-Esto… Es demasiado sospecho, suena a que si vamos a ese local nos sacaran los órganos para venderlos en el mercado negro- Comento el oji-celeste meditando en todas las posibilidades negativas en su mente -Creo que será mejor que tomamos lo que podamos de esta bodega y nos vamos, ¿no crees Lefty?-
-…- El aludido no dijo nada solo seguía releyendo una parte de la carta “…sacar lo que encuentres, eso incluye a los animatrónica…”
-¿Lefty?- Volvió a llamar el menor teniendo un mal presentimiento al ver como su amigo sonreía de lado
-Animatrónicos…- Susurro tranquilamente sin perder esa sonrisa
-……… Lefty no-
-¡Lefty sí!-
Dijo el oji-ámbar sin perder esa sonrisa de lado astuta que delataba sus intenciones, así como su emoción, aunque su rostro no lo demostrara estaba demasiado entusiasmado por la idea de conseguir más animatrónicos, y sin importar cuanto le insistiera el oji-celeste de que era una mala idea y que se conformara con solo el animatrónico con apariencia de marioneta que encontraron este no hizo caso, así que rápidamente fue por su vehículo, cargo en la parte del cajón los muebles que servían, no iba a perder esa inversión, y en el asiento trasero sentó al animatrónico como si fuera una persona, hasta le puso cinturón de seguridad, no quería que le pasara nada a su adquisición, y acto seguido se subió en la camioneta con el pequeño Helpy, quien busco en internet a través de su celular la ubicación del restaurante que, aún que estaba renuente a ir aquella locación, pensó que era mejor acompañar al moreno que dejar que fuera solo y que le ocurriera algo malo, así que termino por ir también. Al cabo de un par de horas y ya muy entrada la noche, llegaron a la única locación en pie de la conocida de la franquicia de pizzas, desde fuera se veía un edificio enorme abandonado y en avanzado estado de deterioro, además de que está rodeado por una cerca de metal que también estaba en muy malas condiciones y con numerosos carteles de “Prohibido el paso”, “Si pasa lo hace bajo su propio riesgo” y “Zona de alto peligro”.
-Bien, parece ser aquí- Comento el oji-ámbar bajándose del vehículo y caminando al oxidado alambrado metálico
-Lefty, esto es muy mala idea, solo mira las advertencias, y si llega la policía y nos acusan de invasión a la propiedad que hacemos- Comento Helpy siguiendo de cerca al mayor a la vez que les señalaba los carteles
-Les mostramos los papeles de la caja fuerte y la carta- Respondió tranquilo el aludido, buscando algún hueco en la cerca por donde pasar
-No creo que esa carta sea suficiente permiso- Continuo el menor muy preocupado -Además, no creo que hayan animatrónicos hay y si los hubiera, seguro están despedazados de tantos años de abandono-
-En ese caso los reparare y tú los reprogramaras- Comento Lefty encontrando un punto en la alhambra donde podrían pasar los dos jóvenes sin problemas -Vamos Helpy, no seas miedoso, que podría salir mal- Agrego pasando por agujero y dándole espacio al oji-celeste para que también pasara
-Eso dicen en las películas de horror antes de que el asesino mate a todos- Comento Helpy no muy convencido mientras pasaba la reja metálica sin problemas -Oye no se te ocurra decir “hay que separarnos” por qué entonces si creeré que estamos en una peli de horror y me iré corriendo al auto-
-No te preocupes, sabes que te protegería de lo que sea y quien sea- Comento tranquilizando al más joven mientras caminaban en dirección a la puerta principal del local abandonado, pero ese comentario provoco que el más joven se sonrojara sutilmente, al igual que el mayor cuando se dio cuenta de lo que dijo -Mierda… Que cosas digo a veces…-
