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Pesadillas por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola~

La historia esta llegando a sus últimos capítulos, asi que se vienen las respuestas. Espero les guste.

La vida es un constante proceso, una continua transformación en el tiempo, un nacer, morir y renacer.


 


 


Tengo la intención de mandar todo a la mierda. ¿Qué me dices de dejar todo aquí e ir a otro lugar? ¿Te interesaría aunque tu vida esté en peligro? La verdad ahora mismo no podría ni aunque quisiera.  Estoy en el techo de una de las casas vecinas del forense. Estamos siendo rodeados, por lo que al inicio creí que serían pesadillas.


No hay ninguna pesadilla cerca.


Y tengo la desagradable  sensación de que están jugando con nosotros, llevándonos a una trampa sin remedio.  Esto es una jodida molestia, no trabajo en equipo, siempre hago las cosas a mi modo y nunca tengo problemas, Iridian en cambio… parece que solo saben andar en equipos, preocuparse por los demás es algo que solo nos va a hundir. Como justo ahora ¿lo notas? esa desesperación viniendo de él. Me desconcentra.  Sea lo que sea, puede esperar a que me encargue del problema más grave que tenemos aquí.  Me muevo, siguiendo uno de esos rastros que se acerca hacia nosotros. Como pensé, no hay ninguna pesadilla cerca, pero aun así, siento que estoy delante de una.


Las pesadillas no salimos de día, a menos que estemos haciendo morir a un humano de depresión. O  que estemos unidos a un humano. Y ese parece ser el caso, solo que no hay pesadillas, solo humanos… humanos que antes fueron cazadores. No me acerco mucho a ellos, no quiero que me descubran ¿Si atacamos tendríamos posibilidad? Sin duda es mucho mejor que sean humanos y no pesadillas, pero dudo que Iridian quiera hacer algo contra ellos. Si no nos evaporamos ahora, entonces las pesadillas vendrán y todo pondrá peor.


— ¡Tchess! ¡Tchess! ¡Tchess!


— Cállate, rubio idiota.


— al fin, ¿Por qué no respondes? Llevo rato hablándote.


— estaba ocupado, ¿acaso te estás preocupando por mí?— no escucho nada, pero si siento eso que mis palabras remueven en él. Eso a lo que me he estado haciendo fanático— entiendo, ¿Qué quieres?


— te necesito.


— ah, está bien. Tengo algo que podría interesante. Presta atención— intento hacerle llegar las imágenes que estoy viendo. De donde vienen los  cazadores, y que posiblemente ya no son los amigos que conocía.


Mierda.


— exacto.


— Vuelve, ahora—  doy la vuelta, pasando rápido entre los edificios que me separan de la casa. La inquietud de Iridian es más grande ahora, es una sensación desagradable a la que no estoy acostumbrado.


El interior de la casa es un caos, no hay otra forma de describirlo.  Iridian parece una estatua a unos pasos de mí.  Chiara está gritando algo mientras le arroja el contenido de su bolsa al forense y si no me equivoco, Santiago intenta no gritar mientras sujeta la otra mano de Chiara. Alice intenta calmar a la mujer y Hattely no para de decir que tienen que irse ahora.


— ¿Qué está pasando?— le pregunto a Iridian.      


— pasa que tenemos que irnos, pero el bebé de Chiara ya viene— ya viene… oh…


— que inconveniente. Tenemos que irnos ya o las cosas se van a poner peor. ¿Podemos pasar a dejarla al hospital?


— No voy a dejarla en cualquier lugar— ah, lo suponía. Ella no para de gritar como histérica y nos está haciendo perder el tiempo ¿Por qué nadie le dice nada? ¿Desde cuándo hacen todo lo que ella dice?— desde que me miro con la cara más terrorífica que tiene.  Hackett dijo que él podía encargarse, pero ella dijo que ningún forense se le acercara hasta que esté muerta.


— que mal…


— Intentare hacer algo— Evans pasa entre nosotros— Hackett ¿puedes retirarte un poco? No la estas calmando y solo empeoras todo.


— Pero solo quiero ayudar…— Todos le dirigen una mirada molesta. Nos comienzo a contar, las cosas son mejor de lo que esperaba, sin contar a Chiara y a Kerem por no poder luchar, tenemos posibilidades si solo son humanos los que vienen. Humanos con la capacidad de usar el poder de nosotros.


