Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pose por Silvia_Riffie

[Reviews - 72]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 


Sasuke miró a Yahiko, Itachi y Naruto, que estaban igual que él, incómodos, por estar presenciando algo tan íntimo, un amor que la maldad de los Uzumaki y Uchiha, sus propios padres habían arruinado, forzando a dos personas a sufrir por la separación.


Todos miraron para otro lado para que la pareja se besara tranquila, por supuesto que para la pareja no había nadie más en esa habitación que ellos dos y su hambriento deseó por amar al otro.


Sasuke tomó de la mano a Naruto y lo arrastro hacia el improvisado estudio de arte de Sai, ubicado en una esquina de la terraza, tanto Itachi como Yahiko lo siguieron para darle intimidad a la pareja.


Minato  se abrazó a Madara con una necesidad que escondía por tantos años, su cabeza era un crisol de pensamientos que chocaban entre ellos mismo, había tanto que decir, tanto, pero en ese momento solo importaba estar en los brazos del amor de su vida. El beso se detuvo por falta de aire, apenas se separaron, las puntas de sus narices estaban a punto de chocar entre sí, ambos se miraron a los ojos.


Madara le sonrió a Minato llevo una de sus manos a los ojos del rubio quien estaba llorando – Hola amor, no sabes cómo te extrañado – Le susurró aguantando el nudo de dolor en la garganta.


- Oh, esto es real ¿verdad?, no es un sueño – Tocó el rostro de Madara para asegurarse, como si el besó de antes no fuera suficiente confirmación - ¡Oh Dios! Madara también te extrañado, ¡Cielos! Te he necesitado tanto – Volvió abrazarlo, llorando, sintiendo una paz mental que hace tanto no tenía.


Madara lo abrazó con la misma necesidad que Minato le estaba trasmitiendo con su abrazo, amaba a ese hombre, era el amor de su vida, no importaba que no lo hubiera visto en casi veinticuatro años, sentía que solo ayer no lo había visto – Soy real mi amor, y estoy aquí para recuperarte y no dejarte ir jamás –


- Eso me parece excelente –Dijo con un hilo de voz el doncel cerrando los ojos, desvaneciéndose en los brazos de su amado.


- ¿Minato? – Llamó Madara al sentir que el agarre se aflojaba de forma abrupta, y el cuerpo de Minato cayó sobre él como peso muerto – Chicos – Gritó llamado a su familia.


Naruto fue el primero en salir de estudio de arte al escuchar el llamado, corrió hacia Madara al verlo con Minato en brazos.


- Qué pasó – Preguntó al tiempo que lo ayudaba para colocar a Minato sobre una de las reposeras que habían en la terraza.


- Creo que fue mucho para él y terminó desmayándose – Explicó a su hijo.


Naruto tomó la muñeca de Minato para tomar sus pulsaciones, agradecía haber tomado cursos de primero auxilios, lo examinó rápidamente, mientras le pedía a Sasuke que trajera diluyente del taller de Sai, su novio le llevó en cuestión de segundos lo pedido.


 


El doncel abrió la botella para colocarla debajo de las fosas nasales de Minato, quien al inhalar el aroma del aguarrás despertó ido.


- Qué pasó – Susurró ido.


- Se desmayó – Naruto acarició su rostro con cariño, para darle tranquilidad, esa imagen le partió el corazón a Madara, por qué la gente le había hecho tanto daño a su familia.


- Oh gracias Naruto – Madara tocó con cariño el brazo del chico al ver que su amor reaccionaba.


- Lo mejor es llevarlo a un cuarto para descanse – Aconsejó – Llamaré al médico del edificio para que lo revise –Tomó su teléfono al instante para llamar al clínico.


- Llévelo a mi habitación mientras tanto – Itachi le dijo a su tío, quien tomó a Minato en brazos y fue guiado por el menor en silla de ruedas adónde quedaba su cuarto.


