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Fire to Hide por carina_mew12

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Notas del capitulo:

hooola peques!!! espero que estén llevando bien su cuarentena y que ustedes y las personas que aman se encuentren bien; para distraerlos un poco de lo agobiante que es todo en estos momentos, les traje (algo tarde xD) un capítulo más de esta hitoria. Ojalá la disfruten nwn

8. Aqua Peach

- Comandante, no encontramos nada en los islotes del sur- los marines se cuadraron ante su superior apenas se reunieron con él para dar su reporte- El grupo Delta está en el área comercial rastreando la pista de esos malditos piratas

- Busquen al suroeste. Deben estar escondiéndose en alguna de las islas deshabitadas- sus hombres saludaron de manera marcial una última vez antes de marcharse y seguir su búsqueda. El comandante siguió su camino para buscar por su cuenta sin percatarse que, a unos cuantos metros, uno de los piratas que estaban buscando ya vigilaba sus movimientos.

- Penguin, ¿Cómo se encuentran?- entrando a un callejón oscuro, el cirujano de la muerta sacó su den den mushi para comunicarse con su tripulación

- Seguimos en inmersión, capitán- la voz en el caracol se escuchaba distorsionada, probablemente porque el Polar Tang se encontraba en lo profundo de esas aguas- No creo que la marina nos encuentre aquí

- Bien. No hablen más de lo necesario, necesitarán guardar todo el oxígeno posible. Yo seguiré vigilando a la marina, me reuniré con ustedes mañana por la mañana en el punto acordado

- ¡Sí, capitán! ¡Cuídese!- y la llamada se cortó. No podían arriesgarse a que su señal fuera intervenida y encontraran a su tripulación; se mantendrían en perfil bajo hasta el día siguiente, cuando tuvieran que escapar de Kiretsu.

En cuanto la marina comenzó a moverse de nuevo él lo hizo también, y pronto supo que ellos no tenían ni idea en dónde buscarlos; su tripulación estaba a salvo. Después de varias horas jugando al gato y al ratón con aquellos marines, decidió tomar un descanso. Ya que no podía acercarse a la zona comercial de Kiretsu, buscó algo para comer en las islas deshabitadas… semillas y frutos era lo más a lo que podía aspirar pues el consumir carne era imposible en esos momentos; ya fuera un pescado o un jabalí salvaje, tendría que cocinarlo y la columna de humo atraería la atención de la marina.

Sin embargo, los frutos que encontró en los islotes eran tan variados que le hicieron dudar; tenían formas extrañas y colores tan vibrantes que parecían tóxicos… no podía arriesgarse a comer algo desconocido en esa isla. La última opción para Law era observar la fauna del lugar e imitar sus hábitos alimenticios... si ellos comían algún fruto, en teoría, debía ser seguro para él también. Así terminó buscando huellas y heces para rastrear animales que le enseñaran qué podía comer hasta que algo golpeó su cabeza cuando pasaba debajo de un árbol; fue un impacto pequeño pero lo suficientemente fuerte para hacerle detenerse. Un minúsculo objeto rodaba todavía en el suelo hasta que se atascó con un montoncito de otros objetos similares… eran semillas de considerable tamaño. A simple vista brillaban un poco, probablemente estaban húmedas. Otra semilla cayó no muy lejos de las otras, obligando al médico a mirar hacia la copa del árbol; en una de las ramas más gruesas, una silueta descansaba desvergonzadamente, disfrutando de la brisa del atardecer.

- Eres tú…- Law frunció el ceño apenas reconoció al tipo causante de sus problemas, el comandante de la Segunda División de los piratas de Shirohige

- ¡Oh, hola!- le saludó como si nada con un ademán- ¿Trafalgar Law, cierto? ¿También buscas algo de comer? Intenté ir a la zona comercial varias veces pero está lleno de marines

- ¡¿De quién crees que es la culpa, imbécil?!- no solía dejar que sus emociones fueran tan evidentes, pero su enojo estalló sin poder evitarlo- ¡¡Llamas demasiado la atención!!

