Eran las seis de la mañana de un inicio de semana. Jason llevaba solo un par de maletas, una para su vida cotidiana y otra con unas cuantas armas. Sabia bien que Dick no se aceptaría su petición en un inicio, pero no pensaba apelar a su lado racional, ni siquiera al emocional, apelaría al deber que sentía como héroe de ayudar y dar segundas oportunidades si estas eran pedidas con honestidad.
Al llegar a Bludhaven, creyó que por la hora aún lo encontraría en su departamento, uno siempre disponible para que todo Robin fuera, y bueno, el fue un Robin en su tiempo. Sin embargo, no estaba allí, era extraño, si bien su departamento no estaba cerca de su trabajo, entraba hora y media más tarde, aún debió encontrarlo.
—Bien…que no se diga que no lo intente—Dijo Jason colocando ambas maletas en el suelo y tronando sus dedos, dispuesto a abrir el departamento con su juego de ganzúas. Era una fortuna que no tuviera tanta seguridad como espero, algo que tendría que solucionar cuando vivieran juntos—…Listo—Se felicito así mismo entrando al lugar. Era bonito, limpio, un poco desordenado, muy poco, solo una toalla en el sillón claro y un plato olvidado en la barra de la cocina. Realmente Dick no tenía muchos elementos decorativos, todo era demasiado practico, incluso un poco frio…
Jason espero por horas, no tenía mucha información, nunca se molesto en buscar los horarios de trabajo del joven acróbata y ahora empezaba a desesperarse y aburrirse. Prendió la televisión, vio unos cuantos programas, pero todo era demasiado tedioso para él, una desventaja de vivir en la lucha contra el crimen eran lo predecibles y poco creíbles que se volvían ciertas escenas de acción.
—Suficiente, iré a buscarlo—Dijo cuando un programa infantil empezó a parecerle entretenido. Saco de su segunda maleta una portátil, buscando la estación de policía donde trabaja el hombre y fue en su dirección, eran casi la una de la tarde, seguramente en algún punto tenía que almorzar, así que decidió arreglarse un poco en el baño de la casa y salió en su búsqueda. Para sorpresa suya tampoco lo encontró dentro de la estación, al parecer había salido a comer en una cafetería cercana con otro sujeto.
—Salió hace unos veintes minutos—Informó la recepcionista y Jason frunció el seño, todo su esfuerzo para que el otro decidiera salir a comer con alguien más—Si es muy urgente, puedo decirte donde queda, muchos policías la visitan—Ofreció amable la mujer al notar su enfado.
—Se lo agradecería—Contestó educado recibiendo las indicaciones y el nombre del lugar en una notita. Basto con decirle que era un amigo y poner cara de niño bueno para que la mujer no indagara más al respecto y no le tomo demasiado llegar un lugar. Un establecimiento con una dona semi-gigante adornando el nombre del lugar. Se preguntaba si Grayson era el típico policía que comía donas y pizza después de cerrar un caso.
Nada más al entrar, empezó a buscarlo con la mirada, encontrándolo sentado en una esquina discreta del establecimiento. Grayson no se veía contento, tenía sus labios en línea recta y sus cejas demasiado juntas, sin mencionar la posición a la defensiva en la que se encontraba, sea quien sea con quien estuviese hablando, no parecían tener una conversación amigable.
—¡Ey Dick!—Jason saludo desde lejos y el rostro de Grayson pareció quedarse en shok unos segundos antes de voltear y verlo con una especie de enfado—pensé que comerías juntos hoy—Dijo caminando a la mesa para ver al sujeto con quien hablaba y encontrándose a un hombre mayor, de unos cuarenta o cincuenta años bien conservado, bastante alto, cabello cano y con lentes obscuros.
—¿Qué haces aquí?—Preguntó Dick de mala gana y el hombre delante de él se rio por la situación, levantando una mano para que se acercara la camarera.
—No te preocupes Richard, ya será en otra ocasión—Habló el hombre con voz profunda y controlada que delataba los años que tenía. Dejando un billete de alta denominación sobre la mesa—Yo invitó—Se despidió el sujeto tomando su saco y pasando a un lado de Jason sin siquiera dirigirle la palabra.
—¿Quién era ese?—Preguntó Jason molestó, viendo como el sujeto pasaba el umbral de la salida. Algo en el sujeto no le daba buena espina.
—¿Qué estas haciendo aquí?—Pregunto irritado Dick, más por la interrupción que por su presencia en particular.
—Tranquilo—Jason levanto las manos, llevaba una playera blanca y unos vaqueros deslavados, nada que le indicara a Dick que quería molestar—Solo quería charlar contigo—Dick suspiro.
—Hoy todo el mundo quiere charlar conmigo—Dijo sentándose nuevamente y mirando el billete dejado en la mesa—Bueno…pide algo—Comentó recuperando su postura relajada y Jason sonrió. Esa era una de las cosas que le molestaba y le gustaba de Grayson, era una persona que no perdía el animo con facilidad.