*


Yurika Rumikawa muy pocas veces sentía tan furiosa como en esos momentos, Naruto no vivía en la humilde residencial en la que ella misma lo dejó cuando el muchacho vino a vivir a Tokio. Nadie de todas las personas que había entrevistado sabían de Naruto, todos le habían dicho que hace más de dos años ya no vivía ahí. Dónde diablos estaba su hijo, lo peor era que al llamarlo le salía buzón de voz, el maldito hijo de puta había bloqueado su teléfono, lo más infame que le había hecho el mocoso era no haberle depositado el dinero que era su obligación hacerlo, sobre todo cerca de Navidad, tenía presentes que realizar, ir al spa, comprarse ropa nueva de buena marca, pero Naruto no daba su dinero.


Le dio una patada a un basurero – Aaaah – Se quejó al golpearse el pie – Maldito Naruto – Chilló estresada y furiosa, dónde se quedaría esa noche.


Algunas personas le vieron desde lo lejos preocupados por su salud mental, era una mujer hermosa, que no aparentaba la edad que tenía, pelo corto castaño y ojos marrones,  llevaba un lápiz labial rosa y un vestido marrón de corte sencillo pero se notaba lo caro que era, aún así toda su imagen se desteñía ante sus gritos.


Una mujer de edad miró por detrás del visillo suspirando, se giró para colocarse sus anteojos.


- Nee-chan – Llamó el viejito que estaba sentado frente al televisor viendo un programa de pesca – Qué buscas – Miró a su hermana mayor Chiyo,  una mujer de edad avanzada, de tono de piel pálido, con dos manchas en el rostro, uno en la parte derecha de la frente y otro más abajo de su ojo izquierdo, su cabello morado por el shampoo que utilizaba para quitar lo opaco de las canas, su cabello estaba suelto en los lados, mientras el resto estaba recogido en un moño.


- El número de Naru-Chan – Respondió mientras buscaba en los cajones libretas con anotaciones.


- Nee-chan, llama a Gaa-chan, él de seguro tiene el teléfono de Naru-chan – Dijo el viejito.


Chiyo quedó mirando a su hermano menor solo por horas, eran mellizos, pero también era un  anciano de crepito como ella,  lo que más llamaba la atención de Ebizo eran sus ojos, ya que parece que no tenía ojos, por lo profundo que eran sus cuencas y por las arrugas. También tenía las cejas muy largas, que enmarcan cada lado de su cara y una mancha. Junto con una túnica de color negro, una bufanda de color crema y vendaje alrededor de su cabeza. Ella se jactaba que era la menor, porque su hermano se veía aún más viejo que ella.


La viejita suspiró tomando su teléfono, llamado a su nieto.


Sabaku No Gaara, escuchó su teléfono sonar, estaba creando formulas nuevas, era químico farmacéutico y además ciencias químicas, trabajaba en ese momento elaborando un nuevo perfume.


- Hola Abuelita – Saludó a su abuela Materna.


- Hola Gaa-chan, sabes necesito hablar con Naru-Chan, esa horrible mujer que dice ser su madre, vino aquí a preguntar por él, parece fuera de sí la mujer, berreaba de que Naru-Chan no le había depositado y que la había bloqueado y no sé que más, está más loca que una cabra  – Terminó riéndose de sus palabras la viejita, cosa que siempre hacía luego de hablar atropelladamente.


- Está bien, yo le avisaré Abuelita – Sonrió al escuchar la fresca risa de su abuela.


- Nos veremos en año nuevo ¿verdad? nieto mío – Su voz sonó demandante.


- Por supuesto, es solo que mañana estará papá con Yashamaru y aún no puedo verlos – Susurró recordando la asquerosa traición de su padre con el hermano gemelo de su madre, algo que él no podía perdonar aún.


- Lo sé hijo – La voz de Chiyo era desanimada, pero de inmediato cambió – Entonces habla con Naru-chan, quién sabe, pueden volver a estar juntitos –


- Abuelita no digas eso – Gaara se sonrojó, aún tenía sentimientos por su ex novio, pero ya había pasado mucho tiempo desde que no estaban juntos, y la verdad eran mejores como amigos que como pareja, aún si el sexo con Naruto era increíble.