- ¡Tranquilo, tranquilo! Si lo quisiera podría derrotarlos de un golpe pero prefiero guardar mis fuerzas- entonces el pecoso estiró la mano para arrancar uno de los frutos que daba ese árbol y se lo lanzó al mayor, quien lo atrapó en el aire con una mano- Anda, come algo. Los lugareños la llaman “Aqua Peach”- era fácil adivinar el por qué del nombre; a simple vista lo que tenía en sus manos era un sabroso durazno salvo por el color… la piel de esa fruta era de un intenso azul que se volvía más oscuro conforme se acercaba al extremo del tallo. Aunque al tacto era terso como cualquier durazno, el color no auguraba nada bueno, ¡Ese azul aqua no podía ser sano!- No seas tímido y come, no estoy tratando de matarte ni nada. Un pescador me dijo que comer aqua peach era de lo más dulce, ¡Incluso tiene un ligero sabor a sake!- eso último terminó por llamar su atención, animándole a darle un mordisco.

El durazno era jugoso y suave, tanto que el bocado se deshizo en su boca; quizá lo más curioso era que incluso la carne del fruto era azul brillante. Y bajo el dulzor de la fruta podía sentirse un gusto a alcohol, uno bastante suave pero no desagradable. Kiretsu sin duda era un sitio bastante peculiar. Sin proponérselo, Law terminó refugiándose a la sombra del árbol, comiendo cada fruta que el pecoso le arrojaba… lo que nunca sospechó fue que ese sabor extraño bailando entre sus papilas gustativas estaba lejos de ser alcohol. Al caer la noche, sus mejillas ya estaban acaloradas y su lengua lo suficientemente suelta para ponerse a conversar con ese que, hasta hace unas horas, era su enemigo en esa isla.

La luna estaba llena y en su punto más alto, por lo que no fue necesario encender una fogata para iluminarse. Quizá lo más curioso era que, a pesar que estaban en medio de un bosque no sentía nada de frío; había escuchado el rumor alguna vez de que, con el poder de la mera mera no mi, Puños de Fuego era capaz de alejar el frío incluso en las islas de invierno… quizá por eso terminó acercándose de más a ese tipo hasta el punto que sus hombros casi rozaban entre sí.

- Escuché que Teach fue visto cerca de aquí hace poco, pero no he encontrado pistas de él- se quejaba Ace mientras escupía otra semilla de aqua peach al montoncito que ya tenían a sus pies- Quién diría que un tipo como él sería tan escurridizo…

- Son los peores- por educación terminó escuchando todo el relato de puños de fuego, y por una razón desconocida, también quiso contar algo de su historia- Yo también… Tengo que vengar a alguien que fue asesinado; pero a diferencia de ti, sé exactamente dónde está, sólo… No soy lo suficientemente fuerte para hacerle frente en estos momentos…

- Así que ir tras esa persona sería un  suicidio, ¿Uh? Supongo que… en eso no somos tan diferentes… Quizá no pueda volver con el viejo esta vez…

- Qué poca ambición tienes, Puños de Fuego-ya. Si te rindes tan fácil, no eres tan grande como dicen- el silencio duró apenas unos segundos, pero se sintió eterno. Ni siquiera supo por qué quiso animarle a continuar

- ¡Ya sé!- y como si ese incómodo momento no hubiera sucedido, Ace esbozó una gran sonrisa y se puso de pie, tomando el cuchillo que siempre llevaba en el cinturón para hacer unas marcas en el tronco del árbol de aqua peach. Lo que trazó fue muy similar uno de los emblemas que llevaba en su sombrero; dos medios círculos pequeños para formar un par de ojos y un medio círculo más grande atravesado con líneas para la sonrisa- Cuando terminemos nuestros asuntos pendientes nos encontraremos aquí de nuevo, ¿Qué te parece?

