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57.Besando a Sung Kyu (03) por dayanstyle

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—¿Estabas ahí cuando alguien entró en tu apartamento? —preguntó Sung Kyu, su tono sin expresión mientras se ajustaba los pantalones—. No te vi ningún moretón.

Woo Hyun había estado demasiado asustado para llamar a la policía después del incidente en el estacionamiento del Pit. La imagen del loco oficial llegaba a su mente, así que en su lugar corrió hacia Sung Kyu.

Él no había estado muy seguro de su decisión, pero conocía a Sung Kyu —aunque el hombre abiertamente le había dicho que lo acosaría— y era una apuesta más segura.

Sólo que lo que Sung Kyu le dio no era la ayuda que buscaba. Él no se quejaba porque maldición, el hombre sabía chupar un pene. El cuerpo de Woo Hyun aún se estremecía a causa de las últimas réplicas de su orgasmo mientras yacía allí saboreando el sabor de Sung Kyu en su boca.

Tratando de ordenar su mente después del intenso orgasmo, Woo Hyun parpadeó un par de veces. —No, llegué a casa temprano y encontré los cajones de mi tocador abiertos y algunas cosas fuera de lugar. —En realidad no había venido aquí para invitar a Sung Kyu a cenar, pero el hombre lo había pescado con la guardia baja. Woo Hyun lo había visto en la bahía, pasando un trapo sobre el camión de bomberos, flexionando sus músculos bajo la ajustada camisa, y todo su cerebro era un lio.

 

—¿Has llamado a la policía?

 

Woo Hyun se apoyó en los codos y le dio a Sung Kyu una cínica mirada. —¿Después de la forma en que el policía nos acosa?

—Correcto —respondió Sung Kyu—. Pero tiene que haber algo que se pueda hacer. —El chico parecía frustrado como el infierno. Había un tic en su mandíbula mientras se levantaba del catre y paseaba de un lado a otro. Woo Hyun se acomodó los pantalones mientras observaba a Sung Kyu.

—Podría hacer la cena. —Woo Hyun no había ido allí para eso, pero dado que ya había hecho el ofrecimiento...

Sung Kyu lo miró de reojo y luego asintió. —Sí, le mostraremos a quien sea que lo hizo que no estás solo.

Eso no era lo que estaba pensando, pero estaba bien para él. Iría con una razón. Le sacudía saber que alguien entró en su apartamento, pero Woo Hyun no estaba seguro de lo que podía hacer al respecto. La policía estaba fuera de cuestión, y sería bueno tener a alguien mucho más grande que él para mostrarle a la gente que no estaba solo. — Entonces es una cita. Nos vemos a las siete.

Woo Hyun rápidamente salió de la habitación, sin saber qué decir a Sung Kyu después de lo que acababan de hacer. Sintió que sus mejillas ardían mientras pasaba a algunos hombres en el pasillo. Ellos lo miraban como si supieran lo que él y Sung Kyu habían hecho. Un hombre aún estaba sonriendo.

—Hey. —Sung Kyu agarró el brazo de Woo Hyun y lo acompañó al estacionamiento—. ¿Por qué caminas tan rápido?

—Tengo que ir a comprar los artículos que voy a utilizar para la cena. —Y estaba un poco desbalanceado. Había empezado a gustarle Sung Kyu, pero después de lo  que acababa de suceder, Woo Hyun sentía que caía enamorado del hombre. No estaba familiarizado con los sentimientos dentro de él y no estaba seguro de cómo manejarlos. Necesitaba tiempo para pensar en sí mismo.

Sung Kyu colocó la mano en la nuca de Woo Hyun, acercándolo más. —No estoy seguro de lo que está pasando, pero se supone que debo estar acechándote.

Woo Hyun tampoco estaba seguro de lo que estaba pasando. Tenía mariposas en su estómago y su corazón latía mientras miraba fijamente a los ojos café exprés. Él acababa de dar al hombre una mamada, pero estaba de pie aquí hecho un manojo de nervios y con las palmas sudorosas. — Bueno, entonces cancela lo de las siete y sólo aparece a través de mi ventana o algo así. Sorpréndeme.

Sung Kyu le dio una leve sonrisa mientras bajaba la cabeza y le daba un rápido beso. —Estaré allí a las siete.

