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Pesadillas por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~

 

Ya cada vez mas cerca de resolver todo, espero esten disfrutando de la historia.

Acompañada de una caja, destapo todos los males y el único bien, la esperanza, quedo dentro.


 


Es increíble como los humanos se limitan tanto ¿no lo crees? la maldita solución al problema que teníamos solo requería un poco de imaginación por parte de Iridian. Aunque de cualquier modo, pedirle a otra pesadilla que hiciera esto estaba fuera de discusión en un inicio. Me siento tan libre ahora…


— Oye, Tchess ¿estás seguro de que podemos venir?—  Hatt sigue sin estar seguro de esto. Te confesare algo, yo tampoco estoy muy contento de que tengamos que venir a este lugar, pero tenemos que encontrar al culpable… que curioso. Hace días solo pensaba en encontrarle y hacerle sufrir para que me liberara, ahora creo que las cosas se volvieron mucho más personales.


— Claro que podemos. Estoy seguro de que tú viniste por aquí.


— Si, entre por el Pandora, pero… ¿no crees que van a seguirnos?


— posiblemente. Pero no podemos pasarlo por alto. Aquí encontraremos algo, eso es seguro. Es el único lugar en el que hay información, antes no podía venir porque tendría que traer a Iridian. Es una pena que tenga que venir ella, pero bueno… sin ofender, chica.


— no te preocupes— ah, sé que estas muriéndote literalmente por saber lo que es Pandora. No es la gran cosa, de hecho, Pandora es el nombre de un bar, de muchos, para ser exactos. Están repartidos por todo el mundo, aunque para ustedes los humanos no tendrán el mismo nombre así que no pierdas el tiempo buscando si hay uno en donde vives. Pandora es un portal, podemos venir de nuestro mundo al suyo y de aquí a Eerkah. Para las pesadillas novatas y con poco poder, viajar entre nuestros mundos es complicado, por eso están los portales a través de los espejos. Es sencillo y no requiere nada de energía de nuestra parte.


— ¿no crees que nos van a seguir?


— posiblemente. Iridian está cerca, de hecho. Puedo sentirle todavía si quiero, si me concentro en esto que quedo del lazo. Eres buena con estas cosas, Alice.


— Gracias, he tenido tiempo para practicar— está un poco asustada la chica.  No la culpo, si tiene miedo a encontrarse con esa persona, su hermano adoptivo.  Ya no tengo nada de dudas de que es la misma persona que nos hizo esto a Iridian y a mí, aunque al parecer nos fue bien. ¿Ellos dos fueron los conejillos de indias? En cualquier caso, yo no pienso curar a Iridian si se lastima, aunque eso me cause dolor, es divertido escucharle maldecir. 


— ¿Qué harás cuando… si encuentras a Leo?


— ¿En serio quieres que responda a eso ahora?— seguimos derecho por la calle, y lo veo. El bar está a unas calles. Se escucha la música, el olor a miedo. Todo es normal, incluso funciona como un bar normal, con humanos y todo. Entramos. El guardia nos dirige una mirada larga, pero no nos dice nada.  No es un bar tan grande tampoco, y no hay tantas personas.


— hey…


— Vienen conmigo— le digo al que está cuidando la entrada a unas escaleras que van hacia abajo, más abajo todavía. La puerta es pesada, pero no tengo problemas en abrirla. Dentro no es nada extraordinario, es una sala más oscura, más silenciosa. Hay cómodos sofás y mesitas por todos lados, algunas lámparas en el techo, y un agradable aroma a  cítricos y dulce.  En los rincones también hay algunas lámparas de lava de distintos colores— Chica, no te distraigas— y lo más impresionante de todo, para tu información es el enorme espejo que cubre toda la pared del fondo, desde el techo al suelo y de lado a lado.


— es increíble.


— sí, si… vamos— me dirijo a la barra que está a mi derecha. Nunca he entendido el deseo de algunos de  pretender ser humanos, a mí me parece más bien aburrido. Detrás de la barra esta un hombre alto y fornido. Sus ojos grises me observan desde que entre— ¿Qué hay, Niut?


