Dolor... Sangre... Sangre... Dolor... Sus palabras favoritas. Nació en Inglaterra. Sus primeros recuerdos eran de cazar animales, y pronto la caza aumento con presas cada vez más voraces, hasta que las presas se convirtieron en humanos.
Asesinar a personas era como un Hobbies en el cual Invertía mucho tiempo, pronto el Hobbies ya no lo era más, paso a ser trabajo remunerado, que el estado fuera su cliente más frecuente da mucho que decir, pero así era, solía desaparecer problemas y el estado le pagaba por ellos. Pero lo bueno no tiende a durar. Tenía demasiada información según el gobierno, y pronto la cacería que llevaba se volvió en su contra, demasiados enemigos en Inglaterra lo llevaron a tomar medidas y fue así como terminó en México.
Donde por supuesto había más trabajo, pero muy mal pagado, aún así no tenía opción, trabajo primero para la clase baja, haciendo sus llamados "ajustes de cuentas", trabajos fáciles que no calmaba ni un poco su sed de sangre y dolor. Poco a poco se armo de nuevo una reputación y la gente con dinero volvía a pedir su servicios, servicios por su puesto más interesantes, lo necesario para divertirse haciéndolos.
Hasta que un día las cosas cambiaron, lo que era un trabajo arriesgado pero indudablemente divertido, se convirtió en un desafío. Había aceptado no sólo por lo difícil que era, si no por la cuantiosa suma de dinero que le daban una vez terminado el trabajo. Tenía que encontrar y rescatar un niño, el cual era el hijo de un poderoso líder de un antiguo cartel, que dejando a lado esos caminos se convirtió simplemente un abogado, o por lo menos eso era lo que hacia creer, el trabajo de encontrarlo resultó fácil, un niño con las características que tenía, era alguien muy difícil de pasar desapercibido.
El cómo lo rescato se convirtió en una de sus experiencias más divertidas, todavía podía recordar los suelos manchados de sangre y los gritos desesperados de aquellos hombres intentado huir, viendo que no podrían contra el, fue tan gratificante, la mayor masacre que había hecho y eso lo tenía completamente feliz.
Hasta que entró al cuarto donde tenían al niño, y lo que vieron sus ojos le produjo asco, los gritos del niño se oían en toda la habitación, la docena de hombre que había ahí al parecer estaban tan concentrados en el pequeño que no habían notado los ruidos del exterior, sin dudar empezó a disparar a todos los que estaban en la habitación, pronto el ruido de las armas y gritos de aquellos hombres resonaron en la habitación, sería mentira si dijera que no disfruto matarlos, lastima que todo haya acabado en menos de lo que esperaba.
Se acerco al pequeño que lloraba desconsoladamente en la mesa, estaba lleno de moretones y temblaba incontrolablemente, le hablo con voz baja, diciéndole que todo estaría bien, cuando intento tocarlo, un grito y una cachetada lo sorprendió, el niño lo miraba con unos enormes ojos azules opacos llenos de terror... Y furia...
Sin decir nada dejo en el suelo las armas que tenía en todo el cuerpo, se desabrocho la pesada chaqueta que llevaba y se la aventó encima al pequeño.
-ahora yo cuidare de ti- le dijo, al parecer fue suficiente para que el niño dejara de temblar.
Se acerco a él, esta vez con precaución, lo cubrió bien con la chaqueta y viendo que el niño no lo rechazaba lo cargo, al instante volvió a temblar pero esta vez no intentó separarse de él, camino con el pequeño en brazos hacia la salida, tenía que terminar el trabajo.
Y fue así donde su calvario empezó, el trabajo concluyó cundo entregó al niño a los brazos de un furioso pero aliviado padre, y aunque el trabajo había concluido satisfactoriamente, el no estaba del todo bien.
El niño con aquellos ojos azules solía colarse en sus pensamientos y después una furia jamás experimentada lo invadía al recordar en que situación encontró al pequeño, y así con el pequeño aún en sus pensamientos hizo algo que jamás había hecho.
Investigo de él, nunca investigaba de sus clientes, le importaba nada lo que ellos fueran con tal de que pagaran sus servicios, pero no pudo evitarlo.
Así fue como dio con la historia del padre del niño, un narcotraficante que había fundado su propio cartel con su hasta entonces amigo, el cual había traicionado y metido a la cárcel, y las consecuencias de la vida que llevaba estaban ahí, un hijo secuestrado.
