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Pose por Silvia_Riffie

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Notas del capitulo:

Helloooooooo!!! Llegó el capítulo por el cual lloraban jajajajja....


Pensaron que me iba a olvidar de subirlo, naah!! aunque se debió a que mi internet se fue por unas horas, creo que es por el clima. En Chile estamos en invierno, vivo en el sur, donde llueve sin parar y así estamos con una gran tormenta en la región del Biobio.


Y también porque estaba afanada escribiendo un oneshop que subiré en cuento lo termine, jijiji.


Sin más os dejo con el capi... Enjoy!!

Capitulo Cinco … Rebeldía

Itachi pensó haber escuchado mal, pero Yahiko parecía muy alterado en demasía, por lo tanto él había visto algo que confirmaba sus sospechas.

- Vamos hablar de ello, pero no aquí, en mi habitación – Itachi manejó su silla de rueda con maestría llegó a la escalera, que Sasuke había modificado hace mucho para tener y ascensor para la silla, la unión era fácil y podría hacerlo solo, de hecho todo en ese lugar estaba acondicionado para él, por eso lo de la planta libre, pocos muebles, todos los caminos libres, las manillas, el lavadero, todo estaba a su altura.

- Tu hermano pensó en todo – Yahiko entendió porque las puertas eran tan grandes en todas las habitaciones del porte suficiente para que una silla pasara sin problemas.

- Sí, tiene todo a mi altura y la de él, por eso hay dos lavados, dos refrigerados, dos alacenas. Él piensa en todo – Sonrió al pensar en su hermano y como se había convertido en el guardián de ellos, mejor que sus padres – Entonces por qué piensas que Naruto que es un año mayor y nació en otro mes, tu hermano tendría veintidós años y nació un diez de octubre –

- Las cicatrices –  Dijo en voz baja Yahiko pensando en el rostro de Naruto.

- Cómo –

- Deidara le hizo heridas en el rostro a Naruto, tres cortes horizontales en cada mejilla – Dijo – Naruto el que está en una habitación más allá, las tiene, son idénticas, como también la cicatriz en la mano de la quemadura de cigarrillo, además es idéntico a papá –

- Pero cómo puede ser posible que sea él – No era que no le creyera a su amigo, pero podía ser solo la necesidad de que fuese su hermano, por redención.

- Creo tener la respuesta a eso – Contestó – Había una mujer que siempre molestaba a papá, lo culpaba porque Madara había sido desheredado y había desaparecido de Japón, ella se llamaba Yurika Rumikawa, era la secretaria de Madara y estaba loca de amor por él –

- Qué tiene que ver con tu hermano –

- La madre de Naruto – Apuntó hacia la dirección de la habitación en donde estaba – Se llama Yurika Rumikawa –

- Mierda –

- Sí, mierda – Yahiko soltó un suspiro – Ese chico es mi hermano, pero no sé qué hacer, porque si le digo a papá se volverá loco, si Deidara se entera es capaz de matar a Naruto, y no sé si esa mujer que se hace pasar por su madre está bien de la cabeza, porque obviamente manipulo a mi hermano para que tuviera complejo por su apariencia, así que no sé qué hacer –

- Bueno, creo que tengo la solución a ello –

- ¿En serio? –

- Naruto tiene otro padre además de Minato-San, y Madara está por volver, quizás podríamos pedirle su ayuda –

- Pero ni siquiera sabe qué tiene un hijo –

- Eso tendrá que cambiar –

- No lo sé, Itachi, ustedes son conocidos por ser vengativos, no quiero a mi padre sufriendo más de lo que ya lo ha hecho – Conocía perfectamente la furia de un Uchiha, Sasuke era una muestra de aquello.

- Sí, pero el amor siempre es más fuerte, y en todos estos años no ha dejado de amar a su Minato, de eso estoy seguro –

- Bien, mientras tanto investigaré todo –

- No volverás a Seúl –  Itachi lo sabía, no era una pregunta, conocía muy bien todo lo que su amigo había sufrido por Naruto, como lo atormentaba todo.

