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60. Las Lecciones de Mark (06) por dayanstyle

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Jongin maldijo cuando vio a las bestias aladas en el festival de arte. Parecía que los perros del infierno se estaban volviendo más atrevidos —o al menos el que iba tras Jackson. Se acercó a Luhan, señalando a Chae Jin. —Sácalo como del infierno de aquí y mantenlo a salvo.

Luhan no lo dudó. Agarró a su nieto y se fue hacia la camioneta que habían traído. Si algo evitaba que su pareja alcanzara su camioneta, Jongin quemaría el pueblo para mantener a ambos a salvo. Sólo esperaba que no llegara a eso.

Caminó hacia donde las bestias aladas tenían al perro atrapado. Mientras se acercaba, el corazón de Jongin se hundió cuando el perro se movió rápidamente, maldito, voló al otro lado del estacionamiento y fue tras Luhan.

Jongin sintió el miedo y la ira llegar a su máximo en su interior, mientras su lobo lo desgarraba haciendo crujir los huesos y cambiando y yendo tras el hijo de puta, sus instintos eran salvar a Luhan y su nieto. Jongin echó la cabeza hacia atrás y soltó un largo y amenazador aullido antes de salir corriendo hacia el perro del Infierno. El perro cambió a un Rottweiler de gran tamaño y le enseñó los colmillos a Jongin.

Su mente estaba envuelta en una neblina roja, todo pensamiento racional se perdió mientras sus patas golpeaban el pavimento, corriendo tras el perro. Las bestias aladas volaban por el aire y aterrizaron justo en frente del perro, bloqueando su progreso mientras sacaban sus espadas de las fundas.

La única cosa en la mente de Jongin era el pequeño Chaejin y Luhan. Él moriría por protegerlos a ambos.

 

Pero hoy, planeaba matar a la amenaza.

 

El perro gruñó, aulló, y trató de morder a Jongin. Sabía que no debía permitir que hundiera sus dientes en su carne. Los perros del infierno llevan veneno en su saliva que mataría a un humano, y un shifter sólo tenía un cincuenta por ciento de supervivencia.

Jongin se dio la vuelta a uno de los carros, saltando por encima de la parte superior, sintiendo el techo aplastarse bajo sus patas cuando saltó, aterrizando en la espalda del perro. Ellos chocaron en el suelo, rodando unos metros de distancia el uno del otro.

Hyung Won voló hacia el perro, con la espada en alto sobre su cabeza, cortando a través del aire. Pero el perro era rápido, moviéndose fuera del camino de la espada que podría acabar con la vida del hijo de puta.

Jongin se impulsó hacia adelante, lanzó su inmenso cuerpo hacía el perro. Se sintió aliviado cuando vio la camioneta negra salir del estacionamiento, conduciendo rápidamente lejos del pueblo. Luhan y su nieto estaban a salvo, pero en primer lugar eso sólo significaba que iba a hacer que el perro pagara por ir detrás de ellos.

Sabía que tenía que meter sus garras en la marca detrás de la oreja del perro. El problema estaba en fijarlo abajo. Balanceando su cabeza a un lado, Jongin hundió sus dientes en el cuello de la bestia, sacudiendo la cabeza con furia de lado a lado.

—Suéltalo —Wen Han gritó mientras su espada caía con fuerza. Jongin tenía segundos para alejarse antes de que la hoja atravesara la cabeza de la criatura, dando en el blanco con precisión mortal. El sabueso se desplomó en el suelo, sin vida—. Lo llevaremos lejos de los humanos antes de quemar su cuerpo.

 

Jongin se giró para ver a la multitud de humanos allí de pie, viéndose aterrorizados y temerosos al mismo tiempo.

«Maldición». Esto era lo que había estado tratando de evitar por más de doscientos años. Sabía que con el tiempo el pueblo se enteraría sobre la población paranormal. Tenía que suceder.

Él no estaba dispuesto a explicarles las cosas. Pero tenía que hacerlo. Si quería que la Villa Kim permaneciera como su pequeño pueblo tranquilo, los vecinos tenían que saber que si decían a alguien o a los medios lo que sabían, arruinarían no sólo la vida de los shifters sino también la de los humanos,

Ya sea que le gustara o no, su secreto había sido descubierto. Ahora Jongin iba a tener que convocar una reunión con el Ultionem y decirles lo que acaba de suceder.

