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Fire to Hide por carina_mew12

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Notas del capitulo:

hoooli xD ya ando por aquí de nuevo después de tanto tiempo inactiva; ya saben, obligaciones de adultos y bloqueos de escritor, pero al fin pude traerles este capi owo que lo disfruten!!

12. Master

- ¡La comida está lista! ¡Acérquense! ¡Están deliciosas!

- Oi chico, ¿Por qué no te quitas ese casco y te sientas junto a la fogata a comer?- en ese momento un sudor frío se deslizó por las sienes del pecoso. Por ningún motivo podía dejar que lo reconocieran, ¡No podía causar más problemas! Un silencio incómodo se hizo en el lugar, aumentando la expectativa de los presentes, quienes ahora le dirigían toda su atención- ¿No me has escuchado? Quítate ese casco y…

- ¡Idiota!- uno de sus compañeros le soltó un golpe en la nuca, haciendo crecer un chichón de considerable tamaño en su cabeza- ¡Si se quita el casco seguro que quedará expuesto! ¡Viene de fuera, no sabemos si el gas le afecte también!

- ¡Auch!- el pobre sujetó se sobó el golpe, aunque no parecía demasiado afectado por el mismo- ¡Pero el Maestro limpió el gas hace un año, no debería haber problema si se quita el casco al menos para comer!

- ¿El Maestro?- pronunció Ace con curiosidad

- ¡El Maestro es increíble! ¡Es nuestro salvador!- el sólo hablar de ese tal “Maestro” hacía a esos aterradores hombres suspirar como si en verdad hablaran de un Santo o alguien similar- ¡Hace un año llegó a Punk Hazard y despejó el gas venenoso que la cubría con sus increíbles habilidades! ¡Gracias a él seguimos vivos!

- ¡Además está ayudando a todos esos niños con su enfermedad! ¡Es tan bueno!- aquello se tornaba más raro a cada minuto, ahora se sentía entre los fanáticos de alguna especie de culto extraño. Tenía que escapar de ahí

- ¡Deberíamos llevarlo al Centro de Investigación del Maestro! ¡Es una zona cien por ciento libre de gas y además podría ayudarlo! ¡Si tiene suerte, el Maestro lo convertirá en su subordinado también!

- ¿Qué? ¿Subordinado? ¡Esperen!- sin su pleno consentimiento, esos sujetos le empujaron fuera del edificio hacia un lugar incierto, donde se encontraba esa persona que idolatraban.

**************************

Durante su trayecto al mencionado laboratorio Ace pudo conocer algo más sobre Punk Hazard. Hace cuatro años la isla fue devastada por un gas venenoso que se extendió rápidamente, afectando los presos que estaban ahí como conejillos de indias para los experimentos del temible Doctor Vegapunk. Algunos de ellos murieron, otros desafortunados eran los mismos que le escoltaban; personas con extremidades ya inútiles y con una corta esperanza de vida. Como si eso fuera poco, hace dos años la isla fue usada como escenario de los almirantes Aokiji y Akainu, quienes se disputaron el puesto de Almirante de la Flota en una feroz batalla que cambió las condiciones climáticas de Punk Hazard de forma drástica; una parte eran tierras en llamas parecidas a las entrañas de un volcán. La segunda parte eran las tierras heladas donde se encontraban actualmente. Punk Hazard ya era considerado un lugar peligroso donde no había nada ni nadie, pero ahí estaban esos sujetos, sobreviviendo como podían.

Lo que más le preocupaba al pecoso era que esas tierras seguían bajo custodia de la Marina y el mismísimo Gobierno Mundial, por lo que si descubrían quién era podía darse por muerto, esta vez de manera definitiva. Durante el trayecto en esas tierras glaciares intentó escaparse más de una vez pero esos tipos simplemente no lo dejaban; aseguraban por su vida que su Maestro le ayudaría, que era una persona en quien podía confiar… pero a esas alturas Ace ya no podía confiar en nadie.

Al menos, en nadie que no fuera Law.

