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Realidad Invertida (Stony) por Mariela

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Capítulo 1

 

La luz en su rostro lo hizo despertar, pero apenas levantó sus parpádos, el rayo del sol le dio de lleno y tuvo que volver a taparse con las sábanas para proteger sus ojos del astro rey.

"¡Joder, Rogers!"

Gruñó en su mente. Una vez más, a su estupido alfa se le habia olvidado cerrar las cortinas de la habitación y, como siempre, el sol lo habia despertado a él por estar del lado de la cama que daba directo hacia la ventana, justo en su dirección.

-¡Maldito, Steve! ¡¿Algún día recordarás cerrar las cortinas?! ¡¡Steve!!-gritó iracundo, creyendo que el rubio estaría en la ducha después de despertarse a las cinco de la mañana para correr más de treinta kilometros por la ciudad.

Normalmente, la rutina  del rubio era llegar, ducharse, desayunar y recibir los regaños de Tony por olvidar  siempre cerrar las cortinas. Pero esa mañana, algo fue diferente.

Steve no le respondió, y no se oía tampoco la regadera abierta.

-¡Steve! Maldición, ¡sal de ahí grandisímo idiota!-gruñó, envolviendose con las sábanas sin la menor intención de levantarse él mismo a cerrarlas.

Esperó por unos minutos que se le hicieron eternos y al cabo de media hora, al ver que realmente su alfa no iba a aparecer, apartó bruscamente las sábanas y se levantó hecho una fiera.

-¡¡Estupido, Capitán idiota!! ¡¿Acaso no puedes hacer nada?! ¡Alfa incompetente!

Salió de su habitación y avanzó por los pasillos dando pisadas fuertes y maldiciendo por lo bajo a su compañero. Estaba tan molesto que no notó todos los cambios que tenía su casa, las cosas que eran difetentes y la falta del habitual personal que la mantenían limpia.

No fue hasta que llegó al gimnasio donde sabía que a Steve le gustaba ejercitarse en las mañanas, que se dio cuenta de lo que pasaba a su alrededor.

-¿Steve...?-murmuró a la nada.

El gimnasio estaba vacío, totalmente vacío. No estaba ni el rubio ni los aparatos que lo ayudaban a ejercitarse como la caminadora y el saco de boxeo. No habia nada, excepto una gruesa capa de polvo que indicaba que ese lugar no habia sido usado en años, lo cual no podía ser posible sí a su alfa siempre le habia gustado trabajar sus músculos.

No, a menos que Steve Rogers llevara años de no vivir ahí.

Y ese fue el detonante para que sus recuerdos de lo sucedido en rusia regresaran a su mente. Las imágenes comenzaron a reproducirse a una velocidad impensable, el cúmulo de emociones lo aturdieron y lo hicieron trastabillar al intentar retroceder.

Claro, ¿cómo pudo olvidarlo? Los Acuerdos de Sokobia, el Soldado del Invierno, la Civil War, el secreto de la muerte de Howard Stark, su vínculo deshecho (cortado por su extremo, claro), la pelea con su alfa, la huída de éste con ese beta asesino, y el aborto de su primer bebé.

Y luego...¿luego qué? Ah, claro. Sus noches interminables bebiendo en bares hasta perder la consciencia, el dolor de la infidelidad, y el auto que se salió del camino y lo estrelló.

Lo último que recordaba era haber estado en un hospital, pero después de eso no habia nada en su memoria. Era un espacio en blanco.

¿Había sobrevivido? ¿Cuánto tiempo habia pasado? ¿Dónde estaba? Esa última pregunta lo hizo salir corriendo y recorrer con la mirada todo el lugar.

Una cosa era segura, no estaba en su torre. No, era más bien una mansión, enorme, pero una mansión al final de cuentas, y no una que reconocía como suya, aunque poseyera la mejor tecnología que solo un Stark era capaz de crear, y también...

-"Buenos días, señor, ¿se siente bienDetecto alteración en sus signos vitales".

Y también a su fiel mayordomo JARVIS.

En su desesperación, terminó por abrir una puerta al azar y acabó en el balcón de la casa. Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver el paisaje que se presentaba ante ellos.

-¿Qué...? ¿Dónde...? ¿Cómo...? ¿Por qué...?-balbuceó incrédulo.