- Bueno, bueno, adiositos – Cortó la viejita el teléfono.


Gaara simplemente sonrió su abuelita era como una niña pequeña, tomó su teléfono aún pensando en ella, marcando el numero de Naruto para hacerle una video llamada. Hacía meses que no sabía nada de él, ni siquiera subía videos, según era porque estaba muy ocupado, hacia historias en Instagram y subía fotos, pero de sus mascotas, o de lo que comía, incluso de arte, y cosas así, como también de la ropa que estaba fabricando, y una que otra historia de él mostrándose pero apresuradamente.


Aún así estaba curioso de saber en qué andaba metido, y preocupado ya que sabía que la madre de Naru era de temer.


*


El sonido del teléfono de Naruto cortó la conversación que tenía con Iruka sobre la cena de navidad del día siguiente, los cuatro pavos que iban a cocinar ya estaban adobados, como también las botanas dulces realizadas, faltaban algunas cosas más como las guarniciones, botanas saladas, y las ensaladas, como eran varios invitados, Naruto contrató un servicio modesto de catering con dos barman incluidos para tener bebidas navideñas y uno que otro coctel, el mismo servicio iba a ir en la tarde de ese día a colocar la decoración de Navidad, Naruto agradeció que las cuatro costureras que tenía trabajando para él, estuvieran presente, no quería que nadie se enterara que él era Kyubi Naru.


Sasuke vio a Naruto sonreír dulcemente y eso le extraño bastante, por no decir demasiado, había ido a sacar un botella de agua mineral al frigorífico, pero al verlo así se acercó a él con la botella en mano, y éste no parecía consciente de aquello.


- Gaa-Chan – Chilló emocionado Naruto, aquello sorprendió a Sasuke y a todos por su grito.


- Vaya que estás feliz de verme zorrito – La amargada voz de un hombre salió del teléfono – Aunque no sé si lo estás o solo finges, mal que mal llevo meses sin saber de ti, ni siquiera contestas mis mensajes, eres pésimo amigo, con razón te boté como novio –


-…- Naruto solo escuchó un gruñido a sus espaldas y el sonido de una botella de agua contra el piso y sus mejillas colocarse rojas como una manzana de caramelo – Gaara, no seas así, y recuerda que fue de ambos terminar – Dijo después de su pequeño lapsus de silencio, sabía que Sasuke lo estaba asesinando con la mirada, ni siquiera se atrevía a mirarlo.


- Quién es ese alfa que me está asesinando con la mirada – Gaara se fijo en el pelinegro que estaba detrás de Naruto – No me digas que tu nuevo novio –


- Sí – Dijo aún más rojo ahora no queriendo mirar a Iruka, ni a Kakashi que había subido minutos antes y que estaba arreglando papeleo con Itachi y Yahiko a unas cuantas sillas de distancia en la isla.


- Oooh – Gaara sonrió divertido – Lo siento entonces, pero hey no tengas celos, Naruto es fiel, y además nosotros terminamos hace mucho – Trató de restarle importancia – Solo somos buenos amigos –


- Ya cállate-Dattebayo – Chilló el rubio avergonzado. Luego de escuchar la risa maldadosa de Gaara este volvió hablar.


- Abuela Chiyo me acaba de llamar, diciendo que tu madre te fue a buscar a la residencial, estaba como loca –


- ¡¡Oh mierda!! – Naruto casi deja caer el teléfono.


