Se dio medio vuelta y sin despedirse se fue.
Kakashi observo la situación y una sonrisa enigmática afloro en su rostro, claro esto pasó desapercibido por los presentes ya que mantenía su rostro tapado por una bufanda.
Naruto por su parte no pudo evitar que una sonrisa nostálgica acudiera a él, Sasuke seguía siendo el mismo idiota arrogante de siempre.
Sasuke llego a su departamento, dejo el saco y la corbata que llevaba puestos en el respaldar de uno de los sencillos sofás que adornaban la sala y se dirigió al balcón; tenía que reconocer que ver a Naruto fue inesperado pero secretamente era su gran anhelo. Esperaba que acudiese a la cita, realmente en aquella petición iba su corazón aunque esta haya parecido más una orden, pero no podía evitarlo él era así.
Se recargo y saco un cigarrillo aún tenía tiempo para ordenar algo para la cena, de nueva cuenta y sin poder evitarlo se perdió en los recuerdos y es que ellos se reproducían como una película en su memoria.
Orochimaru era conocido por ser estricto y por sus aunque justos, terribles castigos, y el tener que lidiar con los niños del nivel pre-escolar no era nada agradable sobre todo para Sasuke.
Por 1 semana suplantarían al profesor de un grupo; 1 semana aguantando a esos ruidosos escuincles, 1 semana perdida de clases y lo peor 1 semana aguantando al dobe.
Sin embargo contrario a lo que pensaba aquella semana no fue tan mala, se la pasaba peleando con Naruto, jamás estaban de acuerdo, los niños solían burlarse de ellos eran irritantes, y el Uzumaki llegaba a desesperarlo al parecer uno más.
Y sin embargo cuando aquella semana concluía y al concluir las clases mientras recogían las cosas, Naruto le sorprendió al hacer algo que no creyó capaz.
Pedir disculpas.
—Teme.
El azabache quien en esos momentos se hallaba ordenando los libros de cuentos que se habían ocupado, tan solo dejo salir un — Hn — que daba a entender que le escuchaba.
—Yo quería — Titubeo un poco — Yo, hable con Sakura-chan y ella me explico lo que paso, y yo solo quería decirte que lamento haberte golpeado así sin más.
El Uchiha enarco una ceja, se notaba que al rubio le había costado horrores disculparse con él, en cierta medida le entendía el jamás solía pedir perdón.
— Está bien dobe, no se puede esperar mucho de un idiota impulsivo como tú — El rubio frunció el ceño en signo de molestia, sonrió un tanto divertido molestar a Naruto era bastante entretenido.
—Maldito bastardo y yo que intentaba llevarnos mejor, eres un idiota.
El rubio refunfuñaba y maldecía, al final ambos terminaron y salieron en silencio, llegaron hasta la entrada y cuando Naruto ya se había girado para ir por el lado contrario del otro, el Uchiha le detuvo.
—Nos vemos, dobe — Hizo un ademan de manos y se despidió, aquello descoloco a Naruto pero le hizo sonreír un poco para muchos aquello podría ser una tontería pero es que durante toda la semana jamás se despedían, es mas a penas y se hablaban y solo era para pelear.
Tal vez podrían llevarse mejor.
Recordar aquellos tiempos le provocaba una sonrisa, en aquel entonces para el Naruto era un chico molesto, ruidoso, un completo idiota., pero que llamaba su atención.
No se hicieron amigos al momento, en realidad ni siquiera compartían clases, sin embargo inexplicablemente se encontraban en cualquier lugar, o al menos en el colegio.
—Dobe.
—Teme.
Era como solían saludarse; eran simple conocidos y sin embargo, como bien dicen el destino es caprichoso y les dio la oportunidad de convivir de nuevo de una manera que no esperaban.
— ¿Ayudante de director? — El Uchiha enarco una ceja en un gesto que claramente denotaba su desconcierto.
—Así es Uchiha-kun, su profesor de literatura me lo ha recomendado ampliamente como un prospecto.
Sasuke estaba un tanto incrédulo es decir la idea de ayudar a escribir guiones de teatro era algo que no le desagradaba en absoluto, muy al contrario, pero jamás creyó que le tomarán en cuenta dado que la escuela ya contaba con un extraordinario escritor de guiones, obras con las que la escuela solía competir a nivel nacional.
Konoha era un prestigiado colegio no solo a nivel académico, si no a también a nivel artístico, la academia podía presumir de haber tenido a reconocidos talentos a nivel interna las diversas ramas artísticas.
Entre ellas se encontraba el club de teatro, del cual Jiraiya Sannin — Un respetado y reconocido escritor que había sacado un par de exitosos best-seller y que ahora se dedicaba escribir lectura erótica para adultos — era el director.
El que fuese un pervertido no le quitaba el talento que poseía, y Sasuke como buen amante de la literatura había apreciado las obras del escritor, es por ello que le sorprendía pidiesen ayuda.
—Es todo Uchiha-kun puede retirarse en cuanto tenga una respuesta hágamela saber —Dijo el director, despidiendo al joven para proseguir con sus deberes.
—Acepto.
Y sin esperar lo que dijera el director salió del lugar, Orochimaru miro la puerta por donde había salido el joven una sonrisa complacida se formó en su rostro, sabía que el joven tenía talento y en verdad esperaba que aquello le ayudara a catapultarse.
