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Pesadillas por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~ 


Dejo por aca otro capítulo, espero les guste que cada vez se acerca mas el final.


 

Los monstruos solo salen de noche  

 

Tchess no ha aparecido por aquí desde hace tres días.

No estoy preocupado, ni ofendido, más bien estoy sorprendido al ver su reacción, la intensidad de lo que sentía, antes con esa otra pesadilla que mato no fue así, esto es diferente a aquella vez… mucho más intenso. Cualquiera diría que una cosa como esa no puede sentir, pero la verdad es que si lo hacen, y con más intensidad que los humanos, creo yo.  Y lo que es peor, esto se ha vuelto demasiado extraño. 

Pensé que las cosas estarían mejor cuando terminara con Tchess, cuando pudiéramos alejarnos. Es extraño estar en casa y que todo este en silencio de nuevo. No hay escándalo en mi cabeza. Puedo pensar lo que sea sin que me respondan, puedo ir y entrenar con Kaiden y Jayden sin que me digan nada. Sé que no debería serme extraño, pero lo cierto es que lo es.

— Iridian…

— ¿Sabes que paso en ese lugar?— Evans se sienta a mi lado, sus ojos se concentran en el entrenamiento que tenemos delante.

— se ordeno un ataque…Iridian, vamos con Hackett— se levanta, no me espera. Le sigo hasta las escaleras, donde ya escucho el saludo del forense. Me da un escalofrió al sentir la temperatura extremadamente helada del lugar.

— ¿Por qué esta tan frio?

— Tengo algunos asuntos que requieren temperaturas bajas… ¿a qué se debe su inesperada visita?— me encojo de hombros y señalo a Evans— oh, ya sé que estas desesperado por verme, pero no tienes que traer a Kiran…

— No es eso— Evans le mira mal, pero sus orejas se ponen rojas— este es el único lugar donde nadie va a escucharnos, encontré cosas que quizá…  es extraño. Y no se supone que deba conocer esto.

— ¿Umm?— Evans se reclina en una de las mesas de metal, sus dedos juegan con los escalpelos acomodados sobre ella— ¿Evans?

— el ataque esta ordenado desde lo más arriba, pero es extraño, no hay motivo alguno para haberlo hecho, ni siquiera un reporte de actividad sospechosa. Solo está la orden, la dirección. Pienso que es raro, porque normalmente se investiga antes.

— ¿De qué están hablando?— le hago una seña a Hackett para que no hable.

— ¿un ataque sin motivo? ¿Y nadie dijo nada? se que las ordenes deben ser seguidas al pie de la letra, pero algo así... en ese lugar había humanos también— me he estado preguntando que paso con los humanos que estaban allí. Debieron haber presenciado algo realmente aterrador, y no hay noticias sobre ello, ni un rumor, nada. Evans asiente, como si supiera lo que estoy pensando.

— por eso quería hablar aquí, no sé que tanto pueda confiar ahora en los demás. Somos los que estamos ocultos, ocultando a las pesadillas. Y eso fue algo arriesgado y no organizado, que de seguro causo mucha conmoción. No hubo ni una llamada los números de emergencia. La policía no tiene denuncias. Iridian, un incidente como ese no pasa desapercibido por los humanos. Las pesadillas no son muy silenciosas cuando se están defendiendo, y nuestras armas no tampoco lo son en ocasiones.

— ¿Nada?

— no. he investigado, porque todo es sospechoso, pero ya no se en donde más buscar sin ponerme en peligro a mí mismo.

— ¿has buscado los registros de personas desaparecidas?— Hackett está inclinado sobre uno de los cuerpos que tiene en la mesa más alejada de nosotros— No entiendo que está pasando, pero si dicen que nadie ha dicho nada, y que debió haber testigos, lo que yo haría sería desparecer a mis testigos— lo dice con tanta calma, que no puedo evitar un desagradable escalofrío— por eso, quizá si buscas en los registros de personas desaparecidas ese día, encuentres algo de interés.

— no creo que funcione, las desapariciones se registran horas después, y si las personas vivían por su cuenta, puede pasar mucho antes de que alguien las reporte como desaparecidas o quizá nunca estén en el registro—  me da la impresión de que Evans lo está considerando, o al menos está pensando en otra posibilidad.

— oh, bueno, era una buena idea de cualquier modo. ¿Dónde está tu pesadilla, Iridian?

— no lo sé, creo que sigue molesto por lo que paso en el bar.

— Quizá podría ayudarte— dudo mucho que Tchess quiera ayudarme— ¿y la otra pesadilla? La de la chica.

