Capítulo 7
"...Y en otras noticias, Tony Stark inventa de nuevo.
El mejor ingeniero del país y genio multimillonario sorprendió al mundo anoche en su presentación en Río de Janeiro con una aplicación que, contra todo pronóstico de engaño, vuelve perfectas a las personas que la descarguen.
Así es señores, el humano perfecto ya no es más ciencia ficción.
Y por sí fuera poco, el excéntrico alfa nos sorprendió aun más con su extremo acto de caridad al hacer totalmente gratis la apps, de modo que cualquiera pueda acceder a ella.
Ahora, vamos en vivo con Mary Jane en una entrevista con algunos usuarios de la aplicación."
"-Gracias, señor. Atención América, me encuentro ahora con Lucian McaCoy, un omega que, asegura, la aplicación de Stark permitió que sus órganos reproductivos se fortalecieran y le permitieran embarazarse luego de varios años intentándolo. Lucian, cuentanos, ¿cómo te sientes?"
"-Felíz e impresionado. Debo admitir que tenía mis dudas pero ésto-señaló su celular-en verdad me curó. Me hizo un omega perfecto para mi alfa, y ahora estamos más unidos que nunca."
"-¿Qué opina tu alfa sobre tu milagroso embarazo?"
"-Está contento, ya no discutimos y me cuida mucho. Él en verdad deseaba cachorros y yo también."
"-¿Tienes algo que decirle a Tony Stark?"
"-Pues, que estoy muy agradecido por crear ésta maravillosa aplicación que cambió mi vida para bien, le doy las gracias señor Stark por darme el milagro de concebir vida, y que, aunque ya no sea Iron man ni vengador, para mí siempre será un héroe."
"-Ya escucharon amigos, éste es solo uno de los primeros testimonios de agradecimiento hacia Stark por el que es considerado su mejor invento, y ahora vamos con una joven que asegura que la app la hizo más voluminosa y be..."
Apagó el televisor y volteó hacia su acompañante.
-¿Una app?
-Una app-confirmó, cruzando las piernas y recargándose más en su silla.
-Seis meses de esfuerzo exclusivo a tu "nuevo proyecto"-hizo comillas con los dedos-¿Y una aplicación es todo lo que se te pudo ocurrir?
-Bueno, para ser exatos, la idea me vino hace nueve años. Estos últimos meses solo fueron de ultimar detalles.
-Lo dices como sí tu proyecto final no fuera un fracaso.
-¿Fracaso? ¿Has revisado las estadísticas últimamente? Apenas lleva un día en el ciber-mercado y ya tiene más de un millón de descargas.
-Honestamente Tony, esperaba algo mejor.
-El sentimiento es mutuo.
-¿Qué quieres decir con eso?
El castaño no respondió, estaba demasiado impresionado con el hecho de que Harley Keener*, su pequeño amigo del caso del mandarín, fuera ya un jóven adulto que estuviera al frente de su compañía en su ausencia. Claro, no dudaba del buen juicio que había tenido para elegirlo, pero vamos, el chico apenas alcanzaba la mayoría de edad y él, a los 18 años*, estaba más concentrado en buscar chicas que pasar cada minuto del día en una oficina, y eso le hacía preguntarse cómo es que Harley había aceptado cubrirlo mientras él vacacionaba.
Sin embargo, no por eso estaba menos felíz de verlo, tenía años sin saber nada del enano inteligente que le había brindado su ayuda en un momento difícil. Aunque no pasaba desapercibido para él que el chico había cambiado en más de una forma, lo notaba más serio, centrado en los negocios, más misterioso, y hasta podría decir que se había vuelto frívolo. Pero tal vez solo se debía a la edad y al hecho de que no lo había visto en un largo tiempo.
-De acuerdo, Tony-se recargó en su silla y miró fijamente al mayor-¿A qué veniste?
-¿Qué, disculpa? Sigue siendo mi empresa, mocoso engreído.
