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57.Besando a Sung Kyu (03) por dayanstyle

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Sacando el teléfono celular de su bolsillo delantero, el oficial Johnson marcó el número de su contacto. Lo escuchó sonar mientras sus ojos exploraban el edificio de apartamentos. Era tarde, pero sabía que el hombre al que llamaba no sólo aún estaba despierto, sino que contestaría.

Desde el oscuro interior del carro de policía, Johnson escuchó crujir la voz del despachador por la radio. Hizo caso omiso de él. Había cosas más importantes que hacer en este momento que agarrar a algunos jóvenes después de   hora.

«Deja que los demás oficiales manejen la llamada».

 

Justo cuando pensaba que la llamada sería enviada al correo de voz, el teléfono dejó de sonar, sustituida por un silencio inquietante. Pero nadie dijo una palabra. La persona que respondió a su llamada esperó a que Johnson hablara.

Se movió en su asiento, el gemido de su cinturón de herramientas retumbó fuerte en el silencio de su carro. —Vi a uno de ellos morder a un humano esta noche. —Cuando Johnson contó lo que había visto en el gazebo, hubo un gruñido al otro lado, diciéndole que la persona estaba escuchando.

—He seguido al hombre a su apartamento. Tengo que decir, que el que lo mordió no me parecía un vampiro. Sus dientes eran más largos, más gruesos, y él no bebió su sangre.

—¿Cómo sabes eso? —El señor Kang Ta preguntó en un tono lento, profundamente intrigado.

—Mordió al humano en el hombro, no en el cuello. Si tuviera que adivinar lo que vi, los dientes del chico se parecían más a los de un perro que a los que tendría un vampiro. —Johnson bajó el volumen del radio para poder oír mejor. El despachador estaba empezando a irritar sus nervios en este momento. El tono optimista era bastante irritante, pero el tipo sonaba como si realmente disfrutara su trabajo. Johnson frunció los labios.

En su opinión, el hombre necesitaba ser reemplazado.

 

—Haré que mi secretaria agregue esta información al archivo.

El tono que el señor Kang Ta le dio a Johnson le dijo que no le creía, que Johnson era más un chiflado que un observador fiel. Si el dinero no fuera tan malditamente atractivo, Johnson le diría a Kang Ta que se metiera su condescendiente tono por el culo.

Pero el dinero era demasiado bueno. Johnson no iba a arriesgarse a perder su salario por no controlar su carácter. Su mala actitud le había metido en bastantes problemas con la policía. Tenía la sensación de que Kang Ta no toleraría tal falta de respeto.

A Johnson no le importaba nada de Kang Ta, excepto su billetera. Era un jodido hombre rico y Johnson quería un pedazo de ese queso. Necesitaba convencer al hombre de que no era un loco. —Puedo obtener fotografías.

Esperó, con la respiración apretada en sus pulmones cuando una vez más vio hacia el edificio de apartamentos. Kang Ta odiaba a los parlanchines, de modo que Johnson no dijo una palabra, dejando que lo que había dicho fuera absorbido.

—Tráeme a la persona en cuestión y duplicaré tu pago.

 

El pene de Johnson se puso duro sobre la cantidad de la que Kang Ta hablaba. Podía retirarse, decirle a la fuerza que se fuera al infierno, e ir a un lugar con playas de arena y kilómetros de océano hasta donde pudiera ver. —Lo haré. ¿Dónde quiere que  lo entregue?

 

—Llámame cuando lo tengas y  te daré la dirección. — Kang Ta colgó.

 

Johnson guardó el teléfono, sonriendo interiormente mientras encendía su carro, dirigiéndose hacia la dirección que estaba en la licencia de manejar de Kim Sung Kyu .

 

 

 

Sung Kyu sintió el vello de su nuca erizarse mientras llegaba a la cafetería. La sensación de aprensión que lo recorría era una advertencia de que alguien lo estaba siguiendo. No era la misma sensación que tenía cuando estaba cerca de Woo Hyun, así que sabía que no era su pareja jugando su pequeño juego.

