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Realidad Invertida (Stony) por Mariela

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Capítulo 2

 

Desde el inicio de la estructura social, la pirámide jerarquíca de géneros siempre habia tenido en su cúspide a los alfas, los más fuertes, los más capaces, los más aptos para todo, los reyes del mundo. Ellos, quienes gozaban de sentidos agudizados y fuerza sobre humana, tenían el mundo a sus pies.

 

Podían ser ricos y poderosos, o pobres y sencillos, delincuentes o ciudadanos modelo, ingenieros o filósofos, hombres o mujeres, doctores o maestros, reporteros o escritores, cantantes o contadores, mécanicos o albañiles, pintores o polícias, soldados o marines, choferes o meseros, repartidores de periodicos o de pizzas, e incluso, podían unirse a otros alfas o betas ya fueran masculinos y femeninos.

 

Por todo esto y más, los alfas eran considerados la raza superior de la sociedad, mientras que por el contrario, los omegas eran vistos como la especie más inferior de ésta.

 

Estando en el extremo opuesto al de los alfas su única finalidad era servilos, tener y cuidar a los hijos, y procurar siempre la felicidad de su compañero. A los ojos de la sociedad, los omegas no tenían derecho a opinar, pensar, o a desobedecer, por tanto, sus parejas debían siempre decidir lo que era mejor para ellos aun en contra de sus deseos, cuidarlos, protegerlos y amarlos. Los omegas, en sí, no tenían permitido hacer otra cosa además de abrir las piernas.

 

Carecían incluso de los mismos derechos.

 

En el año 2009, se registró un aumento en el número de ataques contra omegas, ya sea en celo o no, violaciones, asaltos, robos, secuestros, prostitución, etc., pero más que nada, uniones forzadas respaldadas por la Ley de Apareamiento, la cual dictaba que, sí un alfa marcaba a un omega, el omega le pertenecía por derecho al dicho alfa sin importar las circunstancias. Es decir, sí un omega (masculino o femenino) era marcado, ya fuera consentido o forzado (violación) por un alfa, el omega estaba en la obligación moral y jurídica de unirse al susodicho tanto residencialmente como nupcialmente, y el alfa estaba en todo su derecho de hacer valer la ley o no.

 

Injusto. Injusto y doble moralista.

 

Incluso las violaciones lo eran. Sí sucedían durante el celo, se culpaba al omega por causar un daño psicológico en el alfa al no usar supresores y por ende, afectar al sujeto volviéndolo salvaje en contra de su voluntad, lo cual conllevaba a que el omega fuera enviado a prisión o fuera  multado con cantidades exageradas de dinero, las cuales, en caso de no poder o querer pagar, se compensaban entregándolo al alfa para su unión.

 

Por otro lado, sí el ultraje no era en celo, el castigo más alto para el agresor (en caso de ser identificado, claro está) era una multa de apenas 1000 dólares y una estancia en prisión de 18 meses. Eso valía un omega para la sociedad, y ni siquiera los más adinerados estaban excentos de dicha injusticia, apesar de que se valían de recursos como sobornos y abogados dispuestos a defenderlos por grandes cantidades de dinero.

 

Aunque ciertamente no habian muchos omegas que alcanzaran dicho estatus. Apenas uno de cada cien.

 

Y Tony Stark solía ser uno de ellos.

 

Él, desde que tuvo uso de razón, fue consciente de que el mundo habia sido creado para pertenecer a los alfas, y su padre se habia encargado de recordarselo cada maldito día de su vida con insultos, golpes y humillaciones, desahogando su furia contra él por haber nacido omega.

 

Una infancia como esa hizo que Tony despreciara su casta hasta el punto de no retorno, y es que, ¿quién querría nacer omega en un mundo donde no tenían derecho ni de existir sin el consentimiento de la familia? Tony al menos no.

 

Y cuando al fin habia conseguido un poco de respeto de la sociedad y la población alfa por su ingenio y armamento, el superhéroe omega tiró todo su esfuerzo a la basura aceptando la marca del Capitán América, el héroe más grande del país.