-No dije que tu visita fuera desagradable solo que se supone que deberías estar preparándote para tu boda con Pepper, no perdiento tu tiempo y el mío aquí.
-Solo quise pasar a saludar. ¿Y cómo va todo?
-Bastante bien, a decir verdad. Aunque te ausentaste en el peor momento y me dejaste a mí el difícil trabajo de arreglar el caos, debo decir que las cosas han logrado normalizarse.
-Uy, suena como sí estuvieras resentido. Vamos Harl, lo hice porque confiaba en tí, sabía que tenías potencial para los negocios. Lo que me recuerda, ¿aun inventas?
-¿De qué hablas?
-Sí, ya sabes, me habías dicho que querías ser un inventor y me preguntaba sí podías hacerlo con tanto trabajo.
El castaño menor lo miró como sí fuera un desconocido, pero luego de echarle un vistazo rápido a la puerta, suavizó su mirada y sonrió.
-No tanto como el que quisiera. No sé como tú lograbas inventar y dirigir esta empresa al mismo tiempo.
-Bueno, tenía a alguien llamada "Pepper" que hacía la parte aburrida por mí.
-Bueno, pues yo NO-se levantó del escritorio, tomó una carpeta y se dirigió a la salida-Tengo a alguien que haga mi trabajo por mí, así que sí no tienes nada más que decir me gustaría que me dejaras trabajar. Trato de mantener a flote tu empresa, Stark.
-¿Stark?-arqueó una ceja. Según recordaba, Harley nunca lo había llamado así-¡Oye, espera!-corrió detrás de él-Necesito preguntarte algo, es importante.
-¿Qué?-se detuvó un momento y lo miró.
-¿Qué sabes de la desaparición de todos los accionistas?-murmuró con una mirada seria.
-¿Es broma, Tony?
-Solo dime lo que sepas, ¿o es que no te parece sospechoso que desaparecieran así de repente? Algo turbio puede estar sucediendo dentro de mi compañía y no lo voy a permitir.
-Tony, todo lo que sé es lo que dicen el periodico y los noticieros, es todo.
-¿Y no has investigado algo más?
-Claro que no, ¿por qué lo haría? Además, tú me ordenaste que no indagara en el asunto.
-¿Qué?
-Dijiste que sí la gente se enteraba que los accionistas no estaban de acuerdo con tu nuevo proyecto y que luego de rechazarte desaparecieron, empezarían los rumores de que Stark Industries había tenido algo que ver. Argumentaste que era malo para la imagen de la empresa y que esos rumores podían convertirse en sospechas que luego conllevarían a retrasar tu lanzamiento.
-¡¿Eso dije?!
-Sí, lo dijiste. ¿Qué te sucede?
-Pues...
-Olvídalo. Tengo trabajo que hacer, nos vemos el viernes.
-¿El viernes? ¿Para qué? ¿Para jugar bolos?
-No, para tu boda con Pepper.
"Bueno, eso sí no lo esperaba", pensó totalmente sorprendido, pues la pelirroja no había mencionado nada de la boda y los medios tampoco, ¿acaso no debería ser el evento del año? ¿Por qué tenía que enterarse de su matrimonio por el mocoso?
-¿Te sientes bien, Tony?
-Sí, sí, nada que un largo paseo en mi deportivo rojo no arregle.
-Bien. Nos vemos.
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-No me gusta que el gobierno nos envíe a limpiar su basura-gruñó, observando con los brazos cruzados como los piratas que habían secuestrado un barco de SHIELD eran esposados y subidos a las camionetas.
-¿Y qué esperabas?-respondió la pelirroja a su lado-Es parte del trato que ellos elijan nuestras misiones.
-Pues a mí me parece una exageración que envíen a todos los Vengadores por unos piratas.
-Piratas muy bien armados a decir verdad. ¿De dónde habrán sacado esas armas? Son muy avanzadas para unos simples contrabandistas.
-No tengo idea-dijo, observando como los agentes de SHIELD subían las armas a sus autos para llevarlas al helicarrier-Pero tengo un mal presentimiento sobre esto. Tecnología así no debería estar al alcance de cualquiera.
