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What no one tells you about love por Elisse

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Notas del capitulo:

Hola a todos, espero que se encuentren muy bien. Yo se que las cosas se han puesto complicadas por todo esto de la contingencia, por favor tomen sus precauciones y cuidense mucho.

Les traigo un nuevo capitulo que espero sea de su agrado. Un poco tarde, pero seguro jeje.

Se viene lo bueno! okya, por favor no se olviden de dejarme sus comentarios, los leo con mucho gusto!

Que lo disfruten!

Capítulo 17

 

Ubicación: desconocida.

Hora: desconocida.

 

Intentaba abrir mis ojos, pero sorprendentemente no conseguí ver nada, mi cuerpo se sentía cansado y adolorido. A pesar de intentarlo, lo último que venía a mi memoria en estos momentos era un recuerdo mío bajando del auto, caminar un par de cuadras y de pronto...nada, mi cabeza dolía y sentía algo líquido escurriendo por mi frente.

¿cómo había terminado en esta situación? ¿en qué momento las cosas habían terminado de este modo? me hacía esas y mil preguntas más mientras forcejeaba inútilmente.

Mis ojos estaban vendados, mis manos y pies atados a una silla y mi boca amordazada. Mi situación no podía ser peor. Pensé irónicamente.

No podía hacer nada, no podía pedir ayuda, no podía ni siquiera moverme, lo único que podía hacer era esperar.

No sé cuánto tiempo estuve inconsciente, o cuánto tiempo llevaba en aquel lugar...pero ahora que estaba un poco más consciente parecía una eternidad.

La desesperación y el pánico comenzaban a apoderarse de mí lentamente. Solo escuchaba el sonido de mi respiración, la cual era cada vez más agitada. Pasaron unos momentos más hasta que escuche pasos...si, estaba segura de que eran pasos y estaban bastante cerca, escuche el sonido de una puerta al abrirse, que más bien era una especie de puerta metálica…los pasos cesaron, aunque mi cuerpo continuó temblando.

-mierda…¿tenías que golpearla? La jefa va a cabrearse…

-¿y qué querías que hiciera? No iba a subir al auto, así como así ¿sabes?

-es inútil, desátala ya, se nos ordenó que la lleváramos con ella en cuanto despertara.

Hubo un par de risas, mi cabeza dolió a más no poder, apenas entendía lo que decían. La venda en mis ojos fue retirada, apenas abrí los ojos, sentí como si la luz quemara mis retinas, todo estaba borroso, nuevamente intenté forcejear con la poca energía que tenía.

-vaya así que aún tienes energía -una mano bastante grande me tomó del rostro bruscamente.

-mph…mph…

-¿deja ya de jugar quieres?

-oh espera, intenta decirnos algo…-dijo aquella voz masculina con un tono de burla. -disculpa, que tonto. -quitó la mordaza de mi boca.

-¡malditos bastardos! ¡quien mierda son ustedes! ¡suéltenme!

-hey, una señorita no debería usar ese vocabulario.

Mi vista comenzó a enfocarse hasta que vislumbro a un corpulento hombre parado frente a mí burlándose...y hablando cosas que no terminaba de entender.

Cómo imagine, estaba metida en una celda, el cuarto era algo pequeño y gris, el olor a humedad estaba impregnando en mi nariz.

-¡Maldito seas! ¡suéltame ya cabron!

-¿quisieras callarla? comienza a molestarme -se quejó su compañero.

El hombre frente a mí tomó la mordaza e intentó ponérmela nuevamente, con la sangre hirviéndome y mi corazón latiendo a prisa, en cuanto su mano estuvo cerca de mi boca lo mordí tan fuerte como pude.

-¡maldita perra! -Se cubrió la herida con su mano, retorciéndose del dolor.

-¿quieres dejar de jugar? -su compañero se acercó hasta nosotros, se alzó el saco y sacó un objeto. –cuanto quisiera enseñarte buenos modales -me apunto con aquel objeto, pronto entendí que se trataba de una pistola. –pero para tu suerte, no seré yo quien se encargue de ti. -sonrió ampliamente antes de golpearme con el mango del arma.

Después de aquel sonido hueco, mi vista se nublo nuevamente. Perdí el conocimiento por completo.

Cuando comenzaba a recobrar el conocimiento nuevamente noté que la superficie sobre la que me encontraba esta vez era suave, mi cabeza dolía horrores debido al golpe que me dio aquel bastardo. Mis ojos nuevamente estaban vendados. Mis manos estaban atadas detrás de mi espalda. El olor a humedad se había ido junto con la corriente de aire frío y habían sido reemplazados por un aroma a incienso y un ambiente cálido.

No estaba sola, podía escuchar voces a lo lejos, aunque no entendía lo que decían. Deje de prestarles atención para intentar liberar mis manos, mis muñecas dolían y estaba segura de que estaban sangrando.

Mientras intentaba escapar pude escuchar un golpe bastante fuerte, hizo eco por las paredes de aquel lugar y de repente las voces cesaron…

El sonido de una puerta al abrirse me hizo ponerme alerta, el ruido de un par de tacones taladro mis oídos.

-mira nada más...pobrecilla. Esos idiotas no pueden hacer nada bien. -soltó un suspiró. -Tranquila, ya me encargué de esos inútiles. Espero que estés más cómoda.

El colchón se hundió provocando que me tambaleara un poco. Mi respiración estaba muy agitada. El suave tacto de una mano cálida me hizo temblar, la venda de mis ojos fue retirada suavemente. Apenas mis ojos se acostumbraron a la luz pude distinguir una figura femenina sentada a mi lado, podría reconocer aquella silueta donde sea, el cuerpo se me tenso enseguida y mi estomago se revolvió. Ella lucía un vestido rojo sangre muy entallado, que se ajustaba a su cuerpo a la perfección, sus labios pintados del mismo color...su cabello rubio descansando sobre sus hombros mientras que aquellos ojos negros me miraban fijamente mientras me dedicaba una sonrisa.

-¿sorprendida? -acarició mi mejilla.

-¿tu…? ¿porque…? -mi mandíbula se tensó al ver a aquella mujer frente a mí. Aquella mujer con la que había compartido mi cama cientos de noches...aquella mujer cuyo nombre había pronunciado entre jadeos y gemidos miles de veces…

                                       . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

-Tienes aquí una maravillosa idea Alex. -dijo Fred mientras se quitaba los lentes y los colocaba sobre su escritorio. -de verdad que no dejas de sorprenderme. En tan pocos días ya has desarrollado un borrador fantástico.

