Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fire to Hide por carina_mew12

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hola peques!! antes que nada Feliz San Valentín, espero que la pasen bonito con la persona o personas que tanto aman <3 recuerden que en estos tiempos de crisis el amor es muy importante. Como regalito de mí para ustedes, les traje un nuevo capi de esta historia... no tiene mucho de romántico xD pero bueno, jajaja que lo disfruten

11. Punk Hazard

El Nuevo Mundo era una locura donde cualquier cosa podía pasar; tormentas, monstruos de las profundidades e incluso bestias desconocidas, pero de alguna manera los piratas Heart llegaron a su destino a salvo. El Polar Tang se hallaba anclado en Punk Hazard; una isla que fue el escenario de la pelea entre los almirantes Aokiji y Akainu por el puesto de Almirante de la Flota hace dos años, dividiendo su clima en dos partes completamente opuestas. Ellos se encontraban en la parte helada. Pese ese peculiar detalle, había un lugar en ese sitio que Trafalgar Law debía visitar, es por ello que le ordenó a su tripulación seguir navegando por el Nuevo Mundo mientras él arreglaba algunos asuntos pendientes.

Los piratas Heart despedían a su capitán entre lágrimas y expresiones tristes, aunque el más afectado sin duda era Bepo.

- Nos encontraremos en Zou- aseguró el cirujano de la muerte a su navegante, quien le despedía con los ojos llorosos y las orejas hacia abajo.

- Tenga mucho cuidado, capitán- el oso polar entregó a su capitán el mapa que le había solicitado y dio unos pasos hacia atrás para tener espacio suficiente para agachar su cabeza ante él- Lo he manchado, lo lamento

- Mientras sea útil no importa, Bepo- rara vez mostraba algo de compasión con sus tripulantes, pero ya que no vería al oso polar en un tiempo, se tomó la libertad de acariciar el pelaje de su cabeza- Ya saben qué hacer, ahora vayan. Shachi, Penguin- llamó a sus otros dos hombres de confianza, quienes a pesar de estar hundidos en sus propias lágrimas, se cuadraron ante su capitán- Será mejor que cuiden de ya saben quién o me enfadaré. Y no quieren hacerme enfadar, ¿Cierto?

- ¡No, capitán!- respondieron al unísono. Los escalofríos que las órdenes del médico les provocaron eran equiparables al miedo de ser devorados por un monstruo marino.

 Tras despedirse, su tripulación regresó al Polar Tang y Law se quedó de pie en la orilla, mirándolo hasta que se sumergió en las heladas aguas. Se había quedado solo. Quizá de lo único que se lamentaba era no haber hablado apropiadamente con Ace una última vez pues sabía que con los incentivos adecuados, terminaría haciendo lo que él le pidiera… era un fastidio tener a alguien preciado tan cerca.  Con un suspiro de resignación, Law se echó su nodachi al hombro y comenzó a andar entre la nieve… debía encontrar el laboratorio y a Caesar Clown antes del anochecer.

******************************

Después de la pelea que habían tenido Portgas y su capitán por la mañana, nadie quería acercarse a su habitación; era un alivio que el poder de la mera mera no mi ya no estuviera en su organismo o seguramente hubiera incendiado todo. Y aunque ya no contaba con esas habilidades especiales, los piratas Heart habían sido testigos en más de una ocasión que Ace podía darles una buena paliza sin la ayuda de su fruta del diablo. Ahora, la decisión de llevarle su almuerzo al pecoso dependía de un juego de piedra, papel o tijeras. Los tripulantes del submarino se reunieron en círculo y comenzaron a jugar mano tras mano. Fue una batalla digna de escribirse en los libros de historia; todos estuvieron casi una hora sacando manos iguales hasta que un descuido de Shachi lo hizo perder.

Resignado, Shachi tomó la bandeja con comida entre sus manos y fue al camarote del pecoso. Al llamar a la puerta le sorprendió que, de hecho, se encontraba abierta, así que entró de manera cautelosa pues no sabía de lo que era capaz Ace en esos momentos. Repentinamente, un agudo grito hizo eco en el Polar Tang, alertando a los tripulantes, quienes no tardaron en movilizarse hacia el auxilio del pelinaranja; quizá estaban asustados pero no abandonarían a un compañero a su suerte.

- ¡Portgas, suéltalo!- temiendo lo peor, Penguin llegó con un tubo en mano, dispuesto a pelear con el pecoso de ser necesario, pero lo único que encontró fue a Shachi con la mirada perdida y el rostro pálido; ¿Acaso había llegado tarde?- ¿Qué ocurrió Shachi?