- Dejaré a alguien de confianza, mientras tanto, diré que quiero abrir una sucursal aquí, solo para hacer tiempo –

- Seamos socios – Itachi dijo de pronto – Me gusta la idea de tener otro trabajo –

- Está bien, hablemos de ello – Yahiko sonrió tranquilo como hace mucho no lo hacía, quizás era hora de hacer las cosas bien y proteger lo que una vez dejó desprotegidos.

Sasuke esperaba que el médico terminara de atender a Naruto, estaba preocupado, se estaba sobre exigiendo demasiado, lo sabía pero quiso ignorarlo, porque el chico era un tozudo de armas tomar, pero ya estaba cansando de verlo autodestruirse realmente no podía hacer las dos cosas, menos lejos de casa.

Bien dejaría pasar las fiestas y luego iría contra la yugular de Naruto, sin darle espacio a replicas.

El médico salió minutos después le dijo que era porque Naruto tenía muy obstruido el pecho, así que lo mejor era buscar a un kinesiólogo, agradeció tener a Lee en el lugar, así que él fue hacerse cargo de su asistente.

Le pidió ayuda a Minato-San para hacer el almuerzo, los sudafricano parecían muy amistosos, no se enojaron por el cambio de lugar, de hecho parecían complacidos de ser invitados al hogar del Uchiha.

- Este es mi hermano Killer-B – Presentó A Raikage.

- Mucho gusto – Saludó Sasuke – Mi hermano Itachi, Sai, y socios de Sharingan Corp, el es Minato Namikaze nuestro socio, y uno de mis mentores –

Comenzaron los saludos así, Minato escondió muy bien su sorpresa de saber que los otros chicos eran parte de aquella corporación gigantesca, no iba hacer preguntas en ese momento, pero si en el futuro.

Yahiko dijo que tomaría sus alimentos al lado de Naruto, así que mientras los otros se encargaban de los negocios, ellos comían. Naruto se sentía un poco incomodo sobre todo por no tener todo aquello que ayudaba a cubrir su rostro y cabello.

- Tranquilo, en serio no sé por qué piensas que algo está mal con tu apariencia –

- No lo sé – Aceptó – Algunas veces quiero quitarme todo, pero estoy desfigurado y eso me asusta, no quiero que se rían de mí – Su voz sonaba triste a oídos de Yahiko.

- No estás desfigurado, eres hermoso. Disculpa – Tomó su teléfono porque había sonado  - Trabajo en publicidad, marketing y diseño industrial, tengo una compañía, no es la más grande de aquí, pero me gusta lo que hago, además estar lejos de Deidara es un plus – Dijo sonriendo terminando de contestar el mensaje de su asistente – Mi asistente está loco porque desaparecí sin decir nada –

- La pesadilla de todo asistente – Dijo con voz aterrada pensando si Sasuke le hiciera eso – Si me jefe lo hago, le rompo las bolas – Agregó entre divertido y asustado de pasar por algo así pasara.

- Eres de temer – Rió por lo dicho, se sentía nervioso por estar hablando con su hermano, aquel que tanto daño le hizo cuando eran niños.

- No lo sé – Sonrió para luego comenzar a comer la comida de restaurante, amaba comer más comida del Santoria eran deliciosa, y la historia del fundador era inspiradora y siempre usaba ingredientes muy humildes y nobles.

- Veo que te gusta la comida –

- Sí, me encanta, me gusta cocinar, algunas veces comienzo a cocinar en la noche medianoche, sufro de insomnio, así que uso mí tiempo para muchas cosas –

- Me pasa lo mismo, pero me pongo a crear, vivo en Seúl solo, así que en las noches cuando me libro de comidas y esas cosas, coloco un  canal de Youtube de mung Bank puede conocerlo es Kyubi Naru, es muy conocido, es uno de sus canales secundarios, lo que me gusta es que es muy elegante, no coloca tanta comida sobre la mesa, lo cual no me gusta mucho – Esbozo una sonrisa casi penosa – Además es como no sé comer con alguien, habla de cosas, de películas, música, de moda, Dios como ama la moda ese chico, me encanta verlo, he querido trabajar con él, pero a pesar de lo fácil que parece ser, es como una ostra – Yahiko dijo aquello para romper el hielo con su hermano, además de contarle cosas de él, quería al menos crear una amistad con él.