No, éste era diferente.

 

Su coyote le decía que era una amenaza. Pero Sung Kyu no necesitaba que su bestia confirmara lo que ya sabía. Estacionó su motocicleta afueras de la cafetería, se bajó y se agachó fingiendo atarse la bota. Usando la moto como cubierta, miró casualmente a su alrededor, fingiendo indiferencia cuando vio el carro de policía estacionado a unos edificios más abajo. Inmediatamente reconoció al oficial al volante.

Johnson.

 

¿Cuál infiernos era el problema de ese tipo? Sung Kyu no podía pensar en una cosa —a menos que quisiera arrestar a Sung Kyu por vagancia por pasear con Woo Hyun— que estimulara a este hombre a espiar todos sus movimientos. El tipo era implacable.

Quizás si le daba una caja de donas a Johnson, el hombre lo dejaría en paz. La idea le divertía mientras se ponía de pie y se dirigía a la cafetería.

Este no era el lugar donde tenía la intención de ir, pero sabía que si se iba en su motocicleta, Johnson lo seguiría.

Ya molesto por lo de Woo Hyun, Sung Kyu no estaba de humor para hacer frente a un resentido idiota policía. Ordenó su bebida y tomó asiento ante una de las mesas. Desde donde estaba sentado, tenía una despejada vista del estacionamiento sin que Johnson pudiera verlo.

 

Si el chico quería jugar al juego de la espera, que  así sea.

 

No era como a Sung Kyu le gustaría pasar su noche. Pensó en ir al apartamento de Woo Hyun, pero desde que su pareja lo rechazó anoche, Sung Kyu estaba de un humor sombrío.

Se había perdido en sus pensamientos durante todo el día en el trabajo hasta el punto de que se estaba olvidando de hacer cosas que se suponía que debía haber terminado. Seung Hyun no estaba demasiado feliz con él ahora mismo. Sung Kyu no podía culpar a su jefe por estar irritado, pero tener una pelea con su pareja —o en su mayoría fuertes sentimientos negativos— no era algo que Sung Kyu disfrutara.

Lentamente bebió su bebida, sus ojos completamente enfocados en Johnson. Una vez más estaba tratando de averiguar por qué el policía lo estaba siguiendo.

Por último, el carro se fue y Sung Kyu fue libre de llevar a su casa  su  cansado  culo.  Había  estacionado  frente  a la cafetería. Levantando su pierna sobre su motocicleta, Sung Kyu se puso su casco y se fue por la calle principal.

Se dirigió fuera del pueblo, recorriendo la panorámica carretera del país, hasta que se detuvo en su camino en la entrada. Quizás podría ir a buscar a Woo Hyun y traerlo aquí. Sung Kyu aún tenía que mostrarle a su pareja donde vivía, su hogar.

Al entrar, Sung Kyu lanzó las llaves y la chaqueta a un lado, fue a la cocina para comer algo. Pensó en los hot dog y papas fritas que Woo Hyun le había preparado la noche que había ido al apartamento de su pareja.

Ese único pensamiento lo llevó al hecho de que su pareja no estaba con él. Cerrando la puerta del refrigerador, Sung Kyu gruñó. «Al infierno con eso».Iría al apartamento de Woo Hyun y  traería a su pareja aquí. El hombre tendría que superar la ira y la vergüenza por su padre. Fue la peor mierda que a Sung Kyu le había pasado en su vida. La desaprobación de un padre no era algo para abrir una brecha entre ellos.

Además, sufría por su pareja. Quería sentir a Woo Hyun en sus brazos.

Con esa decisión en mente, Sung Kyu se giró para irse cuando vio a Johnson de pie en la puerta de la cocina.

¿Cómo infiernos había logrado entrar sin que Sung Kyu se diera cuenta? Su coyote estaba perezoso.

