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La Tempestad por Lemi Neko-chan

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Notas del fanfic:

Para los que lo hayan leído antes, publiqué este fic hace un año más o menos, cuando aún era una fujoshi rata :v Por lo que he decidido cambiarlo, la esencia es la misma y quiero sacarme esta historia de la cabeza.

Notas del capitulo:

Después de pensarlo mucho, dije: "Sería genial si lo hago como omegaverse", el problema es que sería mi primero y pss ni modo, a ver qué sale :v

Capítulo 1: Arresto

 

Año 1653 – Islas de la Plata

 

El sopor de la tarde mantenía embotados sus sentidos mientras dejaba reposar la cabeza sobre el pecho de su amado; los ligeros movimientos del mar daban la idea de estar en una enorme cuna. No podía ser más feliz, o eso pensaba, ahí aferrado a una agradable almohada de fornidos músculos, donde se sentía a gusto… se sentía protegido. La tranquila respiración y la calidez del abrazo que lo rodeaba, lo incitaban a dormir como hace algún tiempo no lo hacía.

– ¿Ya estás mejor? – Preguntó esa voz grave que tanto le gustaba.

– Sí, es sólo que me preocupé mucho cuando llegaron en ese estado, pero por lo que veo tus heridas son superficiales. – Sonrió acariciando levemente el vientre de su pareja. – Ya no te vayas, Yahiko, por favor, acabo de pasar el celo y…, esperaba que llegaras antes de eso…

Admitió ocultando el rostro, fue realmente doloroso tener que pasar esa “etapa” en soledad, más cuando le era imposible salir, pues su voto de fidelidad y la marca, le impedían siquiera pensar en saciar sus necesidades con alguien más.

– Sé cuánto quieres un hijo, mi amor; yo también lo quiero pero las cosas por ahora están muy… complicadas, la corona nos está dando caza cada vez más cerca y lo que menos deseo es que estés en peligro. Si algo me pasa, no quiero que cargues con un niño tú sólo, eso aún puede esperar. – Decía mientras acariciaba la suave mejilla adornada con tres marquitas a cada lado con el pulgar.

Aquello fue suficiente para retirar esos pensamientos de su mente, aunque seguía preocupado, puesto que, desde hace alrededor de seis meses, la guardia real les ha estado pisando los talones. Pese a cambiar frecuentemente el rumbo y de dirigirse a distintos escondites, era como si les fuera sencillo seguirlos de cerca. Yahiko incluso pensaba en la posibilidad de tener algún traidor entre la tripulación.

Cuando se unió a Pain en su aventura era muy joven y éste no quería correr el riesgo de perderle con un embarazo, por lo que le aseguró que cuando fuera mayor, podrían tener un bebé. Con el paso de los años, empezó a añorar un pedacito de sí, uno que fuera libre, que naciera en libertad, lejos de los prejuicios de la sociedad.

El problema ahora era que su pareja se ha estado ausentando mucho por tener varios enfrentamientos con la milicia de la corona inglesa. Situación que empeoró cuando supieron que era la mismísima guardia real quienes los seguían.

“Akatsuki”, ese es el nombre de la organización a la que pertenece; en su adolescencia no lo sabía, pero son piratas muy conocidos en todo el mundo por lo temibles y sanguinarios que son. Y, como bien dice el dicho: “quien con lobos se junta, a aullar aprende”; Naruto se ganó a pulso su lugar, en tan sólo cuatro años se volvió tan famoso como los más destacados miembros, piratas de los que nadie que los haya visto podía dar fe de su apariencia.

Desde que era pequeño fue entrenado como si de un alfa se tratase, debido a que Minato, su padre, siempre consideró que un omega como él, debía ser capaz de defenderse a sí mismo. La condición de ser omega, era de por sí bastante mala, peor aún si de un hombre se trataba, y Minato, con la bendición de Kushina y su familia, se encargaron de esconder a su pequeño hijo por cuánto les fue posible, pero esa maldición era completamente difícil de mantener oculta.