-Gracias Fred. Aunque si te soy honesta estoy un poco nerviosa, este es...un poco diferente a todos mis trabajos anteriores. -rasque mi mejilla.

-Si, es verdad, pero yo no me preocuparía mucho, solo debes dejar que fluya. Eres muy buena en verdad.

-Gracias…

-si estás de acuerdo me gustaría agendarte una entrevista en vivo con una de las televisoras más famosas de Nueva York.

-¿u-una entrevista? ¿tan pronto? -mis piernas perdieron su fuerza, gracias al cielo estaba sentada. De lo contrario me hubiera llevado un buen golpe.

-claro, es una excelente idea para promocionar tu nuevo libro.

-bueno...eso es verdad, pero...creo que es demasiado pronto. -rasque mi mejilla. -quiero decir...lo único que tengo es un borrador y.…yo no…

-Alex, tranquila. Entiendo, no tienes que preocuparte. Hablaremos de la entrevista más adelante. Más tarde tengo una reunión con alguien que trabaja en una televisora, tú y yo aclaremos los detalles mientras estás lista ¿de acuerdo? Estoy seguro de que los chicos están ansiosos por trabajar contigo.

-mm...de acuerdo. -asentí ligeramente con la cabeza.

-Anda, ve y dales trabajo a esos rufianes. -bromeo con una sonrisa dibujada en su rostro.

Después de esa reunión con Fred, decidí pasarme por la máquina de bocadillos. Habían pasado años desde la última vez que había estado en este edificio, había tantos buenos recuerdos en este lugar. Compré una barra de chocolate y me senté en una pequeña banca cerca de la máquina. La verdad es que no era fan del chocolate, pero me ayudaba a calmar mis nervios.

-¿una entrevista…? -dije en voz alta. Estaba tan ansiosa que comencé a hablar conmigo misma. - ¿cuándo fue la última vez que me hicieron una entrevista? no…no...aun no estoy lista -le di un mordisco a mi barra de chocolate. -mi historia ni siquiera esta lista...es solo un pobre borrador…-le di un mordisco más.

-hey, ¿todo en orden? -una voz femenina me sacó de mis pensamientos.

-¿eh…? -alce la vista para encontrarme con Megan. -ah...hola. -atine a decir aun distraída mientras ella sacaba algo de la máquina.

-¿puedo? -señaló el lugar junto a mí.

-oh...claro -me moví un poco para que pudiera sentarse.

-asique…¿cómo estuvo tu primer reunión con el jefe? -dijo mientras abría su bolsa de gomitas.

La verdad era que se me hacía un poco raro que intentara entablar una conversación conmigo. ¿pero quién soy yo para juzgar a la gente?

-bueno...no es la primera reunión que tengo con él, siempre hablamos de cosas serias y él mantiene una expresión neutra, pero está en especial...logró ponerme de nervios. -nuevamente mordí mi caramelo.

-es verdad...casi lo olvidaba. Casi olvido que ya habías trabajo con el antes. ¿le ha gustado tu borrador?

-pues...quiere que esté en una entrevista en vivo. -solté antes de terminar mi chocolate.

-vaya, eso es bastante bueno ¿no crees?

-sí...supongo que lo es, pero...

Durante los pocos minutos que llevábamos hablando ella había estado jugando con sus gomitas, o más bien las había estado separando por colores. Cosa que me pareció muy divertida.

-am… ¿Megan?

-¿aja…?

-¿qué haces? -Miré divertida cada montoncito de colores que tenía sobre su palma.

-ah...eh…-me miró un poco nerviosa cuando notó que la miraba. -yo solo...las separo por colores antes de comerlas…-guardó silencio por unos segundos y me miró. -¿quieres?

-seguro…-tomé unas cuantas y las comí.

-entonces...sobre la entrevista.

-Me negué. -solté en un tono de voz neutro intentado ocultar mis nervios.

-¿te negaste? -me miró enarcando una ceja.

Yo solo asentí ligeramente con la cabeza y me encogí de hombros.

-Bueno, supongo que aún es demasiado pronto.

-Si…-guardé silencio nuevamente.

No es que no quisiera hablar con ella, pero el nudo que comenzaba a formarse en mi estomago no me lo permitía.

-¿puedo verlo?

-¿mm?

-el borrador jaja… ¿puedo verlo?

-ah, seguro…-busque en mis bolsillos mi USB y se la entregue. -

-ok...veamos. -tomó mi USB y la conectó a su portátil.

No dijo más, abrió el archivo y comenzó a leerlo. Los minutos pasaban, la expresión en su rostro la hacía ver muy concentrada, yo solo me limite a mirarla. Aunque no pude ser tan paciente como hubiera querido. Intente excusarme en caso de que no le gustara.

-si parece que lo escribí de prisa fue porque...la idea vino a mi mientras estaba en la ducha y…

-ven, acompáñame. -cerró el portátil y caminó hacia una de las puertas del edificio.

-¿eh? ¿Megan? ¿a dónde vas? -caminé deprisa para poder alcanzarla, aunque casi la pierdo cuando giró en uno de los pasillos. Cuando abrí la puerta del fondo la vi. Estaba sentada frente a una gran mesa de diseño haciendo trazos con un lápiz, sus movimientos eran firmes, no dudó ni un segundo al hacer cada trazo. Me acerqué hasta ella para poder ver más de cerca lo que hacía. Unos minutos más tarde hizo a un lado su lápiz.

-¿qué opinas? -se hizo a un lado.

-es…no sé qué decir…-trague saliva. No lograba darle crédito a lo que mis ojos veían.

-bueno, mientras leía tu trabajo mi mente comenzó a divagar con la apariencia de tus personajes -rascó su mejilla. -quizá...ver a tus personajes te ayude a escribir...quiero decir, así te será más fácil imaginar una situación o un escenario más concreto para….

-¡Megan! ¡eso es! -le di un fuerte abrazo que duró un par de segundos y me aparté, esta vez fui yo quien salió corriendo, me dirigí a toda prisa hacia mi antigua oficina, tan rápido como pude encendí mi computadora y comencé a escribir.

-hey…¿porque saliste corriendo? -dijo Megan mientras se sostenía del marco de la puerta para recuperar un poco el aliento.

