Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Encrucijada por SEMASOLITIA

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Nottingham, Inglaterra


Una conversación telefónica a través de un teléfono público se hacía presente entre Katja Klug y otra persona; ambos conversaban en su idioma nativo.  Eran alrededor de las diez de la noche y como no tenía mucho conocimiento sobre la seguridad de aquel país, decidió arriesgarse y salir para poder realizar una llamada a un viejo amigo.


—No sé si vuelva. ¿Qué me queda allá?, creo que todo mi pasado debería de quedarse allá y hacer mi nuevo presente en este país. —Decía con una expresión sumamente nostálgica. En la otra línea se escuchaba una voz masculina.


—¿Estás segura? Me tienes a mí todavía. No es necesario que tengas que cargar con todo eso sola. Sabes que puedes confiar en mí...además ¿qué tanto puedes confiar en ellos? Son personas de otro mundo, personas adineradas que sinceramente pueden traicionarte y desecharte como si nada.


—No eres el más indicado para hablar de traiciones... —El silencio se hizo presente por unos segundos —Confío en Chloe, es una buena persona y simplemente al igual que yo ha pasado por muchas cosas en su vida y quiero ayudarla. Creo que por fin podré hacer algo bueno después de tantos años. Quiero sentirme útil.


—No tienes que hacer nada por ella, nunca pediste ser liberada, ella lo hizo por sus propios medios y tú...


—Blaz —Le interrumpió —No te tomes tan a pecho el significado de tu nombre. Estaré bien, ¿de acuerdo? Sé cuidarme sola y ya te dije, confío en ellos y nada malo me va a pasar


—Está bien Kat, como tú digas. Estoy seguro estarás bien —Katja esbozó una sonrisa.


—Gracias, Blaz.


—Deseo verte de nuevo, en serio. Quiero recuperar los años que perdimos y quiero pedirte perdón personalmente por mis errores que te llevaron a la cárcel, todos nosotros queremos eso.   


—No hay nada que perdonar. Conocía los riesgos y cometí errores. Antes de colgar, quiero decirte que a lo mejor más adelante necesite tu ayuda y tengas que venir aquí, espero no tengas ningún inconveniente con eso.


—Lo que sea por ti, Kat. Cuando necesites de mi ayuda, siempre estaré disponible para ti. No solo yo, también los chicos.


—Eso espero. Ya nos veremos pronto, Blaz.


Katja colgó el teléfono y se dirigió rápidamente hacia el apartamento, que estaba un poco alejado y el frío era algo insoportable en ese momento y prefería volver adentro. Se preguntaba en ese momento qué estaría haciendo Chloe.


Club Breeze; Nottingham, Inglaterra.


La noche transcurría lenta y el único movimiento que hacía Chloe era con el de sus ojos, observando su reloj con impaciencia. Apenas eran las diez y estaba harta de estar en aquella fiesta. Desde la aparición de Dylan y su "maravilloso" y tan peculiar discurso, sus ganas de irse aumentaron.


A pesar de que su hermano menor se había esforzado un poco para darle la bienvenida, sabía que esos gestos para con ella no las iban a comprar; nada de lo que hiciera la compraría hasta que no supiera toda la verdad. Sabía que debía aparentar y dejarle entender que lo había perdonado por todo, pero el hecho de mentirse a sí misma o forzar algo que no sentía realmente, la marchitaba poco a poco.


Dylan se quedó conversando un momento con ella y Chloe supuso desde un principio que su egocentrismo iba a ser su dolor de cabeza aquella noche. La mayor parte del tiempo se la pasó hablando sobre él y la empresa; de cómo había cambiado él como persona y como se había esmerado en levantar la empresa luego de la muerte de su padre.


No pudo evitar cerrar su puño y apretar fuerte sus dientes cada que escuchaba como se llenaba al mencionar a su padre, como si nada hubiese pasado. Jamás pensó que la persona a quien más odiaría en ese momento era a su hermano. Recordaba por momentos cuando de niños eran inseparables y siempre trató de protegerlo, hasta llegar al punto de pagar por todos sus errores.


Dylan no paraba de hablar y Chloe buscaba una oportunidad para largarse de allí, aunque fuese sola, ya que Leonard había encontrado su propio entretenimiento. De vez en cuando cruzaba miradas con Amelia, quien conversaba con otros invitados, y quien no dejaba de mirar a la castaña, ofreciéndole una cálida sonrisa característico de ella.


Chloe estaba cansada y lo único que pasó por su cabeza, fue interrumpirlo con un tema que seguro no le agradaría.


—Oye Dylan, ¿me puedes contar sobre sobre la noche que murió papá? —Este se quedó en silencio, mirando fijamente a su hermana a los ojos. La castaña por su parte, tenía una expresión seria, esperando su respuesta. El castaño se limitó a esbozar una leve sonrisa algo melancólica mientras jugaba con su trago.