- ¿En serio? – Naruto se puso rojo de la vergüenza, comenzó ese canal, para los días que no quería hacer otra cosa que comer, y como casi siempre lo hacía solo, hizo esos vídeos, tampoco le gustaba tener tanta comida sobre la mesa, amaba comer pero no ahogarse en ella – Te has comunicado con él –

- Sí, mucho, pero no contesta correos, he querido enviarle regalos de algunos de mis clientes, para que haga reseñas sin compromiso, pero el chico no acepta regalos, ni nada de aquello, todo lo que habla lo compra con su dinero, y me parece que es bastante austero a pesar de todo –

- Sí, lo es – Sonrió como niño pequeño, no aceptaba regalos porque no quería nadie supiese su dirección, ser Kyubi Naru era algo muy secreto para ella, y sabía que había gente muy fisgona.

Siguieron conversando sobre Kyubi Naru, mucho tiempo, mientras comían, era agradable para ambos hablar con el otro, además tenían muchas cosas en común.

- Veo que te gusta – Terminó de comer mirando a Naruto – Aunque últimamente me siento solo, porque ya no sube contenido, dice porque está en un nuevo proyecto –

- Es que es la verdad – Sasuke estaba en la puerta mirando embalsamado al rubio de ojos azules, al fin podía ver ese rostro que tanto anhelaba ver, no pudo reír ante la acción de Naruto que dio un gritito puso tiernamente sus manos sobre su rostro – Yahiko tienes a Kyubi Naru frente a ti – Dijo entrando al lugar, ante la sorpresa del Namikaze – Sé que tienes mucho que decirle, pero me dejarías hablar con él, además tu padre pregunta por ti, y no me gustaría que alguien más viese el rostro de Naruto sin su consentimiento –

- Claro – Yahiko sonrió al Uchiha – Nos vemos pequeño, tenemos mucho de que hablar –

Salió con una sonrisa en el rostro, no podía dejar de sonreír, Naruto seguía siendo tan mono, porqué había hecho tanto daño en el pasado, si bien era un niño, pero ni tanto,  debía hablar con él, pedirle perdón y redimirse de una vez.

- Padre me buscabas – Vio como aún estaban los sudafricanos ahí, así que los miró bastante curioso, pensó que se habían ido por eso Sasuke había subido.

- Sí, verás Itachi dijo que tú y él se querían asociar para agrandar tu empresa, y Killer B necesita alguien que sepa sobre el mercado oriental, él es un rapero en Sudáfrica, pero quiere ampliar su público al nuestro, ya que tiene raíces japonesas, pensé que podría ser un comienzo –

Yahiko miró a Itachi, luego a su padre que tenía esos grandes ojos expectantes como deseando haber hecho algo bueno por él, lo miró con amor siempre se preocupado y atento a ayudarlo, tenía un buen padre.

- Sí, me encantaría, mucho gusto – Saludó a las personas y comenzaron a conversar sobre ideas.

Minato observo a A Raigake que parecía muy satisfecho, tanto por el trato al que habían llegado, como por interesarse en Killer B, al parecer no muchos posibles socios, gustaban del excéntrico hermano menor de aquel poderoso hombre.

Naruto sintió el peso del cuerpo de Sasuke sobre la cama, no quería que lo viese, por qué había hecho eso, por qué se había descuidado tanto, estaba tan bien hablando con Yahiko, y agradecía respirar bien, luego del masaje de pecho con Lee, aunque fue grotesco porque botó muchos desgarros, y no tenía tanta tos y ni le costaba respirar tanto.

- Oye, quita las manos – Sasuke tomó las manos del rubio para bajarlas, lo hizo con bastante esfuerzo – No te escondas, por favor Naruto, mírame –

- No me gusta que veas esto –  Su voz detonaba desesperación, peor con lo gangoso que estaba.