— ah, eres tú. Me preguntaba quién sería el idiota que trae a un humano aquí abajo. ¿En que estas metido ahora, Tchess?— me siento en el banco que tengo a un lado. Hatt y Alice también se sientan. No todas las pesadillas son amables, y no todas son una molestia en el trasero, pero creo que eso es de suponerse ¿no, humano? También entre ustedes las cosas son así.  


— un poco de esto y un poco de aquello. No  hubiera venido de no ser necesario. Sé que tú sabes mucho. Escuchas mucho en este lugar ¿no?


— Depende de que estemos hablando— el sigue limpiando vasos, ya sin mirarme— Puede que escuchara algo.


— oh, vamos, Niut, sé que escuchas todo.  Ahora mismo, me interesa saber sobre las desapariciones que ha habido desde hace un tiempo. Últimamente debe haber más ¿no? ¿Me equivoco?— él me mira— No eres el único que escucha.


— Siendo el guardián de las puertas, no me sorprende. Pero no veo que estés haciendo tu trabajo.


— Estoy haciendo mi trabajo— gruño— así que dime lo que sabes o tendré que redecorar este lugar y no sé si te gustara— él sonríe.


— ¿Por qué traes a esa humana?


— no tengo opción. ¿No puedes verlo?— alzo la mano de Alice, que está más cerca de mí. Dejo que quede muy visible.


— vaya…


— y eso no es todo. Dime lo que sabes— nos miramos. Luego pasa un vaso con una bebida delante de mí.


— he escuchado algunas cosas sobre pesadillas que han desaparecido de pronto, yo mismo se de algunos que venían seguido y dejaron de venir. Cuando pregunte, nadie sabía nada de ellos. Solo desaparecen. Primero era ocasional, pero de pronto se hizo muy notorio.


—  ¿y las muertes?


— alguien menciono que algunas pesadillas estaban matando humanos, que era raro, porque no parecían saber lo que hacían. Intentó hablar con una de esas pesadillas, pero no pudo hacer nada, incluso dijo que prefirió huir porque intento matarle también— ah, entonces estamos por buen camino. Y el culpable de eso es el hermano de Alice— ¿Tu que sabes?


— alguien está controlando a las pesadillas.  No sé cómo, pero no saben quién son, ni conocen a nadie más. Me han querido matar dos veces, y uno de ellos era un viejo amigo mío, que se nunca me mataría. Por eso quiero averiguar quién está haciendo eso, nos está metiendo en problemas con los cazadores.


— ah, si… últimamente también están demasiado atentos.


— ¿y? ¿Qué más sabes?


— está corriendo el rumor de que no deben acercarse a la zona sur, porque allá han  estado desapareciendo. Sin embargo, es solo un rumor.


— interesante.


— ¿te han enviado a investigar eso?


— algo así. Lo que pasa es que todo es lo mismo. El asunto de los cazadores, las pesadillas… todo es lo mismo.  


— ¿necesitas ayuda?


— no… no de las pesadillas. Es tonto luchar contra algo que puede controlarnos. Sería un problema si nos ponemos a luchar entre nosotros. Incluso podríamos acabarnos a nosotros mismos. Lo más sensato es regresar a Eerkah, alejarnos de la ciudad. Podríamos declararla una ciudad peligrosa.  


 — ¿tan grave es la situación?


— posiblemente sí. Tú no viste como atacan, como pierden la razón. Además, si no terminamos así, terminaremos siendo conejillos de indias. Como él— Hattely nos mira, con la boca abierta. Alice esta pálida, también nos mira— pero yo no tengo manera de entrar a Eerkah.


— claro que sí, solo tienes que…— Niut me mira, serio— ah, ya veo. También estas en problemas.


— no tienes idea cuantos. Pero ya los resolveré. Intenta alejar a todos de aquí. Gracias por la información— me doy la vuelta. Alice y Hatt me siguen. Es demasiado interesante ver como él parece haberse olvidado de lo que es. Supongo que vivir por años años siendo humano, en compañía de una humana ha hecho que sea más uno que una  pesadilla.  No quiero que me pase eso ¿Puedes creer que podría pasarme?