—¿Por qué quieres saber sobre eso ahora? No es el lugar adecuado para decírtelo, hay mucho ruido y demasiadas personas


—No me importa, quiero saberlo y ¿no es más que obvio? Tengo derecho a saberlo, de tu boca ¿no? Fuiste tú quien lo encontró —Dylan terminó de tomarse su trago y se aclaró la garganta para prepararse a hablar.


—Creo que tu amigo Leonard o Claire te lo contaron, pero si quieres saberlo de mí, te lo diré: Era una noche como cualquiera, papá y yo habíamos llegado a casa después de tanto trabajo en la empresa. Claire ese día no se encontraba en casa. La verdad es que había sido un día súper agitado, aparte de que el ambiente estaba cargado de tristeza y nostalgia, ¿sabes? No hubo un día en que las cosas fuesen diferentes. Fue difícil para nosotros llevar las cosas como solíamos hacerlo sin ti, sabiendo que estabas encerrada, sufriendo y sin saber absolutamente nada de ti. Créeme, de verdad que para mí fue difícil igual poder estar en paz cuando sé que tú eras inocente, hermana. En serio estoy muy agradecido por lo que hiciste por mi...


—Prosigue con lo que quiero saber


—Está bien —Sin oponerse —En fin, esa noche papá no estaba de los mejores ánimos, estaba más triste que nunca. Le pregunté qué le pasaba, pero no quiso decirme. Es más, cada día buscaba algún error para echármelo en cara y pelear conmigo y no fue la excepción aquella noche. No te voy a negar que peleamos, porque lo hicimos, fue una pelea bastante fea porque le grité y él a mí, casi nos golpeamos uno con el otro.


Estaba fuera de control y sinceramente no aguanté más y me largué de la casa sin más. No me acuerdo a donde pretendía ir después de eso, pero no fui muy lejos, creo que no pasaron ni veinte minutos cuando me di cuenta de mi error, me sentía mal por haberle gritado y sabía que su estado era más que entendible.


Regresé a la casa lo más rápido posible. Lo llamé, pero no contestó, lo busqué por todos lados y me imaginé que había salido de casa, ya sabes, a lo mejor al club que asistía de vez en cuando. Luego escuché el sonido del auto encendido y fue extraño; a lo mejor estaba preparado para irse y me apresuré para detenerlo, pero cuando fui hacia el garaje, lo que vi fue realmente espantoso. Al abrir la puerta del piloto, nuestro padre se hallaba allí sin moverse, sin decir nada. Parecía en ese momento que dormía, intenté despertarlo y hacer que reaccionara, pero no pasó nada...ya estaba muerto.


Llamé rápidamente a los paramédicos, en el fondo sabía que ya no se podía hacer nada, pero aun así lo hice. Llegaron junto con la policía, pero ya estaba muerto, no pudieron hacer nada por él —Dylan volvió a pedir otro trago, el cual se tomó rápidamente, luciendo destrozado por dentro y se reflejaba en su rostro, pero Chloe por alguna razón no podía creerle.


—Así que ustedes dos pelearon ese día, ¿no? ¿Por qué pelearon? —Mirándolo desconfiada


—Ya sabes, cosas de la empresa. Estúpidas cosas del trabajo, ya te dije que papá estaba irascible. Me peleaba por todo y creo que al final no pudo cargar con todo lo que estaba pasando


—Me parece muy extraño todo, Dylan —Tomando un sorbo a su trago


—¿Extraño por qué?


—Es que vea por donde lo vea, no puedo pensar o no me cabe en la cabeza que nuestro padre se haya suicidado.


—Lo entiendo, jamás hubiera pensado eso, jamás lo creí capaz de hacer semejante cosa. Debió haber entendido que todos estábamos y nos sentíamos culpables y...


—Dylan —Mirándolo directamente a los ojos, con una expresión sumamente sombría —Me parece algo extraño que papá se suicidara cuando estaba a punto de decir toda la verdad sobre lo ocurrido.


Dylan al principio no pareció sorprendido, pero rápidamente cambió su expresión a uno sorprendida, cosa que Chloe notó al instante.


—¿En serio? ¿Qué te hace pensar eso, hermanita? —Poniéndose más serio aún —No supe nada al respecto


—¿Estás seguro de eso?


—Más que seguro, ¿por qué tendría que mentir? Realmente me ha sorprendido saber eso ¿iba a hacerlo?


Chloe no podía soportar tanto descaro en una persona, estaba segura que lo sabía y se hacía el tonto


—Te lo estoy diciendo por algo ¿no? Por eso dudo que se haya suicidado y mucho menos cuando estaba tan decidido a hacerlo. Él había ido a visitarme, y estaba dispuesto a decir toda la verdad —Chloe miró a su alrededor al decir aquello, asegurándose de que nadie escuchara


—Bien, no sabía eso, ahora bien ¿qué insinúas con eso? ¿Qué alguien lo mató para que no dijera la verdad?