- Que vea qué, Dobe, un chico hermoso que se esconde por alguna razón que no logro entender, que tiene un hermoso cabello, unos impresionante ojos azules, una piel canela hermosa… -

- Y unas cicatrices espantosas –

- No, son sí, en efecto unas cicatrices, pero parecen unas singulares marquitas de un astuto zorrito, eres bello, eres hermoso, no sé por qué tienes tanto  complejo con tu apariencia –

- Mi madre dice que soy asqueroso, que nadie me querrá, si no las escondo – Dijo casi llorando – Una vez traté de mostrar mi aspecto, pero ella me golpeó fuertemente, siempre me controla, y al final comencé a asco sobre él, por eso cuando aprendí a maquillarme a esconderlo fue lo mejor –

- Si te digo que si existe alguien que te quiere como eres – Sasuke susurró – Si tú supieras que tiene alguien loco por ti, que piensa en cada momento del día en ti, que no duerme pensando en ti, en saber de ti, qué hay bajo ese maquillaje, lentillas y peluca, querer tocarlo, añorar veinticuatro horas del día tu compañía, qué dirías a eso –

- A que quizás no le guste ver mis cicatrices – No quiso mirar a Sasuke, las sábanas parecían el mejor lugar para observar, que ver al hombre del que estaba enamorado, al único que no quería mostrarle su apariencia.

- Las amo, como todo lo que hay en ti – Inmediatamente obtuvo la reacción de Naruto, quien lo miró sorprendido, al fin le mostraba su carita, sonrojada y constipada, nunca había visto a alguien más hermoso para él en la vida – Sabes que te besaría si no estuvieras tan enfermo –

- No te permitiría besarme en estos momentos – Dijo como ido – Estoy muy feo-ttebayo

- Nunca lo estás – Se rió por las ocurrencias del doncel – Jamás, acostúmbrate, a escuchar que eres bello – Se levantó para colocarse al lado de Naruto y recostarse con él.

- Qué haces –

- Creo que lo sabes muy bien – Se acomodó en la cama junto a Naruto abrazándolo – Solo descansemos, los sudafricanos están entretenido con mis hermanos y con Minato, nadie me extrañara, más que tú –

- Yo no te he dicho nada –

- Qué dices –

- Qué tu dijiste algo muy lindo recién, pero no me siento confiado para devolverte esas palabras lindas – Susurró aferrándose al pecho del mayor – Pero quiero una cita para Navidad –

- Para navidad, mira que me salió exigente el doncel al que aspiro como pareja –

- Señor usted nunca mezcla el trabajo con la vida personal – Miró a Sasuke con suspicacia.

- Por primera vez voy a mezclar el trabajo con lo personal, siempre que te pueda tener a mi lado Naruto –

- Mmmm –Ronroneo como Gatito – No sé si sea buena idea, tener la tentación en frente –

- Debes controlarte doncel lujurioso – Naruto comenzó a carcajearse y toser a la vez, haciendo reír a Sasuke.

- Maldito teme, mira lo que me hiciste – Su voz se entrecortó tratando de respirar – Mira si seré yo el lujurioso – Le dio un pequeño golpecito – Si no recuerdo mal en todos estos meses quien ha salido con donceles y chicas has sido tú –

- Hay no te pongas celosito, siempre estás presente y son personas de interés para negocios, nada más allá de una cena aburrida claro está, porque no son tú –

- No lo sé-Ttebayo, pero creo que estás tratando de convencerme cuando estoy enfermo, dímelo cuando esté bien y ahora déjame dormir – Ya no podía seguir con esa conversación todo estaba pasando muy rápido, y la vergüenza se lo estaba comiendo con pijama.

- Lo que diga mi Dobe – Sasuke tenía una tonta sonrisa, al fin. Al fin tenía a Naruto en sus brazos, no quería ir rápido con él, porque quería atesorarlo, pero verlo al descubierto, lo desarmó por completo, en su cabeza solo resonaba una sola frase:

“Debes hacer a Naruto, tu doncel”

Él monopolizaba todo, se adueñaba de todo, pero con Naruto era diferente, no podía hacer eso, invadirlo, poseerlo y sumirlo a su mundo. Claro ahora por el trabajo el rubio pasaba más tiempo con él, las mascotas estaban en su pent-house, pero Naruto tenía su espacio, su privacidad, su vida y quería por primera vez en su vida, ser participe en la vida de otro, no imponer sus deseos.