-¡tenías razón! -continúe escribiendo sin alzar la vista. -apenas vi tu trabajo, mi mente comenzó a trabajar y …ahh, las ideas saltan una tras otra en mi cabeza. -dije emocionada.

-¿la tenía? oh...bueno, me alegra haber sido de ayuda -rascó su mejilla. -te dejo entonces, cuando estés lista ven a buscarnos, Fred va a matarnos si no nos ve trabajando.

-oh...seguro, solo dame un par de horas y te aseguro que podrán ponerse a trabajar. -dije emocionada.

Las ideas saltaban una tras otra en mi cabeza mientras mis manos intentaban plasmarlas en el archivo tan rápido como podían. Sin darme cuenta ya habían pasado un par de horas, revise el archivo una última vez y satisfecha con el resultado me estire un poco. Me quite los lentes y talle un poco mis ojos, estaban un poco irritados. Entusiasmada tomé la laptop y corrí hacia el estudio de Megan, entré dando un portazo que la hizo saltar de su silla.

-¿pero que dem…? -su mano se dirigió hacia su pecho.

-ah...perdón, no quería asustarte. -entré y puse la computadora sobre la mesa del fondo.

-¿asustarme? casi me matas…-me siguió con la mirada. -¿terminaste?

-bueno, tengo la sinopsis y un par de capítulos. ¿quieres dar un vistazo?

-seguro. -sonrió y tomó uno de los bancos y lo arrastró hasta la mesa.

Pasó al menos unos 35min leyendo mi trabajo, una que otra sonrisa se le había escapado y sus ojos brillaban. Intentaba lucir calmada mientras la veía leyendo.

-¡woa! ¡esta increíble! ¿has hecho todo esto en tan poco tiempo? -apartó la vista de la pantalla y se giró para mirarme.

-bueno...no es la gran cosa, pero…

-¿bromeas? ¡está increíble!

-bueno, es gracias a ti -le dedique una sonrisa sincera.

-yo no hice mucho...solo…-pude notar como sus mejillas se sonrojaron ligeramente. Su piel era blanca, asique era casi imposible no notar aquel rubor.

-ehh, conque aquí estabas metida -dijo Oliver mientras entraba a la habitación y se acercaba a Megan. -señorita Pierce que agradable sorpresa. -hizo una pequeña reverencia.

-¿qué es lo que quieres? -la rubia le dio un golpe en las costillas para que se enderezara.

-bueno, vine hasta aquí porque alguien no ha enviado la parte de su trabajo. El plazo está por finalizar y no veo tu parte, no quiero que mi trabajo se vea afectado solo porque alguien prefiere esconderse en su cueva para perder el tiempo.

-de entre todos, tú eres el menos indicado para decirme que estoy perdiendo mi tiempo -dijo mientras se levantaba y rebuscaba entre sus cajones. -mi parte está hecha desde hace una semana. -le entregó una memoria USB. -¿necesitas algo más?

-ah...no...es todo.

-te sugiero que vayas a trabajar en tu parte, apostaría a que ni siquiera has comenzado.

-¿que? ¿q-qué dices? claro que ya terminé...solo iré a darle una última revisada…-señaló la puerta detrás de él y salió corriendo.

-ugh...ese tipo sí que sabe cómo desesperarme.

-¿qué dices? se ve que son muy buenos amigos. -bromee.

-¿que? ¿Oli y yo? no, definitivamente no. -negó haciendo un gesto muy gracioso con las manos.

-bueno, no quería decírtelo, pero creo que le gustas.

-¿que? ¡por dios no! ¡no vuelvas a decir eso en voz alta! ugh…

-jajaja solo estoy bromeando -reí divertida al ver su reacción. Mire a mi alrededor, parecía una pequeña galería. Comencé a pasearme alrededor de la habitación. -¿todos estos son trabajos tuyos? -dije mientras admiraba los dibujos y bosquejos que estaban pegados sobre las paredes de la habitación.

-am si...yo los hice todos, aunque…-guardó silencio por un instante. -esos no son tan buenos…-rascó su mejilla.

-¿qué dices? basta con mirarlos unos segundos para hacerme querer escribirles una historia.

-¿en verdad? -se acercó hasta donde estaba.

-claro que sí, aunque tus dibujos son tan buenos que cuentan sus historias por sí mismos. -me detuve frente a uno de los dibujos, en él había un par de chicas abrazándose en el balcón de un edificio mientras brindaban con sus copas, era de noche y estaba adornado con muchas estrellas, por alguna razón aquella escena se me hizo un poco familiar.

-¿te gusta? es uno de los más recientes. Iba caminando por allí cuando...mi vista comenzó a divagar entre los grandes edificios, en cuanto las vi...sentí como si fuera mi obligación plasmar aquella escena, corrí tan pronto como pude hasta mi casa y me puse a pintar como una loca. -soltó una pequeña risa.

-eres muy buena…¿has pensado en…?

-¿llevar mi trabajo hasta una galería y exponerlo?

-si...justo eso.

-lo he pensado, pero no soy ni la mitad de buena de lo que lo son aquellos artistas, los de verdad. -hizo una pequeña pausa. -además, por ahora estoy bien, me gusta darle vida a la historia de los demás. Es como...si yo hiciera magia para los autores, les permite ver a sus personajes...sus creaciones, sacarlos de su imaginación y...plasmarlos en papel para que ellos puedan verlos.

-vaya...Megan eso a sido...tan...me has dejado sin palabras…

-es...como lo que haces tú...es como si...pudieras viajar a través de lo que escribes...haces que todo parezca tan real que sientes como si estuvieras allí.

-Gracias Megan…

Apenas había pasado una semana después de aquella reunión en el café, los chicos eran bastante agradables, como dije antes era imposible aburrirse con ellos cerca, Megan no hablaba mucho, siempre estaba metida en su estudio haciendo trazos, siempre se le veía muy concentrada. Aunque de vez en cuando intentaba entablar conversaciones conmigo. Eso de algún modo hizo que comenzáramos a entablar una especie de amistad, aunque realmente no sabíamos mucho la una de la otra.

Casi la mayor parte del día me la pasaba aquí metida, este era uno de los pocos sitios en los que me sentía tranquila y podía trabajar.

Aunque Ali insistió en que podía ocupar su despacho en casa, pronto entendió que necesitaba algo que pudiera llamar mío. Entendió que necesitaba mi espacio. Y eso...bueno, eso se lo agradecía.