¿Por qué demonios el médico estaba en Punk Hazard? Aunque estuviera bajo custodia del Gobierno Mundial, dudaba mucho que estuviera ahí por alguna encomienda como miembro de los Siete Guerreros del Mar; más bien parecía que su visita a la isla era… personal. Mientras iba caminando sumergido en sus cavilaciones, un golpe a la altura de sus piernas le hizo trastabillar por unos segundos y le trajo de regreso a la realidad; al parecer había más sujetos como los que le encontraron y pasaron a toda velocidad junto a ellos, empujándole sin darse cuenta. Lo más curioso de esos tipos era que no se arrastraban en el suelo sino que se movían flotando con ayuda de unos curiosos globos atados a una especie de flotador alrededor de su cintura; de alguna manera le recordaba a los dispositivos flotantes en Sabaody.

- ¡Dense prisa! ¡El Maestro nos está llamando!- les habló uno de ellos antes de seguir su apresurado camino.

Y antes de poder hacer algo, Ace terminó siendo arrastrado de nuevo por esos tipos, ahora con mucha más prisa y menos cuidado que antes. El edificio a donde se dirigían era un enorme edificio al pie de la montaña. Frente a él, un pequeño puerto natural conectaba a lo que parecía un río, y sobre las aguas pequeños barcos se mecían al ritmo de las olas. Pero lo que más destacaba del sitio era el enorme agujero en el costado derecho del edificio, quizá producto de alguna pelea o incidente; después de todo esos sujetos mencionaron algo de un centro de investigaciones.

Entraron a la parte central del edificio, un amplio vestíbulo que contaba solamente con dos puertas, una al exterior y la otra, suponía, llevaba a las demás partes que componían el lugar. Pero los presos no siguieron avanzando, mas bien se acumularon en ese lugar, expectantes.

- ¡El Maestro! ¡Es el Maestro!- los gritos y aplausos de los ahí reunidos no se hicieron esperar en cuanto la puerta se abrió y por ella apareció un hombre alto de cabello largo y unos curiosos cuernos en espiral en su cabeza. El color de su ropa era llamativa; un mono con rayas diagonales amarillas que llamaba bastante la atención a pesar que usaba una bata blanca por encima. El personaje era por demás curioso, y al juzgar por la expresión de su rostro, tal vez no era tan “bueno” como sus subordinados creían- ¡Maestro! ¡Maestro!

- ¡Shurorororo! ¡Mis queridos subordinados! ¡Hoy les tengo una gran noticia!- el hombre levantó las manos al aire en señal de victoria mientras su sonrisa se ampliaba, abarcando casi todo su rostro- ¡El día de hoy, volverán a caminar!

- ¿Qué? ¿Qué ha dicho Maestro?

- ¿Volver a caminar?

Los murmullos de los prisioneros cesaron al ver a alguien más aparecer a espaldas de su Maestro, más específicamente dos personas. Una de ellas era una hermosa mujer de ondulado cabello verde y envidiables curvas; su belleza era incuestionable aun con esas enormes gafas redondas que abarcaban la mitad de su rostro. Sin embargo, quien se llevaba la atención era la otra persona que acompañaba a la chica; ¿No era ese Trafalgar Law, el de la Peor Generación? ¡¿El más reciente Shichibukai?! Sin tener tiempo para refutar algo, el guerrero del mar extendió su brazo y murmuró algo justo antes de formar una burbuja azul que envolvió a un grupo de ellos, quienes comenzaron a flotar dentro de ella.

Otro grupo de subordinados se acercó arrastrando una jaula con animales salvajes dentro de ella; avestruces, ciervos y cabras… todos animales herbívoros para, aparentemente, evitar que se comieran entre sí. Fue entonces que la burbuja del Cirujano de la Muerte se hizo más grande, abarcando también la jaula de los animales mientras que su otra mano desenfundaba su larga espada. Los presos se pusieron a la defensiva, pero sólo bastó un ademán de su Maestro para que se tranquilizaran. De un solo movimiento de su espada, Law cortó tanto a los prisioneros como a los animales por la mitad, separándolos de sus extremidades inferiores.

- ¡Shambles!- con el giro de su muñeca, Law cambió las extremidades podridas e inservibles de aquellos tipos por las partes inferiores de los animales, otorgándoles así nuevas “piernas”. Una vez hecho el cambio, guardó su espada y desvaneció su cuarto de operaciones.

