# Capítulo 24: Lágrimas nocturnas. #
Era pasada de la media noche y Adam seguía despierto. Tenía muchas cosas en que pensar.
-Adam- susurra Jonathan- ¿estas despierto?
-Si- responde de igual manera- ¿Se te ofrece algo?
-Mnh... pues...
-¿Quieres hablar? Si gustas podemos ir a otro lado.
-¿No te molesto?
-Para nada, me hará bien estirarme un poco. Anda, vamos- lo toma de la mano y se lo lleva a la sala- ¿Aquí estas más cómodo?
-Si, gracias... Adam.
-¿Qué pasó?- pregunta con una cálida sonrisa.
-Sabes lo de mis papás, ¿verdad?
La afirmación sorprendió de momento al chico, al principio no supo si responder con la verdad, pero al ver la seguridad en la mirada de Jonathan decidió responderle sin rodeos.
-Si.
-Lo sospeché. No al principio, pero... al pensar un poco más...- suspira- ellos... no se supone que debieran regresar a esa hora. ¿Por qué?- se acerca más a Adam para abrazarlo- ¿Por qué regresaron?
-Jonathan...- se limitó a acariciar su cabeza.
-Mis papás me trataron muy mal, pero... aún así ellos... ellos eran mis padres- finalmente suelta en llanto. No podía hablar de eso con nadie más. Así que tener a Adam a su lado era un gran alivio para él-. Por eso... quiero terminar con este dolor. Saber si realmente me querían y así poder atesorar su recuerdo o... sino era así...- se aleja un poco de Adam para mirarlo a los ojos- dejar de llorarles.
-¿Estas seguro? Han pasado apenas unas horas y...
-Estoy seguro. Yo... yo quiero saber la verdad y mejor ahora que me siento listo para cualquier cosa y no después cuando sea más difícil de asimilar. Tú... ¿me acompañarías?
-Claro, vamos.
Ambos suben a la habitación de los señores y por primera vez Jonathan usa la llave para abrir la puerta a la que antes no le era permitido entrar.
Lo primero que ven es un cuarto enorme, bien decorado a diferencia de la de su hijo que apenas si tenía lo necesario. La cama era una King size. Habían algunos cuadros y en el buró algunas fotos de Enrique, una de niño, otra de adolescente, una un poco más maduro y otra de la actualidad.
-Creí que encontraría una foto de ellos- dice Jonathan sorprendido ante el hallazgo- pero... esto parece un tributo al tío- sonríe nervioso.
-Amh...- Adam simplemente no supo que contestar. Era tan raro que a pesar de estar casados no hubiera fotos de ellos, solo de su padre. Pero... ¿por qué?- quizá... quizá le estaban muy agradecidos... o...
-¿Pero no es raro esto? Digo, sospechaba que mis padres no tendrían una foto de mí, pero... ¿tampoco de ellos? Creí que se amaban. Pero esto para nada parece el cuarto de una pareja.
-Es verdad.
-Creo que hay cosas que es mejor no saber. Ya hasta me sentí mal de hacerte entrar.
-No, descuida. Yo... vaya, será mejor que cerremos.
-Estoy de acuerdo.
Ambos salen de la habitación y cierran la puerta para después irse a la cama.
-Te prometo que no hablaré con nadie de esto.
-Gracias... aunque si se lo dices a alguien no me voy a enojar. Después de todo... ni yo se como reaccionar ante esto. Ya hasta se me quitaron las ganas de llorar- sonríe- que curioso ¿no?
-Te entiendo... vaya, en serio que te entiendo.
-¿Crees que tengan más cosas del tío?- Adam voltea a verlo y sonríe.
-Igual y sí. ¿Tú que crees?
-Yo pienso lo mismo- responde el gesto-. Ahora si podré dormir bi...- Daniel se voltea aún dormido a abrazarlo- ¡Ah! ¡Adam, yo... lo sient...!
-¿Por qué? Dani te quiere, en natural que te abrace.
-Pero...
-No tiene nada de malo. Los dos queremos a Dani y con suerte el también a nosotros.
-¿Entonces no te molestaría compartir su amor?
-Si es contigo, para nada- sonríe travieso mientras pica cariñosamente la costilla de Jonathan- pero supongo que no lo habías pensando recién ¿verdad?
-Si- suelta una risita nerviosa-, tienes razón. Era lo que te quería decir la otra vez que la tía llegó.
Adam cubre su boca intentando silenciar la carcajada que amenazaba con salir.
-Esto es tan...- se escapa una risita- si supieran... ellos... ellos no me dejarían dormir así con ustedes.
-¿Por qué?
-Pues... neta, solo un pinche pervertido se mete en un trío amoroso con dos niños. Y todavía...- se le escapa otra risita- lo que es peor aún, se mete a dormir en la misma cama que ellos.
-¿Y qué tiene de malo?- pregunta sin entender aún el punto.
-¿Me preguntas neta?
-Sí.