- Le dijo a la abuela que tú no contestabas sus llamadas, ni que le habías depositado, dice que parecía fuera de sí – La voz preocupada del hombre pelirrojo de ojos verdes no pasó desapercibida  para Sasuke, quien obviamente estaba examinando al ex de “Su Naruto” para su desgracias tuvo que aceptar que el tipo era lindo. Gaara se dio cuenta que el novio nuevo lo miraba – Oye Novio Alfa, seguro es obra tuya que Naruto no le hable a su madre, y eso hace te que respete aún sin conocerte, pero debes saber que a la mamá de Naru le falta no uno ni dos, sino varios kilos de tuercas en el cerebro – Esperó el grito de negación de Naruto pero no llegó, eso lo sorprendió – Vaya si que sabes hacerle ver las cosas Alfa –


- Me llamo Sasuke Uchiha –


- Hola Sasuke, y el doncel guapo y sexy que está detrás de ti – Preguntó seriamente interesado el chico de cabello negro y ojos del mismo color y piel extremadamente pálida, que estaba casi al lado de Sasuke.


El Uchiha se giró junto con Naruto para ver a Sai rojito en ese momento – Hola me llamo Sai, también eres un varón muy sexy –


- ¡Oh Dios! ¡¿es en serio?! – Exclamaron a la vez Naruto y Sasuke, el rubio riéndose y el moreno muy serio, se podía escuchar la risa de todos en el lugar.


- Ya tranquilo vaquero, si Sai lo desea le doy tu numero y a ti el de él –


- Oh sí, hazlo de inmediato – Sai dijo casi como hipnotizado, haciendo reír más a todos.


- Qué harás mañana Mapache – Molestó Naruto.


- Nada, sabes que Navidad es con papá y aún no puedo… -


- Entiendo, ven a mi casa, haremos una celebración navideña, podrás conocer a Sai, pero hey trátalo como un príncipe mira que es mí querido cuñado y amigo –


- Esta bien – Gaara sonrió solo se permitía ser así de audaz con Naruto, en general era una persona seria  y retraída, pero con el Rumikawa era fácil ser autentico – Entonces, cuídate de tu madre, ¿estás seguro que no te encontrará? ¿No hay nadie acá en Tokio que la conozca a ella y a ti, que sepa por supuesto dónde vives? –


- No, la verdad es que no, pero si se aparece, mejor, no puedo evadirla por siempre Gaara – Dijo tomando valentía.


- Así se habla, bien, nos vemos mañana en tu casa, cuídate… Adiós novio alfa, adiós Sai –


- Adiós Gaara – Dijo en suspiro el doncel.


- Nos vemos mapache – Naruto cortó la llamado, moviendo la cabeza sin poder creer que Sai y Gaara conectaran a primera vista.


- ¿De verdad fue tu novio? Y dime cómoes sin ropa es tan sexy como con esa bata blanca puesta, y cómo besa, cómo es en la cama –


- Sai – Gritó Sasuke sintiendo una vena a punto de explotar de ira. No es que pudiese hacer algo con el pasado de Naruto, ya sabía que tuvo varios novios y encuentros sexuales, una de sus tantas noches trabajando habían terminando hablando de los ex y todo eso, aún así no quería escuchar nada de eso ahora, las cosas eran diferentes.


- Bueno besa magnifico – Sasuke levantó la mirada hacia Naruto quien respondía – Pero tu hermano veces ciento de veces mejor – Las mejillas carmín de Naruto hicieron sonreír socarronamente a Sasuke.


- Que asco, no quiero saber cómo besa mi hermano – Sai imitó un arcada – Sino como besa el pelirrojo sexy –


- Mejor descúbrelo tú mismo, yo olvidé todo de mis ex, con tu hermano, mi novio alfa – Dijo sonriendo bobamente.


- Okey, me queda claro que estás muy enamorado de él – Sai rodó los ojos en blanco – Pero esperen un poco, desde cuándo están juntos, y cuándo nos iban a decir – Puso sus manos en la cintura de forma demandante.


Yahiko e Itachi se miraron incómodos, mal que mal eran familia, aunque habían muchos primos que se casaban entre sí, y ellos no habían crecido ni habían hecho un lazo familiar, no los podían culpar por amarse, pero que Madara y Minato aceptaran sería otra cosa. Aunque Itachi recordaba ciertos episodios en su habitación con uno de sus primos cuando veían películas porno, pero mejor era olvidar aquellos momentos.


