Hoy las clases pasaron rápido, aunque creo que eso tiene que ver con el hecho de que Kanou-san regreso hoy de su viaje, estoy tan emocionado por verlo. Antes de que terminaran las clases Someya-san me llamó, tiene ciertos problemas legales por lo cual el café estará cerrado unas semanas, pero me dijo que no me preocupara porque no es grave asi que tratare de no hacerlo.
Misao-san vino por mi. Quiero preguntar por Kanou-san pero no me atrevo. Normalmente después de un viaje veo su auto aparcarse con Homare-san al volante y él en el asiento trasero esperándome paras hacer... Creo que estoy bien así. Al llegar al departamento recibo un mensaje suyo.
“Ayase, tengo mucho trabajo pendiente.
Regresare a casa hasta la media noche, no me esperes despierto.
Cuidate.”
Con Kanou-san tan ocupado, el café cerrado y las clases con Kuba-san “suspendidas” siento que tengo demasiado tiempo en mis manos, no me gusta. Ví un letrero en la cafetería de la Universidad, solicitan a un ayudante de cocina. Es un trabajo temporal así que creo que es perfecto. Estoy muy emocionado, podré hacer amigos, aprender cosas nuevas y conseguir dinero extra. Aunque Kanou-san insiste en encargarse de mis gastos quisiera pagar por mi mismo al menos la universidad .
Pero antes de poder hacer nada debo pedirle permiso a Kanou-san. Probablemente su respuesta sea no. ¿Cómo podría convencerlo?. ¡Ya se! Comida casera. Ha estado viajando y se que cuando trabaja a veces descuida su alimentación, probablemente esté muy cansado. Le preparare su platillo favorito (gracias Someya-san), tomare un baño y le se lo llevaré. Si está de buen humor confió en que me permitirá tomar el empleo. Debo irme ya.
Al llegar solo esta Misao-san. No fue necesario anunciarme, Kanou-san me ha dicho que puedo entrar en cualquier momento, pero aun así toco la puerta para notificar sobre mi presencia. Cuando me ve se alegra mucho, deja su trabajo de lado y comenzamos a comer y hablar de cosas varias, de su viaje y de cómo yo había estado a pesar de que durante su viaje hablamos por teléfono todos los días. Me pregunto sobre el trabajo y le mencione que el bar estaba cerrado temporalmente.
-asi tendras mas tiempo para ocuparte de la escuela
-estoy bien en la escuela, no tengo ningún problema. Kanou-san
-si?
- quiero pedirte un favor-Lo veo levantar una ceja intrigado en una respuesta muda diciendo que continúe-sucede que mientras el bar está cerrado no puedo trabajar, casi es fin de mes y necesitare dinero para mi colegiatura as-
-¿es eso? - parece relajarse-Te he dicho que no te preocupes por los gastos, yo me encargo
-no, quise decir eso. Se que te encargas de todo lo que pudiera necesitar y te lo agradesco mucho, pero me gustaría por lo menos solventar yo mismo la universidad, pero por el momento no tengo trabajo. y en la cafetería de la universidad están solicitando un empleado a tiempo parcial, así qu-
-No-
Su respuesta tan seca me descoloca un poco-¿porque no?
-Si tienes tan tiempo libre enfócate en la escuela o encargate del apartamento.
-Tengo organizado mi tiempo. Estoy bien en la escuela, y tu apartamento está siempre limpio. Puedo tener un trabajo.
-Tu ya tienes un trabajo. En una hora ganarias mucho más que trabajando un mes en cualquier cafetería.
-Pero… -
-No insistas Ayase-Dijo de manera autoritaria, baje la mirada y seguimos comiendo en silencio con una protesta atorada en mi garganta. Se da cuenta de que no estoy satisfecho, me toma de la mano, de manera delicada me invita a ponerme de pie y levanta mi rostro para verlo a los ojos - sabes que puedo comprarte o pagar todo lo que desees, no es necesario que trabajes-susurra contra mis labios mientras una de sus manos baja hasta mi trasero y lo aprieta- pero si quieres ganar dinero por ti mismo, yo te puedo ayudar
No se exactamente que me pasa, un grito sale de mi garganta y lo aparto de mi con una fuerza que ni él ni yo sabíamos que tenía. “¡NO QUIERO MAS DINERO SUCIO! ” grito a todo pulmón con adrenalina en vez de sangre corriendo por mis venas.
