Hecho una última mirada al chico nuevo antes de salir de la cafetería, seguro sus hermanos estarían sacando humo por los oídos. Con mucha razón, claro está.
―¡Quiero su nombre, y lo quiero ya!― Exclamó Niji aún sosteniendo su nariz, se notaba que le dolía―. ¡Me las va a pagar! ¡Lo voy a hundir!
―Lo mismo digo―. Yonji tenía ojos filosos, cuando se enojaba era temerario―. De esta no se salva, ese niñato va a aprender.
Él solo los escuchaba, no quería meterse en la conversación. Sin embargo, al igual que ellos, estaba muy sorprendido por la forma de actuar del joven. ¿Cuándo fue la ultima vez que alguien los golpeo? Nunca. Ni siquiera su propio padre les había puesto la mano encima en la vida.
―Se llama Monkey D. Luffy, Niji-sama―. Un alumno se acercó a ellos, temblaba de miedo y no los miraba―. Es un alumno nuevo, empezó hoy.
―Así que Luffy ¿eh?― Pensó, algo en él le estaba llamando mucho la atención. No era una persona común, podía verlo.
El chico les dijo todo sobre el pelinegro, desde numero de lista hasta números de casilleros, incluso su salón.
―Ahora si va a aprender las reglas del juego―. El peliazul sonrió de medio lado, sus ojos trasmitían sed de venganza.
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Cuando se dirigía fuera del instituto, para ver más de cerca al equipo de básquet, no pudo evitar sentir las miradas de los demás alumnos, así como los murmullos hacia su persona.
―¿Qué les pasa?― Susurró con molestia, algo le decía que no eran cosas buenas las que decían.
―Que te metiste con las personas equivocadas―. Dijo alguien a su lado, sobresaltándolo un poco―. Y por eso ahora me agradas, Luffy-ya.
―¡Tatuado!― Exclamó con una sonrisa radiante al reconocer a su compañero de pupitre.
―Me llamo Trafalgar Law.
―¡Seamos amigos Torao!― El moreno frunció el entrecejo al escuchar el apodo, pero no dijo nada―. Por cierto, ¿en qué club estas?
―En el de esgrima, ¿y tu sabes a cual te unirás?― Luffy negó con la cabeza―. ¿Alguno que te llame la atención?
―Pues…― Dudó un poco en responder―. Básquet, jamás he hecho, pero suena divertido.
Law sonrió de medio lado, ese chico si que era especial. Aventado, sin miedo, con coraje para enfrentar a cualquiera que se le pusiera enfrente.
―Iré a ver las practicas de básquet, ¿vienes conmigo?― Asintió, total tenia una hora para llegar a la práctica de esgrima.
Como objetivo aparte, había una persona a la que quería ver.
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―¡Corran! ¡Que corran les digo!― El entrenador del equipo de básquet parecía ser alguien temerario, autoritario y sin una pizca de miedo a la hora de exprimir a sus jugadores.
Luffy miraba a todos y cada uno de los jugadores, centrando sus ojos en un rubio, alto y con cejas rizadas. Definitivamente se acordaba de él, era el chico amarillo que estaba con el grupo de esos idiotas que se metieron con su amigo.
―¿Ese no es…?― Habló en voz alta, captando la atención de Law.
ꟷSanji… Sanji Vinsmoke, el tercero de los cuatrillizosꟷ. Respondió a la pregunta silenciosaꟷ. Por suerte, es muy diferente a los otros tres imbéciles.
ꟷJum…ꟷ Se quedó mirándolo, al igual que sus hermanos, el chico era extremadamente guapo. ¿Sería algo genético? ¿Sus padres eran así también?ꟷ Espera…ꟷ Miró al pelinegro con una sonrisa burlonaꟷ. ¿Tú como sabes eso? ¿Tanto lo conoces?
El heredero mayor de Donquixote Doflamingo desvió los ojos, un leve rubor apareció en su cara.
ꟷJe… Ya veo…ꟷ La expresión de Luffy aumentó ante la falta de respuesta, dándose cuenta al 100% de lo que pasabaꟷ. No se lo diré a nadie, lo prometoꟷ. Viendo el panorama, sabía que nadie estaba enterado de la relación entre ambos.
Trafalgar lo miró unos segundos, tratando de autoconvencerse de que el chico realmente no revelaría el secreto, de lo contrario, todo se iría a la mierda.