Genial, justo lo que quería hacer un sábado, reunir a su club súper-secreto.

 

 

                       

—¿Desde cuándo? —la señora Bada preguntó mientras se acercaba al Alfa. Ella era la dulce mujer de edad que ayudaba en la farmacia local. Sus ojos azul claro viendo el rostro de Jongin, sin retroceder, incluso cuando Jongin era jodidamente enorme—. ¿Por cuánto tiempo ha estado sucediendo esto en nuestras narices?

—Durante mucho tiempo —respondió Jackson dando un paso adelante—. La conozco desde que era un niño pequeño, señora Colbert. ¿Ha sufrido alguno daño alguna vez? ¿Alguna vez había visto un shifter antes de hoy?

 

Mark podía ver lo que su pareja estaba haciendo. Él estaba tratando de convencer al pueblo que estaban a salvo, que no tenían que temerle a Jongin ni a ninguno de los otros residentes no humanos.

—Bueno, sí —respondió la señora Bada  honestamente y con seguridad—. ¿Crees que somos tontos? —Sus ojos estaban fijos en Jongin—. Hemos sabido desde algún tiempo que esta ciudad era especial. ¿Por qué piensas nos quedamos cuando el trabajo era tan difícil de encontrar? ¿Por qué crees que nos hemos lanzado a la reconstrucción y crecimiento de este pueblo?

Mark miró a Jongin, pero él no podía leer la expresión facial del lobo.

—Amamos estar aquí. —La señora Bada  se giró hacia los demás residentes—. También lo sabíamos, aunque nadie ha dicho nada. Díganme, ¿quieren convertir nuestro pueblo en un punto para los medios de comunicación? Díganme, ¿no prefieren guardar el secreto que hemos estado guardando todo este tiempo y permitirnos disfrutar la Villa Kim?

—Lo sabía —dijo Sang Min mientras se acercaba. Mark iba a golpear al impertinente joven. Se suponía que debía estar escondido dentro del Centro—. Siempre lo he sabido.

Jongin comenzó a retroceder.

 

—¿Él teme que hablemos? —preguntó la señora Bada.

 

Jackson se rio. Era un sonido que Mark quería oír muchos más. —No, pero cuando cambie de nuevo a su forma humana, él estará desnudo.

—Oh —dijo la señora Bada , sus mejillas rojo llameante—. Entonces, por todos los medios, ve a vestirte muchacho. —Jongin se fue hacia el bosque y Mark sabía que el Alfa se dirigía a su casa.

 

—¡Sabía que había algo extraño en esta ciudad!

 

Mark se giró, pero no reconoció al hombre que hablaba, aunque por su tono, esto no iba a ser bueno. Él sabía que no todos iban a aceptar lo que estaba pasando. No estaba seguro de cómo manejar esto. Cómo se suponía que iba a mantener a los inconformes en silencio, aparte de amordazarlos y tirar la llave a la basura para que no pudieran decir ni una sola palabra acerca de lo que sabían.

—No te atrevas a crear problemas, Jae Duck —la señora Bada advirtió con un tono directo—. Eres feliz viviendo aquí como todos nosotros.

—No es correcto —Jae Duck gruñó justo antes de escupir algo de aspecto desagradable en la tierra. «Asco, tabaco de mascar».Mark quería vomitar cuando vio el desastre salpicado—. Son fenómenos de la naturaleza.

Mark tuvo que agarrar el brazo de Jackson y jalarlo hacía atrás. Su pareja se veía salvaje. También vio a Sang Min dar un paso atrás, mirando por encima hacia su padre. Se alegró de ver al padre de Sang Min al lado de su hijo.

—Confía en mí —Jackson gruñó a Jae Duck—, no quieres abrir la boca.

Jae Duck giró sobre Jackson, entrecerrando los ojos a dos ranuras diminutas. —¿Qué sabes tú? ¿No acabas de salir de prisión por asesinato?

Mark sintió su temperamento subir. Nunca había estado tan enojado tan rápidamente en su vida. —No andes diciendo cosas de las que no sabes —le gritó a Jae Duck.

—Él es un asesino, ¿qué más hay que saber? Me alegro de ver que la Villa Kim está creciendo. Parece que nuestro estimado alcalde deja que cualquiera viva aquí.