Ambos nos tomamos unos segundos para reponernos de lo que acaba de suceder, siento como si por un momento alguien más se hubiera apoderado de mi cuerpo y ahora me tocara a mi pagar las consecuencias. Trato inmediatamente de retractarme, de disculparme pero las palabras no salen de mi boca. Lo veo pasar de la confusión al asombro y a la ira. Es entonces cuando se acerca a mi, ya no de manera seductora, si no agresivamente. Veo una furia en sus ojos que no estaba ahí desde el dia que me compro y lo rechace. Me asusta mucho. Trato de retroceder pero me acorrala contra el escritorio. Arroja todo lo que hay encima de él al suelo, me acuesta bruscamente y con una mano sostiene las mías por encima de mi cabeza.
-¿Así que es dinero sucio? ¿Lo que hacemos te parece sucio? Te demostraré que lo disfrutas tanto como yo-comienza a lamer mi cuello y no puedo evitar empezar a gemir anticipadamente. Toma mi camisa y de un solo tirón la destroza dejándome expuesto. Mira mis pezones y sonríe maliciosamente. Comienza a lamer uno con violencia mientras retuerce el otro entre sus dedos, arqueo mi espalda.
-P-por favor… De-deten-ahh
Mi cuerpo me traiciona. Yo no quiero esto. No así. Se que ahora mismo el solo lo hace para castigarme.
Aunque quiero que se detenga, tanto tiempo de hacerme suyo le ha enseñado los puntos precisos para someter mi cuerpo a sus deseos.
Baja la velocidad de sus lamidas en deliciosa tortura, mi cuerpo se retuerce bajo sus caricias. Mis labios dejan escapar gemidos más sonoros, quiero cubrir mi boca pero él no lo permite. Su otra mano baja mi pantalón junto con la ropa interior.
Ahora estoy completamente desnudo. Estar asi, viendolo a él totalmente vestido ante mi me reafirma que en este encuentro no será por cariño, alcohol o pasión, será por poder, por posesión.
Los recuerdos de la primera vez que me violó vuelven a mi. Yo estaba igual de indefenso ante él. Él tenía exactamente esta mirada. También este traje. Mi cuerpo y yo nos volvemos uno nuevamente gracias al recuerdo del terror y el dolor. Ya no hay excitación.
Logro safar mis manos de su agarre, me siento sobre el escritorio y por primera vez trato de huir. Me toma del cuello y me somete nuevamente azotandome contra el escritorio. En sus ojos hay solo furia, nada más. Ahora él esta irracional. Esta vez será mucho peor que la primera.
-¿Quieres huir? ¡¿Te desagrado tanto?!
“no, no es así” “no me desagradas, pero no hagamos esto, no asi” “no de esta manera” el miedo y su mano en mi garganta no me permiten hablar.
-Esta bien. Quería ser suave pero veo que necesitas una lección. Un recordatorio de a quién perteneces, y mientras no pagues tu deuda seguirás siendo mi perra
Ata mis manos con su corbata por encima de mi cabeza, me baja del escritorio obligandome a arrodillar. Se quita el cinturón y se abre la bragueta poniendo frente a mi rostro su virilidad, me ordena lamerla. Al no obtener respuesta me obliga a abrir la boca tapando mi nariz, cuando la abro buscando aire me la mete completa de un solo golpe.
-si me muerdes te mato
La siento al fondo de mi garganta, ahogándome, me lastima, solo puedo llorar. Quiero que pare pero en este punto no reconozco a Kanou-san, está completamente fuera de sí. El nunca ha actuado así.
Me toma del cabello y comienza a moverse obligandome a seguir su ritmo. Sacandola y metiendola hasta el fondo, ahogando mis sollozos. Trato de alejarlo pero no puedo.
-ahh si
Siento grandes arcadas mientras el continua subiendo de velocidad. En algún momento sus embestidas se vuelven erráticas y se detiene vertiendo toda su semilla al fondo de mi garganta en medio de un gemido gutural. Puedo sentirlo temblar por el orgasmo mientras dice mi nombre y me ordena tragarmela toda.