— con Chiara. Le están ayudando en lo que pueden y ella les permite. Me alivia un poco saber que no está sola ahora, pero no es muy alentadora que uno de los ayudantes sea una pesadilla. Alice controla mucho mejor a esa pesadilla de lo que yo podre hacer con Tchess.

— ella es una niña, debe tener mucha imaginación. Nosotros no podemos permitirnos tal acción, sería contraproducente. No te sientas débil si no puedes hacerlo, yo no sabría que hacer— Es lo más alentador que he escuchado de Evans.

— Iré a casa. Evans, deja las cosas como están unos días— le digo antes de salir. Paso de largo el pasillo que va a los entrenamientos y luego salgo. Afuera hace calor, es sofocante. No me gusta la sensación del aire húmedo. El auto no tiene aire acondicionado, y el poco aire que entra por las ventanillas abiertas no es tan fresco como me gustaría. Lo que dijo Evans es… extraño, como lo dijo. No podemos preguntar directamente, y sinceramente, muy pocas veces no interesa lo que pasa sobre nosotros. Si tan solo pudiéramos saber de alguna manera lo que pasa sin ponernos en riesgo…

Ah, pero que tonto. Claro que se puede hacer eso, alguien que es invisible cuando quiere.  Me agobio de solo pensarlo, pero tengo curiosidad. Aun sabiéndolo, espero hasta que la noche, después de cenar y llamar a Chiara.

todo está bien, Iridian, no te preocupes… ¿pasa algo?

Evans menciono algo, pero te lo diré cuando vaya a tu casa.

está bien. Nos vemos— miro alrededor cuando dejo el teléfono. Estoy solo, o eso parece. Suspiro un par de veces,  me siento en el sofá, esperando a que todo se solucione mágicamente. Me siento ridículo solo de pensarlo.

— Tchess… Tchess… sé que estas aquí ¿puedes aparecer al menos?— arg, me siento demasiado estúpido hablado al aire—  esto es tonto, maldita cosa ¿Por qué no puede comportarse al menos un rato?

— ¿Y cómo quieres que me comporte?— le miro, sentado frente a mí, sus ojos naranjas parecen brillar en la oscuridad— me pareció escuchar que me llamabas.

— lo hice— le observo. Nunca fue fácil saber en qué pensaba, que planeaba. Siempre fue silencio cuando quise escuchar algo interesante. No sé si llegue a aprender algo sobre todo eso— estuve hablando con Evans.

— sí, tus amigos…

— No es momento para tus dramas— me mira, ofendido— estamos en guerra, se supone que debemos matarles, ustedes no dudan en hacerlo ¿Qué es lo que esperabas? ¿Qué nos detuviéramos de la noche a la mañana solo porque ahora  puedes verlo?

— no estoy molesto por eso. Sé que eso es normal. Me molesta que me siguieran, que me usaran para llegar a ese lugar. Confié en ti, Iridian, creí que no harías nada con ese lugar, y solo encontré que no eres confiable.

— Yo no hice nada— le digo, mirándole— no sabía dónde estaba ese lugar hasta que me llevaste, ni siquiera envié a nadie a seguirte. Solo estuvieron ustedes tres— y aunque lo hubiera sabido, me hubiera contenido o eso quiero creer. Observo como él me regresa la mirada, penetrante, como si…  el muy maldito está en mi cabeza. Le siento hurgando, en silencio, pero le siento allí. Es raro— si no hubieras comenzado con tu drama, te lo habría dicho al inicio.  Lo que Evans me conto tiene relación con lo que paso.

— Lo sé, ya lo he visto— siento que se relaja. La oscuridad a su alrededor parece aclararse, porque de pronto le veo normalmente. Hoy trae el cabello suelto— te has relajado mucho conmigo últimamente Iridian, solo me has insultado un par de veces hoy.

— cállate. ¿Y bien?— me alegra que no tenga que repetirle todo lo que escuche, lo que planeo. Tchess se reclina  en el sofá.

— no sé cómo funcionan ustedes, pero si dices que es extraño, entonces te creo.  Si quieres que investigue en esos lugares, lo hare, pero solo porque quiero saber quién es el culpable. No quiero que te metas en más problemas, siempre término salvándote el trasero— se ríe, una carcajada escandalosa. Sonrió.

— solo porque siempre nos han emboscado en los momento menos apropiados.   Y porque no quería estar contigo.

— ¿y ahora si quieres?

— no, pero al menos ya te soporto más… ¿Por qué el cambio?— normalmente tenía el cabello atado, ropas más comunes y no tan llamativas.