Se decía a sí mismo en pensamientos el moreno desviando por un momento la mirada con vergüenza, ya que siempre se le salían ese tipo de comentarios que evidenciaba lo enamorado que estaba en secreto de su mejor amigo, pero se guardaba esos sentimientos para sí mismo, tanto por el miedo a que si se declaraba sus sentimientos al albino este viera solo como amigo y por consiguiente ser rechazado, como el hecho de Helpy tenía apenas 16 años, y él ya tenía 23, eso se veía mal por todos los lados y hecho de que el joven oji-celeste se adelantara cinco años en su preparación académica gracias a su extraordinaria inteligencia y su supuesta madurez mental no era excusa, el moreno no dejaba de ver a su amigo como un niño y que fuera tan bajito para su edad tampoco ayudaba a cambiar esa visión y él no ningún degenerado como para meterse con alguien tan joven, por su lado el avergonzado albino, que estaba sutilmente sonrojado, también volteara la mirada tratando de pensar en otra cosa para que se le bajara ese color rojizo de la cara, él también tenía sentimientos hacia Lefty, pero no lograba comprenderlos del todo, tal vez los demás lo consideraban una especie de prodigio en lo intelectual, pero en lo sentimental seguía siendo un niño ignorante y que el moreno le dijera esas cosas lindas y un tanto vergonzosas lo confundía más. Ambos jóvenes se salieron de sus ideas cuando llegaron a la entrada principal del local, la cual estaba oxidada y con el cristal agrietado, por lo que dio bastantes problemas para abrirla, pero nada que no se resolviera empujando lo suficientemente fuerte, fue así que, tras el sonido chirriante de las puertas de metal al abrirse, quedo a la vista de ambos jóvenes el enorme salón-comedor poblado de mesas y sillas cubiertas por sabanas blancas enmohecidas por el paso del tiempo y al extremo de la sala se podía ver un escenario vacío donde en su momento estuvo la atracción principal de franquicia, tanto el oji-ámbar como el oji-celeste se adentraron en el local y caminaban con precaución siendo ayudados por las luces del modo linterna de sus teléfonos celulares.
-¡Wow!... Este sitio es impresionante… justo como describía mi viejo- Comento Lefty dando un sutil suspiro de nostalgia, rememorando las historias que su padre, que en paz descanse, solía contarle sobre ese sitio mientras miraba de reojo toda la estructura
-Debió haber sido hermoso en sus días buenos, seguro que muchos niños se divirtieron aquí- Comento Helpy también mirando asombrado lo amplio y un poco tétrico que era ese lugar, cuando a la mente se le vino todas esas historias negativas del sitio -Tu… ¿Crees que aquí realmente pasaron todos esos accidentes y homicidios que dicen los rumores?-
-El accidente del niño mordido por un animatrónico en el 83 y del guardia de seguridad atacado por otro animatrónico en el 87 si fueron un hecho que pasaron- Respondió como si nada el moreno comenzado a caminar por el local -Pero lo de los asesinatos, siempre quedaron en un gran incógnita-
-¿Incógnita?- Pregunto dudoso el muchacho siguiendo de cerca a su amigo
-Sí, es que nunca agarraron al asesino, porque no encontraron todos los cadáveres de los niños y los que aparecieron no tenían nada de evidencia en ellos más allá de que estaban dentro de los animatrónicos, además la investigación policial se jodio cuando uno de los dos sospechosos desapareció como por arte de magia y el otro simplemente …- Se interrumpió a sí mismo el peli-negro cuando escucho perfectamente el sonido pasos y luego un golpe en seco de algo que se cayó en uno de los pasillos oscuros del local -Estoy seguro de que escuche algo…-
-¡Yo también! ¡Vámonos ya!- Exclamo alarmado el albino agarrando al mayor del brazo para salir corriendo del local