Esa, en definitiva, no era ninguna de las propiedades que recordara tener ni en América ni en el mundo. Estaba completamente seguro de que nunca en su vida habia comprado una casa en Río de Janeiro, Brasil, NUNCA, y sin embargo, estaba ahí, en pijama, durmiendo cómodamente como sí fuera lo más normal del mundo.

Su respiración se aceleró, sus manos comenzaron a sudar y una sensación de terror se apoderó de él por completo. Estaba sufriendo un ataque de pánico, no le habia pasado en mucho tiempo pero era de esperarse al encontrarse totalmente asustado de su panoráma.

-Ja-Jarvis...ah ah ha-se estrujó el pecho, intentando regular su respiración.

-"Señormis sensores indican que está sufriendo un ataque de pánicoLe recomiendo que se concentre en inhalar y exhalar el aire con más suavidad para ir disipando el miedoy..."

-¡Joder, ya sé que hacer! ¡Dejáme tranquilo!...ah ah

Por supuesto que sabía qué hacer, ya habia pasado por eso antes pero esperaba nunca tener que repetirlo.

-"¿Quiére que llame a..."

-¡No! ¡Por ningún motivo llames a Pepper!

-"Pero, señor..."

-¡Dije que no!

Con ese ultimatúm, su IA al fin guardó silencio, lo que cual le permitió manejar mejor su ataque de pánico. Poco a poco  sintió como volvía a respirar con normalidad y como sus manos dejaban de sudar.

-Okey, tranquilo Tony...respira, solo respira-se dijo a sí mismo.

Pronto se sintió mucho mejor y se dispuso a entrar de nuevo a la gran mansión, pero nada lo preparó para lo siguiente.

Al voltear, se topó frente a frente con Pepper Potts, su ex, quien se encontraba desnuda y sonriente como la más felíz de las mujeres.

-Buenos días, Tony-se acercó seductoramente a él y lo abrazó por el cuello.

-¡¿Pe-Pepper?!-exclamó incrédulo, nunca en su vida habia imaginado llegar a ver a esa orgullosa omega en toda su gloria desnuda y seduciendolo sin reparo con su escultural cuerpo-¡¿Q-Qué haces....aquí?! ¿Por qué no traes nada puesto?

-¿Y por qué preguntas eso, mi amor? ¿Acaso ya olvidaste que anoche, mientras me embestías como todo un león salvaje, dijiste que amabas mi cuerpo y que preferías verlo descubierto durante todo el tiempo que estuvieramos aquí? Yo solo seguí tu orden, sé cuánto odias que no te obedezca-dijo sin perder su sonrisa, intentando besar al castaño.

-¡¿QUÉ YO QUÉ?!-grito escandalizado y apartandose de la pelirroja-¡¿Hicimos el amor?! ¡Eso es imposible! Tú y yo habíamos terminado y...

-Oh, cielos Tony. ¿Aun piensas en eso?- rodó los ojos- Ya te dije que eso fue un error, yo te amo de verdad y quiero casarme contigo. Además, como omega puedo darte muchos hijos tontito, alguien de tu posición necesitará a quién heredar su imperio.

-¡Eso es totalmente absurdo, Pepper! Dos omegas no crean descendencia.

-¿Qué quieres decir con eso?-frunció el ceño desconcertada.

-Sabes perfectamente qué quiero decir, por eso terminamos, juntos no congeniabamos y tampoco podíamos tener familia.

-Estoy de acuerdo en que no congeniabamos (al principio), pero no veo por qué dices que no podíamos tener hijos sí tú pareces muy viril.

-¡Y lo soy, no me ofendas! Pero ya te dije que dos omegas no crean descendencia, y tú y yo somos omegas.

Lo siguiente fué el silencio de ambos, Pepper lo miraba confundida e incrédula y no sabía la razón. Parecía que estaba viendo a un loco, pero esa mirada fué rápidamente reemplazada por una escandalosa risa que resonó en todo el lugar y aumentó la ira de Stark.

-No sé qué se supone que te da tanta risa.

-Ay, Tony. Tú y tus bromas, jajajaja-siguió riéndose con fuerza-Jajaja, esta sí que fué buena, jajaja...¡¿Tony Stark, un OMEGA?! JAJAJAJAJA...¡Luego dirás que la Luna es de queso, jajaja!

