# Capítulo 39: ...Adam. #
-El... el señor Marcos...
Adam no necesitó más, entendió lo que había pasado, así que lo estrechó con fuerza para que no cayera, sentía el cuerpo del chico tan débil y vulnerable. Enrique ya no podía hablar, lloraba con tanta fuerza. Y a pesar de que hacía un frío que helaba hasta los huesos, Adam se quedó allí en silencio. Le destrozaba el corazón ver llorar a su amigo, el cual veía más como un hermanito. Así que poco o nada le importaron las miradas de reproche que lanzaban hacia ellos. Creyendo seguro un millón de cosas lejos de la realidad.
...
Luego de lo que pareció una eternidad, Enrique finalmente dejó de llorar. Le dolía horrores la cabeza y Adam ya no sentía su cuerpo, estaba todo entumecido por la posición en la que quedaron y el frío que los acompañó todo ese tiempo.
-Lo... lo siento Adam... yo...
-Será mejor que te lleve a casa. Intenta dormir un poco o caerás enfermo.
-Disculpa, muchas gracias.
Ambos subieron al coche y quedaron en completo silencio. Cada quien con sus propios pensamientos hasta que Enrique se durmió pasados unos minutos, mientras que Adam seguía tras el volante reflexionando en lo equivocado que estaba. Envidiaba a Enrique por pensar que era afortunado de tener el amor de Samantha y a un bebé fruto de ese amor. Pero jamás se puso a pensar en lo difícil que debía de estar pasándola en esos momentos, sin el apoyo de los padres, con la preocupación de que se den cuenta; trabajando en un horrible lugar y mil inquietudes más. Y aún con todo eso, se daba el tiempo de preocuparse por otros. Incluso en todo ese tiempo jamás lo había visto irritable por el estrés o por el cansancio que seguramente llevaba cargando.
-Chiquillo tonto... -frunce el ceño- cuida más de ti.
...
Al llegar a casa de Enrique, Adam lo despertó para que subiera a su habitación. Habría deseado dejarlo estar en su casa, pero prefería no darle problemas con su familia, así que lo tuvo que dejar.
-Gracias Adam, disculpa por... las molestias.
-¿Qué molestias? -acaricia su cabeza- Somos familia, ¿no? -sonríe dulcemente.
-Adam... -responde el gesto, por fin volvía a sonreír- ¡Sí!
-Ahora ve, intenta dormir un poco.
-Igualmente.
Enrique subió más animado a su casa. Adam esperó unos minutos más y luego se fue de allí con muchas cosas en que pensar.
☆☆☆
Dos años habían pasado. Adam había nacido bien y algunos amigos del profesor ayudaron como testigos para el acta de nacimiento y poco después fueron sus padrinos.
Durante ese tiempo Adam fue quien cuidó en su casa del bebé, siendo visitado por los padres en todo momento. Aún no podían decirles a sus familias del pequeño, ya que seguramente los obligarían a darlo en adopción. Así que se esforzaron por dar lo mejor en el bachillerato y el trabajo.
-¡Profesor! -entra corriendo Samantha- escuche gritos y...
-¡Tú! ¡Hi...!
-¡Suficiente! -Adam cubrió su boca y sacó cargando a la mujer que estaba con él- Quédate aquí, regreso en un momento.
-Si...
Unos minutos después Adam regresó.
-¡¿Está bien?!
-Si, disculpa por eso. ¿Cómo está mi bebé? -el profesor lo toma entre brazos dejando en blanco a Samantha. Más de una vez había dicho "mi bebé" y no precisamente refiriéndose a un externo. Adam se había involucrado quizá de más en esta cuestión. ¿Pero cómo decirle algo? Si ciertamente lo cuidaba como un verdadero padre.
-Profesor...
-¿Sí?
-Ah... pues... nada -debían de ser alucinaciones suyas. Seguro eso era. No podía ser tan paranoica con alguien que les había ayudado tanto... ¿o si?
......
Enrique y Samantha querían darle una sorpresa al profesor y es que en unos días sería su cumpleaños.
-El pastel no va a salir hasta la tarde -comenta Enrique- creo que llegaré después.
-De acuerdo. Ya todo lo demás parece que también esta.
-¡Que bien! Esperemos este año si se pueda celebrar.
-Por favor que así sea. El año pasado estuvo horrible.
-Es verdad. ¡Por favor no más fugas de gas!
...
Al día siguiente la pareja fue a la casa de Adam, pero ni él ni su hijo estaban. Solo encontraron una nota que decía.
"TENGO QUE COMPRAR MATERIAL PARA LA CLASE, ME LLEVE AL BEBÉ, NO SE PREOCUPEN, REGRESO
APROXIMADAMENTE A LAS SEIS"
-Entonces en una hora y media más o menos -dice Enrique.
-En ese caso, lo espero.
-Yo también.
......
Habían pasado tres horas y el profesor aún no regresaba.
-Enrique, ¿crees que les haya pasado algo?
-No lo sé. Esperemos no sea el caso. Pero por cualquier cosa mejor ve a casa. Te llamo al rato en cuanto tenga noticias.
-De acuerdo. Pero por favor avísame, te lo encargo mucho, ¿si?
-Ve tranquila -sonríe dulcemente.
-Gracias.
......
Era más de media noche y Samantha no había recibido aún ninguna llamada.
-¿Qué está pasando? Chicos, por favor... que todo este bien.
...
Ya había amanecido y Samantha no pudo pegar el ojo en todo el día.
-¡Tengo que ir a verlos!
Apenas eran las cinco y Samantha salió corriendo a toda velocidad para tomar un taxi e ir a la casa del profesor.
-¡Enrique!
-Aún no han regresado.
-¿Qué? Esto... esto no puede estar pasando -ella comenzó a llorar- Por favor que no sea verdad.
-Intenta dormir un poco. Te ves cansada.
-No puedo. Enrique...
-Entiendo. Pero debes de ir a clases o sino...
-¡¿Qué me importan ahora las estúpidas clases?!
Ambos se miraron sorprendidos.
-Lo siento, no quise...
-No te preocupes, sé... sé que esto es muy difícil. Así que... esta bien.
-Enrique... en verdad lo lamento, tienes razón, será mejor que vaya a clases.
Samantha salió del lugar avergonzada y es que jamás le había gritado a Enrique. Además la cara de él... parecía como si en cualquier momento se fuera a soltar a llorar.
......
Al terminar las clases, inmediatamente Samantha fue a la casa de Adam esperando tener alguna noticia. Pero no fue así. Enrique seguía ahí, junto a los padrinos del pequeño. Ellos también estaban preocupados. No habían tenido ni una sola noticia de él.
-Chicos, será mejor que vayan a casa. Por el momento no se va a poder hacer nada y aún tenemos que esperar a que pasen más horas para reportarlo como desaparecido.
-Por favor llamen en cuanto tengan noticias. No importa la hora.
-Lo prometemos.
......
Era la hora de la cena y como era costumbre, el padre de Samantha puso las noticias en la tele.
Ella no puso mucha atención a lo que decían hasta que vio uno que la dejo fría.
"PROFESOR DE SECUNDARIA SECUESTRA Y MATA A INFANTE. HABITANTES DEL LUGAR LO LINCHAN"
-¿Qué? No...
"EL PROFESOR ADAM..."
Samantha quería gritar, pero tenía esperanza en que eso solo fuese una pesadilla una terrible pesadilla.
-¿Hija?
¿A quién engañaba? Esta no era más que la realidad.
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