—Sí, así es —Respondió Tajante —Alguien se enteró de eso y que por ningún motivo quiso que lo hiciera, ya que eso podría implicar muchas cosas, como mi libertad y que otra persona fuera encerrada en mi lugar


Dylan miró a los ojos a su hermana e inmediatamente intuyó lo que estaba pensando. Lanzó una leve carcajada y la volvió a mirar


—¿Qué se supone que quieres decir con eso? ¿Acaso...acaso crees que tuve algo que ver con eso? —Chloe simplemente encogió sus hombros—¿Por qué presiento que de verdad intentas de alguna forma vincularme...¿crees que maté a nuestro padre? Estás culpando a tu hermano de ser un asesino


—Tú lo dijiste, yo nunca afirmé eso


—Lo estás intuyendo —Luciendo enojado, con el ceño fruncido —Quiero saber en qué diablos estás pensando para decir todo esto, ¿acaso tienes pruebas de que nuestro padre no se suicidó? ¿De que yo tuve que ver con su muerte? ¿Acaso eres la maldita policía para saber eso? Déjame recordarte que yo fui el que estaba ahí y lo encontró, el que sufrió su muerte mientras tú estabas en prisión, no sabes absolutamente nada. Pude cometer errores en mi pasado, pero jamás ser un asesino


Su voz se elevó de manera drástica, y a pesar de que la música estaba al máximo, las personas cercanas a ellos pudieron escuchar lo que ahora era una discusión. —¡Te hago todo esto, te recibo como a una reina y te atreves a decirme en la cara que soy un asesino!


—¿Por qué no te calmas? No he dicho que seas un asesino


—¡Mentira! Es exactamente lo que estás diciendo —Ya las cosas se habían puesto más difícil para ambos. La música bajó de un momento a otro y todos fijaron su mirada en ambos hermanos. Incluso Claire se acercó para ver lo que pasaba y calmarlos a los dos.


Chloe al ver que ya no había privacidad entre ambos, se levantó para irse


—Creo que mejor me voy. Te agradezco por la fiesta, simplemente fue algo tan típico de ti, Dylan. Tan a la altura de un gran magnate. Disfruta del resto de la noche sin mí.


Chloe se dirigió hacia la salida, mientras Dylan no hizo nada para detenerla, simplemente se calmó un poco e invitó a todos a seguir disfrutando de la fiesta. Leonard, Claire y Amelia la vieron alejarse. Claire se acercó a ella.


—¿Qué fue eso todo eso? ¿Qué rayos le dijiste?


—Nada de lo que me tenga que arrepentir, pero de igual manera no puedo olvidar lo dramático que es el señor Dylan —Sin detenerse en ningún momento, dirigiéndose hacia la salida. Claire la tomó del brazo y la detuvo.


—Tienes que calmarte, no puedo creer que hayas tocado ese tema en un lugar como este


—No quiero regaños de tu parte, ¿de acuerdo? Quiero irme a casa, ¿me dejas? —Claire la soltó y dejó que se marchara.


La prensa seguía afuera y al ver salir a Chloe, no pudieron evitar acercarse a ella y comenzar a atacarla con preguntas. Era un total acoso, pero ella simplemente siguió caminando sin prestarles atención. Leonard la seguía


—Chloe, te llevo


—No es necesario, Leo. Tomaré un taxi


—Vamos, déjame llevarte. No sé qué sucedió entre tú y el imbécil, pero no dejaré que te vayas sola.


—Mira Leonard, ve y diviértete por favor, quiero estar sola 


—Yo la llevo —Se apresuró a decir Amelia quien los había seguido hasta la salida.


Chloe la miró y se mantuvo en silencio. Leonard asintió, ya que sabía que estaba segura con ella. 


—La señorita Chloe Evanson no tiene nada que decir, por favor permítannos irnos en paz, recuerden que tienen todo el derecho de hacer su trabajo, pero el acoso no es aceptable. La señorita Evanson hará una rueda de prensa tarde o temprano y responderá todas las preguntas que quieran, pero por el momento no está para responder preguntas. Espero puedan entender.


Amelia había logrado calmar un poco el "Tsunami". Todos le tenían un gran respeto, por su gran trabajo desde que había llegado al cargo de jefa del departamento. Algunos se alejaron y respetaron los deseos de la jefa e inspectora, mientras otros lo hicieron, pero aún seguían tomando fotos e insistiendo en obtener más información de lo dicho anteriormente por la castaña.


Ambas se dirigieron al auto de la pelinegro. Ninguna dijo nada en toda la mitad del trayecto, de vez en cuando Amelia la miraba de reojo y solo observaba a la castaña mirando a través de la ventana. Pensó en ese momento que la discusión que había tenido con su hermano, había sido por el hecho de haber tomado de más. La conocía y sabía que era una persona que sabía controlar sus emociones y más en un lugar lleno de personas.


—¿Quieres hablar de eso?