Lamiendo sus labios, Woo Hyun asintió. Quería tomar el beso más profundo, explorar esa boca tentadora y saborear el gusto de la persona que lo hacía sentirse emocionado y asustado. Le encantaba besar a Sung Kyu. El hombre sabía cómo tomar el acto de besar y convertirlo en algo tan sensual, tan estimulante que Woo Hyun dio un paso atrás. —A las siete...

Rápidamente se alejó, sin mirar atrás. Si miraba hacia atrás, Woo Hyun regresaría y rogaría a Sung Kyu por un último beso. Rumbo a la tienda de comestibles, Woo Hyun sentía como si estuviera caminando sobre una nube en lugar de una acera. Su piel seguía zumbando donde Sung Kyu lo había tocado, y sus labios aún hormigueaban.

Su pene también estaba tratando de animarse.

 

¿Qué infiernos le pasaba? Él nunca aduló a un hombre antes. Nunca se emocionó al ver a alguien, nunca odió apartarse de alguien. Woo Hyun de hecho esperaba la cena sólo para poder ver a Sung Kyu de nuevo.

 

Entró en el mercado del pueblo, no tenía ni idea de lo que iba a hacer para la cena. Era un cocinero muy malo.

«Quizás algo simple». ¿Quién dijo que tenía que ser algo elegante? Woo Hyun tomó las cosas que necesitaría para una comida muy modesta. Después de todo, estaba con un presupuesto muy apretado.

—Hey, Woo Hyun.

 

Woo Hyun, miró por encima del hombro para ver a Rasa caminar hacia él. El cocinero del restaurante era arrogante, un sombrero cowboy en la cabeza, barba en la línea de su mandíbula. Si Woo Hyun no hubiera tenido a Sung Kyu, Dios, este hombre definitivamente era de su agrado. Rasa era un hombre muy hermoso. —Hey, Rasa,

Conocía al cocinero ya que Woo Hyun siempre se detenía en el restaurante para tomar una taza de café.

—No te vi en el restaurante esta mañana. —Rasa tomó algo de un estante mientras miraba a Woo Hyun—. No es que aceche a mis clientes, cuando no se presentan. —Su sonrisa era fácil, modesta.

Dios, ¿estaba todo el mundo acechándolo por aquí? Woo Hyun recorrió con su mirada el pasillo y detrás de él, en busca de Sung Kyu o el policía. —Se me hizo tarde.

Rasa le dio una mirada de evaluación. —¿Estás bien, amigo?

Cómo iba a decirle al cocinero lo que estaba pasando. Woo Hyun no estaba seguro de por qué el policía tenía problemas con él y Sung Kyu. —Sí, claro.

Tomando algunas cuantas cosas más de la estantería bien surtida, Woo Hyun se alejó de Rasa y fue a la caja. Una vez que sus provisiones estuvieron embolsadas, se dirigió a su apartamento. Cualquier hombre cuerdo no  regresaría a   la escena   de   un  crimen,  y  Woo Hyun  estaba  empezando a cuestionar su salud mental.

¿Qué pasaba si la persona que había entrado regresara? Empujó esa pregunta fuera de su mente, negándose a huir de su propio apartamento. Además, Sung Kyu estaría allí en un par de horas. Tenía que tener su lugar limpio y presentable. Woo Hyun era un hombre soltero, que vivía solo. Había ropa esparcida, platos que necesitaba lavar, y necesitaba lavar su ropa.

Corrió a su apartamento, dejó las bolsas en la mesa de la cocina, se quitó los zapatos y empezó a limpiar. Si su madre aún viviera, tendría un ataque al corazón de que él estuviera en un frenesí de limpieza. Woo Hyun siempre fue perezoso como el infierno en lo concerniente al orden y limpieza mientras crecía. Ahora que tenía su propio apartamento, lo mantenía decentemente, pero sin duda necesitaba una buena  arreglada.

Se apresuró a llevar su ropa a lavar en el sótano y luego volvió a subir, dejó los platos sucios en agua jabonosa antes de recoger el lío en el mostrador y tirar la basura. Limpiando, Woo Hyun sonrió para sí mismo. Él iba por todo para impresionar a Sung Kyu.

Si no lo supiera bien —y no tenía idea de cómo debería de sentirse—, diría que estaba enamorado. Nunca en su vida había pasado por tantos problemas cuando tenía compañía.

Normalmente, no le importaba. Ahora lo hacía.