 

—¿Qué haces en mi casa? —Sung Kyu hizo la pregunta con ira.

—Sabes —Johnson comenzó cuando apoyó el hombro en el marco de la puerta—, nunca me agradaste, desde el primer momento en que puse los ojos en ti. No eres más que un imbécil arrogante.

Sung Kyu había sido llamado peor. La mayoría confundía su confianza  con  arrogancia.  Creían  que  era  un  frio snob cuando en realidad sólo era una persona privada. Seung Hyun había pensado eso de Sung Kyu cuando por primera vez llegó a la estación de bomberos, pero después de algunos bruscos encuentros, se habían sentido uno al otro y ahora estaban bien.

Él no iba a tener algunos encuentros bruscos con Johnson y no habría ningún sentimiento mutuo. El hombre tenía un objetivo. Aunque Sung Kyu no estaba seguro de cuál era el objetivo.

Johnson entrecerró los ojos marrones hacía Sung Kyu, la piel se arrugó en los lados de su pálido rostro. El hombre era delgado, alto y Sung Kyu sabía que podía acabar con él, si el hombre no estuviera sosteniendo un arma.

—Bien por ti —respondió Sung Kyu—. Ahora lárgate antes de que te eche fuera.

—Soy un policía —dijo Johnson arrogantemente mientras pasaba la mano por su corto cabello negro—. ¿De verdad crees que me puedes echar?

Sung Kyu miró la mano de Johnson contra la culata de su arma. Sabía que iba a tener que tener cuidado en cómo  manejaba esta situación.

Su coyote estaba muriéndose por tomar un bocado de Johnson, pero Sung Kyu contuvo a la bestia. Dio un paso hacia adelante y Johnson sacó su arma tan rápido que Sung Kyu estaba impresionado. Pero no estaba impresionado con el cañón dirigido a su rostro.

—Ni un paso más —advirtió Johnson—. O volaré tu maldita cabeza.

—Estás en mi casa —Sung Kyu señaló—. ¿Cómo vas a justificar el matarme? —Estaba haciendo tiempo, tratando de encontrar una manera de conseguir quitarle la pistola de la mano a Johnson sin recibir un disparo. El policía parecía que se moría por tener una razón.

—Deja que yo me preocupe por eso. —Johnson señaló con la pistola la puerta de atrás—. Sólo empieza a moverte.

Sung Kyu estaba tratando de lidiar con las consecuencias de salir por la puerta con Johnson. Sabía que el policía tenía un objetivo. Pero llevarlo afuera… Sung Kyu no tenía idea de por qué lo sacaría de la casa.

Sintió el aire moverse detrás de él y sabía que Johnson estaba tratando de golpearlo. Moviéndose rápidamente, vio que el policía estaba tratando de golpearlo en la cabeza con la culata de su arma. El instinto se hizo cargo y Sung Kyu golpeó a Johnson con tanta fuerza en la cara que temió   haber matado al hombre. El policía cayó al suelo.

Se quedó atónito, viendo lo que acababa  de hacer.

«Golpeé a un policía. Oh infiernos, agredí a un agente de la policía».

 

Sung Kyu retrocedió tambaleante. Nadie sabía que el policía había estado acosándolo y a Woo Hyun. Iba a ser la palabra de Johnson contra la suya. Iban a encerrarlo por esto. Todo lo que Johnson tenía que decir era que había venido para hablar con Sung Kyu, conformando una especie de excusa para la visita.

Era la palabra de un policía contra la de un bombero. Sung Kyu ya sabía cuál de ellos ganaría el debate. Era obvio. Sin saber qué hacer, Sung Kyu corrió a la casa, tomó las llaves y el casco, y luego cerró la puerta de atrás. Se deslizó a un lado de Johnson y luego se marchó en su motocicleta.

Tenía que llegar con Woo Hyun. Si se iba dejaría a su pareja atrás,  dejaría  a  un  humano  vulnerable.  Sung Kyu  no estaba seguro de qué tan receptivo estaría Woo Hyun una vez que le contara lo que había ocurrido en su casa, pero tenía que intentarlo.