—No —Respondió rápidamente, al menos estaba atenta y no ida


—No sé las razones por las cuales peleaste con tu hermano, pero me imagino que el alcohol contribuyó a eso


—No estoy ebria —Dijo desanimada


—Pero tienes alcohol en tu sangre. Desde que llegué te vi en el bar tomando, es más, no dejaste de tomar en toda la noche, me parece increíble que no estés ahora mismo desmayada —Trató de bromear, pero Chloe seguía en un estado de inercia. Amelia suspiró profundamente —Chloe, sé que has pasado por mucho, pero debes tratar de confiar en alguien


—¿Tú eres esa persona? —Esta vez mirándola, esperando su respuesta


—Me sorprende que preguntes. Nunca te he dado razones para desconfiar de mí, pero es tu problema si ahora crees que todos estamos aquí para juzgarte por lo que hiciste, si es que hiciste algo


—¿Por qué no crees que hice algo? ¿Descubriste algo en todos estos años que llevas a cargo en el departamento? 


—Sigo en ello —Chloe río levemente, pero no lo suficiente para que Amelia no lo escuchara —Pero si tienes algo que contarme, te puedo escuchar y así me ahorras todo el trabajo


—No tengo nada que contarte. Ya te lo he dicho, soy alguien que cometió un error y ya pagó por ello


—Bien, entonces por qué no me hablas de tu padre


Amelia presentía que aquello iba a llamar más el interés de la castaña


—¿Qué quieres que te diga?


—Hiciste un comentario muy extraño a la prensa, ¿por qué no me complaces un poco y me hablas sobre eso?


—¿Por qué no mejor me hablas de tu esposo?


—No me cambies el tema —Mirándola rápidamente algo molesta, lo cual era raro en ella.


—Me dio curiosidad por preguntarte sobre eso —Amelia se quedó en silencio unos segundos y volvió a suspirar profundamente


—Nos divorciamos hace dos años 


—Qué mal


—Pensaba que te pondría feliz eso —Mirándola con curiosidad


—¿Por qué razón? Fue tu decisión casarte, como también fue tu decisión divorciarte, a lo mejor fue él quien se quiso divorciar de ti, ¿quién sabe?


—¿Desde cuándo te convertiste en una persona tan petulante?


—Desde que mi vida se convirtió en una completa mierda, aunque no sé si fue desde que nací o desde que me dispuse a convertirme en una ladrona


Amelia estaba pasmada por la manera de hablar de Chloe. Ambas se conocieron desde la adolescencia y habían tenido una relación bastante difícil, la conocía o creía conocerla, en ese momento no sabía quién era.


—¿Qué es lo que tanto te molesta? ¿Haberte comprometido con alguien que nunca amaste o que yo me haya casado con otra persona? —Chloe cerró los ojos un momento e inspiró todo el aire que pudo


—¿Por qué todo crees que tiene que ver contigo?


—¡¿Entonces por qué no me dices?! —Subiendo un poco el tono, perdiendo un poco la compostura y tratando de mantenerse concentrada mientras conducía.


—No quiero hablar de ello, ¿de acuerdo? Tampoco creo que, para alguien como tú, con un cargo tan importante y con una vida tan ocupada, deba mantener una "relación" con una persona que está fichada por la justicia. —Amelia sonrió nostálgica


—Me estás diciendo que quieres que me aleje de ti, ¿no? —Chloe no respondió, aunque para ella no era necesario hacerlo.


Lo mejor para ambas en ese momento era llegar lo más rápido posible a su destino y así fue. Una vez habían llegado, Amelia parqueó el auto para que Chloe se bajara, la cual rápidamente se quitó el cinturón de seguridad y se dispuso a abrir la puerta para salir, pero antes de, Amelia le tomo del brazo y la miró fijamente


—Sabes que estaré siempre disponible para ti cuando desees hablar, ¿de acuerdo? Sabes dónde encontrarme. —Chloe nuevamente intentó bajar del auto, pero fue detenida de nuevo


—Espera —Sacando una tarjeta de presentación —Este es mi número de celular y el número telefónico, tanto de casa como del departamento, puedes llamarme donde quieras y cuando quieras.


—No te rindes, ¿verdad?


—No tengo por qué hacerlo, ¿tú sí? —Chloe sonrió y salió cerrando la puerta, caminando hacia el apartamento levemente tambaleante.


Amelia sin más arrancó el auto alejándose de allí.


La castaña sintió un fuerte dolor de cabeza y sabía que no era por el alcohol, porque no estaba ebria. Las luces del apartamento estaban apagadas, solo las luces de fuera alumbraban un poco el apartamento e imaginó que Katja dormía.


Hubiese preferido quedarse en casa en vez de haber ido a aquella estúpida fiesta, pensó. Se dio una ducha rápida y se puso su pijama. Pensó en ir a dormir de inmediato, pero prefirió ver si todo estaba bien con la rubia.


Estaba cubierta con las sábanas y sus ojos estaban cerrados, parecía dormida. Chloe se acercó sigilosamente, tratando de no chocar contra algún objeto que hiciera ruido para no despertarla, ya que las luces provenientes de fuera no eran suficientes para alumbrar todo el lugar; se sentó a un extremo de la cama.