Alisson había estado ocupada con cosas de su empresa, salía temprano de casa y regresaba cuando el cielo estaba cubierto de estrellas, yo la esperaba para cenar, aunque me llegué a quedar dormida sobre el sofá una o dos veces, llegué a verla distraída en varias ocasiones como si algo le estuviera preocupando, pero ella siempre sonreía y me decía que todo estaba bien, intercambiamos mensajes de vez en cuando durante el día, aunque trataba de no distraerla mucho.

Intentaba rehacer mi rutina, una en la que pudiera trabajar, tener tiempo para mí, y también para la chica que ahora era mi novia. No recordaba que fuera tan difícil, nuestros horarios apenas coincidían, y para ella era algo totalmente nuevo eso de tener una relación formal y vivir bajo el mismo techo, en cuanto a mi...a pesar de ya haber compartido un techo con una persona, nada de esto se sentía familiar, todo era tan distinto... pero a pesar de eso podíamos sentir algo creciendo entre nosotras, algo más allá de la atracción física y el placer…

 

Después de mostrarle mi avance a Megan, me llevo con los demás para comenzar a trabajar, le di una copia de mi archivo a cada uno, mientras Alan y Jona hacían las revisiones correspondientes a mi archivo, Megan discutía con Oli, ella le había mostrado los bosquejos que había hecho de mis personajes, e intentaban ponerse de acuerdo para diseñar la portada de mi libro, yo no era muy buena dibujando así que solo podía intentar explicarles cómo es que me lo imaginaba, ellos tenían su libreta y lápiz en mano intentando darle vida a lo que pasaba por mi cabeza.

Después de un rato volví a mi oficina, era pequeña; sí. Pero acogedora, una sonrisa se me dibujó en el rostro al recordar todo lo que había vivido en estas cuatro paredes, y no solo eso, en este edificio también, a mis viejos compañeros, era como...volver atrás.

El repentino sonar de mi celular me sacó de mis pensamientos, era Ali intentando hacerme una videollamada. Respondí casi en seguida.

//hola, cariño~ // -me saludó desde el otro lado de la pantalla con una amplia sonrisa.

-hola, Ali -respondí un poco nerviosa, aun no me acostumbraba a que ella me llamara de esa forma. Siempre que creía que me estaba acostumbrando ella cambiaba el apodo por uno más lindo que el anterior. -¿cómo va todo? -recargue el teléfono sobre mi escritorio para tener libres mis manos.

//Todo va bien. Atendí un par de reuniones en la mañana. Justo ahora estoy revisando el papeleo. // -hizo un pequeño puchero. //te extraño mucho ~//

-¿saldrás tarde hoy también?

//ah…~ si...Demian y yo estamos trabajando en una nueva línea de ropa. // -recargó su rostro contra el escritorio.

-bueno...en ese caso, ¿qué tal si te preparo algo rico de cenar?

//¿de verdad?// -alzó la vista y me sonrió emocionada.

-por supuesto. ¿quieres algo en especial?

//¡sorpréndeme!//

-jaja de acuerdo, asegúrate de volver antes de las 10. ¿de acuerdo? -enarque una ceja.

//¡señor, si señor!// -me guiñó de manera coqueta. Su expresión cambio cuando alguien al fondo la llamo, no logre distinguir la voz, pero debía tratarse de Cristina. La vi soltando un suspiro. //cariño, debo colgar ahora...// -dijo sin ánimos.

-está bien, tranquila. Espero que termines pronto. Nos vemos en la cena.

//hecho// -volvió a sonreír. //Te amo//

-Yo...t-tamb…

-¿Alex? -la puerta de mi oficina se abrió. Megan entró cautelosa. -lamento interrumpir, pero...Fred me pidió que viniera a buscarte y...

-ah...eh...sí, sí, ahora mismo voy…dame un momento-aturdida me levanté y tomé el teléfono para despedirme de Ali, quien estaba atenta a lo que pasaba. -hablamos más tarde vale...debo irme ahora. Suerte en el trabajo…

//Gracias, te veo en la cena. Suerte// -mantuvo su mirada seria por unos instantes y me sonrió nuevamente antes de colgar.

-err...Fred te espera en su despacho. -Dijo Megan un tanto incómoda y salió cerrando la puerta detrás de ella.

-ahhh…¿que fue eso? -me dejé caer sobre mi silla nuevamente.

Mi corazón latía deprisa, sentía mi cara arder y mis manos y piernas temblaban. Era increíble el poder que tenía una simple palabra. Si Megan no hubiese entrado en ese momento...no creo que hubiera sido capaz de contestarle a Ali...estaba demasiado aturdida.

El reloj de mi muñeca marcó las 3:20 pm. por hoy estaba satisfecha con el avance en mi historia, Fred me aclaro que tenía plazos de un mes para entregar buenos avances, asiqué por hoy debía estar bien, antes de reunirme con Fred recogí mis cosas, planeaba salir y tomar algo de aire fresco para aclarar mis ideas.

Caminé por el pasillo aun intentando procesar lo que había ocurrido, mis pasos eran un poco más firmes ahora, pero mi corazón aun latía desesperado. Inhalé hondo antes de abrir la puerta del despacho de Fred. Contuve mi respiración lo más que pude y exhale mientras daba un paso dentro de la habitación. Apenas entré noté que no estaba solo. Charlaba animadamente con una mujer.

-oh, Alex, que oportuna. -me hizo una seña para que me acercara. -Ven quiero presentarte a la señorita Samantha. -al mismo tiempo la joven dio vuelta a su silla para quedar de frente. -ella es quien te hará la entrevista de la que te hable antes.

-¿que…? -mi estómago se contrajo al escuchar aquellas palabras.

-oh Alex, pero qué coincidencia. -me extendió la mano. -tiempo sin vernos. -sonrió ampliamente.

-¿ya se conocían? que fantástico.

Estaba aturdida y molesta al mismo tiempo. Ella no paraba de sonreír como si nada, y eso me molestaba aún más.

-Fred me estaba contando que estás trabajando en un nuevo libro.

-Si...así es, aunque creo haberle mencionado a Fred que aún es muy pronto para mí -mire a Fred un tanto incómoda.

-Bueno, si me lo permites, creo que es una excelente oportunidad para ambas, tendré en vivo a una famosa escritora anunciando su tan esperado regreso y mientras tanto tú le harás publicidad a tu trabajo. ¿qué dices?

