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57.Besando a Sung Kyu (03) por dayanstyle

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¿Qué infiernos había estado haciendo? Woo Hyun, tomó el menú e hizo todo lo posible para leerlo, pero su concentración estaba destrozada. Un beso de Sung Kyu y Woo Hyun había perdido la capacidad de pensar. Estaba tan duro que estaba pensando seriamente ir al baño a atender sus necesidades.

Murmuró lo primero que vio en el menú y luego lo dejó, negándose a mirar hacia Sung Kyu. Besar a Sung Kyu era como besar un cable eléctrico. Esos labios tenían la capacidad de hacer un corto circuito en su cerebro. El calor abrasaba su cuerpo mientras el hombre tomaba sus órdenes y le diera a Woo Hyun una mirada de desaprobación antes de alejarse.

—¡Imbécil! —Woo Hyun dijo bajo, pero con calor.

—¿Qué hice mal? —preguntó Sung Kyu, pero Woo Hyun podía ver la chispa de picardía en los ojos marrones de Sung Kyu.

«Bastardo».

 

—¿Por qué no sólo me lanzaste a la mesa y tuviste sexo conmigo?

Sung Kyu se inclinó hacia adelante, con la mandíbula tensa. —No me tientes. Estoy así de cerca —el índice y el pulgar apenas se separaron— de joderte en cualquier lugar que pueda conseguir. La mesa no sería ningún problema.

—Al infierno. —Woo Hyun se levantó. Se dio cuenta de que Sung Kyu estaba hablando muy en serio, peor él se marcharía antes de que el coyote cumpliera su amenaza. Sabía que aceptar ir a almorzar con el hombre había sido una mala idea. El chico estaba jodidamente loco, y Woo Hyun no debería haber esperado algo menos de lo que Sung Kyu le había mostrado.

—Siéntate —Sung Kyu resopló mientras agarraba el brazo de Woo Hyun y lo jalaba—. Voy a comportarme.

—Eso es como la promesa de un escorpión de no picar —Woo Hyun respondió dejándose caer en el asiento—. En serio, creo que está en tu naturaleza actuar como un imbécil.

Sung Kyu se quedó en silencio. Woo Hyun se preguntó por qué, pero no preguntó. Permanecieron así hasta que su comida llegó, pero Sung Kyu aún no decía una palabra. Siguió en silencio y comió. El chico ni siquiera se atrevía a mirar hacia  Woo Hyun.

¿Por qué infiernos eso hacía a Woo Hyun sentirse mal? Él no había hecho nada malo.

Woo Hyun se sentía culpable, como cuando los policías habían interrogado a Sung Kyu. Él quería hacer que las cosas mejoraran entre ellos. También cuestionaba su cordura. Cuando Woo Hyun le daba miradas robadas a Sung Kyu, juraría que el hombre se veía herido y sólo un poco molesto.

Woo Hyun empujó su comida alrededor de su plato, ya no tenía hambre. Sung Kyu era su maldito acosador, y Woo Hyun se sentía mal por herir los sentimientos del hombre. No tenía una pizca de sentido para él, pero así era como se sentía.

Como una mierda.

 

Sung Kyu se levantó de la mesa y se acercó al mostrador. Parecía que estaba pagando la factura. Echando un vistazo a la mesa, Woo Hyun podía ver que Sung Kyu ni siquiera había terminado su almuerzo. Apenas lo había tocado.

—¿Preparado? —Sung Kyu preguntó con expresión inescrutable.

 

Woo Hyun se levantó y lo siguió al estacionamiento. Se sintió obligado a decir algo, cualquier cosa, para evitar que Sung Kyu siguiera enojado con él. —Lo siento. —Las dos palabras cubrirían todo lo que podría haber dicho para ofender a   Sung Kyu.

El shifter asintió, pero aun así no dijo nada. Woo Hyun lo agarró del brazo y lo jaló hasta que Sung Kyu se giró. —Estaba avergonzado. Sentí que mi padre me estaba castigando cuando ese tipo dijo algo de que nosotros estábamos haciendo algo caliente y fuerte en su restaurante. ¿Qué querías decirme exactamente?