— quería que me tomaras en serio esta vez, sin que se interpusiera la imagen de Lev— ciertamente,  Lev solo soltaba su cabello para dormir o asearse, y nunca usaría la ropa que usa Tchess.

— sé que no eres Lev, lo tengo claro desde que apareciste. Tú no eres Lev.

— no estoy tan seguro de que lo sepas.  Bien, ya que estamos en el mismo bando de nuevo, ¿Cuándo quieres que haga de espía?— pienso en Evans, en los ataques que hemos sufrido, en Alice y Hatt.

— Mañana— él solo me sonríe.

 

Estoy de nuevo con Hackett, esperando. Dejo que él trabaje mientras intento concentrarme en un libro que tome prestado del anaquel.  Tchess no quiso entrar aquí como animal, y aunque lo intente, he perdido el control de esa transformación. Es lo único que lamento.

— Escuche eso, rubio idiota.

— Cállate y has tu trabajo… no tú, hablo con esa maldita cosa— añado al ver que Hackett me mira— ¿ya estas allá?

— sí, pero no puedo hacer nada, el lugar está ocupado, puedo ser invisible, pero si muevo algo me notaran. Esperare a que me quede solo… ¿tienes idea de cuándo será?

— no.

— ¿sabes que no necesitas hablar para responderme? Basta con que lo pienses— escucho la burla en sus palabras. A mí me hace sentir mejor insultarle en voz alta. Pienso eso, y él se ríe más fuerte— ah, se levantó. Quizá… salió. Y puso la llave a la  puerta…. no puedo quedarme encerrado aquí, idiota.

que consuelo, al menos no tendré que ir a sacarte— ya no le escucho. Estoy inquieto, mi pulso acelerado, esperando— ¿Tchess? ¿Tchess?

— ¿pasa algo?

— creo que está revisando la oficina. No me extraña, es demasiado fisgón.  Siempre se mete en asuntos que no le conciernen—  Intento llamarle un par de veces más, pero solo están mis pensamientos en mi cabeza. ¿No ha pasado mucho? ¿Y si hay alguna clase de trampa? Sé que está vivo,  porque yo estoy vivo. No siento ya su dolor, así que no se si está herido. Le llamo de nuevo, y no me responde.  Siento demasiado frio aquí— Tchess, al menos di algo,  te portas como un mocoso.

déjame concentrar, es difícil si me estas llamando como histérico cada pocos segundos. No he encontrado nada extraño, pero tampoco sé muy bien que buscar, hay muchos papeles y no entiendo la mitad de lo que ponen. La mayoría son informes de ustedes, encontré algunos tuyos. También de Chiara... no se la contraseña de la computadora.

me olvide por completo de eso.

si hay algo importante, no lo dejaría…

 ¿Tchess? ¿Hey? ¿Encontraste algo? ¿Tchess?— Hackett me mira. Esto no es normal, ahora siento que algo salió mal, creo que Tchess está en problemas. Sin pensarlo, salgo de la morgue subiendo las escaleras de tres en tres mientras le llamo en mi mente.

— hey, Iridian…— paso de largo entre los gemelos y sigo subiendo, justo cuando se escucha algo que retumba en los pisos de arriba. Maldición.  Mientras subo, sigo escuchado como si algo pesado golpeara las paredes y el suelo. ¿Qué demonios está pasando? ya tengo la pistola en la mano, y mientras sigo, muchos más van en la misma dirección.  A pesar de que subí corriendo, apenas me siento agitado. No puedo ver lo que pasa cuando llego, solo veo una marea de personas delante  de mi… luego algo se alza, al fondo.

Una bestia.

Escucho disparos.

— Tchess…— no distingo si es él. Intento llamarle otra vez, luego siento un dolor en mi pierna, casi en el tobillo. Bajo la mirada, y veo una cosa peluda…— Tu…

— No digas nada. Solo vámonos—  me inclino a recogerlo. Uso mi chaqueta  para ocultarlo,   nadie me presta atención, todos están intentando entender que pasa.  La bestia se desvanece en un parpadeo. Nadie le hizo gran cosa, al parecer.

— ¿Tú hiciste eso?

ahora no, Iridian, actúa normal. Desapareceré cuando pueda hacerlo, hasta entonces, solo no dejes que me vean, será sospechoso— los gemelos aparecen detrás de mí. Si hablamos de sospechas, entonces yo todavía tengo que hacer.