Naruto terminó casi liderando un grupo de poderosos alfas junto a su pareja, era respetado y muy pocas veces se lo podía ver fuera. Pues bien, es el resto de la tripulación quienes se encargan de los trabajos generalmente. Pain, nombre “clave” o con el que lo conocen en ese mundo a Yahiko, no suele dejarlo participar mucho en los trabajos que realizan pero le gusta presumir sus habilidades, pues es raro que un omega sea tan rudo como él dice.

– Entonces vámonos, ocultémonos por un tiempo hasta que crean que nos han perdido. – Casi suplicó con la mirada al decir eso, pero ahora que llevaba la marca, la idea de que algo le pudiera pasar a Yahiko lo mortificaba a diario. – Cada vez me es más difícil controlarme…

– Lo siento, Naru, prometo no volver a dejarte solo. – Respondió sin mirarle, acariciando las suaves hebras de cabello rubio para hacerlo dormir y al mismo tiempo desechar la idea de un hijo.

 

Varios minutos más tarde despertó con una extraña sensación en el pecho, como si se estuviera ahogando, tal vez era un mal sueño que iba tomando forma conforme recobraba la conciencia, no, más bien era como un presagio, uno que le oprimía el pecho impidiéndole respirar.

Dio una gran bocanada de aire y automáticamente llevó una mano a su corazón, sintiendo el fuerte galope de sus latidos; quizás fuera algo sin importancia, pero se ha sentido así desde hace algunos días; desde que Pain fuera a dar caza a un noble anglosajón específicamente.

Y es que como piratas, se dedicaban a los trabajos sucios, a ser la escoria de la humanidad; pero ellos eran un poco diferentes, pues sus “misiones” se enfocaban en eliminar el cáncer del mundo, aunque para ello también debían cobrar recompensas. El plan desde que se separaron por última vez, era encontrarse en las islas de Hawaii y después partir al sur, por lo que ahora se encontraban cerca de las islas de la Plata. Amegakure es el nombre de su navío.

Decidido a olvidar, volvió a cerrar los ojos para acomodarse mejor; empezaba a oscurecer y el ambiente era frío, pero el calor que producían sus cuerpos desnudos podía compensarlo lo suficiente. A esa hora la tripulación ya preparaba los calderos para servir el banquete, solían ser ruidosos al hacerlo, por lo que el silencio empezaba a resultar sospechoso.

De pronto, un fuerte movimiento le hace espabilar, sólo para ver a Yahiko ponerse de pie a medio vestir y con su daga de combate en mano; poco a poco su semblante fue cambiando al escuchar gritos desde fuera.

– ¿Pain… qué…?

– Sshh… tranquilo, Naruto, tengo a cuatro de mis mejores hombres en este navío, saldré a ver que… 

No terminó de hablar cuando la puerta fue tirada con fuerza y entraron varios hombres armados, vistiendo un uniforme que reconocería en cualquier parte. Era la guardia.

Sin pensarlo demasiado, Pain saltó sobre los primeros que entraron, derribándolos casi al instante mientras Naruto trataba de localizar su ropa y las armas para pelear, no obstante, fueron superados en número, por lo que en segundos fueron sometidos poniéndolos de rodillas y con los brazos bien sujetos en la espalda. No pudo evitar quedar paralizado al ver a alguien poner una navaja en el cuello del pelinaranja.

– ¡Suéltenme! – Gritó usando su voz de alfa que hizo agachar la cabeza a los que lo sujetaban, pero pese al terror que sentían, no podían perder la oportunidad de arrestarlo.

– Pain de Akatsuki –interrumpió otro soldado– está arrestado por el delito de piratería además de otros cargos imputados por la corona inglesa; serás llevado a Inglaterra donde se te dará condena, tus hombres han sido derrotados y de igual forma detenidos, ríndete ahora.