-No sin el premio mayor-
Dijo con total tranquilidad el moreno siendo ahora él quien jalaba el brazo del más pequeño, quien no paraba de protestar, para hacer que lo siguiera por uno de los pasillos oscuros del local, pero por más que se asomaran en los pasillos no encontraban puertas que dieran a alguna habitación, lo cual era muy extraño, ya que donde salía el peli-negro por lo contado por su padre deberían haber varias habitaciones de fiesta y regalos en el local, en eso decidió sacar el plano del local que saco de la caja fuerte y usarlo como mapa, tanto a él como al albino les llamo la atención lo mal distribuido del local pero aun así, eso según el plano pero bueno, ellos son ingenieros no arquitectos y sus motivos habrán tenido los dueños de la franquicia para diseñar así la pizzería, así que siguieron buscando y rebuscando por el lugar, hasta que toparon con pasillo sin salida y que parecía un poco más limpio a comparación del resto de la estructura, pero no le dio importancia y regresaron sobre sus pasos, así se les fue más dos horas en esa búsqueda incesante en la revisaban más de una vez los mismos lugares, Lefty estaba comenzando a considerar marcharse del sitio bastante decepcionado, hasta que el pequeño albino que tenía por compañero se percató de una puerta obstruida por un mueble caído y escrito en la misma se hallaban las palabras “oficina de seguridad”, cuando se lo hizo notar al mayor este no dudo en quitar el mueble, que consistía en una especie de casillero oxidado y roto, y de una patada bastante fuerte abrió la puerta que estaba trabada, topándose con una habitación completamente oscura, pero gracias a la luz de su teléfono alumbro el sitio, era bastante pequeño y había lo que parecía herramientas, nada de su interés, hasta que se topó con el fondo de la habitación y en lo que estaba se encontraba, ya sean tirados en el piso o recostados contra la pared, estaba lo que el oji-ámbar estaba buscando, 4 de los animatrónicos que conocía a través de historias de terceros, Freddy, Chica, Bonnie y Foxy.
-¡Aja! Lo sabía, aún hay animatrónicos aquí- Se jacto contento el moreno alegre acercándose a mirar a los maquinas, descubriendo que eran mucho mejores de lo que le describió su padre -Y son los cuatro originales ¿No te parece genial?-
-Si… aun que son un poco tétricos- Comento el oji-celeste permaneciendo en el umbral de la puerta un poco intimidado -Me sorprende lo enteros que están para los años que debe de haber esta abandonados-
-Bueno dicen que las cosas que se fabricaban antes eran más resistentes- Comento tratando de cargar a Chica en su espalda, pero llevándose la sorpresa de que es más pesada de lo que parecía -Y… parece…que también pesadas-
-Mejor te ayudo, no te vayas a romper la espalda…-
Le decía Helpy con una pequeña mueca divertida de ver como ahora era el moreno el que necesitaba ayuda con algo grande y pesado, sabía que lo que él no sería de apoyo, pero igual se acercó a ayudarlo ya que era algo que le encantaba hacer desde una edad temprana, ayudar a los demás, en especial al oji-ámbar que siempre ha estado para desde que se conocieron. Tomo bastante tiempo, pero entre ambos chicos se las ingeniaron para llevar a los cuatro animatrónicos a la camioneta y llevárselos a su lugar de trabajo y vivienda, junto con la marioneta y las demás cosas que consiguieron de la subasta, aun así, eso no fue nada comparado con la odisea que fue bajarlos al sótano donde se hallaba el taller y laboratorio de los chicos, una vez ahí tanto el albino y como el peli-negro se quedaron mirando su adquisición colocadas sobre la enorme mesa de metal que el oji-ámbar usaba para trabajar.