-Sí, bueno, podemos decir que al menos nos dieron muy buena pelea con ellas. Uno creería que seres tan primitivos no sabrían cómo manejarlas correctamente.
-No la suficiente pelea, no me sorprende que Thor se marchara apenas les informé en qué consistía la misión.
-Y no es el único que se marchó.
-Cierto-se dieron la vuelta y comenzaron a caminar hacia el quinjet-¿Tienes idea de a dónde fueron Wanda y Visión?
-No es como sí se molestaran en informar.
-¿Y Bruce?
-Dijo que tenía trabajo que hacer.
-Y supongo que Clint también.
-Clint sigue con la firme idea de que los Acuerdos de Sokobia son un error. Cree que deberíamos ser libres de actuar y no someternos al control del gobierno.
-Hmphs-sonrió-No es nada que no sepa. ¿Y tú, Nat?
-¿Yo qué?
-¿Qué piensas de esto?
-Que escuchar a Stark fué tu mayor error.
El rubio soltó una risa ante esas palabras. Por supuesto que sabía que había sido un error, un terrible error, pero no podía culpar totalmente al millonario de lo dividido que estaba el equipo, en gran parte también había sido su culpa al dejar que sus sentimientos nublaran su juicio, al confíar demasiado en él.
-Lo sé, lo sé. Pero no es como sí hubiera vuelta atrás.
-¿Y Sharon lo sabe?
-¿El que?-se volvió a mirarla.
-Que solías babear por Tony Stark
-¡¿Qué?! ¡Eso es absurdo! Yo no...-se calló al ver la mirada acusadora de la pelirroja, era obvio que no la engañaría-Solo...fué mera atracción, es todo. Y se terminó tan pronto como había empezado.
-Claro Cap, sigue creyendo eso-se burló la espía.
-Sé lo que piensas y te informo de una vez que ya no siento nada por Tony. Además, estoy con Sharon ahora.
-¿Alguna vez se lo dijiste?
-Sharon no tiene porque saber de eso, fué hace tiempo y...
-Me refiero a Tony, ¿alguna vez le dijiste lo que sentías?
-Por supuesto que no, Tony es de omegas no de alfas.
-Sí, bueno, tú también solías ser de omegas antes de que Sharon te ofreciera sus brazos. ¿Puedo preguntar que le viste a ella? No es que me desagrade pero tampoco es lo que llamarían una "buena" mujer para tí.
-Amo a Sharon, Nat-dijo, totalmente seguro de sus palabras-Y lo que sea que haya sentido alguna vez por Tony ya quedó en el pasado.
Natasha lo miró fijamente por unos segundos, no le cabía duda de que Steve en verdad estaba enamorado de la Agente 13, pero tampoco pasaba desapercibido para ella el brillo fugas y casi inexistente que aparecía en los ojos azules cada vez que mencionaba al castaño, y sonrió divertida al darse cuenta que, aunque no lo admitiera, Rogers estaba enamorado de ambos.
Y siendo ella una alfa femenina, sabía mejor que nadie la terrible amenaza que representaba un alfa masculino en el terreno de apareamiento, y entendió porque Sharon se esforzaba tanto en mantener alejado a Stark. Ella no se daba cuenta, o tal vez lo atribuía al instinto de protección, pero la razón por la que odiaba tanto al millonario era porque su lado alfa lo reconocía como amenaza y por tanto, afloraba para defender su territorio.
-De acuerdo Steve, sí tú lo dices. Solo espero que no te estés engañando a tí mismo en esto.
-¿Eso qué significa?
-Exactamente lo que significa.
-¿Sucede algo?-interrumpió la Agente 13, posicionandose a lado del rubio y mirando amenazante a la espía.
-Nada. Steve y yo solo conversabamos.
-¿Sobre qué?