Naruto tembló ligeramente al escuchar al hombre que acaba de entrar decir eso con una voz  grave y potente que era capaz de ponerle los pelos de punta, algo que no demostraría jamás, y como acto reflejo dirigió su mirada al piso puesto estaba prohibido mirar a los ojos de “los superiores”; aunque no era como si las reglas fueran algo que se le diera bien. Con cautela, consiguió alzar la mirada, asombrándose al instante por lo que podía apreciar; aquel hombre era azabache, de profundos ojos negros que miraban con desdén a su pareja.

- No cederé ante ti, maldito perro real.

Yahiko sonrió con prepotencia y escupió al piso, muy cerca de la bota de aquel tipo, acto que lo molestó, pues pudo ver como frunció el ceño fuertemente y le asestó un golpe en el estómago, uno que lo obligó a escupir mucha saliva junto a un hilillo de sangre que se escurría por la comisura de sus labios; dejándolo ido por unos segundos, momento que aprovechó ese hombre para sacar una navaja de la correa atada a su pierna y sujetarle del cabello para obligarle a mostrar el cuello.

– ¡¡Pain no!!... ¡¡déjalo, maldito bastardo!!– Gritó angustiosamente para desviar la atención hacia sí, recibiendo un golpe en la nuca por el hombre que le sujetaba los brazos.

En tanto el soldado se percató de su presencia, sus ojos se abrieron grandemente y soltó el cabello de su puño; se acercó curioso, despacio como un león que estudia a su presa antes de devorarla. Puso una rodilla en el suelo para estar a su altura y lo tomó del mentón haciendo que lo vea a los ojos.

Naruto, con una actitud impropia de “su raza”, lo encaró con el ceño fruncido y la mirada desafiante.

Contrario a lo que esperaba, lo vio sonreír de una forma que le erizó la piel, “este tipo es peligroso” – pensaba sin cambiar la postura; algo extrañado de que el otro empezara a escanearlo con la vista.

A pesar de que su cuerpo apenas estaba cubierto por una sábana, en ese momento no le importaba su estado, ni siquiera se dio cuenta de ello hasta que notó el recorrido que hacían los ojos ónices hasta perderse en la parte baja de la tela, gesto que iba acompañado de una sonrisa tétrica que se dibujó en ese rostro al instante.

Sin delicadeza alguna, el soldado jaló de los cabellos dorados, obligándolo a mostrarle la marca que  adornaba su cuello, cosa que le hizo gruñir y soltarlo con tanta fuerza que golpeó el suelo. Ordenó colocarle grilletes en las muñecas y lo miró… ¿divertido?

– Se me ocurre una muy buena idea. –mencionó ese hombre a quien reconocía como teniente por las medallas que exhibía en el uniforme e hizo salir a varios de sus soldados, dejando sólo a tres de ellos sujetando a Yahiko– Si de alguna forma intentas hacer algo, mis hombres rajarán la yugular de ese asqueroso delincuente – Habló dirigiéndose a Naruto, quien seguía en el suelo ya sin nadie sosteniéndolo.

– ¡¿Por qué no te enfrentas a mí como un hombre de verdad?!... ¡maldito Uchiha!... – Gruñó su pareja, sacudiéndose violentamente del agarre.

– Hmph… Veamos qué tan buena putilla tienes aquí, Pain.

Naruto palideció, ese sujeto no estaba insinuando que le haría algo o ¿sí?, Yahiko no pudo hacer más que abrir los ojos tanto que parecía que se saldrían de las cuencas mientras que él trataba de no demostrar el pánico que se apoderaba de su cuerpo.

– ¡NO TE ATREVAS A TOCARLO, MALDITO PERRO! – Gritó Yahiko furioso antes de recibir de nueva cuenta un golpe, sólo que esta vez fue propinado por uno de esos tipos en la mejilla y nariz, provocando que sangrara manchando sus labios.

– Ahora será mi puta y espero que sea muy… complaciente.

Sintió el tirón de las cadenas que inmovilizaban sus manos, el teniente no tuvo miramientos al dejarlo justo en frente del pelinaranja.