Monkey D. Luffy solo sonrió, muchos creían que era un completo idiota, pero no lo era. Al menos, no en gran medida.
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Las clases llegaron a su fin, sin embargo, las miradas hacia él no cesaron en lo absoluto. No podía dar ni dos pasos sin sentir los ojos en su persona, escuchar como lo insultaban o como lo comenzaban a admirar por haber enfrentado a los hermanos Vinsmoke. ¿Es que esos riquillos no tenían nada más que hacer con sus vidas? Ni que hubiera descubierto la décima maravilla del mundo.
ꟷQue molestoꟷ. Suspiró con fastidio, detestaba lo que estaba pasando.
Se acomodó bien la mochila, dirigiendo sus pasos a la parada del autobús. Solo quería llegar a casa y tomar la merienda, después ver que haría el resto de la tarde.
ꟷ¡Luffy-ya!ꟷ Viró sus ojos hacia la calle, encontrándose con un lujoso auto negro, y a su nuevo amigo en el asiento trasero, con la ventanilla bajaꟷ. ¿Vuelves a casa?
ꟷ¡Hola, Torao!ꟷ Corrió para estar mas cercaꟷ. Si, debo tomar en autobús ahíꟷ. Señaló sin despegar su vista del moreno.
ꟷSube, te alcanzo a tu casaꟷ. Law abrió la puerta, invitándolo a pasar mientras se corría al otro asiento.
Luffy no lo pensó dos veces, un aventón no le vendría mal, además tendría mas tiempo para hablar con su amigo.
El auto arrancó en cuanto se subió, el mas bajo le indico al chofer la dirección de su casa, siendo un asentimiento silencioso la respuesta que recibió.
ꟷOyeꟷ. Law dudó un poco como decir lo siguienteꟷ. Debes tener cuidado, a partir de ahora tienes que cuidarte la espalda, en cada rincón y salón de la escuela.
ꟷ¿Qué?
ꟷEsos hermanos no son ninguna broma, no se quedarán de brazos cruzados luego de lo que pasó. Créeme que te las cobraran, sobre todo no perdonaran que te hayas atrevido a golpear al menorꟷ. Sus grises ojos profundos se afilaron como dagasꟷ. Ichiji y Niji protegen a Yonji como no te imaginas, al ser el menor es el mas consentido de los cinco, no por su padre, si no por ellos mismos.
ꟷ¿Por qué les temen tanto? Son humanos también, como tu y yo, no puede ser tan malo.
ꟷPorque son inhumanos, Luffy-ya, no tienen remordimientos, son incapaces de sentir empatía, podrían asesinar y no sentir absolutamente nada. En pocas palabras, no tienen corazón.
El mas bajo sintió como su pecho se hundía al escuchar eso, Trafalgar era la segunda persona en decirle lo mismo sobre ellos. La segunda persona que aseguraba que no eran capaces de sentir emociones. La segunda persona que, sin mostrarlo claro, les temía, aunque fuera un poco.
ꟷEs extraño que digas eso…ꟷ Law lo miróꟷ. Cuando tú sales con uno de esos hermanos inhumanos.
ꟷLo sé, es contradictorio de alguna formaꟷ. Se mordió el labio inferior, mostrando su incomodidadꟷ. Pero, como te dije, él es diferente a esos tres imbéciles.
ꟷ¿Qué tanto?
ꟷDiría que, del uno al diez, como si no fueran hermanosꟷ. A Luffy le cayó una gotita por la cabeza, preguntándose qué clase de respuesta había sido esa. Para que luego dijeran que él era el idiota.
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ꟷMuchas gracias por prestarme los apuntes, Koala-sanꟷ. Sabo guardó las hojas dentro de su mochila, levantándose luego de hacerloꟷ. Así me pondré al corriente cuanto antes.
ꟷNo hay de qué, suelo explayarme mucho, pero espero te sean de ayudaꟷ. El rubio asintió con una sonrisa, afirmándole que así sería.
Salieron del salón mientras hablaban sobre la última clase, realmente había sido provechosa y Sabo se sentía satisfecho. Le gustaba su nueva universidad, siendo que al principio tenia sus dudas, pero ahora todo iba viento en popa.