- Portgas…- el miedo no le dejaba articular bien sus palabras e incluso las gafas oscuras que siempre portaba terminaron resbalando de su rostro- Portgas no está…

*******************************

Unas horas antes…

- ¿Por qué?- la impotencia que Ace sentía le hizo agachar la cabeza y apretar los puños. Ya se había acostumbrado a esos lapsos de ausencia del médico, pero en esa ocasión era diferente. Si Law no tenía cuidado quizá no volvería; estaban en el Nuevo Mundo después de todo- ¡¿Por qué tienes que ir a un lugar tan peligroso?! ¡Eres un pirata, deberías estar buscando la manera de encontrar el One Piece, no metiéndote en territorio del Gobierno Mundial!

- Tú eres la persona menos indicada para usar esas palabras- su expresión tajante eran suficientes para intimidar a cualquiera; aunque puños de fuego no era como los demás- Lo que haga o no en ese lugar no es asunto tuyo

- ¡Claro que lo es! ¡Yo…! ¡Nosotros…!- su mente se desconectó por unos momentos. Habían estado juntos casi todos los días desde que comenzaron a navegar en el Nuevo Mundo y no precisamente entrenando. Si hablaba de contacto físico, podía decir que eran bastante cercanos pero nada más; hasta ese momento no se había detenido a pensar en las circunstancias de su relación con Law, y aunque preguntara estaba seguro que el médico ni siquiera respondería- ¡Al menos deja que vaya contigo!

- No- sus palabras fueron severas, más de lo usual- Para la marina y el resto del mundo, Portgas… No, Gol D. Ace murió en la guerra hace dos años, ¿Sabes el escándalo que ocasionarías si alguien llegara a saber de ti?

- Todos conocen mi nombre y mi rostro, ¡Además de este submarino, no hay lugar donde pueda ocultarme!- el silencio del moreno, irónicamente, le dio la respuesta que clamaba- Debe ser una broma… ¡¿De qué sirve que siga con vida si debo mantenerme encerrado?! ¡¿Si no soy de utilidad, por qué demonios…?!- su berrinche fue callado de tajo cuando Law dio dos pasos hacia él para sujetarle gentilmente del mentón y obligarle a levantar el rostro mientras iba eliminando la distancia, sintiendo cómo el fresco aliento del moreno acariciaba sus labios. Era normal que con la cercanía los latidos de su corazón se aceleraran mientras cerraba los párpados y contenía la respiración, preparándose para uno de los adictivos besos del otro.

- Room- tras escuchar esa simple palabra, abrió los ojos de golpe pero nada pudo hacer al respecto, Law fue mucho más rápido.

Su cuerpo cayó de espaldas al suelo sin dejar de ver a Law, quien tan sólo le dedicó una mirada afligida antes de enfundar su nodachi y salir de la habitación. Ace no entendió qué acaba de pasar hasta que intentó ponerse de pie… si bien sus piernas patalearon contra el suelo ¡Estaban muy lejos de él! Recordándole el temible poder de la ope ope no mi, Law había usado su habilidad para cortarle limpiamente en dos partes desde la cintura, separando la parte superior de su torso de sus piernas. Era bizarro que pudiera controlar la mitad inferior de su cuerpo sin estar unida a ella pero también era extremadamente complicado; tenía que controlar dos partes de sí mismo a la vez.

Le tomó bastante tiempo, más de lo que le gustaría, hasta que por fin pudo ponerse de pie. Mientras el día seguía su curso, sus piernas pateaban constantemente la manija de la puerta a modo de aflojarla; debido a las condiciones en las que navegaba, cada elemento del Polar Tang era en exceso resistente, sin mencionar que debía hacerlo con cuidado para no llamar la atención. Después de varias horas la alarma del submarino sonó, anunciando que estaba por emerger… tenía una sola oportunidad.

Sabiendo lo mucho que apreciaba la tripulación a su capitán, esperó hasta que el submarino emergió por completo para ejecutar su plan; con una última y fuerte patada hizo ceder el cerrojo de la puerta hasta abrirla. En cuanto vio que tenía vía libre, Ace usó sus brazos para impulsar su torso por los aires hasta que cayó sobre la parte inferior, uniendo de nuevo su cuerpo. Tras asegurarse que su cuerpo estaba bien, se vistió con el mono naranja que usó días atrás, tomó el casco de buzo y salió a la cubierta del submarino. Como sospechó, todos estaban demasiado ocupados para notar que había escapado, por lo que se dirigió cautelosamente a la parte posterior del submarino y esperó junto a la barandilla.