— Hackett…— Evans se pone delante de él, una serie de cosméticos le impactan en la espalda. Bien, aunque soy una pesadilla, no me atrevería a acercarme a ella ahora mismo.  Si no nos movemos ahora, quedaremos encerrados en este lugar. La urgencia de Hatt no me ayuda a calmarme mucho.  ¿Calmarme? Yo no soy quien está todo nervioso y alterado, ese es Iridian. Estúpido vinculo. Todo aquí es un caos, y nadie parece ponerle orden. Quizá si me convierto en algo más, o si pudiera hacer que nadie hablara… 


— Tenemos que poner orden aquí— Murmuro. Evans no habla mientras camina los tres o cuatro pasos que le separan de Hackett, le empuja hacia atrás, y le besa. ¿Para qué hacer algo idiota si puedes hacer eso también? los gritos se detienen— bien, también podemos hacer eso. ¿Podemos irnos ya?


— ¿A dónde? No podemos escondernos— Hatt me mira, frunciendo el ceño— ningún lugar es seguro en esta ciudad, lo has visto, los cazadores ahora…— no dejo que termine. Llego hasta donde esta Chiara.


— Disculpa— solo lo digo por decir algo. La levanto,  lo cual no es sencillo con semejante tamaño, pero nadie a parte de Evans  parece tener idea de que hacer— pero tenemos que movernos ¿Cómo va? ¿Tenemos tiempo para movernos?


— Eso creo…— me cuesta hacer que se despegue de Santiago, quien  solo hace una mueca de dolor cuando la mano de Chiara le suelta.


— Santiago, Jayden, lleven a Kerem.  Creo que hay un lugar al que podemos ir, al menos de momento. Chiara ira conmigo, Alice también. Chiara, también Hackett tiene que venir porque no sé qué hacer si las cosas se complican.  Los demás irán en otro auto y van a seguirme— al fin. Iridian se pone en movimiento. El lugar que menciona… ah, ya.


ese lugar está lejos.


— es lo único que se me ocurre.


— no vamos a llegar sin una distracción. Voy a quedarme y les seguiré después— Iridian tiene una casa aparte del departamento, un lugar al que va cuando quiere pasar un rato a solas sin que nadie le moleste. Esta sorprendido de que no pensara en antes en ese lugar.


No lo harás.


— claro que sí, si no los distraemos, no seguirán. No pueden parar y tiene que ir rápido, Iridian. Vayan directo allá y ayuden a Chiara. Si nos quedamos juntos ella tendrá su bebé en un auto perseguido y no sé qué tan bueno sea eso. No te preocupes, no voy a morir.


no hagas nada imprudente,  solo distráelos, ¿Hattely no puede ayudarte?—  tenerle sería útil, todo sería más rápido, pero dejarlo es quedarme con la chica también— ah, cierto. Entonces…


— No te pongas sentimental. Váyanse— él no quiere irse. Ah… supongo que a esta altura, hay cosas que se vuelven inevitables. No sé qué pasa con Iridian y conmigo.  Me vuelvo invisible mientras se van, los otros ya están muy cerca—  conduce despacio unas calles, casual.


— Casual, claro—  el sarcasmo en su voz me hace sonreír—  No dejes de hablarme. ¿Qué ha pasado?— pongo los ojos en blanco esta vez. Se acaban de ir, tampoco es para tanto. Me muevo, poniéndome cerca de ellos, siguiéndolos en mi forma de nada. Tengo que abrirles el camino— ¿Tchess?


— estoy pensando en cómo salvar su trasero. Da vuelta a la derecha. Creo que me hare pasar por ti. Si estoy lejos, me verán e intentaran seguirme. Son humanos, Iridian, puedo con esto. Es algo básico, pero siempre funciona— siento su inconformidad, pero no me dice nada. Me detengo, dejando que se alejen. En la calle, tomo la apariencia de Iridian justo cuando veo aparecer por la calle a dos de los otros. Finjo no verlos, y camino hacia la izquierda— ¿Por qué Evans beso a Hackett? No sabía que tenían algo.


  —yo tampoco. Le pregunte antes de irnos, solo me dijo que era lo único que haría que todos se callaran—  les miro y comienzo a correr, como si huyera. Cuando doblo la esquina, tomo la apariencia del forense y sigo corriendo.


eso no creo que le gustara a Hackett.


— no para de murmurar cosas sobre largas charlas en privado y lo poco que se le valora. Al menos esta distrayendo a Chiara. Parece mejor, todavía tenemos algo de tiempo pero me gustaría ir a un hospital. Ella dice que no lo hará, piensa que podrían estar vigilando o algo así.