Le daba la espalda, solo quería pensar y la mejor manera era estando cerca de la única persona aparte de Leonard en la que confiaba en esos momentos. Pasó ambas manos por su rostro, su dolor de cabeza aumentaba.


De repente, una mano se posó por su espalda, al principio se tensó, pero luego supo que se trataba de Katja. La mano de Katja subía lentamente por su espalda a través de su blusa de algodón que usaba como pijama. Sintió como se movía la cama, Katja se había levantado y se había colocado de rodillas sobre la cama, como si se iba a disponer a rezar, pero tenía otra idea en mente.


Sus manos suaves y a la vez frías se colocaron en los hombros de Chloe y comenzó a masajear lentamente. Chloe al primer contacto cerró los ojos. El movimiento de sus manos y dedos, la hicieron sentir menos tensa. 


Parecía saber lo que hacía, como si en su vida pasada se hubiera dedicado a eso. Los movimientos al principio fueron lentos, pero fuertes, recorriendo cada uno de sus músculos que al paso de sus manos se descontraían y se relajaban.


—¿La pasaste bien? Llegaste temprano—Dijo Katja cerca de su oído derecho sin dejar de masajear sus hombros y brazos, haciéndole sentir un leve escalofrío


—Ah...me aburrí y volví —Disfrutando de la combinación de sensaciones que le hacía sentir en ese momento


—Ah ya —Dijo sin darle importancia —¿Te trajo Leonard?


—No, una amiga de hace tiempo, es la jefa del departamento criminalista —Katja dejó de masajear y se levantó rápido de la cama 


—¿Qué pasa? —Esperando que continuara


—Nada, es que te siento tensa y cansada, ¿quieres que te de un masaje en la espalda?


Chloe no supo qué responder, pero en el fondo realmente lo necesitaba. Solo asintió y la rubia prendió la lámpara que se encontraba en la mesita de noche cerca de la cama y buscó lo que parecía una crema.


—¿Lo has hecho antes? Digo, eso de dar masajes —Mirándola, observando cada detalle de su cuerpo, no sabía si era producto del alcohol o esa noche comenzó a pensar en lo hermosa y sexy que era. No perdió ningún detalle; su forma de moverse y como le quedaban aquellos pantalones cortos, como sus senos se dejaban ver escasamente a través de la tela ya que no llevaba puesto sostén. Trató de pensar en otra cosa, pero fue inútil. Al regresar, traía consigo una crema y ambas se quedaron mirándose. 


—Digamos que me dediqué a eso un tiempo, pero solo fue un trabajo extra para ganar dinero


—Ya veo... —Tratando de no mirarla directamente a los ojos. Katja sonrió levemente al saber que, por primera vez, la que estaba nerviosa no era ella.


—Deberías saber que debes quitarte la blusa para darte el masaje —Chloe abrió sus ojos como casi dos bombillas, haciendo que una leve carcajada de los ojos verdes se hiciera presente —Tranquila, no es como si no tuviéramos diferentes anatomías. No sabía te daba vergüenza desnudarte frente a una chica 


—No, claro que no. No me molesta para nada


Respondió rápido. Se volteó, dándole la espalda a Katja y quitándose su blusa de algodón, quedando desnuda en esa parte. Aún tenía puesto su pantalón corto. Lo primero que observó la rubia, fue un pequeño tatuaje que tenía la castaña en la espalda. Katja quedó algo impresionada al verlo, era una especie de hoja de trébol de cuatro hojas, la cual estaba adornado con varios dígitos, "1002 / 450"


—Te queda bien, no pensé que tenías un tatuaje   


—Me lo hice cuando tenía 16 años. Ya sabrás que nunca pude usar algo que dejara ver mi espalda frente a mi padre —Río esta con melancolía


—Entiendo, padres complicados. Tengo algunos también. Bueno, ¿qué significa para ti ese tatuaje?


Chloe se tumbó en la cama boca abajo, sus senos aplastados con la presión que ejercían contra la sábana y el colchón. Recostó su cabeza sobre este y trató de relajarse.


—Porque los tréboles siempre me han parecido geniales y porque se adaptan a las necesidades de cada uno. Siempre me ha gustado la cultura irlandesa y siempre lo han considerado como un talismán ya que trae buena suerte y puede ofrecer protección contra las dificultades y obstáculos del día a día. —Katja escuchaba atentamente, le parecía interesante todo lo que Chloe tenía para decirle, estaba parada mirando su tatuaje, y no solo eso, sino también la perfecta silueta que sus ojos observaban —Y los números indican un año, lo que pasa es que están invertidos, para que no sea tan obvio que es un año, pero es un "dos mil uno" invertido, es el año en que murió mi madre; apenas tenía diez años cuando eso pasó, y "450" era el número de habitación donde ella se encontraba en el hospital, donde pasó sus últimos meses de vida.


Esta vez sus ojos se posaron en su rostro, parecían triste.