-Pregúntaselo a él-dijo, girándose para subir a la nave-Por cierto, te recuerdo que no todas gustamos de los machos de nuestra misma especie, así que no tienes que ponerte a la defensiva conmigo.
-Tú mejor que nadie debería saber que es sabio desconfíar de cualquiera, principalmente de alfas sin unir.
-En eso te quivocas cariño, yo sí estoy unida y mi omega es Clint.
Esa declaración sorprendió a ambos rubios, quienes de inmediato rebuscaron en su mente algún indicio en sus recuerdos de que la araña y el alcohón estaban enparejados, pero como siempre, ambos espías eran muy buenos ocultándose.
La pelirroja, por su parte, sonrió divertida y se alejó de la pareja para subir al quinjet, dejándo al par de alfas solos. Solo entonces Sharon recordó el motivo de su molestia y se volvió hacia su compañero para exigirle respuestas.
-¿Qué tanto hablabas con ella, Steve?
-Solo discutíamos sobre lo divididoque está el equipo, Sharon.
-¿Eso es todo?
-Sí.
-¿Seguro?
-¿Acaso no confías en mí?
-Claro que sí, pero...
-Entonces no cuestiones mi palabra, ¿de acuerdo?
La alfa suspiró, había enfadado a su compañero.
-De acuerdo
-Gracias. Tomaré los controles, tú descansa sí quieres. No hay más misiones por hoy.
Sharon asintió y se sentó a lado de Sam, quien dormía en su asiento con los brazos cruzados. Iba a ser un largo viaje de vuelta a la torre.
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-Este definitivamente no es mi día-bufó el abogado.
Y es que parecía que se había levantado con el pie izquierdo ya que su alarma no había sonado, había olvidado su cartera, derramó por accidente su café en la información de su siguiente caso, y había perdido el autobus, por lo que tuvo que caminar hasta su despacho. Sip, estaba claro que ese no era su día de suerte.
-Buenos días, señor Murdock. ¿Se le hizo tarde?
-Buenos días, Karen. Algo así, ¿dónde está Foggy?
-Está con un cliente en su oficina.
-¿Un cliente?
-Sí, y lo están esperando.
Matt frunció el entrecejo y se apresuró en llegar a la oficina que compartía con su mejor amigo, sin embargo, antes de que pudiera tomar la perilla, la puerta se abrió revelando a su obeso amigo con una cara de total entusiasmo.
-¡Matt! Mi buen amigo Matt, llegas en un buen momento. Empezaba a creer que te ausentarías hoy.
-¿Qué ocurre Foggy? Karen me dijo que estabas con un cliente.
-Y lo estoy. Escucha Matt-pasó un brazo por los hombros de su colega- Sabes que soy tu amigo, y siempre pienso en tu bien, pero quiero dejar en claro que ahora no solo pienso en tu bien sino en el bien de ambos, y aunque sé que ya tuvimos esta conversación, me gustaría que reconcideraras tomar casos de gente con más dinero, porque alguien de ese tipo de gente está allá dentro-señaló la puerta-Y solicita nuestros servicios, y no podemos decirle que no, es una gran oportunidad Matt.
-Foggy-suspiró cansado-Ya hablamos de esto, no aceptamos clientes...
-Que son culpables, sí, lo sé. Pe-Pe-Pero, éste no es culpable, vamos amigo.
-Pues yo no estoy seguro de eso. Dejame pasar a hablar con él-dijo e intentó abrir la puerta pero su amigo la retuvo.
-Promete que lo aceptarás, por favor, es una gran oportunidad y el hombre está dispuesto a pagar una buena cantidad de dinero a cambio de nuestros servicios.
-Frank, no.
-Por favor, Matt.
-De acuerdo, escucha, sí me dejas hablar con él te prometo considerarlo.
-¿De verdad?
-Sí, Foggy.
-¡Oh, gracias amigo! Eres el mejor.
-Sí.
Dicho esto, Frank se apartó permitiendole el acceso a la oficina.
-Buenos días, señor. Mi nombre es Matt Murdock, soy abogado. Mi colega Frank me comentó que necesita de nuestros servicios y...-se interrumpió al identificar de quién se trataba.