Hablando del diablo Madara apareció desde la habitación de Itachi que estaba en la primera planta, Minato se había vuelto a dormir exhausto tanto física como mental, y necesitaba un descanso con desesperación. Había escuchado todo, aquello era simplemente bizarro,  tener a su hijo ahí sin que supiera que era un Uchiha, y que además estuviera de novio con Sasuke.


Sabía hace meses que Sasuke estaba enamorado de sus asistente siempre le escribía y le hablaba de él, en las video llamadas y llamadas telefónicas, no era una sorpresa para él, de hecho lo alentó eso antes de saber que Naruto era su hijo, pero eran veintidós años creciendo con otra familia, ni siquiera sabía si Naruto le iba a dar el chance de ser su padre. Todo estaba tan mal y tenía que subsanarlo cuanto antes, pero tampoco sabía si eso funcionaria, y si su hijo o Sasuke ya no quería estar con él otro porque eran familia, eso haría que un par de jóvenes enamorados dejaran de estarlo, no quería ser la razón de una separación.


Sentía su cabeza estallar de tanto pensamiento que iba y venía, se dio cuenta que Itachi y Yahiko lo miraban nerviosos, pero antes de poder decir otra cosa, otra bomba cayó en el lugar.


- Obito – Kakashi botó el taburete en el que estaba sentado viendo al que fue su mejor amigo de infancia y algo más.


Otro drama se avecinaba ahí, Madara suspiró todos tenían demonios con los cuales lidiar, aunque lo que le sorprendió fue ver a Iruka, el sirviente de Sasuke ponerse pálido como él papel tanto como para que Naruto y Sai lo notaran.


Obito Uchiha, cabello negro corto en puntas y ojos del mismo color,  piel clara, alto casi de uno con ochenta y cinco de estatura, cuerpo bien marcado, era el compañero de ejercicio de Madara.


Obito solo caminó en silencio viendo a Kakashi hasta llegar a él y abrazarlo con fuerza, después de un momento de adaptación a lo que estaba sucediendo el Hatake lo abrazó con la misma intensidad.


Sasuke suspiró cuantos corazones y vidas su padre había destrozado, necesitaba ser detenido pero de inmediato.


Iruka sintió su corazón partirse en mil pedazos, el gran amor de Kakashi estaba nuevamente frente a él, cómo podría competir con Obito, Kakashi tenía su foto y la de Rin aún al lado de su cama como si fuese un altar, a pesar de la relación que ellos tenían, siempre supo que no era la persona que Kakashi amaba, lo estimaba sí, lo quería también, pero amarlo como amó alguna vez a Obito Uchiha, jamás, y él fue testigo de ese amor, ahora volvería estar solo sin el amor de su vida, porque éste pertenecía a otro.


- Siento que hoy ha sido el día de sentirse incomodo – Susurró Naruto a Sai, quien asintió dándole la razón.


- Qué harás con tu mamá – Dijo en el mismo tono bajito Sai.


- No lo sé, no quiero preocuparme de ella, hasta pasada las fiestas, es mi cita con Sasuke, el día que no usaré ni peluca ni lentillas ni nada, no quiero que lo arruine –


- Sabes estoy muy feliz de que seas mi cuñado y que tú seas el azúcar que tanta falta le hace a este amargado, auch – Se quejó quedito al coscorrón que Sasuke le dio, estaba al lado de ambos podía escucharlos perfectamente.


- Por qué mejor no desapareces –


- Tienes razón hermanito, tengo un pelirrojo sexy que pintar – Dijo sonriendo, amando tener memoria fotográfica – Dame el numero cuñadito – Pidió caminando hacia su estudio de arte ubicado en la terraza.


- Sai, debes ir a trabajar, no se te paga por no hacer nada – Le gritó Sasuke a su hermano.


- Oh vamos hermano,  no hay mucho qué hacer, ya hice todo lo que se me pidió – Gritó sin dejar de caminar hacia su taller.


Yahiko e Itachi arreglaron los papeles para ir a la habitación en la que se estaba quedando Yahiko, fueron seguidos por Madara, que necesitaba respuestas.