—no es tan descabellado ¿Dónde están?—  ahora hay seis personas siguiéndome, y yo sigo cambiando de apariencia cada que puedo,  para que piensen que soy ellos, siempre lejos, porque así como yo los siento, creo que podrían sentir que soy una pesadilla y no un humano en realidad.


salimos de la zona. Aún nos falta un poco para llegar— Iridian se oye nervioso, está pensando cada cosa, que me hace o reír o preguntarme qué tan  idiota puede ser. No soy cualquier cosa indefensa, de hecho, si quiero puedo ser todo menos indefenso mas no soy estúpido y se elegir mis batallas.  Nos soy un ser violento tampoco, y a menos que sea necesario prefiero huir a luchar.


— ¿poco?  Sé dónde queda, y no creo que falte poco, deja de engañarte.  Y hablando de engañar, no creo que pueda seguir engañándolos mucho mas— en cuanto llegue a una calle donde no queden humanos, verán que solo soy una imitación.


— entonces regresa.


— Creo que puedo tomar unos minutos más— dejo de escucharle, necesito encontrar mi escape ahora.  Y justo lo veo. A mitad de la calle un espacio libre que todos ignoren. Un callejón. Corro los últimos metros, usando mis habilidades para no chocar con los humanos.  Antes de entrar, miro hacia atrás. Todos están muy lejos ahora, intentado pasar entre el tumulto de humanos. Ah, vaya, no creí que fuera tan fácil.  Al fin y al cabo, son humanos también no debería sorprenderme.


¿No te lo he contado? No considero a los humanos débiles, pero no te emociones mucho, porque sí que son idiotas, no saben el poder que tienen con su imaginación. Pueden crear cualquier cosa y muestra de eso, estamos nosotros, las pesadillas, surgidas directamente de los humanos. Ustedes nos crearon, ustedes nos dan vida y  ustedes no lo saben. Si dejaran de pensar en nosotros, si no nos dieran toda esa importancia, nosotros desapareceríamos. Pero no lo hacen. 


Deberíamos volver con los demás, de seguro mis desvaríos no son tan interesantes como el caos que pueden armar aquellos cazadores… pero ¿no lo sientes? Algo está del otro lado de la calle.  Algo parece estar llamándome… volteo…  hay alguien que no se mueve en la calle de enfrente. Un hombre, y parece estar mirándome, no puedo verle bien.  Hay algo que me hala hacia él, pero no me muevo, es solo como un llamado lejano.


 — ¡Tchess! Ven acá en este mismo instante.


— Iridian, cállate— gruño— no me hables como un perro— siento alivio. ¿En serio estaba  tan preocupado por mí? No sé si lo logro entender, no creo que los humanos desarrollen sentimientos tan rápido. Camino, entrando al callejón.  Siento la mirada sobre mí, sé que aún habrá alguien al otro lado de la calle. Miro de nuevo, y allí esta, ahora más fácil de distinguir.  Es un hombre, con ropas oscuras ¿azul o verde quizá? Un sombrero… pero eso no es nada original.


estamos por llegar, regresa. Si no lo haces…— resoplo, justo cuando me siento arrastrado hacia otro lugar. Solo literal, humano, es la voluntad de Iridian. Estoy sorprendido, sinceramente. El deseo de que regrese con ellos es tan fuerte, que se impone a mí. Miro una última vez, mientras me dejo desaparecer. Ese humano sigue allí, ya no puede verme, pero yo si le veo, y por unos momentos veo un cabello tan rojo como el mío.    


 


Iridian y los demás están bajando de los autos, ya no gritan y parecen más ordenados que la última vez que los vi. Iridian me mira, y solo asiente con la cabeza mientras ayuda a Chiara a llegar hasta la puerta.


— ¿No hay algún médico que pueda venir?— pregunto, haciéndome notar.


— Yo soy médico ¿Por qué todos piensan que solo puedo tratar con cadáveres?— estoy a punto de hacer una broma, pero Chiara nos mira mal— puedo hacerme cargo.


— No lo dudo— respondo.


— Chiara, nadie  más sabe qué hacer. No podemos hacer esto, y sé que él es confiable. No dejare que hagas una tontería. Así que, o te las arreglas con Hackett o iremos a un hospital aunque tenga que entregarme.


ah, yo no quiero morir— Iridian tampoco, pero lo hará si ella no acepta. Y también sabe que yo no voy a intervenir— nunca pensé en morir sin luchar.