-yo…

-también creo que es una excelente oportunidad -me interrumpió mi ahora jefe. -aunque si ahora siente que es muy pronto, yo me asegurare de llamarte cuando crea que su trabajo está listo. -esta vez se dirigió a Samantha.

-entonces estaré esperando ansiosa. -me dedico una sonrisa fugaz mientras se mordía el labio. -bueno, tengo unos cuantos asuntos que atender, así que, si me disculpan, debo retirarme. -se levantó y tomó sus cosas.

-oh, por supuesto, déjame acompañarte. -se ofreció Fred cortésmente.

-tranquilo, no hace falta. Estaré en espera de tu llamada. -finalmente salió de la oficina.

-¿estás bien? pareces algo molesta. -Dijo él, tomando asiento nuevamente.

-Fred, no daré esa entrevista, no con ella. -solté un poco alterada.

-¿ocurre algo? -enarcó una ceja.

-es...algo difícil de explicar. -rasque mi mejilla. -en cualquier caso...es demasiado pronto. Es...duro para mi volver a esto después de tanto tiempo...y...

-Tengo claro que recién vuelves a la rutina, apenas ha pasado una semana desde que te uniste a nosotros y sabes que no me gusta presionarte. -me interrumpió antes de que pudiera terminar. Guardó silencio por un momento. Meditando sus palabras. -pero en verdad espero que seas profesional en esto -continuo. -no me mal entiendas, sé que eres una chica capaz y competente, es por eso que me gustaría pedirte un poco más de profesionalismo. No siempre encontraremos gente con la que queramos trabajar, sin embargo, debemos siempre pensar en los beneficios que podríamos sacar de ello.

-Fred, yo…

-Te pido que lo pienses, yo te abro todas las puertas que puedo, pero al final es decisión tuya, tú decides si cruzas la puerta o no.

-entiendo…-me mordí el labio inferior y respiré hondo.

-piénsalo ¿de acuerdo? -se reclinó sobre su silla. Su gesto cambió, dándome a entender que aquella conversación había llegado a su final. -oh y.…sé que no hace falta que lo diga, pero, no te retrases con los plazos. -añadió.

-si, entiendo. -me dirigí hacia la puerta de su despacho. -Nos vemos mañana. -giré el picaporte y crucé el umbral de la puerta. Dejé salir un gran suspiro y me dirigí un poco molesta hacia el estacionamiento.

Caminaba sin ánimos por los pasillos. Mi buen humor se había esfumado. Incluso mi nerviosismo por lo que había pasado con Ali había pasado a segundo plano. Caminaba sin prestar mucha atención hasta que me tope con Megan, o bueno, más bien choque con ella. Por su reacción parecía que ella tampoco iba prestando mucha atención.

-¿pero qué? porque no te fijas, maldita sea. -soltó furiosa.

-hey...lo siento yo no…

-¿tú no qué? -alzó la mirada y note como se tragaba sus próximas palabras. -ah...Alex...disculpa no sabía que eras tu…-dijo apenada. Su ira había desaparecido.

-tranquila, fui yo quien no miraba por donde iba.

-en serio perdón...no quería reaccionar de esa forma, es solo que…-se sobo las sienes.

-¿estás bien?

-¿eh? si...bueno…-dio un par de vueltas. -hago trabajos pequeños de vez en cuando para editoriales más pequeñas...y hubo algunos problemas con los bosquejos que les envié, así que tendré que empezar de nuevo…-ugh…-se revolvió el cabello. Suspiró intentando calmarse. -¿qué ocurre contigo?

-¿eh? -parpadee un par de veces.

-bueno, tampoco tienes buena cara. -enarco una ceja.

-ah...no es nada, solo...no te preocupes -intente sonreír.

-mm…-me miró fijamente. -¿ya te ibas? -miró las cosas que sostenía debajo de mi brazo.

-oh, esto...si, pensaba ir a casa ahora.

-¿porque no vamos a tomar algo? -sugirió.

-bueno yo, no estoy segura…-rasque mi mejilla.

-oh vamos, lo que necesitas es una buena dosis de cafeína. Vamos, se dé un buen lugar. -insistió con una sonrisa.

-ah….vale, vamos. -revolví su cabello. -Más vale que sea un buen café.

-claro, ya lo veras. -asintió.

Nos dirigimos hacia el estacionamiento, quité la alarma del coche y abrí la cajuela para guardar las cosas. Ella intentaba mantener la compostura, pero era muy mala en eso, solté una pequeña risa.

-¿todo en orden? -la miré divertida.

-De verdad no puedo creer que esté frente a un BMW I8…-soltó emocionada.

-¿te gustan los autos?

-Lo sé es raro…-agacho la mirada.

-¿raro? para nada, aquí entre nos…-me acerque un poco a ella. -casi caía sobre mi espalda cuando lo vi. -dije en un pequeño susurro.

-¿que? -me miró sorprendida.

-¿que? ¿a quién no le impresiona? puede alcanzar una velocidad de 0-100 en solo 4.4 segundos.

-¿que? no…¡no te creo! -exclamó emocionada y sorprendida al mismo tiempo.

-¿quieres verlo por ti misma?

-¡por supuesto que quiero!

Rodee el auto para abrirle la puerta del copiloto.

-presiento que nos llevaremos bastante bien jaja -solté entre risas.

-qué coincidencia, yo creo lo mismo -admitió Megan con una sonrisa.

-Hey Alex, que sorpresa encontrarte todavía por aquí.

Mis ojos se cerraron al escuchar esa voz, mi cuerpo se tensó enseguida, cosa que Megan también noto, porque se detuvo.

-¿ya te ibas? -insistió aquella voz.

-si...estábamos por irnos. -solté la manija de la puerta y me di la vuelta para quedar cara a cara con aquella presencia no deseada. Samantha.

-¿estábamos? -Miró hacia donde estaba parada Megan. -oh, cariño, no había notado que tenías compañía. -se acercó y acarició su mejilla. Megan estaba incómoda, se notaba en la forma en la que su cuerpo se tensó y agacho la mirada.

-¿necesitas algo? -retire la mano de Samantha del rostro tenso de Megan.

-bueno, ya que te encontré aquí ¿porque no vamos a tomar algo?

-¿no le dijiste a Fred que tenías asuntos que atender?

-Vaya, asique si estabas prestando atención. -se mordió el labio. -Bueno, decidí posponerlos para poder invitarte a beber algo.

-Lo siento, pero no puedo. Ya tengo planes. -dije en un tono cortante.