Sasuke y Naruto junto a Iruka bajaron hacia la oficina en donde Shikamaru estaba trabajando, sentaron en el sofá al Umino con un vaso de agua, parecía completamente ido. El Nara tenía curiosidad, pero lo mejor era dejarlo pasar como siempre.


Sasuke se rió de buena gana con el oficio de Deidara, estaba con vacaciones sin goces de sueldo y la entrada prohibida al edificio, que cosa más maravillosa, Naruto también celebró de no ver al rubio psicópata.


Un mensaje llego al teléfono de Naruto, era de Gaara que decía que si podía llevar a su hermana Temari y a su hermano Kankuro, quienes tampoco querían ir a la cena de su padre, el chico le respondió que sí. Así la lista de invitados crecía y crecía, había hecho bien en contratar el catering y tener mucha comida, era mejor que sobrara a que faltara.


*


Madara vio el papel del examen de ADN en donde se confirmaba la paternidad de Minato sobre Naruto, ya había escuchado todo lo que los investigadores privados habían encontrado de Naruto y Yurika, le pidió a Yahiko que se contactara con los investigadores y les pidieran buscar a la mujer, tenían el numero, Itachi se lo había robado a Naruto en uno de sus descuido dejando el teléfono en cualquier parte, por el GPS podrían localizarla.


- Diles que si la encuentran, que la vigilen, les pagaré cinco veces la tarifa por la fecha en la que estamos -  Dijo serio. El mayor de los hijos de Minato se puso de inmediato en contacto solicitándole el servicio.


- Gracias, por no ocultarme esto – Agradeció profundamente a los muchachos.


- No, es mi deber, yo le hice cosas muy malas a Naruto cuando tan solo era un bebé – La voz de Yahiko detonaba arrepentimiento – Nunca haré lo suficiente para que él me perdone –


- Eras un niño envenenado por tu madre, por tu hermano y todos a tu alrededor, solo hacías lo que los demás hacías, no sabías que lo que estabas haciendo era malo, porque todos a tu alrededor se comportaban de la misma forma, ahora si le hicieras daño, sería diferente, tienes que dejar la culpa ir,  y hacerte cargo de tus errores – Le dijo para calmar la consciencia de Yahiko.


Fue nuevamente al primer piso después de dejar a su sobrino e hijo de Minato, ya no había rastro de Kakashi y Obito, tampoco de Iruka. Iba a volver con Minato cuando vio llegar a Naruto.


- ¿Ya terminaron? – Preguntó tratando de comenzar una conversación con su hijo.


- No, subí porque tengo que hacer un pedido de telas y dejé el muestrario en mi habitación – Naruto dijo sumergido en sus pensamientos.


Madara sabía por Sasuke que Naruto era diseñador, de hecho no se había callado nada, él le había dado un vistazo a su trabajo, porque su sobrino quería invertir a lo grande en la pequeña marca del rubio.


- Sasuke me dijo que eras diseñador –


- No, o sea sí pero no tengo los estudios profesionales, bastantes cursos sí, y soy autodidacta, mi madre me enseño – Explicó sin dejar de caminar para ir en búsqueda del muestrario. Madara lo dejó ir, le hablaría cuando volviese.


Mientras tanto abrió frigorífico, soltó un suspiro al ver el tofú, lo sacó pensando en hacer su platillo favorito inarizushi, un platillo que consistía en tofú frito relleno con arroz avinagrado. Agradeció ver arroz preparado solo lo avinagraría para rellanar el tofú, era una comida humilde que él amaba.


Naruto bajó las escaleras con su ipad, uno que Sasuke le regaló para que dibujara sus bocetos de diseño, además tenía una aplicación que  convertía el vestuario en trescientos sesentas grados, y luego podía enviarlo para crear los patrones para realizar los cortes en la tela, eso ayudaba mucho, porque podía hacer de distintas tallas, o las medidas especificas del cliente, solo las colocaba y el software hacía todo lo demás, eso le ahorraba mucho tiempo, algo de lo que él escaseaba.