 

La atención pública recayó entonces en su pareja, mientras que Ironman y Tony Stark fueron opacados por la luz de un héroe y un alfa perfecto.

 

Fué doloroso tener que aceptar que había dejado de ser importante al ser marcado.

 

Pero lo aceptó. Era lo más increíble, que lo aceptó. Porque amaba al Capitán América, amaba a Steve Rogers, y lo amaba tanto que renunció a todo por él, incluso a su orgullosa obstinación por no pertenecerle a nadie ni depender o necesitar de un compañero.

 

Y se equivocó. Se equivocó al creer que hacía lo correcto, se equivocó al creer que era amor, y se equivocó al confíar en Steve. Porque, aunque abandonó todo por su alfa, éste poco o nada entregó por él. 

 

Le guardó secretos, le mintió, defendió al hombre que asesinó a sus padres, lo atacó y lo abandonó a la mitad de la nada para huír con su amigo beta, por eso rompió su vínculo, y francamente, no se arrepentía.

 

Sin embargo, era consciente que apesar de eso aun permanecían enlazados, pues solo un alfa era capaz de romper por completo un lazo. Era ahí donde comenzaba de nuevo el odio hacia su casta.

 

Ser un alfa.

 

Era todo lo que habia deseado, todo lo que habia anhelado.

 

Y por fin, eso era realidad.

 

Sueño o universo alterno. No importaba, se quedaría ahí y jamás volvería.

 

Porque en ese mundo, Tony Stark tenía voz y opinión, tenía derechos, nombre,  RESPETO, prestigio, poder, libertad, opciones, oportunidades, justicia, y seguridad. Ahí, al ser un alfa, tenía el mundo en sus manos.

 

Y le gustaba, ¡oh, claro que sí!

 

-¿Y?-preguntó la pelirroja, cruzando las piernas y mirándolo con coquetería.

 

-¿Y?-le siguió el juego.

 

-No te hagas-se acercó y acarció su pecho mientras el castaño sonreía sin despegar la vista del volante-¿A dónde irémos a cenar, Tony?

 

-¿Te gustan los mariscos? Conozco un buen restaurante de mariscos por aquí cerca.

 

-Entonces vamos.

 

-¿En serio?-arqueó una ceja- Creí que odiabas los mariscos Pepper.

 

-Y así es, pero sí mi alfa dice que quiere mariscos no le llevaré la contraria.

 

-Me encanta que me obedezcas.

 

-Mi único próposito es hacerte feliz, cielo.

 

Unieron sus labios en un fogoso beso que duro todo el tiempo que tardó el semáforo en cambiar a luz verde, y una vez en marcha, Tony pisó el acelerador de su deportivo rojo para llegar más rápido a su destino.

 

-El restaurante tiene servicio de hotel, ¿qué te parece sí pasamos la noche ahí?-preguntó, usándo claramente un doble sentido.

 

-Bien.

 

-También pediremos camarones, son un manjar. Sé que los desprecias pero se me antojan.

 

-De acuerdo.

 

-Y bailaremos un rato para encender la chispa.

 

-Sí

 

-Pienso beber mucho así que...

 

-De acuerdo.

 

-¡¿A todo le dices "sí" Pepper?!-exclamó exasperado.

 

-¿Acaso puedo negarme a aquello que desees, Tony? Tú eres el alfa, tú mandas y yo obedezco, amor.

 

-Sí, pero me gustaría saber tu opinión.

 

-¿Por qué?

 

-¿Por qué, qué?

 

-¿Por qué quieres saber mi opinión? Normalmente no la pides, solo órdenas. ¿Te sientes bien, cariño?

 

-Sí, sí me siento bien. Es solo que...olvídalo.

 

Volvió su mirada al camino y se concentró en él. A partir de ese momento, el resto del viaje se realizó en total silencio tanto por parte del alfa como de la omega.