Woo Hyun dio un paso atrás cuando Sung Kyu apretó los puños. El tipo parecía tan enojado como para golpear a alguien, es decir, a Woo Hyun.

—Somos pareja. Lo que hacemos no es preocupación de nadie más que de nosotros.

—Eso es si no estamos en su lugar de trabajo    —dijo Woo Hyun.

 

Sung Kyu se dio la vuelta, dejando soltar una letanía de malas palabras. —Soy un coyote, Woo Hyun. La subespecie a la que pertenezco pasa por algo sagrado llamado la danza de apareamiento. Es posible que creas que soy un imbécil, pero sólo estoy actuando como la naturaleza me hizo. Lo siento si te avergüenza o te asusta, pero eso es lo que soy.

Woo Hyun sintió las palabras de Sung Kyu como un látigo. Le cortaban profundamente mientras estaba allí mirando esos ojos café expreso. —Y yo soy humano, Sung Kyu. Esperabas que yo dijera. “Hey, está bien, ¿necesitas acosarme y tener sexo público? Eso está bien”. Nunca he tenido a nadie que actuara de esa manera conmigo y es un poco abrumador. — Woo Hyun sacudió la cabeza—. No, es muy abrumador.

 

Sung Kyu abrió la boca, pero las palabras no salieron. No cuando ambos se percataron de que la patrulla entraba en el estacionamiento y se parada justo en frente de ellos.

Sólo había un policía, y era el mismo que había estado frente al apartamento de Woo Hyun, y en Dulce Deleite. ¿Cuál era el problema de este tipo?

—¿Causas problemas?

 

Woo Hyun no estaba seguro de a quién le estaba hablando.

El policía estaba mirándolos a ambos.

 

—No —respondió Sung Kyu, dando un paso más cerca de Woo Hyun. No estaba seguro de por qué Sung Kyu estaba haciendo eso, pero la verdad, hizo que Woo Hyun se sintiera mejor sabiendo que Sung Kyu estaba junto a él.

—No hay problemas —Woo Hyun respondió nervioso. Sung Kyu dio otro pequeño paso y Woo Hyun se dio cuenta de que ahora estaba de pie ligeramente detrás del coyote.

—Me parece que discutían —dijo el policía, acercándose y mirando fijamente a Sung Kyu.

—No estamos discutiendo —dijo Woo Hyun rápidamente—. Acabamos de almorzar y nos dirigimos de nuevo al trabajo.

 

El policía recorrió con la mirada a Sung Kyu desde sus ojos a sus botas. Parecía que se moría de ganas de arrestar a Sung Kyu por algo.

Woo Hyun podía sentir sus manos mojarse mientras estaba allí, preguntándose qué era lo que el policía iba a hacer.

—Sugiero que regresen al trabajo. —Girándose, el policía regresó a su carro. Ninguno dijo una palabra hasta que se fue.

 

—¿De qué iba todo eso? —Woo Hyun le preguntó a Sung Kyu—. Él entró en la panadería esta mañana, mirándome como si yo estuviera robando algo.

—No estoy seguro —dijo Sung Kyu, sin dejar de mirar en la dirección por la que el policía se había alejado—. Pero no confío en él. —El hombre se giró y miró a Woo Hyun—. Pero quiero saber si regresa contigo.

Woo Hyun asintió aturdido. —Realmente lamento si herí tus sentimientos.

Sung Kyu le dedicó una sonrisa y se inclinó y le dio un beso rápido en los labios a Woo Hyun. —No voy a lastimarte, Woo Hyun. Eres mi pareja. Preferiría morir que poner una mano sobre ti enojado o loco. Es la danza de apareamiento la que me   hace actuar así.

—Está bien, voy a tratar de entender.

 

—Pero aun te estaré acechando hasta que mi coyote esté listo para reclamarte —advirtió antes de darle a Woo Hyun su casco.

