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"Vacíos encontrados, la luna llora en tu mirada." por darkness la reyna siniestra

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 —Mission is over, mission is done. I will miss you, children of the sun. But it's time to go away. Goodbye, goodbye milky way...*

Ya era más de la 12:25am y Deathmask ya se encontraba sentado sobre la arena a la orilla de la playa, las olas le acariciaban tenuemente los dedos de los pies puesto que tenía sus piernas encogidas a la altura de su pecho y sus brazos las abrazaban, sus hermosos ojos azules miraban maravillados las hermosas estelas de cuerpos celestes mientras que de sus labios salían en un apacible susurro fragmentos de una de sus canciones favoritas: “Goodbye Milky Way” de Enigma, la brisa silbaba una gentil melodía silenciosa que movía sus azulinos cabellos como si los acariciara, y el cántico de las olas al ir y venir le daban la tan ansiada paz a su atormentado corazón. Esa noche en particular era la más hermosa que pudiera recordar, los cuerpos brillantes a kilómetros de distancia en la lejanía se dejaban ver en todo su esplendor, e incluso era visible uno de los brazos de la galaxia de Andrómeda, a un lado la luna que como fiel compañera del signo Cáncer cuidaba a su caballero desde lo alto del estrellado manto de un profundo y brillante azul, despejado y apacible.

En las mejillas color melón podían verse brillando algunas gemas que caían y se perdían entre el único hueco entre las piernas para morir en la arena blanca aún seca debajo de su cuerpo. Deathmask llevaba la ropa de entrenamiento de ese día aún, no sentía deseos de nadar esa noche, sólo deseaba estar y admirar lo que el universo tenía para mostrar y sentir que todos los problemas, angustias y tristezas se iban al fondo del mar.

—Quiero que todo lo que siento desaparezca por completo... Nunca me había molestado en sentir algo antes, y ahora que lo hago simplemente no me está gustando... Pero, en verdad te deseo mucha felicidad, Shura. La mereces mucho más que yo…

Se dejó caer lentamente hacia atrás liberando un hondo suspiro, hasta quedar acostado con los brazos y piernas extendidos como si nada importara. Aunque estuviera sólo era relajante sentir la frescura de esa arenosa superficie, perdido en la inmensidad del cielo y llenándose cada vez más de un sentimiento de calma que desde hace años que no había sentido.

—Quiero quedarme aquí para siempre... —cerró los ojos pero sin dormirse, simplemente dejándose llevar por el sonido de las aguas.

 

- o - 🌙 - o -

 

 Las garras acolchonadas dejaban su huella por donde pasara, la brisa salada movía con cariño su melena castaña clara y los ojos felinos no perdían ningún detalle del entorno marino y nocturno. Se movía sigiloso como una sombra viajera y etérea, su caminar era lento pero decidido a avanzar hasta que conforme se acercaba y a pesar del aroma a sal de mar que el viento llevaba consigo, pudo ser capaz de detectar el aroma a canela que el otro despedía sin ser consciente de ello, y al agudizar su vista sus sospechas se convirtieron en una realidad que le alegró el corazón. Ahí estaba justamente ese hombre a quien creía profundamente dormido en la cuarta casa zodiacal pero que a pesar de eso tanto ansiaba ver.

Y como si Athena o Zeus hubieran escuchado sus plegarias, ahí estaba Deathmask de Cáncer acostado todo lo largo que era en la arenilla de la playa.

Aioria se fue acercando lentamente hasta estar a su lado pero sin que la luna pudiera hacerle sombra sobre el hombre que aparentemente no pudo con la calma del lugar y había terminado durmiéndose. El de Leo contemplaba embelesado al bello durmiente que ni en cuenta había caído de que alguien a su lado admiraba su hermoso y apacible rostro dormido en medio de la playa.

—“Nunca me había detenido a notar lo hermoso que eres, Death...” —ronroneaba el león admirando sin pena ni prisas al canceriano.