Lo que Sasuke jamás espero es que al llegar al club de teatro para presentarse con el director, se topase con aquellos ojos azules que tanto impacto le habían causado.
Naruto Uzumaki había resultado ser el mejor elemento del club.
Definitivamente aquellos habían sido buenos tiempos, decidió entrar. Se había perdido recordando que el tiempo se le fue bastante rápido, hablo a un restaurante que conocía y pidió un par de órdenes de ramen para cenar, hasta donde recordaba aquella era la comida favorita del rubio ¡Qué va! Mataba por ese platillo, nunca fue de su agrado pero era entretenido ver a Naruto mientras lo saboreaba como el manjar de dioses que pensaba era.
Media hora después sonó el timbre, suponiendo que sería de la tienda de ramen se acercó despacio hasta abrir la puerta, sin embargo contrario a lo que pensaba no era el empleado que llevaba el ramen quien estaba tras su puerta, si no Naruto quien había llegado antes de lo acordado.
Se quedaron viendo por unos momentos, a pesar de haberle visto en el estudio el Uchiha no pudo dejar de admirar los rasgos de su rubio amor, el tiempo había pasado por él sin embargo aún podía notar esa viveza y calidez que se apreciaba en sus ojos, aquellos mares embravecidos que le habían cautivado desde el primer instante.
Era más alto, no más que el pero si había crecido en comparación a la última vez que le había visto, su piel lucia el mismo tono dorado de siempre, y su cabello lo llevaba un poco largo, casi llegándole a los hombros.
Naruto tampoco desaprovecho la oportunidad de mirar al azabache, sus ojos tan negros y enigmáticos como siempre, atrayentes.
Su cuerpo alto y fibroso, parecido al suyo aunque podía notar que estaba un poco delgado. Su cabello azabache en el peinado que solía llevar siempre, con aquel acabado en puntas aunque Uchiha había optado por dejarse un flequillo que cubría su frente.
Su piel era tan blanca como la recordaba, aunque podía notar estaba de un color más pálido, un tanto enfermizo. No supo porque pero aquello no le gusto.
—Hola — Saludo para romper el hielo.
—Hola — Regreso el saludo el azabache, ambos rieron sintiéndose un par de tontos después de tantos años sin verse y solo podían saludarse, el rubio rio con gracia y para su sorpresa el moreno le acompaño con una sonrisa discreta, esas que solo tenía guardadas para él, esas que hacía años el rostro pétreo de Uchiha Sasuke no mostraba a nadie.
El ambiente se aligero y el dueño de la casa concedió el paso a su invitado, Naruto miraba con cierta fascinación el confortable y elegante espacio. Sasuke siempre se había distinguido por su buen gusto y su apartamento no era la excepción.
La cena paso tranquila, hablando de lo que había sido de sus vidas en todo ese tiempo en que no se habían visto, tenían que reconocer que no era lo que esperaban es decir de tanto tiempo, de todo lo que pasaron juntos y la manera en que termino aquello no esperaban encontrarse hablando como dos viejos amigos, había heridas de por medio, heridas que había costado trabajo cicatrizaran.
—Sí recuerdo eso, ero-senin anduvo en muletas todo un mes refunfuñaba por que no podía seguir con su investigación — Rio con gracia el rubio.
—Hm, aunque se aprovechaba de la situación me traía como su vil sirviente.
Volvieron a sonreír, y un nuevo silencio se instauro entre ellos.
—Sasuke.
El azabache fijo toda su atención en el rubio ante el llamado, los ojos azules le sostuvieron la mirada. — Lo que dice tu libro, ¿Es verdad?
—Si Naruto, cada palabra.
—Entiendo — No realmente no entendía, la vieja herida que parecía haber cicatrizado comenzaba a doler de nuevo, y es que a pesar del tiempo siempre quiso encontrar el ¿Por qué? Cuando el libro de Sasuke llego de manera "misteriosa" a sus manos, supo que sin importar el tiempo, aquello siempre sería una espina clavada que solo podía salir el día en que se enfrentara al azabache.
—Yo, escribí ese libro con la única intención de que llegara a tus manos y supieras la verdad, que entendieras que nunca deje de amarte.
El rubio le miro con rabia — ¿Por qué hasta ahora?, ¿Por qué no antes, porque ahora?
Sasuke dudo, no sabía si decirle la verdadera razón del porque saco el libro o guardárselo para él solo, por una parte quería que aquella historia con el rubio llegara a su fin, para poder dormir en paz y habiendo logrado el tan ansiado perdón del menor, y tal vez solo tal vez, poder revivir aquella historia inconclusa entre los dos.
Aunque era consciente que esto último era difícil, el que Naruto le hubiese amado en el pasado no garantizaba que lo hiciese ahora, además que estaba seguro que el rubio había ido expresamente a clausurar esa parte de su vida y así poder seguir adelante, rehacer su vida.
Si no es que ya lo había hecho.
En realidad el jamás espero volver a verlo — aunque lo ansiaba — se hubiese conformado con solo saber que el libro había llegado a sus manos y el rubio hubiese entendido el nada más.
Suspiro y se decidió, finalmente aquello no tendría por qué cambiar las cosas, seguirían con sus vidas y pondrían punto final a aquello, fin de la historia.
—Me quedan pocos meses de vida, Naruto me estoy muriendo.
CONTINUARA…