Estaba feliz, porque sus costureras habían terminado todos los pedidos que tenían en Navidad, las había recompensando por su arduo trabajo, les había dejado un canasto con víveres para fiestas y un sobre con dinero, además de un regalo especial para cada una de ellas. Estaba profundamente agradecido con cada una de ellas, literalmente le salvaron la vida, el trabajo con Sasuke era exhaustivo y cansador, pero amaba trabajar con él, tanto como amaba diseñar, sabía que tenía que volver a los videos, no quería dejarlo, tampoco de diseñar, pero no sabía cómo compaginar toda su vida, menos en esos momentos con un novio. Cuando trabajaba en el archivo tenía tiempo para todo, podía hacer sus vídeos rápidos porque estaba la mayor parte del tiempo solo, además odiaba editar vídeos así que trataba de hacerlo bien a la primera, ya que si tenía muchas equivocaciones era tiempo que no tendría para confeccionar alguna de sus prendas.


Naruto miró a Madara que había puesto música suave en su teléfono, mientras se movía con agilidad por la cocina, pero en esos instantes parecía buscar algo.


- Qué busca – Naruto le dijo despacio para no asustarlo, colocando su ipad y el muestrario sobre el mesón de granito.


Madara se giró sonriéndole al menor – La freidora –


- Está en aquel gabinete – Naruto le apuntó el lugar pero el mismo fue a ayudarle a buscarla – Tomé –Le entregó el electrodoméstico – Qué está preparando –


- Orejitas de Zorrito – Dijo cantadito, él le preparaba a Izuna y a sus sobrinos cuando eran niños, antes que Fugaku destruyera todo.


- Cómo – Naruto sintió una puntada en la cabeza, pero la trató de ignorar,  cuando lo oyó cantar, en su cerebro pudo escuchar la misma canción, las mismas palabras pero era una voz suave, dulce de un hombre, no de Madara de otro, pero sintió tanta añoranza.


- inarizushi – Madara le dijo – Lo amo, es simple de hacer y delicioso, y lo llamo Orejitas de Zorrito, por la forma que le doy al tofú y al freírlo queda de un color cobrizo como el pelaje de un zorro –


- Puedo ver cómo lo hace, no tengo ese platillo en mi registro de platos fáciles de hacer –


- ¿Sasuke no se enojará? –


- No, ya le mandé un texto diciendo que estoy con usted, además tiene a Shikamaru, si necesita algo urgente me llamara – Naruto le dijo mientras se quitaba la chaqueta que traía puesta. Ese día iba formal, por la reunión con el Mercosur – Deme un minuto, iré a colocarme algo más cómodo – el Uchiha lo vio correr escalera arriba.


Volvió en nada con unos jeans y una polo blanca, lo vio  ir al fregadero a lavarse las manos. Madara comenzó a darle indicaciones de cómo preparar la comida, mientras lo hacían conversaban de la vida de ambos.


El Uchiha escuchaba con mucha atención lo que su hijo decía, algunas veces lo quedaba viendo sobre todo cuando reía, o hacía muecas. El chico le contó de su infancia, por las preguntas que él le hacía, terminó hablando del por qué escondía su apariencia, pero también le dijo que al día siguiente en la fiesta estaría sin cubrir su apariencia porque era una promesa con Sasuke.


Era fácil hablar con Naruto, hablaba hasta por los codos, aún así no era cansador, porque tenía muchos temas diferentes de los cuales hablar, además era bueno sacando información, Madara le habló por su pasión por hacer cetrería, que era cazar con aves de rapaz, algo que en los emiratos hacía mucho y esperaba replicar en Japón.


- Volverá a los Emiratos –


- No – Fue tajante al responder – Vine a recuperar a mi familia, a mi amado y a mi hijo –


- ¿Tiene un hijo? – Los grandes ojos de Naruto mostraban su inocencia.