Me estoy atragantando. Trato de contener las ganas de vomitar pero cuando por fin la saca escupo todo al suelo, no podía respirar y no puedo parar de toser. Esto lo enfurece aun más si era posible. Me pone en 4 sobre el escritorio, pone su cinturón alrededor de mi cuello y tira hacia atrás, siento que se me va el aire. El muerde mi cuello, no para provocarme, si no para marcarme si ningún rastro de cariño. - Esto es para que todos sepan que le perteneces a alguien
Esta duro nuevamente, lo se cuando se frota contra mis nalgas. Ni siquiera me ha preparado. Aterrado trato de quitarme el cinturón que me impide hablar, pero no puedo. - Y esto, para que no se te olvide a quien
Un grito silencioso por la falta de aire sale de mi garganta al sentir a Kanou-san completamente dentro de mi sin ningún tipo de lubricación.
Me coge de manera extremadamente violenta, con una mano en mi cadera dándome nalgadas muy fuertes de vez en cuando y con la otra jalando de la correa del cinturón impidiendome gritar o respirar. Cierro los ojos con fuerza y desesperación. Creo que moriré hoy.
Kanou-san llama a Misao-san a su oficina. Mis ojos se abren completamente miro hacia Kanou-san rogándole con la mirada que no dejé entrar a nadie, que me deje ir. Pero él ni siquiera voltea a verme, esta perdido en medio de su ira. Misao-san entra con precaución a la oficina nuestras miradas se cruzan por un instante. La mia pidiendo ayuda y la suya respondiendome que no hay nada que él pueda hacer por mi. Yo lo entiendo.
-Salimos en 15 minutos, alista todo.
-Entendido jefe- Misao-san se despide con una reverencia sin perder en ningún momento su fría postura
Yo ya me rendi, no pido ayuda ni emito sonidos, solo pequeños sollozos que poco a poco me roban el poco oxígeno que tengo. He dejado de medir el tiempo, solo espero que termine pronto. Kanou-san esta apunto de venirse, tira del cinturón aún más fuerte obligándome a llevar mi cabeza hacia atrás y me besa de manera violenta ahogando un gemido en mis labios, derramándose en mi interior. Al terminar me suelta y caigo pesadamente contra el escritorio tratando de recuperar la respiración. Se arregla el cabello y la ropa, saca su billetera y arroja 1,000,000 de yenes en billetes sobre mi. Los conozco tan bien que ni siquiera necesito contarlos. Sale de la oficina sin mirarme, hablarme o siquiera desatarme.
Me toma un par de minutos recuperar el aire. Trato de ponerme de pie nuevamente pero el dolor me lo impide y caigo estrepitosamente al suelo.
Ahi, tirado en el suelo de una elegante oficina estrato 7, con billetes de 100,000 esparcidos sobre mi cuerpo, un cinturón Armani en mi garganta y una corbata Calvin Klein atada a mis muñecas, tirones de ropa que yo no elegí ni pagué sobre mi cuerpo desnudo, cubierto de restos de comida y semen, con mis nalgas a carne viva, sintiendo sangre y semen salir de mí boca y ano, siento que he tocado fondo. Estoy es mi limite y me quiebro.
No puedo más. Toda la tristeza, el dolor, el enojo, la soledad y las protestas guardadas salen de mis labios sin poder contenerse en este estado más que lamentable. Un “no”, primero débil, luego otros mas y mas fuertes salen por fin de mi pecho con toda la fuerza de mi alam herida convirtiéndose finalmente en una retahíla de llantos.
---------Perspectiva Homare-----
Estoy de regreso a la oficina después de las diligencias que me encargó el presidente. Al llegar veo a mi hermano y al jefe alistandose para salir. Lo miro de reojo y tiene la furia de un demonio en sus ojos. Me doy cuenta que no tiene corbata, se me hace un poco raro pero no digo nada. Me informan que deben encargarse de algunas cobranzas y contratos personalmente, el jefe me da instrucciones de que no volverán hasta mañana, así que me debo quedar a cargo de la oficina el reto del dia. No cuestionó nada, asi es siempre con Kanou. Además, hoy está distinto. El normalmente es frío, pero hoy pareciera que no le queda ningún rastro de humanidad. Mi hermano y el jefe salen de la oficina y justo cuando está a punto de cerrar la puerta un grito de “NO!” sale de su oficina. Él se congela por unos segundos en su lugar. Es la voz de Ayase, mi primer impulso es correr a su oficina pero el jefe me detiene. Tiene los ojos bien abiertos, la ira en ellos se ha ido. Baja la mirada. Trato de preguntar que sucede pero el solo me corta con un “no te metas, no es tu asunto” y por fin cierra la puerta.