 

Mark quería golpear al hombre. No tenía ni idea de lo que estaba hablando. Era cierto, Jackson había matado, pero por una buena razón. —Te lo advierto —Mark amenazó, tratando de recordar cuidar su lenguaje frente a todos los niños que estaban presentes—. Cierra el pico.

—¿Por qué? —Jae Duck argumentó—. Todo lo que estoy diciendo es la verdad. Todos vimos lo que pasó aquí hoy. Un hombre se convirtió en un lobo. Otro hombre se convirtió en un gran perro. Dos hombres estaban volando en el aire. El perro murió. ¿Cuánto más claras quieres las cosas? —Jae Duck escupió en el suelo de nuevo—. Estamos rodeados de monstruos.

«Oh, cielos». ¿Por qué tenía que usar esa palabra? Mark podría ver a los niños acercarse más a sus padres. Si Jae Duck no se callaba, iba a alterar a las otras personas y entonces tendrían una multitud enojada en sus manos.

Cuando Jae Duck avanzó, Mark lo bloqueó, evitando que se acercara a Jackson, que seguía allí de pie, la expresión inescrutable en el rostro de su pareja le preocupaba. Mark temía que Jackson estuviera peligrosamente cerca de perderse.

La expresión de Jae Duck era letal mientras empujaba a Mark a un lado, enviándolo al suelo. Se oyó un gran rugido y Mark sabía que Jackson iba tras Jae Duck. Se puso de pie, pero ya era demasiado tarde. Los dos hombres ya estaban luchando.

—¡Deténganse de una vez! —la señora Bada gritó—. ¡Piensen en los niños!

 

Mark intentó interponerse entre ellos, para detener a los hombres. La señora Bada estaba en lo cierto. Los niños no tienen que ver violencia. Pero lo único que logró hacer fue conseguir un puñetazo en la boca. «¡Joder, eso duele!» Saboreó la sangre y rezó para que ninguno de sus dientes estuviera suelto.

 

—¡Asesino! —Jae Duck gritó girándose hacia Jackson. Mark era presa del pánico. No sabía qué más hacer.

—¡Él no es un maldito asesino! —Mark gritó mientras saltaba sobre la espalda de Mitchel. «Jódete». Jackson era su pareja. No permitiría que nadie atacara al hombre, ni verbal ni físicamente—. ¡Mató a un psicópata enfermo que abusó de su amigo!

—¡Bájate de ahí! —la señora Bada le gritó a Mark.

—No —Mark gritó, tratando de envolver su brazo alrededor del cuello de Jae Duck para poder asfixiarlo para que dejara en paz a Jackson—. Jackson no hizo nada malo. Era el padre de Key quien debería de haber es… —Mark se dio cuenta de su error demasiado tarde. Vio a Heechul de pie a un lado, con los ojos cada vez más amplios ante las palabras de Mark.

«¡Joder, joder, joder!» Esto simplemente no debería de suceder. Rápidamente saltó abajo cuando las luces intermitentes se acercaban. La policía. «¡Maldición!» Mark agarró el brazo de Jackson, jalándolo de inmediato. Parecía que últimamente estaba jalando mucho a Jackson. —La policía.

Jackson se quedó inmóvil, girando la cabeza hacia los carros que se acercaban. Mark prácticamente podía sentir el pánico recorrer el cuerpo del hombre.

—No te preocupes —le susurró Mark—. Les diré que yo luché contra Jae Duck.

Los ojos verde-azulado de su pareja estaban fijos en Mark. —Nunca permitiré que tomes la culpa por algo que yo hice.

Mark vio al carro de policía, sintiendo que se le secaba la garganta. —Entonces, ¿qué hacemos?

Jackson se encogió de hombros. —¡Correr!

 

—Oh infiernos, sí. —Mark corrió a la calle antes de que los policías tuvieran oportunidad de salir de su carro. Correr se oía como un maldito buen plan para él. Casi se carcajeó cuando Jackson lo alcanzó.

—Sólo estaba bromeando —Jackson dijo mientras agarraba el brazo de Mark y lo jalaba al restaurante.