- Sí, debe tener veintidós años ya, me enteré hoy de su existencia, y no sé cómo voy a decirle que soy su padre –


- Por qué le es difícil –


Madara lo miró unos momentos orando porque nadie apareciera como en las telenovelas y libros. – Mi hijo tuvo un accidente de pequeño por culpa de alguien muy malvado, y luego otra mujer malvada se lo llevo, arrebatándoselo a Minato, él piensa que nuestro bebé está muerto, pero no es así. Mi hijo fue criado por una mujer que estaba obsesionada conmigo, que no le importó ni pensó en el daño que le haría a su padre doncel, lo crió como si fuese su hijo, pero además lo menoscabó, pero aún así, mi hijo salió adelante y porque lo que sé es un gran chico.  En cambio yo, no supe de su existencia hasta hoy, no tuve el poder en el pasado para salvar a Minato ni al hijo que cargaba en su vientre, cómo me paro frente a él  y le digo, hola soy tu padre, toda tu vida está basada en mentiras, quizás por mi arrebato egoísta de tenerlo a mi lado de que sepa la verdad, destruyó toda su vida, qué harías tú si fueras mi hijo – Madara lo miró expectante.


-…- Naruto se quedó en silencio pensando en sus palabras, era difícil, podía entenderlo, y palpaba el dolor, la ira y la frustración que él hombre sentía – No lo sé – Respondió con sinceridad luego de segundos que para el mayor fueron eternos dijo – La verdad no sé, porque me preguntaría porqué, cómo mi madre se hizo pasar por mi madre todos estos años sin decirme nada, me preguntaría porqué mi padre doncel no hizo más por buscarme, por qué usted no hizo nada antes por saber de mi padre doncel. Dios, son un millar de preguntas que llegan a mi cabeza, y eso que solo es una pregunta capciosa, no me imaginaría estar en el lugar de tu hijo –


- Entonces preferirías estar en ignorancia – Sintió un dolor en la boca del estomago mientras escuchaba a su hijo.


- No – Fue claro en eso, exorcizando con sus palabras el dolor que sentía Madara en esos momentos  – No, prefiero saber quién soy, quienes son mis padres, que vivir toda la vida en una mentira, odiaría que mis padres me encontraran  y no me dijeran nada – Dijo pensando como si fue ese el hijo de Madara.


- Bien, entonces le diré – Se giró para ver a Naruto y agregó – Primero que nada Naruto eres amado, siempre lo fuiste, pero tus padres eran débiles en el pasado, ni Minato ni yo teníamos control sobre nuestras vidas, fuimos víctimas de horribles personas, y tú fuiste el mayor perjudicado, aún si no nos perdonas, nosotros ambos, Minato desde el momento que te tuvo en su interior te amó como el tesoro más importante en su vida, y yo aunque solo lo sé hoy, fuiste lo que siempre añoré tener con tu padre doncel, y odio profundamente que me hayan quitado el derecho de saber de tu existencia, el derecho de criarte. Detesto saber que por mí causa una enferma mujer te arrebató de los brazos de tu cariñoso padre, y lamento profundamente destruir lo que hasta hoy pensabas que era tu vida –


Naruto vio al hombre mayor con los ojos extremadamente cristalizados, la voz cargada de emoción - ¿Naruto? – Dijo con un hilo de voz, por qué decía su nombre.


- Naruto, así se llamaba nuestro hijo –


- Oh – Naruto sintió algo en su interior se remecía con furia – Con razón Minato-Sama es tan bueno conmigo –


- Sí…


Mientras tanto el mencionado Minato estaba escondido en las escaleras aguantando las ganas de gritar de dolor siendo abrazado con fuerza por Yahiko, conteniendo su llanto. Era la peor forma de enterarse que hacía casi dos años tenía a su hijo a su lado y nunca lo supo. Los había escuchado hablar sobre eso, cuando escuchó a Madara decir que sabía que su hijo estaba vivo, iba a ir a encararlo pero su hijo lo detuvo, y le dijo que el enamorado de Sasuke era nada más ni nada menos que su precioso hijo Naruto. Por segunda vez en el día terminó desmayado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).