— Jayden— no sé quién es quién, y los dos voltean cuando les llamo— necesito que le cuiden, y no dejen que nadie le vea. Pueden ir con Hackett— les susurro con rapidez, y les extiendo a Tchess.  Uno de los dos asiente, y el otro lo toma.  Les veo irse. Me quedo fingiendo que tengo interés por lo que paso, no es difícil porque si tengo algo de curiosidad, pero me interesa más la versión de Tchess. Mientras estoy allí, rodeado de los demás, me doy cuenta de que nunca me he integrado demasiado, solo a unos cuantos puedo llamar amigos. También me hace preguntarme sobre lo que realmente está pasando.  No debí ocultar a Tchess, pero…  tampoco quiero morir. Me convencí de que eso era lo mejor porque yo no podía morir. Pero eso era hace semanas, demasiado poco tiempo, y siento que he cambiado mucho. Ya no sé si lo que hacemos está bien.

— ¿Qué fue lo que pasó?— Santiago se me acerca, mira alrededor y luego susurra— ¿No habrá sido esa cosa?

— Claro que no. solo sé que una pesadilla entro aquí, alguien que no era… él— Hay un desastre en la oficina del director y la sala de reuniones, nadie pudo atacarlo porque solo estuvo aquí unos segundos, se fue como llego—  ahora tengo que ir con Hackett.

La puerta está cerrada cuando intento entrar. Intento de nuevo, pero no cede. Escucho un ruido dentro y luego la voz de Tchess.

— Es Iridian— unos momentos después la puerta se abre.   Al primero que noto es a Tchess, una mancha de color en medio del blanco y el negro— bienvenido, creí que habías decidido quedarte allá arriba.

— ¿encontraste algo? ¿Qué demonios paso allá?— Tchess suspira.

— Te lo diré si me lo pides por favor— Le miro, sin creer lo que me pide. Debe estar perdiendo la cabeza. Me sonríe, desafiándome. Sé que no me dirá nada. Nos sostenemos la mirada por un largo tiempo.

— solo dímelo.

— no encontré nada. Estaba revisando los cajones del escritorio, cuando apareció esa pesadilla. Tuve que destruir algunas cosillas para poder escapar y que no notaran que había dos de nosotros.  No me ataco de inmediato.

— ¿Solo apareció?

— sí, no hice nada extraño, y aunque lo hubiera hecho… no siento que estuviera allí por mí. ¿No se supone que no pueden entrar pesadillas aquí? ¿Por qué puedo entrar aquí?

— no es que no puedan, es solo que es casi imposible. Normalmente no entrarías— responde Hackett— no podemos poner mercurio en las puertas sin sufrir envenenamiento, ya es bastante malo que las armas lo tengan. ¿Sabías que en la antigüedad por eso se le atribuían a la plata propiedades mágicas?

— lo sé, he estado ahí. Hombres lobo, vampiros… he sido eso y más.  

— estas aquí porque yo te deje venir. Entras porque yo así lo permití y debes estar insinuando que alguien más dejo entrar a la pesadilla.

— ¿Por qué otro motivo despareció? Nos han atacado dos veces y ninguna lo hizo. Además, posiblemente todos estén pasando por alto un gran detalle— sonríe, aunque esto no tiene nada de divertido— aun es de día— día…  se supone que no salen cuando es de día, no hay muchas personas durmiendo y no tienen mucho poder.  Viajan con la noche, esperan la oscuridad… a menos que estén unidos a un humano, en cuyo caso pueden estar todo el tiempo que quieran, como Hattely y Tchess.  Nadie dice nada, supongo que pensando el que aun es de día.

— ¿Qué hacemos?

— no es nada seguro… hagamos que no sabemos nada.  No comenten con nadie lo que paso, necesitamos hablar— señalo a Tchess. No quiero involucrar mucho a los demás, estar atado con una pesadilla es peligroso, siempre lo fue.  No es seguro que Tchess siga aquí dentro, y no sé si encontró algo o era verdad eso de que no había nada.  Tchess debió escucharme porque hace un saludo con la mano y desaparece. Ahora que no está atado a mí, hace eso seguido.  Salgo despacio, sin preocuparme por si me ven o me revisan. No tengo nada que me delate. No veo a Tchess hasta que entro en la casa, le ve sentado en el sofá, con los dos pies arriba,  y un tazón de papas fritas entre las rodillas.

— tardaste mucho.

— ve al grano ¿Qué mierda paso allá? ¿Por qué no querías hablar con los demás?