-¿oh? ¿es eso cierto? imagino que con esta adorable jovencita. -dijo mientras la recorría de pies a cabeza con la mirada. -Aunque creí que te gustaban...mayores.

-Samantha, no estoy de humor para esto ¿de acuerdo? ¿qué quieres realmente?

-calma, solo quería charlar contigo. -se encogió de hombros sin borrar esa sonrisa tan molesta de su rostro. -aunque, entiendo si prefieres terminar tu turno de niñera.

-¿qué demonios? -di un paso al frente pero Megan me detuvo.

-Creo que debería irme...parece que tiene algo importante que decirte. -Dijo Megan finalmente, parecía tensa, sus puños permanecían cerrados. Dio un par de pasos lejos de mí.

-Megan, espera -la tome del brazo. Estaba temblando.

-Está bien, te veré mañana. -sonrió de lado y jalo un poco su brazo para soltarse de mi agarre.

-Megan…

-oh, cariño. No te sientas mal, es solo que...será una conversación de adultos. Entiendes eso ¿verdad? -Samantha colocó su mano sobre el hombro de la menor.

-Sí...seguro. -con un movimiento un poco brusco de su hombro retiró la mano de Samantha. Se volteo para verme y casi se obligó a sonreírme. -Nos vemos mañana, no te preocupes. -se dio nuevamente la vuelta y se marchó.

Yo estaba dispuesta a ir tras ella, pero Samantha me bloqueó el paso.

-Hazte a un lado...no me hagas repetírtelo. -la mire con el rostro tenso.

-oh cariño...esa expresión tuya da un poco de miedo.

-dije que te hagas a un lado…-apreté mis puños con fuerza, mis uñas se enterraron en mis palmas.

-de acuerdo, no hace falta que te pongas así. Yo solo venía a advertirte. Deberías tener tus ojos bien puestos en tu prometida, no quisiera que te llevaras una sorpresa.

-¿que se supone que significa eso? -enarque una ceja. Estaba a punto de hablar, pero la interrumpí. -¿sabes qué? no me lo digas, ¿porque iba a fiarme de lo que dices? Ya te lo había dicho antes y te lo repito, si eres lista, te mantendrás alejada de nosotras. En cuanto al trabajo, no tengo opción. Pero no creas que puedes venir a mí siempre que quieras.

-oh dulzura...créeme, no seré yo la que se arrastre a ti. Tarde o temprano serás tú quien venga a mi -recorrió mi labio inferior con su dedo pulgar. -espero que no lo hagas tan tarde. -sonrió de lado. Lo juro, ganas no me faltaban para darle un golpe. -pero, como un gesto de buena fe, te daré esto. -dejó una pequeña tarjeta dentro de la bolsa de mi pantalón. -será mejor que tengas cuidado. -acarició mi mejilla. -me voy entonces, quizá la próxima vez tengas más ganas de hablar. -se dio la vuelta y se marchó.

-¿pero qué mierda…? -apreté mis puños tan fuerte como pude. Las palmas de mis manos dolían. -Maldita sea…cálmate...ella solo quiere que te desesperes…-me dije en voz alta. Respire hondo tratando de calmarme. Miré mi reloj. 4:00 pm. Tenía tiempo suficiente para ir a buscar a Megan, hablar con ella y volver a casa para preparar la cena que le había prometido a Ali.

Subí al auto y lo puse en marcha, conduje despacio para buscar a Megan, no había podido ir muy lejos. O eso me repetía mientras buscaba por las calles. Aunque de encontrarla, ¿qué iba a decirle exactamente? Di vueltas por los alrededores, me detuve frente a una tienda de autoservicio, la vi entrar, a una chica rubia, vestía jeans negros, una camiseta de una banda de rock y sobre su cabeza un gorro de color negro, si, definitivamente era Megan. Apague el auto y respire hondo. Mis dedos tamborileaban sobre el volante, mi mirada se mantenía fija sobre la puerta, en espera de que ella saliera.

-una semana...una semana te tomo cagarla…-me reprendí en voz alta. -solo es una chica...ella solo quería ayudarte y tú permitiste que pasara por todo esto...juro que si la hice llorar...voy a… ¿a qué…? ¿qué voy a hacer? -Mire las palmas de mi mano, estaban rojas y me escocían. -no puedes perder el control otra vez...no de nuevo…-recargué mi frente contra el volante, cerré mis ojos por unos momentos hasta que un par de golpes suaves contra el vidrio me sacó de mis pensamientos.

Alce la vista, era Megan, estaba parada afuera del auto.

-¿Megan..? ¿en qué momento...? -torpemente abrí la puerta y bajé del coche. -Megan...yo…

-¿estabas siguiéndome? -me miró curiosa.

-yo...vine a buscarte, te fuiste y no me dejaste explicarte...-

-¿explicarme? no hay que explicarme. -ladeo la cabeza y soltó un pequeño suspiro.

-yo...no debí permitir que ella te tratara así.

-hey, yo se cuidarme sola o…¿tú también crees que soy solo una niña?

-¿que? -alcé la vista. -claro que no...no quise decir eso. -dije nerviosa.

-jajaja...lo siento, lo siento -soltó una risa. -estoy jugando contigo. Agradezco que te preocuparas por mí, pero no tenías que venir hasta aquí. Encima de eso… ¿no te duele?

-¿eh? -parpadee un par de veces. -¿qué cosa?

-esto…-tomó mis manos y observó las marcas rojas.

-no es nada…-aparte despacio mi mano.

-mmm de acuerdo, espera aquí. -dijo ella y antes de que pudiera protestar entró nuevamente a la tienda de autoservicio.

Mientras tanto me recargue contra el auto. Ella volvió minutos después con un par de cosas dentro de una bolsa de plástico. Me miró seria y extendió su mano frente a mí.

-¿eh? ¿qué pasa? -la mire sostener la bolsa con sus dientes mientras rebuscaba en su interior.

-¿en serio? dame tu mano jaja -sacó un pequeño tubo y quitar la tapita.

-¿qué haces…? -coloque mi mano sobre la de ella y me sujeto de la muñeca.

-¿acaso tienes 5 años? -coloco un poco de pomada sobre mis heridas. Pronto una sensación fresca y de alivio me envolvió.

-gracias…-agache la mirada.