Estaba muy nervioso pues temía que alguien fuera encontrarlo, pero afortunadamente eso no sucedió, y tras aproximadamente diez minutos, el Polar Tang comenzó a sumergirse. El pecoso se colocó el casco y esperó hasta el último segundo antes de arrojarse al agua; si bien el traje lo protegía no estaba hecho para soportar la temperatura tan baja que dominaba en esas aguas, por lo que el frío no tardó en alcanzarle. Por más que deseara salir tuvo que esperar debajo del agua a que el resto de los piratas Heart se sumergieran por completo y a que Law se alejara lo suficiente antes de nadar a la orilla.

El aire soplaba fuerte, señal indudable de que se acercaba una tormenta, debía apurarse a encontrar un buen refugio o los esfuerzos de Law de mantenerlo con vida habrían sido en vano. Ace no tenía ni idea hacia dónde dirigirse; ya que Punk Hazard era territorio del Gobierno Mundial no sabía nada respecto a la misma y Law tampoco se molestó en contarle demasiado al respecto, así que estaba a su suerte. Su única pista para encontrar civilización eran las huellas frescas en la nieve que el cirujano de la muerte había dejado a su paso y que apenas lograban distinguirse.

Pero caminar sin destino fijo en una isla desconocida no era su único problema.

El traje que portaba seguía húmedo, por lo que la escarcha no tardó en formarse en él debido a las bajas temperaturas, sin mencionar que la nieve ya comenzaba a caer en forma de ventisca, acumulándose en diversas partes de su traje. Con el peso extra sobre sus hombros y la nieve acumulándose por el suelo, sus pasos se ralentizaron cada vez más hasta que perdió el rastro de Law. Las fuertes borrascas de aire helado lo empujaban sin piedad de un lado a otro, haciéndole tropezar en más de una ocasión; si antes estaba perdido ahora ni siquiera estaba seguro en qué dirección estaba el mar, su único punto de referencia. En cambio ahora lo único que había a su alrededor era un interminable paisaje blanco y árboles altos, o al menos eso era lo que distinguía.  El casco estaba opacado por el vaho de su respiración y la nieve, por lo que su vista se redujo de manera considerable. Ya que quitarse el casco no era una opción, siguió andando casi a ciegas por la tundra durante un largo rato.

Sus extremidades se entumecían; ¿Hace cuánto que no sentía una temperatura tan baja en carne propia? Desde que se volvió usuario de la mera mera no mi, los climas helados no fueron un problema ya que literalmente el frío se disipaba antes de tocar su piel; el calor emanaba de manera natural como las llamas danzantes en una fogata. Cómo extrañaba su fruta del diablo en esos momentos.

Conforme avanzaba el terreno comenzó a volverse escarpado y sus pasos se hicieron más pesados, señal indudable de que se encontraba subiendo un área montañosa; su única esperanza para sobrevivir era encontrar un refugio y por suerte lo consiguió. Ya había caído la noche cuando el pecoso encontró lo que parecían ruinas de una especie de construcción; los restos de aquel enorme edificio estaban por todas partes y en gran medida eran materiales metálicos,  un material no tan adecuado para preservar el calor; sin mencionar la mala vibra que daba… su buen juicio le gritaba que era mala idea entrar, pero su instinto de supervivencia le hizo seguir avanzando. Tras quitar el exceso de escarcha del casco siguió explorando los alrededores hasta encontrar una enorme puerta a medio abrir; sin duda era pesada pero bastó moverla unos cuantos centímetros para poder entrar.

La nieve esparcida en el piso le indicaba que ese edificio no estaba en sus mejores condiciones; debía tener fisuras y/o derrumbes por todas partes, pero al menos podía refugiarse del frío un poco. Todo a su alrededor eran escombros, no podía determinar bien qué tipo de lugar era ese o si estaba habitado por alguien, pero pronto encontró un refugio que parecía ser el más adecuado. Era una habitación que si bien tenía las ventanas rotas seguía entera y alejada de los derrumbes de otros lugares, así que entró y se tumbó en el piso a descansar. Con sus manos, Ace quitó el resto de escarcha y nieve de su traje e intentó moverse un poco para mantener el poco calor que tenía su cuerpo pero fue inútil, estaba tan exhausto que comenzaba a dormirse.