 

************************************************************

 

Hotel "La Atlántida", reconocido como uno de los mejores de la ciudad de Nueva York. Temática original, decoración alusiva, calificación de cinco estrellas, críticas excelentes, y el mejor servicio de restaurante que se puede encontrar en un hotel. Con todo eso, no era de extrañar que La Atlántida fuera uno de los más prestigiosos de la ciudad y que recibiera a las más distinguidas personalidades, las cuales iban desde grandes empresarios, actores de renombre, escritores, doctores, superhéroes, y por supuesto, guapos ingenieros, especifícamente Tony.

 

Tan pronto como su deportivo arrivó al lugar, los flashes de las cámaras cayeron sobre él y Pepper, al igual que los micrófonos de los reporteros, quienes no perdían la oportunidad de tener una entrevista exclusiva con el ídolatrado alfa y su prometida.

 

-¡Tony, Tony! ¡¿Es cierto que la fecha de matrimonio se modificó?! ¡¿Se casarán hasta febrero del próximo año?!

 

-¡El internet corre el rumor de que tu omega está embarazada, ¿es cierto?!

 

-¡¿Cuántos cachorros tendrán, Tony?!

 

-¡Faltan dos semanas para la Exposición de tu nuevo invento que, prometiste, cambiaría el mundo! ¡¿Algúna pista sobre de qué se tratará?!

 

-¡Tony! ¡¿Algún comentario sobre la misteriosa desaparición de todos tus accionistas?!

 

-¡¿Es verdad que tu nuevo invento es una aplicación de celular?!

 

-¡¿Y que será gratis?!

 

-¡¡Tony, te amo!!

 

-¡Tony, Tony, por aquí! ¡Una foto para la revista del alfa más atractivo del país!

 

-¡Tony! ¡¿Cuál es la lista de invitados a tu boda?!

 

El castaño sonrió caristmáticamente a las cámaras, y tomó a su omega de la cintura para abrirse paso entre la gente hacia el restaurante.

 

No tardó mucho en conseguir una mesa para él y Pepper, después de todo, él era Tony Stark, y tan pronto como se sentaron, recibieron el menú para ordenar su comida.

 

Sin embargo, Pepper solo lo hojeó y lo dejó sobre la mesa, para luego posar su mirada sobre él, embosando una radiante sonrisa.

 

-¿Qué pasa? ¿No vas a ordenar?

 

-Nunca lo hago, ¿lo olvidas? Ese es tu deber como alfa.

 

Aunque había contestado con un tono amoroso, Tony pudo identificar la imperceptible amargura en sus palabras e inmediatamente se recordó a sí mismo en una posición similar.

 

************************************************************

 

-¿Tonyqué haces?

 

-¿Cómo que "quéhagocapipaletaLeó el menú para pedir algo.

 

-¿No prefieres que lo haga yo?

 

-Claro pide lo que quieras comeryo pediré lo mío.

 

-Pero Tonyyo soy el alfa y...

 

-¿Yqué? ¿Esperas que dejé que  ordenes por ?

 

-Buenocuando vivía en Broockyn las parejas normalmente hacían...-se calló al notar el creciente enojo en su omega.

 

-Escúchame bien Capipaletaeso podría haber sido en tus tiempos cuando los alfas tenías excesiva libertadpero vamosestamos en tiempos modernos y yopor ningún motivodejaré que controles mi vida.

 

Yo no...

 

-Ya  que voy a órdenar-dijohaciéndole una señal al mesero para que se acercara.

 

-Tonyyo...

 

-¿Y viste el juego de anocheYo nopero dicen que fue bueno.

 

Guardó silencioRegresó su mirada al menú y murmuró:

 

-No noto mucha diferencia entre mis tiempos y la actualidadTonyPero   que el cambio puede provenir de una sola personaLamento haber tratado de oprimirte.

 

-Esta bienancianoPor diosno tienes que poner esa cara de perrito regañadoaunque francamente te ves adorablejajaja.

 

************************************************************

 

-¡TONY!

 

El grito lo hizo reaccionar.

 

-¿Qué?

 

-¿En qué piensas que estás tan distraído? Te pregunté tres veces qué ibas a pedir, pero no me respondiste.

 

-Solo...recordé algo. No importa, Pepper, dime ¿qué te gustaría comer?