—  No vamos a morir.


ah, bien— está por atardecer. Siento que las cosas se pondrán peores esta noche, y que si queremos que todo esté bien ahora, debemos irnos. ¿Ah? oh, ¿me has escuchado? Pareciera que me estoy preocupado por los demás. Esto no puede ponerse peor. El lazo que nos une nos está afectando mucho más de lo que somos conscientes. Hemos convivido, y sentido lo que siente el otro, no es de extrañar que me sienta apegado a estos humanos si Iridian piensa en ellos cada dos segundos.


— ¿Cómo estuvo la distracción?


— nada que reportar— respondo, con burla— fue aburrido, no entiendo como los cazadores han estado eliminándonos, son lentos y no piensan mucho que digamos— mis comentarios ya no le afectan— no estuvieron ni cerca de tocarme. Ah, ahora que lo recuerdo, hubo alguien que me miraba, pero no hizo nada. Creo que sabía quién era yo— Una mezcla entre grito y gruñido nos interrumpe, proviene de la habitación donde esta Chiara.


— espero que este bien— Alice está cerca de la puerta, mirándola fijamente.


— no pasara nada, Alice. Solo tenemos que esperar— esperar siempre es la parte más difícil de todo.


— ¿sabía quién eras? Nadie te conoce— pienso lo mismo, pero no siento la misma preocupación que Iridian. Me alejo, buscando un lugar donde nadie me moleste. Iridian viene a sentarse a mi lado.


— Morir no me asusta, pero no quiero morir— por eso siempre intento estar presente en todos lados, asustar tan bien que no puedan olvidar mis pesadillas— así que no entiendo porque estas tan preocupado por lo que alguien me reconociera. A lo mejor solo es mi imaginación.


— no intentes engañarme.  


— estas preocupado por Chiara, te sientes culpable por arrastrar a tus amigos aquí también, y estas asustado por lo que paso con los cazadores— Iridian me mira, pero no me niega o afirma nada. Nos quedamos sentados, observando a los demás. Santiago, Kerem y los gemelos están hablando, no bajo así que  no dicen nada que sea secreto. Alice y Hattely  están muy cerca de la puerta donde esta Chiara.  Evans es el único que está junto a la puerta, sentado con la espalda recta, los ojos cerrados.


— siento que si no hubiera sido atrapado aquella noche, entonces no hubiera pasado esto.


— no, posiblemente serias como tus otros compañeros. Y ellos también.


— ¿en serio los demás…?


— eso creo. ¿Quieres que me asegure? Puedo ir y venir en un rato— Ya está negando con la cabeza.


— Iremos los dos, cuando esto termine. Cuando sepa que Chiara y su bebé están bien y que están seguros aquí.


Anochece, y pronto Iridian no es el único en estar nervioso. Todos saben que por la noche, las cosas se pueden poner peor.  Iridian ahora está con los demás, contándoles todo lo que sabe y lo que cree que está pasando. Yo solo observo.  Finalmente, la puerta de la habitación se abre y Hackett sale, sonríe cuando ve que todos le miran.  No dice nada y deja que  Alice entre corriendo.  Yo soy el único que se queda en la sala,  no me entusiasma mucho a pesar de que me gustan los niños, aunque al final, me termino por encaminarme hasta la habitación. 


Chiara está bien, y también el bebé en sus brazos.  Es demasiado gracioso verla rodeada de hombres que no tienen idea de que hacer o que decirle. Yo tampoco sé qué decir. Alice es la única que parece realmente feliz. Me quedo escuchando como ella se negaba aun a que el forense ayudara y toda una narración que pienso innecesaria.


— Iridian— le llamo. Él se me acerca, menos preocupado que hace unas horas— ¿confías en que este lugar es seguro?


— lo es. Pero ningún lugar es  completamente seguro.


—creo que no debemos pasar la noche aquí.  Tú quieres quedarte, lo sé, así que deja que vaya—Si piensas que estoy rogando por irme, no es eso exactamente. Podría irme, pero si Iridian se da cuenta me hará regresar— porque o resolvemos esto o nos largamos de esta ciudad, no soy idiota, no enfrentare a todo lo que hay aquí con solo un puñado de cazadores, una adolescente, una mujer que recién tuvo un parto y un bebé. 


— ¿piensas en irte? ¿Y que con quien nos hizo esto?


— Aun quiero matarle, pero sé que es una locura hacerlo en estos momentos.


— Esperemos unas horas— suspiro, resignado. Podría irme ahora que todos están atentos a la mujer.  No lo hago.  Lo que sea que este sintiendo Iridian es muy fuerte, me hace querer está aquí. Nunca pensé tuviera emociones tan fuertes que pudieran influenciarme aunque lo debí sospechar con Alice, ellos dos son inseparables, y claramente lo que sienten por el otro va más allá de una simple amistad.