—¡Escóndenos! —Mark le gritó a Baekho—. La policía está detrás de nosotros. —Nunca había estado en problemas un día en su vida, y Mark era presa del pánico. Se sentía mareado, como si fuera a desmayarse.

—Por aquí —dijo Baekho, señalando una puerta en la parte trasera del restaurante. Wow, ¿de verdad? ¿El hombre en realidad iba a ocultarlos? Mark entró, subiendo un tramo de escaleras. Esperaba como el infierno que hubiera un apartamento al otro lado de esa puerta.

Jackson estaba justo detrás de él. Baekho cerró la puerta y entraron en la oscuridad. —¿Jackson?

—Aquí. —Jackson puso su mano en la espalda de Mark, el calor de su contacto era electrizante. La voz de su pareja era tan suave como el whisky en la oscuridad de la pequeña escalera. Mark se estremeció.

—Sigue subiendo.

 

Algo estaba subiendo, realmente. Su pene se estaba engrosando mientras escuchaba a Jackson hablar en voz baja con él y sintió la mano del hombre lentamente rozar su espalda. Las piernas de Mark amenazaban con ceder.

—¿Por qué te estás retrasando? —preguntó Jackson, su mano aun descansando en el culo de Mark.

—Porque estoy a punto de correrme en los pantalones por tu voz y tu tacto —respondió con sinceridad. Mark tropezó   y cayó, aterrizando en los escalones, Jackson lo atrapó con su gran cuerpo.

—¿Es eso cierto? —Jackson presionó su dura erección contra el culo de Mark, provocando un gemido de Mark—.¿Debo  tomarte aquí en las escaleras?

—Por favor —Mark gimió, empujándose contra la erección de Jackson. Él había estado esperando que Jackson lo reclamara. Había llegado al punto de pensar que nunca sucedería. Sus brazos empezaron a temblar cuando Jackson lo giró y abrió la cremallera de sus pantalones, bajándolos por sus piernas.

—Lindo culo.

—¿Puedes ver en la oscuridad?

—Puedo ver una gran cantidad de cosas en la  oscuridad.

—Jackson pasó los dedos por el pliegue del culo de Mark y Mark casi cae de bruces sobre los escalones. Sus dedos se cerraron en la madera cuando Jackson separó sus nalgas y empezó a chupar el agujero de Mark en serio. Mark tomó su pene, pero Jackson le apartó la mano, agarrándola y deteniéndolas sobre la espalda de Mark.

Su lengua se deslizó por el agujero de Mark, lamió a su alrededor, y luego se hundió en el interior. Mark comenzó a hacer pequeños ruidos en el oscuro pasillo, con los ojos en blanco por lo que Jackson estaba haciendo, y lo bien que lo estaba haciendo.

El hombre tenía una lengua magistral y estaba lamiendo a Mark llevándolo cerca del orgasmo. Empujó su culo hacia Jackson, las uñas arañando la madera. Su cabeza rodó sobre sus hombros, jadeando cuando Jackson insertó un dedo dentro de él.

Mark se sentía como si se estuviera derritiendo. Sus hombros cayeron cuando bajó la cabeza. Él estaba mordiendo el grito, un ruido que permitiría a todo el mundo en el restaurante saber lo que estaban haciendo. Estaba hambriento de una manera que no entendía. Nunca nadie lo había hecho sentirse de esa manera, no con esta intensidad, con esta pasión.

Gimió bajo, moviendo la cabeza de un lado a otro, incendiando su sangre y quemándolo. Dios, sólo necesitaba... sólo quería... Mark no podía unir sus pensamientos cuando Jackson insertó sus dedos dentro de él, extendiendo a Mark, tocando su cuerpo como un buen instrumento, haciéndole sentir como si Jackson le perteneciera.

Mark gritó, sin importarle que lo escucharan cuando Jackson apartó su boca, pero sus dedos seguían enterrados profundamente dentro de su culo.

—Mío —dijo Jackson en voz baja, Mark notó que la mandíbula del hombre estaba tensa. Sus oídos llenos del aliento de Jackson que murmuraba mientras retiraba su mano y lo llenaba con su pene—. Estoy reclamándote, Mark. Voy a joderte, me pertenecerás siempre. —Gruñó, su cuerpo moviéndose con fuerza, sus manos levantaron a Mark cuando la gruesa cabeza del pene de Jackson se empujaba contra la entrada de su culo.