Corriendo por la carretera nacional, Sung Kyu empujó su moto hasta el límite. Woo Hyun vivía al lado de la estación de policía. Si Johnson se despertaba y reportaba el asalto, estarían con Woo Hyun en cuestión de segundos.

Estacionó su motocicleta detrás del edificio para mantenerla fuera de la vista, Sung Kyu se apresuró a entrar en el vestíbulo y subió las escaleras. No estaba seguro de cuánto tiempo estaría desmayado Johnson en su patio trasero, y sabía que su tiempo era precioso.

Cuando Sung Kyu se acercaba a la puerta de Woo Hyun sabía que no tenía mucho tiempo. Llamó, esperó, y luego volvió a llamar. Woo Hyun no respondió, Sung Kyu recorrió el pasillo con los ojos antes de intentar abrir la puerta.

Estaba abierta.

 

Con pasos rápidos Sung Kyu estuvo dentro del apartamento, cerrando silenciosamente la puerta detrás de él. Buscó en el dormitorio y lo encontró vacío. ¿Dónde estaba Woo Hyun? Su pareja podría estar haciendo algo tan inocente como estar de compras, viendo una película o saliendo a cenar. Simplemente porque la vida de Sung Kyu se caía a pedazos no significaba que Woo Hyun estuviera en peligro. Al menos aún no. No estaba seguro de por dónde empezar a buscar. Woo Hyun no tenía teléfono celular, y Sung Kyu no tenía forma de ponerse en contacto con su pareja. Este era el peor momento para que Woo Hyun… Sung Kyu se quedó completamente quieto cuando un débil olor llegó hacia él.

Se dirigió a la cocina, sólo para ver el suelo limpio, la mesa vacía, los aparatos limpios y en orden en el mostrador, y todo impecable. No había nada fuera de lugar. Era tal como lo recordaba de la noche que había venido a cenar.

Pero el olor estaba ahí.

 

Sung Kyu recorrió el apartamento de nuevo, buscando la menor pista de dónde trabajar. Agradecido de que el olor estaba ausente en donde su pareja dormía. La habitación estaba limpia, la cama hecha, pero el olor no estaba en la  habitación. Cuando Sung Kyu regresó a la sala, el dueño de ese  aroma le vino a la mente y sabía quién había estado aquí. Sus músculos se pusieron rígidos y su mandíbula se tensó.

«Johnson».

 

Por el ligero aroma, Sung Kyu sabía que el policía había visitado a Woo Hyun antes de haber comenzado a acecharlo. Tenía una hora de retraso. Sus ojos se dirigieron hacia las persianas blancas que cubrían la ventana y vio el espectro de colores de rojo, rosa y naranja en el cielo cuando el sol comenzaba a ponerse. ¿Cuánto tiempo habría pasado desde que él había tomado a Woo Hyun, y en dónde lo tenía?

Johnson podría haber escondido a la pareja de Sung Kyu en cualquier lugar antes de ir tras él. El policía era tan malo como una serpiente venenosa, y Sung Kyu planeaba cortar la cabeza de la maldita serpiente si lastimaba a Woo Hyun de alguna manera.

Sabiendo que estaba enloqueciendo, Sung Kyu sabía que sólo había una cosa por hacer. Sacó el teléfono celular del bolsillo y marcó el número del único hombre que sabía podía ayudarle.

—Jongin.

—Soy Kim Sung Kyu . —Sung Kyu apretó los dientes por tener que pedir ayuda, pero sabía que tenía que encontrar a Woo Hyun antes de que Johnson buscara venganza. No le extrañaría que el hombre usara a Woo Hyun en su contra.

—Sé quién eres —dijo Jongin—. Conozco a todos en mi pueblo. ¿Qué puedo hacer por ti?

Esa era la pregunta del millón de dólares.

 

 continuara....


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