Era difícil no reconocerlo, y aunque solo se lo había topado un par de veces, reconocería esa mezcla de perfume caro, wiskhy y feromonas alfas en donde fuera.
-Bueno, he de decir que su colega es un entusiasta, pero no le quitaré la emoción. En realidad yo solo lo necesito a usted, señor Murdock. Yo soy...
-Tony Stark-cortó con seriedad-Ironman.
-¿Me conoce?
-¿Quién no? Es usted alguien muy poderoso, señor Stark, y también muy influyente. Nadie olvidará nunca la vez en que un hombre de metal sobrevoló Nueva York para convertirse en uno de sus héroes.
-Vaya, no tenía idea de que fuera un gran fans de Ironman. En recompensa le enviaré una foto autografíada de mi armadura.
-No gracias-dijo, para luego ir a sentarse en su silla frente al castaño, quien miró curioso como usaba el bastón para avanzar.
-Tengo curiosidad, ¿cómo supo que era yo? Diría que por mi voz pero parecía sorprendido incluso antes de que hablara.
-Bueno, es fácil reconocer su perfume caro y su ligero olor a alcohol.
-Waw, debe tener un gran olfato para eso-se recargó en el respaldo y cruzó las piernas.
-¿Qué es lo que desea, señor Stark?
-Ofrecerle una gran oportunidad de mantener su despacho por mucho, mucho tiempo más, y pagarle a su amigo con algo más que pescado. Amigo mío, lo contrato.
-Con todo respeto señor, ambos sabemos que tiene un ejército de abogados a su disposición que fácilmente pueden sacarlo de cualquier problema en el que se haya metido y que siendo millonario usted puede hacer lo que quiera, así que dígame la verdad, ¿qué es lo que quiere?
-Wow, su habilidad deductiva me sorprende, pero se equivoca esta vez, de verdad lo contrato y me gustaría que...
-No, gracias.
-¿Disculpe?
-Dije que no, no acepto su oferta de trabajo, y francamente, JAMÁS trabajaría para usted ni aunque estuviera en quiebra. Sé quien es señor Stark, un hombre con todas las comódidades y que creé que siempre tendrá lo que quiere solo podría buscar un abogado para salir ileso de las consecuencias de sus caprichos, su libertinaje, y su vida de promiscuidad, y yo no pienso defender a alguien así.
-Creo que no me ha entendido, no estoy contratando a Matt Murdock sino a Daredevil.
El abogado palideció al oír esas palabras, nadie, a excepsión de Elektra, el sacerdote de su barrio, su pareja, y el periodista metiche que por poco revela su identidad al mundo, sabían que él era "el hombre sin miedo", el héroe conocido como Daredevil, y sí alguna vez le mostró su rostro a otro superhéroe ajeno a los mencionados anteriormente, ese sin duda no fué Tony Stark sino el Capitán América, el único Vengador al que respetaba.
Y claro, no creía que el rubio hubiera traicionado su confianza, así que sí Ironman lo sabía era sin duda porque no había sido lo suficiente precavido para ocultarse, lo cual lo hizo enfurecer como nunca.
Sin mediar palabra, se levantó y tomó al castaño por el cuello de su camisa, para luego acercarlo a su rostro.
-No sé cómo te enteraste maldito imbécil, pero sí le dices a alguien que yo soy Daredevil o sí informas al maldito gobierno, juro que no habrá una sola armadura que te proteja de mí, ¡¿está claro?!
-Ey, tranquilo Dare, no es para...-se cortó al percibir un dulce aroma que hizo que sus pupilas se dilataran y que un cosquilleo recorriera a su entrepierna-Eres un omega.
Matt se apartó bruscamente ante aquella afirmación, y al notar las pupilas del alfa retrocedió dos pasos, no por miedo, sino por el shock que le había causado que alguien más, además de su compañero, reconociera su verdadera casta.