-Uuff… Vaya día- Comento Helpy bastante cansado mientras miraba su teléfono para darse cuenta de eran pasadas de la media noche -Y que tarde es, será mejor que nos vayamos a dormir-
-Adelántate… Yo tengo trabajo que hacer aquí- Respondió calmadamente Lefty con su tranquilidad de costumbre a la vez que se dirigía a uno de sus muebles con herramientas de trabajo -Tengo que ver esos endoesqueletos y probar mis prototipos y piezas en ellos-
-Espera al menos a terminar de acomodar el resto de las cosas en la casa, antes de empezar a trabajar en ellos- Dijo el albino con un ligero tono de regaño en su voz mientras se cruzaba de brazos
-Pero Helpy, ellos me inspiraron a estudiar mi carrera, sería una falta de respeto no empezar a trabajar ya- Bufo el peli-negro ya poniéndose tanto sus guantes como su delantal de cuero negro y pesado, especiales para trabajar con metal, materiales a alta temperatura y electricidad
-De acuerdo, pero no te emociones demasiado por favor- Pidió amablemente el oji-celeste para agregar con un tono jocoso -No olvides que la última vez que te emocionaste con la investigación no dormiste en 4 días y empezaste alucinar que eras un oso cantante con voz de niña-
-¿Era necesario recordarme eso?…- Agrego con una mueca de fastidio rememorando esa mala experiencia
-Si…-
Fue lo último que le dijo el muchachito de cabellos blancos con una sonrisa burlona en su rostro antes de despedirse por esa noche e irse a dormir, mientras que el peli-negro se colocaba una mascarilla sobre su boca y nariz, así como un par de gafas protectoras de vidrio amarillento, no era como si la necesitara para ambos ojos pero tenía que proteger el que le quedaba, ya era bastante malo haber quedado tuerto para termina ciego, fijo se acercó a su horno de fundición y lo encendió intuyendo que tal vez necesitaría hacer piezas de cero y así fijo su atención en los animatrónicos, sonrió ampliamente por debajo de la máscara y empezó con su trabajo y en eso le fue la noche, entre desarmar los animatrónicos, revisando cada uno de los endoesqueletos, reparando algunas parte metálicas rotas y reemplazando lo que no tuviera arreglo y para hizo piezas nuevas desde cero, quitando cableado eléctrico anticuado cambiándolas por un nuevo y complejo sistema eléctrico con batería internas de última generación diseñado y creo por el mismo oji-ámbar, así como un todo un sistema de irrigación de aceite de que haría que las articulaciones de sus creaciones funcionar de manera óptima sin necesidad de que el tuviera que revisar de manera constante y también un sistema de enfriamiento líquido que permitiría que las baterías nunca se sobrecalentaran y dañaran el resto de la maquinaria, pero la parte realmente delicada de todo el proceso fue cuando abrir los cráneos de los endoesqueletos para descubrir que en el interior de estos solo había más cableado mal organizado, oxidado y enredado, Lefty solo dio un suspiro de pena, meditando en el mal uso que le dieron a maquinas tan maravillosas y aun que no quisiese admitirlo, la nostalgia de una infancia lejana y así como los relatos relacionados con esos animatrónicos y lo modernos que eran para su época si fue un aliciente para conseguirlos y usarlos como base de su investigación en vez de crear él mismo sus propios endoesqueletos, ya que había cierta carga sentimental en esos robots que, aunque nunca los vio funcionar por sí mismo en sus días de triunfo, los admiraban profundamente y sentía que se merecían hacer algo más importante que solo ser entretenimiento o juguetes muy caros, pero dejo esas ideas de lado y prosiguió con su trabajo, esa era la fase más delicada y no podía distraerse, saco el oxidado cableado de los cráneos de cada uno de los animatrónicos, remodelo el metal de los cráneos con sus herramientas para darles una forma más redonda y por tanto más humanoide y, apartándose para buscar en una caja de metal sellada al vacío donde guardaba los primeros prototipos completamente funcionales y sin errores que tanto tiempo le tomo diseñar junto y crear con Helpy y que protegía como secreto de estado, ya que sabía lo valiosa y avanzada de su creación y que muchas empresas privadas matarían por ella. Con sumo cuidado y un poco de nerviosismo, el peli-negro saco el primero de los prototipos del enorme cajón metálico utilizando unas pinzas especiales, consistía en una delicada malla de hilos azulados y blancos que entremezclaba materiales de origen orgánico y metales de manera prefecta, en cuyo interior podía apreciarse una especie de burbuja que generaba electricidad y luz de forma autónoma gracias los materias que la componen, la totalidad del prototipo poseía una forma era semejante a un cerebro humano, razón por la cual el moreno nombro a dicho prototipo como “Cerebro Positrónico” aunque no tuviera positrones, pero la semejanzas de su creación con lo descrito en los libros de ciencia ficción era tal que pensó que el nombre le quedaba perfecto, finalmente coloco el prototipo de cerebro con todo el cuidado que pudo dentro del cráneo del primer animatrónico, el que tuvo en su momento apariencia de marioneta, verifico que el prototipo se acoplara bien dentro de la cavidad, sello la cavidad craneal y repitió el procedimiento con los cuatro animatrónicos, terminando justo cuando sonó la alarma en su celular de que eran las seis de la mañana, estaba amaneciendo, tal y como pensó Helpy, el moreno no durmió en toda la noche.