-no deberías hacer eso, después de todo tus manos son tu instrumento. -sentí algo frío sobre mi mejilla. -alce la mirada para saber que ella sostenía una lata contra mi rostro. -te traje descafeinado. Tu expresión me dice que no es buena idea darte cafeína -bromeó y yo sostuve la lata. -salud…-tomó otra lata y la abrió para comenzar a beberla.

-ah...salud…-le di un sorbo a mi bebida.

-¿está bueno?

-¿quieres que te sea honesta? -intenté disimular mi desagrado.

-oh, claro, por favor

-esta horrible jajaja -dije sin poder contener mi risa.

-oh vamos, ¿en serio? -frunció el ceño de forma graciosa. –el chico de la tienda me juró que era el mejor café frío de todo el vecindario.

-bueno, pruébalo tu misma jaja -le ofrecí mi bebida y le dio un gran trago. Me miró por unos instantes después de haberlo tragado. Su cara era todo un poema, no pude resistir reírme.

-¡puaj…! ¡esta horrible!

Nos miramos unos instantes y volvimos a reír. Por esos breves instantes la ansiedad y la molestia que había sentido se había esfumado. Finalmente terminamos hablando de cosas al azar sobre el capó del auto, reíamos y hacíamos caras graciosas, parecíamos un par de adolescentes, nos llevamos un par de miradas desconcertadas de la gente que pasaba cerca de nosotras.

-Bueno, al menos ya te cambio la cara. -Dijo Megan y justo después miró su reloj. –debo irme, aún tengo trabajo que hacer. -rascó perezosamente su nuca.

-¿te vas? ¿quieres que te lleve?

-nah, tranquila, mi casa no esta tan lejos, y me gusta caminar. -bajamos del capó del auto y nos estiramos un poco. –nos vemos mañana. No olvides la pomada.

-gracias...ve con cuidado. -sonreí tímidamente.

-jaja si mamá, tendré cuidado. Conduce con cuidado. -agito su mano en el aire y se marchó a un paso maso menos apresurado. –aun me debes un paseo en tu auto ¡no lo olvides! -alzo la voz y se marchó.

De camino pasé con Víctor y después de rogarle lo convencí de que me prepara unas pizzas, en verdad le quedaban deliciosas. No le pareció mucho cuando le pedí que me las enviara antes de las 10, pero igual aceptó.

Recordando las noches de películas que tenía con Mad, compre muchos dulces, de todos tipos y sabores, chocolates, gomitas, papas, bebidas; de todo un poco. Y por supuesto, un par de películas que la chica que me atendió me juraba que estaban para morirse. Volví a casa y acomodé todo sobre la mesa de centro en la sala. Acomode los cojines en el suelo y prepare una manta también. Satisfecha decidí tomar un baño. Al salir me puse mi pijama más cómodo, que en realidad solo eran unos shorts y una camiseta negra que me quedaba grande. Dieron las 8, las 9...y cuando al fin dieron las 10, Ali apareció cruzando el umbral de la entrada, se veía tan jodidamente bien, me dedico una linda sonrisa antes de darme un beso.

-vaya, ¿qué es todo esto? -me miró de pies a cabeza.

-¿te gusta? -di un par de vueltas fingiendo que estaba en una de esas pasarelas de moda.

-estas preciosa. -me dio otro beso y dejo sus llaves y su celular junto a la mesita que estaba a un lado de la puerta. -ven aquí…-estiró sus brazos hacia enfrente. -te extrañe mucho…-rodeo mi cuello con sus brazos y enredó sus largos dedos en mi cabello.

-y yo a ti…-deposite un suave beso en sus labios que poco a poco se fue intensificando mientras pegaba más mi cuerpo al suyo, mi vientre se frotaba ligeramente contra su pelvis. Sus labios se separaron ligeramente para permitirle el acceso a mi lengua, sin pensarlo dos veces explore su boca con delicadeza. Acorralada contra la puerta y a merced mío. Mis manos comenzaron a recorrer su cuerpo, se paseaban por su espalda y bajaban hasta su cintura, dejaban pequeños rasguños y bajaban más hasta llegar a sus muslos, los apretaba con deseo. La habitación comenzaba a calentarse, sus jadeos me hacían querer más, mis manos subieron nuevamente y se aventuraron debajo de su blusa, estaban por llegar a sus pechos cuando el timbre de la puerta me hizo pegar un brinco, del susto ella me mordió el labio un poco más fuerte de lo que me hubiera gustado.

-Alex....lo siento mucho ¿estás bien?

-ouch…si, tranquila estoy bien. -esta vez no sonó el timbre, golpearon la puerta un par de veces. Me acomodé un poco la ropa y el cabello y abrí la puerta. Eran nuestras pizzas.

-hola. -Me saludó un joven de cabello rizado. –Víctor me envió.

-hola, oh, muchas gracias -tomé las cajas y entre para dejarlas sobre la mesa de la sala. Tomé el dinero y volví a la puerta. –puedes quedarte con el cambio. -le sonreí al chico y gustoso tomó el dinero.

-me pidió que te diera esto también. -me entregó un par de cajas más pequeñas que olían bastante bien, mi estómago rugió. –Buen provecho. -me sonrió nuevamente y dio media vuelta para marcharse.

-ahora bien...oh…¿Ali? -la busqué con la mirada por toda la habitación. Deje las cajitas humeantes sobre las de la pizza. Me dirigí hacia el cuarto. Se había metido a la ducha, yo aproveché para tomar un par de pastillas, odiaba la idea de depender de un medicamento, pero no quería tener más pesadillas, no después de ese amargo momento que me hizo pasar Samantha. Por lo regular mis pesadillas atacaban cuando me enfrentaba a un momento difícil o de mucho estrés.

No quería mostrarme así ante Ali, ella necesitaba a alguien fuerte que pudiera protegerla, que pudiera ser un soporte para ella. Y yo estaba dispuesta a convertirme en esa persona.

Guardé el frasco de mis pastillas en cuando noté que el ruido de la regadera cesó. Me senté en la orilla de la cama, de frente a la puerta del baño. Pasaron unos cuantos minutos antes de que Ali saliera del baño.

-Bueno, debiste decirme que iba a necesitar un pijama lindo para esta noche. Tendré que improvisar jaja. -dijo ella mientras se secaba el cabello.

-pero si tú te ves bien con cualquier cosa que te pongas. -la mire mientras rebuscaba en los cajones.

-¿deberíamos comprar unas a juego?

-¿y la cursi soy yo? jajaja -dije sin poder evitar soltar una risa.