Mientras se dirigía a la playa, Aioria había tomado conciencia de que ser un león común y corriente por las noches de luna no era tan malo como había pensado. De hecho había planeado meticulosamente el pasar con el italiano la mayor cantidad de tiempo posible aún si fuera en su estado animal. Aunque no pudiera ser el gallardo caballero de Leo, conocería a su vecino, sus gustos y disgustos, sus miedos y sus deseos. Todo Aioria quería saberlo y por eso estaba decidido a aprovechar al máximo sus transformaciones para tener el honor de conocer al enigmático guardián del Yomotsu.

Además ya había notado que al mayor le gustaba escaparse a la playa por algún desconocido motivo mayormente en las noches, por lo que le sería más fácil acercársele cuando su cambio lo volviera el animal de su signo.

Aioria finalmente decidió echarse al lado del de cabellos azules aún con el cuello alzado para seguir viéndole dormir aunque tal parecía que Cáncer había sentido un ligero cambio en el ambiente y al abrir lo ojos todavía un poco adormilado, se dio cuenta de que estaba en lo correcto porque un enorme león de cabellera castaña clara le miraba con un extraño brillo de... ¿Fascinación tal vez? No podía descifrarlo muy bien pero no se alarmaría, sabía quien era ese león. Después de todo estuvo a su lado la noche anterior pero debía admitir que le sorprendía enormemente el que estuviera de nuevo ahí con él, pero también le alegraba saber que el felino se encontraba bien.

Sin decir palabra alguna Death se preguntaba a donde había pasado el día entero el pobre, o si ya habría comido algo. A pesar de ser alguien que los demás tomaban por sanguinario, se preocupaba sinceramente por esa criatura que había visto ahora por segunda ocasión.

Y con toda la calma del mundo, los labios italianos se curvaron en una sonrisa cálida y amigable, la mano contraria viajó con suavidad hasta la cabeza del enorme depredador, acariciándole con cariño. Las sensaciones en el interior del griego eran una autentica fiesta. Sentía tantas cosas al ver esa sonrisa que sin notarlo había empezado a amar, el calor de esa mano suave y al parecer más pequeña de lo que era la suya propia le hacía sentir el estomago lleno de mariposas que iban y venían alborotadas causándole nerviosismo y ansiedad por algo que sinceramente desconocía que fuera. Pero él deseaba que ocurriera, y el corazón del león latió con más velocidad provocando que una corriente eléctrica recorriera su cuerpo entero. Ocasionando con lo mismo que la peluda anatomía se levantara de golpe de donde reposaba para ir casi encima del hombre que aún sentado sobaba la gran cabeza, y Deathmask sin atinar a reaccionar cayó de espaldas de nuevo a la arena pero ahora con el magnifico ejemplar lamiéndole el rostro animadamente a modo de besos o al menos eso le pareció al mediterráneo que reía divertido, hechizando sin saberlo a Aioria que cada vez se volvía más juguetón.

Y el sonido de la risa ajena hacía sonreír también al oji-verde aunque por su cara no podía verse realmente cuanto disfrutaba de aquel contacto y cercanía con el del cuarto templo quien a la larga tenía sus dos manos a los costados de Aioria dándole sobadas rápidas pero a modo de caricias también juguetonas.

Pronto Leo descubrió que también y aunque era la primera vez que las escuchaba con verdadera alegría y un especial calor por parte de quien las hacía, amaba la manera en la que reía Deathmask, una risa cristalina y hasta contagiosa, armónica y tan dulce... Le encantaba ser quien estaba descubriendo el verdadero ser de ese guerrero. Cuanto deseaba estar en su forma humana y poder tomar ese hermoso cuerpo entre sus brazos y provocar su risa haciéndole costillas en el cuello con sus labios…

—“¿Q-qué...?”— se preguntó así mismo en su mente alarmado separándose del otro— “¿Qué fue ese pensamiento que acabo de tener…, ¿por qué deseo tanto abrazarlo?”

Sus propios pensamientos lo asustaron, era raro para él desear algo así con un hombre como Deathmask, es decir. Hasta hace poco no deseaba saber ni siquiera que el otro respiraba su mismo aire, le parecía una completa ofensa que Cáncer con todos sus crímenes haya regresado de la muerte y sentía resentimiento por eso, mas ahora todo era totalmente diferente, sentía que quería estar con Giovanni tanto como le fuera posible y ahora inclusive deseaba poder abrazarlo y posiblemente hasta besarlo. Y hablando de eso. ¿Cómo se sentirían sus labios? Tenían una apariencia carnosa y coqueta, hasta su color era perfecto a su criterio, imaginaba que su textura era esponjosa y tibia, y que al moverse en el beso lo haría con una calma erótica y sensual.