- Qué estupidez- sus palabras fueron rotundas e impregnadas de desdén- Nada asegura que cumplas con tu cometido- porque Law estaba seguro que sí cumpliría el suyo, aunque la vida se le fuese en ello- Además, ¿Por qué querría verte de nuevo? No somos amigos ni algo parecido; sólo somos dos piratas con un objetivo en común

- ¿Cómo puedes decir que no somos amigos después que compartí mi comida contigo? ¡Si no fuera por mí, estarías muriéndote de hambre!- indignado, el pecoso le señaló con el filo de su cuchillo- ¡Ya verás! ¡Derrotaré a Teach y volveré aquí en menos de lo que piensas!

- Haz lo que quieras, no me interesa

- ¡Lo haré! ¡Estaré esperándote, no importa cuánto tiempo te tome volver! ¡Es una promesa!

- No necesito las promesas vacías de un pirata sobrevalorado- aunque un poco mareado, el cirujano de la muerte se puso de pie, encarando a ese enano prepotente que creía que, por ser parte de los piratas de Shirohige, podía darle órdenes- Por mí puedes quedarte esperando toda tu vida, bastardo. No voy a volver a esta isla…- los dos eran lo suficientemente orgullosos para no agachar la cabeza frente al otro.

Law avanzó un par de pasos hacia el otro con la clara intención de hacerle retroceder, sin embargo Ace, firme como un roble, infló su pecho y frunció sus labios, él tampoco se dejaría vencer. Y fue ahí, cuando sus miradas se encontraron, que lo inesperado sucedió. A pesar de los centímetros extra que le llevaba de altura el moreno, lo tomó del cuello de su abrigo para hacerle agacharse y lo besó.

¿Por qué? Sólo el puños de fuego de ese momento lo sabía. Quizá sí se habían intoxicado con la aqua peach pero a esas alturas ya ni siquiera le tomaron importancia; Law le respondió de la misma manera violenta, como si intentara vencerle aun entre besos. Empujando un poco, el médico por fin obligó a su oponente a dar unos cuantos pasos hacia atrás hasta que su espalda desnuda chocó con el tronco del árbol, sacudiéndole un poco. Algunas hojas cayeron junto con un par de aqua peach que ya estaban maduras, pero ni eso fue suficiente para que sus labios se separaran.

Pronto sus bocas no fueron la única parte de su cuerpo en hacer contacto, comenzaron a empalmarse entre ellos de pies a cabeza, sobre todo en el área de la pelvis, donde ambos seguían luchando por mantener el control. Las manos de puños de fuego lo recorrieron desde su cadera y fueron subiendo junto con la sudadera y la camisa que el médico llevaba puestas para poder tocarle al fin con la yema de sus dedos. Su tacto era justo como su apodo indicaba; ardiente, veloz y deseoso por devorar todo a su paso… realmente sentía que su piel ardía…

- Usas demasiada ropa…- se quejó Ace sobre sus labios, no sin perder la oportunidad de morderlos hasta provocarle un quejido al otro

- Y tú muy poca, maldito exhibicionista- y cómo agradecía que puños de fuego presumiera con tanto orgullo el tatuaje de los piratas de Barba Blanca, porque así podía deleitar su mirada con ese cuerpo de infarto que ese pecoso se cargaba, y más importante aún, podía tocarlo con más libertad.

Su espalda era ancha y sus dorsales perfectos; cada músculo estaba bien trabajado, incluso el esplenio del cuello se curvaba de forma exquisita; poner sus manos en un espécimen tan perfecto era la locura para cualquier médico, incluido él; deseaba explorarlo de pies a cabeza y marcarlo como suyo. No era mucho de seguir sus instintos, pero antes de darse cuenta, ya tenía sus manos sobre sus nalgas, ¡Qué firmes estaban! Por más que amasaba, sus glúteos volvían sin problemas a su forma original como si nada los perturbara… aunque no podía decir lo mismo de todas las partes de su anatomía…