Woo Hyun tragó saliva, sin saber cómo sentirse en estos momentos. Sung Kyu estaba siendo más amable. Aún no le gustaba todo eso del acoso, pero ahora entendida todo más que antes. Frunció el ceño, respirando rápidamente al sentir su estómago agitarse. —Y yo aún voy a correr.

Sung Kyu le guiñó un ojo mientras se movía un poco más cerca. —Cuento con eso.

 

Sung Kyu estaba en la bahía lavado una de las máquinas. Estaba   nervioso   con   el   progreso   de   la   danza de apareamiento. No parecía como si llegara a alguna parte con Woo Hyun. Viendo la danza de primera mano en su pasado, Sung Kyu sabía lo que tenía que suceder, pero lo que estaba experimentando era totalmente diferente.

En lugar de ser el coyote el que acechara, se encontró queriendo llevar a Woo Hyun a cenar sólo para poder conocer al hombre un poco mejor. Se rascó la mejilla mientras pensaba en lo que Woo Hyun le había dicho en el almuerzo. Su pareja estaba abrumado por la forma en que Sung Kyu  estaba actuando y eso le molestaba.

—¿Vas a terminar el resto del camión o simplemente pulirás ese lugar todo el día?

Los pensamientos de Sung Kyu se congelaron cuando oyó al Jefe Song detrás de él. Se mordió el labio y se giró de frente a su jefe. —Estoy un poco distraído. —Cruzando el brazo izquierdo sobre el derecho, Sung Kyu estaba allí preguntándose si Seung Hyun iba a insistir sobre el tema. Le agradaba su jefe. Realmente lo hacía. Pero Sung Kyu no iba a ser empujado al tercer grado.

Seung Hyun se apoyó en el marco de la puerta y enganchó los pulgares en los bolsillos del pantalón, las piernas ligeramente flexionadas y separadas. Parecía relajado. —¿Algo por lo que debería preocuparme?

Sung Kyu no estaba seguro de por qué en primer lugar se había preocupado. Seung Hyun era uno de esos hombres a los que no les gustaba hablar de sus sentimientos y toda esa mierda —él iba al grano. Lo que había que hacerse y lo que podía hacer para ayudar, eso era todo lo que quería saber.

—Aún no hay nada —respondió con sinceridad. Sung Kyu no sólo estaba desconcertado sobre su comportamiento y el desviarse de la danza de apareamiento, sino que el   policía molesto estaba en su mente—. Pero te enviaré una nota si las cosas cambian.

Seung Hyun le dio a Sung Kyu una de sus profundas carcajadas. — Sí, envíame una. Hasta entonces, trata de conseguir que el resto del camión esté terminado.

Sung Kyu asintió mientras se daba la vuelta. Se dio cuenta de una zona brillante que había estado cuidadosamente  limpiando. Jesús, su mente no estaba en esto ahora. Se extendió por todo el lugar.

—Hey —dijo Alex mientras asomaba la cabeza en la bahía—. Hay alguien que quiere verte.

Sung Kyu frunció el ceño mientras lanzaba su trapo de limpieza a un lado y se dirigió a la puerta. Antes de que pudiera llegar a él, apareció Woo Hyun. Tenía las manos juntas delante de él mientras miraba a todas partes menos a Sung Kyu.

—No era mi intención molestar.

 

Si, lo era. El hombre podría estar de pie allí mordiéndose el hermoso labio, viéndose inseguro, pero intencionalmente había venido a buscar a Sung Kyu. Su coyote estaba confundido, pero Sung Kyu le sonrió. —No molestas.

Woo Hyun entró en la bahía y Sung Kyu observó a su pareja de cerca, contento de que estuviera aquí, pero preguntándose qué lo hizo venir. No dijo una palabra, esperando a ver lo que Woo Hyun iba a decir.

 

—Nunca  he  estado  en  una  estación  de  bomberos antes.

—¿Quieres un recorrido?