¡Oh Athena, qué estaba pensando! Sus pensamientos se habían salido de control. Giovanni por otro lado había dejado de reír y le veía divertido. A pesar de que en los animales no se refleja un cambio de facciones, al peli-azul le parecía hilarante la expresión que el leonino había puesto. Mirando sus propias patas por intervalos cortos de tiempo con los ojos bien abiertos para luego verle a la cara de donde apartaba la mirada hacia un lado y luego de nuevo a sus patas que rascaban en la arena de modo superficial.

—¿Todo bien, gatito? —cuestionó finamente mientras se ponía de pie, Aioria le miró ladeando la cabeza— Te noto pensativo o quizás, ¿nervioso? —sonrió de lado.

—“No te imaginas lo angustiado que me siento...” —rugió a un bajo volumen.

—Me alegra saber que estés bien, ayer me alejé preocupado al dejarte solo. ¿Has comido algo? —Aioria como repuesta, asintió en un violento movimiento de su cabeza hacia adelante, como un estornudo fulminante que el mayor tomó como una afirmativa. Leo se sentía bastante contento al pensar que Deathmask se estaba preocupando por él, era algo realmente gratificante saber que esa persona que tanto detestaba por considerar malo, era completamente lo opuesto a eso, sólo que él le había negado la oportunidad de poder mostrarse tal cual era.

Death volvió a sonreír, sentía alivio de que su amigo estuviera bien y que hubiese comido algo aunque si era sincero no quería saber lo que el peludo había engullido. Era un león después de todo, o al menos el italiano estaba seguro de que así era.

—Me alegra saber eso entonces. ¿Qué te parece si vemos las estrellas juntos? Creo que te gusta como luce el firmamento desde aquí, ¿no es así?

—“Me encanta, pero... Me encanta más tu compañía. Cuéntame de ti, Death, por favor hazlo...” —rugió sin que el otro tuviera la más mínima idea de lo que decía.

—Ven, echate junto a mi, yo también me acostaré para ver las estrellas. Con suerte veremos pasar estrellas fugaces.

Y Giovanni se recostó nuevamente, Aioria obedeció lo que le habían dicho y se echó sobre su panza para pronto girar graciosamente hasta quedar con sus cuatro patas hacia arriba, su melena y pelaje se llenaban de los brillantes granos de la arena pero no le interesaba, de igual modo a su acompañante tampoco parecía molestarle que las azules hebras ahora brillaran por los granos diminutos que se adherían a ellas junto con la piel tenuemente bronceada.

—Desde este punto se pueden distinguir muy bien algunas de las doce constelaciones. Por ejemplo, ahí está la mía: Cáncer, hoy parece brillar más que en otras noches —señalaba con su dedo de la mano derecha, Aioria miraba con atención la representación del gran cangrejo celeste que efectivamente brillaba con gran belleza—. Oh mira, también se puede ver Géminis, y esa de ahí es... —la sonrisa que tenía se borró lentamente, el felino sabía cual formación era aquella en la que Death parecía apesadumbrado.

—“Leo...” —leve y corto rugido.

—Esa es la constelación que tú representas, gatito. Es Leo, el quinto signo del zodiaco... El león celeste, la magnificencia reflejada en las estrellas... —suspiró cansino.

Aioria pudo percibir el tono entre triste y molesto con el que el mayor estaba hablando a cerca de su signo. Esperaba saber el porque del sinsabor de Deathmask.

—“¿Qué ocurre con mi signo, Giovanni?” —ronroneó volteando el rostro hasta reflejar al otro en el verde de sus pupilas.

Deathmask dejó escapar desde su pecho un fuerte suspiro, luego una corta y sarcástica risa.

—¡Ja! Sabes minino, no sé si en verdad puedas comprender de lo que te hablo pero creo que has de pensar que en serio me urge compañía o algo…

—“No creo eso...”