-si, la cursi eres tú -espetó con seguridad. - ¿qué tal esto? -se paró frente a mí luciendo una de mis camisetas holgadas, no llevaba nada debajo. Nada además de una fina tela que cubría su zona íntima.

-bueno, ahora será una de mis camisetas favoritas. No hay duda. -esboce una sonrisa mientras la atraía hacia mí.

Se apoyó sobre la cama con una de sus rodillas, la cual acomodó entre mis piernas, sujeto mis mejillas con ambas manos y se acercó para besarme.

Solo escuchaba su respiración al chocar contra la mía y latir a mi corazón cada vez más rápido.

Cuando la falta de aire nos hizo separarnos me miró con una sonrisa tan cálida que casi hacía que me derritiera. Estaba a punto de besarla nuevamente cuando nuestros estómagos rugieron, demandaban comida. Nos miramos por unos segundos antes de echarnos a reír.

-jajaja bien, ya entendí, vayamos a comer algo. -rasque mi mejilla.

-si, tienes razón, me encantaría continuar con lo que hacíamos frente a la puerta, pero creo que nuestros estómagos tienen otros planes.

Volvimos a la sala. Encendí la televisión después de pelearme con todos los controles. ¿no podían hacer uno con el que pudieras controlar todo? Nos sentamos sobre los cojines que estaban en el suelo, nuestras espaldas se recargaban contra la parte inferior del sofá. Una al lado de la otra.

-vaya sí que tienes todo un buffet aquí -bromeó ella; viendo la mesa llena de dulces y comida.

-por supuesto, te prometí una buena cena. -sonreí orgullosa. -incluso traje algunas películas.

-¿qué esperamos? comencemos a verlas antes de que se enfríe la comida.

Pulse el botón de reproducir y la película comenzó. Abrí la caja de la pizza y el delicioso aroma me hizo agua la boca. Maldito Víctor, cocinaba jodidamente bien.

-diablos...eso huele demasiado bien. -Dijo Ali tomando una rebanada. Yo hice lo mismo y dimos el primer bocado. Si, era deliciosa.

-y por supuesto, no puede faltarnos esto. -abrí un par de latas de soda de uva y le di una a ella. -salud. -las chocamos y dimos un trago a nuestra bebida.

Víctor me había enviado alitas, nuggets y papas, estaban jodidamente buenos, no podías comer solo uno. La película fue avanzando mientras le dábamos fin a la comida, Ali estaba recargada sobre mi hombro con sus piernas entrelazadas. Si ignoramos el hecho de que estábamos en el último piso de uno de los edificios más grandes de la ciudad, rodeadas de lujosos aparatos y cosas caras, casi parecíamos una pareja normal. Claro.

-oh, ¡vamos! porque la protagonista siempre va detrás del hombre rico -dije apuntando a la pantalla con una barra de chocolate entre mi mano.

-solo míralo, la forma tan linda en la que la trata. -suspiró.

-¿linda? ¿eso es lindo? -enarque una ceja. -es super controlador y demasiado posesivo. No la deja respirar a la pobre.

-¿qué dices? solo actúa de manera sobreprotectora. No quiere perderla. -dijo soltando un suspiro. Pero no cualquier suspiro, sino uno como esos que se te escapan cuando estas frente a la persona que te gusta y te trae como loca.

-bueno, con ese humor que se carga...si yo fuera él tampoco dejaría que la única persona que me aguanta mis cambios de humor se alejara de mí. -dije en un tono sarcástico que ella no logro comprender.

La película llegó a su fin dejando lágrimas en los ojos de Ali, yo no podía parar de reír. Ella me miraba como si fuera una insensible. Cambie el disco y sin fijarme en el titulo puse otra película.

Regresé a mi lugar, al lado de Alisson, acerqué un tazón lleno de dulces y nos cubrimos con la manta. Todo iba bien, la protagonista salía de fiesta con sus amigos, conocían a un chico que los invitaba a su casa a seguir con la fiesta y….

-¡ahhh…! ¿qué mierda fue eso? ¡joder! -pegué un brinco acompañado de un grito, estuve a nada de lanzar el tazón de los dulces por los aires. -maldita sea…-mi corazón latía rápido, mis mejillas ardieron al notar que Ali moría de risa a causa de mi reacción.

Si, podía ser una persona ruda y fría por fuera, pero...odiaba las películas de terror, odiaba la sensación de que algo ocurriría en cualquier momento, la sensación de estar en guardia por si algo ocurría. Y sobre todo la sensación de un posible paro cardiaco cuando te confiabas, bajabas la guardia y ¡pum! ocurría algo verdaderamente aterrador.

-¿estás bien? -dijo entre risas sujetándose el estómago.

-hey...no te rías, no es divertido -inflé mis mejillas y me crucé de brazos.

-oh vamos jajaja...de verdad lo siento, pero no puedo evitarlo. Ven aquí jaja -limpio una pequeña lagrima.

-no, no quiero. -me resistí haciendo un puchero. Mire de reojo la pantalla y me estremecí, me pegue al cuerpo de Ali y me escondí debajo de la manta, deje una pequeña apertura para poder ver la pantalla.

-tranquila, yo te protejo -alzó su puño en señal de fuerza y me estrujó entre sus brazos.

Fueron las dos peores horas de tortura de mi vida. Parecía una maraca, temblaba y tensaba el cuerpo cada que escuchaba los gritos. Ali en cambio, se limitaba a abrazarme y contener sus risas.

Para cuando la película terminó, ambas estábamos recostadas sobre la alfombra, ella me abrazaba por detrás, su respiración chocaba contra mi oído mientras sus tibias manos me envolvían la cintura. Sus piernas entrelazadas con las mías. Se había quedado dormida. Una sensación cálida me envolvió el cuerpo, pronto lo que Samantha me había dicho...había dejado de importarme. Me estiré con cuidado para alcanzar el control y apagar la televisión, ninguna había podido dormir bien estas últimas noches, pero hoy iba a ser la excepción. Mi cuerpo se había relajado, el calor de Ali era simplemente lo que necesitaba, mis ojos se fueron cerrando poco a poco hasta que el sueño me venció.

Notas finales:

woaaaah, bueno bueno, ahora que han llegado hasta aqui. ¿que les parecio? 

quiero leer sus opiniones :o 

quedo un poco largo jaja, perdon por eso jaja

pero por favor, no se olviden de dejarme sus comentarios.

nos leemos en el proximo cap. cuidense!


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