 

Woo Hyun saltó y sus ojos parecían brillar.

 

—¿Puedes hacer eso?

 

Sung Kyu no estaba seguro de en qué se había metido con el hombre. Woo Hyun usualmente era irritable y siempre había sido un engreído respondón. No se fiaba de este nuevo lado que estaba viendo. —Sí —respondió él lentamente—. Puedo hacer eso.

Guiándolo  fuera  de  la  bahía,  Sung Kyu le mostró los alrededores. Visitaron la cocina, el área de multimedios —que era el mismo cuarto, solo que con una pequeña división— entonces lo guio por el pasillo forrado de casilleros de metal rojo. —Este es el cuarto de baño —dijo mientras abría la puerta y le indicaba dónde los hombres tomaban sus duchas.

Dejó la habitación con literas para el final. Había seis camas en la habitación —si incluso podían llamarse camas. Tenían marcos de madera y un grueso colchón, una pequeña mesa de noche a cada lado. Había una puerta en un extremo y ventanas en ambos lados.

—¿Duermes aquí?

 

—A veces, mi turno es de cuarenta y ocho horas. Duermo aquí en las rotaciones. —Sung Kyu se sentó en la cama cerca de la puerta y jaló a Woo Hyun a su lado—. Dime qué te trajo aquí.

Cuando los ojos de Woo Hyun se posaron en la puerta abierta, Sung Kyu se levantó y la cerró, asegurándose de que estuviera cerrada con llave. Regresó con su pareja a la cama. —¿Mejor?

En todo caso, Woo Hyun parecía más tenso ahora que cuando la puerta estaba abierta. —Pensé que deberíamos llegar a conocernos mejor ya que somos compañeros. Quería invitarte a cenar.

Las palabras de su pareja estaban haciendo eco de sus pensamientos de antes. Estaba en la punta de la lengua de Sung Kyu pedirle a Woo Hyun salir a cenar, pero no pudo lograr que las palabras salieran de sus labios. Simplemente no le parecía correcto. Sung Kyu sabía que tenía que acosar a su pareja, no invitarlo a cenar. Quizás tenía que llamar a su padre y averiguar si algo andaba mal con su coyote.

Pero hasta entonces...

 

Inclinándose a un lado, Sung Kyu acarició con su rostro el cuello de su pareja, dando un gruñido de  aprobación cuando olió el familiar olor de Woo Hyun. Podía sentir su corazón latir más rápido y su sangre calentarse sólo de presionar sus labios en la suave piel de su pareja. Su interior vibraba en previsión de besar a su pareja una vez más. No había manera de que Woo Hyun saliera de aquí hasta que Sung Kyu, al menos, saboreara esas bellezas.

Rodeando a Woo Hyun con su brazo, Sung Kyu lo acercó más. Esta era la primera vez que estaban solos, no había gente, nadie que los detuviera. La temperatura de la habitación parecía subir unos grados al tocar y explorar el esculpido cuerpo de Woo Hyun.

Dios, quería sentir que Woo Hyun lo tocara de la misma manera. Sung Kyu tomó la mano de su pareja y la guio a su espalda, persuadiendo al hombre para que lo tocara.

—¿N-no te meterás en problemas? —Woo Hyun preguntó mientras sus dedos se aferraban a la camisa de Sung Kyu, dándole a la tela un ligero tirón.

En ese momento, Sung Kyu supo con claridad por qué Woo Hyun había aparecido. Su pareja había estado esperando esto. Woo Hyun quería tocar y besar a Sung Kyu. El saber que su pareja lo quería tanto como Sung Kyu quería al hombre lo hizo empujarse hacia adelante. La espalda de Woo Hyun golpeó contra la cama mientras Sung Kyu se arrastraba sobre él, atrapando al hombre debajo de él y mostrando su dominio.

—No. El jefe sabe que estamos en medio de nuestra  danza de apareamiento. Él no va a interferir. —Y si alguien más molestaba, Sung Kyu iba a arrancarle la jodida cabeza.