La verdad, me inquiera verlos. Iridian y yo no hemos estado mucho tiempo junto como ellos, pero sin duda, algo más allá de lo que logro entender está pasando debido a esto que nos une. Me siento… más permisivo, menos defensivo que cuando nos conocimos. Y a Iridian le pasa lo mismo. ¿Terminaremos enamorándonos?


 Seria intrascendente para mí a no ser que si pasa, será porque tengo la misma  apariencia que la persona que le gustaba a Iridian. Para él, será como estar con esa persona que no pudo tener.  Y de algún modo, eso me molesta.   Me marcho, dejando que esa pequeña felicidad se quede solo allí.  Iridian me encuentra mucho rato después, mirando por una ventana.


— ¿Todo está bien?— pregunto.


— sí, ¿y por acá?


— no hay peligro, he sentido que se acercaban algunas pesadillas, pero nunca para alarmarnos. Creo que nos están buscando en la ciudad. ¿Puedo irme ya? Alice puede defender este lugar mejor que ustedes, y no me tardare mucho.


— Te estás comportando extraño— me dice, mirándome. Yo no le miro— no estás siendo fastidioso ¿Por qué tienes tanta urgencia en irte? No has bromeado, ¿Qué va mal?


— nada…


— No creo que sea nada— le miro. Y una idea estúpida pasa por mi cabeza. No hay nadie ahora, creo que nadie vendrá. Le beso, no algo dulce como de novela. Solo es instinto, e Iridian me besa de vuelta,  le empujo hasta que le tiro al suelo, sus  manos jalando mi cabello. Escucho algunos pensamientos de Iridian, pero los ignoro mientras me pongo a deshacerme de toda la ropa que trae puesta.  Él se separa, jadeando— ¿Qué haces?


— ¿Liberar la tensión?— sonrió. Él me ve, y me besa, un beso salvaje que si fuera humano me dejaría sin aliento. ¿A quién ve cuando hacemos esto? ¿En quién piensa? Nunca he escuchado lo que piensa en estos momentos. Esta vez, hay algo más aparte de la atracción, pero no logro saberlo. Solo para jugar un poco con Iridian, le muerdo el hombro, dejando una marca notoria de mis dientes. Él me empuja, pero no dejo que me mueva, sonrió mientras bajo mis manos y escucho el sonido que hace Iridian cuando mi mano encuentra su miembro. Yo no me preocupo por la ropa, solo tengo que pensarme sin ella y ya está.  Su boca baja por mi cuello, es increíble lo sensibles que pueden ser los cuerpos humanos. Aun si no puedo imitar al completo todo, mi imitación es cercana. Me deja con la mente en blanco.  Y sé que yo también le dejo con la mente en blanco.


 


Es muy tarde cuando me vuelvo a mover. Iridian, dormido a mi lado, no se mueve. Pasará un buen rato antes de que despierte.  No quiero tener nada que me detenga en este lugar. Hatt me mira cuando salgo, pero no dice nada.


¿A dónde iré? Es fácil, entrare en la cueva del lobo, la base de los cazadores, si es ahí donde inicio esto espero encontrar pistas, un descuido. Evito  toparme con alguien moviéndome rápido, no me detengo a ver nada. El lugar está vacío. Me muevo, aun invisible. No hay ni un solo cazador aquí.


— ah, has llegado— si fuera un humano me hubiera sobresaltado. No me muevo, no digo nada. Busco a quien está aquí— sé que estas aquí, he sentido cuando llegaste— me muevo, alcanzando el pasillo. Hay alguien sentando, leyendo— he estado esperándote mucho tiempo, me preguntaba cuando me encontrarías, te tomo tiempo. Es mi culpa, no debiste estar con ese cazador en particular.


 — Tu… tú fuiste quien hizo esto— no me importa quedar visible. Casi me dan ganas de reírme. No esperaba encontrar esto. A lo lejos, siento que Iridian está consciente. 


— por supuesto. Y he querido resolverlo— se levanta, y puedo verle unos momentos. Es igual de alto que yo, un poco más fornido. Y su cara…


Mierda, cometí un error. Tengo que irme ahora… pero no puedo moverme. No puedo quitarle los ojos de encima.


— Leo…— murmuro. Mis últimas palabras. Mi conciencia se desvanece.

Notas finales:

Hasta la próxima, gracias por leer!!


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