-Bueno… Ya estuve despierto seis horas, qué más da otras seis-
Se dijo a sí mismo el oji-ámbar apagando la alarma de su teléfono para seguir trabajando, ya paso la parte delicada del proceso, solo queda poner el nuevo recubrimiento a los ex-animatrónicos, solo que esta vez no serían con forma de animal o de juguete. Por su lado el muchachito albino y oji-claro le toco dormir en un colchón en el suelo de la enorme sala, gracias al cansancio de ese primer día en su nuevo hogar que no se molestó en cambiarse de ropas y se durmió sin problemas toda la noche, sin importar el ruido que hiciera su compañero en el sótano, sin embargo, tan placido sueño se dio por terminado cuando los primeros rayos de sol entraron por la ventana haciéndolo despertar poco a poco de manera perezosa por tanto brillo entrando en la sala, intento ignorarlo por un rato pero al final se despertó, solo incorporo sutilmente la cabeza dando un gran bostezo mientras se tallaba los ojos, miraba somnoliento todo a su alrededor y revisaba en su teléfono la hora, que eran alrededor de las 8 de la mañana, pero se despabilo al notar que el colchón en donde se supone debió dormir Lefty estaba vacío, dio un largo suspiro de resignación ya sabiendo donde paso la noche el mayor y se dispuso a iniciar el día, buscando entre las cajas de la mudanza los artículos correspondiente a la cocina, preparo una enorme taza de café para el moreno, un poco de chocolate caliente para sí mismo y bajo tranquilamente al sótano con la taza de café en mano.
-Buenos días Lefty- Dicho alegre el muchachito entrando en el taller con total confianza, llevándose la taza de café consigo y ofreciéndose al peli-negro -¡Wow! Tu sí que trabajas rápido cuando te emocionas- Comento observando como lo que eran animatrónicos, ahora eran figuras metálicas humanoides, como maniquíes hechos de metal
-Buenos días Helpy- Saludo aceptando el café y tomándoselo casi todo de una sentada -Ya me conoces, soy perfeccionista al extremo con estas cosas, también ayudo tener varias piezas listas-
-Sí, supongo…Y no dormiste en toda la noche ¿verdad?- Cuestiono mirando al mayor como si lo estuviera regañando con la mirada
-Tal vez…- Susurro rodando los ojos a un lado, sabía que al albino le disgustaba que él no cuidara de sus horas de sueño o lo que comía, en sí que no cuidara de su salud
-Por qué no me sorprende- Pensó un poco disgustado, pero luego dio un suspiro de resignación y le comento sonriendo de nuevo -Supongo que mientras no empiezas a alucinar de nuevo, todo está bien ¿Me acompañas a desayunar?-
-Ok, me muero de hambre y necesito mucha más cafeína-
Respondió el moreno notando como su taza de café estaba vacía y agitándolo de manera un tanto cómico para ver si sacaba la última gota, cosa que le saco una risita divertida al menor, acto seguido ambos jóvenes salieron del taller para subir por las escaleras de caracol, sin darse cuenta que uno de esos androides de color metálico los seguía con esas cuencas vacías donde debería haber ojos. Tras de desayunar y de hacer un par de planes sobre como organizarían el primer y segundo nivel de la casa, cuáles serían sus habitaciones y los siguientes pasos tras terminar los convertir a los animatrónicos en androides, Lefty se dispuso a bajar nuevamente al taller en el sótano, no sin antes prometerle a Helpy que lo ayudaría a terminar organizar las cosas de la casa en cuanto terminara con los animatrónicos, inició con su trabajo nuevamente, ahora agregando sus prótesis de piel semi-sintetica en los ex-animatrónicos, proceso que no es complicado pero si tediosamente lento, ya que descubrió que cada, a pesar de los trajes de animatrónicos tenían un tamaño similar, sus endoesqueleto eran diferente tamaños y por ende tuvo que readaptar tanto el recubrimiento y las prótesis de piel. Helpy dedico parte del día a organizar los muebles en la sala del lugar como pudo ya que era bastante débil como para levantar las cajas