Sung Kyu presionó su cuerpo en Woo Hyun, su firme erección tocando el muslo de Woo Hyun. Quería que el hombre supiera exactamente cuánto afectaba a Sung Kyu. Su piel se sentía tensa y dolorida mientras miraba fijamente los ojos más oscuros que el zafiro. Más abiertos sumado a las oscuras pestañas que los rodeaban como fuego ardiente, sólo hacía que se vieran aún más espectacular. Bajando la cabeza, Sung Kyu capturó los labios que se había estado muriendo por probar desde que su pareja llegó aquí.

Woo Hyun no protestó. De hecho, envolvió sus brazos alrededor del cuello de Sung Kyu y lo atrajo más cerca, extendiendo sus piernas para acomodarlo.

Deslizando sus manos detrás de su pareja, Sung Kyu lo acercó más, saboreándolo, provocándolo, y  volviéndose loco de deseo.

Woo Hyun parecía estar tan necesitado. Pasó sus dedos sobre la cabeza de Sung Kyu, jalándolo hacia abajo. Woo Hyun le chupó la lengua a Sung Kyu. La acción sólo hizo que el pene de  Sung Kyu palpitara con un frenético latido en sus jeans. Tenía que hacer algo para aliviar la presión.

Una oleada de emoción recorrió sus venas mientras besaba a su pareja en el cuello, saboreando el dulce aroma de la piel salada y su pulso correr. En ese momento no le importaba que algo anduviera mal con su coyote, o si él y Woo Hyun se acoplasen de manera tradicional, o incluso si simplemente reclamaba al hombre. Nada de eso importaba cuando Woo Hyun estaba acostado aquí entregándose a Sung Kyu.

Era desinhibido debajo de Sung Kyu, y eso era todo lo que le importaba. La pulsación dentro de sus jeans se intensificó mientras levantaba la camisa de Woo Hyun, besando su ombligo y trazando una húmeda larga línea sobre su abdomen.

Woo Hyun gimió y su abdomen se sacudió antes de que Sung Kyu mordiera el botón de los pantalones del hombre.

Incluso bajo la tela podía oler el deseo de Woo Hyun. Era el aroma más dulce, fuerte y almizclado del mundo, y todo por él. Acarició el contorno del bulto sobre los jeans de su pareja, dejando una húmeda marca antes de utilizar sus dedos para desabrocharlos, bajando la cremallera lentamente, provocando no sólo a su pareja, sino a sí mismo.

Las caderas de Woo Hyun subieron y Sung Kyu sabía que era involuntario. La emoción se construía y era lo que él quería.

—Sung Kyu, qué pasa si…

 

—No vamos a ser atrapados —aseguró a su pareja, al oír la profunda hambre y necesidad en su voz cuando hablaba—. Prometo no dejar que nadie pueda ver esto. — Sung Kyu besó la piel justo encima de la pretina de Woo Hyun—. Nadie va a ver algo tan íntimo entre nosotros.

Por lo general le importaba el culo de una rata que lo vieran en una posición comprometedora. Sung Kyu no estaba en lo de ser exhibicionista. Sólo que a él no le importaba. Pero la idea de que alguien viera a Woo Hyun de esta manera le hacía rechinar los dientes mientras una rabia posesiva lo llenaba.

Le arrancaría los ojos a quien se atreviera a ver a Woo Hyun mientras estaba tan perdido en la pasión. Era para él y sólo para él.

Con la punta de su dedo, Sung Kyu bajó la cintura de la ropa interior de Woo Hyun para revelar una llorosa cabeza de pene de color rojo oscuro. Sintió las piernas de su pareja temblar cuando lamió la evidencia de su deseo de la cabeza del pene.

 

Una silbante respiración dejó los pulmones de Woo Hyun mientras su cuerpo se sacudió. Sung Kyu chupaba la cabeza del pene entre sus labios, trabajando la carne sin piedad mientras llevaba a Woo Hyun al borde del clímax sólo para apartarse y empezar de nuevo.

