# Capítulo 11: Las tardes de Jonathan y Adam. #
A la mañana siguiente, Adam se sentía morir. Y es que amaneció con un fuerte dolor de cabeza por tanto llorar el día anterior. Todo le daba vueltas, incluso tenía fiebre y estaba bastante deshidratado. En verdad se sentía mal.
-Adam, te prepararé un café con canela. Espero te sientas mejor.
-Gracias Alejandra.
Para fortuna de Adam el café con canela era su remedio universal. Y Alejandra sabía eso a la perfección, por eso cada vez que se sentía mal ella preparaba la bebida favorita de su amigo. Y de alguna forma misteriosa, parecía siempre dar resultado.
-Si te falta azúcar...
-No, esta perfecto así. Siempre sabes la cantidad que me gusta. Muchas gracias Alejandra.
-Me alegro-. Responde angustiada-. Preparé la olla grande por si gustas repetir.
-Disculpa.
-A mí también me gusta así que dejémoslo así ¿de acuerdo?
-Me parece.
Jonathan y Daniel seguían con las prácticas de la obra. Ya faltaban pocos días para presentarla. Todo estaba listo, incluido el vestuario que fué amablemente donado por la dueña de un teatro local que cerró hace muchos años.
-Bien, esta será la última práctica que tendremos en el salón-. Menciona la profesora-. Así que lo harán con sus disfraces.
Jonathan robo miradas y suspiros de todas sus compañeras, incluso de niñas de otros salones. Y es que agregando que él era muy popular en la escuela, el disfraz realmente le sentaba bien. Por otra parte Daniel no solo llamó la atención de las niñas, también se robó la de sus compañeros quienes sin querer admitirlo, quedaron embelesados con su disfraz. Ya que como chico es muy popular como "niña" no se quedaba atrás. Era por mucho la más bonita y más aún cuando se sonrojaba por la vergüenza.
-Es muy incómodo Jonathan y me siento raro.
-Pero te ves bien.
-¿En serio?
-Si-. "Aunque me gustas más como estas normalmente" pensó e inmediatamente reflexionó sobre ello.
-¿Jonathan?
-Ah, si. ¿Empezamos?
-¡Si!
《"¡¿Me gusta más como es normalmente?! ¿Por qué pensé eso? Quien me gusta es Ana》
-¡Vamos Jonathan!- lo toma de la mano mientras le sonríe dulcemente.
《Y... ¡¿Por qué mi corazón late tan rápido?》
-¡Adam! ¿A dónde vas?
-Voy a visitar a Jonathan. Quedamos en que íbamos a ver algunas cosas.
-¿Y ya te sientes mejor?- pregunta preocupada.
-Si.
-¿De verdad?
-Claro.
-Bien~, pero ten cuidado.
-De acuerdo. No te preocupes Alejandra.
-¡¿Y me dices eso?! ¡Anda, vete ya antes de que a tu hijo y a mi nos llegue el arrepentimiento!
-Regreso rápido.
-¡Con calma! ¡Con calma! Recuerda que aquí te estaremos esperando.
Jonathan observa el piso de su casa pensando en lo que había sucedido en la mañana. Daniel ha sido su amigo desde que tiene memoria, puesto que los padres de ambos fueron compañeros y amigos en su época de estudiantes. Era normal que le tomara cariño pero, hace poco había notado que ese sentimiento era algo más que amistad.
-Dani...- Suspira y observa el reloj de pared. De pronto recordó que había quedado con Adam de verse ese día ¡y ya era la hora acordada! Pero... ¿qué tal si llegaba tarde? Eso le ayudaría a preparar aunque sea algo sencillo para su invitado. Si, eso haría, algo sencillo. Pero las cosas no siempre resultan como uno desea y el timbre anunció la llegada de Adam.
-Tal vez no sea él-. Sonríe nervioso-. ¡¿Quién?!
-¡Adam!
-¡Si es!- Da tres vueltas en círculos y después abre la puerta-. Bienvenido.
-Gracias. Ten, son para ti-. Le extiende una bolsa con muchas congeladas-. Hace un chingo de calor.
-Muchas gracias-. Toma la bolsa y lo abraza-. Yo no hice nada de comer, soy todo un distraído... Lo siento.
-¿Por qué? Al contrario-. Sonríe dulcemente mientras acaricia su cabeza-. Tú me estás ayudando y no sólo ahorita. Cuándo creí que solo podría ver a Dani metiéndome a la fuerza por su ventana en las noches pues, tú saliste con una mejor idea y claro, más legal ¿verdad? Y precisamente por eso ando aquí de jodón. Así que el que debe de pedir disculpas soy yo.
-¡No!
-Entonces aquí no hay tos. ¿Tú tienes hambre?
-No, pero tengo que preparar la comida para mis papás.
-¡No chingues! ¡¿Y te la dejan a ti?!
-Si, pero estoy bien-. Sonríe ampliamente.
-Entonces te echo una mano.
-Pero...
-Así sirve que matamos a dos pájaros de un tiro. Y no me aburro.
-¡Gracias!
Adam y Jonathan comenzaron a cocinar mientras el menor platicaba todo sobre lo que le gustaba a Daniel.
-Umn... entonces su grupo favorito es Luna Sea. No los conozco.
-¡Yo tengo un CD de ellos! ¿Quieres escucharlos?
-Si, sería buena idea.
Jonathan va corriendo a su habitación y regresa con el disco en sus manos. Lo pone en el reproductor y le sube para que se escuche mejor.
-Suenan chido.
-¡¿Verdad que sí?!
-Eh~ ya veo que también te gusta.
-Si, al igual que Dani es mi grupo favorito.
-Ya veo porque.
Después de haber escuchado todo el disco y repetirlo una vez más, ambos terminan de cocinar.
-¡Sabe delicioso! Nunca me queda así la comida. Gracias Adam.
-Tú hiciste la mayor parte, además hacía mucho que no cocinaba con alguien.
-Es la primera vez que me divierto tanto haciéndolo.
-Yo igual.
El niño saca del congelador las congeladas y entre ambos terminan con ellas.
Esa tarde sin duda alguna había sido de las mejores para Jonathan, el podía entender porque Daniel quería tanto a Adam y no sólo eso, la admiración que sentía hacia él fué creciendo aún más. Y a partir de ese día fueron compañeros de cocina. Ya que Adam decidió ayudar al pequeño con esa y otras tareas del hogar. Fortaleciendo así, su amistad.
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