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El Joven y el Fénix por TidsoptimistMF

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Notas del capitulo:

Hola!

No estoy muy segura que le pasa a Amor Yaoi, pero la página esta super lenta y no carga correctamente

Espero que el capitulo se suba bien y sin problemas ;v;

De paso, quería agradecer a las bonitas personas que han comentado el fic, me motivan un montón a continuar <3 <3

ADVERTENCIA: El capitulo se viene un poco fuerte, leer con precaución <3

 

Fuego. La fogata estaba encendida.

Miedo. Los guardias entrando por la puerta, gritando, tironeando a su hermana hasta separarla de su hijo, él corriendo a agarrar a su sobrino antes de que terminara estrellado en el piso.

- ¡Esperen! ¡Por favor no se la lleven, sólo dio a luz hace unos días!- gritó, sintiendo como su padre lo afirmaba, lo agarraba para que no dijera nada más.

Para que se conformara y aceptara la realidad.

Miró a su alrededor con ojos devastados.

Su hogar apenas iluminado por la luz de la fogata, el llanto silencioso de su madre en una esquina, su padre consolándola, el esposo de Taeyeon mirando con impotencia las mantas donde antes estuvo recostada su esposa. A lo lejos, los gritos de los aldeanos, de las mujeres siendo arrastradas.

Su sobrino llorando, gritando entre sus brazos, su rostro rojo y Baekhyun sintiendo como su corazón se destrozaba.

Esto…no lo podía tolerar.

Con gesto decidido le pasó el bebé a su padre, quien lo miró confundido.

- Ya regreso- fue lo único que dijo antes de darse media vuelta y salir de su casa seguido por el grito de su padre llamándolo por su nombre.

La aldea era un caos, las mujeres gritaban y lloraban clemencia, los niños gritaban por igual mientras eran abrazados por sus padres. La luz de luna perfilando sus desesperadas figuras, como una espectadora más de esa crueldad.

Baekhyun corrió y empujó entre medio a la gente hasta que vio a su hermana. Su pelo negro estaba sobre su rostro marcado de lágrimas, su piel pálida marcada por la mano que la había hecho callar.

Sin pensarlo, Baekhyun fue y tomó el brazo de uno de los guardias para detenerlo.

- Por favor, oficial tenga piedad…

-¡¿Tú de nuevo aquí?!

Con una patada certera en el estómago, se liberó del agarre de Baekhyun doblegándolo en el piso, dejándolo sin aire. El oficial que lo había golpeado, lo agarró ahora con la mano libre de los cabellos, tironeándolo hacia atrás, Baekhyun gritando por el súbito dolor.

- Te enseñaré a golpes a no interponerte en el trabajo de un oficial, a ver si así aprendes- prácticamente le escupió en el rostro antes de volver a tirarlo al piso y comenzar a patearlo.

Baekhyun se encogió, el dolor explotando ante cada patada, el grito de su hermana a lo lejos, llamándolo, llorando, sufriendo.

No debería ser así. Su hermana debería estar en casa junto a su hijo bajo el abrigo de la fogata, no en medio de la nieve, llorando de miedo.

-¿¡Que sucede aquí?!

Las patadas cesaron, Baekhyun pudo alzar la cabeza apenas para ver que se acercaba el funcionario del gobierno que había enviado ese ataque, Lee Seung Hyun. Ataviado con su sangbok azul marino y una sonrisa que helaría hasta el mismo infierno, hizo que Baekhyun se encogiera en su lugar.

- Excelencia, un aldeano ha osado revelarse. Lo estaba colocando en su lugar – explicó el guardia, rígido como una estatua.

-¿Ah, sí?- consultó, parándose en frente de Baekhyun.

Baekhyun lo miró directamente a los ojos, manteniéndole la mirada.

-Mi…

Una patada directo en la cara calló cualquier palabra de la boca de Baekhyun, el sabor a sangre explotando en su lengua, al igual que el dolor.

- ¿Te he dado permiso para hablar?- consultó Seung Hyun mirándolo desde arriba, la altivez y soberbia expresada en cada palabra. – Llévenlo a la plaza central y hagan una fogata. Reúnan al pueblo también, es hora que sepan su maldito lugar de una vez.

Baekhyun no respondió, ni se movió, demasiado adolorido para hacerlo. Sintió como unos brazos lo agarraban de cada brazo y lo arrastraban por la nieve. Su cuerpo pulsaba, la cabeza estaba que se le partía en dos por el dolor. Sentía la impotencia recorrerlo, el sabor amargo de la injusticia y la desdicha de saber que sus acciones habían sido en vano.

También sabía que había sido imprudente. Debió pensar mejor antes de actuar.

Ahora pagaría las consecuencias.