y los muebles, también aprovecho y subió al segundo nivel del local, descubriendo que estaba dividido en múltiples habitaciones, este diseño tan particular era para utilizar dichas habitaciones como cuartos de prueba para la investigación de los jóvenes, aun así el oji-celeste se tomó la libertad de escoger uno de esos cuartos de trabajo y usarlo como propio y empezar a subir su cama y sus cosas, esto último resulto ser tan bajito y delgado no lo ayudaba, pero se las ingeniaba para trabajar, era demasiado tenaz como para detenerse o pedir ayuda, no obstante, al terminar de organizar su cuarto bajo al sótano para ver ir a ver su compañero y como iba con el trabajo, y pese a que el oji-ámbar le insistía en que no se preocupara por él, el pequeño albino siempre insistía en ayudarlo con colocar las prótesis en los androides y terminaba por convencerlo y lo ayudaba, aunque después de un rato de ayudarlo resolvió volver a dejar trabajar solo al peli-negro e ir a laboratorio para hacerle una sorpresa a su amigo, algunas horas después y ya entrada la noche el Helpy volvió al taller con laptop en mano, para descubrir que Lefty prácticamente había terminado de armar a los androides, todos se hallaban acostados en la cama de metal cubiertos por una manta blanca, excepto el ultimo que faltaba por terminar armar, en ese momento estaba colocándole lo parecía ser cabello de color castaño oscuro al más alto de sus creaciones, el que en su momento fue un oso.
-Ya casi terminas con todos ellos- Comento Helpy bastante sorprendido de ver como lo eran animatrónicos ahora eran prácticamente personas
-Lo sé, ha sido hace mucho esfuerzo y tú también me has ayudado mucho- Respondió Lefty dedicándole una muy pequeña sonrisa, cosa que el menor correspondiendo también sonriendo, pero más ampliamente -Se ven increíbles-
-Sí y tan humanos, pero… ¿Por qué les dejaste las orejas y las colas a ellos?- Comento curioso mirando esos detalles animalescos en tres de los cinco ex-animatrónicos y podían apreciarse perfectamente aun estado cubiertos por la manta blanca
-Trate de quitárselos, pero no puede, no sin afectar para mal el resto de sus estructuras- Comento cruzando de brazos y bufando de frustración -No entiendo por qué habrán usado endoesqueletos tan avanzados y detallados en atracciones para niños-
-Aja… ¿Seguro que no les dejaste las orejas y colas por nostalgia?- Pregunto divertido recibiendo por respuesta un ceño fruncido del mayor, luego agregar como si nada -Además, seguramente utilizaron robots así de avanzados para estar siempre un paso delante de la competencia, esa franquicia siempre se jacto de tener lo último en tecnología en su momento-
-Supongo que sí, aunque sigo pensando que fue algo muy exagerado y un desperdicio usarlos en un restaurante de pizzas…- Continuo aun pensando que les dieron mal uso a los endoesqueletos
-Oye, Lefty, ¿Este es Freddy, verdad?- Llamo el oji-celeste la atención del moreno mirando de reojo al ex-animatrónico que ahora tenía el aspecto de hombre en sus 25 años, alto, cabellera castaña oscura desordenada, con piel clara y rostro juvenil cuya expresión facial daba la impresión de que estuviera dormido, pero lo que llamo la atención era que tuviera tela encima -¿Por qué les pusiste bata a él?- Volvió a preguntar fijándose en que traía una bata como las que usan los pacientes en los hospitales
-No solo Freddy tiene bata…… Pensé que sería raro que no tuvieran genero… Es decir…- Trato de explicar el oji-ámbar sintiéndose un poco avergonzado y desviando la mirada -Ellos tenían genero cuando eran atracciones, sería raro que no la tuvieran ahora que son androides, también necesitarían orificios por propósito de la investigación y… Bueno… Tampoco iba a dejar que los vieras desnudos, sería inapropiado…-
-Les pusiste a ellos un… Y a ella una…- Mascullo el menor rojo hasta las orejas por la idea de que tenían genitales