—¿Sabes...? El color de tus ojos y tu pelo me recuerdan tanto a mi vecino. Imagino que de ser un humano tendrías su apariencia o cerca, y que de ser él un león sería muy parecido a ti, sino es que se vería igual —rió con humor al imaginar lo descrito.

—“Si supieras que tienes toda la razón” —rió también pero en él se proyectó aquello con extraños y graciosos sonidos.

—Aunque creo que es mejor que siga siendo un hombre tal cual, si fuese un león ya hace mucho me hubiese matado... Por tanto odio y desprecio que me tiene... No le agrada saber que estoy con vida y a decir verdad no lo culpo, yo también me odio a mi mismo... —los ojos se le pusieron acuosos pero no dejó que el griego lo mirara porque volteó su cabeza a otra dirección.

Mientras en el vientre de Leo se comenzaba a formar un nudo terrible. ¿Tanto había demostrado sus horribles emociones a Death para que aseverara algo tan cruel de su parte? Dioses si que había sido malvado y despiadado aún más que el propio Cáncer. Y lo peor es que con cada hora que pasaban juntos se arrepentía cada vez más de sus palabras, de sus pensamientos, de sus deseos oscuros y malignos en contra de quien en ese momento se abría como el capullo de una hermosa y muy rara rosa negra, de pétalos suaves pero que nadie había acariciado realmente al arrancarlos sin piedad al sentir las hirientes espinas que estaban en su tallo sin que ella realmente quisiera poseerlas. Death estaba tan roto y en buena parte era por culpa suya. Se avergonzó como nunca y rugió a manera de lamento sentándose sobre sus patas traseras.

—“Death lamento tanto todo el daño que te he hecho. Soy tan imbécil que no me pude dar cuenta antes de lo maravilloso que eres, aunque has cometido muchos errores, ninguno de nosotros está libre de pecados y aún así yo...”

—Alguna vez quise ser como él, su nombre es Aioria, Aioria de Leo... Deseaba ser tratado como él por mis demás compañeros pero simplemente eso no pudo ser... Cuando los años corrían, yo iba cambiando radicalmente hasta convertirme en un ser inhumano pero no fue porque en realidad lo quisiera así, sino que no tuve otra opción al ser considerado uno de los más débiles a pesar de que siempre me esforzara dando lo mejor que tenía pero para los demás nunca era suficiente.

—“¡Para mi eres mucho más que eso, deseo tanto gritártelo para que lo comprendas, para que sepas cuán magnifico eres!”

—Nunca he tenido a alguien que me escuche o que se interese en lo que digo. Perdona si te estoy aburriendo con mis tonterías —sobó la cabeza ajena con cariño—. Hace un año que he vuelto a vivir, tomalo como una metáfora ya que no creo que puedas comprender si te lo explicó todo... Pero, aunque no tuve muchas personas a mi alrededor. Shura, mi compañero y amigo más cercano me daba su compañía pero él está profundamente enamorado del hermano mayor de Aioria y pues... conforme pasaba su tiempo conmigo llegué a sentir una atracción hacia él pero fue mucho después de que Shura marcara nuestra cercanía de la manera más brutal que se le pudo ocurrir…

A este punto del la conversación de Death, éste ya dejaba que unas lágrimas se deslizaran pon su rostro. Recordando aquel momento en que Shura había iniciado a romperlo de a poco. Sintiéndose un vil objeto usado. Aioria pudo notar el llanto silencioso del contrario, sorprendiéndose pues era la primera vez que veía a Mask llorar, pero el caudal violento de emociones del mayor rebasó sus límites y ya no pudiendo con todo el peso de su memoria, se dejó fluir hasta hundirse segundo a segundo en una congoja y nostalgia intoxicantes.

 

Notas finales:

Mission is over, mission is done. I will miss you, children of the sun. But it's time to go away. Goodbye, goodbye milky way*

 

La misión ha terminado, la misión ha terminado. Te extrañaré,
niño del sol. Pero es hora de irse. Adiós, adiós vía láctea... (Según Google)


Hasta la proxima actualización. Sigan bellos


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