Mientras era arrastrado, escuchó el murmullo de la gente, las voces de asombro que se alzaban al reconocerlo. Escuchó la voz de Seung Hyun dirigiéndose al pueblo, palabras seguramente que invitaban a no volver a desobedecer sus órdenes.

¡Castíguenlo!

Su grito fuerte y claro fue el punto final de su discurso y Baekhyun supo, sin lugar a dudas, que ahora él sería el chivo expiatorio, el ejemplo.

El grito de su hermana a lo lejos.

Los oficiales quitándole el jeogori obligándolo a mostrar su espalda, exponiéndolo al castigo.

Cerró los ojos, el sonido de los pasos de su ejecutor acercándose, unas breves palabras y el primer azote llegó.

El sonido de la varilla contra el viento, el palo golpeando contra su piel, sus dientes apretados tratando de no dejar salir el primer alarido mientras su espalda ardía. Y ese fue sólo el comienzo.

Varillazo contra varillazo, la piel amoratada, cortándose en parte, sangrando, Baekhyun resistiendo, perdiendo la cuenta de los golpes, sólo esperando que todo terminara, que pronto fuera el último. Lo único que lo mantenía cuerdo en ese instante era el pensar que no podía rebelarse por el bien de su hermana, prefería mil veces recibir él esos varillazos que dejar que su hermana los pagara por culpa de su imprudencia.

Cuando el último golpe fue dado, Baekhyun estaba exhausto. Era una masa sin fuerza, lo único que evitaba que cayera al piso eran los oficiales que lo sostenían firmemente. Hasta respirar dolía.

Escuchó pasos, bajo su campo de visión aparecieron sus zapatos.

- Espero que con eso hayas aprendido cual es tú lugar

Su voz era llena de veneno. Baekhyun alzó sus ojos para encontrarse de frente con el mismísimo  demonio.

No estaba seguro que vio Seung Hyun. Tal vez su determinación o la nobleza de su mirada, fueron lo que lo llevaron a sus siguientes acciones.

Vio sus ojos llenarse de ira, sus dientes apretarse y en un ataque de furia tomó uno de los leños del fuego y lo atacó directo en los ojos.

Lo único que Baekhyun alcanzó a hacer fue cerrar los parpados, la piel ardiendo, el grito que había mantenido cautivo saliendo del fondo de su garganta quebrando el aire, elevando las llamas, el fuego chispeando ante su dolor.

¡LO MATARÉ!

El grito de Chanyeol retumbó en la cueva.

Levantándose de un golpe, Chanyeol ardía en furia e ira, mientras los fragmentos de lo que había visto, pedazos de los recuerdos de Baekhyun que le habían llegado entre sueños, seguían pasando a través de su mente como un tormento continuo. 

Lo había visto, había visto todo.

Su cuerpo, su alma, todo su ser gritaba venganza contra aquel hombre que había osado profanar el cuerpo de Baekhyun, de marcarlo con esa varilla, de quemarle los ojos…

Lo buscaría. Lo encontraría. Y luego lo mataría.

El alma de Lee Seung Hyun estaba destinada a desaparecer tan pronto sus llamas lo alcanzaran.

Con las plumas encrespadas, Chanyeol tenía la poderosa forma de su especie. Grande e imponente, el fénix se alzaba en todo su esplendor en mitad de la cueva, listo para ir en la búsqueda de aquel ser maldito, cuando en eso una voz lo trajo a la realidad. 

- C-Chanyeol…

Suave y temblorosa, la voz de Baekhyun se abrió paso haciendo una grieta en su enojo, sus ojos comenzando a buscarlo con frenesí hasta encontrarlo.

Agazapado contra la muralla de la cueva, estaba Baekhyun, temblando.

Eso encogió su corazón.

Baekhyun estaba realmente aterrado y confundido.

Había soñado con aquella noche, con su pasado y el castigo que había recibido hasta que despertó con el grito de Chanyeol. Estaba desorientado en medio de esa oscuridad y cuando vio aparecer una bola anaranjada iluminando esa oscuridad, no pudo más que traerle el recuerdo de su sueño y asustarlo innatamente.

Creía haber superado el terror al fuego. Ahora veía que no era así.

Se sobresaltó al sentir una manos posarse sobre sus hombros, la luz que había visto unos momentos atrás ya había desaparecido.

- Baekhyun soy yo- lo tranquilizó la voz profunda de Chanyeol, usando toda su fuerza de voluntad para no dejar salir su enojo, para mantenerlo silente.

- ¿Chanyeol?¿Que sucedió? ¿D-dónde estamos? Yo…lo último que recuerdo es el manantial y luego…

Chanyeol lo abrazó sin poder soportarlo más.

- Estamos en mi cueva, después que te quedaste dormido te traje hasta aquí- le explicó sin soltarlo- Lo siento por haberte despertado, yo…no lo pude soportar

- No entiendo, ¿Qué fue…?