A Woo Hyun le importaba hasta el punto de estar limpiando el suelo. Una vez que pensó que el lugar estaba tan limpio como podía conseguir ponerlo en poco tiempo, Woo Hyun se puso a preparar la cena. Estaba tan perdido en sus pensamientos  mientras  preparaba  la  comida  que  gritó y lanzó el cuchillo que había usado cuando sintió que le tocaban la espalda.

—Wow —Sung Kyu dijo mientras se deslizaba hacia un lado, evitando el filo del cuchillo—. Tranquilo.

Woo Hyun parpadeó, con el corazón en la garganta. —¿No sabes cómo tocar como la gente normal? —dijo con él ceño fruncido—. ¿Cómo entraste? Cerré la maldita puerta.

Sung Kyu tomó el cuchillo de la mano de Woo Hyun y lo dejó sobre la mesa. —La cerradura es una mierda. Un niño de dos años, podría abrir la maldita cosa. —Agarró la silla, la giró y se sentó a horcajadas—. Y llamé, pero no respondiste.

Los ojos de Woo Hyun fueron hacia el reloj de la pared para ver que sólo eran las seis y media. —Llegas temprano.

Sung Kyu puso sus brazos sobre el respaldo de la silla, apoyando la barbilla en ellos. Era una sexy pose. Woo Hyun tenía dificultades para pensar mientras veía los bíceps de Sung Kyu, la barba en su rostro, y sus hermosos ojos marrones que eran enmarcados por largas pestañas de color marrón claro. Demasiado mal que el chico mantuviera su cabello tan corto. A Woo Hyun no le importaría pasar sus dedos a través del cabello. Pero estaba tan corto como el de su padre cuando estaba en el ejército. —Dijiste que te sorprendiera.

Y lo hizo.

 

Regresando a lo que estaba haciendo, Woo Hyun, una vez más sintió que sus manos se humedecían y las malditas mariposas revoloteaban de nuevo en su estómago. Estaba perdiendo el control sobre el cuchillo, mientras trataba de cortar los pepinillos. Dejándolo, tomó una toalla y se limpió las manos, tratando de no verse tan obvio.

 

—¿Necesitas ayuda? —Sung Kyu balanceó una pierna sobre la silla de madera, flexionando todo el cuerpo al moverse. Contuvo el aliento mientras su corazón tartamudeaba. Por una fracción de segundo, Woo Hyun pensó que Sung Kyu se acercaría. Tenía la garganta seca y sentía las rodillas débiles, pero luego Sung Kyu se movió más hacia el mostrador.

—Hot dog y papas fritas. Maldición, no he tenido eso desde hace mucho. —Sung Kyu tomó una de las papas de la bandeja y se la metió en la boca mientras sacaba dos refrescos del refrigerador—. Cena fácil. Me gusta.

—Sí, bueno, eso es todo lo que sé cocinar, cosas fáciles. Si quieres algo elegante hay algunos restaurantes alrededor de la ciudad. —Woo Hyun contuvo un gemido cuando Sung Kyu se colocó detrás de él y con la mano llena de callos recorrió el cuello de Woo Hyun.

—Tranquilo, está muy bien para mí. —Sung Kyu le dio un beso en la oreja a Woo Hyun, el suave cosquilleo de su aliento hacía que a Woo Hyun le doliera.

Woo Hyun juguetonamente empujó su brazo en el abdomen de Sung Kyu, deteniéndose a sí mismo de girarse y saltar a los huesos del hombre. —Mentiroso, tú mismo has dicho que querías acosarme.

La expresión de Sung Kyu se volvió sombría mientras se apartaba de Woo Hyun. No estaba seguro de qué había dicho mal, pero quería que la alegría regresara. Woo Hyun no quería pasar la noche en un incómodo silencio. —Si piensas que meterte en mis pantalones va a ser fácil piénsalo mejor, amigo.

Los labios se curvaron hacia arriba, la mano de Sung Kyu palmeó su trasero. Eso fue inesperado. Pero lo que realmente tomó a Woo Hyun por sorpresa fue lo mucho que le gustó el hormigueo que dejó la gran mano de Sung Kyu. —Ya me metí en ellos —le recordó a Woo Hyun con un tono que estaba lleno de orgullo.

Woo Hyun sacudió la cabeza mientras sacaba los hot dog del horno y los dejaba a un lado. —No sé cómo quieres el tuyo.