-¡Ya basta Pepper! No veo por qué mi casta te da tanta risa.

-¡¿Tu casta?! JAJAJAJAJA

-¡Pepper!

-Esta bien, ya-dejó de reírse y se limpió las pequeñas lágrimitas de los ojos-En serio te luciste con el humor de hoy, fué buena eso de que eres un omega.

-Eso es lo que soy.

-Ja, Tony, ya no es gracioso.

-Estoy hablando en serio.

-Okey cielo, escucha, te conozco desde hace muchos años y tú, por supuesto que no era un omega.

-¡Pepper, no...

-Tony, vamos-tomó su rostro y lo obligó a verla-Recuerda, tú eres Anthony Edward Stark, el alfa más codiciado de América y el mejor ingeniero del mundo. No un omega débil buscando quién se meta entre sus piernas, imagina lo horrible que sería esa vida para ti.

Esas palabras lograron impactar al castaño.

-¿Q-Qué dijiste?

-Que no eres un omega debilucho.

-No, antes. ¿Me-Me llamaste "alfa"?

-Pues claro, eso eres amor. MI alfa, mi compañero, mi corazón.

A Tony se le borraron los colores del rostro al oír eso. Casi inmediatamente salió corriendo hacia el baño y se desvistió por completo.

Sus ojos se abrieron con asombró al ver su reflejo, no cabía duda de que ese  no era su cuerpo. Estaba ligeramente más musculoso, además de que sus músculos estaban mucho más marcados de lo que recordaba, su barba estaba larga y un poco descuidada, y su miembro...

-¡¡Aaaahhh!!-gritó, trastabillando al retroceder de horror-¡¿Qué mierda me sucedió?!

¡Eso tenía que ser una broma! Su miembro estaba más grande de lo normal, al igual que sus testículos y el bello púbico, y al sentirse, se dio cuenta de un detalle más.

-¡Oh, no! No, no, no, no por favor-suplicó desesperado y apartando su mano de su zona íntima.

Esto no está pasando! ¡No esta pasando!". Casi con temor acercó tímidamente su mano a su entrepierna y, con las mejillas totalmente rojas de vergüenza, deslizó suavemente sus dedos sobre su pene para sentir aquello que diferenciaba naturalmente a un omega de un alfa.

Y sí, ahí estaba. Su miembro tenía la maldita bolsa que se hinchaba creando el nudo con el que los alfas se apareaban con sus omegas. Esa bolsa que él no debería tener.

-¡¡PEPPER!!-llamó a la pelirroja, quien llegó corriendo al baño con una mirada de preocupación que pronto se transformó en una de molestia al ver que el castaño se encontraba bien.

-¡Ay, dios Tony! No vuelvas a gritarme de esa manera, me asustaste. ¿Qué sucede?

El castaño no escuchó lo que dijo la omega, y al sentirla cerca, se abalanzó sobre ella sujetandola desesperadamente de los hombros.

-¡¿Qué día es hoy?!, ¡¿en qué año estamos?!, ¡¿dónde está Steve?!, ¡¿qué me sucedió?!, ¡¿perdí a mi hijo?! Lo-lo último que recuerdo es que es-estaba en la carretera y-y...¡un auto! ¡Un auto me chocó! No pude girar a tiempo, me sacó del camino y-y-y...

-¡Tony, cálmate!-exclamó la omega, apartando al castaño y haciendo que la mirara a los ojos-¿Qué te sucede? No entiendo nada de lo que dices y me estás asustando.

-¡Solo responde Pepper!-rugió, usando sin querer su voz de alfa.

Casi por instinto, la pelirroja retrocedió asustada,  bajó la mirada y obedeció la orden de Tony.

-Hoy es 11 de septiembre del año 2011, Tony. El Capitán Rogers está el SHIELD  y no sé por qué preguntas por él, se supone que es tú principal enemigo, ¿no? -arqueó una ceja-Y sobre lo otro, ¿a qué hijo te refieres? Hasta donde sé no tienes ninguno.

-¡Eso es mentira!

De acuerdo, la fecha era correcta, pero lo demás...

-¡¿Qué hace Steve en SHIELD?! ¡SHIELD ya no existe! Además, él es un fugitivo del gobierno. Él y el maldito Barnes, y Sam y Natasha.