Empezó a pensar en múltiples maniobras que podría hacer para derribar a ese alfa que conocía bien, de donde viene todos lo conocen. Antes de unirse a Akatsuki, él fue nombrado segundo al mando de la guardia real. Uchiha Sasuke, proveniente de una familia de nobles ingleses, poderosos alfas prácticamente dueños del parlamento. Jamás pensó que haría algo tan bajo como eso, aunque todo se podía esperar de esa gentuza.

Jadeó al ser tomado de los cabellos para alzarle, sorprendiéndose de ser levantado con facilidad pese a estar protestando y moviéndose bruscamente para liberarse del agarre. Miró con todo el odio que pudo a esos ojos negros al mismo tiempo que su amado le gritaba que no lo hiciera, más debía reconocer que estaba entre la espada y la pared; por lo que sólo cerró los ojos y se dejó arrastrar de vuelta al lecho, siendo recostado boca arriba y con las piernas abiertas

– Sólo… no veas. – Habló con voz temblorosa al deducir lo que estaba a punto de ocurrirle, sentía claramente la angustia del pelinaranja en su pecho y no quería que éste sintiera la suya.

Sasuke se acomodó entre sus piernas, aflojando con una mano la correa que sujetaba su pantalón y con la otra retiró la sábana que cubría el menudo cuerpo del rubio para tenerlo completamente expuesto. No pudo evitar hacer un gesto de asco al oler el hedor del otro alta en el joven omega, quien aún marcado podía emitir un aroma dulce y atrayente, como la canela.

“Como su piel” – pensó al identificar el aroma propio del omega. Sentía cierta repulsión al olor de Pain, pero eso no quitaba que el rubio era hermoso, su piel ligeramente bronceada hacía resaltar la claridad de sus bellos ojos zafiro al igual que su cabello, era un raro espécimen, uno que buscaba desde hace varios años.

– ¡Me rindo!, deja a mi esposo en paz y no pondré resistencia alguna… – Mencionó Yahiko sorprendiendo a casi todos allí; nadie imaginó que le importaría otra persona que no fuera él mismo.

“Yahiko… lo siento” – pensaba el omega, triste de ser una carga en ese momento, si las circunstancias fueran diferentes, de seguro que habría podido montar una buena pelea.

– De acuerdo, llévenlo a las celdas, y comuniquen a Sai que se encargue de dirigir el navío al Caribe. – Ordenó una vez más sin retirarse de su lugar.

– Deja a Ku… a Naruto, ¡era un trato! – Gritó exaltado de ver que el azabache seguía en la misma posición.

– Yo no hice ningún trato y de todos modos no hay nada que puedas hacer…

Sonrió con sorna mientras veía a un furioso alfa siendo arrastrado fuera del camarote de capitán, se necesitaron más soldados para poder contenerlo pero esa batalla ya estaba ganada desde que puso un pie en el Amegakure.

– ¡JURO QUE TE MATARÉ, UCHIHA!

Naruto escuchaba los gritos desde fuera, cada vez más lejanos hasta no poder oírlos más, permanecía en silencio, aprisionado con el peso del azabache sobre sí. Luchaba con su propio instinto, pues ese alfa tenía un olor demasiado fuerte que empezaba a marearlo y lo último que deseaba era complacer a otro que no fuera Pain, sin embargo, sus hormonas le podían e inevitablemente desprendía su aroma natural.

Escuchó al azabache gruñir cerca de su oído, acariciándole con la nariz la mejilla y empezando a descender por el fino cuello, dónde raspaba los dientes como si quisiera morderlo. Esa idea le hizo revolverse incómodo, a pesar de todo él ya estaba marcado y no pretendía dejarse dominar por un guardia, eso ya era demasiado humillante de por sí.

– ¡¿Qué crees que haces, bastardo?! – Cuestionó mostrándole los dientes como una amenaza, cosa que sólo hizo reír al azabache. – Tsk ¡Haz lo que debas hacer y lárgate!

