Capítulo 2.
John mira la hoja entre sus manos con el ceño visiblemente fruncido. Sherlock, desde su asiento, solo mira a la pequeña con una sonrisa discreta.
—Ahora la gente definitivamente va hablar—suelta el rubio, suspirando.
La directora, frente a ellos, alza una ceja. Las orbes negras les observan con seriedad.
—¿Señor?
—No somos una pareja—dice Watson, cansado.
Deja el dibujo de nuevo en la mesa mientras Sherlock lo observa de reojo. Rosie, entre los brazos del moreno, se acomoda mejor mientras este acaricia sus pequeños bucles. La niña suelta una risa.
Es la primera vez que ambos han asistido juntos a la escuela donde la pequeña Rosie estudia su nivel preescolar
Honestamente John estaba verdaderamente preocupado antes de llegar. Temiendo solo lo peor luego de recibir la llamada por parte de la escuela, citándolos a ambos.
Sherlock, por su parte solo permanecía callado.
—Señor Watson. Debo recordarle que este tipo de... inclinaciones resultan de carácter inapropiado en una institución tan respetable como...
—Señorit Weasley—cortó entonces Sherlock, hablando finalmente.
Dos pares de ojos se posaron en él.
—No necesitamos oír más al respecto, nos encargaremos del problema inmediatamente.
Watson le miró confundido
—Sherlock...—murmuró, preocupado.
El nombrado le miró relajado, y continuó.
—Rosemund Mary Watson no será más un problema. Simplemente la cambiaremos de institución...
Watson abrió la boca para replicar pero el otro no le dejó continuar. El rubio no vuelve a intervenir, y le deja manejar el asunto solo.
Minutos más tarde los tres han abandonado la escuela con dirección a Scotland Yard. El médico ni siquiera pregunta qué hacen ahí, puesto que se da una buena idea en cuanto
Anderson les informa que Lestrade ha dicho rato antes que no quiere ser molestado.
John le ha tapado los ojos a Rosie minutos antes de qud Sherlock alcance a abrir la puerta.
Mycroft, desde detrás del escritorio del inspector les mira mal.
—Por amor de Dios, Sherlock—exclama el peligris,levantándose.
John intenta no sonrojarse.
—¿¡Podrías empezar a tocar la maldita puerta antes de entrar!?—brama el inspector, sin verlos.
—Necesito un favor tuyo—informa el moreno a su hermano.
La idea de que este le deba un favor parece relajar la expresión del mayor, pues esboza una sonrisa ladina.
Mycroft se acomoda la ropa mientras Watson sale de ahí con todo y Rosie, que ha comenzado a preguntar por qué su tío Greg luce tan enfadado.
—Solo resuélvelo—ordena al detective antes de salir, ante la mirada de este.
Sherlock asiente antes de continuar hablando con su hermano. Greg ha salido también, luego de la mirada de su novio.
Ha soltado uno que otro insulto por lo bajo.
El par se encuentra ahora acomodado en los asientos fuera la oficina mientras vagamente escuchan vociferar una que otra cosa al par de hermanos.
—Realmente parecen un matrimonio—cometa Greg al otro, con una sonrisa divertida.
—Oh cállate...
La sonrisa de Lestrade se amplía y por un momento olvida la interrupción.
—¿Qué ha hecho ahora?—pregunta, mirando al interior, hablando evidentemente de Sherlock.
—Te sorprenderías...
—Prúebame.
—Aparentemente la directora de Rosie considera que Sherlock y yo tenemos una relación de "inclinaciones inapropiadas para la institución"
El inspector ahoga una risa.
—Entonces se le ha hecho fácil decir que mi niña cambiará de escuela en pleno curso escolar. Evidentemente no era tan fácil como él creía... Piensa que no lo he notado pero, desde que salimos de ahí, seguía navegando en su teléfono... El muy... Realmente pensó que lo haría él solo.
Greg asintió, comprensivo. Riendo más para sí mismo al decir.
—Así que le tocó pedir ayuda a Mycroft.
—Oh sí... Sherlock considera todo esto merecedor de la fuerza nacional—dice, suspirando.
El peligris ahora sí se ríe con ganas, y el rubio se une a sus carcajadas luego de unos minutos.
Rosie les mira curiosa, pero no comenta nada. Demasiado interesada en ver a su papi y tío pretendiendo que no están alzándose la voz en la oficina de su tío Greg.
Cuando finalmente salen Mycroft tiene una expresión de satisfacción tan pura que por un momento Watson se siente culpable.
—Los arreglos serán hechos a la brevedad, Rosie podrá asistir a su nueva escuela mañana mismo.
El moreno no dice palabra alguna, y es John quien agradece al mayor mientras este toma la mano de su novio para abandonar el lugar.
—Cuando lo necesite, doctor... Solo le suplico, por una vez, deje de interrumpir mis momentos con Gregory. O me veré en la necesidad de interrumpir sus interacciones íntimas con mi hermanito.
Tan sorprendido queda el rubio que para cuando responde el par se ha ido.
—¡Que no somos pareja!—grita, a la nada.
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