¡No! ¡No debía! Si se quedaba dormido había una nula posibilidad de que volviera a despertarse, tenía que hacer algo… ¡Tenía que sobrevivir! Le ordenó a su cuerpo levantarse, moverse aunque fuera de manera mínima, pero nada sucedió, y sus párpados estaban por cerrarse. Ya no podía más…

Sus ojos se abrieron de golpe al escuchar ruidos en el pasillo. Desde el ángulo donde estaba podía ver sombras moverse del otro lado de la puerta mientras notables quejidos le hacían erizar la piel; ¿Ese sitio estaba embrujado? No era supersticioso, pero eso ya estaba rayando en lo insano. Quizá estaba tan cerca de la muerte que comenzaba a alucinar.

- Las huellas van en esta dirección- escuchó un murmullo proveniente de esas “sombras” en el pasillo; no había puesto atención en que, al entrar y pisar la nieve había dejado un rastro- ¡Debemos encontrarlo! ¡Tiene piernas todavía!

- Eso es imposible- dijo otro- Nosotros no…

- ¡Silencio! Es aquí- el pecoso pudo ver con terror cómo la manija de la puerta se sacudía hasta que finalmente cedió.

Lo que Ace vio al abrirse la puerta no fue ni siquiera parecido a lo que imaginó. En el suelo se arrastraban los cuerpos mutilados de varios hombres, aullando de dolor mientras avanzaban hacia él. Sus múltiples manos lo sujetaron por todas partes y comenzaron a escalar por todo su cuerpo mientras hablaban de manera incomprensible.

Ace colapsó antes de poder ver los rostros de aquellos entes…

**********************************

Después de mucho tiempo el calor regresó a su cuerpo y finalmente Ace pudo despertar. Al abrir los ojos lo primero que vio fueron algunas fisuras en su casco, seguramente el frío había terminado por agrietarlo. También notó un peso extra sobre su cuerpo, mas al intentar moverse, eso que tenía encima bajó de él, permitiéndole sentarse en el suelo.

Seguía en la misma habitación en la que perdió el conocimiento, sólo que esta vez había una pequeña fogata en el centro con lo que parecían brochetas de carne asándose y esas cosas que vio entrar ahora le miraban expectantes; todos eran humanos varones y bajo sus abrigos vestían de manera similar como si fuera alguna clase de uniforme.

- Oye, ¿Estás bien?- habló finalmente uno de ellos mientras los otros parecían murmurar- No quisimos asustarte, ¡Seguro vernos así fue una gran sorpresa para ti que aun conservas tus piernas! ¡hawhawhaw!- era verdad. Ahora que estaba un poco más tranquilo y podía ponerles más atención, otra cosa que esos tipos compartían en común eran sus piernas ya ennegrecidas e inservibles, en algunos casos sólo conservaban parte de ellas; de alguna manera se las habían ingeniado para “reptar” en el suelo para moverse, pero eso inevitablemente había causado daños a sus manos y vientres.

- ¡No puedo creer que aun haya prisioneros que no hayan sido alcanzados por el gas!- comentó otro

- Debe ser por el traje…- de nuevo quedaron en silencio, observándole- Un momento, ese traje… no es de los prisioneros

- ¡No, no! ¡Yo vengo de fuera!- Ace se puso a la defensiva. No tenía idea de qué querían esos tipos pero debía ganarse su confianza- Mi… mi barco naufragó y no… sé cómo llegué aquí…

- Menuda suerte, muchacho. Has terminado en el peor lugar

- Gracias por ayudarme- ahora que sabía que eran prisioneros de alguna clase no podía confiar cien por ciento en ellos; quién sabe qué clases de intenciones tendrían- Yo… quizá deba irme…

- Salir de esta isla no será sencillo, muchacho. Lo mejor que puedes hacer es pedirle ayuda a nuestro jefe. Por cierto, ¿Cuál es tu nombre? ¿En qué tipo de barco navegabas?

- Yo no…- estaba en problemas. Al parecer la única razón por la que no lo habían reconocido era por el casco que llevaba puesto. Además de ser lo suficientemente grueso para evitar que vieran en su interior con claridad, las fisuras distorsionaban su imagen; era eso o en verdad no tenían idea de quién era, lo cual sería más extraño todavía

- ¡La comida está lista!- agradecía enormemente la interrupción del tipo que cocinaba frente a la fogata; al parecer eran brochetas de ¿Rata?- ¡Acérquense! ¡Están deliciosas!

- Ey chico- volvieron a llamarle- ¿Por qué no te quitas ese casco y te sientas junto a la fogata a comer?

Continued…

Notas finales:

omg, con esta tensión dejamos el capítulo de hoy uwu de nuevo Feliz San Valentín

Mí les ama <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).