La mudanza no había sido fácil, para ninguno de ellos. No solo dejaron su casa de toda la vida, también a sus amigos de infancia, ya no podrían visitar la tumba de sus padres con regularidad, y en su caso, terminó con su novio, aquel con quien estuvo tres largos años.
Lo había conocido en el instituto, era un año mayor, pero tuvo que repetir curso por temas personales. Al principio todo fue bien, era un cuento de hadas, pero poco a poco esa felicidad se fue apagando, su novio evitaba las cenas familiares, y se negaba (indirectamente) a que Sabo conociera a su familia.
Realmente no lo entendía, después de todo hablaban sobre un futuro juntos, incluso de adoptar un hijo, tener una gran casa, un perro y demás. ¿Por qué salía con esas cosas tan extrañas? ¿Acaso se había aburrido de él? ¿Le daba vergüenza? ¿O simplemente quería terminar la relación y no sabía cómo?
Cuando el tema de la mudanza, su novio (al parecer) vio la oportunidad perfecta para dejarlo, alegando que una relación a distancia seria imposible, incluso dolorosa.
ꟷPor mucho que te ame, lo mejor será cortar por lo sano.
Esa declaración, aunque confusa, le dejo aun mas dudas.
ꟷ¿Quién será ese chico tan guapo?ꟷ Se sobresaltó al escuchar la voz de su amiga tan de repente, dándose una cachetada mental justo después. No debía pensar en el pasado, ellos ya habían terminado y jamás se volverían a ver.
Sabo miró hacia el lugar donde Koala señalaba discreta, encontrándose con un hombre rubio, de peinado extraño, una mirada somnolienta, y una pose relajada.
ꟷ¡QUE GUAPO ES!ꟷ Gritó tan fuerte como para que el hombre la escuchara, cosa que logró porque el extraño giró levemente la mirada, pero al milisegundo volvió a ver la puerta del salón de ¿Ace?ꟷ Auch, que antipáticoꟷ. Infló las mejillas en modo de puchero, detestaba cuando le gustaba alguien y este no la registraba por mucho que hiciera.
Sabo, por su parte y sin prestarle mucha atención a su amiga, siguió mirando al tipo. Parecía muy concentrado en admirar la puerta cerrada, como si aquella tuviera todas las respuestas del universo.
ꟷSiento que saldrán rayos láser de sus ojosꟷ. Koala río levemente al escucharlo, luego se marcharon hacia el patio.
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En cuanto llegó a casa lo primero que hizo, luego de tirar la mochila por los aires, fue correr a la cocina y devorarse la comida que su hermano le dejo lista en la mañana. Junto con eso, se sirvió varios vasos de leche achocolatada.
Luego de hablar de los hermanos Vinsmoke, Law y Luffy comenzaron a discutir sobre temas muy importantes: la esgrima y el básquet.
El chico nuevo quería saber, a diestra y siniestra, como era el funcionamiento del equipo, como se desempeñaban, como era el profesor, que tan temerario era y demás cosas que Law le explico con mucho detalle. Se notaba que había pasado horas mirando a su novio entrenar, y seguramente este también le había hablado mucho sobre su club.
Luego, el moreno comenzó a contarle sobre el suyo propio, pero el mas bajo terminó por quedarse dormido.
Estaba por comerse el ultimo bocado que había, cuando la imagen del pelirrojo cuatrillizo asaltó su mente. ¿Por qué siempre aparecía en su cabeza? ¡No quería! No le gustaba como era, como trataba a los demás, como los miraba con tanto desprecio. ¡Quería olvidarse de él y de su existencia!
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El día siguiente llegó más frio que el anterior, el humo salía de su boca con cada aliento y esperar el bus con esa oscuridad solo le estaba dando sueño e insensibilidad de piel.
Después de mucho rato, el transporte apareció y por fin puso marcha al instituto. Tenia un muy mal presentimiento, algo no iba bien, podía sentirlo.
Cuando llegó, todo parecía normal, los alumnos entraban con caras adormiladas. No había nada extraño, así que solo se adentró a la escuela.
Camino por los largos pasillos, hasta que estuvo enfrente de su casillero, el cual abrió sin problemas.
ꟷ¿Qué demonios…?ꟷ Ahí, frente a él, pegado en la parte superior del casillero había una tarjeta.
La tarjeta roja.
Continuara…