- Vi tus recuerdos Baekhyun, de alguna forma el haber estado juntos hizo que nuestras mentes se conectaran- apartándose, tomó suavemente el rostro de Baekhyun en sus manos, las marcas en sus ojos recordándole toda la crueldad que había visto, haciendo arder su sangre nuevamente- Vi al hombre que te torturó y quemó tus parpados dejándote ciego. Él merece ser castigado Baekhyun. El merece la muerte…

Baekhyun tembló ante sus palabras, el deseo de venganza grabadas en ellas.

- Chanyeol no lo hagas, no lo mates

-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué lo proteges?!

- No lo protejo a él, te protejo a ti- soltó Baekhyun, alzando sus manos para tomar las de Chanyeol- No eres un ser vengativo Chanyeol, eres una deidad. Si te manchas las manos con su sangre no traerás nada bueno

- Mi trabajo es mantener el equilibrio- siseó.

- Si, pero tomar una vida por venganza personal no es buscar equilibrio Chanyeol, te estas dejando influenciar por tus emociones, por lo que viste

Chanyeol apretó los dientes sin poder dejar que la ira lo abandonara. No era sólo por lo que había visto, sino también por lo que había vivido en su infancia. Conocía de primera mano lo que era ser golpeado y azotado, el dolor de una vara contra la piel, el escozor ante el primer golpe, la desesperación esperando que todo terminara, el dolor punzando en su cabeza mareándolo hasta querer desfallecer. Sólo por su poder de regeneración, era que su piel no mostraba marcas de lo que había vivido. Sufrido.

Una bendición y maldición a la vez.

Mientras su piel se curaba por sus heridas, sus captores habían aprovechado de dañarlo aún más, como si las antiguas no hubieran sido suficientes. Tal vez era por su poder que nunca lograron dejarle la espalda como se la dejaron a Baekhyun, pero al menos sus torturadores, por muy despreciables que hayan sido, nunca lo quemaron.

El grito de Baekhyun al final del sueño todavía resonaba en su cabeza y la mirada desquiciada de Seung Hyun era la representación de todo lo que más aborrecía Chanyeol. Humanos así deberían simplemente desaparecer de la faz de la tierra.

Y él tenía el poder para hacerlo.

Influenciado o no por sus emociones, por su experiencia de vida o lo que fuera, Chanyeol sabía que debía acabar con ese hombre. Sin importar qué.

- Baekhyun no intentes persuadirme, él merece la muerte y eso es lo que voy a obtener

- ¿Aun si yo no estoy de acuerdo?

Chanyeol titubeó. Él quería sangre, pero Baekhyun no lo dejaba. Sus manos lo afirmaban con fuerza, como un ancla a la racionalidad.

- Por favor Chanyeol, quédate aquí a mi lado y prométeme que no buscaras venganza

- Baekhyun…

-¡Prométemelo!

Ah…la ira, dulce traicionera. Lo tironeaba una y otra vez para apartarlo de los brazos de Baekhyun, para gritar y destruir, quemar hasta dejar sólo las cenizas. Miró el rostro de Baekhyun, las quemaduras que enmarcaban sus parpados, recorrió con los pulgares su piel, la tristeza apoderándose de su cuerpo.

- Esta bien- cedió finalmente con la cabeza gacha, su corazón sintiéndose pesado, dolido- Prometo no hacerle nada, a menos que te vuelva a tocar. Si Lee Seung Hyun te toca de nuevo, aunque sea un solo cabello, no tendré piedad de él y llevaré su alma hasta el infierno.

Baekhyun lo miró en silencio. No le gustaba, no quería que Chanyeol se volviera un asesino por su culpa, ni un dios castigador. Sin embargo, sabía también que no obtendría nada mejor que eso y siempre cuando él se mantuviera al margen podría proteger a Chanyeol de manchar sus manos con sangre.

Sintió los brazos de Chanyeol rodearlo, piel contra piel. Recién ahí fue que se dio cuenta que aún seguían desnudos, el calor que irradiaba el cuerpo de Chanyeol lo único que evitaba que se congelara y le diera hipotermia.

Pero también le hizo percatarse de algo aún más importante.

- Chanyeol necesito mi ropa, debo irme

Chanyeol se separó del abrazo, totalmente confundido, su corazón temblando ligeramente.

- ¿Por qué? Ya es de noche, no es seguro…

- Por eso mismo debo irme. Debo ir a cuidar a mi sobrino, hace frío y no quiero que enferme

El fénix agachó la cabeza. No imaginó que las cosas terminarían así.

No después de haber hecho el amor.