En algún momento se durmió, tan profundamente, que ni él ni Naruto despertaron cuando Yahiko llamó para ver a su hermano, pero nadie contesto, al entrar los vio durmiendo abrazados.

- Lo siento, Sasuke no podrá despedirse, está en una conferencia con unos holandeses – Le dijo a los sudafricanos cuando bajo, para tapar que los chicos estaban durmiendo.

- Que pena, realmente quería conocer al asistente del señor Uchiha – Dijo Killer B.

- Por cuánto tiempo se van a quedar en Japón – Sai quiso saber.

- Al menos unos tres semanas, convencí a mi hermano de tener vacaciones –

- Genial, tenemos que vernos entonces, Naruto estará muy contento de conocerlos –

 Yurika Rumikawa estaba molesta, había lanzado su teléfono lejos más de diez veces, y allá iba nuevamente a tomarlo, Naruto, su adorado hijo no atendía el teléfono, ¡Dios! El chico no le decía donde estaba trabajando, sabía que tenía secretos para con ella, cómo le había hecho eso.

Ya no podía confiar en Naruto, estaba segura que estaba metido en algo que no quería que ella supiese, por eso tan evasivo, además aún recordaba muy bien al maldito que la había regañado.

Bien si las cosas serán así, pensó la mujer, era mejor que se preparase ese hijo suyo porque iba a ir a verlo para saber en qué demonios estaba metido.

Naruto sonrió a las costureras, ellas eran realmente hábiles, interpretaban sus anotaciones al piel de la letra, cuando tenían dudas le enviaban fotografías y mensajes de voz, y él les indicaba cómo hacerlo.

Faltaba solo días para navidad, y todo era una locura, la empresa a pesar de esa fecha, como era una fiesta occidental no tenían libres, pero Sasuke, había llegado un acuerdo con los trabajadores de trabajar horas extras en enero por el medio día del veinticuatro y el día  veinticinco, lo mismo para el treintaiuno de diciembre y el primero de enero.

Su padre no estaba contento, decía que eso hacía que la gente se volviera holgazana, Sasuke estaba cansando de la actitud de su padre y también de su madre. Dejó de pensar en aquello, jugaba con su pluma fuente mientras escuchaba las indicaciones de su asistente, su gran descubrimiento.

- Me estás escuchando – Naruto fulminó con su mirada a “Jefe”

- No mucho en realidad – Contestó sincero – Odio esa peluca que sigues usando – Su voz sonaba entre caprichosa y amargada – Quítatelos –

- No –

- Vamos Dobe –

- Sasuke, dije que no, respuesta mi decisión, en noche buena, si sigues molestando olvídalo teme –

- Hey sabiondo mandón, he estado haciendo todo, pero recuérdalo, yo no soy buena persona – Se levantó para ir junto a Naruto – Nunca lo he sido, ni aspiro hacerlo, así que no me pruebes –

- Ah sí, y qué me harás – Entrecerró los ojos medio molesto medio divertido, y con mucha audacia

- Soy empresario, nunca hago las cosas gratis, jamás – Lo tomó de la cintura y lo atrajo a él – Por lo tanto si me haces tantas exigencias y esperar, tomaré parte del interés que me debes – Lo besó.

Naruto sintió los bellos de su nuca erizarse, como cada parte de su ser, como si millones de ampolletas comenzaran a prenderse dentro de su cuerpo, por miles de chock eléctricos, que viajaban por todo su ser. Sentía la gran palma de Sasuke sobre su nuca y como sus dedos se apoyaban en su cabeza enredándose en el cabello de su peluca.

Sentía el firme cuerpo del varón muy apretado a él, aunque sus cuerpos chocaban, quería el insano deseo de traspasarlo, sus manos se aferraron al cuerpo del mayor, sintiendo aquellos músculos bien escondidos debajo de esa elegante ropa.