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- Trafalgar Law, hemos terminado la inspección- uno de los marines se acercó a él, rompiendo con el recuerdo que el médico tenía en esos momentos y de hecho estaba agradecido; de haber permanecido fantaseando unos segundos más tendría una erección que sería imposible disimular- Su barco está aprobado para pasar por la tierra sagrada. Sólo recuerda, no es un viaje turístico… no te detengas, no digas nada y no levantes la mirada, nosotros nos encargaremos de pasar a tu barco y tu tripulación hacia el Nuevo Mundo…

- Y hablando de tripulación, ¿Qué hay de él?- interrumpió otro marino, quien señaló a un sujeto que estaba de pie junto a Bepo y que, de hecho, llevaba el mismo mono naranja, sólo que a diferencia del oso, portaba un casco de buzo que no permitía ver a su portador- No tenemos sus registros

- Acaba de unirse a nosotros hace un par de semanas, es algo tímido- desde donde estaban, podían ver cómo el hombre del traje temblaba con miedo- Usar el traje le hace sentir seguro

- ¿Ah, sí? ¿Y cuál es su nombre?

- Es… Aqua Peach…

- ¡Oh! ¡Como los frutos afrodisíacos de aquella isla!- el joven médico sonrió sutilmente ante el acierto del marino- Bien, lo anotaré en el registro también. Regresen a su barco, un vicealmirante y su flota irá con ustedes durante su trayecto en Marie Geoise. En poco más de medio día estarán en el Nuevo Mundo

- De acuerdo- con una señal silenciosa, le indicó a su tripulación que regresara al Polar Tang, siendo el de traje de buzo quien prácticamente corrió a refugiarse al interior del submarino.

Aun debían esperar por la escolta que se les había asignado para atravesar la tierra sagrada, por lo que permanecieron en la superficie en espera. Law, por el contrario, siguió al nuevo elemento de los piratas Heart hasta su camarote, donde se quitó el casco apenas Law cerró la puerta.

- ¡En serio quería golpearlo!- se quejó el pecoso con un suspiro. Su oscuro cabello había crecido un poco, por lo que lo ató con una media cola para evitar que se le atravesara en la cara cuando tuviera el casco puesto; aun así, algunos mechones rebeldes se pegaron a su piel debido al sudor- Malditos marines…

- No hagas una escena, Portgas-ya. Sólo debemos cruzar la Tierra Sagrada y nos habremos librado de ellos. Tendrás que soportarlo un poco más- su brazo se alargó hacia el otro, quitando los mechones rebeldes de su pecosa cara- ¿Lo harás por mí?- una vez despejadas, sus dedos acariciaron sus mejillas suavemente, notando cómo se teñían casi enseguida

- ¡Bien, lo haré! ¡No te causaré problemas!- avergonzado, Ace se alejó un poco de él y le dio la espalda. Últimamente sentía que Law estaba más “cariñoso” de lo usual, o quizá sólo eran sus fantasías jugándole una mala pasada de nuevo.

- Quédate en tu habitación y no le abras a nadie, ¿Entendiste? A nadie. Si alguien entra será usando el poder de la ope ope y nada más. Tienes prohibido cruzar esa puerta hasta que te indique que es seguro

- Ya lo sé, no tienes que repetirlo. No me moveré de aquí

- Buen chico- y como si fuera su mascota, le revolvió el cabello, haciéndole enfadar más- Mientras estés enclaustrado en tu habitación podemos indagar en tus recuerdos. Si tenemos suerte, lograré probar mi teoría

- ¿Teoría sobre qué?

- Que me olvidaste a tu conveniencia- al ver el gesto de confusión del otro, y antes que dijera algo, le cubrió la boca con una mano- Tranquilo, Portgas-ya. Reavivar tus memorias puede ser… sumamente divertido…

Continuará…

 

Notas finales:

y ustedes qué creen? Ace olvidó todo a conveniencia? habrán hecho xxx como conejos en aquella isla? en dónde me consigo un kilo de aqua peach? las respuestas a eso y más en el siguiente capítulo (?) ojalá los disfrutaran, nos vemos!!

P.D. No salgan sin su cubrebocas e.e 


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