 

-Lo que tú elijas está bien para mí, cariño.

 

-En serio, Pepp. ¿Qué quieres comer?, ¿Qué se te antoja?

 

-¿Por qué te importa tanto?-custionó desconcertada-Nunca antes me habías preguntado eso.

 

-Bueno, las cosas cambian hermosa. Anda, no te hagas del rogar, dime qué quieres.

 

-Tony...

 

-Pepp, es una órden.

 

La pelirroja lo miró como sí estuviera viendo a un desconocido. ¿Acaso en verdad era tan diferente siendo un alfa? Bueno, sí habia nacido así era obvio que no viera más allá del mundo de la raza superior, y por ende, no reparara en su trato, pero aún no era tarde para corregir sus errores.

 

-¿Y bien?-sonrió con encanto.

 

-Bueno, creo que...-miró fugasmente el menú sobre la mesa-Creo que se me antojan unos camarones en...

 

-Excelente. Ey, mesero. Por aquí.

 

************************************************************

 

Los sentidos agudizados eran una característica muy singular de los alfas, podían percibir hasta los más ligeros e imperceptibles olores incluso a tres metros de distancia, escuchar hasta el más mínimo sonido, y ver hasta el más fugas movimiento, todo esto era de gran ayuda al defender sus territorios o al pelear con otros alfas ya sea por riña o por omegas.

 

Sin embargo, Tony siempre lo habia visto como una desventaja para los suyos, una cruel desventaja sí se consideraba que la única arma natural de los omegas era su característico ingenio e inteligencia, lo cual no compensaba su mayor debilidad, el celo.

 

Pero ahora, siendo un alfa, Tony veía a sus nuevos sentidos como una bendición.

 

Es increíble como puede cambiar la perspectiva cuando cambian las circunstacias. Siendo un omega, despreciaba a muerte sentirse extremadamente vulnerable durante su celo sabiendo que cualquier alfa podría olerlo a distancia y encontrarlo con la misma facilidad con la que se respira, y ahora que era un alfa fuerte, que conocía lo que se sentía perderse en un olor tan dulce y embriagante como el de un compañero, que sabía la potencia afrodisiaca de las feromonas, y que experimentaba  el sexo a su mayor intensidad,  Tony daba gracias a todas las deidades del universo por tener dichos dones.

 

Y mientras embestía con fuerza a su pelirroja prometida, deseó con todo su ser que eso jamás terminara.

 

-Ah ah ah...¡To-ny! Ah...

 

-Pepper-ngh...ah ah

 

El placer era indescriptible, nunca creyó que ser el de arriba sería tan mágico, tan exitante y satisfactorio como lo era ser quien abriera la piernas. Podía sentir como Virginia arañaba su espalda, y vió con arrogancia como su cuello punzaba dolorosamente reclamando su mordida.

 

No la haría esperar.

 

Mostró su colmillos, se acercó y mordió con fuerza hasta sentir como la sangre segreba de la herida y bañaba sus dientes.

 

-¡Ah!

 

Fue el paraíso. Justo cuando sus colmillos se habían enterrado en la piel de la omega, su pene había alcanzado el punto dulce de la pelirroja y la descarga de placer que ambos sintieron hizo que sus cuerpos se empaparan aun más de sudor y que sus pieles ardieran al fuego de la pasión.

 

Tony arremetió con más fuerza e intensidad y deshizó su mordida para concentrarse en chupar y succionar de los cenos de su compañera. Eso era el cielo.

 

-¡Ah, ah, ah!

 

-¡Ah, Tony, Tony, ah!

 

-¡Pepper! ¡PEPPER!-gritó, liberando por fin su semen en su omega.

 

Sintió como su miembro se hinchaba y formaba el nudo dentro de la cabidad de la pelirroja, causandole una ligera incómodidad y vergüenza.

 

-¡Oh, Tony! Fue grandioso-suspiró Pepper, acariciando el pecho del castaño.

 

-Sin duda lo fué, mi omega-sonrió y se acercó a sus labios.

 

-Te amo.