— ¿Qué vamos hacer?


— bueno, esperare aquí a ver qué pasa. Espero escuchar algo interesante. Quizá pueda preguntar algo.


— ¿pero lo sabrán?


— Aquí todos saben algo— nos sentamos en una de las mesas. Los dos parecen tener una conversación privada, porque veo a Alice asentir o negar con la cabeza. No me molesta. Me pregunto ¿Qué haría un humano como tú en esta situación? A ver, dime si tú fueras yo ¿Qué harías? Ja, no te lo tomes tan en serio. Sé que saldrías huyendo, no intentes negarlo. Y si te quieres hacer el valiente, deberías pensarlo mejor porque ser controlado no es una experiencia agradable.


— Tchess ¿le dirás a Iridian?


— se lo  tengo que decir ¿no me has escuchado? Creo que no vale la pena arriesgar a las pesadillas a algo que no conocemos.


— ¿Y a los cazadores si?— me encojo de hombros.


— quieren luchar, les dejare los honores de hacer eso— y de paso llevarme el reconocimiento después. No soy idiota.  De todos modos ¿Qué gano yo enfrentándome a alguien que ya me atrapo una vez? ¿Con alguien que puede unirme a un humano?


— umm, Tchess…— miro a Alice— recordé algo… mi hermano… Leo, menciono algo sobre ti. Quería atraparte. Creo que… por eso he insistido en que tenías que irte. Planeaba algo grande contigo.


— ¡Conmigo! pero si ya me atrapo una vez.


— quizá no sabía que eras tú. Tchess, no deberías involucrarte, si lo haces…


— lo siento, chica, pero esto se volvió personal desde que me dejo con un cazador imbécil. Ahora, tenemos…— alzo la cabeza. Algo está mal. Pero no aquí… alguien está llamándome  ¿Puedes sentir también la desesperación?… ah, claro.


— ¿Pasa algo?


— creo que Iridian tiene problemas.


— ¿en serio?


— Ya vuelvo— me desvanezco en nada. Cuando tengo esa no forma, es fácil seguir lo poco que nos une a Iridian y a mí. Es como un camino luminoso delante de mis ojos. Lo sigo hasta llegar a unas calles más lejos de donde estamos. Antes de llegar ya he sentido que no están solos, resaltando entre las presencias de los humanos, está la de dos pesadillas.


— ¡A la izquierda!—  todos parecen estar gritándose  cosas sin sentido. ¿Hay una estrategia en esto? Todos están rodeando a las dos bestias,  los dos gemelos y el tal Santiago contra una, Iridian, Evans y Kerem contra la otra.  Todos parecen golpeados, no se mueven tan rápido como pensé que lo harían, corren de un lado a otro, intentando darle a alguna pesadilla o evitando sus golpes. Una de las patas de la bestia con la que lucha Iridian golpea cerca de él.


— ¿están en problemas? –pregunto, sin hacerme visible.


— tú… maldita cosa… 


—esa no es forma de hablarle a la única cosa que te puede salvar—  no siento su dolor ya, pero estoy seguro de que si muere, yo muero. Suspiro mientras me convierto en una bestia igual que esas, solo que en lugar de tener pelaje oscuro, lo hago con el pelaje blanco. Al menos así espero que no me vayan a dar a mi— Diles a tus amigos que soy yo— me lanzo contra una de las dos pesadillas. 


¿Piensas que me acomplejo por matarlas? La verdad, no. no sé quiénes son, y sin duda es una pena que tengan que desaparecer, pero si no lo hago… para que sepas, humano que estas atento a esto, estoy siendo compasivo. Prefiero darles la muerte a que vivan sin recodar quienes eran, sirviendo a alguien que solo los está usando para sus fines.