Se entero que el pequeño era un Doncel, contaba con escasos 10 años y al parecer había vuelto a su vida normal después de que lo rescatará, el niño había olvidado de alguna manera los últimos tres meses, se sintió aliviado, y aún más cuando reviso el reporte médico del niño, al parecer solo había sufrido lesiones en el exterior, además de desnutrimiento, pero no había signos de violación con penetración, había llegado a tiempo, y por primera vez se atrevió a darle gracias a un Dios que para el no existía.
Por un tiempo observó al niño, hasta que se dio cuenta de lo que estaba haciendo, y le dio un alto a todo, decidió irse de ahí, Estados Unidos fue su nuevo destino, se quedó por mucho tiempo ahí, y encontró por demás emocionante, al parecer Inglaterra lo seguía buscando y el rumor estaba en todo el país, lo cual le aseguro trabajo en cualquier lado que estuviera, incluso fue contratado más de 5 veces por el mismo gobierno, y a pesar de tener tantas cosas que hacer no pudo dejar de pensar en aquel niño.
Hasta cuando 6 años después la misma voz sería lo llamo, aquella que lo había llamado para hacer un rescate, rápidamente por teléfono el Señor le explicó la situación, cartas anónimas empezaron a aparecer dejándoles la advertencia que se cuidarán, porque lo que ocurrió hace 6 años podría volver a ocurrir, sólo basto esa rápida llamada para que tomará un avión a México y se encontrará con aquel señor.
Encontró la situación como una mala jugada del destino, se le asigno investigar, lo cual lamentablemente no pudo hacer, no había ningún indicio que le permitiera hacerlo, el tiempo pasaba y la situación se volvía más peligrosa, aquellas amenazas seguían surgiendo.
Se había negado a ser el guardaespaldas del pequeño, no quería verlo, y la razón era simple, aquel Doncel de alguna forma lo hipnotizaba, no había podido dejar de pensar en el, a pesar que el recuerdo que tenía de aquel niño era de cuando solo tenía 10 años, pero el destino se había encaprichado en no tomar sus deseos en consideración, y fue cuando se vio obligado a hacerse pasar por un profesor para cuidarlo, había resultado sencillo debido a que los Phantomahive controlaban en gran parte la escuela, y así se vio medio año dando clases a mocosos que le irritaban.
La primera vez lo vio de nuevo no pudo evitar impresionarse, era mas hermoso como lo había imaginado, el pequeño con sus ahora 17 años era un doncel aspecto sumamente deseable, no pudo evitar hacerle una pequeña broma.
El tiempo pasó y sin poder evitarlo se vio enamorado de aquel niño, en contra de todo se lo hizo saber el pequeño, y su sorpresa fue grande cuando se supo correspondido, su trabajo poco a poco fue dejado a un lado, hasta la noche antes del 20 de noviembre, cuando unos hombres lo interceptaron ofreciéndole un trato.
Querían sus servicios a cambio de una cuantiosa cantidad de dinero, cual era el trabajo, servir fielmente al hombre que había sido el socio del Vicent, y fue ahí cuando supo la verdad detrás de aquellas advertencias, detrás de aquel secuestro.
Quiso arreglar todo de una vez, pero no era tan sencillo, el hombre era precavido, una vez que entrará a la organización, no saldría de ahí.
Toda la noche se la paso meditando aquello, necesitaba saber la verdad de la historia de aquellos dos antiguos socios.
Y la oportunidad vino sola cuando Vicet lo esperaba al día siguiente en la puerta de su casa, con semblante serio lo invito a pasar.
Una vez dentro de la casa, sintiéndose extrañamente furioso pues de alguna manera lo culpaba por todo lo que había pasado su pequeño niño, le narró los acontecimientos de la pasada noche.
Espero con calma la explicación de lo sucedido cuando este era un narcotraficante, la historia lo dejó sorprendido, pues nunca imagino que aquel hombre no fuese nada de lo que aparentaba, una vez expuesto todas las cartas, la voz calmada pero sería de aquel hombre lo dejó sin palabras.