— te has vuelto perceptivo ¿eh? No es que no quisiera hablar delante de ellos, solo… pensé que debías saberlo primero. Creo que no eres el único cazador que tiene una pesadilla, aunque es diferente ¿Cuánto tiempo  tenemos juntos?

— como tres semanas

— seis semanas y dos días— ¿Tanto? a veces me da la impresión de que es menos tiempo, otras, que llevamos años de esta manera— considéralo unos momentos, ese ataque no fue normal, hay una pesadilla dentro de su cuartel ¿Qué es lo que piensas?

— Que ya no puedo confiar en nadie— Tchess sonríe.

— buen chico.  Iridian, algo está pasando, algo que no estamos viendo. Creo que los asesinatos fueron un experimento y que los ataques son una distracción—  no acostumbro pensar de esta manera. Hay mucho de suponer, y a mí no me gusta suponer.

— ¿Qué crees tú que está pasando?

— No tengo idea, y eso me preocupa— apoya la cara en su mano, un gesto enfurruñado— pienso que fuimos eso que termino con los experimentos. Alice fue el inicio, y algo no salió tan bien. Nosotros terminamos eso, ¿Cuántos cuerpos más has visto?

— los de…— no hay mas cuerpos. Hackett se estuvo quejando porque ya no tenía tanto trabajo, y los que tiene son solo para experimentar— eres  listo— sus ojos se agrandan, me mira, ladeando la cabeza.

— ¿Estás diciéndome algo bueno? ¿Tu? ¿Debo preocuparme?

—  Idiota— él se ríe.

— Cometes el viejo pecado de creer en lo que ves, y yo no soy lo que ves. Estas viendo solo lo que yo quiero que veas. Gran parte de mi trabajo es saber quien está haciendo algo malo. Casi siempre lo sé, aunque me haga de la vista gorda.

— ¿Qué se supone que hace el guardián de las dichosas puertas?

— vigilar. Cuido que nadie haga cosas como los asesinatos que hemos visto. Les sigo, les capturo, y les llevo al castillo. Allí reciben castigo. Cosas así. No es tan fácil, hay cientos de pesadillas, pero la mayoría tiene una vida decente. Sé que es difícil de aceptar para ti, pero incluso cosas como la ansiedad o la depresión son vitales para nosotros. A veces, es solo desesperación por vivir ¿acaso tu no estabas desesperado por no morir que me aceptaste sin más?

— eso no justifica orillar a alguien al suicidio. A matar.

— creo que deje en claro que quien lo hace tiene un castigo. No somos bestias, Iridian.

— tú lógica no tiene sentido.

— soy  el ser maldito de un mundo maldito, no tengo sentido. Pero dejemos las cuestiones morales para otra ocasión. Quiero ir a Eerkah.  

 — ¿ah?

— necesito ir, y decir todo lo que he encontrado, lo que está pasando.

— Es imposible— eso fue lo primero que intento, no sé cómo lo sé, pero si sigue aquí, si dice eso, es porque ya intento marcharse y no pudo. Aun seguimos atados, aun somos prisioneros.

— Lo sé— siento nostalgia. Sé que no soy yo, aunque me sorprende sentirla tan claramente.  Me aseo y ceno a solas, en silencio. Tchess no me molesta hasta que voy a la sala, la televisión está encendida y gruñe algunas maldiciones a una película de terror.

—Podrás irte cuando encontremos la manera de liberarnos— sus ojos se centran en mi, ignorando la película.

— ¿y si nunca encontramos una solución? Quizá solo estamos dando vueltas en círculos.

— nunca has sido bueno con el pesimismo.

—… ¿Ya no vas a matarme?— nos seguimos mirando. Es tan… idéntico y diferente de Lev. Sé que no es Lev, pero a la vez es Lev. Es como alguien a quien estimas y a la vez quieres odiar. No podrías.

— No.

— umm…— le veo inclinarse hacia mí— si, supongo que al final yo tampoco te mataría. Últimamente has estado muy amable. Y he tenido curiosidad por otras cosas también— No es la primera vez que se me acerca de este modo, pero no adivino lo que va hacer. Me besa.  Mi cabeza es una confusión de pensamientos y sensaciones contradictorias.

No debería

No es real

No le alejo cuando me sigue besando, no reacciono cuando  se inclina más y más hacia mí, hasta el punto que ya no queda espacio entre nosotros. Solo su cuerpo y el mío.  Pienso que tengo mucho autocontrol con mi imaginación, con mis rutinas y mis metas. Nunca me entrenaron para controlar un estallido de emociones como este.

Y antes de pensarlo, también le estoy besando.

Notas finales:

Nos leemos la próxima semana!


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