—Sí... tuyo.

 

Jackson deslizó su brazo bajo Mark, sujetándolo hasta que la cabeza de su pene entró en el culo de Mark, haciéndole abrir la boca en un silencioso gemido. La otra mano de Jackson agarró ambas muñecas de Mark, manteniéndolas por detrás de su espalda. Jackson impedía que se estrellara contra los escalones.

Mark cerró los ojos, tratando de empujarse hacia atrás, pero las manos de Jackson se tensaron sobre sus muñecas. —No trates de tomar el control. —Un duro empujón y la gruesa y dura como el acero erección entró en el cuerpo de Mark hasta la empuñadura.

 

—Jackson… —Mark se agitaba debajo de él, sus caderas empujando el duro pene de Jackson dentro de la suave carne de su culo, moviéndose contra él. Jackson le mordió en su hombro, no lo suficiente para romper la piel, pero lo suficiente para que Mark se detuviera.

—Te dije que yo estoy a cargo.

 

Mark se lamió los labios, asintiendo con esperanza de que Jackson empezara a moverse de nuevo. —Tú... tú estás al mando.

Las manos de Jackson le dieron un apretón de aprobación en las muñecas a Mark antes de empujarse contra él más y más profundo. Mark estaba pidiendo ser penetrado por el duro cuerpo de Jackson, que sus dientes afilados se hundieran en él, reclamándolo.

El hombre se retorcía debajo de él. Jackson gruñó, un crudo sonido animal mientras su duro pene entraba y salía del culo de Mark, elevando su placer más alto y más alto. Mark estiraba sus manos, abriendo y cerrando sus dedos, queriendo llevarlos detrás de la cabeza de Jackson mientras el hombre lo jodía en el oscuro pasillo.

Jackson lo sostuvo con más fuerza, empujando sus caderas más duro. Mark separó las piernas un poco más, levantando el culo alto en el aire, pidiéndole a Jackson sin palabras ir más profundo. Fuego lo recorría. Quería que Jackson poseyera su cuerpo y su alma. Mark se había enamorado con fuerza de ese hombre, sin darse cuenta de sus emociones hasta que se estrellaron contra él.

Amaba a Jackson.

 

El placer lo atravesó como un puñetazo en el estómago cuando las caderas de Jackson se movían y su pene hacía   tantas cosas mágicas en el cuerpo de Mark. —H… haz que me  corra—Mark rogó sin aliento—. Reclámame.

 

Los dientes de Jackson se presionaron más fuerte en el hombro de Mark y luego su lengua recorrió la ardiente zona. — ¿Aun tratando de controlar esto?

 

Mark tenía ganas de gritar de frustración. Su cuerpo estaba tenso, sus bolas estaban cerca, y Jackson no le daba ese pequeño extra para hacerlo caer al vacío. Se movió jalando sus muñecas.

Jackson soltó una risa baja y seductora, sus labios presionando un beso en la oreja de Mark. —Buen intento, cariño. —Se estremeció cuando los labios de Jackson se arrastraron por debajo de la oreja, la lengua lamiendo su camino hacia el hombro una vez más. El instinto le dijo que Jackson iba a morderlo allí. No estaba seguro de cómo lo sabía, pero su piel empezó a arder para que lo mordiera.

Justo cuando Mark iba a rogar por más, Jackson dio un empujón con fuerza mientras sus dientes se hundieron profundamente. Mark gritó, su pene explotó mientras Jackson lo jodía duro. El hombre era salvaje, sus caderas se movían tan fuerte que el sonido de piel contra piel retumbaba en el pasillo oscuro.

Mark sintió lágrimas cuando su liberación lo recorrió, todo su cuerpo temblaba, sus bolas se tensaron, y su alma se elevó. Jackson se empujó más dentro de Mark, su semen se derramó caliente en el culo de Mark.

Mark se desplomó contra el brazo de Jackson, exhausto y dolorido.

—Ahora eres mío —dijo Jackson mientras lamía el lugar donde había mordido a Mark—. Eres mío, bebé.

 

Jackson finalmente liberó las manos de Mark y éste levantó la mano, acariciando la mandíbula sin afeitar de Jackson. —Soy tuyo desde el momento en que entraste en mi tienda.

 

continuacion....

 

 

 

 


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