—Lo siento —Dijo Katja con algo de pena


—No pasa nada, fue hace mucho 


Sin decir más nada, Kat se acercó a la cama y comenzó a masajear la espalda y el cuello de la castaña; otra vez el escalofrío en el cuerpo de la castaña se hizo presente. Por su cabeza pasaban muchas cosas, pero la sensación del momento simplemente era exquisita para ella. Luego de unos minutos de masaje algo que no imaginó que pasaría pasó. Comenzó a sentir húmeda y contraída su vagina, cosa que la hizo estremecer más. Nunca pensó que unos simples movimientos de manos en su espalda, podrían causar tal efecto. Le habían dado masajes antes en su vida, pero nada se comparaba con lo que sentía en ese instante.


A pesar de que el pantalón corto iba a interferir con sus masajes, decidió de todas formas dirigir sus manos hacia sus muslos, recorriéndolos de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Menos mal que la tela del pantalón protegía su zona intima e igual su ropa interior, porque una vez que Katja acercaba sus manos a su entrepierna, no podía ni con todo el deseo del mundo poder reprimir aquel estremecimiento y sensualidad que sentía en ese instante. La vagina de Chloe seguía desatando jugo y que, sin querer, comenzó a mojar toda su ropa interior. Apretaba los ojos fuertemente, y trataba de no sentir nada en ese momento, pero fue inevitable.


Habían pasado muchos años desde la última vez que había sentido algo así, y solo se trataba de un masaje. Pensó en levantarse y parar la sesión de masajes que estaba a punto de salirse de control, pero por otra parte, no quería y por dentro, pedía a gritos que siguiera. Katja disfrutaba del momento, conocía esa reacción y no pararía tan rápido. Quiso aumentar más el juego


—¿Te importaría voltearte, Chloe? —Nuevamente aquella pregunta la tomó por sorpresa


—Ah, ¿por qué? —Katja sonrió, al menos en ocasiones era algo inocente


—Para proseguir con el masaje, que sea completo ¿no? —Chloe no estaba segura, estaba demasiado mojada, pero no pensó que Katja se daría cuenta de ello, así que se volteó, dejando expuestos sus senos a la mirada de aquellos ojos verdes.


Al darse vuelta y tumbarse boca arriba, había dejado sus piernas ligeramente entreabiertas, sin dejar de sentir la sensación de humedad en ellas. Chloe entrecerró sus ojos, viendo como Katja como toda profesional masajeaba sus brazos. Volvió a llevar sus manos hacia los muslos, comenzando a masajear nuevamente. Sus flujos seguían escurriéndose sin parar por su vagina y se preocupó si llegaba a manchar su pantalón, que era una tela fácil de traspasar. Lo que menos quería sucedió, como el pantalón estaba algo pegado a su área genital, el líquido ya habiendo traspasado su ropa interior, no pudo evitar mancharse ligeramente el pantalón. Katja en un momento dirigió sus ojos hacia el área de su entrepierna y se percató de aquello y no lo desaprovechó.


Sus manos hicieron lo posible por llegar a su entrepierna y hacer el mayor contacto con su área. Todo hubiese sido mejor si no estuvieran esas prendas interfiriendo, pensó Katja. Sus manos seguían masajeando, a tal punto de llegar a tocar ligeramente su vagina a través de la tela.


—¿Estás bien? —Le preguntó Katja, para asegurarse de que no hubiera ningún problema, aunque si fuera el caso, la castaña lo hubiera dicho  


—Sí...todo bien —Dijo con un toque de jadeo y nerviosismo


—¿Segura? —Mirándola fijamente a los ojos.


Sus manos se posaron en su plano abdomen y comenzó a subir sus manos lentamente en dirección a sus senos.


—¿Por qué no lo estaría? Solo es un masaje —No muy convencida en su respuesta porque en ese momento lo que sentía era indescriptible.


—¿Y si en este momento se convirtiera en otra cosa? —Dijo más decidida a llevar sus intenciones más lejos. Sus manos siguieron subiendo hasta alcanzar los senos de la castaña. Comenzando a pasar sus manos lentamente por ellos, mientras sus dedos de vez en cuando rozaban sus pezones ya erectos. Chloe no dijo nada, solo cerró sus ojos, sintiendo las caricias que le proporcionaba la rubia.


Katja no se quedaba atrás, porque igual estaba mojada desde hacía unos minutos. Todo tipo de pensamientos con Chloe se apoderaron de su cabeza sin poder evitarlo. Tocarla realmente era placentero, su cuerpo simplemente era lo que su cabeza no podía sacar, o más bien, ella completa.