—¿P-Por qué me estás provocando? —Woo Hyun dijo sin aliento, apenas logrando que las palabras salieran, mientras sus manos se cerraban a los costados.

Sin responder, Sung Kyu tomó el pene en su garganta, apretando sus músculos antes de retroceder. Provocarlo podría ser el resultado final, pero la verdad era que Sung Kyu estaba saboreando la sensación del pene de su pareja en su boca.

Levantó la vista para ver a Woo Hyun mirándolo, ojos marrones frente a los ojos azules, y Sung Kyu podía sentir la sumisión de Woo Hyun complacida en esa mirada —diciéndole a Sung Kyu que hiciera con él lo que quisiera. Tenía los ojos entrecerrados, con una mirada soñolienta y seductora.

Los dedos de Sung Kyu apretaban los muslos de Woo Hyun mientras trabajaba en el pene de Woo Hyun, chupando el eje con experiencia mientras llevaba a su pareja al clímax. Woo Hyun echó la cabeza hacia atrás y gritó cuando semilla caliente llenó su boca y corrió por su garganta.

Sung Kyu lo acariciaba con sus manos mientras chupaba la carne con cuidado. Respirando entrecortadamente, Woo Hyun se relajó contra la cama. Soltó el suave pene y luego se echó hacia atrás sobre sus rodillas, sacando su propia dolorida carne de sus jeans.

Sin preguntar, Woo Hyun se había levantado y tragó a Sung Kyu.

«¡Jesús!» Iba a masturbarse en el vientre de su pareja, pero esto era mucho mejor. Sung Kyu agarró el abundante cabello marrón de  Woo Hyun,  mientras  se  empujaba hacia adelante, desesperado por su liberación.

Él gruñó y chasqueó sus mandíbulas, sintiendo sus bolas contraerse mientras su pene palpitaba entre los dulces, hermosas y muy talentosos labios de Woo Hyun. Su pareja sabía lo que estaba haciendo. Ese pensamiento empujó a Sung Kyu cerca de orgasmo y le dieron ganas de arrancarle la garganta al hombre del que su pareja había conseguido su experiencia.

Su cuerpo explotó como fuegos artificiales mientras su pene chocaba con la garganta de Woo Hyun, el semen salió de su pene mientras el hombre chupaba a Sung Kyu hasta el punto que sus dedos se curvaron.

—¡Joder! —Sung Kyu gritó mientras bombeaba sus caderas un poco más hasta que su saco estuvo vacío. El corazón le latía en el pecho, las manos temblaban mientras soltaba el cabello de Woo Hyun. Su pareja se apartó y Sung Kyu jaló al hombre de espaldas, besándolo y saboreando su corrida en los labios del hombre.

La habitación estaba en silencio, el tráfico afuera perdido para Sung Kyu, mientras trataba de recuperar el control. Cuánto quería joder a Woo Hyun, reclamar al hombre. Nunca se había preocupado antes de en dónde se encontraba, pero Sung Kyu sabía que no podía tomar a su pareja en un catre en la parte de atrás de la estación de bomberos.

Así que se apartó, pasando sus dedos por el cabello de Woo Hyun. —Ahora, esto es lo que yo llamo una visita muy agradable.

Woo Hyun se sonrojó mientras yacía allí. —No es a lo que vine aquí, pero sí, lo fue.

Sung Kyu ladeó la cabeza. —Entonces, ¿a qué has venido aquí? —Pensó viendo a los ojos a su pareja en lo que Woo Hyun había dicho cuando se encontraban en la bahía.  Woo Hyun había venido aquí para que pasaran tiempo juntos. Por supuesto, él estaba a favor de eso. Ahora que la neblina de lujuria se disipaba y Sung Kyu estaba prestando atención, podía ver algo más en los ojos de Woo Hyun—. ¿Creo que dijiste que a invitarme a cenar?

—Lo hice, pero mi casa fue allanada.

 

 continuará....


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