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Tardes Negras por Mascayeta

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POV TAKAHASHI MISAKI


Me levante sin querer trabajar, pero era necesario alejarme de la nueva imagen de esposa perfecta que Nyoko quería imponerme. El control del embarazo era en dos semanas, ya eran 4 meses de gestación así que podríamos saber el sexo del bebé.


Pronto estuve listo para iniciar el día que tenía en la bolsa de Tokio, las acciones de los socios de la empresa debían ser mi prioridad. Dándole un sorbo al café salí sin hacer ningún otro gesto a la mujer que me miraba esperanzada por mi aprobación, el teléfono me salvo de cualquier conversación.


Mientras consumía los alimentos, di varias instrucciones a mi secretaria. Al final agradecí y salí sin más conversación.


En la sala lo vi, siempre me impactaba su presencia. Cuando lo conocí a los diecisiete me pregunté porque mi hermano no se había fijado en él, simplemente la respuesta era la misma que identificaba mi bisexualidad, ¿por qué no pude resistirme a mi actual cónyuge? O tal vez era solo era que lo que me gustaba de él, no era lo que le llamaba la atención a Takahiro.


Escuche lo que buscaban de mí, lo mire tratando de entender lo falso de la excusa, pero que más podía hacer sino sonreír tontamente ante las explicaciones que su asesor financiero quería darme. Me levante y le pedí hablar a solas con el señor Usami, tan pronto nos dejaron solos, me voltee para hacer lo que él me pedía y yo necesitaba desde que lo deje en la habitación de ese hotel.


Pronto me vi acaballado en su cintura, lo necesitaba tanto o más que él a mí. Antes de permitirle seguir


- ¿Aceptaras mis condiciones sin negarte a lo que pida? – Akihiko me miró extrañado, lo máximo que podía hacer era decir que no, así que con más confianza por sentir la creciente erección dentro de su hermoso traje Armani, hice el amague de querer bajarme. – Si no respondes, el trato queda aquí y te recomendare a alguien más.


Usami sabía que lo estaba manipulando, pero él había venido a mí, así que ¿por qué no presionarlo?


Sin permitir que descendiera, asintió. Era suficiente por ahora. Si las dos personas en quien había depositado mi amor me habían engañado y mentido, este era el momento apropiado para vengarme de ambos. Lo bese con delicadeza, tratando incluso de simular algo de la inocencia que tenía años atrás, más que suficiente para verlo firmar la rendición.


“No más Misaki bueno” – reí al pensar en la frase de aquel cuento de hadas donde el dolor y el resentimiento lograron cambiar al antagonista… ese papel lo representaría a partir de hoy, me había dado la oportunidad sin siquiera buscarla.


Los golpes en la puerta nos hicieron recordar el lugar. Separándonos deje entrar al hombre que hablo sobre la necesidad de marcharse porque se acercaba la hora de la entrevista.


- Firmaremos los papeles tan pronto los envié. Bienvenido a la empresa, su dinero quedo en buenas manos – dije con una gran sonrisa, una reverencia que permitió a Usagi-san ver mi trasero en la posición que sabía deseaba tenerme, luego los acompañé hasta la salida.


Una vez solo eche mi cabeza para atrás en la silla giratoria para ver el cuadro que la hija de Kirishima me había regalado, una representación hermosa de una escena del libro Shakespeare “La Tempestad”, para mis parejas este nuevo yo los haría vivir cada una de las agresiones de esta.


Recordando a mis otros clientes, comencé mi jornada de trabajo, nunca había sido de atacar, siempre me dejaba llevar por la situación, pero si quería seguir adelante, la única forma era poder sacarme del alma este dolor.


 


El tiempo pasa más rápido de lo que creemos, ahora estoy viendo como el pequeño feto se mueve dentro de esa caja que en 3D me permite saber que es una hermosa niña. “Mi niña”, quise pensar, pero a pesar de la alegría de mi corazón sabía que no me pertenecía. La doctora continúo hablando diciendo todas las cosas que debíamos tener en cuenta ahora que mi esposa entraría al sexto mes…era una burla que le hizo voltear el rostro para ver mi expresión.


Seguí como si no hubiese escuchado nada, me reí estaba tan feliz que nadie podía negar que era mi hijo. Esto tranquilizo a mi esposa. ¿Cuántas más mentiras? El embarazo estaba ubicado en su cadera, así que por más que avanzara de manera normal solo parecería que hubiese subido de peso, para los últimos meses el bebe se acomodaría y de pronto veríamos como su vientre se expandiría, pero podía no pasar… mientras el desarrollo fuera normal, no importaba si pasaba o no.


Salimos y evite cualquier comentario, maneje en silencio hasta la casa. La reconocería como una Takahashi, el semáforo cambio y escasamente tuve tiempo de frenar ante el grito de Nyoko. La pareja que paso delante del automóvil la hizo palidecer. El hombre se detuvo por unos instantes y le sonrió, ella se sonrojo para girar el rostro.


Por lo menos era atractivo, su cabello de un extraño color plata y sus ojos de un hermoso dorado. Así que mi hija podría ser igual a él, no me importaba. Si mis genes fueran más dominantes que los suyos, nadie se daría cuenta del engaño.


Arranque tan pronto la luz me dio el paso, seguía temblando por el encuentro, sus lágrimas seguían cayendo en silencio. ¿Lo amaba tanto? Entonces por qué tantas mentiras.


La acompañé al cuarto y me dirigí a mi habitación, desde nuestro regreso después de saber que me engañaba, no compartía nada con ella. No podía y menos hoy que confirme lo que ya sabía. Me bañe y cambie, necesitaba un escape. Marque el número de Ijuuin pero colgué antes de que siquiera entrara la llamada, él hacía años había encontrado alguien que lo amaba y daba su vida por él, no debía interferir en su felicidad, no era justo volver a aparecer y pedirle un poco de distracción.


¿Cuál bisexualidad? Soy gay y eso me lo dice mi cuerpo cada vez que quiero buscar como vengarme de mi esposa, entonces hice lo que debía hacer.


- En treinta minutos estoy en tu casa.


Llegue en menos, todavía tenía la llave que me dio cuando éramos amantes. Lo vi en la escalera con la camisa encajada y el chaleco puesto, maldita sea, ¿Por qué seguía tan sexy?


Me desvestí sin reparo, mientras llegaba a su lado, tomé su boca para repetirle sobre la misma.


- Por favor, hazme tuyo.


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