—Bien…—Dijo Jason y pasaron unos minutos en silencio hasta que finalmente la camarera dejo una hamburguesa delante del recién llegado—Debo agradecer que no te hayas ido nada más al verme—Dick lo observaba comer con un gesto tranquilo y apacible. El mismo que usaba con los otros dos robins.
—Te debo una disculpa—Finalmente hablo el policía, recargando sus brazos en la mesa—Creo que no reaccione bien y fui un poco brusco—Acepto tocando su rostro con una mano, tratando de desviar su vergüenza.
—¿Un poco?—Jason se mofó levantándose la manga de su playera y mostrando el ligero color entre morado y verdoso que tenían los moretones antes de desaparecer por completo.
—No presiones—Dijo Dick con una sonrisa adornando su cara y Jason bebió de su soda, con un poco de prisa—¿Por qué lo hiciste?—Pregunto sin adornos.
—¿No te andas con rodeos eh?—Contestó Jason y pudo ver la clara duda en la mirada de Dick—…te lo dije, me gustas—La conversación era tranquila, serena, como si estuvieran poniendo al día como viejos amigos.
—No imagine que pudieran gustarte otros chicos—Comentó Dick haciéndose para atrás, genuinamente atento y sorprendido por la información.
—No…no—Jason alejo la idea con la mano—no me gustan “otros chicos”, me gustas tú—Explico Todd y Dick levanto una ceja, sin discutir su afirmación, pero, como en toda conversación, con otra pregunta en su lengua.
—¿Y por qué?—
—Ah…no lo sé, porque le gustas a las chicas—Dick sonrió, conteniendo una risa burlona de su parte y Jason solo cerro los ojos, tratando de pensar mejor sus palabras—Bien, no es por eso, pero…eres lindo, en todo sentido—Claramente al decir esas palabras Dick miró a otro lado, nervioso, pasando saliva y buscando con la mirada la salida—No vine a presionarte—Jason frunció un poco el seño por la manera en que dikc buscaba escapar.
—¿Presionarme?—Cada gesto y palabra de Dick eran genuinamente honesto, no parecía entender del todo el rumbo de la conversación. Jason no era un chico al que pudiera, simplemente rechazar de manera galante y educada, era Red Hood, un vigilante de dudosa moral y métodos y también un sujeto al que estaba demasiado ligado—¿Cómo podrías presionar…?, no, olvida esa pregunta—Dick trato de concentrarse—Jason, a mi no me gustan los hombres, lo siento, e incluso así fuera…yo no saldría contigo—Su tono de voz era cauteloso, tratando de no herir sus sentimientos, si es que en realidad hablaba en serio, pero lo suficientemente firme para que quedara claro.
—¿Ah no?—Jason, desde el momento en que empezó a hablar, había mirado a la ventana, pensativo.
—No—Contestó Dick más rígido.
—¿Y el hombre de hace un rato?—Jason no era un experto en el lenguaje corporal, no como Bruce o Tim, pero pudo notar como el hombre usaba el nombre de Dick con cierto control, era una sensación extraña, pero le recordaba a los momentos privados en los que Dick y Bruce conversaban con afabilidad—¿A él también lo rechazaste así?—Preguntó un poco molesto por la negativa, la esperaba, era algo obvio lo que pasaría, pero aún así no le gustaba la seguridad con lo que lo había rechazado.
—Jason…—Dick susurro bajo, quejándose, pero la tensión al hablar de ese hombre era obvia. A veces detestaba lo bien que había sido entrenado—lo siento, pero no puedo conversar más, debo volver a mi trabajo, no todos podemos vivir de nuestros “hobbies”—Dijo alejándose y dejando al muchacho sin decir nada más. Pero para su desgracia, luego de terminar su ronda en el trabajo y llegar a su departamento, halló al mismo chico que había rechazado, recostado en su sofá, comiendo frituras y viendo su televisor.
—Dame un buen motivo para haber violado la seguridad de mi apartamento—Dick se cruzo de brazos, mirando severamente al invitado no deseado.
—¿Cuál seguridad?—Jason desvió el tema y Dick miró con horror las maletas a un lado del sillón.
—Esto no es en serio…—Se quejó el dueño del lugar, pasando enfrente de él para apagar el televisor.
—Dick, no me voy a ir, no sin mi oportunidad—Jason se sentó y lo miro serió, tal cual hacía el otro, pero una pequeña alarma proveniente del reloj de Dick empezó a sonar, haciendo que el muchacho se fuera a su habitación—Estas siendo infantil, déjame hablar contigo—
—¡¿Yo soy el infantil?!—Esta vez Dick lucia molestó, pero no hizo ademán de querer sacarlo, solamente se dirigió a su armario, presionando unos botones para revelar el fondo falso y mostrar su traje de Nightwing.