– Debes ser el primer omega capaz de sostenerme la mirada y peor aún, intentar ordenarme. – Hundió el rostro en la curvatura del cuello del rubio, aspirando su verdadero aroma y frotándose en su cuerpo, haciendo movimientos como si lo estuviera embistiendo.

– Ahhmm… basta. – Con cada empujón sentía que empezaba a excitarse y era lo que menos quería, en ese momento sólo maldecía su condición.

– Realmente eres una putilla – Le habló con sutileza al oído, arrastrando las sílabas y pasando la lengua sobre la oreja del pequeño omega, divertido por las reacciones que le provocaba y los espasmos que sentía debajo de sí.

– Bastardo… – Controlaba lo mejor que podía sus impulsos, sollozando por lo bajo al sentirse vulnerado, humillado por un maldito inglés.

Sasuke se separó a regañadientes del rubio, pese a que su alfa interno le gritaba para que lo tomase, el olor impregnado del pirata en él le molestaba sobremanera; además, no era como si acostumbrara a violar, jamás lo había hecho y no iba a empezar ahora; para él, ese comportamiento era lo más bajo, digno de los parias, de los piratas y los rechazados.

– ¿Realmente creíste que te iba a coger?, nunca me rebajaría a yacer con la prostituta de un pirata, me das asco. – Dijo mirándolo como a la peor escoria, sacudiéndose el uniforme.

Ante el asombro de Naruto, el azabache se retiró de allí, no sin antes arrojarle la sábana para cubrir su desnudez, dejándolo encadenado con el grillete en uno de los barrotes de la cama. En realidad quiso dejarlo así desde el principio, puesto que el omega era muy hermoso y corría el peligro de ser atacado, sea por sus propios hombres o por los mismos piratas.

Naruto escuchó los pasos del teniente retumbar por el camarote, dando vueltas, no sabía si lo estaba analizando o si encontró algo que fuera de su interés; sea lo que sea, se había quedado estático, intentando entender los motivos del Uchiha para tratarlo así y sólo cuando escuchó esos pasos salir del lugar, llegó a la conclusión de que lo había hecho con el afán de humillarlo.

Profirió un alarido de furia desde lo más profundo de su pecho, apretando la mandíbula con tal fuerza que parecía que resquebrajaría los dientes si seguía haciéndolo. Estaba molesto, fue tratado como una puta y eso le hacía hervir la sangre pero lo peor no era eso sino el hecho de que faltó muy poco para corresponder.

– ¡BASTARDO! ¡no sabes quién soy yo!, ¡¡te mataré!!

Durante más de una hora, estuvo forcejeando con los grilletes, intentando sacárselos o destrozar con ellos los barrotes, no obstante éstos eran más difíciles de lo que pensaba y el movimiento del barco al cambiar el rumbo constantemente no ayudaba. Sabía que alguien se había apoderado del Amegakure y ahora lo llevaba a tierras malditas, como llamaba a Inglaterra, el país que lo vio nacer y al que pensó que no volvería nunca.

– Guarda tus energías para cuando te sea dictada condena, Namikase Naruto. – Escuchó desde la entrada en un tono jocoso.

Una vez más se quedó paralizado al ver al Uchiha burlarse de él desde la entrada, mirándolo con altivez después de pronunciar su nombre, probablemente divertido de verle perder el equilibrio cada vez que una ola golpeaba el navío.

– ¿Cómo es que sabes mi nombre? – Preguntó cauteloso.

– No sabes cuánto tiempo y dinero he invertido en encontrarte…

 

Continuará…

Notas finales:

Como ya dije al principio, es la primera historia omagaverse que he escrito y pues aunque no tenga muy claro cómo va todo, espero no equivocarme con ello.

Sobre el fic, no sabía qué nombre poner al barco de los Akatsuki, por lo que lo he nombrado como el lugar en que nació Yahiko xD, de igual forma encontrarán algunas cosas extrañas ewe, Esto es como una prueba, sigue siendo una idea en construcción.

¡¡Hasta la próxima!! :D


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