Sung Kyu comenzó a preparar el suyo mientras Woo Hyun le ponía cátsup al suyo. Se sentó a la mesa. Sung Kyu acomodó la silla que había alejado de la mesa y se unió a Woo Hyun. —Esto me recuerda mi niñez.

El ligero tono ante el recuerdo de Sung Kyu hizo que Woo Hyun sonriera. Lo que tenía a Sung Kyu viéndose sombrío se había ido.

—A mí no —dijo Woo Hyun, mientras tomaba una papa de su plato de papel—. Tuve esto para la cena la semana pasada.

—Por lo menos sabes hornearlas —dijo Sung Kyu—. Yo ni siquiera puedo hacer eso.

—Ayudé a mi mamá en la cocina mientras crecía. Ella no era una gran cocinera, pero sabía cómo hornear. —Woo Hyun sintió el familiar tirón que sentía cada vez que pensaba en su madre. Era amable, dulce y cariñosa. La extrañaba un infierno. Desde que murió, su padre no había sido el mismo. Él se cerró más, criticando a Woo Hyun por estúpidas mierdas.

Extrañaba la forma en que su padre solía ser, pero no lo culpaba por el dolor que estaba sufriendo. Cuando Woo Hyun vivía en la casa, había noches en las que había oído a su padre llorando en su habitación. Eso hizo que Woo Hyun le diera a su papá un descanso en su amarga batalla para que Woo Hyun hiciera algo de sí mismo.

Consiguió un trabajo y era feliz. Woo Hyun no quería convertirse en un abogado o un médico. Le gustaba su vida.

 

—Parece que te enseñó cómo hacer un hot dog muy bien—bromeó Sung Kyu—. Nunca lo probé horneado antes.

 

—Hervirlo le quita el sabor. —Woo Hyun terminó su comida y se quedó sosteniendo su bebida. No estaba seguro de qué hacer ahora que había acabado de comer. No había pensado en eso antes. Infiernos, Woo Hyun no había pensado en nada. Invitar a Sung Kyu a cenar fue algo de último minuto. Limpiar su apartamento y preparar la cena había sido la única cosa en su mente.

Pero ahora que estaba sentado aquí, viendo a Sung Kyu comer sus últimas papas fritas, Woo Hyun se preguntó si el hombre se iría, o... simplemente no estaba seguro. Sentía que sus nervios se retorcían en nudos cuando Sung Kyu apartó su plato y se bebió el resto de su refresco. —Eso es cierto.

Woo Hyun jugó con la botella entre sus dedos mientras miraba distraídamente alrededor de la cocina. —¿Quieres ver una película o jugar un juego?

La mirada de Sung Kyu se oscureció y se giró hacia Woo Hyun.

—¿Qué tipo de juego? —La pregunta fue formulada de tal manera que Woo Hyun no podría confundirla con otra cosa que lujuria.

—Videojuegos, perro caliente. —Se levantó de su silla, dando a Sung Kyu un buen rodar de ojos—. ¿De qué creías que estaba hablando? —Él lo sabía, pero no sabía por qué estaba   preguntando.

Woo Hyun sintió que su piel se tensó cuando Sung Kyu lo recorrió con la mirada de la cabeza a los pies. —Un juego de adultos de esconder la salchicha.

Woo Hyun se carcajeó sosteniendo sus costados, mientras las lágrimas corrían por su rostro. No estaba seguro de por qué esa declaración era tan divertida, pero se encontró con   un ataque de risa. Sung Kyu también se reía, su hermoso rostro se iluminó y sus ojos oscuros brillaban de placer.

El aire dejó sus pulmones, Woo Hyun fue jalado a los brazos fuertes y bronceados de Sung Kyu, el hombre lo besó en la mejilla.

«Un casto beso». —Eres demasiado malditamente adorable — dijo, y luego dejó ir a Woo Hyun—. Podemos jugar a un juego o ver una película. Tú decide.

Adorable nunca se había utilizado para describir a Woo Hyun antes. Se sintió como un maldito cachorro por las palabras de Sung Kyu. Entrando en la sala, Woo Hyun, se encontró con la esperanza de cosas que no deberían ser. Por más que ponía en duda la idea de convertirse en la pareja de Sung Kyu, la idea era más importante en su mente mientras tomaba una película y se sentaba.

 

 

Continuará...


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