EL HIJO QUE TODO ADULTO QUIERE.
-buenos días – dije acomodándome junto a algunos compañeros de mi casa en el gran comedor la cual ellos me miraron extrañados, al parecer los Slytherin no son muy sociables, ya paso una semana desde que vine a este mundo, pero aun así no logro acostúmbrame del todo, dios si hubiera sabido que iba a terminar en este mundo me hubiera puesto a leer los libros el único conocimiento que tengo son solo el de las películas, pero por supuesto ahí los personajes son muy característicos y simpáticos, típico de actores.
Pero no es el caso, después de salir de la enfermería y tener una larga charla con el que parece ser mi padrino Severus Snape y me viera preocupado por mi repentino cambio de actitud, bueno por lo que he oído decir al parecer Draco Malfoy era una persona muy mimada acostumbrado hacer lo que quiera y educado ahí que darle crédito en eso.
Con el paso del tiempo empecé a recordar mi vida como Draco y debo decir que fue una experiencia muy desagradable por mi diosa como un niño puede ser tan ggghhaaa no debo decir malas palabras, el recuerdo más reciente es con el prota. Y hablando de él solo puedo decir que no deseo involucrarme con ninguno de ellos, lo bueno de esto es que ya les parezco desagradable así que no se acercaran a mí.
Quitando eso volver a ser niño es lo mejor que me ha pasado nada de trabajo excesivo y noches en vela, y compañeros de trabajo desagradables ni jefes que me regañen por no preparar un café decente.
-si esto es vida- me encontraba caminando contemplando la naturaleza respirando aire limpio y puro hasta que alguien tropezó conmigo callo ella pero yo solo me tambalee algo bueno de ser hombre. –Estas bien?- le tendí mi mano para que la sostuviera.
-si gracias – me miro sorprendida lo más seguro era por mi uniforme de Slytherin no me sorprende no tenemos una buena reputación después de todo.- me llamo Hermione Granger –
-Draco Malfoy gusto en conocerte, me disculpas me tengo que ir – Salí corriendo de ahí dios no me tengo que involucrar con los protagonistas, nada de involucrarse con los protagonista.
Seguí corriendo con todo lo que pude hasta que choque con alguien esta vez los dos caímos junto con algunas cosas–lo siento- escuche decir con una voz nerviosa y temblorosa levante la vista, me di cuenta que era un chico de la casa Gryffindor, otro más.
-no hay problema, yo soy el que debe disculparse no estaba viendo donde iba- me levante y él se levantó conmigo, aun así se notaba nervioso ya que jugueteaba con sus dedos es malo decir que me pareció tierno eso bueno es un niño y yo una adulta después de todo los niños tímidos son la debilidad de cualquier adulto.
Eso me hizo recordad a mi sobrina que siempre me pedía dulces cuando su madre no estaba diciendo con una vocecita tierna – tía me regalas una paleta – por mi parte gamas pude decir que no a esa carita de súplica dios los extraño tanto, mi semblante debió de haberse visto triste porque la persona enfrente me miro con preocupación.
Agache la cabeza a avergonzado, descubriendo un libro en el suelo al levantarlo pude leer “herbología para principiante” – creo que esto es tuyo- lo extendí para él, pero cuando lo tomo no aparte mi vista del libro.
-te interesa la herbología- ese comentario hiso que yo levantara la vista asentí sin darme cuenta, una sonrisa adorno su rostro que niño tan tierno, bueno de todos modos en mi anterior vida mi pasatiempo era la jardinería, podía pasar todo el tiempo en la tierra –a mí también, ven conmigo, por siento me llamo Neville Longbottom – dijo mmm creo que escuche ese nombre antes.
-Draco Malfoy- me arrastro hasta que encontramos a un invernadero por mi diosa es hermoso tantas plantas que no conozco y tan interesante tenía la boca totalmente abierta, Neville me miro feliz – que increíble –
-este es un invernadero privado de la maestra Pomona Sprout le pedí que me dejara estar aquí para aprender más sobre las plantas, paso aquí la mayor parte del tiempo- dijo algo avergonzado dios Neville es definitivamente un niño muy adorable – si te interesa puedo decirle a ella que te de un permiso igual que a mí-
-eso sería increíble Neville, gracias- platicamos de diferentes tipo de plantas yo lo escuchaba atentamente hasta que vi que se hacía tarde, debajo de la túnica saque un reloj de muñeca para ver la hora.
-qué es eso?- claro los magos no conocen de esto.
- es un reloj me deja ver la hora, sin la necesidad de magia ni nada de eso un invento muggle supongo- aun me cuesta decir esa palabra cuando hace poco yo era una
-donde lo conseguiste?- pregunto intrigado.
-se lo compre a un niño de Hufflepuff, aun precio justo – sonreí con malicia – pero no se lo digas a nadie de acuerdo es un secreto, ya sabes por mi reputación- le giñe el ojo, Neville se vio complacido tal vez porque era su primer amigo con el que podía contar, ni siquiera el prota. le había puesto atención, ahora que lo pienso me siento un poco vacía como si algo me faltara, pero es un sentimiento ajeno a mí, es como si el cuerpo de Draco estuviera triste o decepcionado cuando pienso en él, Draco tu que sentimientos tenías por el protagonista.