-¿Qué? ¿De qué hablas?

-¡¿Cómo que de qué hablo, Pepper?! ¡Te lo dije, no! Ese malnacido de Rogers me abandonó y huyó con el hombre que asesinó a mis padres, el jodido James Barnes. ¿Acaso ya olvidaste lo que pasó en la Civil War? ¡Steve me fue infiel con el Soldado del Invierno!

Pepper parpadeó totalmente confundida y desconcertada, y no pudo evitar mirar al castaño como sí estuviera viendo a un loco con una imaginación muy activa debido a su locura.

-¡No me mires así, Pepper!-rugió iracundo, avanzando dos pasos hacia ella

-¿Y cómo quieres que te mire, Tony? Todo lo que haces es decir locuras.

-¡No son locuras!

-¡Sí, lo son! En primera, SHIELD nunca desapareció, Steve Rogers NUNCA te fue infiel ni te abandonó por un soldado que lleva muerto como sesenta años, y tampoco es un fugitivo de la ley. Para que eso fuera remotamente posible tendría que haber sido tu pareja y ambos sabemos que no es así.

-¡Sí lo fué, Pepper! Okey, ya basta de hacerme ver como un loco. El Capitán Rogers es...era mi alfa, pero me dejó, por eso rompí nuestro vínculo. SHIELD fué invadida por Hydra y se desintegró, y...¡Ya quita esa mirada, joder! Sabes que, olvídalo. Mejor dime, ¿qué le pasó a mi hijo después del accidente?, ¿Pudieron salvarlo?, ¿se encuentra bien? Responde, por favor.

-¿Accidente?-frunció el ceño-Oh, espera, lo tengo. ¿Hablas del choqué que sufriste cuando manejabas ebrio por la carretera y un auto te sacó del camino?

-¡Exactamente!

-Pero Tony, eso pasó hace diez años. Después del choqué te llevaron al hospital y después de curarte lo mejor que pudieron, entraste en coma por dos meses, tras los cuales, despertaste milagrosamente y fuíste dado de alta. ¿En serio no lo recuerdas? Tus huesos quedaron hechos polvo por el impacto y terminaste en silla de ruedas y con los brazos enyesados, aunque un día simplemente te curaste por completo, apesar de que los médicos habían dicho que nunca volverías a caminar ni a fabricar nada.

-¿Qué-Qué...dices?-tartamudeó sorprendido.

-¿Qué te sucede hoy, cielo? ¿Amaneciste con amnesia?

-¿Qué le pasó a mi hijo?

-¿Qué?

-¡¿Qué le pasó a mi bebé, Potts?!-la tomó bruscamente del cuello.

-T-Tony...su-élta...me

-¡RESPONDE PRIMERO!

-Aaggk...gagk...To-ak...ny

Tony podía sentir como la ira le corría por las venas, estaba tan molesto, frustrado, desesperado y, honestamente, demasiado asustado. No podía ni quería creer que todo por lo que habia pasado habia sido mentira ni que esa fuera su realidad.

Pero al ver la cara aterrorizada y llorosa de la pelirroja, se dio cuenta del daño que le estaba haciendo al desquitar su ira con ella, precisamente ella, quien era su mejor amiga y compañera.

-Lo-Lo lamento, Pepper-la soltó de inmediato y puso distancia entre ellos, mirando horrorizado su mano-Yo...en verdad lo siento.

No habia podido evitarlo, simplemente lo habia hecho por instinto, inercia, naturaleza, ni siquiera habia sido consciente del cuándo ni del por qué, solo lo habia hecho guiado por su furia. Justo como lo haría...

"Un alfa. Un alfa salvaje".  ¿En verdad se habia comportado justo como lo que más odiaba de esa casta?

-Tony, maldición-gruñó Pepper, dando grandes bocanadas de aire-Tranquilizate y explicáme de qué hijo hablas, tú nunca tuviste ninguno. ¿Y por qué dices que Steve Rogers es tu alfa? Sí él está con...

-Pepper, yo soy un omega. Steve es mi alfa, él me abandonó, y el accidente no fué hace diez años, fue ayer en la noche. ¡Ayer sufrí un aborto!

