Mello / Mihael
Para ser sincero, nunca en mi vida me había imaginado que me atrevería a meterme a una casa a, robar... pero en mi situación, no tengo de otra, durante 18 años pudimos sobrevivir, pero ahora es cuando más lo necesitamos, en algún momento del pasado prometí a mis padres ser una persona honesta y honrada, pero la mayor promesa fue el cuidar de mis hermanos, no puedo fallarles y mucho menos descuidando a Nate con su enfermedad la cual empeora cada vez más...
-Bien Mello, está decidido, es esto o la oferta de Gevanni - me susurré a mí mismo saliendo del diminuto baño en dirección a la salida - Matty, tengo que irme a trabajar - me acerco al pequeño escritorio en el cual se encuentra uno de mis dos hermanos haciendo su tarea.
- ¡Trabajar!, ¿Tan tarde? - el aludido despega rápidamente la vista de los libros - ¿Y la escuela? Mañana comienzan los exámenes y...
-Y tú al igual que Near los pasaran con excelentes calificaciones mientras yo trabajo.
-Pero...
-Pero nada, apúrate a estudiar, te duermes temprano y... cuida a Near ¿Vale? - sin decir más me despido de Matt y me asomo de que Nate se encuentre bien, saliendo a prisa no sin antes tomar mi mochila dirigiéndome hacia mi destino.
Una enorme mansión aislada por completo a las afueras de la ciudad.
-Llego la hora, todo sea por mis hermanos, además, no creo que estas personas extrañen sus cosas, así como las van a perder también las recuperaran en un abrir y cerrar de ojos.
Antes de lograr acercarme al bardado lo suficiente como para ser detectado por las cámaras de seguridad, sujeto mi cabello (un poco largo cabe decir, puesto que roza un poco mis hombros) con una liga en una coleta alta, amarro un pañuelo negro cubriéndome medio rostro, para al final colocarme un par de guantes y gorra del mismo color, dirigiéndome a uno de los costados del enorme muro comenzando a escalar, en cuanto llego a la cima, doy un salto intentando no morir o romperme algo al momento de caer, bueno no es la primera vez que salto desde un muro de tres metros de altura, pero si la primera vez que lo hago por "gusto", entre comillas ya que desearía entrar por la puerta como persona normal, cosa que no puedo hacer por obvias razones, en fin, una vez del otro lado escaneo visualmente la zona, asegurándome de que no tengan mascotitas que me puedan arrancar un pedazo, puesto que no logre observar ningún tipo de movimiento a mi alrededor, emprendo mi camino hacia la casa que a juzgar por la vista, puedo decir que aún tengo mucho por caminar.
-Wow en serio que estas gentes exageran con el espacio, aquí adentro podrían vivir otras 20 familias mínimo - obviamente me estoy basando en el espacio que puedo percibir a mi alrededor.
Después de haber caminado un poco más de diez minutos, por fin me encuentro al pie de la casa, percatándome de que este robo en serio será algo complicado.
- ¡Oh vamos! ¿Es en serio?, vidrios anti balas, si no me equivoco, que nunca lo hago, los cerrojos de puertas y ventanas son los mismos que se utilizan en las prisiones, gracias al cielo he tenido demasiados empleos y entre ellos: cerrajero, herrero y también llegue a trabajar en una vidriería así que... -Saco de mi mochila algunas herramientas para quitar el cristal de la ventana más "pequeña", en cuanto desmonto el vidrio lo bajo con mucho cuidado colocándolo en el piso y poderlo recargar en la pared, que gracias a mi maldito descuido se cae provocando un fuerte estruendo.
- ¡Mierda! - me cubro los oídos y cierro los ojos casi por inercia en cuanto cae el cristal al piso provocando un fuerte ruido seguido de un cristal rompiéndose - No me jodas, ¿En serio? ¡¿En serio?! - observo totalmente incrédulo la escena - ¡Rompiste el estúpido florero y tú no obtuviste ni un solo rasguño!, ¡argh!, no lo puedo cre...er - me detengo en seco en cuanto veo a un joven chico de ojos enormes de un bello color, azul media noche, cabello negro azabache y una complexión delgada, totalmente paralizado ante mí - en serio, no lo puedo creer - sale apenas un siseo de entre mis labios, dejándome totalmente descolocado y un poco impactado.
-¿Quién eres? - a duras penas logro escuchar la voz temblorosa de aquel chico.