Sus labios se movía al son de los de Sasuke, cerró sus ojos y terminó de quitar su raciocinio de en medio, para dejarse ser llevar todas esas deliciosas sensaciones, suspiró momento en que Sasuke metió su lengua, haciendo que él diese un pequeño gemido de éxtasi.

¡Dios! Había besado muchas veces, a muchos varones, y aunque tenía varios besos memorables, ninguno se parecía al que estaba teniendo ese momento. No solo se trataba que Sasuke era un buen besador, claro está, pero era más que eso, por primera vez comprendía el sentido de desear y monopolizar a alguien en un beso, y eso era justamente lo que ambos querían hacer aquello con el otro, la necesidad de pertenencia.

Suspiró hondamente en cada espacio que ese beso le daba, el aire nunca había sido tan odioso, como en esos momentos, la lengua de Sasuke jugaba con la suya, quizás solo quizás si alguien los viese pensaría que ese beso era casi obsceno, no importaba porque estaba sumergido en el placer que le daba.

Sasuke no aguantó más, los labios de Naruto eran deliciosos, y más que eso, bajó sus manos recorriendo los hombros y brazos del menor, hasta llegar a sus piernas, las cuales tomó y levantó haciendo que Naruto quedara en brazos de él. El rubio dio un grito de sorpresa, antes de aferrarse con las piernas a la cintura del varón, así como apoyar sus brazos en aquellos fuertes hombros para no caerse; el Uchiha levantó un pie colocándolo sobre el sofá para tener mayor estabilidad.

Se tuvieron que separar porque ya no tenían aire, se miraron con un deseo impropio, antes de que Naruto atacase el cuelo de Sasuke, haciendo que este perdiera la estabilidad.

Shikamaru Nara, era una persona que muchas cosas le eran problemáticas, él prefería las cosas simples y relajadas, no había mayor entretención que mirar las nubes, pero últimamente había algo que lo estaba distrayendo de sus gustos, y eso era Rumikawa Naruto, era una persona enigmática, con una energía casi ilimitada, bastante hablador, y ciertamente ruidoso, pero que hacía un trabajo excelente, era bueno con todo el mundo, e increíblemente era quién había domado al gran jefe.

Ahora que veía un espectáculo tan asombroso como un beso que parecía casi un acto sexual, no solo había domado al jefe, se había apropiado de él. No pudo reprimir la sonrisa, eso era más que obvio, la tensión sexual echaba chispas cuando estaban juntos, parecían conocer tan bien al otro, cuando estaban enojados, o tenían algo en mente y no sabían cómo decirlo, el otro terminaba la oración.

A pesar de saber que Naruto jamás miraría a otra persona como varón, porque Sasuke Uchiha era todo lo que el doncel parecía necesitar en la vida, a pesar de eso, no podía dejar de gustarle, así que una parte de él se sentía incomodo por ver aquella escena y otra deprimido.

Recordaba el primer día en que lo vio, vestido hermosamente pero sucio por estar en el “hoyo” de Archivo ordenando documentación toda la jornada del trabajo, aún así se veía hermoso, y la sonrisa que adornaba su rostro la mejor.

Era un chico que hacía que los demás le siguieran hasta el fin del mundo, increíblemente  tenía un carisma que el mismo Naruto desconocía, pero lo tenía, estaba seguro que si se volviese un creyente o fundara o una religión, la mitad de la población lo seguiría sin pensarlo dos veces, y la mitad que quedaba se dividiría entre querer seguirlo.

Así que no, no le sorprendía ver a su jefe coladito por su asistente, como si de una novela rosa se tratase, cuántos quedarían con el corazón roto, cuando esa relación se hiciera pública.

El dilema más grande que tenía en ese momento era interrumpirlos, si subía Itachi preguntaría, si se quedaba ahí mucho rato pensarán que era un voyerista, y si se hacía notar lo iban a querer matar. Mas el sonido del exorcista arruino toda la escena amorosa, la madre de Naruto estaba llamando, era una mujer insufrible, pero justo en ese instante le dabas las gracias.

La parejita se separó Sasuke dando un bufido de furia, y Naruto pidiendo perdón, en tal estado estaba que contestó el bendito teléfono, pero lo puso en alta voz.