—Katja...creo que deberíamos parar —Estas fueron las palabras de Chloe quien la miraba fijamente a los ojos, jadeaba levemente y su excitación cada vez aumentaba más


—¿Por qué? —Ofreciéndole una mirada y sonrisa lasciva en ese momento —Sé que te gusta, Chloe ¿por qué alguien querría parar ante algo que le es placentero? —Con un tono en su voz mucho más coqueto, aumentando más los movimientos de sus manos. Su mano izquierda permanecía acariciando sus senos, mientras su mano derecha bajaba lentamente por su cuerpo, pasando toda su estructura hasta llegar a su pelvis, siguió bajando hasta que llegó al punto clave, su entrepierna. Chloe se estremeció el triple de lo que había estado todo ese tiempo. Las manos de Kat estaban sobre su entrepierna, sintiendo la humedad que había en sus pantalones. No se imaginó que el masaje le había hecho tanto efecto. Un ligero gemido salió de los labios de Chloe al sentir los dedos de Katja moverse lentamente por encima de la tela


—En serio, deberíamos parar


—No entiendo por qué, a lo mejor quieres convencerte de que no quieres esto, pero tu cuerpo te traiciona —Sus movimientos con los dedos comenzó a aumentar. Se movían de abajo hacia arriba, de vez en cuando en círculos, rozando su clítoris por encima de la tela. La estimulación fue mayor en ese momento, y sus flujos seguían saliendo sin control haciéndose más notable.


Katja intentó bajarle el pantalón, pero Chloe detuvo sus manos, ambas se miraron y Kat parecía buscar una especie de permiso para continuar. Chloe aflojó el agarre de sus manos, dándole a la idea de que podía continuar y así lo hizo. Le terminó de quitar el short, y el único impedimento en ese momento era su ropa interior mojada, en solo verla casi desnuda hizo que Katja se calentara mucho más.


—Quiero que tomes en cuenta que nunca haría nada que no quisieras, Chloe.


La castaña no dijo nada, solo haló con cuidado de los brazos a Katja haciendo que cayera encima de ella en la cama. Esta se acomodó encima de ella y ambas se quedaron mirándose unos segundos. Katja se sentía muy excitada, al igual que Chloe. Sus cuerpos en ese momento eran bastante compatibles. Kat sentía la desnudez y la respiración agitada de los ojos grises.


Katja comenzó jugando con sus labios, con las yemas de sus dedos recorría todo su labio superior como inferior mientras los miraba con gran detenimiento. Se fue acercando lentamente a ella sin dejar de mirarse, hasta que sus labios volvieron a hacer contacto después de aquella última vez, solo que aquella vez, no se quedaron en un simple contacto.


Primero sus labios se movían con suavidad, delicadeza y con timidez el uno sobre el otro, pero el beso se fue profundizando más con el paso de los segundos. Las manos de Chloe se deslizaban por el cuello de Katja mientras los de Katja se posaban en sus cabellos castaños. Sus labios en ese momento tenían la unión perfecta, ninguna de las dos quería ceder ante la tentación de seguir explorando más y más.


Chloe acariciaba su piel mientras bajaba sus manos hacia los hombros, rozando los brazos de aquella chica que la hacía estremecer a cada segundo. Luego, aquellas manos se posaron en su región lumbar, haciendo que esa vez la que se sintiera con escalofríos fuese Katja, pero al mismo tiempo sintió placer. Dejó de besarla para acercarse a su oído y morder el lóbulo de su oreja, haciendo que de sus labios saliera un leve gemido, acto seguido lo lamió para volver a besarla.


El beso se volvió más profundo,ambas querían probar más, conocer más una de la otra. La lengua de Katja fue la encargada de hacer el trabajo, trató de tocar cada rincón de la boca de la castaña, esperando que usara su lengua también, pero en vez de eso Chloe inteligente y hábilmente buscó la forma de que su boca atrapara su lengua, chupándolo suavemente. Las lenguas de ambas jugaron una con la otra mientras daban pequeños descansos para volver a besarse más lenta.


Las manos de Chloe siguieron bajando hasta llegar a las nalgas de la rubia, comenzando a acariciarlas por encima de su short. Katja abrió sus piernas al sentir las caricias en sus nalgas. Chloe buscaba tener un mejor contacto, así que entro sus manos por dentro de su short, lo cual fue sumamente fácil debido a lo elástico que era, llegando nuevamente a sus nalgas, sus manos sintiendo aquella suavidad, acariciando y apretando sin dejar de besarse. Katja gemía en sus labios; comenzaba a mover sus caderas y todo su cuerpo con cada caricia, con cada apretón, simplemente estaba excitada y buscaba más.


Las mentes de ambas estaban en blanco, no querían pensar en nada que arruinara el momento entre las dos, después de años podían tocarse de una manera diferente y ese era el momento que debían aprovechar, aunque más adelante hubieran más noches como esa. Estaban muy calientes y Katja se sentó sobre Chloe, ambas piernas se disponían a ambos lados de la castaña, viendo cómo se desprendía de su blusa y dejando ver sus senos, pequeños pero deseables y firmes. Su abdomen estaba adornado con algunos tatuajes.


—Que sexy eres —Katja sonrió ante el cumplido, mientras las manos de la castaña recorrían su abdomen, llegando a sus senos y acariciándolos por un momento. Los ojos verdes regresaron a su posición principal, volviendo a besarla.