— No, no hagas eso, es Tchess— la primera de esas bestias no me esperaba, por lo que cuando la derribo, no hace nada. Clavo mis garras en su piel, hiriendo. Debo hacer que no pueda moverse más. No lo hace. No quiero hacer esto, pero bueno… clavo los dientes en el cuello de la otra pesadilla.  Ah, claro, lo olvido. No sabes cómo es estar dentro de un cuerpo animal.  Para iniciar, los instintos son muy fuertes, aunque tengas conciencia, es difícil no dejarte llevar.  Escucho el aullido lastimero de esa bestia, yo solo espero que tenga un final mejor que sus últimos momentos de vida.


—  ¡Kerem!— justo cuando el cuerpo de la pesadilla que mate se desaparece, miro hacia donde están los demás. Con una bestia menos, es evidente que es más fácil para ellos ponerse de acuerdo. La otra bestia está herida, lucha, pero jadea como si hubiera corrido mucho.  No tardara mucho en morir. Si esta fuera otra situación, le ayudaría a huir.


— ¡Espera!— estoy demasiado lejos de ellos, pero me escucharon— No lo mates.


— Tchess, no es momento…


— no seas estúpido. Tengo una idea… si lo matas, terminaremos en las mismas. Si lo capturamos, podemos usarle para llegar hasta nuestro objetivo.


—…— todos me miran.


— ¿Qué? ¿A estas alturas están desconfiando de mí? Si no se apresuran, escapara o morirá— señalo a la bestia, tirada en el asfalto.


— ¿estás seguro?


— no, pero ¿Quién lo está? Esto está de locos. Tengo alguna información interesante que encontré en el Pandora— Iridian tiene sangre en el rostro, y parece que el dolor de su rodilla ha empeorado. Gracias a Alice que ya no estoy sufriendo eso.


— umm…


— ¿Qué hacemos, Iridian?


— Atraparlo puede ser también una desventaja ¿y si nos puede espiar por su culpa?— es una gran posibilidad.


— tenemos que correr el riesgo.


— supongo que podríamos, pero hay un ligero problema… o no tan ligero, esa cosa es imposible de mover. A menos que pueda convertirse en un manso cachorro como tú, dudo que le llevemos a algún lado.


— ¿¡qué estás diciendo!? Estúpido rubio descerebrado, ya te voy a enseñar quien es un manso cachorro— Iridian hace un gesto con la mano, tanto a mí como a quienes están detrás. Escucho los suaves disparos silenciados.  Para cuando me giro, no queda más que una masa sin forma que se desintegra.


— quizá para la próxima. ¿Qué cosas encontraste en ese lugar? ¿Alguien sabe algo?


— allí todos saben algo, Iridian. Me dijeron un poco de lo mismo, desapariciones, cazadores, muertes. Pero encontré una pista interesante: las pesadillas están evitando cierta zona, dicen que allí es donde desaparecen y no se vuelven a ver. Pienso que es justo lo que estamos buscando.


— es una pista importante. Al menos ya no tenemos que buscar por todos lados. ¿Y Alice?


— eh… los deje allá.  Regresare por ellos, nos vemos en la casa de tu amiga— me desvanezco. No tengo intención alguna de hacer limpieza en este lugar. El bar esta mas vacío ahora, pero Hatt y Alice siguen aquí. Ella está cabeceando.


— ¿Qué paso?


— hubo un ligero contratiempo. Vamos, es hora de irnos— se levantan.


Bueno, estoy un poco contrariado por el hecho de que no me hicieran caso, pero también era imposible mover a esa cosa, tiene razón.  Si tan solo encontráramos la manera de seguirle sin que nos vean seria magnifico.  Aun con todo, siento que estamos más cerca que nunca para encontrar la respuesta que queríamos.


 


Unos cuantos días después, intento seguir las pistas que tenemos. Durante el día, me paseo por la zona sur, esperando encontrar algo. Es tonto, porque hasta donde sé, no ha pasado nada cuando el sol está en alto.  Tener de nuevo la oportunidad de moverme me ha hecho más feliz que ninguna otra cosa. 


— Hattely, ¿no quieres que haga lo mismo contigo? Al menos podrías alejarte un poco.


— ¡De ninguna manera! Yo voy a quedarme con Alice.


— como quieras. Iridian ¿Qué estás haciendo?


