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Tardes Negras por Mascayeta

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POV Usami Akihiko

Misaki esta derrotado, hundido en la melancolía de la perdida de su bebe, porque era de él. Nunca pensé que alguien podría hacer tanto daño, la odie cuando lo vi llorar, pero me odie más al saber que yo lo obligue a tener esa desilusión.

Lo acompañe hasta su casa, el apartamento se hallaba en un terrible estado, la comida en el refrigerador estaba en su mayoría echada a perder, la ropa estaba por todas partes, las bolsas de residuos se acumulaban una al lado de la otra… aunque no soy muy dado a las labores hogareñas, sabía que debía poner un poco de orden al lugar.

La habitación no estaba mejor, medio acomodó las cobijas y me avisó que se bañaría. Estaba en depresión, si no tuviese su trabajo quizás estaría metido en su cama sin pararse siquiera a comer. Una llamada basto para poder cambiar un poco el aspecto de la vivienda; antes de que se dé cuenta de mi intervención opte por cambiar las sabanas mientras estaba en el baño y que al salir pudiese dormir tranquilo.

Me sonrió con algo de lastima, pero entendió mi mensaje.

- ¿Estarás aquí cuando despierte? – asentí. Una promesa que cumpliría, pero en la que necesitaba que él me abriera su corazón.

Se acomodo en el lecho, a su lado me recosté para acariciar su húmedo cabello. Procure seguir secándolo con delicadeza para que no se resfriara, se fue quedando dormido entre mis brazos como hacía tanto tiempo sucedía.

¿A qué te lleve mi bello amante? Los golpes en la puerta me trasladaron a la sala, di las indicaciones del caso y regresé al cuarto; sin embargo, no pude evitar ir a la habitación que estaba al lado de la suya… nunca pensé ver tanta destrucción en un sitio tan pequeño. El papel tapiz rasgado, los muebles astillados, los muñecos, la ropa…todo era caos.

Cerré para regresar a su lado, aun dormido lloraba, la llamaba. ¿Tanto deseas un hijo Misaki? Algo que si seguía conmigo nunca podría tenerlo.

Esa noche lo acompañe, pero me debatía si seguir en su vida o desaparecer nuevamente, permitirle encontrar una nueva ilusión y que pudiese tener el hogar que tanto quería.

Su caricia me despertó, pude ver sus ojos verdes tranquilos un poco enrojecidos por el llanto nocturno, pero con un nuevo toque de vida. Pase mi mano por su mejilla para él colocar la suya encima y besarla suavemente, es tan grande en comparación a su cara.

- Gracias por todo, necesitaba esto – me dijo con calidez. Si supiera mi decisión no me lo diría, otra vez voy a dejarlo solo.
- Viajare a Londres, me traslado definitivamente a Inglaterra.

Sonrió, era como si se lo imaginara. Como si entendiese que huía de él.

No hablamos más del asunto, el desayuno lo preparamos conversando de cualquier tontería, el clima, las finanzas, su cumpleaños.

Salí a las diez para mi apartamento, debía organizar mi partida, no solo en mi vida personal sino también en la laboral.

En la medida que comencé a empacar noté cuantas cosas aun tenia de mi pequeño. Soy un estúpido, alguien que no tiene la suficiente fortaleza para enfrentarte. No es que sea difícil retenerte, es que no sé cómo. Deseo cumplir cada uno de tus deseos, pero no puedo complacerte en el que más anhelas.

Fue así como llene cada caja con mis intenciones de hacerte feliz y con las pocas fuerzas que me quedan por saber que tengo que apartarme otra vez de ti.


Los días pasan, Haruhiko ha venido a visitarme, se hará responsable de la venta del piso y de finiquitar algunos de mis negocios que tomarían más del tiempo que me he propuesto para firmar mi rendición y abandono total de mi amor.

- ¿Estás seguro?
- Lo nuestro ya es parte del pasado – sabía de quien hablaba - ¿has conversado con él?
- ¿Regresaras? – negué con la cabeza, la idea era no volver jamás a menos que mi padre lo necesitara, pero teniendo a mi hermano mayor sabía que lo único que forzaría mi retorno sería su muerte. – Eres un idiota.

Su insulto quizás lo merezco, pero no conoce toda la historia, así que para que discutir. Le devuelvo un gesto donde le demuestro lo poco que me importa su opinión.

Revisamos los documentos y establecemos las fechas para lo que queda pendiente. Me enojo cuando me dice que debo aplazar mi viaje unos días más, asegura que no es su decisión sino una petición de mis padres, mas exactamente de ella. Tantos años lejos y ahora vuelve para solicitar algo que nunca me dio.

Suspiro para decir que acepto, pregunto la fecha del encuentro. Me río por la ironía, es el día del cumpleaños de Misaki, así que indudablemente de allí tendré que irme a reunir con él y su familia. Un compromiso adquirido con Takahiro desde el colegio… podrá ser una estupidez, pero al ser mi único amigo junto con Hiroki, es como una tradición celebrar esas fechas juntos.

No me equivoco, el mensaje llega para alertarme de la invitación, así que no podre salir de Japón en menos de un mes. Que más puedo hacer, tal vez esa sea la oportunidad para despedirme de manera oficial de los Takahashi.

Mi hermano ve mi expresión y recuerda el significado de la fecha, no hace ningún comentario, entorna los ojos para despedirse. Quedo solo en lo que fue mi apartamento por años, nuestro hogar Misaki, uno que destruí a pulso por mis miedos, y uno que no volveremos a tener porque se que nunca debo volver a tu vida.

Saco el portátil y sigo escribiendo mi novela, por lo menos tendré el tiempo para terminarla antes de marcharme, esto alegrara a Isaka.

La llamada que entra me sorprende aun más, es mi hermoso e imposible amor. Decido dejar sonar el celular, no quiero responderla, no sabría que decir, como explicarle que nuevamente busco su felicidad apartándome de su lado.

Escucho el buzón de voz, pide que no lo deje de asistir a su cumpleaños.

¿Podrás perdonar mi cobardía?

Misaki, mi mejor historia de amor, deseo y dolor.


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