Me quedo un momento de pie. Tengo muy en claro las reglas del jefe con respecto a Ayase. Soy guardaespaldas de Ayase pero pero no tengo permitido tocarlo ni entrar a la oficina del presidente cuando Ayase está ahí (a menos que el jefe me autorice porque quiere recordarme que Ayase es “suyo”).
Ese “no te metas” fue muy claro. Pero escucho a Ayase llorar y, como guardaespaldas (y eterno enamorado) su bienestar es mi prioridad. No quiero ni imaginar que le hizo ese monstruo esta vez. Toco la puerta. No recibo respuesta, solo mas llanto. Abro lentamente la puerto y siento como se me va la vida al verlo.
-AYASE!!
Corro hacia él lo más rápido que puedo. Quitándole el cinturón del cuello y desatando sus muñecas. Me aparto un poco para que el recupere el aliento. Veo como comienza a toser, se agarra el cuello y empieza a normalizar su respiración, ya no grita ni llora, solo tiembla.
Por Fin comienzo a analizar la escena. No necesite pensar mucho para saber qué pasó. Mi desconcierto paso del miedo y preocupación por Ayase a la furia asesina hacia Kanou.
-Ese bastardo! La pagara!-me levanto dispuesto a cobrarme todo lo que Ayase ha sufrido, aún si la vida se me va en ello.
-Espera, por favor, no vayas, no lo lastimes.- escucho su voz apenas audible mientras tira de mi manga
-¡¿Que?! ¡¿Esperas que lo deje salirse con la suya?!
-Ambos se lastimarían y no se solucionaría nada, la violencia no trae nada bueno. No quiero que más personas sufran por mi causa...
Lo miro incrédulo.
-Después de todo lo que te ha hecho, ¿aún lo defiendes?
-El no es malo… pero ya no puedo seguir con esto
Ayase no puede más y rompe en llanto. Solo me quedo en cuclillas, observandolo sin terminar de entenderlo. Él con las rodillas dobladas contra su pecho y las manos en su rostro en un vano intento de contener el llanto. Cubierto de su seman y sangre, su ropa mas linda desgarrada en suelo junto a la comida que yo sé que preparó con esmero, como todo lo que él hace.
Y aun con sus alas hechas pedazos por ese animal que castiga a este ángel por el único pecado de ver belleza en él. Aun lo defiende, aun cree en él. Tanto tiempo en esta clase de ambiente no me ha permitido conocer cosas que para Ayase son tan naturales, como la compasión y el perdón.
Tan puro. Tan celestial. Tan humano.
Me quito el saco, lo envuelvo en él con sumo cuidado y lo tomo en brazos. Cuando me fijo en la cantidad de sangre quiero llevarlo al hospital pero él se niega, insisto pero el continua diciendo que no, y que sabe que hacer, que solo quiere darse un baño y dormir. Me hierve mas la sangre al imaginar cuántas veces ha de haber estado en situaciones similares. Pienso en obligarlo a ir al hospital pero no, no puedo obligarlo. No puedo ser igual a Kanou.
Me pongo de pie y me dispongo a salir de la oficina
- Te llevaré a casa entonces (si a esa jaula de oro se le puede llamar casa)
Se que no puedo dañar a Kanou sin herir a Ayase. Tampoco puedo ayudarlo a escapar, por que no importa que pase, Kanou lo encontraría y a mi me mataría(aunque eso es lo de menos). Me siento tan impotente, solo consolandolo. Observando, esperando que uno de estos días ese cabron lo mate.
Solo queda una opción.
-Homare-san-murmura débilmente mi nombre
-¿mmm?
-quiero... necesito ser libre
-Lo serás, te ayudare, serás libre. Lo prometo.
Me mira a los ojos y me dedica una suave sonrisa, se acurruca contra mi pecho y por fin cae en la piadosa inconsciencia.
Es tan bello por fuera, y más aún por dentro, que me es inconcebible cómo alguien podría siquiera soñar con dañarlo. Le doy un beso en la frente,tratando de transmitirle todo ese amor que no me es permitido demostrarle despierto
-Descansa mi angel