- Te he expuesto toda la verdad, la cual ha sido ocultada por años, con el único fin de proteger a mi hijo, ahora quiero que me contestes, ¿que pretendes entablando una relación con mi hijo?, pensé que eran imaginaciones mías, que solo hacías tu trabajo, pero ahora es innegable- el hombre lo miraba fijamente, un arma lo apuntaba directo en el rostro-- estuve retirado del negocio por mucho tiempo, pero te puedo asegurar que no fallare si se trata de proteger a mi familia -
Por primera vez en mucho tiempo se congeló, no respondió alzando también el arma que tenía escondida, supo que aquel hombre estaba dispuesto a dar la vida con tal de proteger a su familia.
- Lo amo, más de lo que pudiera expresar-- fue lo único que pudo decir, vio como la expresión del hombre se suavizaba y poco a poco bajaba el arma.
- Entonces cuidalo... Con lo que me has contado solo has confirmado mis sospechas, me entregaré a Brandon, conmigo bastará para que deje en paz a mi familia... - sus palabras solo me seguían asombrando, vi en sus ojos determinación y tristeza.
- iré yo... Aceptaré el su propuesta y resolveré problema...- Vi en sus ojos asombro y réplica--se muy bien que no volveré, se que no será como aquellos trabajos, se que aquel hombre espera que lo traicione para asesinarme, pero Ciel no podría estar bien sin su padre, a mi pronto me olvidara y logrará tener una familia- en sus ojos seguía viendo réplica, sin embargo estaba convencido que no aceptaría otra respuesta.
El plan fue trazado, el cumpleaños numero 18 de Ciel sería decisivo, me uniría a la organización de Brandon, lo asesinaría y trataría de salir con vida.
Los días después de ese traté de disfrutar al máximo el tiempo con Ciel, era dolorosa saber que lo dejaría, la última noche juntos lo fue aún más.
Aún me parecía increíble que alguien como yo, una persona amante de la sangre y asesinar personas infringiéndoles dolor fuera capaz de enamorarse, ya no era simple deseo, lo sabía, era amor.
Aquella noche antes de su cumpleaños se me permitió estar con el, Vicent me dio en silencio una llave para entrar, y solo pude agradecerle con una mirada incapaz de pronunciar palabra, aquella noche le di el anillo de mi madre, aquel añillo con una piedra zafiro que me recordaba a sus ojos, sabía que tenía que irme pero necesitaba estar con él.
No le tenía miedo a la muerte, no, hace mucho tiempo que la había aceptado como parte de su vida, sabía que en cualquier momento podían matarlo sin embargo no le importaba, pero ahora todo era diferente, porque aquel trabajo que acepto hace ocho años, un trabajo que parecía arriesgado pero sumamente divertido se convirtió en un desafío para su persona, pues aquel trabajo lo había consumido y aún seguía después de tantos año, protegiendo aquel niño que robo su alma solo con una mirada.
Solo tenía miedo a perderlo, por eso cuando estuvo con él se encargo de marcarlo como suyo en una necesidad de irse con la sensación de que aquel niño iba a ser suyo por la eternidad.
Con gran desánimo se marchó de la habitación sabiendo que tal vez era la última vez que lo vería, al bajar por las escalera se encontró a Vicent, sabía que no le reprocharía nada sin embargo su mirada mostraba desacuerdo, por eso las palabras que le dijo como despedida volvieron a sorprenderlo.
-gracias, solo mantenga a Ciel a salvo--fue lo último que dijo para marcharse.
Fue directo con aquel hombre, lo recibió gustoso y entonces supo que el trabajo iba a ser más complicado de lo que pensaba, aquel hombre estaba en aquella casa la cual rescato a Ciel, pero esta vez los guardias no eras simples hombres que apenas y podían manejar un arma, esta vez la casa estaba completamente protegida por hombres capases, tendría que encontrar una forma de estar a solas con aquel hombre.
Estuvo todo el día buscando la manera de salir de aquella casa, parecía casi imposible, eso solo lo dejaba con la opción de asesinar el hombre a la primera oportunidad y después morir.
El día pasó y cuando su teléfono empezó a sonar a las 7:10, solo podía significar una cosa, su plan había fallado, el secuestro de Ciel era un hecho, trató de salir de la habitación donde estaba asignado, siendo un fracaso.
Estaba por usar la fuerza a pesar de que su posición se viera delatada cuando lo dejaron salir, diciéndole que el Jefe lo esperaba, no estaba preparado para ver de nuevo la escena frente a sus ojos.
Si pequeño Ciel en el suelo llorando, entonces un presentimiento lo invadió, ¿había recordado todo?.
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