-¡Ayer, a esa hora, tú y yo hacíamos el amor! Ya basta Stark, me estás asustando, y más que eso, me estás haciendo enojar.

-¡¡Pero mi hijo está...!!

-¡¡BASTA!!-gritó hastiada-Escucháme bien, Anthony Edward Stark, tú eres un ALFA, YO soy tu omega, Steve Rogers no es ni tú compañero ni tu amigo, el accidente fué hace diez años, no ayer, y tú JAMÁS, entiéndelo bien, JAMÁS sufriste un aborto ni hubo una Civil War. ¡No eres un omega! Lo que sea que creas que paso, como sea que creas que era tu vida, NO FUÉ REAL.

-¡¡SÍ LO ES!!

-¡No, Tony! Fué un sueño, nada más. Ayer bebiste demasiado, y no solo eso, mezclaste algunas bebidas con drogas y otras sustancias para aumentar el extásis, y luego de hacer el amor conmigo, te quedaste tan profundamente dormido que es normal que hayas soñado todo eso, incluso sí lo sentiste tanto a tal grado de creerlo real. Pero, cielo, eso no quita el hecho de que haya sido solo una horrible pesadilla. Nunca pasó, Tony.

-¡No fué un sueño! Y-yo recuerdo a mi bebé-llevó una mano a su vientre y lo estrujó-¡Estaba embarazado!

-¡Explicáme entonces cómo es que un alfa puede quedar en cinta!

-¡¡No soy un alfa!!

-¡¿En serio?! ¡Pruébalo!

Enmudeció. Su mirada regresó al espejo y nuevamente no vio nada semejante a un omega en sí mismo, en su lugar, veía a un alfa fuerte y atractivo, un alfa que por ser lo que era, tendría el mundo a sus pies con solo desearlo.

Justo lo que siempre quiso ser.

Pero eso era una ilusión, no era real. Él era un omega...¿verdad? ¡No, no podía dudar! No pudo haber estado dormido todo ese tiempo...¿o sí?

¿Y sí Pepper tenía razón?, ¿y sí solo se habia tratado de un sueño?, ¿y sí esa era su realidad verdadera?

-Cielo-Pepper lo abrazó por detrás-Cariño, dime ¿qué ocurre?
¿Por qué de pronto dices tantas locuras? ¿Pasó algo?

El dulce aroma de feromonas omegas inundó sus fosas nasales, ¿con que así se sentía percibir el olor de los de su casta, eh?. Ya entendía por qué volvía locos a los alfas, ese aroma era exquisito, dulce, tentador, adictivo, sentía que haría cualquier cosa con tal de amanecer siempre con ese hermoso olor en su cama, y vaya que cualquier cosa.

-Pepper, amo tu aroma-dijo sin pensar.

-Lo sé, siempre me lo dices-sonrió.

En ese preciso momento, Tony sintió que nunca habia sido más felíz en su vida. Esa bella sonrisa que siempre habia logrado ponerlo del mejor humor, solía iluminar hasta sus días más negros, y supo que en definitiva, Pepper era una omega única que debía formar parte de su vida. Una mujer tan hermosa y tenaz solo podía ser suya.

Volvió su mirada al espejo y acarició su cuello.

La marca.

La odiosa y dolorosa marca habia desaparecido, el símbolo de su vergüenza y su estupidéz se habia esfumado. ¿De verdad habia estado soñando? Bueno, toda su vida habia deseado ser un alfa, ¿y sí  ese deseo habia nacido de su verdadera casta? ¿Del hecho de saberse la especie superior naturalmente y de saber inconscientemente que estaba en un sueño?

-Te amo.

Y fue ahí donde encontró su respuesta.

-En verdad te amo, mi alfa, mi Tony.

Algo tan hermoso no podía seguir siendo un sueño, era real. Ella lo amaba, ni Steve Rogers ni el Soldado del Invierno existían en su vida, era un Alfa, y estaba seguro que el mundo lo respetaba.

Era justo lo que siempre habia deseado.

¿Por qué entonces eso no habría de ser real? E incluso sí no lo era, estaba bien. De cualquier forma, él iba a quedarse ahí y no deseaba despertar jamás de tan hermosa realidad.

-Yo también te amo, Pepper.

Se volvió hacia ella, la abrazó por la cintura y la besó.

 


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