 

-Y yo a tí.

 

Un beso puso fin a su encuentro, pero no a la noche. Tony tenía grandes planes para ambos, iba a descubrir qué tanto podía hacer en el sexo siendo un alfa...

 

************************************************************

 

Esa mañana, Stark despertó con un delicioso olor en sus fosas nasales.

 

-Buenos días, cariño. ¿Dormiste bien?-preguntó la omega, dejándo el desayuno en la cama.

 

-Mejor que nunca-sonrió y plantó un fogoso beso en los labios de Pepper-¿Me preparaste el desayuno?

 

-Por supuesto. ¿Te gusta?

 

-Claro-tomó el tenedor y comenzó a devorar sus hotcakes-¿Y cuál es la agenda de hoy, cielo?

 

-Bueno, estaría bien que fueras a la empresa. Sé que dejaste a alguien de confianza al frente, pero es importante que le des seguimiento a tus negocios.

 

-Hmm, tienes un punto, Pepp.

 

-Entonces, ¿irás?

 

-No. Sí dejé a alguien al frente de mi empresa, y ese alguien no eres tú, debe ser alguien de extrema confianza y por tanto, no creo hacer falta ahí.

 

-¿Estás seguro?

 

-Totalmente.

 

Honestamente, Tony no recordaba en lo absoluto a quién se supone que habia dejado al frente de su compañía, pero estaba seguro que sí no era Pepper, y obviamente no era Happy, entonces esa persona debía ser completamente confiable para haberle dado tal puesto. Y sí era confiable, no haba por qué supervisarlo.

 

Al menos, esa era su lógica.

 

-Tony, insisto en que tal vez debas pararte ahí aunque sea por unos días. Digo, en dos semanas lanzaras tu nuevo proyecto, y apesar de que me pediste que te acompañara, no me has dicho de qué se trata.

 

"Porque yo tampoco Pepper", pensó, aunque bien podría revisar su taller y pedirle a Jarvis sus notas del dicho proyecto para tener una idea clara de lo que iba a presentar, pero tampoco es que tuviera mucho interés en eso.

 

Tal vez lo haría. Después.

 

-¿Y por qué estás interesada en mi proyecto, Pepp? No recuerdo que mis armas te causaran tanta emoción.

 

-¿Entonces, es un arma?

 

-Yo no dije eso.

 

-¿Qué es, Tony?

 

-Pepper, Pepper-acarició su mejilla-No comas ansias, ya lo sabrás en su momento.

 

"O cuando descubra qué fabriqué estvez."

 

-¿Por qué no quieres decirme? ¿No confías en mí?-espetó con molestia.

 

-¿Qué? Claro que confío en tí.

 

-¡¿Entonces?!

 

-Ey, tranquila-la miró fijamente a los ojos y adoptó un tono serio-¿Cuál es tu problema? ¿Por qué ese repentino interés en mi nuevo producto?

 

Ls pelirroja pareció reparar en su actitud y suavizó su mirada.

 

-Lo lamento, amor-apartó el desayuno, se acercó y se sentó en su regazo, enrredando sus piernas en la cintura del alfa-Es solo que estoy desesperada porque las cosas vuelvan a ser como antes, Tony. Tú dijiste que me habias perdonado por dejarte, pero sí no me cuentas las cosas solo puedo pensar que no me has perdonado del todo.

 

-Pepp, Pepp, no hay nada que perdonar-tomó su rostro y lo acercó a él-Fué una decisión unánime.

 

-Sí, pero como tú dijiste, no debí dejar al mejor alfa del país. Yo fuí en verdad afortunada de que siquiera me miraras.

 

-Wow, wow, relajate nena. Sé que tengo una gran autoestima, pero no es para tanto.

 

-¿Qué?-sonrió-¿Tony Stark siendo modesto? El mundo debe estar por acabarse.

 

-Pero...

 

-Shhh-puso un dedo en sus labios-Tu forma de actuar últimamente es un tanto fuera de lo común, pero me gusta. Así que cállate y besáme.

 

-Como órdenes, bombón.


 


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