— trabajando. Encontraron nuevos cuerpos. Hackett está trabajando en ello, aunque sinceramente no tiene sentido.


— no, la verdad no.  ¿Por qué no vamos esta noche a pandora? Quizá si te ven por allí los demás se asusten tanto que comenzaran a decirnos lo que saben y te vez con la necesidad de tomar algo de alcohol y dejar esos cigarrillos de una vez— Iridian suspira. Por la noche, le arrastro hasta el bar. No es fácil, porque no deja de quejarse, pero me las arreglo.


— ¿y que si quieren matarme? Soy un cazador después de todo ¿estás seguro de que quieres enseñarme este lugar?


— ¿Por qué no? no es como que vaya a quedarse aquí mucho tiempo. Es peligroso, entre Niut y yo nos encargaremos de alejar a las pesadillas de la ciudad para que no tengamos que encontrarnos con bestias como esas.


— ¿Eso se puede?— se ve escéptico.


— claro que sí. Si el hermano de Alice no tiene con qué experimentar, entonces no tendremos que luchar contra pesadillas sin voluntad.


— no es un mal plan. Me sorprende que pienses. 


— Ja, te sorprendería saber las cosas que tengo que hacer.


— escuche algo de unas puertas. Y un espejo también— sonríe, como si lo que dijo fuera algo de vital importancia. Le regreso la sonrisa.


— tampoco es tan o importante. Sí, soy quien cuida las puertas, ¿y? no puedes entrar a Eerkah. No podrías pasar ni siquiera ahora que no estoy allá, aunque sí puedo tener algunos problemas por dejar mucho tiempo mi puesto.  Ahora que lo recuerdo, Alice recordó porque no debo estar aquí. Al parecer, su hermano  planea algo grande conmigo pero fue tan estúpido que no supo que ya me había atrapado.


— ¿ah, sí? Que conveniente. De seguro es porque eres un completo inútil— le  golpeo el brazo.  Estos días nos hemos tolerado un poco  mejor, que ya no pasemos todo el tiempo juntos alivio mucho la molestia que existía entre nosotros.


— ¿qué quieres decir?


— con un título como el que dices tener, creo que esperaba algo imponente, algo que pudiera identificar cuando lo viera y no un payaso como tú.


— que imbécil. Me has hecho pensar que quizá todo esto no sea más que un cebo para sacarme de Eerkah.


— podría ser.  Aunque ese tal Leo se llevara una gran decepción cuando te conozca.


— o quizá seas tú el que se sorprenda cuando veas todo lo que puedo hacer en realidad. No voy a decirte a la primera todo lo que hago— Iridian me sonríe, burlándose. Es realmente molesto— ya lo veras, te demostrare que…— me quedo de pie delante de la entrada.


— Atrás— murmura, aparándome con su brazo, haciéndome hacia atrás mientras saca un arma. Parpadeo, mirando la puerta, caída sobre un lado— ¿es aquí?  ¿Tchess? Hey…


— esto…— Iridian termina por tirar la puerta con una patada. No hay nadie. El lugar está destrozado. Los bancos tirados por todos lados, el suelo a un lado de la barra está lleno de cristales. En las paredes se puede ver los impactos de balas, las marcas de garras.


— Tchess…


— no… no…— corro hacia abajo.  El suelo está lleno de manchas oscuras, no es sangre humana, pero no es mejor saberlo.


La zona de abajo no está mejor. Las lámparas están rotas, el espejo está hecho pedazos en el suelo. Aquí… aquí hay dos cuerpos, dos cazadores. Nada a comparación de las decenas de manchas oscuras en el suelo. Aquí solo había pesadillas tan débiles que nunca tuvieron una oportunidad.  Siento que comienzo a ver todo rojo. La rabia me hace temblar. Se lo hago saber. Le lleno la cabeza de  lo jóvenes e inútiles que son las pesadillas que usan los espejos.


— Tchess…


— dime, Iridian— no me giro a verle— ¿Quién es el verdadero monstruo aquí?


Él no tiene una respuesta.

Notas finales:

Nos leemos la proóxima semana.


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