El mundo ya era un lugar cruel e injusto para los omegas, pero para él que, además de ser un omega estaba ciego, las cosas eran aun peor. Con solo decir que hacer que lo dejaran estudiar en la universidad había sido una proeza, toda un hazaña que había conseguido gracias a su perseverancia, su esfuerzo y el apoyo de algunos de sus maestros alfas de preparatoria que lo consideraban alguien exsepcional y con un gran futuro por delante. Por eso, cuando se convirtió en Daredevil, cuando decidió formar parte de aquel mundo de superhéroes y defender la justicia, tuvo claro una sola cosa: nadie debía saber que era omega.
Como abogado no había problema, de hecho le pareció el disfraz perfecto que Matt Murdock fuera omega y Daredevil fuera alfa, una distinción que mantendría su identidad en secreto y lo mantendría a salvo de aquellos villanos y superhéroes alfas que no desaprovecharían la oportunidad de marcarlo, y aunque él fuera fuerte, sabía que había quienes lo superaban, especialmente en su celo.
Daredevil era "el hombre sin miedo", y el hombre sin miedo no debía parecer débil de ningún modo si quería intimidar a los criminales, por eso Daredevil no podía ser omega, y también por esa razón, tragaba una cantidad peligrosa de supresores todas las noches.
Pero Tony lo había identidicado, Tony había percibido su olor, y sí lo había olfateado a pesar de todas las pastillas que se había tomado por la noche y que aun no perdían efecto a esa hora de la mañana, solo significaba que su celo ya estaba próximo. Sin embargo, era un consuelo saber que el castaño necesitó estar a dos centímetros de él para poder descubrirlo, ya que significaba que aun no iniciaba por completo su precalentamiento y aun tenía tiempo de tomar más supresores.
-Oh, vaya, esto sí que es inesperado-sonrió con burla-¿Daredevil, omega? Increíble, todo este tiempo pensé que eras un alfa, que engañado me tenías Matt.
-Cierra la boca y lárgate de mi oficina.
-¿Qué, así tratas a todos tus clientes? Por eso no tienes muchos casos, Matty.
-No me llames Matty, y lárgate.
-Oye, oye, relajáte, sí. No hay vergüenza en ser omega, de hecho, yo los admiro, son muy hermosos, son fuertes, y muy sexys, y...-se interrumpió al notar la molestia del omega-Quiero decir, no digo que tú no seas hermoso y fuerte, de hecho, eres muy hermoso y sensual, y muy fuerte también, y creo que cualquier alfa estaría encantado de tí, aunque no digo que yo lo esté, no me pareces atractivo...¡digo, a mí! A mí no me pareces atractivo, pero eres muy atractivo, sí, y tu olor es delicioso y...¡No estoy insinuando que quiero acostarme contigo! No, no, pero no pienses con eso que me resultas desagradable, eres muy agradable, y claro que me gustaría tener sexo contigo, sería mágico, pe-pero ya estoy emparejado y debo ser fiel. Aunque tal vez no estoy siendo muy fiel al pensar en ti de esa forma, ¡no digo que piense en ti todo el tiempo! Claro que no, no creas que te imagino desnudo en mi cama, jamás te faltaría el respeto así, yo...
-Oh, dios, ¡ya cierra la boca!
Tony suspiró aliviado de que Matt lo callara, de verdad había sido un momento demasiado incómodo y aun sentía los nervios a flor de piel. ¿Qué mierda le pasaba? Nunca se le había dificultado hablar en público y menos aún conversar con sus colegas omegas, pero en ese momento, casi sintió terror de conversar con el abogado. Se había comportado igual que un alfa intentando conquistar a una pareja.
Patético.
-Ahhh-suspiró el omega, sobándose el puente de la nariz-Escucha Stark, no sé que pretendes con todo esto y tampoco me interesa, pero si no te vas en este momento voy a llamar a la polícia, ¿está claro?
-Puff, de acuerdo, me iré. Pero nos vemos esta noche en mi casa, tenemos mucho de que hablar.