Asombrados, los presos movieron sus nuevas extremidades a voluntad, ¡En verdad eran suyas ahora! Los aplausos y gritos de emoción no se hicieron esperar, alabando a su Maestro, quien ahora les ayudaba a caminar de nuevo. Los presos se abalanzaron contra su maestro y el shichibukai, pidiendo a gritos que les ayudaran también, fue en ese momento que el único que no se movió llamó la atención del llamado Maestro: había un sujeto parado a mitad de la sala como mero espectador del desorden que se estaba formando.

- ¡Esperen! ¡Un momento!- la voz del Maestro se levantó entre todos los gritos, menguando el escándalo de sus subordinados- ¡Tú!- estiró el brazo señalando a ese tipo que no parecía encajar en el ambiente; ese traje que llevaba no era ni remotamente parecido al que usaban sus subordinados- ¿Quién demonios eres? No eres de los presos de esta isla- su mirada se afiló, buscando reconocer aunque fuera una pista de su identidad bajo ese casco que portaba

- Nosotros lo trajimos, Maestro- habló uno de los sujetos que lo habían llevado a ese lugar- Lo encontramos vagando por las ruinas del laboratorio uno y creímos que…

- ¡Saben que la entrada a Punk Hazard está prohibida! ¡Cualquier irrupción no autorizada debe ser eliminada inmediatamente!

- ¿Qué demonios haces aquí?- antes que Ace pudiera siquiera pensar en alguna mentira para justificarse con ese tipo, Law terció en aquella conversación con un semblante de enfado absoluto- ¡Deberías estar en el Polar Tang con los demás!

- ¡¿Qué significa esto Trafalgar?! ¡Aseguraste que venías solo!- el Maestro se llevó la mano hacia bolsa de su bata, como si buscara algo- ¡Esto no era parte del trato!

- ¡Lo sé! Tks- el moreno se mordió ligeramente los labios, pensando unos momentos hasta que habló de nuevo- Es parte de mi tripulación, y estoy seguro que debe haber un buen motivo para que desobedeciera mis órdenes directas. Déjame hablar con él, resolveré esto

- De acuerdo, ¡Pero termina con mis queridos subordinados primero!

******************************

 Aunque no quedaban muchos presos en Punk Hazard, reemplazar sus extremidades inferiores por la de animales llevó su tiempo, casi toda la noche. Al terminar, Law enfundó su nodachi y se llevó a su “subordinado” al cuarto que Caesar le había asignado como habitación y laboratorio personal. Era un sitio pequeño, apenas cabían una cama, una mesa con silla y unos cuantos estantes de libros, pero él no necesitaba más. Una vez a solas, se aseguró que la puerta estuviera bien cerrada y que no hubiera ningún dispositivo de grabación de audio o video, para acercarse al pecoso y quitarle el caso de su traje. Debajo del casco estaba el rostro demacrado de Ace a causa de llevarlo puesto por tanto tiempo, pero ni siquiera eso bastó para calmar la furia del cirujano de la muerte

- ¿No te bastó morir una vez, Ace-ya?- el médico dejó el casco sobre la mesa para tener libres sus brazos y cruzarlos sobre su pecho para aumentar el impacto de su regaño- ¿Cuántas veces más tienes que ser atravesado para que pienses antes de hacer cualquier cosa?

- ¡Estaba preocupado por ti! ¡Vienes a una isla protegida por el gobierno mundial sin decirnos siquiera tu objetivo, ¿Qué se supone que debería hacer?!

- ¡Quedarte en el submarino! ¡Hacer lo que te digo y mantenerte a salvo!- fue en ese momento que sujetó al pecoso de los brazos y lo sacudió con fuerza un par de veces, intentando que sus palabras entraran en esa cabeza hueca- ¿Por qué no entiendes que nadie debe saber que estás con vida?