En su mente se había imaginado despertar con Baekhyun en sus brazos, caricias y mimos mientras le pedía que fuera su compañero de vida. En cambio había despertado gritando producto de los oscuros recuerdos de Baekhyun, habían discutido y finalmente debían separarse por sus obligaciones.

La realidad y la expectativa chocaron con fuerza en su interior.

Cediendo y sabiendo que sería egoísta querer lo contrario, buscó las ropas de Baekhyun que había traído consigo mientras lo cargaba, al tiempo que entre llamas hacia aparecer las suyas propias.
Con cuidado lo ayudó a vestirse, Baekhyun sin oponer ninguna resistencia, sus músculos aún agotados por el esfuerzo físico para querer oponerse.

Al salir de la cueva, tomó la leña que había dejado ahí antes de partir y comenzó a bajar la cuesta que él tan bien conocía.

- Baekhyun, déjame acompañarte, por lo menos hasta el límite del bosque

La voz de Chanyeol se escuchó tan acongojada y triste, que Baekhyun sintió su corazón estrujarse. Era la misma sensación que él sentía al tener que separarse así, pero su sobrino era su responsabilidad, la horrible pesadilla que había tenido recordándoselo con extrema fuerza.

No podía ceder a sus impulsos y a sus intereses, no hasta que su hermana regresara.

- No es necesario, estaré bien

- En ese caso, al menos llévate esto…

Baekhyun sintió movimiento, Chanyeol tomando sus manos para depositar algo largo y duro.

- Es un bastón, lo hice con madera de abeto. Lamento haber tardado tanto en dártelo. Espero que te guíe en tu camino de regreso a casa

Baekhyun sintió que la emoción se atoraba en su garganta. Recorrió con sus dedos la fina textura de aquel bastón, liso y agradable al tacto hasta llegar a la empuñadura. Por su forma y como estaba tallada, estuvo bastante seguro que tenía la forma de un ave fénix.

- Gracias- logró pronunciar apenas.

Después de eso Chanyeol lo dejó partir.

Las llamas lo rodearon y tomando la forma de un pequeño ave fénix, voló hasta posarse sobre la punta de un pino y ver desde las alturas como Baekhyun avanzaba por el bosque, limitándose a vigilar como su preciado tesoro se alejaba entre las tinieblas de la noche.

 

***

 

- ¡Baekhyun!

El llamado de su padre rompió el silencio que rodeaba al moreno mientras caminaba en dirección a su casa.

Melancólico y preocupado, alzó la cabeza ante aquel sonido escuchándolo una vez más, ahora la voz de su madre siendo la que gritaba.

- ¡Estoy aquí!

Avanzando con mayor rapidez, casi tropezando, caminó por la nieve, hasta que las voces se escucharon más cercanas, algo luminoso apareciendo frente suyo y unos conocidos brazos lo rodearon. Eran los brazos de su madre.

- Baekhyun, hijo, por fin te encontramos- sollozó su madre, sujetándolo con fuerza- Creímos que te habías perdido, ¿dónde estabas?

El moreno sintió su pecho apretarse, culpable, avergonzado ante su pregunta.

- Estaba en el bosque, no me di cuenta que me había alejado tanto de la aldea. Lo siento por preocuparlos

- Esta bien muchacho- soltó su padre dándole unas palmadas en el hombro- Lo importante es que regresaste. Vamos, hay que volver a casa, Taeyong nos espera

Asintiendo, Baekhyun se encaminó con sus padres.

Ninguno de los dos le preguntó por el bastón que tenía en mano. Tampoco porque ya no llevaba vendas en los ojos.

Tan pronto Baekhyun entró a la casa, supo que algo raro sucedía. Estaba demasiado silencioso.

Con rapidez y el mayor cuidado que pudo, fue donde debería estar sus sobrino, encontrándolo envuelto en mantas. Podía oír su respiración pausada, sentir su corazón latiendo, parecía estar dormido, pero eso no lo calmó. Algo lo inquietaba.

Taeyong había estado un buen rato solo, sin fogata, las mantas siendo su único abrigo, no podía estar simplemente bien.

Metiendo a su sobrino con cuidado entre las telas de su ropa, su pequeña cabeza apoyándose contra su pecho, sintió el contacto de su piel fría contra la suya. Tal como pensaba, su sobrino estaba helado y necesitaba con urgencia calor.

Sus padres encendieron la fogata, mientras él se cubría con más mantas, frotando el bracito de Taeyong en busca de hacerlo entrar en calor lo antes posible, rezando para que no le sucediera nada.

Esa noche, Baekhyun no durmió.

Notas finales:

Este capitulo me deja con muchos sentimientos encontrados, por un lado entiendo el punto de Baekhyun, pero por el otro apoyo mucho a Chanyeol TT.TT

Que opinan ustedes?

Gracias por leer, nos vemos en el siguiente capitulo <3


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