-Bien, ahora si te hablaré serio. Mira Jonathan, no es sano que una persona mayor ya sea hombre o mujer se acerque más cariñoso de la cuenta. Umn...- piensa cuales podrían ser las palabras correctas para hacerle entender sin querer ser tan explícito-. Verás, si alguien te toca por un largo tiempo que más bien parezca una caricia y te haga sentir incómodo, aléjate de esa persona y cuéntale a quien más confianza le tengas. Me gustaría decirte que le des un pinche putazo por marrano pero mejor eso lo dejo a tu criterio. Después de todo no se sabe si el culero va a venir armado, así que correle, lo más rápido que puedas... hacía- ve al techo y vuelve a mirar al niño- corre hacia mí. Yo me encargo del cabrón. Y en serio. En serio, en serio ¿eh? Puedes contar conmigo para lo que sea. Para platicar; desahogarte; esconder un cadáver, lo cual espero nunca pase... no sé, lo que sea ¿si?
-Gracias Adam... muchas...- respira hondo- de hecho...- se sonroja hasta los oídos- eres la persona en la que más confío- después de todo es su ejemplo a seguir. La persona que más admira y por supuesto, su héroe.
-¿Yo...?- Adam se había conmovió casi hasta las lágrimas, aquellas palabras lo habían hecho muy feliz. De no ser porque apretó su otra mano, ya estaría llorando. No entendía como es que se había vuelto tan sensible. Pero no era algo que le desagradara. Al contrario, lo hacía sentir una mejor persona.
☆
Alejandra había mentido, pero ella realmente deseaba que se quedara con los niños. Sabía que la compañía de Adam les haría bien, eso y el que pudiera quedarse un poco más para conocer a sus padres.
-Aunque me siento muy solita- suspira pesadamente- ay no- niega con la cabeza- ¡ni se te ocurra deprimirte! Bien, bien. Veamos... ¡Ah! Ahora sí, ¡voy a jugar toda la noche! Prepárate Ramza que aquí llegó tu Alma- sonríe traviesa- ¿o tú Delita? Nah~ Alma o Delita, ¡ambos me gustan!- gira en el piso- amores prohibidos~ amores prohibidos~. Umn... amores prohibidos ¿eh? Adam... ¿se lo dirás a tus padres? Espero que no sean muy severos con él. No es como si hubiese buscado esto. Adam simplemente se enamoró de Dani, además... el conocerlo lo cambió para bien. Es verdad que nos conocemos de años, pero solo hasta ahora soy capaz de conocerlo bien. Es más abierto, sincero, expresivo y...- sonríe- alegre. Por fin lo veo sonreír todos los días, Dani es la medicina que Adam siempre necesitó. ¡Y claro! también Johnny, son unos niños maravillosos a los que siempre les estaré agradecida. Por eso, deseo de todo corazón que puedas pasar más tiempo con ellos.
☆
Jonathan le había llamado a José contándole lo ocurrido. Y a pesar de haber pasado horas de eso él no lograba pensar en otra cosa. Estaba preocupado por el pequeño ¿y cómo no? Si él comprendía el dolor por el que ahora estaba pasando.
-Madre...- hacía ya un tiempo que no lloraba por ella. Pero al recordar todo lo que le cuido, lo mucho que le amo y todos los momentos felices que pasó con ella, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Extrañaba locamente a su madre, necesitaba sus abrazos, sus besos y sus cálidas sonrisas. Lo peor de todo es que con el paso del tiempo comenzaba a olvidar su rostro. Era tan triste que no tuviera una foto de su madre, por eso comprendía también el porque su amigo Damián se hiciera fotógrafo. Ya que él tampoco tenía una foto de la mujer que tanto amo. Y aunque pareciera enfermo para muchos, también entiende el porque saca una foto diaria de Alejandra- por un momento dejó las lágrimas para sonreír levemente al recordar el momento en que descubrió su secreto. Damián lo había invitado a su casa como ya es costumbre y entre juegos de empujones amistosos terminaron tirando al piso un álbum con fotos. Todas y en serio TODAS de Alejandra. El pobre hombre se había quedado paralizado. Eso a todas luces se veía mal y ese no era el punto. Damián sólo quería compensar el tiempo con su hija y cada una de esas fotos tenía el permiso de Alejandra para sacarla. Pero a la vista de cualquiera eso era vil acoso hacia la jóven y quizá hasta una asquerosa perversión de toques loli. Pero para José no era así, para él era amor paternal, puro y tierno. Y después de aquél vergonzoso momento, su amigo le contó la historia de cada foto, increíble pero cierto, recordaba la historia de casa una de ellas.
-Eres un caso Damián- suelta una risita y finalmente deja de llorar. Adam, Alejandra, Damián, Minerva y ahora Jonathan siempre era alguno de ellos quien lograba hacerlo sonreír.
☆
Jonathan no había dejado de pensar toda la noche y sin querer llegó a una conclusión, que quizá... sus padres amaban al tío Enrique. Primero creyó que sólo su mamá, pero al dejar fluir un poco más sus ideas, recordó que su padre y el tío Enrique habían sido amigos de toda la vida y quizá le había pasado algo como a él con Daniel. Y así todo tenía sentido, por ello lo comparaban siempre con Daniel, porque después de todo, es el hijo de la persona que quieren. Y no estaba tan lejos de la verdad, pero las cosas eran algo distintas a lo que imaginaba.
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