-Sí, sí, sí, cambiemos de tema- Reaccionó el moreno ya harto e incómodo por el tema -Lo único que falta es cargar sus baterías internas para comenzar a programarlos-
-Ya me adelanté…- Tras decir esto Helpy le mostro al mayor su laptop y como la pantalla de esta estaba llena de una seria de pantallas códigos -Sabia que te ibas a obsesionar con ellos, así que aproveché para programar y codificar sus comandos básicos comportamiento…- Agrego con una sonrisa amable en sus labios
-Por estas cosas te adoro Helpy- Comento sonriendo de lado pero se puso serio al caer en cuenta de lo que dijo y ver como se le subían los colores al menor -¡MALDITASEA! ¡Por qué siempre se me salen estos comentarios!- Pensó bastante molesto consigo mismo
-Sí, Jejeje bueno…- Susurro un poco avergonzado y sutilmente sonrosado -Mejor, llevémoslo al laboratorio para cargar sus baterías e instalarles sus programas, te parece bien…-
-Sí, está bien…-
Fue todo lo que dijo el moreno de ojos tonos ámbar pudo decir en un hilo que apenas si pudo escuchar su pequeño mientras tomaba una de una sábana blanca doblada en una esquina de la enorme mesa metálica, con ella cubrió al peli-castaño y con ayuda del albino lo cargo hasta salir del taller, cruzar el pasillo y depositarlo en otra mesa metálica solo que el laboratorio de Helpy que era una sala un tanto más pequeña que el taller y estaba poblado de pared a pared con toda clase de equipos de cómputo, varias unidades centrales de procesamiento del tamaño de armarios y un par de mesas de dibujo donde se podía ver planos de todo tipo con diseños. Después de llevar a todos los animatrónicos al sitio y conectarlos a las computadoras y los CPU´s por medio de múltiples cableados, el albino se puso sus enormes anteojos redondos de aro negro, conecto su siempre confiable laptop a los equipos de cómputo más grandes y se dispuso a iniciar con su trabajo de programación de los androides bajo la expectante miranda de Lefty quien estuvo más que fascinada de la inteligencia de su amigo, mientras que para Helpy programar le era tan fácil que solo le tomo unos cuantos minutos, era como un juego de niños para el oji-celeste, sin embargo tomaría como cuatro horas o más de espera para que los sistemas se instalaran y las baterías internas de los ex-animatrónicos se cargaran por completo, por lo dio por terminado el trabajo del día y se dispuso al salir del laboratorio para irse a dormir, hasta que noto que el mayor de tez morena no lo seguía, así que lo llamo desde el umbral de la puerta del sitio.
-No me digas que tampoco vas a dormir hoy- Dijo el albino en un tono de voz que casi sonaba a regaño
-Si lo are, solo quiero verificar que sus baterías carguen correctamente y que nada interrumpa la instalación de los programas…- Respondió el peli-negro un poco somnoliento a la vez que revisaba una de las computadoras
-Espero que sea cierto esta vez- Comento no muy convencido para agregar in poco preocupado por la salud de su amigo -Tu colchón está aún en la sala para cuando subas a dormir, por favor trata de dormir hoy y cena algo, no es bueno que pases tantas horas despierto y sin comer, nos vemos mañana Lefty, buenas noches-
-Buenas noches Helpy-
Se despidió Lefty haciendo el clásico movimiento con la mano y realmente tenía la intención de irse a dormir por esa noche, solo revisaría que nada estuviera fuera de lugar, así que se sentó al escritorio con los equipos de cómputos para vigilar las pantallas, pero el cansancio le fue ganando por lo que apoyo uno de sus brazos en el escritorio y a su vez su rostro en la mano de dicho brazo en un intento por seguir despierto, al final termino por quedarse dormido frente a las computadoras, sin darse cuenta de que en una de las pantallas comenzó a saltar una pestaña de error y a la vez uno de los cuerpos cubiertos de tela blanca acostado en la fría mesa de metal comenzó a mover su cabeza mientras emitía un sutil gemido ahogado… de alguien que intenta hablar por primera vez.
CONTINUARA...