—¡¿Tienes prisa?!—Preguntó Jason molesto, pero antes de que pudiera gritarle o alegar algo al respecto, Dick estaba desudándose delante suyo, haciendo que su voz se perdiera en su garganta e instintivamente girara el rostro a otro lado. Dick lo noto, sacándose los pantalones y poniéndose el traje negro y azul.
—Por favor Jason ya has visto mi cuerpo antes—Dick negó con el rostro sin darle mucha importancia a su manera de actuar—Además, en la playa estábamos prácticamente así—
—¿A dónde iras?—Jason desvió la pregunta, regresando la mirada cuando ya solo se estaba colocando su antifaz.
—A patrullar—Contestó sin ganas, acercándose a la ventana, cuando nuevamente la alarma de su reloj empezó a sonar. La segunda repetición.
—¡Espera!—Jason tomo su brazo antes de que el otro decidiera salir de un salto o algo parecido.
—Jason sino te molesta tengo algo de prisa—Dijo Dick ansioso. Slade había hablado de una reunión para investigar a los enemigos, pero deseaba llegar con anticipación al lugar acordado e investigar que no hubiera ninguna trampa pero Jason se lo estaba dificultando demasiado—Espera…que estas…?—Abrió más sus ojos al notar la distancia cerrarse, pero antes de que siquiera pudiera repetirse lo sucedido en la playa, enlazo su pie a la pierna contraria y empujo con fuerza arrojándolo contra su propia cama—¿En serio esa táctica te ah funcionado con alguien?—Esta vez las palabras de Dick eran sombrías, le hablaba al oído, totalmente enojado por el segundo intento de perpetrar su vitalidad.
—Funciona mejor de lo que piensas—Contestó Jason burlándose, pero Dick, empujando más su peso sobre él, levanto su muñeca, provocando un quejido de dolor—¡Acuh!, ¡ya!, ¡esta bien! ¡lo siento!—Dick se pensó un momento si en verdad debía liberarlo, no pensaba volver a soportar un tercer intento.
—Si lo intentas otra vez voy a patear tan duro tu trasero que la próxima vez que pienses en mi de esa manera vas a querer vomitar—Amenazó Dick torciendo un poco más su muñeca para hacerlo entender el mensaje. Dejándolo en la cama y saliendo por la ventana como tenía planeado desde un inicio.
—¿Quién era el muchacho de la tarde?—Nada más al poner pie en el lugar acordado, la voz de Slade choco contra los oídos de Dick, haciéndolo enojar más de lo habitual. ¿También tendría que soportarlo a él?
—Cállate y dime cuales son las novedades—Slade no contestó y avanzo con calma poco habitual a su persona, pero Dick coloco un bastón en el pecho ajeno—No te me acerques, no estoy de humor para entretenerte—Amenazó.
—…Puedo notarlo…—Contestó Slade de mala gana y pensó en el muchacho de la tarde, pero aún así, entrego una pequeña pantalla a Nightwing, en ella un par de videos se mostraban, un montón de soldados robóticos en bodegas, justo como los que el mismo construía—¿Algo te paso esta noche?, odiaría pensar que no eres capaz de concentrarte—Empujo un poco más el hombre, tratando de averiguar el porque de su pésimo humor y Dick frunció el seño aún más.
—No digas tonterías—Dijo analizando la construcción—Mejor dime como es que tus secuaces robot están en manos de tu enemigo—Pidió Dick, notando la construcción subterránea y pensó en el porque los enemigos no ponían su base secreta en un lugar más bonito y menos inestable, como a las orillas del mar en una playa tranquila…justo como la casa de Jason—Tch, si hubieras sido más cuidadoso esto no estaría pasando—Dick se quejó, reprendiéndose por desviar sus pensamiento hacia Jason.
—Si hubiera sido más cuidadoso no estaría pidiendo tu cooperación—Dijo Slade empezando a enfadarse por las palabras violentas que soltaba Nightwing, apagando el monitor y tomando el cuello del héroe.
—Suéltame…—Murmuro Dick, pero no hizo ningún movimiento al notar el infrarrojo que salía de la otra mano del mercenario.
—Te lo dije cuando estabas bajo mi tutela, te lo repetiré ahora, deja los pensamientos estúpidos y concéntrate, no voy a poner en riesgo la vida de mi hija por tus errores mocoso—Dick giró el rostro, pero no dijo nada, tenía razón, estaba dejando que sus problemas con Jason afectaran su buen juicio, incluso Slade lo inmovilizado con una facilidad que daba vergüenza.
—De acuerdo…—Murmuro Dick y Slade lo soltó, entregándole nuevamente la pantalla y dejándole ver un lista de más de cien carpetas con información—Va a ser una noche larga—