-Tú y yo no tenemos nada de que hablar.
-Cierto. Daredevil y yo tenemos mucho de que hablar.
-Lástima, porque él no piensa asistir-dicho esto, tomó su bastón y se dirigió a la salida.
-¡Espera!-lo retuvo del brazo, pero el omega lo apartó con un golpe-Está bien, merecía eso, lo permito. Pero necesito que me escuches-Matt arqueó una ceja y cruzó los brazos-Algo está por ocurrir, algo grande y peligroso, lo sé. No estoy seguro de qué será ni cuándo, o sí realmente algo va a pasar, pero tengo un mal presentimiento y éste se acrecenta con cada minuto que pasa. Y no confío en nadie para ayudarme a averiguarlo, ni siquiera en mí omega, tú eres el único en el que sé que puedo confíar.
-¿Por qué?
-Porque eres Daredevil, y Daredevil es realmente bueno descubriendo la verdad. Acudo a tí dejándo mi orgullo de lado, así que...-"No puedo creer que vaya a decir esto"-Por favor, ayúdame.
-¿"Ayúdame"? No cabe duda de que es verdaderamente duro para tí, que eres un alfa, perdirle ayuda a un omega, principalmente estando yo ciego y siendo tú Tony Stark, pero no pienses que eso es suficiente para enrredarme en tus problemas. Sé lo de Últron, sé lo que hiciste y no pienso formar parte de tu rídicula encrusijada para salvar al mundo de otro de tus jodidos inventos, no voy a limpiar tu basura, Stark. Así que si ya no tienes nada más que decir...-volvió a dirigirse hacia la puerta, pero Tony le bloqueó el paso-Muévete.
-No.
-Te lo advierto, Stark.
-Matt, por favor, te lo estoy suplicando.
-No lo repetiré de nuevo.
-¡No sé si es mi culpa, joder! ¡No lo sé! Pero sí lo es, quiero remediarlo y necesito tu ayuda.
-Stark.
-Sé lo que piensas de Últron, pero te juro que lo hice con buenas intenciones.
-¿En serio? Pues te diré algo, las peores cosas de este mundo se hicieron con las mejores intenciones, ¿crees que eres diferente?-dicho esto, lo hizo aun lado con fuerza y avanzó hacia la puerta para marcharse.
Tony se sentía cada vez más desesperado, ese hombre era su única esperanza y sí no descubría pronto lo que estaba pasando, algo le decía que le saldría muy caro.
-Yo soy un omega.
El abogado se detuvo, pero no lo miró.
-Soy un omega, Matt, y mi alfa es Steve Rogers, el Capitán América.
El de lentes se volvió hacia él con sorpresa.
-No soy de aquí, y no me refiero de aquí, de tu barrio, sino de aquí, de este universo. Lo creas o no, yo soy de otro mundo, realidad o dimensión, como quieras llamarlo, y de donde vengo, tú eres un beta, Natasha una omega, Clint un alfa, Sam Wilson un alfa, Maximoff alfa, Banner un beta de mal genio, y Steve...bueno, Steve sigue siendo Steve, un alfa idiota. Y Los Vengadores ya no existimos ahí, la Cívil War nos separó, una guerra propiciada por la oposición del Cap para firmar los Acuerdos de Sokobia y por mi ingenuo deseo de firmarlos. Y-y luego sufrí un accidente que me llevó al hospital y del cual, desperté en este mundo donde tengo todo lo que quise pero que ahora me resulta aterrador, pero en el que sé que estoy por una razón y quiero saber cuál-pasó saliva sintiendo un nudo en su garganta-Y creo que perdí a mi bebé...-dijo casi inaudible y colocando una mano en su vientre.
Matt no pudo evitar sentirse conmovido por eso último, sabía que Tony no mentía porque podía escuchar perfectamente sus latidos se corazón y saber que había sufrido un aborto, al igual que él, le causaba un amargo sabor en la boca.
-De acuerdo, Stark. Te ayudaré.