- Madre te lo advierto estás en alta voz – Dijo un poco agitado.

- Dónde estás Naruto –

- En mi trabajo, por supuesto – Rodó los ojos, haciendo una expresión de exasperación y sonriéndole a Sasuke.

- Si sé, pero dime dónde exactamente queda tu trabajo –

- Por qué quieres saber – Enarcó una ceja molesto, la verdad desde hace unos meses estaba harto de ella, y estaba en plena rebeldía, los hermanos Uchiha lo habían contagiado, debía admitir que se sentía jodidamente bien dejar de hacerle caso.

- Soy tu madre –

- Ya lo sé, te pregunto por qué quieres saber –

- Qué me estás escondiendo, de cuándo un hijo tiene secretos para con su madre – Dijo con voz dolida, pero Naruto la conocía bien era una que usaba para extorsionarlo.

- Nada en realidad, estoy trabajando en una buena compañía, soy el asistente del presidente de un conglomerado… –

- De cuál –Insistió estresada la mujer. Sasuke soltó un gruñido molesto, esa mujer realmente sería su suegra, era insufrible, no quería pasar ninguna fiesta con ella.

- Madre, basta – Naruto dejó de sonreír, se giró y vio como Shikamaru entraba a la habitación, gracias al cielo no los había visto en aquella escena tan intima donde ambos se comían la boca del otro, sus mejillas se tornaron rojas como la misma sangre.

- Bien no me lo digas, pero lo sabré igual, iré para Navidad – Informó.

Naruto y Sasuke se quedaron mirando asombrados, el rubio pudo ver como su jefe ponía cara yakuza en un segundo le arrebató el teléfono.

- Hola habla con el jefe de Naruto, tuvimos la no placentera conversación hace unos meses, lo siento pero Naruto tiene muchos compromisos para esas fechas, hasta principios de enero, las vacaciones de mi asistente aún no corresponden, así que si viene será una total pérdida de tiempo, y ahora vamos a un reunión así que adiós – Cortó la llamada, acto seguido bloqueó el numero para que Naruto no recibiera más llamadas en lo que quedaba de día. – Arreglado eso, vamos a trabajar chicos – Dijo a sus asistentes.

Yahiko e Itachi estaban juntos comiendo en un subway mientras escuchaban a unos detectives privados que habían contratado el mismo día que el Namikaze había descubierto la verdad,  eran dos personas peculiares, decían ser hermanos, uno era un albino de cabellos verdes, y el otro era afrodescendiente también con el cabello verde, ambos tenían los ojos de un extraños color ámbar.

La pareja de detectives privados le mostraban imágenes, y documentos, en efecto, habían cosas extrañas, la mujer que decía ser madre de Naruto no tenía papeles en los registros de haber dado a luz a un niño, tampoco haber adoptado, simplemente se dijo que era la tutora del chico.

De Naruto no se sabía casi nada, solo que escondía su apariencia de todo el mundo, había hablando con una profesora y ella decía que siempre le pareció muy pequeño.

 

Lo que se estaba llevando a cabo ahí, además de esa conversación, era descubrir los resultados de ADN que había solicitado Yahiko, había tomado cabello de Naruto cuando estuvo enfermo, en el momento que le revolvió el cabello, aprovechó de tomar algunas hebras, y lo mismo hizo con su padre.

Yahiko no quiso abrir el papel, su ansiedad era mayor, así que Itachi tomó el sobre que la pareja de detectives le entregaron. Sus ojos negros pasearon por todo el papel, absorbiendo cada letra en él.

- Tenías razón es tu hermano – Itachi pensó que eso cambiaba todo, absolutamente todo – Eso quiere decir que es mi primo – Susurró pensando en Sasuke – Mierda –

- Qué – Yahiko lo miró sin entender.

- Naruto es mi primo, y si lo es también obviamente de Sasuke –

- Y eso qué – Yahiko no le vía el problema.

- ¡¡Son primos!! – Volvió a decir Itachi levantando la voz.

- Pero qué tiene de malo – El Namikaze no le veía el problema aquello.