Todo parecía perfecto esa noche, pero algunas cosas no se pueden predecir por más que se quieran. El teléfono que se encontraba en el apartamento comenzó a sonar, haciendo que al menos Chloe reaccionara de inmediato. Quiso levantarse, pero Katja la detuvo, reteniéndola a través de sus hombros. 


—No respondas, ya es tarde —Poniendo una expresión casi de súplica, el teléfono seguía timbrado sin cesar. Katja esperaba que se cayera la llamada rápido


—¿Y si sucedió algo?


—No creo que haya pasado nada, Chloe


—Es raro que llamen al teléfono, debo responder —Intentó nuevamente levantarse, pero Kat seguía sobre ella


—Vamos Kitty, déjame levantarme


—Estoy segura que en cuanto te levantes de esta cama, cambiarás de opinión —Chloe no dijo nada, solo intento quitarla de encima. En ese momento el teléfono ya había dejado de sonar


—¿Ves? Ya no van a insistir más —Pero lamentablemente el teléfono después de unos segundos volvió a sonar. Chloe en un movimiento rápido la tomó de la cintura y la desplazó hacia el otro lado de la cama, haciendo que Katja cayera acostada en la cama. Chloe se vistió rápidamente y se dirigió hacia la sala y tomó la llamada, era Leonard.


—¿Qué pasa, Leo? —Tratando de mantener la compostura y evitar no hablar de manera agitada


—Hola baby ¿Estabas dormida? —Desde la otra línea


—No, no, no, solo estaba...haciendo algunas cosas antes de dormir —Sonrojándose levemente al recordar lo que estaba pasando


—¿Por qué suenas agitada y nerviosa? —Chloe intentó no darle ninguna pista, Leo era astuto intuyendo cosas, lo que menos quería era darles idea en la cabeza


—Estaba haciendo algo de comer, me moría de hambre y no es que hubiera mucho en el refrigerador, pero al menos me sirvió para controlar mi estómago, es por el calor y por correr a la sala ya que te notabas insistente al llamar, claro que si hubiera estado durmiendo tendrías de regalo una golpiza —El rubio río desde la otra línea


—Solo quería saber si habías llegado con vida, aunque nunca dudé de que Amelia te cuidara bien


—Pues no fue algo del otro mundo, ella me trajo sin ningún tipo de problemas.


—¿Pasó algo entre ustedes dos?


—¿Por qué crees eso? —Frunciendo el ceño por tal pregunta


—No lo sé, años sin verse y esas cosas, me imagino que ustedes tenían mucho de qué hablar.


—No hablamos mucho que digamos, y no creo que tengamos nada de qué hablar


—Vamos Chloe, a mí no me puedes engañar, ¿sabes? Entiendo que estés enojada con ella, pero no es momento de que te pongas en modo ogra con Amelia, recuerda que me hiciste dar los pasos con tu hermana, deberías hacer lo mismo.


—¿Por qué te interesa tanto Amelia? Ella y yo no creo que tengamos algún tipo de relación ya, hace tiempo que terminó y claro, no pienso ignorarla ni nada por el estilo, pero no creo que alguien como ella deba involucrarse con alguien como yo, además ¿por qué estamos hablando de esto por teléfono? ¿No tienes algo mejor que hacer? ¿Dónde dejaste a mi hermana?


—Está aquí conmigo, salimos del club hace un rato y ahora estamos en un lugar más privado —Leonard reía travieso 


—No pierdes tiempo, eh. Espero no tengas en la mente el jugar con mi hermana


—¿Por qué crees que haría eso? Me ofendes, pensé que me conocías


—Porque ustedes siempre han tenido una relación de perros y gatos, cada que se separan no perdías tiempo en buscar una nueva cita


—No creas que tu hermana y yo hemos estado tanto tiempo juntos como pareja, y no soy un hombre irrespetuoso para hacerle eso a las mujeres, mucho menos a tu hermana


—Eso espero —Ambos se quedaron en silencio un momento —Debería irme a dormir, tú deberías hacer lo mismo o hacer lo que tengan que hacer, hablamos mañana


—Cambio y fuera


La llamada había finalizado y Chloe se quedó parada allí sin hacer o decir nada, en ese momento no tenía valor de ver a la cara a Katja luego de lo que había pasado entre las dos, aunque no pasó a más, pero algo había pasado.  Imaginó que el beso que le había dado antes había desatado todo tipo de cosas entre ambas. Se volteó y caminó lentamente hacia la habitación donde ella estaba, pero se dio cuenta que ya estaba nuevamente cubierta por la sábana, eso le hizo pensar que la noche entre ambas había terminado. Suspiró profundamente y regresó a su habitación. Katja por su parte sintió la presencia de Chloe, pero no dijo nada, solo quería dejarle entender que la noche había finalizado.

Notas finales:

Feliz fin de semana e inicio de semana


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).