Vivencias de universidad
Sebastián Michaelis era un maestro apuesto, contaba con 29 años, los cuales no aparentaba, era perfecto en su trabajo, y eso que solo había entrado medio año atrás.
Era querido por todos los estudiantes, pero mucho más por las chicas y donceles que a cada rato se le andaban declarando, aunque el nunca acepto ninguna proposición.
- Joven Phantomahive, usted que opina del artículo 4° Constitucional- esa pregunta saco a Ciel de sus pensamientos los cuales sin duda estaban muy lejos de la clase, pero es que era imposible concentrarse cuando el maestro parecía que te iba a comer con la mirada, si, ya había descubierto que no era su imaginación, el profesor en verdad parecía acosarlo, y no, no solamente dentro del salón de clases, incluso ahora en los recesos se lo encontraba “accidentalmente”, esto si que se estaba tornando algo raro.
- El artículo 4 constitucional habla sobre la igualdad de todas las personas ante la ley, pero es algo contradictorio, tenemos en el código Penal de ******* a partir de art. 361 el apartado de violencia de género, que protege sólo a mujeres y donceles, entonces porque hacer un apartado “especial” si todos somos iguales - Ciel por primera vez en mucho tiempo bendijo a su hermano que le había hablado de ese tema recientemente, sin duda lo sacó de un problema, porque no quería exponerse a que el maestro lo castigará después de clase, no, no tenía nada de ganas de quedarse solo con ese maestro.
- Muy bien Ciel, veo que estas aprendiendo bastante—porque el maestro le sonreía de esa forma, le daba escalofríos. – como decía su compañero en la constitución veremos contradicciones, pero hay que entender algo importante, no importa que tan absurda sea la ley, o que tan injusta sea, la ley es derecho y se cumple, bueno tienen 15 minutos para salir a refrescarse mientras hago el examen –
Ciel tenia una duda muy grande, bueno más bien eran dos, la primera era, ¿Qué es jurisprudencia? El lo sabía, pero no lograba comprender, y se olvidó por completo preguntarle a su hermano, estaba casi seguro que vendría en el examen, y la segunda era, ¿o presentaba el examen con esa duda, o le preguntaba al profesor?, con un gran suspiro se levantó de su asiento viendo como los otros salían del salón, se acerco con cautela al maestro que estaba concentrado en su laptop.
- Profesor Michaelis, podría responderme una duda- el maestro lentamente alzó la mirada viéndolo fijamente, la verdad es que al pequeño le intimidó un poco, pero no se lo iba a dejar ver, parándose recto, lo enfrentó—me podría explicar lo que es una jurisprudencia –
Por un momento el profesor se quedo viéndolo fijamente, sin decir o hacer nada, se quito los lentes para observar al pequeño, parecía nervioso y ansioso.
- Si te lo digo no lo vas a entender, mejor te lo enseño, aunque tengo que advertirte que son cosas para grandes- contesto el mayor viéndolo fijamente, haciendo que el pequeño se sobresaltara, tanto por la mirada, como por lo que dijo.
Acaso había entendido bien, “ cosas para grandes” ese maestro era un pervertido, se empezó a reír nerviosamente por la broma del maestro, porque era una broma ¿verdad?
- tranquilo es una broma, ven te enseñaré lo que es la jurisprudencia – le dijo el profesor un una sonrisa, el menor se acerco cautelosamente, enfocando su vista en la computadora – mira este enunciado es una jurisprudencia – dijo enseñándole una oración en la computadora—las jurisprudencia son las resoluciones que dan los jueces en casos cuando la ley no dice nada, se dice que una jurisprudencia se crea cuando hay cinco tesis y ninguna en contrario en el mismo sentido, esto quiere decir que si hay cinco casos iguales y ninguno que se oponga, siempre y cuando vayan el mismo sentido se crea una jurisprudencia la cual todos los tribunales deben de respetar- diciendo esto se levantó de su asiento haciendo que el pequeño se hiciera hacia atrás- tranquilo pequeño no te voy a hacer nada – le dijo con una sonrisa.
- uhmp no, yo solo… Pensé que.. Pensé que iba a escribir algo en el pizarrón – respondió el menor nervioso- Gracias yo me tengo que ir-
- Ciel espera – el maestro lo tomo del brazo antes de que se fuera - tienes el moño torcido - lentamente el maestro deshizo el moño del cuello y lo volvió a hacer quedando perfecto—ahora si ya puede irte- dijo dándole una palmada en su espada, una palmada muy baja que hizo al pequeño casi correr fuera del salón.
No quería estar ningún segundo más cerca de ese maestro, lo estaba acosando, que acaso no sabía que tenía apenas 17 años, y este era demasiado grande para el, aunque no era feo, bueno la verdad era muy guapo, pero eso no le daba derecho a acosarlo.
- Eres más hermoso de lo que imagine Ciel Phantomhive – suspiró – bueno ahora a preparar un examen—dijo para sestarse detrás de su escritorio y ponerse a trabajar, solo le quedaban 5 minutos.
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