- Sasuke está hasta la medula ósea enamorado de Naruto – No era idiota, conocía a su hermano como nadie, así que obviamente se dio cuenta que estaba loquito por su asistente, Sasuke Uchiha era muchas cosas pero considerado y buena persona con todo el mundo lo no era. Su hermano era una persona extraña al lado de Naruto, sonreía más, parecía más relajado, y mucho más audaz.

- ¡Oh! – Yahiko  quedó en blanco un momento antes de pensar en voz alta – Mi hermano lo estará del tuyo –

- Definitivamente sí –  Itachi dijo muy seguro.

- Qué vamos hacer Itachi – Parece que vendría muchos problemas frente a él.

- No lo sé – Respondió el Uchiha.

Sai y Sasuke estaba conversando, era veintitrés de diciembre un día para Navidad, y todo planeado para el día siguiente, iban a pasar la noche en casa de Naruto, sí en casa de Naruto, Iruka haría la cena junto al menor, iban ir amigos de los hermanos Uchiha, algunos de Naruto, también algunos de compañeros de trabajo, lo más cercanos, y Yahiko junto a Minato.

Los hermanos Uchiha menores conversaban de lo raro que andaba Itachi, más pensativo de lo normal, se quedaba viendo a Naruto o Sasuke por largos minutos y suspiraba, parecía tener un enorme problema pero aunque trataban de sonsacarle algo, su hermano parecía estar más sellado que museo de noche.

Yahiko se la pasaba metido en el departamento haciendo los planes para la ampliación de la empresa junto a Itachi, tenían muchos proyectos, Shikamaru les había ayudado en sus tiempos libres, al igual que Sai y Minato, todos ayudaban un poco al proyecto, dando ideas.

El mayor de los Namikaze ya se había dado al menos media decena de encontronazos con Deidara, quién no podía creer que su hermano aceptase el divorcio de sus padre, peor que le diera todo su apoyo a su progenitor, por otro lado que siempre se la pasase con Itachi le hacía rabiar como una mocosa de seis años celosa de que otra niña tuviese mejores juguetes.

El mismo Minato tuvo que parar la locura de Deidara, amenazándolo de echarlo de la empresa si seguía tratando mal a su hermano o cualquiera de la empresa.

La festividad se podía oler en el aire, sobre todo porque Naruto había colocado junto a otros asistentes la  ornamentación de Navidad, y el sistema de aire acondicionado venía con descargas aromáticas y el chico había elegido canela manzana, habían galletas de jengibre por todos lados y habían jugado al amigo secreto.

Uchiha Madara cruzó aduanas con una sonrisa arrogante, ya no era el pobre mocoso de casi veinte años, que no pudo luchar por el amor de su vida, solo esperaba que Minato aún tuviese aunque sea una chispa, una braza de amor por él.

- Estás listo – Habló una persona a su lado.

- Por supuesto que estoy listo, y ustedes – Miró a sus acompañantes divertido.

-  También, me pregunto que será de Fugaku –

- No lo sé Izuna, me importa una mierda – Respondió Madara haciendo una mueca.

- A mi tampoco mi importa cómo está él –

- Obito por qué volviste a Japón, pensé que nunca ibas a querer regresar aquí –

- Tengo interés Shisui, muchos intereses que cobrar – Sonrió enigmático.

Mientras tanto Fugaku en compañía de su esposa terminaban los últimos detalles de la fiesta de Navidad que darían, pensando en que sería una buena celebración, a pesar que los traidores de sus hijos no estaría.

Aún así habría muchas personas influyentes que irían, con los cuales podría hacer grandes negocios, sonrió a Kushina quien también estaba ayudando a los preparativos, si todo salía bien, volverían a tener el control de todos esos mocosos rebeldes y del idiota de Minato.

Lo que Fugaku no tenía idea en esos momentos, que cuatro hombres de cabellos negros, ojos negros, y que compartían el mismo apellido que él, tenían la firme intención de crear caos y hacerle pasar tantos malos ratos como los que él les hizo pasar.

 

Notas finales:

Nos vemos el sábado con un nuevo cap de Sangre Inocente.

nos leemos y gracias por sus comentarios.


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