- ¡Yo ya había aceptado mi muerte! ¡Dar mi vida para salvar a mi hermano y que cumpliera su sueño, no había otra cosa que quisiera hacer! Law, te agradezco que me dieras esta segunda oportunidad pero yo no te pedí que lo hicieras… a pesar de todo lo que pasó, yo… aún no sé para qué nací. Mi muerte no tiene…

- La ejecución de Gol D. Ace cambió una era- le interrumpió antes que terminara aquella frase- El escape de Impel Down, la guerra en Marineford con piratas reunidos prácticamente de todos los mares, los almirantes e incluso los guerreros del mar, la muerte del viejo Shirohige y de muchos más involucrados… todo comenzó cuando Puños de Fuego fue capturado, ¿Cómo te atreves a pensar que tu vida es insignificante? Si realmente tu vida no tuviera valor, no me habría tomado la molestia en devolvértela- su agarre se hizo un poco más gentil antes de inclinarse y besar sus labios con suavidad- Ace-ya, hay cosas que prefiero hacer por mi cuenta. Soy un pirata, un supernova y un guerrero del mar. Creo que puedo cuidarme solo- dijo esto último con un rastro de sarcasmo

- Tus títulos no me sorprenden, Law- sobre todo porque él mismo tuvo los mismos, aunque rechazó la propuesta de la marina para convertirse en shichibukai- Sé que literalmente te debo esta segunda oportunidad, pero mi vida es sólo mía, y yo decido qué hacer con ella. Y lo que quiero es estar a tu lado sin importar lo que suceda

- No. No lo entiendes- sus manos se deslizaron por todo lo largo de sus brazos hasta llegar a sus manos, las cuales tomó gentilmente, entrelazándolas con la contrarias. Y en cuanto notó el gesto de confusión del otro, levantó su diestra para besar el torso de su mano, sintiendo su pulso acelerar con esa caricia- El que estés aquí no amenaza sólo tu vida, sino también la mía. Si ese hombre, Caesar Clown, se da cuenta que obtener ventaja con tu presencia en esta isla, yo no…

Law estuvo a punto de soltar la frase más cursi que hubiera pasado por su mente jamás, sin embargo una interrupción oportuna cortó ese empalagoso momento que se había formado entre ambos. Law se apresuró a colocarle de vuelta el caso a puños de fuego para ocultar su identidad y abrió la puerta, encontrándose de frente con la misma mujer que Ace vio junto a aquel científico que los presos llamaban Maestro. La forma en que la peliverde miró a Law mientras se relamía los labios no le agradó en absoluto; sus instintos le decían que ni ella o ese tal Maestro eran de fiar.

- El Maestro quiere verte- aquella mujer se cubrió parte del rostro para ocultar su sonrisa, pero ésta era más que evidente- A solas…

Law ya se esperaba eso. Miró de reojo al pecoso e hizo un ligero movimiento con la cabeza, tratando que entendiera su mensaje que todo estaría bien y que no se metiera en problemas durante su ausencia. Tomó el silencio del pecoso como una señal de que había entendido el mensaje y salió de la habitación junto con Monet hacia el laboratorio de Caesar.

- Me has mentido, Trafalgar- soltó el científico apenas el moreno cruzó la puerta al interior del laboratorio. Sus labios curvados hacia abajo y su ceño fruncido daban a entender lo molesto que se encontraba todavía- Dijiste que habías venido solo

- Es un imbécil muy leal a su capitán- declaró el cirujano de la muerte y en verdad no mentía; todos sabían de antemano la lealtad, o mejor dicho el aprecio, que los piratas de Shirohige tenían a su “Padre”- Estaba preocupado por mí y terminó naufragando hasta llegar aquí. No puedo comunicarme con los demás de mi tripulación para que vengan por él, así que tendrá que darse

-Aunque sea parte de tu tripulación, sabes que ese tipo no puede estar aquí sin más- era evidente que ninguno de los dos confiaba en el otro. Mientras no hubiera un beneficio de por medio, cada acción que realizaran sería cuestionada- ¡Pero estás de suerte! ¡Soy un amo benevolente! ¡Shurorororo!- aquella risa daba escalofríos no por ser escandalosa sino porque, detrás de ella, sabía que se ocultaba algo siniestro- Tu subordinado puede quedarse si cumples cada una de mis condiciones…

Continuará…

 

Notas finales:

cabe destacar que traté de ser lo más fiel al canon posible, pero hay cuestiones en las que simplemente me tengo que inventar cosas o no quedarían bien en la historia xD ojalá lo disfrutaran uwu espero muy pronto traerles otro fic de la OTP

nos vemos~


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